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Resumen cap.

5: Técnicas terapéuticas
Biografía De Sigmund Freud
Sigismund Freud, que a los veintidós años habría de cambiar ese nombre por el de Sigmund,
nació en Freiberg, en la antigua Moravia, el 6 de mayo de 1856. Su padre fue un comerciante
en lanas que, en el momento de nacer él, tenía ya cuarenta y un años y dos hijos habidos en
un matrimonio anterior; el mayor de ellos tenía aproximadamente la misma edad que la madre
de Freud -veinte años más joven que su esposo- y era, a su vez, padre de un niño de un año.
En su edad madura, Freud hubo de comentar que la impresión que le causó esta situación
familiar un tanto enredada tuvo como consecuencia la de despertar su curiosidad y aguzar su
inteligencia.
En 1859, la crisis económica dio al traste con el comercio paterno, y al año siguiente la familia
se trasladó a Viena, en donde vivió largos años de dificultades y estrecheces, siendo muy
frecuentes las temporadas en las que, durante el resto de su larga vida (falleció en octubre de
1896), el padre se encontraría sin trabajo. Aunque siempre detestó Viena, Sigmund Freud
residiría en esta ciudad hasta un año antes de su muerte: pese a la intercesión de Roosevelt y
Mussolini, en junio de 1938 se vería obligado por su condición de judío (sus obras habían sido
quemadas en Berlín en 1933) a emprender el camino del exilio hacia Londres como
consecuencia del Anschluss, la anexión de Austria al proyecto pangermanista de la Gran
Alemania, preparada por los nazis con ayuda del canciller austriaco Arthur Seyss-Inquart y sus
prosélitos.
La familia se mantuvo fiel a la comunidad judía y sus costumbres, aunque no fue especialmente
religiosa; al padre cabe considerarlo próximo al librepensamiento, y el propio Freud había
perdido las creencias religiosas ya en la adolescencia.
Qué es el Psicoanálisis
El psicoanálisis es una teoría que investiga y ayuda a la comprensión del funcionamiento
mental normal y patológico. Asimismo, es un método terapéutico que trata los conflictos y
dificultades del psiquismo humano.
Fue creado por Sigmund Freud y ha ido evolucionando gracias a las aportaciones de diversos
autores a lo largo de más de un siglo, permitiendo así ampliar la aplicación del método al
tratamiento de niños, adolescentes, grupos y familias.
Es interesante mencionar que, en su definición de 1926, sólo se refiere a dos usos del término;
y aun en éstos se detectan pequeñas, pero significativas, diferencias Psicoanálisis:

 Un método para el tratamiento de las neurosis


 La ciencia de los procesos anímicos inconscientes, que con todo acierto es denominada
también ‘psicología de lo profundo’”.
 Como cualquier otra ciencia o método terapéutico, el psicoanálisis posee una serie de
postulados sobre los cuales fundamenta su quehacer. Santiago Ramírez (1983) por
cierto, uno de los primeros y principales promotores del psicoanálisis en México listó de
forma admirable algunos de ellos.
 La conducta está motivada. Esto significa que determinado tipo de experiencias previas
van a ser con dicionantes de la conducta ulterior. Para ser más exactos, podemos decir
que todo tipo de conducta está motivada por la historia del sujeto.
 Gran parte de las motivaciones generadoras de conducta son inconscientes. De hecho,
se asume que las motivaciones inconscientes sobrepasan a las conscientes, lo cual
implica que, si bien una gran parte de lo que hace el ser humano está motivado, por lo
común desconoce el porqué.
 Las pautas de conducta son resultado de la interacción de sujeto con los objetos. Las
pautas de conducta, cualesquiera que ellas sean, son el resultado de la interacción del
sujeto con los objetos que entraron en contacto con sus necesidades en la infancia:
madre, ambiente, padre, hermanos.
 La conducta tiende a automatizarse por una economía de esfuerzo. Esas pautas de
conducta que uno cuidadosa, dedicada y lentamente estructura, tienden a
automatizarse independientemente de que la pauta sea dolorosa, pues la pauta que se
adoptó en el momento necesario fue la más operativa entonces.
 Cada fragmento de conducta es un trozo de historia. La conducta no es un trozo o un
fragmento de expresión desubicado o desvinculado del tiempo; sino un trozo
consistente de hechos, anclado a la historia del sujeto.
 Las pautas que tiene un sujeto determinado tienden a ser muy monótonas. Una vez que
un individuo estructuró su pauta, funcionará básicamente de modo repetitivo ante cada
circunstancia, sujeto, objeto o situación.
 Una conducta, como cualquier energía, si no estuviera alimentada por el ambiente
tendería a extinguirse. Una conducta neurótica, si no tuviera la alimentación que
propició su existencia, se extinguiría.

La Organización De La Personalidad

LAS PULSIONES: En psicoanálisis se considera la pulsión como la parte más esencial


del funcionamiento psíquico, sobre la cual descansa todo lo demás.
Una pulsión es un constituyente psíquico asociado a una energía, genéticamente
determinado, que cuando actúa produce un estado de excitación psíquica o tensión, la
cual impele al individuo a una actividad que busca la descarga o gratificación al
resultado de la colocación o carga de un objeto por parte de una pulsión se le llama
investidura6 y significa “la cantidad de energía psíquica que está orientada hacia o
unida a la representación mental de una persona o cosa”.
La hipótesis de Freud acerca de los tipos de pulsión:
1.Su primera formulación, propuso dividir las pulsiones en sexuales y del yo (o de
autoconservación).
2.La agresiva o destructora.
El estudio de diversos fenómenos psíquicos y en particular los del sadismo y masoquismo, lo
llevaron eventualmente a revisar una vez más sus teorías y, en Más allá del principio del placer
planteó la existencia de dos pulsiones: las de vida (que se asimilan a las pulsiones sexuales) y
las de muerte (a las cuales asimila el concepto de pulsión agresiva, hasta entonces poco
definido).
Para Freud, todas las manifestaciones que podemos observar normales o patológicas,
participan de las pulsiones sexual y agresiva, por lo que, habitualmente, ambas se hallan
fusionadas, aunque no necesariamente en cantidades iguales.
Hay dos clases de energías psíquicas:
1. Aquellas que están asociadas con la pulsión sexual un nombre especial libido.
2. Las que están relacionadas con la de agresión le menciona como energía de agresión o
simplemente agresión.
Freud definió primero la pulsión como un estímulo de la mente proveniente del organismo
Teoría Topográfica Del Aparato Psíquico
El psicoanálisis concibe la vida psíquica como evolución incesante de fuerzas elementales,
antagónicas, compuestas o resultantes, con un concepto dinámico del psiquismo.
El primer sistema metapsicológico teórico con que Freud trabajó representa una topografía
hipotética del aparato psíquico dividida en tres planos delimitados con mayor o menor
rigurosidad: inconsciente, preconsciente y consciente.
1. El sistema inconsciente: El término “inconsciente” existía en la literatura filosófica antes
de los estudios de Freud, pero se le atribuía un sentido negativo, una carencia. En
cambio, para el psicoanálisis, el término inconsciente es psíquicamente positivo, es un
sistema en constante evolución, cargado de energía pulsional.
La existencia del inconsciente se puede establecer por el contenido y la forma de actuar.
Algunos de los mecanismos utilizados por el inconsciente son:
• Desplazamiento: consiste en la movilización y cambio de lugar de una carga psíquica,
un desplazamiento de la importancia de una unidad a otra.
• Condensación: reside en la unión de varios elementos separados que tienen cierta afinidad
entre sí.
• Proyección: radica en atribuir sentimientos, pensamientos o intenciones propias a una
persona ajena.
• Identificación: consiste en el acto psíquico de tomar para uno características propias de otro.
En el inconsciente pueden considerarse, en forma hipotética:

a) una parte compuesta por elementos que se hallan temporalmente en él y están, por
consiguiente, sometidos a sus leyes, pero que en cualquier momento pueden hacerse
conscientes (preconsciente), y por otra.

b) elementos que no pueden aflorar al consciente, pero que, aun así, llegan a producir
determinados efectos por vías indirectas, alcanzando la conciencia en forma de
síntomas o sueños
2.El sistema preconsciente: En la topografía del aparato psíquico, el sistema preconsciente se
localiza entre el consciente y el inconsciente.
El preconsciente se relaciona con la realidad externa y con el inconsciente, y ésta es la razón
por la cual durante el trabajo onírico se usan sucesos reales, una idea concebida en estado de
vigilia.
El preconsciente tiene sus leyes y funciones:

 La elaboración de una sucesión cronológica en las representaciones


 El hallazgo de una correlación lógica
 El “llenado” de lagunas existentes entre ideas aisladas
 La introducción de una relación causa-efecto entre los fenómenos
3.El sistema consciente: El consciente es un órgano de percepción para las impresiones que
nos absorben por el momento y debe ser considerado como un órgano sensorial situado en el
límite de lo interno y lo externo con capacidad para percibir procesos de una u otra
procedencia.
Teoría Estructural Del Aparato Psíquico
De acuerdo con esta nueva conceptualización, la personalidad total está integrada por tres
sistemas principales: el ello, el yo y el superyó.
1. El ello. El ello tiene como función la descarga de cantidades de excitación (energía o
tensión) que se originan en el organismo a partir de estímulos internos o externos. Esa
función del ello cumple con el llamado principio del placer (evitar el dolor y lograr el
placer).
2. El yo. Los dos procesos con los cuales el ello descarga la tensión —a saber, la
actividad motriz impulsiva y la formación de imágenes (realización de deseos), no son
suficientes para alcanzar los grandes fines evolutivos de la supervivencia y la
reproducción.
El yo no está gobernado por el principio del placer, sino por el principio de la realidad.
La finalidad del principio de la realidad es demorar la descarga de energía hasta que
haya sido descubierto o presentado el objeto real que satisfará tal necesidad.
El principio de realidad tiene a su servicio un proceso que Freud llamó proceso
secundario. que consiste en descubrir o producir la realidad con un plan de acción que
se ha desarrollado por el pensamiento y la razón (cognición).
3.El superyó. La tercera institución fundamental de la personalidad, el superyó, es la
rama moral o judicial de la personalidad.
El superyó está compuesto por dos subsistemas: el ideal del yo y la conciencia moral.
LOS SUEÑOS: Los sueños son el camino regio hacia el inconsciente, en particular a
aquellos contenidos mentales reprimidos o excluidos en alguna forma de la conciencia y
de su descarga debido a las actividades defensivas del yo.
El soñar es sólo el resultado final de una actividad mental inconsciente que amenaza
con interferir el acto mismo de dormir.
La teoría psicoanalítica de los sueños puede formularse de la siguiente manera: los
pensamientos e ideas conectadas con las actividades y preocupaciones del durmiente
en su vida habitual de vigilia permanecen activas en su mente en forma inconsciente
mientras duerme, a la vez que el aparato perceptual continúa recibiendo cierto grado de
información por parte de los órganos de los sentidos.
La fase final del sueño consiste en la elaboración secundaria, que es el intento del yo
por dar al sueño manifiesto una apariencia lógica y coherente.
El sueño manifiesto puede considerarse una formación de compromiso, ya que
consigue resolver la oposición entre las fuerzas del contenido latente y las defensas del
yo.
En 1900, Sigmund Freud publica la "Interpretación de los sueños". Para Freud el sueño
es el resultado de nuestra propia actividad anímica, representado por imágenes visuales
surgidas por representaciones involuntarias y por imágenes auditivas proyectadas en su
espacio exterior.
La teoría Psicoanalítica otorga una gran importancia al sueño a partir de la
interpretación de los mismos, revelando cada sueño como un producto psíquico pleno
de sentido al que puede asignarse un lugar perfectamente determinado en la actividad
anímica de la vida despierta. Es en este aspecto que Freud revoluciona el significado de
los sueños con su nueva teoría, rompiendo así con el aspecto mágico, profético y de
rasgo celular que se había atribuido a los sueños, siendo este un corte epistemológico
dentro del psicoanálisis.
En Freud la interpretación de los sueños priorizo la búsqueda de un contenido latente
reprimido detrás del sueño; este determinismo lineal es emergente del paradigma de
una época. En efecto Freud concibe la fantasía y el fantaseo como combinaciones
inconscientes de cosas vividas y oídas. Desde esta misma perspectiva el sueño queda
limitado al trabajo de transformación (condensación y desplazamiento) de un material
que procede de algún modo de lo vivenciado y que por tanto es reproducido, recordado
el sueño, dando lugar a representación más complejas de carácter simbólico.

El Sueño es para Freud la vía regia hacia el inconsciente, esa zona realmente
descubierta y explorada por él, la cual explica de la siguiente manera: “denominaremos
inconsciente a aquellas representaciones latentes de las que tenemos algún
fundamento para sospechar que se hallan contenidas en la vida anímica. Más adelante
profundiza afirmando “una representación inconsciente será entonces una
representación que no percibimos, pero cuya existencia estamos, sin embargo, pronto a
afirmar, basándonos en indicios y pruebas.
Teoría Del Desarrollo Psicológico
Una región del cuerpo en que los procesos excitantes e irritantes (tensiones) tienden a
concentrarse, y cuyas tensiones pueden ser eliminadas mediante alguna acción sobre tal
región, como puede ser chupar o acariciar, recibe el nombre de zona erógena.
Las tres principales son la boca, el ano y los órganos genitales, aunque cualquier parte de la
superficie del cuerpo puede convertirse en centro excitatorio que demande alivio y proporcione
placer. Cada una de las principales zonas se asocia con la satisfacción de una necesidad vital:
la boca con el comer, el ano con la eliminación y los órganos sexuales con la reproducción.
Cada zona tiene predominancia durante una fase del desarrollo. Las revisaremos a
continuación:

 La fase oral. Corresponde aproximadamente al primer año de vida. Se caracteriza por


dos formas de placer: chupar (placer oral erótico) y morder (placer oral agresivo, que
por lo regular tiene que esperar a la aparición de la dentición.
 La fase anal. Sucede aproximadamente durante el segundo año de vida. La zona
erógena predominante es el ano.

 La fase fálica. Se presenta aproximadamente entre los tres y los cinco años de vida. En
ella, adquieren importancia placentera los órganos sexuales.
Al mismo tiempo, existe una intensificación del anhelo sexual del niño por sus padres, que
inicia una serie de cambios y conflictos importantes.
Sin embargo, dado que los órganos reproductivos masculinos y femeninos son
estructuralmente diferentes, es necesario examinar los acontecimientos de la etapa fálica por
separado:

 La fase fálica masculina: antes de la aparición del periodo fálico, el niño ama a su
madre y se identifica con su padre. Cuando el impulso sexual aumenta, el amor del niño
por su madre se hace más incestuoso y, en consecuencia, se pone celoso de su rival, el
padre.

 La fase fálica femenina: al igual que en el caso del niño, el primer objeto amoroso de la
niña es la madre. Pero, a diferencia de lo que ocurre con el niño, no hay muchas
probabilidades de una temprana identificación con el padre.

 La fase de latencia. La fuerza de las pulsiones sexuales declina durante este periodo
debido, sobre todo, a que el superyó ha adquirido un fuerte predominio y parece
mantener dominadas las presiones pulsionales.
TÉCNICA PSICOTERAPÉUTICA
A formación de un psicoanalista es difícil y compleja. Lo común es que requiera entre cuatro y
seis años después de la licenciatura o maestría (o especialidad en psiquiatría) en alguna de las
diversas áreas de la salud (medicina, psicología, trabajo social, entre otras), en los cuales,
además de seminarios teóricos, se someten a supervisión regular varios tratamientos de
pacientes propios.
Herramientas Terapéuticas Utilizadas En El Proceso Psicoanalítico
Entre las herramientas terapéuticas utilizadas en el proceso psicoanalítico se cuentan las
siguientes:
1. Sugestión
2. Persuasión
3. Abre acción o catarsis
4. Estrategias y tácticas
5. Clarificación
6. Interpretación y elaboración.
Una neurosis implica la existencia de un conflicto psíquico inconsciente que se expresa a
través de las distintas combinaciones de signos y síntomas (ideas, ansiedades, inhibiciones,
temores, conductas, emociones, pensamientos, impulsos a realizar actos que el individuo no
desea, amnesias, alteraciones del nivel de conciencia, dificultades en las relaciones
interpersonales.
LA REGLA FUNDAMENTAL
La primera labor del analista estriba en crear un ambiente que permita la expresión más libre
posible de las fuerzas inconscientes reprimidas. A ello contribuye, como ya se mencionó, la
utilización del diván, que aísla al paciente de la mirada del analista y de cualquier otro estímulo
del consultorio, pero también el hecho de que el terapeuta mantenga una actitud de
neutralidad, sin emitir juicios de valor, consejos o indicaciones, y sin hacer referencia a sus
propias experiencias o maneras de enfrentar determinadas situaciones.
No obstante, lo que más favorece esta expresión relajada de su inconsciente es la regla
fundamental del psicoanálisis. Siempre es grato recordar cómo la formulaba Freud:
Una cosa todavía, antes que usted comience. En un aspecto su relato tiene que diferenciarse
de una conversación ordinaria. Mientras que en ésta usted procura
mantener el hilo de la trama mientras expone, y rechaza todas las ocurrencias perturbadoras y
pensamientos colaterales, a fin de no irse por las ramas, como suele decirse, aquí debe
proceder de otro modo. Usted observará que en el curso de su relato le acudirán pensamientos
diversos que preferiría rechazar con ciertas objeciones críticas.
LA INTERPRETACIÓN Fenichel (1982) advierte que el analista:
a) ayuda al paciente a eliminar sus resistencias lo más posible llamando su atención sobre los
efectos de las mismas.
b) trata de deducir lo que hay detrás de sus comunicaciones, suministrándole esa información.
Sólo que esto no puede realizarse en cualquier momento, sino cuando los contenidos
inconscientes están tan cerca de la conciencia que la interpretación meramente los “empuja” en
el último tramo. Así que la interpretación debe tener un tempo o timing para serle presentada al
paciente.
LA TRANSFERENCIA: Freud decía que “nadie puede ser ajusticiado in absentia o in effigie”
(1912: 105). Esta famosa y afortunada frase hace alusión a que, en el tratamiento
psicoanalítico, es necesario revivir el conflicto neurótico original, traerlo al presente, reeditarlo.
El mejor sitio para hacerlo es la relación analista-paciente. A esto se le conoce como relación
transferencial o transferencia.
Transferir, en psicoanálisis, significa que el paciente experimenta hacia el terapeuta
sentimientos y fantasías que en realidad corresponden a figuras de su pasado; por lo tanto, son
incongruentes con la realidad actual, por más que al paciente le parezca que esto no es así.
¿Qué es la Terapia Psicoanalítica?
Es una modalidad de tratamiento psicológico que tiene como objetivo ayudar a las personas a
conocer y comprender lo que hay en su mente inconsciente y cómo influye en su vida actual.
a teoría psicoanalítica data del siglo XIX (1896 aproximadamente) y su creador fue el neurólogo
austriaco Sigmund Freud, razón por la cual es reconocido como el padre del psicoanálisis.
Para Sigmund Freud, el inconsciente es el lugar en donde se encuentran los deseos,
pensamientos y recuerdos más profundos de la mente humana.
¿Cómo funciona la Terapia Psicoanalítica?
Al igual que en otros tipos de terapia psicológica, en la terapia psicoanalítica el terapeuta
también se suele reunir con el paciente por lo menos una vez por semana.
La manera en la que suelen trabajar los terapeutas psicoanalíticos es por medio del diálogo
constante con el paciente, ya sea que estén acostados en el diván o prefieran estar sentados.
El vínculo que se suele generar entre el terapeuta y el paciente es bastante estrecho, ya que
este tipo de terapia generalmente suele durar incluso varios años.
El terapeuta pasa mucho tiempo escuchando a los pacientes hablar sobre sus vidas y las
emociones que han experimentado en cada momento importante para ellos.
Es por esta razón que a este tipo de método también se le conoce como “la cura del habla”.
El psicoanalista se asegura de crear un ambiente seguro y cómodo para el paciente, para que
se sienta libre de expresar todo lo que siente y desarrollar un vínculo profundo con él.
Mientras el terapeuta escucha con atención al paciente, también se encarga de captar aquellas
posibles fuentes inconscientes que le están generando dificultades actualmente.
3 Técnicas de Terapia Psicoanalítica
Algunas de las técnicas que más se suelen utilizar en la terapia psicoanalítica son las
siguientes:
1. Asociación Libre
Esta técnica consiste en dejar hablar al paciente de todo aquello que le viene a la mente sin
reprimirlo.
El terapeuta elige una lista de palabras (por ejemplo, amor, niñez, adultez, madre, padre, etc.) y
el paciente tiene que responder inmediatamente con la primera palabra que le venga a la
mente.
La finalidad es que, mediante esta técnica, el paciente externe asuntos reprimidos de los que
tal vez ni el mismo es consciente y si son relevantes se va a trabajar con ellos. Es interesante
ya que por medio de esta técnica incluso pueden salir a la luz recuerdos de experiencias que
sucedieron en el pasado que la persona había reprimido en forma de olvido. En ocasiones, el
paciente puede mostrarse reacio a este tipo de ejercicio y le cuesta trabajo decir lo que está
pensando rápidamente sin detenerse un momento a pensar en la respuesta. Sin embargo,
cuando existe resistencia ante ciertas palabras, esto también puede ser un buen indicador para
el terapeuta de que se está acercando a alguna idea importante reprimida.
2. Análisis de Sueños
Para Freud, los sueños son “el camino real hacia el inconsciente” y es que cuando soñamos
nuestra mente consciente se encuentra menos vigilante ya que estamos dormidos.
Por lo tanto, según el psicoanálisis, cuando soñamos tenemos la posibilidad de que salgan a la
superficie todos aquellos recuerdos e ideas que teníamos reprimidas.
Es por esto que, durante las sesiones, también se trabaja con los sueños e incluso se le
recomienda al paciente llevar un registro de estos.
3. Transferencia: La transferencia se refiere a la repetición que ocurre de manera inconsciente
en el aquí y ahora de conflictos del pasado por medio de la interacción entre terapeuta y
paciente.
El análisis de estas emociones, creencias y/o sentimientos vinculados a personas importantes
para el paciente, es de gran ayuda para llevar a cabo su proceso de cambio.
Cuando esto ocurre, el terapeuta se lo hace saber al paciente para que pueda comprenderlo y
que a partir de ahí también logre mejorar la relación que tiene con estas personas.
Capítulo 6: terapia de conducta
Introducción
La modificación de conducta o terapia de conducta surge hacia la mitad del presente siglo
como una alternativa revolucionaria a la actuación en el ámbito de la “salud mental”. En sus
primeros momentos, aparece como una revolución frente a los modelos explicativos y
procedimientos de intervención en este ámbito, a la vez que como un movimiento científico con
respuestas más eficaces a las demandas sociales existentes al respecto. Desde sus
comienzos, se configura como una alternativa innovadora, válida y eficaz, no sólo para explicar
los problemas planteados, sino para aportar soluciones más eficaces a estos problemas.
La terapia de conducta supone un cambio radical. En primer lugar, abandona el concepto de
“salud mental”, por el de “conducta anormal”, entendiendo anormal en función de su adaptación
al medio ambiente. No se considera que las personas sean “anormales”, sino que realizan
alguna o algunas conductas anormales. En consecuencia, el objetivo se centrará en promover
el cambio de las posibles conductas desadaptativas, ya sea reduciéndolas o eliminándolas, o
bien, desarrollando otras alternativas.
Caracterización de la terapia de conducta
Modelo de conducta anormal en terapia de conducta
Las conductas de las personas, lo mismo que las de cualquier otro organismo, se llevan a cabo
siguiendo determinadas leyes o reglas, no por azar. Estas leyes vienen determinadas por la
adaptación de los organismos al medio. Por tanto, no puede haber diferencias “cualitativas”
entre las conductas, pues todas están regidas por la adaptación al medio, y el organismo que
no realiza conductas que le adapten al medio no sobrevivirá.
Características básicas de la terapia de conducta
Las conductas anormales se adquieren, mantienen y extinguen según las leyes generales que
también rigen las demás conductas consideradas normales. Por la misma razón, pueden
modificarse de idéntica forma que las conductas normales.
La labor del terapeuta de conducta se centra en el análisis, evaluación y tratamiento de
conductas específicas y sus determinantes, y no en constructos internos o en hipotéticas
causas subyacentes no objetivables ni operativizables.
Se subraya la trascendencia de la conducta mensurable y se toma ésta como el objeto de
referencia. El término mensurable no siempre significa conducta manifiesta; de hecho, algunos
de los seguidores de este modelo se han interesado por constructos internos o respuestas
encubiertas.
El proceso de diagnóstico consiste en la evaluación continua de los repertorios conductuales
del sujeto. Dicha evaluación implica el estudio de las conductas y las variables específicas o
determinantes que controlan su aparición.
El objetivo de la intervención será instalar conducta(s) que el sujeto no tiene o sustituir la(s) que
tiene por otra(s) más adecuada(s). Se trata de producir un cambio conductual observable y
medible, directa o indirectamente, en cualquiera de las tres modalidades de respuesta:
 Motoras
 Fisiológicas
Cognitivas
La intervención puede dirigirse no sólo a modificar de forma directa las conductas del sujeto,
sino el medio físico o social de éste como forma de cambiar sus conductas.
Es un enfoque centrado en el aquí y ahora, el énfasis se coloca en los determinantes actuales
del comportamiento. La historia pasada es relevante en la medida en que informa de variables
que influyen en la conducta presente.
El terapeuta de conducta debe adaptar su actuación a las características individuales del
paciente y su medio, diseñando y aplicando en cada caso un programa de intervención
concreto para modificar las conductas específicas o las condiciones del medio objeto de
intervención.
Los procedimientos de intervención deben evaluarse en forma experimental y comprobar su
eficacia. Es necesario establecer tanto la eficacia de técnicas o programas de intervención,
como de cada uno de los componentes incluidos.
Los conocimientos, métodos y procedimientos de la psicología experimental se emplean como
base fundamental para ampliar el conocimiento acerca de la etiología de la conducta, su
evaluación, desarrollo y modificación.
Técnicas de intervención en terapia de conducta
Uno de los aspectos más destacados y destacables de la terapia de conducta ha sido el
desarrollo de procedimientos de intervención sistematizados y breves, que además han
expuesto de forma reiterada su eficacia, tanto en general, como en forma específica en los
diferentes ámbitos de aplicación. Este modo de abordar el aprendizaje del quehacer profesional
de los psicólogos clínicos desde una perspectiva científica es revolucionario frente al
desarrollado por acercamientos alternativos, en los que el aprendizaje se aproxima a ritos
iniciáticos o noviciados. Las primeras técnicas (técnicas operantes, desensibilización
sistemática, técnicas aversivas, entre otras) se desarrollaron a partir de la teoría del
aprendizaje.
Técnicas generales

T é c n ic a s d e c o n tro l d e la T é c n ic a s T é c n ic a s b a s a d a s e n e l
a c tiv a c ió n d e e x p o s ic ió n c o n d ic io n a m ie n to o p e r a n te

R e la ja c ió n d if e r e n c ia l o D e s e n s ib iliz a c ió n R e f o r z a m ie n to p o s itiv o y
p r o g r e s iv a s is te m á tic a n e g a tiv o
E n tr e n a m ie n to a u tó g e n o I n u n d a c ió n , M o ld e a d o
T é c n ic a s d e c o n tro l d e la E x p o s ic ió n g u ia d a E ncadenado
r e s p ir a c ió n A u to e x p o s ic ió n . E x tin c ió n o p e r a n te
T é c n ic a s d e b io f e e d b a c k T ie m p o f u e r a d e
r e f o r z a m ie n to
C o s to d e r e s p u e s ta .

T é c n ic a s d e
T é c n ic a s a v e rs iv a s c o n d ic io n a m ie n to e n c u b ie rto T é c n ic a s d e a fro n ta m ie n to
o im a g in a ri
C a s tig o S e n s ib iliz a c ió n e n c u b ie rta o In o c u la c ió n d e l e s tré s
P ro c e d im ie n to s d e e s c a p e im a g in a ria E n tre n a m ie n to e n m a n e jo d e
P ro c e d im ie n to s d e e v ita c ió n M o d e la d o e n c u b ie rto o la a n s ie d a d
C o n d ic io n a m ie n to c lá s ic o im a g in a rio D e te n c ió n d e p e n s a m ie n to
c o n e s tím u lo s a v e rs iv o s T é c n ic a s d e a u to in s tru c c ió n

Técnicas específicas
Las técnicas son sólo instrumentos auxiliares y que la labor central del terapeuta de conducta
es el diseño de un programa de acción individualizado a partir de la adecuada evaluación y
formulación del problema

Reside en dejar de dispensar reforzamiento a una conducta


Extinción previamente reforzada.

Reforzamiento diferencial de conductas Consiste en reforzar una conducta que es incompatible o


incompatibles o alternativas alternativa a la que se desea eliminar.

Se funda en el retiro al acceso a las fuentes de reforzamiento


durante un periodo, de forma contingente a la emisión de la
Tiempo fuera de reforzamiento conducta.
Se aplica cuando sabemos lo que controla la conducta, pero no
podemos eliminarlo.

Consiste en retirar cantidades específi cas de reforzadores de


Costo de respuesta forma contingente con la emisión de la conducta que se desea
reducir.
Se basa en que el sujeto realice un esfuerzo que remedie las
Sobrecorrección consecuencias negativas de la conducta desadaptada.
Dos componentes básicos: Restitución y Práctica positiva

Implica la presentación repetida de un estímulo muy reforzador


Saciación para el paciente, en un lapso pequeño, hasta que el estímulo
pierda su valor reforzante.

Consiste en la presentación de un estímulo aversivo de forma


Castigo contingente a una conducta.

Ámbitos de Aplicación de la Terapia de la Conducta


 Área clínica y de salud: La terapia de la conducta es una forma de tratamiento psicológico
que se centra en modificar conductas problemáticas y promover conductas saludables. En
el ámbito clínico y de salud, se utiliza para tratar una amplia gama de trastornos y
problemas emocionales, como la ansiedad, la depresión, los trastornos alimentarios, las
adicciones y las fobias. La terapia se basa en la premisa de que los comportamientos son
aprendidos y, por lo tanto, pueden ser desaprendidos o reemplazados por conductas más
adaptativas.
 Área laboral:
La terapia de la conducta también tiene aplicaciones en el ámbito laboral. Se utiliza para
abordar problemas relacionados con el estrés laboral, la ansiedad y la falta de habilidades
sociales en el entorno de trabajo. La terapia puede ayudar a los individuos a identificar y
modificar patrones de comportamiento contraproducentes, mejorar la resolución de
problemas y desarrollar habilidades de afrontamiento efectivas. Además, puede ser útil para
abordar problemas de relación en el lugar de trabajo y promover un ambiente laboral
saludable.
 Área de deportes: En el ámbito deportivo, la terapia de la conducta se utiliza para mejorar
el rendimiento y la conducta de los atletas. Los terapeutas trabajan con los deportistas para
ayudarles a identificar y superar barreras psicológicas que puedan afectar su desempeño,
como la ansiedad competitiva, la falta de motivación o la falta de concentración. Además,
se pueden utilizar técnicas de modificación de conducta para fortalecer habilidades
específicas, como la visualización mental, el control del estrés y el establecimiento de
metas.
 Área escolar: En el ámbito escolar, la terapia de la conducta se emplea para abordar
problemas de conducta y mejorar el rendimiento académico de los estudiantes. Los
terapeutas trabajan con niños y adolescentes para identificar y modificar comportamientos
problemáticos en el aula, como el déficit de atención, la impulsividad o la agresión. Además,
la terapia puede ayudar a los estudiantes a desarrollar habilidades de estudio efectivas, a
manejar el estrés relacionado con el rendimiento académico y a fomentar una actitud
positiva hacia el aprendizaje.

En resumen, la terapia de la conducta es una forma de tratamiento psicológico ampliamente


utilizada en diversas áreas. Se enfoca en modificar comportamientos problemáticos y promover
conductas más adaptativas, y su ámbito de aplicación incluye la clínica y la salud, el entorno
laboral, el ámbito deportivo y el ámbito escolar. Cada uno de estos ámbitos se beneficia de las
técnicas de modificación de conducta para abordar problemas específicos y mejorar el
bienestar general de los individuos involucrados.
Avances Recientes en la Modificación de la Terapia de Conducta
 Problemas a los que se ha dirigido la intervención:
La terapia de conducta ha ampliado su enfoque y ahora se dirige a una variedad de
problemas psicológicos y de comportamiento. Además de los trastornos tradicionalmente
abordados, como la ansiedad y la depresión, se ha avanzado en la intervención en
trastornos más complejos, como el trastorno del espectro autista, el trastorno por déficit de
atención e hiperactividad (TDAH) y trastornos del sueño, entre otros.

 Momento o fase de intervención: Los avances recientes han puesto énfasis en la


intervención temprana y la prevención. Se ha reconocido la importancia de abordar los
problemas conductuales y emocionales desde etapas tempranas de la vida, con el fin de
prevenir la aparición de trastornos más graves en el futuro. La intervención temprana puede
incluir programas de apoyo parental, intervención en el ámbito escolar y el uso de técnicas
de modificación de conducta adaptadas a las necesidades de los niños y adolescentes.
 Objetivo de la intervención: Se ha producido un cambio hacia la promoción del bienestar
general y el desarrollo de habilidades adaptativas. Además de reducir los síntomas
problemáticos, la terapia de conducta actual se centra en fortalecer el funcionamiento global
de los individuos. Esto implica fomentar habilidades de afrontamiento saludables, mejorar la
autoestima, promover la resiliencia y promover un estilo de vida equilibrado.
 Destinatarios de la intervención: La terapia de conducta ha ampliado su alcance y se ha
adaptado a diferentes grupos de población. Se han desarrollado intervenciones específicas
para niños, adolescentes, adultos y personas mayores, teniendo en cuenta las
características y necesidades de cada grupo. Además, se ha prestado más atención a la
diversidad cultural y se han adaptado los enfoques terapéuticos para satisfacer las
necesidades de grupos minoritarios.
 Colaboración con otros profesionales:
Se ha producido un reconocimiento creciente de la importancia de la colaboración
interdisciplinaria en la terapia de conducta. Los terapeutas ahora trabajan de manera
conjunta con otros profesionales de la salud, como médicos, psiquiatras, trabajadores
sociales y educadores, para brindar una atención integral a los individuos. Esta
colaboración permite un enfoque más completo y eficaz en la intervención.
 Programas y técnicas de intervención: Han surgido nuevos programas y técnicas de
intervención basados en la evidencia. Se han desarrollado intervenciones más
estructuradas y protocolos de tratamiento específicos para diferentes trastornos y
problemas. Además, se ha avanzado en la utilización de tecnologías digitales y
aplicaciones móviles como herramientas complementarias en la terapia de conducta, lo que
ha ampliado las opciones de tratamiento y facilitado el seguimiento de los progresos.
 Forma de desarrollar las intervenciones: Los avances en la terapia de conducta han
promovido un enfoque más personalizado y centrado en el individuo. Se ha reconocido la
importancia de adaptar las intervenciones a las características y necesidades específicas
de cada persona. Esto implica una evaluación más exhaustiva, la elaboración de planes de
tratamiento individualizados y la consideración de las preferencias del individuo en el
proceso terapéutico.
Caracterización de La Terapia de La conducta
 Relación terapia de conducta y sistemas de clasificación psicopatológicos:
La terapia de conducta y los sistemas de clasificación psicopatológicos están
estrechamente relacionados. Los sistemas de clasificación, como el DSM-5 (Manual
diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales) y la CIE-11 (Clasificación Internacional
de Enfermedades), proporcionan una estructura y un lenguaje común para la descripción y
diagnóstico de los trastornos mentales. La terapia de conducta utiliza estos sistemas de
clasificación como guía para identificar los patrones de comportamiento problemáticos y
desarrollar estrategias de tratamiento específicas.
 Marco teórico y nuevos desarrollos de la terapia de conducta:
El marco teórico de la terapia de conducta se basa en los principios del aprendizaje y la
modificación del comportamiento. Sin embargo, la terapia de conducta ha evolucionado y
se ha enriquecido con nuevos desarrollos teóricos y prácticos. Por ejemplo, se han
integrado enfoques cognitivos en la terapia de conducta, dando lugar a la terapia cognitivo-
conductual (TCC). Además, se han desarrollado nuevas técnicas y enfoques terapéuticos,
para abordar trastornos específicos y complejos.
 Intervención conductual y conexión entre investigación y práctica clínica:
La intervención conductual se basa en la evidencia empírica y se fundamenta en la
investigación científica. Existe una conexión estrecha entre la investigación y la práctica
clínica en el campo de la terapia de conducta. Los terapeutas de conducta utilizan la
investigación para guiar sus intervenciones, seleccionando técnicas y estrategias que han
demostrado ser efectivas en estudios previos. A su vez, los resultados y observaciones
clínicas en la práctica informan y enriquecen la investigación, permitiendo la actualización y
mejora de las intervenciones.
En resumen, la terapia de conducta se basa en los sistemas de clasificación psicopatológicos
para identificar y tratar los trastornos mentales. Ha evolucionado teórica y prácticamente,
integrando nuevos desarrollos y enfoques terapéuticos. La intervención conductual se apoya en
la investigación y establece una conexión bidireccional entre la investigación y la práctica
clínica, permitiendo un enfoque basado en la evidencia y una mejora continua de las
intervenciones terapéuticas.
Resumen Capitulo # 7 Más Allá de La Psicoterapia Tradicional
Introducción.
En los países de América Latina, la psicoterapia tradicional ha sido el psicoanálisis o los
procesos individuales o de grupo, han sido orientados de modo psicoanalítico. La Influencia del
Psicoanálisis ha sido tan fuerte que Incluso a la misma psicología la han determinado como
Psicoanálisis, lo que genera algún tipo de confusión, ya que la psicología comprende muchas
escuelas, teorías y metodologías de análisis de la personalidad. En las universidades de habla
española, todavía durante la década de 1950, casi todos los maestros en las carreras de
psicología eran filósofos o médicos.
Sólo poco a poco, la psicología, en tanto disciplina científica con una metodología propia, se ha
ido abriendo camino en las mismas escuelas de psicología de estos países. Las aportaciones
de las distintas formulaciones psicoanalíticas a la ciencia psicológica son innegables. Durante
mucho tiempo las hipótesis psicoanalíticas fueron las únicas opciones para una práctica
psicoterapéutica seria y profesional.
Todo esto explica la identificación de psicoanálisis y psicología en la mentalidad de muchos
grupos, pero hoy no la justifica. Poco a poco, la psicología está siendo reconocida como la
ciencia del comportamiento y de la experiencia humana, más que como la disciplina que
estudia la psicopatología. Gran parte del reconocimiento que la psicología ha recibido en los
países de América Latina como una ciencia independiente se debe a los esfuerzos de muchos
psicólogos que, dando mayor importancia a la objetividad de los datos, en el diseño
experimental estricto y en la formulación operacional de los fenómenos sujetos a estudio y han
rescatado la psicología de los consultorios psiquiátricos.
El Enfoque Psicoterapéutico Centrado en La Persona.
Desde un principio, el objetivo de las investigaciones sobre el proceso psicoterapéutico
centrado en la persona fue aislar aquellas variables que, al margen de consideraciones
puramente teóricas, suscitaran un cambio favorable en las personas que buscaban ayuda
psicoterapéutica. Al aislarlas, se observó que operaban independientemente de la orientación
teórica. Es decir, todos aquellos psicoterapeutas que en su práctica profesional mostraban los
más altos niveles de empatía, aceptación incondicional y autenticidad fueron capaces de
producir los cambios más estables y benéficos en el proceso psicoterapéutico. (Carkhuff y
Berenson, 1967; Truax y Carkhuff, 1964 a 1966; Lafarga, 1986).
Las pruebas científicas en apoyo de este núcleo objetivo de reforzadores básicos explican en
parte la cantidad de estudios experimentales que confrontan la validez de otras variables en la
relación psicoterapéutica como agentes efectivos de cambio favorable. (Eysenck, 1952, 1960,
1965; Levitt, 1957, 1963).
Las pruebas científicas en apoyo de este núcleo objetivo de reforzadores básicos explican en
parte la cantidad de estudios experimentales que confrontan la validez de otras variables en la
relación psicoterapéutica como agentes efectivos de cambio favorable. (Eysenck, 1952, 1960,
1965; Levitt, 1957, 1963).
Así como la gran contribución de la hipótesis de Freud, y de las distintas corrientes
psicoanalíticas que emanaron de la formulación original ha sido ahondar de manera destacada
en la comprensión diagnóstica de los desajustes emocionales, en especial de la neurosis, estas
hipótesis no han tenido un éxito comparable en la generación del cambio en la dirección de la
salud y el crecimiento.
Para cualquier persona —sobre todo para la que padece trastornos emocionales— es esencial
comprender los orígenes y la gestación de su problemática, pero lo fundamental es encontrar
formas adecuadas de tratamiento y optimización de sus recursos a la mayor brevedad posible.
En cambio, algunos psicólogos del aprendizaje prescinden de cualquier variable subjetiva o
intrapsíquica que no tenga manifestaciones concretas en la conducta externa para explicar el
cambio terapéutico.
Centran su atención en la modificación de la conducta y, para ello, diseñan técnicamente el
cambio, efectuando, en primer término, un estudio de las contingencias condicionantes en la
historia de la persona para generar el plan o el programa apropiado que conducirá a los
objetivos de modificación conductual. Formulan hipótesis y explican el aprendizaje y el cambio
con base en el paradigma clásico de estímulo-reforzamiento-respuesta.
La aplicación de la metodología experimental a la modificación de la conducta para inducir
cambios favorables ha demostrado ser muy efectiva en la remisión de síntomas y otros
trastornos de la conducta como problemas de aprendizaje, autismos y adicciones.
Pero, tal vez, debido a que prescinde en forma sistemática de los fenómenos subjetivos —tan
reales para cualquier persona como su misma conducta externa, no ha podido generar la
sensación de bienestar interno ni garantizar el establecimiento consistente de pautas
favorables de crecimiento a través de periodos prolongados, después de la programación y la
modificación conductual.
Síntesis y Depuración de las Corrientes Tradicionales.
Como modelo psicoterapéutico, el enfoque centrado en la persona ha tenido el propósito
empírico de identificar aquellos factores que facilitan el cambio favorable y duradero tanto en la
persona que busca ayuda como en el terapeuta. Los psicoterapeutas creativos y más eficientes
recurren a aquellos elementos teóricos, metodológicos y prácticos que contribuyan al
crecimiento o cambio favorable y duradero de la persona con quien están comprometidos en
una relación de ayuda. Los psicoterapeutas creativos y más eficientes recurren a aquellos
elementos teóricos, metodológicos y prácticos que contribuyan al crecimiento o cambio
favorable y duradero de la persona con quien están comprometidos en una relación de ayuda.
La Empatía. : La actitud empática en el psicoterapeuta, que se manifiesta en un intento de éste
por comprender a fondo la experiencia de la persona en búsqueda y por transmitir de manera
verbal esta comprensión esclarecedora, es compartida por todas las corrientes
psicoterapéuticas contemporáneas. Con el fin de poder diseñar un programa adecuado a la
persona que recibe ayuda, los modificadores de la conducta requieren la empatía para explorar
los factores condicionantes con la mayor precisión posible. La actitud empática, es, en la
actualidad, reconocida por todas las corrientes como un elemento indispensable del proceso
psicoterapéutico.
La actitud empática puede ser descrita como un captar la experiencia de la otra persona en la
interacción psicoterapéutica del presente con todos los matices de sentimiento, superficial o
profundo, y con todos los significados simples o complejos que dicha experiencia tiene para la
persona. La actitud empática en el enfoque centrado en la persona supone que ésta es capaz,
en condiciones favorables, de explorar su propia experiencia y, debido a su impulso natural al
crecimiento, efectuar los cambios que considera más apropiados para sí. La actitud empática
en el enfoque centrado en la persona supone que ésta es capaz, en condiciones favorables, de
explorar su propia experiencia y, debido a su impulso natural al crecimiento, efectuar los
cambios que considera más apropiados para sí. La actitud empática en el enfoque centrado en
la persona supone que ésta es capaz, en condiciones favorables, de explorar su propia
experiencia y, debido a su impulso natural al crecimiento, efectuar los cambios que considera
más apropiados para sí. La actitud empática en el enfoque centrado en la persona supone que
ésta es capaz, en condiciones favorables, de explorar su propia experiencia y, debido a su
impulso natural al crecimiento, efectuar los cambios que considera más apropiados para sí.
La Actitud Positiva Incondicional.
En mayor o menor grado, los diversos sistemas psicoterapéuticos conceden gran importancia a
la expresión libre y espontánea de la persona que recibe ayuda, pero divergen en la
metodología para motivar tal expresión. La permisividad del psicoterapeuta para facilitar la
manifestación de la experiencia implica, de su parte, no emitir juicios de valor, explícitos o
implícitos, sobre la persona o sobre su conducta. Esta permisividad ha sido una de las
características del proceso psicoterapéutico en las distintas corrientes analíticas. En el enfoque
centrado en la persona, la actitud positiva incondicional puede ser descrita no sólo como
permisividad, sino, más aún, como una actitud de manifiesto interés y aprecio por todo lo que la
persona es, por todas sus conductas y por su comunicación.
Las mismas conductas y actitudes “destructivas” o “enfermas” son tan merecedoras de
comprensión y aprecio como cualquier otra experiencia, ya que estas reacciones
seudoadaptativas, defensivas o claramente autodestructivas o antisociales son producto de
condiciones adversas que bloquean, de algún modo, el impulso básico hacia el crecimiento y
desarrollo inherente a todos los organismos vivos. En la práctica psicoterapéutica que emana
de las orientaciones analíticas, la permisividad tiene límites muy claros.
Se permite y se estimula la expresión catártica de sentimientos y emociones y cualquier modo
de expresión o manifestación verbal de la experiencia. No obstante, no se tolera la actuación
de los sentimientos como tampoco otras conductas que, en la sala de consulta, parezcan
inapropiadas al analista conforme a criterios teóricos, profesionales o éticos.
Autenticidad.
A menudo, en la práctica psicoterapéutica, se acepta que la mayor autenticidad o
correspondencia entre lo que una persona percibe y lo que dice de sí misma es índice de buen
funcionamiento psíquico. En realidad, que llegue a existir un alto grado de esta
correspondencia en la comunicación de las personas es uno de los objetivos prioritarios del
proceso psicoterapéutico que se centra en que la persona que recibe ayuda, en la misma
relación con el psicoterapeuta, se vaya liberando del conflicto y de la inconsistencia entre lo
que experimenta y lo que expresa de sí misma. ¿Cómo se genera o se impulsa esta
autenticidad o esta congruencia? Las distintas corrientes y orientaciones psicoterapéuticas
parecen diferir de modo notable en la respuesta, no sólo por sus afiliaciones teóricas o
metodológicas, sino por su técnica y práctica profesionales que, además, difieren
considerablemente de un psicoterapeuta a otro.
La participación del analista en el proceso es muy variada según las diversas corrientes
emanadas de la teoría psicodinámica. Pese a ello, puede decirse que, para que un
psicoanálisis sea considerado como tal, es fundamental que el analista no interactúe, sino que
analice la comunicación de la persona que está recibiendo la ayuda psicoterapéutica. Pese a
ello, puede decirse que, para que un psicoanálisis sea considerado como tal, es fundamental
que el analista no interactúe, sino que analice la comunicación de la persona que está
recibiendo la ayuda psicoterapéutica. No involucrarse de manera personal, si esto es posible,
facilita estas proyecciones y garantiza la objetividad del análisis.
El analista, antes de llegar a serlo, se somete él mismo a un análisis riguroso. a preparación de
este último es, en parte, académica y universitaria para familiarizarse con las diferentes teorías
del aprendizaje; y en la parte práctica, en los laboratorios, con el fin de dominar la metodología
experimental. Obtiene la práctica como modificador profesional de la conducta en consultorios
o clínicas en que la metodología del trabajo es muy semejante a la del laboratorio. Existe la
curiosidad de saber cómo manejan los ingenieros de la conducta sus propios procesos
internos, los cuales, teóricamente, son considerados como inexistentes; qué valor adjudican a
sus propias convicciones y a las decisiones que constantemente toman; con qué criterios
evalúan sus propios repertorios conductuales. La investigación reciente (Rogers) ha
demostrado que la relación psicoterapéutica es, ante todo, una relación de comunicación entre
dos personas. Y como el objeto de esta relación, desde el punto de vista de la persona que
recibe ayuda, no es llegar a ser un técnico ni un analista, sino llegar a funcionar mejor como
persona humana.
Como persona humana, el psicoterapeuta es un modelo de identificación para quien recibe
ayuda, tan importante como los padres o como los seres más significativos en la vida de sus
pacientes. De aquí que la transmisión de valores a través de mensajes verbales y no verbales
que se intercambian en la relación psicoterapéutica se convierta en realidad ineludible. La
honradez en la comunicación de la propia experiencia se aprende mejor de una persona que
transmite y comunica la suya de forma honesta, que de la mejor técnica de condicionamiento o
de la interpretación de los mecanismos sociales que produjeron la falta o el deterioro de la
comunicación.
Enriquecimiento del Enfoque Existencial.
Las corrientes psicoterapéuticas existenciales (May, 1969, 1975) tuvieron su origen en la
filosofía existencial europea (Jaspers, 1953; Sartre, 1955; Kierkegaard, 1944), en la
metodología fenomenológica (Heidegger, 1962; Strauss, 1963), así como en los esfuerzos
integradores de ambos sistemas filosóficos y sus aplicaciones a la psicoterapia (Binswanger,
1963; Boss, 1963). Es común en los sistemas psicoterapéuticos existenciales considerar la
experiencia subjetiva del individuo, continuamente cambiante, como la “realidad”; y la
percepción de esta realidad influyendo en la organización e integración de la experiencia
interna. Cuando la percepción de la propia experiencia se modifica, la misma experiencia del
organismo también lo hace. “El organismo reacciona como una totalidad organizada ante el
campo fenoménico de su percepción y manifiesta una tendencia o impulso básico a actualizar,
mantener y desarrollar el organismo experienciante” (Rogers, 1951). La Conducta humana
puede ser descrita como el esfuerzo intencional del organismo por satisfacer sus necesidades.
A medida que se suceden las experiencias en la vida, éstas van siendo percibidas,
simbolizadas y organizadas en relación con la imagen que el individuo se va formando de sí
mismo. Si estas experiencias son satisfactorias y compatibles con una imagen aceptable de sí
mismo, van siendo integradas; si, por el contrario, son percibidas como amenazadoras y
destructivas, pueden llegar a ser distorsionadas o totalmente ignoradas. Cuando en el proceso
psicoterapéutico, el análisis conceptual de las experiencias del pasado o del presente tiene
más importancia que la experiencia concreta del “aquí y ahora”, se están perdiendo y
desaprovechando los elementos más valiosos para la reconstrucción y el cambio.
Los trastornos emocionales no fueron forjados por procesos conceptuales, sino por
experiencias vividas en un momento dado, en un “aquí y ahora” en el pasado de la persona.
Por tanto, si la comprensión racional y conceptual sustituye a la experiencia actual, el proceso
psicoterapéutico se estanca o se prolonga de manera indefinida. independientemente de
variaciones de matiz, los sistemas psicoterapéuticos existenciales consideran que el hombre
sólo es capaz de aprender sobre sí mismo por medio de sus relaciones con otros seres
humanos. Así como las relaciones con otros seres humanos generaron un aprendizaje
defectuoso sobre uno mismo y deformaciones perceptuales que se hallan en la base de todo
trastorno psíquico, de igual manera una percepción satisfactoria y un aprendizaje creativo y
constructivo sobre la propia experiencia sólo pueden llevarse a cabo a través de relaciones
interpersonales que refuercen consistentemente la estima por ese yo único, distinto e
irrepetible, mediante otro ser humano.
En un proceso psicoterapéutico no dirigido ni manipulado, en el cual la persona puede
expresarse con creciente libertad, muy pronto se enfrenta con la experiencia de estar sola en el
momento de tomar decisiones y de asumir la responsabilidad de ellas. Los sistemas
psicoterapéuticos existenciales coinciden en no perder de vista, en la interacción presente de
cada una de las sesiones, el objetivo final del proceso psicoterapéutico: facilitar en la persona
que busca ayuda la libertad para actuar en congruencia consigo misma y para asumir una
creciente responsabilidad por sus acciones.
Los enfoques existenciales ofrecen a las personas en busca de ayuda un encuentro personal
con el terapeuta, en el que la experiencia de una buena relación es más importante que el
aprendizaje conceptual acerca de ellas mismas; en el que se manejan el presente y el futuro, y
en el que las memorias y condicionamientos del pasado. La aportación especial del enfoque
centrado en la persona a las corrientes existenciales ha sido la introducción de una
metodología más sistemática para la observación del fenómeno psicoterapéutico y la
verificación de las hipótesis emanadas de esta observación.

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