Manos prehistóricas

Las manos prehistóricas son de las primeras manifestaciones artística localizadas y pertenece al
periodo Auriñaciense, del 38.000 al 19.000 a.C. Este periodo se localiza en el Paleolítico Superior
Se trata de la representación de manos, dónde se podían hacer de dos maneras: apoyando la mano
sobre el muro y soplando los pigmentos a través de un hueso hueco, en el caso de las manos en
negativo y en el caso de las manos en positivo son por parte de niños que manchaban las manos de
pintura y las pegan a la pared. Estas representaciones utilizan diferentes colores que se obtienen de
elementos pertenecientes a la cueva. Nos encontramos colores tierra, se obtiene a partir de la tierra;
hay colores rojizos; colores blancos y negros que se obtienen a partir de la carbonización de la
madera. Las pinturas se hacían machacando el mineral y juntádolo con agua y grasa hasta
convertirlo en una pasta. Las pinturas se realizaban en el interior de las cuevas, debido a que la zona
de habita era la parte externa.
Las teorías que rodean sobre este tipo de pinturas son las siguientes: por parte de Abate Breuil
pensaba que las cuevas eran santuarios y servían para rituales de iniciación dirigidos por un
chaman, también pensaba que las figuras abstractas se tenían que estudiar de forma aislada; por
parte de Leroi Gourhan postulaba lo mismo que Breuil pero pensaba que las figuras abstractas se
debían estudiar de forma conjunta.

ARTE PARIETAL (BISONTES).

La representación de animales, en este caso bisontes, comienza en el periodo Solutrense, del 18.000
al 15.000 a.C. En el periodo Magdaleniense, del 15.000 al 9.000 a.C. se termina de desarrollar.
Se trata de la representación de animales, dónde se pintaban con los dedos o con pinceles de cerdas
aprovechan el relieve para que sirva como soporte, además de dar mayor sensación de profundidad.
Después, el hombre interesado por el comportamiento de los animales, hace que los animales se
conviertan en el arte objetivo y los representen en diferentes posiciones. Realizaba un grabado con
sílex en la pared de la cueva y lo rellenaban con pintura, predominando los colores tierra y rojizos,
así como el blanco y el negro que obtenían de la ceniza. Para obtener las pinturas, machacaban el
mineral y lo mezclaban con agua y grasa hasta conseguir una pasta. Estas representaciones se
encuentran en el interior de las cuevas, ya que la zona externa era la zona del día a día. Por último
destaca la Cueva de Altamira
Las teorías que rodean sobre este tipo de pinturas son las siguientes: por parte de Abate Breuil
pensaba que las cuevas eran santuarios y servían para rituales dirigidos por un chaman dónde inicia
a otros, también pensaba que las figuras abstractas que se observan se tenían que estudiar de forma
aislada; por parte de Leroi Gourhan postulaba lo mismo que Breuil pero pensaba que las figuras
abstractas se debían estudiar de forma conjunta.