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Guillermo Campos Magencio

LA IGUALDAD EN LA CULTURA Y LA COMUNICACIÓN

Gracias a este curso he podido realizar un análisis más exhaustivo de la cultura y la


comunicación desde la perspectiva de género.

Comparto la idea de la importancia de ver la cultura y la comunicación desde esta perspectiva,


ya que en estas actividades se realiza una representación del mundo y tienen una gran influenza en
nuestro imaginario colectivo. Es cierto que a priori todo a todo lo relacionado con la cultura (por
ejemplo las asignaturas relacionadas con las letras y la cultura en las carreras universitarias) puede
parecer menos importantes que otras temáticas como las ciencias o tecnológicas, pero la cultura tiene
una gran influencia en la manera en que nos relacionamos, comportamos o sentimos y es la forma en
que se crean los mundos que nos permiten tener códigos culturales compartidos que nos pueden servir
para comunicarnos con posterioridad.

Esta representación del mundo que se hace a través de la cultura no podemos tildarla de
inocente y pueden reforzar o de desordenar el orden de como son las cosas.

Es verdad que todo esto tienen una relevancia social muy grande como el ejemplo dado en
este curso de la portada del disco de la cantante Zahara, donde el impacto es debido a las referencias
culturales que ella está utilizando y como se leen (la imagen de la virgen con el niño en contraposición
con el título del disco o la banda de miss, y a lo que realmente quiere referirse la cantante después del
bulling que sufrió). Es cierto que si la cultura no importase no habría llamado la atención a nadie esta
portada.

Me ha parecido muy interesante la definición y relación del canon con el feminismo. El canon
es el modelo a seguir, y dentro de la disciplina cultural y artística es lo que estudiamos en el colegio,
facultad..etc., lo que vemos en los museos, lo que vemos que aparece en la pintura o escultura. En
general a este arte universal es a lo que consideramos canon, pero…¿Quién decide que obras deben
estar en este canon?. Desde los estudios feministas se pide desde hace tiempo que se aterricen las
obras que forman parte del canon sobre las personas que las han realizado. El feminismo busca
entonces los huecos del canon, las ausencias. Sería preguntarnos que arte o que cultura no está
recogida en este canon. Sin duda esto tiene fácil respuesta y no es otra que hay ciertas personalidades
con el poder decidieron no sólo la creación de esas obras sino de decir que son canónicas. Esto quita
la objetividad en la cultura y no responde a que obras son las mejores, sino que responden a intereses.

Relacionado con este canon se encuentra la genealogía, ya que cuando estudiamos historia de
las manifestaciones culturales lo que estamos estudiando es la genealogía de los hombres, ya que son
los hombres los que crean escuela y que será continuada por otros. Por ejemplo, decir que un cuadro
ha sido pintado por algún discípulo de otro pintor famoso ya le da importancia. En este sentido se
entiende que como las mujeres no han adquirido esa genealogía no han podido tener esa oportunidad.
Las mujeres de esta forma no han podido formar parte del canon ni de la historia canónica.

Muy interesante también me ha parecido el concepto de “colonización interiorizada”. Pondré


aquí un ejemplo de lo que me pasó cuando me independicé y me fui a vivir con mi pareja. Un día que
mi suegra nos visitó me vio planchando una camisa y le dijo a mi pareja “¿cómo le estás dejando que
se planche las camisas?”. Esto es un claro ejemplo de cómo las personas son capaces de asumir y
reproducir discursos e ideas que les subordinan.

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La historia de las mujeres en la música era, hasta tiempos recientes, una historia no dicha. Las
instrumentistas, las directoras, las mecenas, las compositoras, no aparecían en los libros de historia, ni
sus obras se tocaban en los conciertos, ni se encontraban en las tiendas de discos. La musicología
feminista surge, en un principio, para enmendar esta carencia. La musicología feminista se interesa por
temas que hasta entonces eran marginales en los estudios sobre la música: las mujeres compositoras,
las intérpretes, el público femenino, las representaciones de género.

La musicóloga Lucy Green, en su obra Música, género y educación (1997) intenta mostrarnos
que tanto las prácticas musicales de las mujeres como los significados musicales marcados por el
género se han perpetuado a lo largo de la historia en relación con el concepto de patriarcado musical
y la teoría de la construcción social del significado musical.

Me ha sido curioso conocer que la idea de transmitir el mensaje feminista en la música es


relativamente reciente con ejemplos tan importantes como el de Ethel Smyth con su “marcha de las
mujeres” o el de la banda de rock para la liberación de las mujeres de los años 70.

En este aspecto también la educación a edades tempranas me parece muy importante, ya que
he podido ser testigo con este curso de que incluso la música y sonidos pueden transmitirnos
estereotipos de género como en el caso de los dibujos animados retransmitidos por la televisión.

En el caso de las artes plásticas, es cierto que la cantidad de mujeres artistas es mucho menor
que la de representaciones de mujeres en el arte, y muchas veces estas representaciones no son reales,
sino que funcionan como una simbología o un mito.

Linda Nochlin se preguntó el por qué no ha habido grandes mujeres artistas. Cuestiona no que
no haya habido grandes mujeres artistas sino que tampoco ha habido hombres (rechaza el “genio”
como algo innato); no se trata sólo de las dificultades evidentes de ellas para acceder a academias o
dedicarse a una labor más allá de lo doméstico, sino que la idea de «genio» es una creación cultural, y
que a medida que analizamos con mayor detenimiento la historia del arte nos damos cuenta que los
grandes relatos comienzan, con gran acierto, a resquejabrarse.

En el caso del cine, muchos films los personajes femeninos se envuelven con características
relacionadas con la belleza y la pasividad, vinculadas a la seducción, objeto de deseo, caprichosas y
rivales entre sí. Los masculinos son activos, fuertes y protectores, así como competitivos, valientes y
sujetos de la acción.

Asimismo, tanto unos como otras se encasillan en roles estereotipados. Además, ellas aparecen
en función de una historia de amor heterosexual. Lo importante en los personajes femeninos es
encontrar el amor por encima de todo, no siendo exitosas sin formar una familia; mientras que, para
los personajes masculinos, lo importante no es el amor, sino las aventuras que protagonizan. Es más,
siguen siendo hombres de éxito encuentren o no ese amor.

Analizar y reflexionar sobre las representaciones que ofrece el cine permite detectar aquellos
roles y estereotipos que pasan desapercibidos, para tener una mirada activa sobre lo que vemos. El
test de Bechdel, el cual desconocía, permite entrenar esa capacidad de análisis.

También desconocía la prueba de la lámpara sexy, que contempla un único requisito: si al


sustituir al personaje femenino por una lámpara con un post-it, la trama no cambia es que ese film es
sexista porque considera a las mujeres como meros objetos. Sin embargo, por muy ridículo que parece,

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no podemos sino alarmarnos al comprobar que, de nuevo, son muchas las películas que no pasan esta
prueba.

Por último, creo que en el caso de la comunicación, los medios de comunicación tienen un
impacto significativo en la configuración de nuestros pensamientos y acciones, reflejando e influyendo
en las estructuras y sistemas sociales. Tienen poder sobre nuestra comprensión del género, incluidas
las normas, los roles y los estereotipos. Las normas de género, o las expectativas y estándares sociales
que determinan cómo deben comportarse las personas y cumplir roles específicos en función de su
género percibido, desempeñan un papel fundamental en la distribución del poder dentro de la
sociedad. Estas normas también se reflejan en las estructuras de los medios de comunicación, como
ser en las organizaciones, asociaciones y salas de redacción.

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