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TALLER

EVALUACIONES SOBRE LA IMPLEMENTACION DE LA POLITICA DE GENERO EN COLOMBIA.

Las políticas públicas de género son el resultado de largos procesos sociales y políticos, que
dan cuenta de un desarrollo paulatino, tanto de la institucionalidad como de los movimientos
feministas y de mujeres. El desarrollo institucional y legal que sustenta estos procesos, ha
abierto campo a nivel departamental y municipal, para que se emprendan acciones
encaminadas a fortalecer la formulación de políticas en el ámbito local.

El concepto de desarrollo que se introdujo en América latina después de la segunda guerra


mundial, tuvo un impacto en el desarrollo de políticas públicas con enfoque de género, en
la medida que incentivó un cambio generalizado en la forma en cómo se concebían los
Estados latinoamericanos hasta el momento; es así como se empezaron a incentivar políticas
de desarrollo y aparecen los primeros planes de desarrollo nacional (Peláez, 2002). En principio
las mujeres eran articuladas a estos planes, por medio de políticas asistenciales que buscaban
solventar las necesidades básicas, concibiendo a las mujeres como receptoras pasivas del
desarrollo y reforzando el rol de madre como el único y más importante para la sociedad.
Estas primeras políticas dirigidas a la mujer, fueron confinadas a las secretarias de salud o
de bienestar social, dentro de los programas materno-infantiles. En 1975, el movimiento
social de mujeres promueve la primera conferencia mundial sobre la mujer en México, la
cual fue auspiciada por las Naciones Unidas (ONU) que declararon ese año como el año
internacional de la mujer. Allí se plasmó el Primer Plan de Acción Mundial bajo el cual se
recomendaba a los gobiernos formular políticas específicas, para concretar la igualdad entre
hombres y mujeres y vincular a las mujeres al desarrollo. Cuatro años después, la ONU
aprueba la Convención sobre la Eliminación de todas las formas de Discriminación contra la
Mujer, la cual fue suscrita por la mayoría de sus países miembros incluyendo a Colombia1.
Esta fue la primera de varias conferencias internacionales, que generaron un contexto propicio
para comprometer a los Estados a desarrollar políticas que impulsaran la equidad de género
y que respondieran a las necesidades de las mujeres.

En el plano latinoamericano, la adopción del Programa de Acción Regional para las Mujeres
de América Latina y el Caribe (1995-2001), constituye en la región la mayor expresión
programática de la agenda de género, permitiendo construir una agenda conjunta sobre temas
de derechos humanos, desarrollo social y regional (CEPAL, 2004) . También cabe resaltar que
desde 1977 se han realizado doce conferencias regionales, las cuales son organizadas por la
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), congregando autoridades de
alto nivel para tratar temas relativos a la situación de la mujer y a las políticas dirigidas a
velar por la equidad de género. Estos mecanismos de integración ponen en discusión los
avances y retrocesos que ha tenido la región en el tema de la incorporación de las políticas
públicas de género en los gobiernos; además, se fijan metas concretas y compromisos que
ayuden a convertir el tema de la equidad de género en un pilar de desarrollo regional (CEPAL,
2004).

A nivel nacional, es de resaltar que Colombia ha firmado todos los acuerdos derivados de
estas convenciones internacionales; sin embargo, la puesta en marcha de los mismos ha
tardado décadas en concretarse en políticas, planes y programas; los cuales han transitado
desde una visión meramente asistencial a una más compleja que trate de incluir la perspectiva
de género en la planeación (Peláez, 2002). Estos avances permitieron que en 1999 se creara
mediante decreto, la Consejería Presidencial para la Equidad de Género de la mujer, que
hasta el momento ha funcionado como una dirección nacional, la cual tiene como principal
objetivo diseñar, promover e implementar políticas para las mujeres, además de asesorar al
presidente en la construcción de políticas de gobierno que promuevan la equidad de género.
Este mecanismo institucional está acompañado por la ley 832 que está vigente desde 2003,
con la cual se da un marco institucional para orientar y promover acciones que busquen
garantizar la igualdad de oportunidades y la equidad para las mujeres (PNUD, 2007) El
desarrollo institucional y legal que sustenta estos procesos, ha abierto campo a nivel
departamental y municipal, para que se emprendan acciones encaminadas a fortalecer la
formulación de políticas en el ámbito local. Desde este escenario las organizaciones de
mujeres han estado presentes, para respaldar y jalonar estos procesos, dando cuenta de una
participación activa y un trabajo de años para mejorar la condición de vida de las mujeres.

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