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Veinte años y más: El pasado, el
presente y el futuro de la
investigación sobre las EIAs
Shanta R. Dube
Department of Population Health Sciences, School of Public Health, GeorgiaState
University, Atlanta, GA, United States

Introducción
Hace algo más de dos décadas, los Centros para el Control y la Prevención de
Enfermedades (CDC) y Kaiser Permanente en San Diego lanzaron el histórico
estudio CDC-Kaiser ACE1 (Felitti et al., 1998). Este estudio pionero sobre las
experiencias infantiles adversas (EIAs) documentó la contribución del estrés y los
traumas de la vida temprana a las causas principales y actuales de muerte en los
Estados Unidos a lo largo de la vida. Desde que se puso en marcha, numerosas
acciones respecto a las EIAs en diversas disciplinas se han centrado en la
validación cruzada, a través de replicaciones del estudio y la traducción de la
investigación. Al darse cuenta de que las EIAs están muy generalizadas, en
múltiples sistemas y contextos se están aplicando activamente los resultados de la
investigación.
El Estudio EIA se realizó en una cohorte de adultos nacidos entre 1900 y 1978
que evaluaron retrospectivamente sus adversidades en la infancia. Una de las
conclusiones más llamativas del estudio sobre las EIAs es que, dentro de la cohorte,
todas las generaciones con una o más adversidades en los primeros años de la vida
corrían un mayor riesgo de abuso de sustancias, de presentar enfermedades

1 En el texto original se usa ACEs para referirse a Adverse Childhood Experiences, acá lo
hemos traducido como Experiencias Infantiles Adversas (EIAs) que es la forma usada en
la literatura en español sobre el tema. Usaremos Estudio EIA, en vez de Estudio ACE.
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mentales y de perpetrar actos de violencia, en comparación con los que no
informaron de ninguna EIA. Por lo tanto, la ciencia de las EIAs proporciona apoyo
empírico sobre la importancia de romper el ciclo intergeneracional de estas
exposiciones en los primeros años de vida. En virtud de estos hallazgos, un
enfoque dual o multigeneracional enfatiza la importancia de reconocer las EIAs entre
los adultos para promover su curación y recuperación, con el fin de prevenir la
futura exposición a la siguiente generación de niños. Este capítulo describe la
historia del estudio CDC- Kaiser EIA, citando los estudios originales publicados.
Se discuten los esfuerzos actuales para abordar y prevenir los traumas en la
primera infancia junto a propuestas de orientaciones futuras.

Pasado: Observaciones clínicas iniciales que condujeron al Estudio EIA

A principios de la década de 1990, Felitti (1993) llevó a cabo un estudio de


caso-control para examinar la correlación entre los acontecimientos vitales y la
obesidad entre los adultos que entraban en un programa de control de peso en
comparación con un grupo control de adultos no obesos, delgados. A través de
entrevistas, el estudio indicó que la prevalencia de abuso en la infancia (e.g.,
sexual y físico), la pérdida temprana de los padres y el alcoholismo de los padres
era mayor entre los adultos obesos en comparación con los adultos no obesos,
delgados. El estudio también reveló que la obesidad entre los adultos les servía
como protección de la atención no deseada y el exceso de ingesta de alimentos
como medio para hacer frente a la angustia emocional. Su investigación también
documentó la correlación entre la depresión actual y los problemas familiares y
conyugales actuales, en los adultos obesos en comparación con los adultos no
obesos, delgados. Los hallazgos de este estudio de observación inicial sirvieron
de trampolín para el Estudio EIA (Felitti et al., 1988), que sería uno de los
estudios epidemiológicos más amplios para examinar las consecuencias para la
salud a largo plazo de múltiples, concurrentes formas de abuso infantil,
negligencia infantil y factores de estrés en el hogar relacionados.
Entre 1995 y 1997, más de 17.000 adultos miembros de organizaciones para
el cuidado de la salud (HMO) que pidieron cita para una evaluación de salud
general participaron en el Estudio EIA en dos oleadas distintas. Dos semanas
después de su visita a la clínica del Departamento de Medicina Preventiva de
Kaiser Permanente en San Diego, California, se envió a los individuos el
Cuestionario de Historia de Salud Familiar (Felitti et al., 1998) para que lo
completaran en la intimidad de su hogar. En la primera oleada, el Cuestionario
de Historia de Salud Familiar incluía ocho categorías de EIAs. La evaluación
incluía tres formas de abuso (físico, emocional y sexual) y la exposición a cinco
tipos de disfunciones en el hogar mientras crecía (tales como, ser testigo de que
la madre era tratada con violencia, vivir con el abuso de sustancias en el hogar,
vivir con un miembro del hogar con una enfermedad mental, la ausencia de un
miembro del hogar debido a la encarcelación y la discordia/divorcio de los
padres).
Felitti et al. (1998) examinaron siete de las ocho EIAs -abuso físico, abuso
emocional, abuso sexual, crecer en un hogar expuesto a enfermedades mentales
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no tratadas, abuso de sustancias en el hogar, ser testigo de que la madre fue tratada
con violencia, y ausencia de un miembro del hogar debido al encarcelamiento- en
relación con las causas principales y actuales de muerte en los Estados Unidos. En
la segunda oleada del Estudio EIA, se añadieron medidas de negligencia física y
emocional, aumentando a un total de 10 el número total de adversidades infantiles
examinadas (Dube et al., 2001).
El Estudio EIA, de CDC-Kaiser, ha dado lugar a los hallazgos que se resumen
a continuación:
(1) La exposición en la infancia a malos tratos, negligencia, violencia
doméstica y factores de estrés en el hogar relacionados están muy extendidos
y se dan comúnmente en todas las poblaciones. En la cohorte del estudio
de Kaiser Permanente, en la que predominaban los adultos blancos con
buena educación y atención en salud, cerca de dos tercios de los
encuestados declararon haber sufrido al menos una adversidad, y cerca
del 40% declararon haber sufrido dos o más EIAs (Felitti et al., 1998).
Además, 1 de cada 6 hombres y 1 de cada 4 mujeres sufrieron abuso
sexual en la infancia (ASI), y la contribución del ASI a la depresión, el
consumo de sustancias y los problemas matrimoniales en la edad adulta
es similar para ambos géneros, lo que pone de relieve la importancia de
reconocer que todos los menores, niños y niñas, son vulnerables a esta
forma de abuso (Dube et al., 2005).
(2) La exposición en la infancia a malos tratos, negligencia, violencia
doméstica y factores de estrés en el hogar relacionados son un grupo
interrelacionado de experiencias adversas en la infancia que ocurren
frecuentemente. Cuando habían estado expuestos a cualquier categoría
de EIAs, entre el 81% y el 98% de los encuestados declararon haber
experimentado una o más adversidades infantiles adicionales y entre el
58% y el 90% de los encuestados declararon haber experimentado dos o
más EIAs (Dong et al., 2004). Al enumerar el número total de
adversidades en la infancia reportadas, la puntuación de las EIAs
proporcionó evidencia de las relaciones dosis-respuesta entre las
adversidades de la infancia y numerosos resultados en la salud, en el
ámbito social y en el comportamiento (Felitti et al., 1998).
(3) La exposición en la infancia a malos tratos, negligencia, violencia
doméstica y factores de estrés en el hogar relacionados contribuyen a
importantes resultados sociales, conductuales y en la salud, a lo largo de
la vida. Las EIAs están asociadas con una amplia gama de problemas de
salud que comienzan en la adolescencia como riesgos de comportamiento
y continúan en la edad adulta como una enfermedad, riesgos de
comportamiento, y efectos sociales de importancia en la sociedad actual
(véase la Fig. 1). El Modelo de Epidemiología del Curso de la Vida (Ben-
Shlomo & Kuh, 2002), que incluye el reconocimiento de estas experiencias
como exposiciones no biológicas con un ciclo intergeneracional, es un
marco esencial mediante el cual se debe estudiar el impacto a largo plazo
de las EIAs.
(4) La exposición en la infancia a malos tratos, negligencia, violencia
doméstica y los factores de estrés en el hogar relacionados contribuyen a
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resultados de salud que trascienden 100 años de tendencias sociales y
seculares para cambiar comportamientos y prevenir enfermedades
(Dube, Anda, Felitti, Dong & Giles, 2003). Los participantes del estudio
nacidos entre 1900 y 1978 que declararon haber sufrido EIAs tenían una
mayor probabilidad de presentar problemas de alcoholismo, tabaquismo,
consumo de drogas ilícitas, conductas sexuales de riesgo y enfermedades
mentales, en cuatro cohortes de nacimiento distintas desde 1900 hasta
1978 (Dube et al., 2003). Los resultados de este estudio en particular
apoyan la suposición de que las EIAs tienen una fuerte influencia en la
salud, sin importar el momento histórico en que los individuos nacieron.

Resultados en los
adolescentes. Iniciación
Adversidades en la temprana:
infancia Consumo de substancias
Abuso Suicidalidad
Negligencia Embarazo
Estresores en el hogar Enfermedad mental
relacionados Conducta sexual de riesgo

Resultados en adultos
Enfermedades crónicas
Consumo de substancias
Obesidad/falta de ejercicio
Riesgo de ETS/VIH
Conducta sexual de riesgo
Enfermedad mental
Suicidalidad
Desregulación emocional

FIG. 1 El ciclo y el impacto de las EIAs a lo largo de la vida y de las generaciones.

(5) La exposición en la infancia a malos tratos, negligencia, violencia


doméstica, y factores de estrés en el hogar relacionados, en los inicios del
ciclo vital, afecta al desarrollo neurobiológico saludable. En la etapa
prenatal y en la primera infancia, las vías neuronales del cerebro se
desarrollan rápidamente a partir de la exposición sensorial a experiencias
tanto positivas como negativas. Las personas expuestas a traumas
tempranamente en su vida son más propensas a tener una mayor
irritabilidad límbica que las personas no expuestas a traumas
tempranamente en sus vidas, lo que se ha medido por las anomalías de
las ondas cerebrales usando electroencefalogramas (Teicher et al., 2003).
En comparación con los individuos que no han sufrido abusos, las
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imágenes de resonancia magnética han revelado que las mujeres que han
sufrido abusos sexuales graves presentan reducciones en los volúmenes
del hipocampo, y que los volúmenes intracraneales y cerebrales de los
niños maltratados también muestran reducciones en comparación con los
niños no maltratados (Driessen et al., 2000).

Presente: Aumento de la integración de la ciencia a las EIAs


Concienciación: Investigación, monitoreo y evaluación de las
EIAs
Como resultado de la abrumadora evidencia científica que documenta el
impacto de las EIAs en el neurodesarrollo, la Academia Americana de Pediatría
(AAP) publicó una declaración de principios que llama a la comunidad
pediátrica a prestar atención a la ciencia y abordar y prevenir el estrés tóxico
infantil (Academia Americana de Pediatría, 2012a, 2012b). La Organización
Mundial de la Salud (2011) también reconoce la importancia de la ciencia
de las EIAs para apoyar la Red Global de Investigación EIA que evalúa
las EIAs en diferentes países:
(http://www.who.int/violence_injury_prevention/violence/activities/adverse_
childhood_experiences/en/).
La ciencia de las EIAs ha sido también fundamental para informar a la
Administración de Servicios de Salud Mental por Abuso de Sustancias
(SAMHSA, 2014) Nota 57: Cuidado Informado en Trauma (CIT)2 en la Salud
del Comportamiento (http://www.sam- hsa.gov/nctic/trauma- interventions).
Como se indica en el marco del CIT, las EIA no son la única forma de trauma
infantil que puede ocurrir. Por ejemplo, otras exposiciones pueden ser los
desastres naturales, la violencia comunitaria, la victimización por parte de los
compañeros, vivir en pobreza y las pérdidas, por nombrar algunas. Finkelhor,
Shattuck, Turner y Hamby (2015) hacen una recomendación válida para revisar
el inventario de las EIAs e incluir otras formas de adversidades de la infancia,
para proporcionar una mejor medida de predicción de los problemas de salud
física y mental. El marco del CIT también hace hincapié en el uso de principios
y estrategias específicos cuando se trabaja con poblaciones. El marco CIT sigue
los siguientes principios (1) Darse cuenta de que el trauma está muy extendido
(2) reconocer los síntomas del trauma, y (3) resistirse a la retraumatización
respondiendo con apoyo, seguridad, colaboración, sin juzgar y con cariño
(http://www.samhsa.gov/nctic/ trauma-interventions).
El monitoreo es una práctica de salud pública fundamental para reunir
pruebas creíbles que permitan evaluar el peso de las EIAs en la población. Por
ejemplo, 10 años después del lanzamiento del estudio original sobre las EIAs, se
desarrolló el módulo opcional sobre las EIAs del Sistema de Seguimiento de los
Factores de Riesgo en el Comportamiento (BRFSS) para proporcionar a los
departamentos de salud estatales una herramienta para evaluar las estimaciones de
EIAs en la población adulta. El BRFSS es un sistema de monitoreo estatal que se

2 En inglés TIC (Trauma-Informed Care)


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administra anualmente para recopilar datos sobre los principales indicadores de
salud y enfermedades crónicas. Si bien el desarrollo inicial del módulo sobre las
EIAs incluía las diez EIAs, se realizaron pruebas cognitivas y se tomaron
decisiones programáticas para recortar el cuestionario debido a su longitud. Por
lo tanto, el módulo opcional de EIAs del BRFSS final incluye sólo las ocho EIAs
originales de la primera oleada. Desde 2009 hasta 2017, múltiples estados de los
Estados Unidos han administrado el cuestionario EIAs BRFSS (Centros para el
Control y la Prevención de Enfermedades, 2003).
La aplicación de la práctica de la salud pública a través del monitoreo de las
EIAs en las poblaciones proporciona a los estados los datos necesarios para
evaluar la magnitud del problema e informar las políticas y los programas. En
2009, sólo seis estados administraron el cuestionario BRFSS sobre las EIAs. En
la actualidad todos los estados, excepto unos ocho, lo han administrado en
algún momento entre 2009 y 2017 (ver Fig. 2A y B).
Varios sectores han utilizado evaluaciones formales de las EIAs, no para el
diagnóstico, sino para aumentar el conocimiento sobre las poblaciones a las
que sirven. Las evaluaciones informales de las EIAs también están ocurriendo
cada vez más en entornos educativos como parte de la implementación de los
CIT. Si bien la realización de evaluaciones de las EIAs sigue siendo muy
controvertida (Dube, 2018; Finkelhor, 2017), existe un sentido general de la
importancia de comprender las exposiciones al trauma para ayudar a las
personas y organizaciones a aumentar la comprensión y la conciencia sobre lo
extendidas que están las EIAs en las poblaciones. Por ejemplo, un estudio entre
residentes de escuelas de medicina indicó que el 80% consideraba que la
detección de las EIAs debería formar parte de sus funciones (Tink, Tink, Turin
& Kelly, 2017).
El área no debe ver las evaluaciones de las EIAs como herramientas de
diagnóstico, sino como una ventana a través de la cual entender la salud desde la
perspectiva del individuo. El estudio CDC-Kaiser sobre las EIAs se puso en
marcha a partir de las primeras observaciones clínicas realizadas por Felitti
(1993). Sin saberlo, utilizó el modelo explicativo de la enfermedad de Arthur
Kleinman (Kleinman, Loustaunua & Sobo, 1997) para entender la obesidad y el
sobrepeso desde la perspectiva de los pacientes. Una visión puramente objetiva
del individuo habla de la enfermedad, mientras que una visión subjetiva
proporciona el porqué y, por tanto, refuerza la necesidad de comprender que este
tipo de experiencias pueden afectar al bienestar.

Promover la aceptación: Política para abordar y prevenir las EIAs


La ciencia de las EIAs ha llamado la atención de los responsables políticos.
Según el informe de mayo de 2018 de la Asociación de Funcionarios de Salud
Estatales y Territoriales de los Estados Unidos (ASTHO), varios estados han
incluido un lenguaje estatutario para abordar y prevenir las EIAs en cuatro
sectores, incluidos el bienestar infantil, la educación, la justicia y la atención
médica. En 2011, Washington incluyó un lenguaje legislativo que requería que un
grupo de planificación multisectorial de partes interesadas se reuniera en torno
a la prevención de las EIAs. Mientras que Washington fue el primer estado,
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California y Vermont tienen hasta siete iniciativas que se centran en abordar y
prevenir las EIAs. Según el seguimiento de la ASTHO, California está
proponiendo la financiación de enfoques sistémicos para proporcionar a los
niños expuestos a las EIAs los apoyos necesarios para su bienestar. En la
actualidad, la mayoría de los estados del sur de EE.UU. (a excepción de Florida)
no han incorporado legislación relacionada con las EIAs o CIT.

FIG. 2 (A) Seis estados que administraron el cuestionario EIAs BRFSS en 2009. (B) Estados que
administraron el cuestionario EIAs BRFSS entre 2009 y 2017. Cifras obtenidas con autorización
de EIAs Connection (https://acesconnection.com/g/state-aces-action-group/blog/behavioral-risk-
factor-surveillance-system-brfss).
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Adopción activa: Esfuerzos para abordar y prevenir las EIAs


Hay una plétora de esfuerzos de base en marcha que adoptan activamente la
ciencia de las EIAs. En lugar de un enfoque puramente descendente, las
comunidades y los sistemas de atención aplican la ciencia de las EIAs para
educar e informar a las instituciones que trabajan con las niñas y niños. Para
empezar, existe un interés y un reconocimiento crecientes de que la evaluación de
las EIAs es un componente necesario a la hora de ofrecer CIT. Los investigadores
han estudiado sistemáticamente la viabilidad de varias evaluaciones de las EIAs en
diferentes poblaciones y entornos y han encontrado que son aceptables para ser
administradas (Bethell et al., 2017). Los pediatras que informaron que realizaban
evaluaciones de las EIAs eran más propensos a hacerlo si creían que ellos podían
influir en los comportamientos de los padres (Kerker et al., 2016). También era
más probable que evaluaran las EIAs si creían que eso estaba dentro de los límites
de la atención pediátrica (Kerker et al., 2016). La Dra. Nadine Burke-Harris ha
adoptado activamente la ciencia de las EIAs
(https://centerforyouthwellness.org/translating-EIAs-science/). Su temprana
conciencia y aceptación de las EIAs como los factores raíces de la enfermedad y
la mala salud en su población de pacientes son la razón por la que las
evaluaciones de las adversidades en la infancia son una práctica habitual en su
clínica. Por último, las intervenciones sobre maternidad/parentalidad centrada
en la mejora del apego entre el cuidador y el niño utilizan las evaluaciones de
las EIAs tanto en las madres/padres como en el niño o niña, como una
intervención temprana para prevenir el ciclo intergeneracional (Murphy et al.,
2014, 2016).

Para documentar la oleada de la adopción de la ciencia de las EIAs tanto a


nivel nacional como internacional, Jane Stevens fundó y lanzó EIAs Connection
en 2012 (https://ACEsconnection.com). EIAs Connection es una comunidad
basada en la web, abierta a investigadores y profesionales,que proporciona a los
usuarios la información más reciente sobre herramientas, formación y prácticas
utilizadas para abordar y prevenir las EIAs en diversos sectores y entornos. A
través de la difusión de la información proporcionada en esta plataforma web,
se pueden compartir y debatir las mejores prácticas científicas sobre las EIAs.
Los esfuerzos de base incluyen la formación del personal educativo sobre cómo
construir entornos de aprendizaje seguros, solidarios y enriquecedores en los
contextos escolares.

El futuro de la ciencia de las EIAs

En la actualidad existe un gran impulso para aumentar la concienciación,


el conocimiento y la adopción de la ciencia de las EIAs. Se necesitarán áreas
específicas de investigación, educación, formación y práctica continuas, como
se indica en la siguiente sección.
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Investigación
Momento, intensidad y frecuencia de la exposición a las EIAs. La investigación
debe seguir estudiando las 10 EIAs, junto con otros tipos de adversidades en la
infancia como crecer en condiciones de pobreza, la violencia entre pares y la
violencia en la comunidad.
La investigación adicional sobre el momento en que se producen las EIAs, la
intensidad y la frecuencia durante las distintas etapas del desarrollo proporcionará
al área una visión adicional de los mecanismos a través de los cuales la adversidad
en la vida temprana afecta a la salud a lo largo de la vida. También es necesario
investigar para comprender mejor la especificidad de la exposición de las mujeres
embarazadas a los factores de estrés relacionados con la adversidad y su impacto
en el feto en desarrollo.

Resiliencia, activos y dimensiones del bienestar. Además de evaluar las EIAs y los
resultados de salud asociados, las medidas de resiliencia, los activos y las
múltiples dimensiones del bienestar son esenciales para proporcionar una
imagen más completa del afrontamiento y la adaptación. Esta fue una
limitación subestimada del Estudio de las EIAs CDC-Kaiser; de hecho, aunque
dos tercios de los participantes en el Estudio de las EIAs experimentaron EIAs,
solo se publicaron dos estudios (Dube, Felitti y Rishi, 2013; Hillis et al., 2010)
que examinaron los factores de protección o de promoción de la salud. En un
análisis de los datos de la Oleada II del estudio CDC-Kaiser, Hillis et al. (2010)
investigaron la contribución de los puntos fuertes de la familia en la infancia
(es decir, la cercanía, el apoyo, la lealtad, la protección, el amor, la importancia
y la capacidad de respuesta a las necesidades de salud de la familia) al
embarazo en la adolescencia y las consecuencias psicosociales. Los resultados
indicaron que, en presencia de EIAs, estos factores eran fuertemente
protectores contra el embarazo adolescente, el inicio temprano de la actividad
sexual y las consecuencias psicosociales a largo plazo. Utilizando el mismo
conjunto de datos, Dube et al. (2013) examinaron los factores de protección y
promoción de la salud basados en la evidencia (es decir, la actividad física, la
abstinencia de fumar, el nivel educativo y el apoyo social/emocional) en
asociación con la calidad de vida relacionada con la salud entre los adultos que
informaron de al menos una adversidad. Se observó que la salud física y mental
era significativamente mejor para quienes indicaban realizar actividad física
con regularidad, abstenerse de fumar, tener al menos dos o más personas con
las que hablar de sus sentimientos y tener al menos un diploma de secundaria.
Se realizó un análisis similar utilizando el 2010 BRFSS (Dube & Rishi, 2017),
para examinar los días mentalmente no saludables (MUDS) y los días
físicamente no saludables (PUDS) como resultado. Encontramos que, entre los
adultos que informaron de al menos una adversidad, el número medio de
MUDS y PUDS fue más bajo, estadísticamente significativo, para aquellos que
indicaron que hacían ejercicio con regularidad, no fumaban, participaban con
frecuencia en instancias de apoyo social y habían obtenido un diploma de
escuela secundaria o superior. Las investigaciones futuras deben tener en
cuenta no sólo la contribución de las EIAs a los comportamientos de riesgo y a
10
los resultados adversos para la salud sino también comprender, en el caso de
aquellos que han experimentado EIAs y traumas tempranos, los medios con
los que enfrentaron positivamente y se adaptaron al estrés y al trauma
experimentados tempranamente.

Educación y formación
Plan de estudios de los profesionales de la salud. Las facultades de medicina, las
escuelas de salud pública, las escuelas de profesiones aliadas de la salud y los
planes de estudios de salud mental y consejería no han integrado plenamente
la ciencia de las EIAs y la enseñanza del CIT.
La falta de formación en las escuelas profesionales les hace un flaco favor
a las ciencias de la salud de la población. Es necesario hacer un mayor esfuerzo
para garantizar que la formación en ciencia de las EIAs y en CIT se integre en los
planes de estudio de las facultades de medicina y de otros ámbitos la salud.
Competencia informada en trauma. La educación y la formación que siguen el
marco CIT de SAMHSA requieren que los adultos que trabajan con niños no
sólo se den cuenta de que el trauma está muy extendido y reconozcan los
síntomas del trauma, sino que también comprendan en sí mismos sus reacciones
ante situaciones seguras y amenazantes. Centrado en las teorías de aprendizaje
de los adultos, The Why and How of Trauma-Informed Care©3 (Dube, 2017) es
un plan de estudios centrado en aumentar el conocimiento sobre porqué es
necesaria la atención informada en trauma. El cómo se centra en ayudar a los
adultos a participar en el aprendizaje y la práctica autorreflexiva para ser más
conscientes de sus reacciones al estrés (Mezirow, 1991; Schacter, 1992; Taylor,
1996) y proporcionarles prácticas basadas en la evidencia para el autocuidado.
Aunque a menudo se pasa por alto, el autocuidado es una herramienta esencial
para resistir la re-traumatización en el marco del CIT (Dube, 2017).

Práctica
Uso de un enfoque dual o multigeneracional. La gran proporción de adultos(dos
tercios) que han experimentado al menos una adversidad en la infancia muestra
la importancia de comprender que la ocurrencia de las EIAs es mucho más
común de lo que se cree. La gran proporción de adultos con al menos una
adversidad en la infancia también enfatiza la importancia de la prevención
terciaria de los resultados relacionados con las EIAs en los adultos, como un
esfuerzo crítico para evitar que las niñas y niños se vean expuestos a
adversidades (Dube et al., 2013; Dube & Rishi, 2017). Por ejemplo, los resultados
asociados a las EIAs, como los problemas de uso de sustancias (por ejemplo,
problemas de alcohol), son síntomas de trauma que pueden perpetuar las
mismas EIAs a la siguiente generación, dando lugar al ciclo intergeneracional de
estas exposiciones (Dube, Anda, Felitti, Edwards, & Croft, 2002). Por ejemplo,
una puntuación de cuatro o más EIAs se asoció con un aumento de tres veces en

3 El Porqué y el Cómo del Cuidado Informado en Trauma


11
la probabilidad de casarse con un individuo con problemas de alcohol, después
de controlar la historia de alcoholismo de los padres (Dube et al., 2002). El abuso
infantil, la negligencia y los factores de estrés relacionados suelen ocurrir en
familias con problemas de alcohol, y aumentan significativamente el riesgo de
tener problemas personales con el alcohol o de casarse con individuos con
problemas de alcohol más adelante en la vida, lo que aumenta la probabilidad
de que se produzca el ciclo intergeneracional de las EIAs (Dube et al., 2002).
No hay vacunas ni antibióticos para prevenir o tratar las EIAS; por lo tanto,
además de la prevención primaria y secundaria en niños y adolescentes, se
necesitan modelos de curación y recuperación (Cortez et al., 2011; Todahl, Walters,
Bharwdi, & Dube, 2014) para la prevención terciaria de los efectos asociados con
las EIAs entre los sobrevivientes adultos. La prevención primaria de las EIAs debe
incluir necesariamente la prevención terciaria de las consecuencias de las EIAs en
los adultos cuidadores (Sanders & Hall, 2018). Para romper el ciclo
intergeneracional de las EIAs también debemos prestar atención a los adultos con
historias de EIAs que crían o trabajan con niños y niñas.

Aplicación de enfoques sanitarios integradores. La ciencia médica ha hecho


enormes progresos para influir en la longevidad y el pronóstico de las
enfermedades. Sin embargo, es reduccionista, costosa y crea dependencia
social. Dando un paso atrás, podemos descubrir los pasos necesarios en el viaje
para sanar, recuperar y avanzar hacia la salud y el bienestar a través de las
generaciones. Las ciencias de la relación mente-cuerpo proporcionan
herramientas con las que podemos crear resiliencia y promover la curación y
la recuperación. Los estudios de investigación sobre las prácticas de 5000 años
de antigüedad de Ayurveda, Yoga, Pranayama (respiración), meditación y
atención plena han documentado su promesa de reducción de los síntomas de
estrés y promoción de la resiliencia (Baer, 2003; Cherkin, Sherman, Balderson,
et al., 2016; Jacobs, Benson, & Friedman, 1996; Lazar et al., 2000; Nahin,
Boineau, Khalsa, Stussman, & Weber, 2016; Newberg, Pourdehnad, Alavi, &
d'Aquili, 2003; Rhodes, Spinazzola, & van der Kolk, 2016; Smith et al., 2011; van
der Kolk et al., 2014). Inherentemente, la atención plena forma parte de los
enfoques del CIT, que requieren que los estudiantes adultos utilicen la práctica
reflexiva y el aprendizaje (Mezirow, 1991; Taylor, 1996) para abordar y
prevenir las EIAs y sus consecuencias en los niveles primario, secundario y
terciario.

Resumen
La innovadora investigación del Estudio sobre las EIAs ha informado la
política y la práctica en múltiples disciplinas y sectores, especialmente en lo
que respecta a la implementación del CIT. Las próximas décadas se apoyarán
en la investigación para aumentar nuestros conocimientos sobre los
mecanismos específicos de desarrollo, a través de los cuales actúan estos
estresores en los primeros años de vida y las formas tangibles de promover la
resiliencia y la curación. La integración de la ciencia de las EIAs y de las
12
mejores prácticas innovadoras para el CIT, como plan de estudios estándar
en las instituciones educativas, será esencial y transformadora para abordar la
salud de la población. Si se tiene en cuenta que las EIAs a menudo no se
resuelven en los adultos que trabajan con niños y niñas o los crían, se releva
la importancia de adoptar un enfoque global que incluya la integración de los
tres niveles de prevención de las EIAs a través de múltiples generaciones.

Declaración de divulgación
The author has no financial conflicts of interest to report.
Any contents taken from this chapter must be properly cited: Shanta R. Dube, 2018.

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