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El Dr.

Carlos Gaviria, inicia con la idea aristotélica del zoon politikón, el humano como animal
político, condenado a ser sociable, a convivir con el otro. Entendiendo a las personas como
naturalmente comunitarias, llevadas a crear sociedades, en las cuales – como él menciona -, es
inevitable el fenómeno del poder y en la que nace la pregunta de, ¿Quién debe gobernar? Según
Platón, debería gobernar, aquel que tiene acceso a la verdad, a la razón, la justicia, la belleza, el
filósofo. Para Aristóteles, el gobierno tiene que ser del virtuoso, el que tiene acceso al
conocimiento, virtud la cual, según la Grecia antigua se heredaba. ¿De dónde sale la virtud? ¿Por
qué para algunos temas buscamos respuestas especializadas, pero para la política y la justicia
cualquiera puede opinar? Según el mito de Prometeo, - un Dios caracterizado por ser bondadoso
ante las personas -, dio el don de la virtud a la humanidad a través de su hermano Epimeteo, al
vernos en desventaja ante las otras especies que habitaban el mundo, regaló la sindéresis: La
capacidad natural de juzgar de la manera correcta. Por esto, todos pueden opinar de la justicia.
De aquí nace otra cuestión, al tener toda la capacidad de realizar juicios con el suficiente criterio
– O al menos eso creemos - ¿Cómo se le debe preguntar al pueblo? Y la respuesta es, de la
manera más clara posible.

Rousseau decía que todas las acciones humanas, se movían por un interés, cada quien velaba por
su beneficio y al coincidir esos intereses entre varias personas, se transformaba en un interés
común; en algo que fuese necesidad de todos o la mayoría. Acá es donde nace la democracia
representativa. Al volverse insostenible, principalmente por el espesor de las sociedades
modernas y contemporáneas, no se puede llevar a cabo la democracia directa, como se efectuaba
anteriormente, evolucionamos a una democracia representativa, en la que nacen los partidos
políticos y cada persona, elige libremente a cuál apoyar… ¿O no? El Dr. Carlos Gaviria, hace la
cita a Benjamin Ergert, la cual dice “La ilustración es el primer derecho del pueblo en una
democracia”. Entonces, ¿Qué tan libre es realmente un pueblo sin educación? ¿Qué tanta
capacidad de elegir tiene una persona sin los recursos básicos para vivir? ¿Cómo le exigimos a
una persona en estas condiciones que elija bien? Se necesita un poco de empatía antes de señalar
a personas que como mencionó el Doctor comen tres veces al día solo cuando en día de votación.
Al final de todo, entendemos que la ignorancia es la que potencia la demagogia, y que la única
manera en que la democracia puede y debe ser aplicada de la manera correcta, es educando al
sujeto político, convirtiéndolo en un sujeto consciente, es solo a través de la educación.

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