CARTA ENCÚCLICA LAUDATO SI - Papa Francisco

EL CUIDADO DE LA CASA COMÚN

El papa Francisco expresa una critica social ante el deterioro ecológico en su encíclica
Laudato Si, la cual fue publicada en el 2013. La misma hace una comparación de nuestra
tierra (o casa común, como lo expresa el papa) es una hermana con la cual compartimos
existencia, además de una madre que nos acoge en sus brazos.
La tierra sufre por el daño provocado por el hombre, quien usa de manera irresponsable los
bienes de la misma.
El Papa Juan XXIII hizo una referencia al problema ecológico durante la crisis nuclear,
proponiendo a los hombres el cuidado de la casa común.
En 1971 el Papa Pablo VI se refiere a esta problemática como una consecuencia dramática
de la actividad descontrolada del ser humano, dada por la explotación de la naturaleza.
Habla del riesgo de destruirla y ser víctimas a su vez de esa misma destrucción. Crítica la
insensatez del progreso industrial desmedido, ya que los procesos científicos deben ir
acompañados de un progreso social y moral. De no ser así, los mismos se vuelven contra el
hombre y sus intereses.
En su primera encíclica, el Papa Juan Pablo II advierte que el ser humano solo ve los
aspectos del ambiente natural que son de uso y consumo inmediato para él. Se debe tener
en cuenta la naturaleza de cada ser y su conexión mutua en un sistema ordenado. El
hombre tiene la capacidad de transformar la realidad en la que existe, y debe desarrollarla
en base a la donación originaria de los bienes por parte de Dios.
Benedicto XVI nos habla que la degradación de la naturaleza esta estrechamente unida a la
degradación que modela la convivencia Humana. Este nos invita a reconocer que el
ambiente natura esta herido debido a nuestro comportamiento , que se debe en fondo a la
idea de que la libertad humana no tiene límites.
Este derroche se debe a que no reconocemos ninguna instancia por encima de nosotros,
sino que solo nos vemos a nosotros mismos.

Unidos por una misma preocupación

Se nos llama a pasar del consumo , al sacrificio. Esto significa aprender a dar, y no
simplemente renunciar. Es pasar poco a poco de nuestros deseos , a lo que necesita el
mundo de Dios.

San Francisco de Asis promueve un modelo que puede motivarnos, este es el ejemplo por
excelencia del cuidado de lo que es debil, de una ecología integral y autenticidad, presentó
una atención particular hacia los más pobres y abandonados, En el es impensable separar
de sí mismo y a la preocupación por la naturaleza, la justicia con los pobres, el compromiso
con la sociedad y la paz interior.
Su testimonio muestra también que una ecología integral requiere apertura hacia
categorías que trascienden el lenguaje de las Matemáticas o de la biología y nos conectan
con la esencia de lo humano . Su discípulo San Buenaventura decía de él que, <<lleno de la
mayor ternura al considerar el origen común de todas las cosas daba a todas las criaturas
Por más despreciables que fueran, el dulce nombre de hermanas>>. Si nos acercamos a la
naturaleza y al ambiente sin esta apertura al estupor, si ya no hablamos el lenguaje de la
fraternidad, Nuestras actitudes serán las del dominador, del consumidor o del mero
explotador de recursos, incapaz de poner un límite a sus intereses inmediatos. La
austeridad de San Francisco no era meramente exterior sino algo más radical: una renuncia
a convertir la realidad en mero objeto de uso y de dominio. San Francisco nos invita a
reflexionar y poner a la naturaleza como un libro en el cual Dios nos habla y nos refleja algo
de su Hermosura y de su bondad. Por eso, él pedía que en el convento siempre se dejará
una parte del huerto sin cultivar, para que las hierbas silvestres crecieran, de manera que
quienes las admiraran pudieran elevar su pensamiento a Dios.

Mi Llamado

El desafío de proteger nuestra casa común incluye la búsqueda de un desarrollo sostenible

e integral, pues sabemos que las cosas pueden cambiar. el creador no nos abandona, no
se arrepiente de habernos creado y jamás hará marcha atrás en su proyecto de amor.
Deseo reconocer, alentar y dar las gracias a todos los que están trabajando para garantizar
la protección de la casa que compartimos . Los jóvenes de hoy reclaman un cambio y se
preguntan cómo es posible que se pretenda construir un futuro mejor sin pensar en las crisis
del ambiente y en los sufrimientos de los excluidos.
Hago una invitación urgente a un nuevo diálogo sobre el mudo que estamos construyendo
el futuro del planeta, porque el desafío ambiental que vivimos y sus raíces humanas nos
interesan y nos impactan a todos. Lamentablemente, muchos de los esfuerzos para buscar
soluciones concretas a la crisis ambiental suelen ser frustrados por el rechazo de los
poderosos y por la falta de interés de los demás. Necesitamos una solidaridad universal
nueva de manera urgente, todos podemos colaborar como instrumentos de Dios para el
cuidado de la creación, cada uno desde su cultura, su experiencia, sus iniciativas y sus
capacidades.
Espero que esta carta, nos ayude a reconocer la grandeza, la urgencia y la hermosura del
desafío que nos representa. En primer lugar, haré un breve recorrido por los distintos
aspectos de la actual crisis ecológica, tomando en cuenta la investigación científica
actualmente disponible. a partir de esa mirada retomar algunas razones que se desprenden
de la tradición judío cristiana, a fin de procurar una mayor coherencia nuestro compromiso
con el ambiente. luego intentaré llegar a las raíces del actual situación de manera que no
miremos solo los síntomas sino también a las causas más profundas. así podremos
proponer una ecología que entre todos sus distintas dimensiones ,Incorpora el lugar peculiar
del ser humano en este mundo y sus relaciones con la realidad que lo rodea. a la luz de esa
reflexión quisiera avanzar en algunas líneas amplias del diálogo y de acción que involucren
tanto cada uno de nosotros como la política internacional. finalmente propondré algunas
líneas de maduración humana inspirada en el tesoro de la experiencia espiritual cristiana.

Grupo :
Scarlata , Julieta Belén
Cainzo Pereira , Patricio
Figueroa Bidaurre , Josias
Ramirez, Andres David