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Defensa del Derecho Propio con Ataque del Derecho Ajeno

Casos históricos

Incendio: En el caso de Ulpiano, un esclavo de Casio provocó un incendio en la casa de Aulo.


Aulo, para defenderse del fuego, arrojó piedras a la casa de Casio, causando daños. Ulpiano
consideró que Aulo había actuado en legítima defensa, ya que su acción estaba justificada por
la necesidad de proteger su propia propiedad.

Arrastre de nave: En el caso de Pomponio, una nave propiedad de Ticio fue arrastrada por el
viento hasta la propiedad de Cayo. Cayo, para evitar que la nave se dañara, la sujetó con
cuerdas a su propio edificio. Pomponio consideró que Cayo había actuado en legítima defensa,
ya que su acción estaba justificada por la necesidad de proteger la propiedad de Ticio.

Defensa de la propia persona: En el caso de Gayo, Tito atacó a Gayo con un arma. Gayo, para
defenderse, se defendió con la misma arma. Gayo fue absuelto de cualquier delito, ya que su
acción estaba justificada por la necesidad de defenderse de una agresión ilegítima.

Derrrame de vino: En el caso de Papiniano, un esclavo de Ticio derramó vino sobre la propiedad
de Cayo. Cayo, para limpiar el vino, arrojó el agua de su cisterna a la calle, causando daños a la
propiedad de Ticio. Papiniano consideró que Cayo había actuado en legítima defensa, ya que su
acción estaba justificada por la necesidad de limpiar su propiedad.

Normas y principios legales

Las normas y principios legales que se aplican en estos casos son los siguientes:

El principio de la legítima defensa: Este principio permite a una persona actuar para defenderse
de una agresión ilegítima, incluso si ello supone causar daños a la propiedad de otra persona.

El principio de la proporcionalidad: Este principio establece que la defensa debe ser


proporcionada a la agresión.

El principio de la necesidad: Este principio establece que la defensa debe ser necesaria para
evitar la agresión.

Consecuencias legales y sociales


Las consecuencias legales y sociales de la defensa del derecho propio con ataque del derecho
ajeno en el derecho romano fueron las siguientes:

Un mayor reconocimiento de los derechos individuales: Estos casos muestran que el derecho
romano otorgaba a las personas el derecho a defenderse de las agresiones a sus derechos e
intereses.

Un mayor equilibrio entre los derechos individuales y los derechos colectivos: Estos casos
muestran que el derecho romano buscaba un equilibrio entre el derecho de una persona a
defender sus derechos e intereses y el derecho de otra persona a la propiedad privada.

6.2) Defensa del Derecho Propio contra Ataque del Derecho Ajeno

Ejemplos

Ejemplo 1: Un ciudadano romano es demandado por un extranjero por una deuda. El ciudadano
romano no tiene pruebas de que la deuda no existe, pero afirma que la deuda fue contraída bajo
coacción.

Ejemplo 2: Un ciudadano romano es demandado por un otro ciudadano romano por un terreno.
El ciudadano romano afirma que el terreno es suyo, pero el otro ciudadano romano afirma que
el terreno es suyo.

Ejemplo 3: Un ciudadano romano es demandado por un magistrado por un delito. El ciudadano


romano afirma que es inocente, pero el magistrado afirma que el ciudadano romano es
culpable.

Mecanismos legales

Los mecanismos legales utilizados para la defensa del derecho propio contra ataque del
derecho ajeno en el derecho romano fueron los siguientes:

La acción: La acción era un procedimiento judicial que permitía a una persona exigir el
reconocimiento de su derecho.

La defensa: La defensa era una serie de argumentos jurídicos que podían utilizarse para
impugnar una demanda.
La prueba: La prueba era la presentación de evidencias para apoyar una afirmación.

Evaluación de la efectividad

Los mecanismos legales de defensa del derecho propio contra ataque del derecho ajeno en el
derecho romano eran relativamente efectivos en la protección de los derechos individuales. Sin
embargo, estos mecanismos tenían algunas limitaciones. Por ejemplo, la acción podía ser
costosa y difícil de obtener, y la prueba podía ser compleja y costosa.

7.1) La Acción

Origen etimológico y conceptual

La palabra acción proviene del latín actio, que significa "hacer" o "obrar". En el derecho romano,
la acción era un procedimiento judicial que permitía a una persona

La Acción en el derecho romano se refiere al derecho de reclamar ante un tribunal la protección


de un interés o el cumplimiento de una obligación. Su etimología proviene del término latino
"actio".

7.2) Las clases de acción en el derecho romano se dividen por su origen (civiles y pretorianas),
por el derecho que protegen (personales, reales, mixtas), por el arbitrio concedido al juez para
decidir (de buena fe, de derecho estricto), por la finalidad perseguida (reipersecutorias, penales,
mixtas), por la existencia o no del plazo para su ejercicio (temporales, perpetuas) y por la
persona legitimada y el interés protegido (privadas, populares).

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