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ANTOLOGÍA

FÁBULAS
1. El caballo viejo
Un caballo que ya estaba muy mayor fue vendido por su amo a un molinero que lo
empleó para que diera vueltas a la piedra de un viejo molino. El caballo no hacía
otra cosa desde la mañana hasta la noche que girar y girar alrededor de aquella
rueda, lo cual no solo le cansaba mucho sino que lo ponía muy triste. Y es que el
viejo caballo recordaba lo veloz y famoso que había sido en sus años de juventud,
en los que había vivido infinidad de aventuras y también cómo se burlaba de los
otros caballos que eran más viejos y lentos que él.
Ahora viéndose en esta situación en la que pasaba sus días atado y dando vueltas
a dicho molino, se arrepentía de aquella actitud que había tenido cuando era
poderoso:
– “Después de las grandiosas vueltas que di en las carreras durante mi juventud,
mira las vueltas que tengo que dar ahora. Este es un justo castigo por burlarme de
aquellos a los que veía más débiles e inferiores”.
Moraleja: Mejor ser humilde cuando tienes poder, porque un día u otro lo has de
perder.
2. El lobo con piel de oveja
Un lobo pensó un día cambiar su apariencia para así obtener comida de forma
más fácil. Ni corto ni perezoso, se metió dentro de una piel de oveja y se fue a
pastar con el rebaño, despistando totalmente al pastor. Al atardecer, fue llevado
junto con todo el rebaño al granjero, donde le cerraron la puerta para que ningún
lobo entrara a comerse a las ovejas. Sin embargo, en la noche, el pastor entró
buscando la cena para el día siguiente, tomó al lobo y creyendo que era un
cordero, lo sacrificó al instante.
Moraleja: Según hagamos el engaño, así recibiremos el daño.
CUENTOS
UGA LA TORTUGA.
- ¡Caramba, todo me sale mal!, se lamenta constantemente Uga, la tortuga.
Y es que no es para menos: siempre llega tarde, es la última en acabar sus tareas,
casi nunca consigue premios a la rapidez y, para colmo es una dormilona.
- ¡Esto tiene que cambiar!,- se propuso un buen día, harta de que sus compañeros
del bosque le recriminaran por su poco esfuerzo al realizar sus tareas.
Y es que había optado por no intentar siquiera realizar actividades tan sencillas
como amontonar hojitas secas caídas de los árboles en otoño, o quitar piedrecitas
de camino hacia la charca donde chapoteaban los calurosos días de verano.
- ¿Para qué preocuparme en hacer un trabajo que luego acaban haciendo mis
compañeros? Mejor es dedicarme a jugar y a descansar.
- No es una gran idea - dijo una hormiguita - Lo que verdaderamente cuenta no es
hacer el trabajo en un tiempo récord; lo importante es acabarlo realizándolo lo mejor
que sabes, pues siempre te quedará la recompensa de haberlo conseguido.
No todos los trabajos necesitan de obreros rápidos. Hay labores que requieren
tiempo y esfuerzo. Si no lo intentas nunca sabrás lo que eres capaz de hacer, y
siempre te quedarás con la duda de si lo hubieras logrado alguna vez.
Por ello, es mejor intentarlo y no conseguirlo que no probar y vivir con la duda. La
constancia y la perseverancia son buenas aliadas para conseguir lo que nos
proponemos; por ello yo te aconsejo que lo intentes. Hasta te puede sorprender de
lo que eres capaz.
- ¡Caramba, hormiguita, me has tocado las fibras! Esto es lo que yo necesitaba:
alguien que me ayudara a comprender el valor del esfuerzo; te prometo que lo
intentaré.
Pasaron unos días y Uga la tortuga se esforzaba en sus quehaceres.
Se sentía feliz consigo misma pues cada día conseguía lo poquito que se proponía
porque era consciente de que había hecho todo lo posible por lograrlo.
- He encontrado mi felicidad: lo que importa no es marcarse grandes e imposibles
metas, sino acabar todas las pequeñas tareas que contribuyen a lograr grandes
fines.
FIN
2. CENICIENTA
Había una vez una bella joven que, después de quedarse huérfana de padre y
madre, tuvo que vivir con su madrastra y las dos hijas que tenía ésta.
Las tres mujeres eran tan malas y tan egoístas que se quedaban cada día más feas.
La bella joven era explotada por ellas. Era ella quien hacía todo el trabajo más duro
de la casa. Además de cocinar, fregar, etc., ella también tenía que cortar leña y
encender la chimenea. Así sus vestidos estaban siempre manchados de ceniza, por
lo que todos la llamaban Cenicienta.
Un día se oía por todas partes de la ciudad que el príncipe de aquel país había
regresado. El rey, muy contento, iba a dar una gran fiesta a la que iba a invitar a
todas las jóvenes del reino, con la esperanza de que el príncipe encontrara en una
de ellas, la esposa que deseaba.
En la casa de Cenicienta, sus hermanastras empezaron a prepararse para la gran
fiesta. Y decían a Cenicienta:
- Tú, no irás. Te quedarás limpiando la casa y preparando la cena para cuando
volvamos.
El día del baile había llegado. Cenicienta vio partir a sus hermanastras al Palacio
Real y se puso a llorar porque se sentía muy triste y sola. Pero, de pronto, se le
apareció un Hada que le dijo:
- Querida niña, sécate tus lágrimas porque tú también irás al baile.
Y le dijo Cenicienta:
- Pero, ¿cómo?, si no tengo vestido ni zapatos, ni carruaje para llevarme.
Y el hada, con su varita mágica, transformó una calabaza en carruaje, unos
ratoncillos en preciosos caballos, y a Cenicienta en una maravillosa joven que más
se parecía a una princesa.
Y le avisó:
- Tú irás al baile, pero con una condición: cuando el reloj del Palacio dé las doce
campanadas, tendrás que volver enseguida porque el hechizo se acabará.
Hermosa y feliz, Cenicienta llegó al Palacio. Y cuando entró al salón de baile, todos
se pararon para mirarla. El príncipe se quedó enamorado de su belleza y ella de su
gentileza y amabilidad. Así que los dos bailaron toda la noche.
Pero, al cabo de algunas horas, el reloj del Palacio empezó a sonar y Cenicienta
tuvo que despedirse del príncipe rápidamente. Ella cruzó el salón, bajó la escalinata
y entró en el carruaje en dirección a su casa.
Con las prisas, ella perdió uno de sus zapatos de cristal que el príncipe recogió sin
entender nada.
Al día siguiente, el príncipe ordenó a los guardias que encontraran a la señorita que
pudiera calzar el zapato de cristal. Los guardias recorrieron todo el reino, buscando
la dueña del zapato.
Todas las doncellas se probaron el zapato pero a nadie le sirvió. Al fin llegaron a la
casa de Cenicienta. Y cuando ésta se lo pusieron todos vieron que le quedaba
perfecto.
Y fue así cómo Cenicienta volvió a encontrarse con el príncipe, se enamoraron, se
casaron, y vivieron muy felices.
FIN
LEYENDAS
Nessie, el monstruo del Lago Ness
Mejor conocida como “El monstruo de Lago Ness”, esta leyenda forma parte del
folclore escocés y cuenta la historia de una criatura gigante con apariencia
prehistórica y similar a los plesiosaurios, que apareció por primera vez en el siglo
XVI en el Lago Ness, pero que ha sido vista incluso en épocas recientes.
La leyenda retomó fuerza cuando aseguraron verlo en el año de 1933, lo que ha
inspirado distintas películas y mantiene en suspenso a quienes visitan el lago. La
historia explica que los bosques escoceses, por ser una región inhóspita y de difícil
acceso para el ser humano, puede contener misterios en forma de animales
prehistóricos que han permanecido ocultos y relativamente protegidos de la
degradación a la que nuestra especie ha sometido a muchos entornos naturales.
La Llorona
La Llorona es una leyenda de origen latinoamericano, especialmente popular en
México. La versión más difundida cuenta la historia de una mujer que había sufrido
el rechazo de su marido, y ella, en señal de despecho, asesinó a sus hijos. La culpa
la hace regresar por las madrugadas en la forma de un fantasma que grita “¡Ay mis
hijos!”.
Otras versiones cuentan que se trata de una representación de La Malinche, mujer
que ejerció como traductora e intérprete de Hernán Cortés durante “la conquista” de
América. En este caso, el grito de sufrimiento tiene que ver con que algunas
versiones del proceso de colonización, han atribuido injustamente a la Malinche la
responsabilidad sobre lo ocurrido.
MITOS
Teseo y el Minotauro (mito griego)
El minotauro era un ser monstruoso que estaba en un laberinto de la isla de Creta
y que se alimentaba de humanos. Teseo se presentó en Creta para decirle a Minos,
el rey de este lugar, que podía matar al monstruo.
Ariadna, la hija de Minos, se enamoró de Teseo y decidió ayudarlo: le dio un ovillo
de hilo mágico para que él lo atara en la entrada del laberinto, matara al monstruo
y pudiera salir. Teseo cumplió con su misión y después se casó con Ariadna.
El origen del sol y la luna (mito azteca)
En un momento no existían ni el sol ni la luna y los dioses se reunieron para decidir
quién iba a iluminar el universo. Tecuciztécatl dijo que él tenía que hacerlo, los
dioses aceptaron esta propuesta y dijeron que Nanahuatzin se convertiría en la luna.
Los dioses decidieron que para convertirse en Sol, Tecuciztécatl tenía que arrojarse
al fuego, pero el dios tuvo miedo y no lo pudo hacer. En su lugar, Nanahuatzin se
tiró al fuego y, por su acto valiente, se transformó en el sol. Tecuciztécatl se
avergonzó por su actitud y decidió tirarse al fuego y, entonces, se transformó en la
luna.
TRABALENGUAS
El pintor
Pedro Pérez pintor
pinta preciosos paisajes
por pocas pesetas
para poder partir para París

Café con leche


Si le echa leche al café
para hacer café con leche,
para hacer leche con café,
¿Qué hace falta que le eche?
POEMAS
“Flor”, de Federico García Lorca (España)
El magnífico sauce
de la lluvia, caía
¡Oh la luna redonda
sobre las ramas blancas!

“Caribe”, de Alejandro Castro (Venezuela)


De todos los monumentos
construidos por el hombre
mi favorito es el mar.
ADIVINANZAS

Habla y no tiene boca, oye y no tiene oído, es chiquito y hace ruido,


muchas veces se equivoca
Respuesta: El teléfono

Ya ves, ya ves, tan claro que es y no me la adivinas de aquí a un mes.

Respuesta: Las llaves

Te la digo y no me entiendes, te la repito y no me comprendes.

Respuesta: La tela.

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