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Portada » Cuentos cortos » La Bella Durmiente
Escuchar cuento
Vivían en un lejano país, hace muchos años, un rey y una reina que
cada día se decían:
Lo que la rana dijo se hizo realidad y la reina tuvo una niña. Era tan
preciosa que el rey no podía ocultar su gran dicha, así que decidió
dar una gran fiesta para celebrar el nacimiento de la princesa.
– ¡¡¡La hija del rey, el día que cumpla 15 años, se pinchará con un
huso de hilar y caerá muerta inmediatamente!!!- Sin decir nada
más, se dio media vuelta y abandonó el salón.
En cuanto sintió el pinchazo, cayó sobre una cama que estaba allí y
entró en un profundo sueño. Era como si el tiempo se hubiera
detenido, pues ese sueño se hizo extensivo para todo el territorio del
palacio.
Los reyes quedaron también dormidos y toda la corte con ellos. Los
caballos también se durmieron en el establo, los perros lo hicieron
en el césped, las palomas se durmieron en los aleros del techo, las
moscas se quedaron como pegadas a las paredes, incluso el fuego
del hogar que ardía calentando los pucheros quedó sin calor, el
cocinero y su pinche quedaron dormidos también. El viento se
detuvo en los árboles cercanos al castillo, no se movía ni una hoja.
Todo estaba tan silencioso que podía oírse un respiro. Avanzó por
todo el castillo hasta que llegó a la torre y abrió la puerta del
pequeño cuarto donde la Bella Durmiente se encontraba dormida.
Estaba tumbada sobre la cama y la contempló entusiasmado, no
podía dejar de mirarla. Se detuvo ante ella y muy lentamente la
besó.