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Hace mucho tiempo una estrella se cayó del cielo en medio de un bosque. El golpe fue
tremendo y en el acto empezó a nacerle un chichón muy rojo.
Los animalitos que allí dormían pronto se despertaron con el ruido.
- ¿Qué ha pasado? -se preguntaban todos extrañados.
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- Allí, en el medio del bosque, se ve una luz, pero la luz de las luciérnagas es más
pequeñita -dijo la señora Ardilla.
La señora Zorra, el señor Buho, el abuelo Pájaro Carpintero, la señora Comadreja y la
señora Ardilla se acercaron al momento para averiguar qué había pasado. La estrella al
despertarse vio que muchos ojos la estaban observando.
- ¿Dónde estoy? ¿Quiénes sois vosotros? - dijo extrañada la estrella.
- Somos los amigos del bosque y estás en nuestra casa - contestó la señora Comadreja.
- ¡Pero yo no puedo estar aquí!, debo colgar en el cielo junto a mi mamá la Luna y mis
hermanas las estrellas - explicó.
- ¡No te preocupes! nosotros te ayudaremos a subir al cielo - cantaron todos a la vez -,
pero primero te curaremos - añadió la señora Zorra.
Mientras celebraban una reunión bajo el viejo pino todos los animalitos del bosque, para
ver cómo podían subir a la estrella al cielo, la señora Ardilla vendó el chichón de la estrella
con un bonito lazo verde que había fabricado con las hojas de un haya.
Unos apuntaban a que el abuelo Pájaro Carpintero la subiera a su lomo y volara por
encima de los árboles, pero ya estaba viejo y sabía que no podría subir tan alto. Otros
querían que la señora Ardilla trepara con la estrella entre las ramas de los árboles más
altos, pero temían que ésta se volviera a golpear.
Estuvieron horas pensando en posibles soluciones, pero nada parecía funcionar.
El señor Búho, que había estado todo el tiempo callado, finalmente se atrevió a hablar:
- Estornudaremos todos a la vez y provocaremos que la tierra se mueva y así expulsará
hacia arriba a la estrella. Pero debemos estornudar muy fuerte, para que nuestro
resoplido la impulse muy alto.
Todos aplaudieron la idea y acordaron estornudar muy, pero muy fuerte, al contar hasta
tres.
- Una, dos y tres -contó el señor Búho.
- ¡Achisssssssssssssssssssssssssssssssss! - estornudaron los animalitos del bosque.
La estrella saltó por los aires y subió al cielo junto a sus hermanas gracias a la ayuda de
todos sus nuevos amigos del bosque.
Leyendas
La princesa y el viento
Un cacique muy respetado tuvo una hija que era la más hermosa de toda la tribu, ella
podía deslumbrar con su belleza y todos los hombres la pretendían. Sin embargo, el viento
también la quería tener y por eso mandó un tornado que se la llevó para ocultarla en un
bosque. Intentó varias veces salir del bosque donde estaba siendo secuestrada y luego de
mucha pena lo consiguió. Cuando al fin volvió con su familia y su gente, su padre dijo que
no podía decir a nadie sobre la pena que había pasado.
Así fue como la princesa se calló durante años y la pena fue cada vez más grande, tanto
así que su rostro se tornó feo de tanta tristeza, nadie más la volvió a pretender con tanta
fealdad. Sin embargo, un día llegó a la tribu un cacique de otra parte y venía con su hijo,
quien se enamoró a primera vista de la callada, tierna e inteligente princesa. Todos sus
amigos le decían que era muy fea para casarse con ella, pero él respondía que su amor era
semejante.
Se casó finalmente la princesa y a su boda asistió una bruja, todos temieron y quisieron
que se vaya del luego, pero ella la abrazó diciéndole que sea su madrina durante la fiesta.
La bruja se quedó y cuando salió la princesa de la catedral en donde se casaron, todos
pudieron notar que volvió a ser la chica más hermosa del mundo. Mientras tanto, el
viento sopló tan fuerte que esta vez se quedó con la bruja y la transformó en una paloma.
El siguiente día todos la esperaban en la iglesia para poder celebrar su casamiento ya que
no contó a nadie de lo sucedido, pero entonces cuando apareció sin novio, todos se rieron
de ella sin parar por estar sola en el altar, les pareció cómico que no tuviera con quien
casarse una vez allí, por eso es que al salir del lugar ella se suicidó, pero antes mandó una
fuerte y poderosa maldición en la iglesia y todos los que asistieron a la boda rápidamente
perdieron la vida.
Se dice que algunos días desde las 9 de la noche hasta la 3 de la mañana puede oírse en el
templo un casamiento y que todos gritan ¡Vivan los novios! El que salga a la calle cuando
suenen las campanadas se convertirá en un espectro más.
Fabulas
1. EL ÁGUILA Y EL ESCARABAJO
Estaba una liebre siendo perseguida por un águila, y viéndose perdida pidió ayuda a un
escarabajo, suplicándole que le salvara.
Desde entonces, buscando vengarse, el escarabajo observaba los lugares donde el águila
ponía sus huevos, y haciéndolos rodar, los tiraba a tierra. Viéndose el águila echada del
lugar a donde quiera que fuera, recurrió a Zeus pidiéndole un lugar seguro para depositar
sus futuros pequeñuelos.
Le ofreció Zeus colocarlos en su regazo, pero el escarabajo, viendo la táctica escapatoria,
hizo una bolita de barro, voló y la dejó caer sobre el regazo de Zeus. Se levantó entonces
Zeus para sacudirse aquella suciedad, y tiró por tierra los huevos sin darse cuenta. Por eso
desde entonces, las águilas no ponen huevos en la época en que salen a volar los
escarabajos.
mitos
El Origen del Nacimiento de Jesús
En fechas navideñas en todo el mundo, grandes y chicos se preparan para recibir al Niño
Jesús. Este suceso, se convirtió en una tradición muy bien recibida, bonita y festiva que
empieza siempre en el mes de diciembre de cada año, sin embargo, algunos de ustedes se
han preguntado, ¿cual es el verdadero origen del nacimiento?. Sigamos leyendo.
Tras haber caminado durante todo el día, él estaba cansado y con mucha hambre, pero
continuó su caminata por mucho tiempo hasta ver las estrellas y la Luna brillar en el cielo.
Decidió sentarse y mientras descansaba, vio a un pequeño Conejo que estaba comiendo.
El Dios le pregunto qué es lo que comía tan amenamente, a lo que el Conejo le respondió
que era "Zacate" (varias especies de hierba que sirven de pasto y forraje) y si quería un
poco. El Dios le dijo que no le gustaba pero le agradecía su bondad. Nuevamente
el Conejo le preguntó que pensaba hacer al Hombre, y él le dijo que quizás morir de
hambre.