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EL SI MISMO.

Durante el primer año del niño, hay algunas funciones especificas en las que ya se puede
notar que ha desarrollado el “yo”, esto no quiere decir que ya se haya estructurado del
todo. La diferenciación entre uno y otro tiene que ver con aspectos prácticos del desarrollo
infantil.
El yo tiene que ver más con la atención, la percepción y la motricidad y el si mismo dará
lugar posteriormente al autoconcepto y el esquema corporal.
GENESIS DE LA COORDINACIÓN MOTORA.
Los movimientos que tiene el feto dentro del vientre, pueden considerarse como el
antecedente más remoto de la motricidad, sin embargo, el concepto hace referencia a una
organización o jerarquización de los movimientos. Se necesita una coordinación motora
(fina y gruesa). Conforme el niño se desarrolla es necesario adquirir el concepto de
coordinación psicomotora, en el que se requiere un psiquismo que incorpore la
coordinación de las funciones mentales iniciales.
EVOLUCIÓN DE LA PRENSIÓN.
Hipotesis sintetizadas por Koupernik y Dailly:
1. A partir de la hipertonía de los flexores en el recién nacido, con su puño en el que
los cuatro dedos engloban al pulgar, según Gesell, se realiza a los dos meses.
2. La evolución del grasping réflex, que al año permite soltar el objeto.
3. A las 12 semanas el niño fija la vista y es capaz del seguimiento ocular. Puede
coger objetos por presión refleja no voluntaria.
4. Un movimiento de barrido a costa de la única articulación del hombro, la mano en
un plano casi vertical, con la palma un poco inclinada hacia adentro, a las 24
semanas.
5. Aproximación parabólica variante más elaborada con una extensión del codo que
permite desplazamiento anteroposterior de la mano (32 sem).
6. Aproximación directa desde lo alto que permite llegar al objeto directamente por el
dominio que tiene de la posición sentada.
7. La aproximación de perfil tiene un primer estadio de deslizamiento con la mano a
ras del suelo.
8. Hacia el año la prensión es más delicada, localizada y permite al niño, tras haber
reparado en el objeto, cogerlo sin mirarlo.
9. La prensión propiamente dicha es al principio palmar y en realidad cubitopalmar.
El niño intenta coger el pequeño objeto con ayuda de los tres o cuatro últimos
dedos dispuestos en rastrillo con las primeras falanges extendidas y la segunda y
tercera dobladas.
10. Prensión palmar. La aprehensión aun es palmar pero ya empieza a utilizar la
pinza pulgar- índice.
11. La prensión definitiva radio-digital con la pinza pulgar-índice, es facilitado por la
inflexión cubital del puño que, además no oculta ya el objeto y permite que la
mano se dirija a la vista.
12. Se ha pasado de lo llano de la palma al extremo de los dedos.
13. Las relaciones de ambas manos entre sí evolucionan desde un principio, donde
ambas manos ignoran lo que hace la otra hasta que a los tres meses se instala el
reflejo dimétrico-tónico.
14. Entre el 2do y 6to mes se prepara la diferenciación lateral de las manos y se hace
mas clara la preferencia de usar una mano u otra.
15. La prensión importante para el descubrimiento del propio cuerpo.
MADURACIÓN DE LA SENSORIALIDAD.
Zonas sensibles al tacto: plantas de pies y manos y la cara. El cosquilleo solo es eficaz a
partir de los dos meses y a los 11 los niños reaccionan a: axilas, planta del pie, cuello.
La maduración de la visión va de los reflejos del gruiño obtenidos desde el nacimiento se
pueden agrupar en: sinergia de abertura de las hendiduras, sinergia de los párpados y de
los globos oculares, sinergia de los globos oculares entre sí, sinergia óculo cefálica:
conjunto de reacciones óculo- motoras que acompañan los cambios de posición de la
cabeza.
Las reacciones sensorio-motoras que tienen significado visual son: reacciones a la luz y
reacciones de exploración al ambiente.
LA MOTILIDAD.
El niño sostiene la cabeza a los tres meses, se sienta solo a los seis meses, se arrastra a
los ocho, se incorpora a los diez y camina a los doce meses.
ESQUEMA CORPORAL Y SU EVOLUCIÓN.
Hasta los 4 meses: reacciones relativas al cuerpo: succión de vacío, reflejos nocioceptivos
y reacciones circulares relativas a la succión, tacto y visión.
4-9 meses: enriquece la propiocepción. La exploración del cuerpo abarca: recoger las
rodillas, tomar el pie y piernas, incluye diferenciación de su cuerpo con un objeto.
9-18 meses: el niño hace más variada la exploración del cuerpo (palpación de la cabeza,
cuello, genitales, etc.
EVOLUCIÓN DEL SÍ MISMO.
Algunas de las funciones neurológicas que sirven de sustrato al esquema corporal que
engloba en el niño la prensión, la motilidad y la marcha, pero también la sensorialidad, la
percepción, la relación de objeto y la afectividad, algunas de estas funciones empiezan a
ser del dominio del yo a partir de los ocho- nueve meses. Sin embargo, muchas
respuestas del segundo semestre no son voluntarias, no son hechas por el yo, son
asumidas por el sí mismo como experiencia totalizadora del incipiente psiquismo o como
un sistema al interior de cual uno o varios subsistemas convergen.
RELACION MATERNO- INFANTIL EN EL SEGUNDO SEMESTRE.
La madre responde sistemáticamente a las demandas del niño por medio de conductas
que forman parte de lo que se ha llamado yo auxiliar:
1. La respuesta sonriente que se desencadena a través de un estímulo señal, es a partir
de un perceptor de la gestalt del rostro materno, una respuesta conductual que implica un
primer nivel de coordinación sensorio-motora. Aquí la respuesta materna, son-risa,
refuerza la respuesta sonriente del niño, ya que la contiene en sí misma, pero le agrega el
matiz afectivo-vivencial y el rol social de la madre de aceptación y empatía
2. El seguimiento visual y su corolario, el mirar, son los "instrumentos" por medio de los
cuales el bebé va a captar la conducta gestual del rostro de la madre en los primeros
meses. En el segundo trimestre las actitudes maternas, los movimientos de manos y
cuerpo, especialmente del tronco, van a establecer los límites físicos del campo visual del
bebé. Aquí la madre, en su rol de "espejo relajado", va a reflejar al niño sus propios
sentimientos
3. Vocalizar quizá sea uno de los más arcaicos efectores y junto con el escuchar es el
primer circuito sensorio-motor. Según Piaget, tan precozmente como al mes el niño es
capaz de imitar sonidos, siempre que se produzcan dos condiciones: "que los esquemas
sean susceptibles de diferenciación frente a los datos de la experiencia y que el modelo
sea percibido por el niño como análogo a los resultados por los cuales llega por sí mismo;
o sea, que el modelo sea asimilado a un esquema circular ya adquirido"
4 el niño emite el llanto en situaciones no sólo fisiológicas, sino de sufrimiento psíquico
como en la ansiedad de separación: de ahí que la integración perceptual es no sólo
auditivo-motora y viso-motora, sino también afectiva, con una respuesta instintiva arcaica
"manejada" para la consecución de un acercamiento de la madre y así, el llanto que
previamente "sirvió" a la fisiología (ser alimentado, cambiado, etc.)
Aquí la respuesta materna es similar a la del infante (dar los brazos) y al producirse,
inhibe el reflejo de prensión provocando la conducta de asirse a la madre e
incrementando la coordinación entre la mirada y el asirse. Es. por tanto, el
encadenamiento de dos respuestas instintivas (mirar y prensión) que se coordinan con los
preceptos visuales de la respuesta materna, para producir una secuencia de interacción
entre la respuesta materna (dar los brazos) y la respuesta "asirse" del niño.
6. Finalmente, la actividad motora difusa considerada por Piaget como uno de los
montajes hereditarios, está en la base de la descarga motora en la ansiedad y en la
modulación perceptual de las respuestas afectivas.

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