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La lucha feminista también está en el arte; “vamos en

contra de la invisibilización de la mujer”

La desigualdad por cuestiones de género en el arte, ha existido a lo largo de toda la historia en México, las
artistas feministas y el movimiento; han logrado visibilizar la brecha que por muchos años excluyó y
minimizo a las mujeres artistas dentro de lo académico y profesional, no obstante esta lucha continua pues la
realidad artística actual aún dista mucho de estar a la delantera en cuestiones de género.

“Tome consciencia hasta que estaba en la ENAP; una compañera dio una plática sobre mujeres
artistas y al final nuestros compañeros dijeron que las mujeres éramos menos creativas que los
hombres, porque la creatividad se nos iba en la maternidad… fue ahí cuando dije; si no trato de
cambiar yo esa realidad, pues de nada sirve que sea yo artista ” Mónica Mayer.

A lo largo de toda la historia en México, el arte se ha construido dentro de una dinámica


“patriarcal” como un ámbito único y exclusivo del hombre. En la búsqueda histórica de los
principales representantes del arte, encontramos en libros de historia, referentes como José
Clemente Orozco, Diego Rivera, Saturnino Herrán, Alfaro Siqueiros, Rufino Tamayo. Mientras
que en el libro “61 artistas contemporáneos” publicado por la Secretaria de Relaciones
Exteriores de México, Instituto Matías Romero., la lista de hombres artistas abarca el 71% y las
mujeres solo el 29%.

El arte feminista siempre ha existido, a la gente le suena tan nuevo el asunto cuando en realidad
tiene poco de nuevo, la mujer en el arte ha sido invisibilizada, discriminada, menospreciada,
representada como “objeto” y sobre todo reivindicada en lo que “debería de ser”. Tenemos la
tendencia patriarcal a percibir cada obra de las mujeres como “si salieran de la nada” de la pura
excepcionalidad, la sociedad las ha enseñado como obras dispersas, huérfanas de una tradición
propia.

El movimiento y el arte feminista lograron visibilizar la brecha de desigualdad en los últimos


años, en los 70 fue mucho más radical lo que se planteó que lo que se consiguió, la brecha que
apenas se dio a conocer sigue afectando a las mujeres y estudiantes artistas de México hoy en
día. La lucha aun no acaba, la lucha por la igualdad de género en al arte aún continua.

-El arte de no estar calladas


El planteamiento más fuerte, más interesante y sobre todo más coherente del papel de la mujer
en México lo va a producir los años 70, en la denominada “segunda ola del feminismo”. El
malestar del legado patriarcal y las jerarquías sociales generaron la creación de movimientos
sociales a lo largo y ancho de todo el país. El Movimiento de Liberación de la Mujer y el
movimiento La Revuelta preguntaban a gritos; ¡¿Dónde están las mujeres artistas?! ¡¿Qué está
pasando con el arte y las oportunidades de las mujeres para crear?!

En la búsqueda de seguir avanzando, recuperar el pasado es parte fundamental para dar un paso
más, en la entrevista con la socióloga y fotógrafa artista Lucero Graciela Gonzales Montes , nos
plática como la búsqueda de las artistas no es solo una cuestión de justicia sino también de
necesidad.
“En el 68 justo cuando estaba llegando a la plaza de las tres culturas el ejército nos impidió
meternos a la plaza, por eso tal vez estoy viva, y entonces viene lo de la matanza y quedamos
en shock pero esa experiencia nos hizo decir; las cosas no pueden seguir así y hay que seguir
luchando”

Proveniente de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (UNAM) y una tradición


izquierdista, Lucero Gonzales a partir de su experiencia en el 68, fundó junto con el apoyo de
Susan Sontag y otras feministas el movimiento de Liberación de la Mujer, había llegado el
momento de denunciar la demagogia del país. El arte como los performance, obras de teatro,
bailes, pancartas, música, máscaras, murales nutrieron y fueron parte de su activismo en las
calles y junto con ellas, otras mujeres artistas alzaron la voz.

Se plantearon temas que partían de su propia experiencia, como la exclusión de la educación


artística, la discriminación de instituciones culturales como el FONCA que expresaba con
firmeza que lo que hacían las mujeres “no era arte” y también la falta de integración y el acoso.
En eso personal que se hace político, también lo personal se convierte en arte, la brecha que
pasaba desapercibida por todos estaba comenzando poco a poco a hacerse visible y el arte
feminista comenzó a vislumbrarse como una herramienta política.

“Finalmente el feminismo que concebimos mediante el arte es una nueva visión del mundo, una
nueva manera de estar aquí y ahora. Y el gran lema que nos acompaña desde hace 50 años es: lo
personal es político”. Lucero Gonzales

-El arte no tiene sexo

“El arte feminista tiene que ver: 1-con que la artista misma se identifique y se diga feminista y
2-que su obra este reflejando esas preocupaciones o esas preguntas sobre su búsqueda”. Lucero
Gonzales

De acuerdo con datos del INEGI del censo de 1990, de 147,183 personas registradas como
trabajadores del arte sólo el 13.3% son mujeres. El arte como una forma de comunicación e
identidad propia, se ve sobrepoblada de artistas varones y aunque “el arte no tiene sexo”, la
represión artística femenina, ha provocado que el arte solo se conciba dentro de la cultura
patriarcal y es por ello que el término de “arte feminista” nos parece nuevo aunque no lo sea.

En la plática con Mónica Mayer, artista y la mayor representante de la crítica de arte feminista
en México y América Latina, nos dice de una manera enérgica que; el feminismo es un “acto de
defensa personal” para entender las opresiones que atañen a las mujeres y por lo mismo es una
manera de entender cuando oprimes a alguien más.

Entonces, si bien la definición de lo que es el “arte feminista” aún sigue en debate, el arte
feminista lo que va a tener en común: es el punto de partida, la intención de querer cambiar las
cosas y entender lo que pasa. Mónica esclarece que existen muchos tipos de arte feminista, no
hay “uno solo”, de acuerdo al que le funcione a la artista, es con el que va contribuir a sus
propósitos. El arte feminista actual no es un “estilo” sino que es un movimiento, en sistema de
valores, una estrategia revolucionaria donde existe pluralidad de expresiones. Lo que se expresa
es que el arte no es solo de hombres, sino también de mujeres; porque el arte no tiene sexo.

“Puedes ver desde artistas muy consagradas hasta artistas que recién empiezan a trabajar en el
mundo del arte y de eso se trata, se cruzar y tender puentes entre todas; estar unidas” Lucero
Gonzales.
- "Las herramientas del amo, nunca desarmarán la casa el amo"

A partir de que la educación se volvió un derecho para todo el sector femenino, las mujeres en
México han dado un salto extraordinario en términos de niveles educativos, y hoy están por
encima de los hombres en número de matrículas universitarias. La lucha feminista logro la
integración de las mujeres en las escuelas y museos de arte, pero nos encontramos en la realidad
de que “mayor educación no significa mayores oportunidades”.

Una de las aspiraciones que deberíamos tener en la educación superior; es que sea un
mecanismo para cerrar brechas de desigualdad tanto en el ámbito educativo como laboral. La
Universidad Nacional Autónoma de México ha implementado en los últimos años, talleres de
igualdad de género así como de arte feminista en la Facultad de Artes y Diseño, pero ¿Qué
pasa? ¿Con qué nos encontramos en la realidad?

En el boletín de estadísticas de Tendencia de Género de la UNAM comparamos dos realidades;


la primera es que la matrícula de estudiantes mujeres en la FAD ha aumentado hasta llegar a un
68.4% en los últimos años, ¿Cuál es el problema? el problema radica en la desigualdad cultural,
pues las exposiciones dentro de los museos de la UNAM son abarcadas por hombres entre un 50
hasta 70%. Las cifras se invierten, es decir hay más mujeres artistas pero sus obras siguen
siendo menos expuestas.

Durante el 2016 la exposición de mujeres en el CHOPO abarco el 26%, en el MUAC 20%, en


MUCA ROMA 36% y en el Museo Experimental del ECO sólo el 28%.

Estamos en una paradoja controversial; las aspiraciones de las estudiantes por volverse artistas
han aumentado de manera brutal gracias a la inclusión y esfuerzo de la Universidad, pero, la
lógica de los museos de la UNAM sigue estando configurada en favorecimiento a los hombres.

Citando a la escritora feminista Audre Lorde: "Las herramientas del amo, nunca desarmarán la
casa el amo", la educación en la FAD nos da una victoria pero sólo es pasajera, como está
estructurado el mundo del arte en los museos universitarios; “son las herramientas del amo”.

-“La raíz del mal de ojo”

“No es un cambio nada más en las leyes o en que pongan el metro de mujeres y hombres sino de
que cambiemos como personas, hombres y mujeres y para eso justamente sirve el arte para eso
sirve la cultura, es un cambio en lo cultural como sociedad” Mónica Mayer

Hoy en día, uno los principales síntomas que se siguen padeciendo dentro de la brecha de
desigualdad en el arte, es la apatía tanto de las Instituciones culturales, educativas y sobre todo
de la sociedad. A través de la experiencia de la artista Mónica Mayer como pionera en la
documentación del arte contemporáneo en México, nos damos cuenta que la falta de interés
académica por la mujer artista, ha sido una de las principales generadoras de exclusión.

En su relato, nos narra como desde los años 80 con su grupo “Tlacuilas y Retrateras” –uno de
los primeros colectivos de arte feminista en México- comenzó a escribir textos de la
desigualdad artística., con un tono un tanto exclamativo nos dice; que la necesidad de que las
mismas artistas escribieran sobre el tema se debía a que ni las instituciones e incluso ni las
mimas investigadoras lo hacían; “no había quién se atreviera a estudiarlo como muy en serio
muy profundamente”.
Cómo se ha revelado, otro malestar de desigualdad se encuentra en los museos dentro y fuera de
la UNAM. La retratista Lucero Gonzales al presentarle las estadísticas de exclusión, suelta un
grito y nos dice: “No! es de más, es de todas las exposiciones, hay estudios tanto de nivel
nacional como nivel internacional, que en el primer mundo incluso las mujeres artistas, cuando
mucho participan en un 18 a 20% y en México en un 12 o 15%. Soy artista, lo viví y lo veo,
realmente el mundo del arte y la historia del arte sigue privilegiado a los hombres”.

Su principal causa, es que la sociedad machista y patriarcal en los espacios “museísticos” como
así lo denomina; son el espacio privilegiado para que expongan los hombres. El tema de la
apatía y desinterés por cambiar las cosas, sin duda es fuertemente cerrado con lo que Mayer
expone: “Tanto el Carrillo Gil como el Museo de Arte Moderno han hecho los números de la
cantidad de exposiciones que tienen de mujeres artistas: ya saben que es un problema, pero no
han hecho nada al respecto (…) lo sacaron apenas el año pasado o ante pasado, la proporción de
los museos, pero pues eso es muy reciente que la institución lo esté haciendo”.

Si en las instituciones y en los museos la desigualdad existe, que podemos esperar del mundo
laboral en México, las estadísticas del INEGI (1990) y el Instituto Nacional de la Mujer revelan
el mal que padece el arte en los últimos años; ya que de las 19,500 mujeres dedicadas al arte
17,000 perciben menos de un salario mínimo, aun cuando tienen una mayor preparación que los
hombres y sus jornadas son más largas. Pero lo más interesante del caso, es que a diferencia del
resto de las mujeres del país que tienen un promedio de 3.1 hijos, las artistas solo tienen un
promedio de 1.2 y solamente una cuarta parte del total está casada o unida.

“Conozco artistas buenos que tienen hijos, se llaman hombres” Tracey Emin. “Si quieres ser
buena artista tienes que no ser madre y sacrificar eso” Marina Abramović

Tanto Lucero Gonzales como Mónica Mayer coincidieron en la idea de que las mujeres
realmente están convencidas de esto, que no se puede ser una artista exitosa si se es madre o si
se es “mujer”. Lucero habla desde la experiencia, cómo los hombres artistas niegan la
capacidad, la potencia y la posibilidad de obras de las mujeres; “Muchas artistas empezaron su
obra, claro, desde el interior de las casas porque tenían que cuidar a los hijos, y se ha asumido
erróneamente que el cuidado de la casa es una tarea exclusiva de las mujeres”.

Por su parte, Mayer se construía en la escuela de arte, alrededor de la idea de que la imaginación
femenina se esfumaba con la llegada de la maternidad. ¿Pero cuál es el verdadero mal de las
dolencias que se viven en el arte? las dos artistas lo concluyen en dos palabras: “educación” y
“cultura”.

El “androcentrismo” es la mirada patriarcal que genera todos los males, con su vista puesta en el
arte levanta las principales barreras de la brecha que separan a la mujer del mundo artístico. El
verdadero problema que tenemos es el androcentrismo, es decir; el que todo este montado en la
sociedad y en la cultura para que la figura masculina sea central, no lo vemos como algo
sorprendente aunque debería sorprendernos. Pues no es normal que en una sociedad en la cual
existen dos sexos distintos, resulte que todo esta pensado en función de los hombres.

El problema es que dentro de la educación y sobre todo fuera de ella, existen otra serie de
mensajes de los cuales no somos tan conscientes. Dichos mensajes empiezan en el momento del
nacimiento, cuando se dice que es un “niño o una niña” ya se está proyectando una línea sobre
la criatura, el mensaje que reciben las niñas es que son el segundo sexo, “tú no eres la
importante, no eres la protagonista”, sino es el hombre al que la cultura y la educación
“estimula”.
La raíz del mal de ojo “es el androcentrismo” y empieza por la familia, sigue por el mundo
educativo y se acaba de completar en la cultura, a cualquier oportunidad de avance y progreso
que mire entre la mujer y el arte, genera daño, desgracia, enfermedad; manteniendo viva la
brecha.

Toda la cultura, en la cual estamos inmersos; es la respuesta a la pregunta del ¿Por qué? por qué
no hay educación igualitaria, por que las mujeres artistas no son nombradas, porque se les paga
menos, y porque la brecha de desigualdad sigue existiendo. La solución, está en la
reconfiguración cultural y educativa, y si bien no es un cambio que se genere de la noche a la
mañana, la cuestión es seguir avanzando, dar un paso a la vez, y arrancar de raíz el problema del
mal de ojo en el arte.

“Es una lucha de todos los días, en todos los ámbitos de tu vida, de que en tu casa las tareas del
hogar se repartan equitativamente y que los hombres no sigan esperando que las mujeres estén
para servirles. Y en el ámbito del trabajo, luchar por salarios iguales a trabajos iguales, y en los
partidos por tener representación equitativa y así en todos los aspectos de la vida (…) NO es
fácil ser feminista, pero es un gran orgullo ser feminista” Lucero Gonzales.

-Lo que no es nombrado no existe

“El feminismo lo que te propone es; Si cambiemos el mundo, pero empecemos por ti
misma” Lucero Gonzales

Escribir sobre arte feminista y abrir terreno en el tema, es difícil y sigue siendo un trabajo
persistente de las feministas. De todas las universidades que tienen estudios de género en
México, en donde abundan investigaciones sobre escritoras, cineastas y otras creadoras, ninguna
tiene una especialización en artistas visuales, en la FAD de la UNAM hace menos de cinco años
que se empiezan a implementar vagamente “talleres y pláticas” respecto al tema. Y en el Centro
Nacional de Investigación, Documentación e Información de Artes Plásticas solo hay una
investigadora dedicada al estudio de la mujer y el arte.

El conocimiento sobre las principales barreras que atañen a las artistas, apenas está siendo
visible, pero ni los investigadores y ni las mismas mujeres, conocen la mayor barrera de todas
aquella que impide el paso de decir “Aquí están las mujeres artistas”; la “autoinvisibilización”.

Aceptar la superioridad y prestigio del hombre artista, son ideas que se asumen y aceptan en
automático ¿Pero cuál es el verdadero problema derivado de esto? los procesos de
autoinvisibilización, “Las artistas TAMPOCO nos promovemos, por cuestiones educativas y
culturales, con el vigor de que podríamos hacerlo” Mónica Mayer.

Es algo tan explícito, que no se sabe; las mujeres mismas “también se minimizan”. La crítica de
arte Mónica Mayer es la única que puso en la mesa el planteamiento del problema, tanto en su
obra “la invisibilizacion de las artistas” como en sus libros “intimidades o no” y “Rosa
chillante” quita la venda y enfrenta el problema.

De acuerdo al documento de la situación de la Mujer en México “La problemática de la mujer


en el arte” que se presentó en la conferencia Mundial sobre la Mujer: de cada 10 artistas
beneficiados por el FONCA, solo tres son mujeres. Las artistas plásticas jóvenes obtienen 34%
de las becas, y en el Sistema Nacional de Creadores 22%. En la plática con Mayer, esclarece
que las becas se dan proporcionalmente igual, pero, la piden mucho más hombre que mujeres.
“Lo que pasa es que las mujeres no lo están pidiendo porque; estamos acostumbradas al fracaso
y si te mandan a la goma una vez con una beca, a lo mejor dices mi trabajo no es bueno o
porque como pasa en todas las carreras; las mujeres tenemos que tener el 80 o 85% de los
requisitos para atrevernos a pedir un trabajo por ejemplo” Mónica Mayer.

Como artistas, las mujeres tienen que sentir que sus obras son “la gran obra maestra” no solo
para atreverse a pedir una beca, sino también para difundirse a ellas mismas, para sentirse
verdaderas artistas. “Entonces son procesos complejos tanto de invizibilización por parte de la
sociedad y las instituciones, pero también de auto auto invisibilización” Mónica Mayer.

La solución a la desigualdad por razones de género en el arte no es “una cosa”; es un proceso.


Proceso en donde las mujeres artistas primero deben darse cuenta y tomar consciencia de la
realidad, y después ir abriendo la gama de posibilidades e ideas, a veces con dificultades pero
van abriendo; se abren los roles de mujeres. Una de estas posibilidades es “MUMA” –Museo de
la Mujer de México- un museo virtual que surgió en torno a la duda de donde están las mujeres
artistas en México.

Lucero Gabriela Gonzales genero este proyecto, que busca a las artistas hasta en los lugares más
recónditos del país; pintoras, videastas, escultoras, fotógrafas, las que hacen performance, las
que hacen arte en la calle., su respuesta a cómo hacer esto posible fue: “Pues la única manera es
un museo virtual porque tengo recursos limitados y no quiero depender de nadie, y menos de
instituciones que le dan preferencia a los hombres”.

Mónica y Lucero concuerdan que para gritarle al mundo que las artistas existen y sobre todo
que la brecha de desigualdad aún sigue vigente, es “ver la brecha” observarla, analizarla y saber
que existe, una vez ya reconocida esta genealogía que se sustenta en el patriarcado, las artistas
tienen que entrar; “desafiar” uno de los código culturales básicos, cuestionar como está
configurado el mundo del arte e intervenir sobre el de una manera feminista.

Pero el paso más importante y fundamental es cambiar nosotras mismas, pues si tú como artista
no te autoproclamas como tal, si tu no difundes tu arte, sino exclamas que el arte feminista está
presente, entonces no existes. El museo MUMA al abrir sus puertas lo que hace es decir; “aquí
estamos, si existimos y vamos a cambiar las cosas”. “Lo más duro y el reto mayor es ser
coherente entre lo que piensas, lo que sientes y lo que haces” Lucero Gonzales.

Entonces, busquemos el problema, abramos el debate generando controversia, avancemos y


cambiemos las cosas, porque nadie más lo hará por nosotras. Las mujeres lo que tenemos que
aprender es una cosa; lo que no es nombrado no existe.

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