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III.

RESPECTO AL ARBITRAJE NACIONAL, INDICAR Y ANALIZAR LAS


PRINCIPALES CARACTERISTICAS DEL ARBITRAJE EN LAS
CONTRATACIONES CON EL ESTADO.

1. ANTECEDENTES NORMATIVOS Y POSICIÓN JURISPRUDENCIAL;


el Reglamento de Contratación de las Corporaciones Locales, de 9 de enero de 1953,
establecía, en el apartado primero de su artículo 12 lo que nos da a entender es que
impedía que los conflictos derivados de los contratos administrativos en que una de las
partes fuera la administración local, se resolviera mediante arbitraje, resultando, por
tanto, nulos, los laudos dictados en esta materia desconociendo tal prohibición.
Durante la vigencia del Texto Refundido de la Ley de Contratos del Estado, aprobada
por Decreto 923/1965, de 8 de abril, los contratos celebrados y ejecutados en territorio
extranjero gozaban de un régimen específico. Así, la Disposición final sexta de la Ley
de Contratos del Estado, los exceptuaba de la aplicación de sus normas, facultándose al
Gobierno para que, mediante Decreto, a propuesta del Ministerio de Hacienda y previo
informe de Asuntos Exteriores, dictase las oportunas normas especiales relativas a
dichos negocios.
El artículo 54 del Decreto 3410/75, de 25 de noviembre, que derogaba el Reglamento
General de Contratación del Estado de 1967, sujetaba las transacciones y arbitrajes a los
requisitos establecidos en la Ley de Administración y Contabilidad. Al amparo de esta
regulación, la jurisprudencia negó que la inclusión de cláusulas arbitrales en los
contratos administrativos fuera una vía alternativa a la jurisdicción contencioso-
administrativa.
Por último, se da a conocer por la ley 13/1995 del 18 de mayo, de Contratos de las
Administraciones Publicas mencionada algunos de sus artículos los cuales son
a) Artículo 61: El sometimiento a arbitraje se sujetará a los requisitos establecidos
en la Ley General Presupuestaria o en las correspondientes normas de otras
Administraciones Públicas.
b) Artículo 117: Cuando las circunstancias lo aconsejen, la incorporación de
cláusulas tendentes a resolver las discrepancias que puedan surgir mediante
fórmulas sencillas de arbitraje. En estos contratos se podrá transigir previa
autorización del Consejo de ministro.
c) Articulo 146.2: Deberá continuar la ejecución de las unidades de obra y los
precios de las mismas serán decididos por una comisión de arbitraje en
procedimiento sumario, sin perjuicio de que la Administración pueda, en
cualquier caso, contratarlas con otro empresario en los mismos precios que
hubiese fijado o ejecutarlas directamente. La composición de la comisión de
arbitraje y el procedimiento sumario para establecer los precios se regularán
reglamentariamente.

2. REGULACIÓN VIGENTE:
Sobre esta característica se hace menciona de tres puntos relevantes para el
entendimiento de dicha característica las cuales son
a) El artículo 60.2 TRLCAP: sobre este articulo se han planteado varias
interrogantes relativas a la finalidad perseguida con la inclusión de tan severos
requisitos, el ámbito de aplicación tiene las exigencias del articulo 7.3 LGP, y la
consideración de aquel como arbitraje administrativo, en cuanto equivalente
jurisdiccional. Acerca del ámbito del articulo 7.3 LGP, un sector doctrinal ha
entendido que son extensibles no solo a los contratos administrativos, sino
también a los contratos privados, a través de los cuales pueden verse afectados
también los derechos de la Hacienda pública.
Por lo cual el artículo 60.2, instauraría un arbitraje en el sentido estricto del
término, de carácter voluntario y con efectos de cosa juzgada.
b) El arbitraje y la contratación publica exterior: En este punto la administración,
según la ley, puede someter las diferencias derivadas del contrato a arbitraje,
aplicando reglas diversas según se trate de empresas nacionales o extranjeras.
El artículo 117.3. TRLCAP se refiere a la conveniencia del emplear este
mecanismo de resolución de conflictos en este tipo de contratos. Artículo 117.3.-
“Se procurará, cuando las circunstancias lo aconsejen, la incorporación de
cláusulas tendentes a resolver las discrepancias que puedan surgir mediante
fórmulas sencillas de arbitraje”, La citada norma contempla un supuesto
excepcional en relación con lo establecido en el artículo 60.2 TRLCAP,
consistente en la posibilidad de incorporar a los contratos celebrados en el
extranjero con empresas extranjeras, fórmulas sencillas de arbitraje. La
particularidad de estas fórmulas frente a las establecidas en el artículo 60.2
TRLCAP consiste en que estos contratos no están sometidos a las gravosas
exigencias que aquél contempla, sino basta que las partes contratantes incluyan
en el contrato una cláusula de sumisión al arbitraje, sin sujetarse a aquéllas. Esta
regulación ha sido tachada de incoherente, ya que la Administración española
está obligada a intentar esquivar la actuación de los Tribunales de otros países
cuando contrata fuera de España con empresas extranjeras, mediante la sumisión
a fórmulas de arbitraje. Sin embargo, cuando contrata con empresas nacionales,
el empleo del arbitraje está sometido a los condicionamientos a los que se ha
hecho mención.
c) La supresión de la mención al arbitraje en el contrato de obra: Bajo la vigencia
de la Ley de Contratos del Estado y su Reglamento, cuando las modificaciones
del proyecto suponían la introducción de unidades de obra no comprendidas en
el contrato o cuyas características eran sustancialmente diferentes de ellas, los
precios de aplicación a las mismas eran fijados por la Administración a la vista
de la propuesta del director de las obras y de las observaciones del contratista a
esta propuesta en trámite de audiencia. Y si finalmente el contratista no aceptaba
los precios aprobados, quedaba exonerado de ejecutar las nuevas unidades de
obra y la Administración podía, bien contratarlas con otro empresario en los
mismos precios que hubiese fijado, o talvez ejecutarlas directamente. La
inexistencia de referencias expresas al arbitraje en la vigente normativa
reguladora del contrato de obras ha sido valorada negativamente por la doctrina,
no tanto con motivo de la desaparición de la comisión de arbitraje en los
términos en que aparecía configurada con anterioridad, como por la necesidad de
la instauración de un arbitraje propiamente dicho, en sentido estricto del
término, a este ámbito.

3. ARBITRAJE Y CONTRATACIÓN PÚBLICA EN EL RÉGIMEN FORAL DE


NAVARRA
En Navarra, la Ley Foral 10/1998, de 16 de junio, por la que se adaptaba la legislación
formal en la materia al derecho estatal (la LCAP), preveía la sumisión al arbitraje en
materia contractual. En consecuencia, para que pudiera recurrirse al arbitraje en los
contratos celebrados por la Administración Navarra, sería preciso acuerdo del Gobierno
de esta Comunidad, a propuesta del consejero de Economía y Hacienda. En segundo
lugar, en lo concerniente a los contratos celebrados y ejecutados en el extranjero, la
Disposición Adicional Tercera de la Ley 1998 disponía que éstos (se regirán por las
normas que al respecto contiene la Ley de Contratos de las Administraciones Públicas),
por lo que resultaban aplicables las reglas descritas con anterioridad. El desarrollo de la
Ley, en cuanto a la regulación de la composición de la Comisión y del procedimiento
sumario para establecer los precios, se efectuaría reglamentariamente, en virtud de lo
establecido en el artículo 122.1, párrafo segundo. Además, la disposición adicional
primera encomendaba al Gobierno de Navarra la promulgación de las disposiciones
reglamentarias que considerase precisas para el desarrollo y ejecución de dicha Ley
Foral. A diferencia de lo que sucedió a nivel estatal, en el marco de la Comunidad Foral
de Navarra se dictó el Decreto Foral 187/2002, de 19 de agosto, que regulaba aquéllas
cuestiones.
El procedimiento para la fijación de precios cuando resultaba aplicable cuando, una vez
determinados los precios por el órgano de contratación, el contratista manifestase su
oposición a los mismos. En este caso, declarada la oposición del contratista ante el
órgano de contratación, éste disponía de un plazo de 15 días para formular la solicitud
de arbitraje ante la Junta de Contratación Administrativa. El procedimiento constaba de
dos fases:
INICIACION: De conformidad con el artículo 4 del decreto, el procedimiento se inició
por solicitud del órgano de contratación ante la Comisión de Contratación, la cual
obtuvo la resolución administrativa fijando el precio, la propuesta para el nombramiento
de un miembro técnico por órgano de contratación y por el contratista, así como una
copia íntegra del contrato.
Recibida la solicitud de apertura, el presidente de la Comisión de Mercados decidió
abrir el procedimiento, habiendo comprobado que la solicitud era adecuada al ámbito de
competencia de la Comisión.
RESOLUCION: En materia de contratos de obras, el Decreto implantaba un sistema de
arbitraje semejante al regulado con carácter general en el artículo 107.2 de la Ley
30/1992, un procedimiento de impugnación de actos administrativos alternativo al
recurso de alzada y, por tanto, establecido con carácter obligatorio, manteniendo la
posibilidad de interponer recurso contencioso-administrativo.
La normativa foral en materia de contratos establece garantías de independencia de los
órganos arbitrales y especialización de sus integrantes. Así, la Junta de Contratación
Pública, como órgano resolutorio común no estará sometido a instrucciones jerárquicas.

Hoy nos encontramos ante la realidad del descontento e insatisfacción por parte de los
justiciables respecto a la necesidad de recurrir a la tradicional vía judicial, situación a la
cual los americanos llaman “court crisis”, la cual a su vez lleva –cuando menos en
principio– a una favorable recepción de las vías extrajudiciales, y entre ellas en
particular al arbitraje.

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