Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Establece el artículo 95 de la Ley 489 de 1998, que las entidades públicas pueden
asociarse con el fin de cooperar en el cumplimiento de funciones administrativas o
de prestar conjuntamente servicios que se hallen a su cargo, mediante la
celebración de convenios interadministrativos o la conformación de personas
jurídicas sin ánimo de lucro. En el caso en que se conformen personas jurídicas
sin ánimo de lucro, es necesario tener en cuenta que se hace por la asociación
exclusiva de entidades públicas, que se sujetan a las disposiciones previstas en el
Código Civil y en las normas para las entidades de este género. Con fundamento
en lo anterior, se creó la FEDERACIÓN COLOMBIANA DE MUNICIPIOS (…) De
manera que, la naturaleza jurídica de esta asociación es la de una persona jurídica
sin ánimo de lucro, que se rige por las disposiciones del derecho civil, siempre
teniendo en cuenta, que debe ejecutar su objeto de conformidad con las reglas y
principios que inspiran la función administrativa (artículo 209 constitucional), ya
que los entes que conforman la Federación son de naturaleza pública, lo que
significa que sus actuaciones deben sujetarse a esta circunstancia.
Sobre el deber de motivar los actos administrativos por medio de los cuales se
declara la ocurrencia del siniestro en el marco de un contrato de seguros, (…) de
conformidad con la Ley y el precedente jurispurdencial si bien las entidades
públicas cuentan con la facultad de declarar unilateralmente la ocurrencia del
siniestro y hacer efectiva la póliza en el marco de un contrato estatal, también es
su deber cuantificar el valor del mismo, además señalar claramente los
fundamentos fácticos y probatorios del siniestro. Es por esto, que si el acto
administrativo no cumple con los requisitos antes señalados, está viciado de
nulidad por falta de motivación que puede afectar la totalidad del acto o
particularmente alguna de sus disposiciones.
CONSEJO DE ESTADO
SECCIÓN TERCERA
SUBSECCIÓN C
I. ANTECEDENTES
1. Lo pretendido
Así mismo, pide la nulidad de las Resoluciones Nos. 0001457 y 0001458 del 13 de
julio de 2009 suscritas por el Director General de CORPOGUAJIRA, donde la
primera resolvió el recurso de reposición contra la Resolución No. 0000690 del 1
de abril de 2009 y la segunda, resolvió el recurso de reposición interpuesto contra
la Resolución No. 0000689, en las cuales se revocó parcialmente la decisión.
1
Fls. 1-18 C.1
acaecieron los riesgos asegurados en las precitadas pólizas (incumplimiento del
contrato, buen manejo y correcta inversión del anticipo).
Que son nulas las Resoluciones Nos. 0000689 y 0000690 de fecha 1 de abril de
2009 y las Resoluciones No. 0001457 y 0001458 de 13 de julio de 2009 y en
consecuencia, las pólizas Nos. 4059916-0, y 4065582-9, mediante las causales se
garantizó el cumplimiento de los contratos de consultoría No. 226 y 227, no podrá
ser afectadas por siniestro alguno, como quiera que la terminación unilateral de los
mismos tuvo como causa exclusiva la culpa grave del contratante – Corporación
Autónoma Regional de la Guajira. Además, los amparos de Pago de Salarios,
Prestaciones Sociales e Indemnizaciones Ordinarias por perjuicios no podrán ser
afectados, ya que no existe motivación ni demostración de incumplimiento de
obligaciones laborales a cargo del contratista con respecto al personal utilizado
para ejecución de los contratos.
Así mismo, solicita que se declare la improcedencia de la afectación de la póliza
de seguros No. 4060007-2, mediante la cual se otorgó el amparo de buen manejo
y correcta inversión del anticipo en la ejecución del convenio No. 226, toda vez
que no existe motivación ni demostración ni siquiera sumaria del uso o aprobación
indebida que el contratista pudo haber hecho de los dineros o bienes que se le
hayan anticipado para la ejecución del contrato.
Por lo tanto, pide que se declare que no existe obligación pecuniaria a cargo de
SEGUROS GENERALES SURAMERICANOS S.A. (antes COMPAÑÍA
SURAMERICANA DE SEGUROS S.A.) con ocasión de la expedición de las
pólizas de seguros No. 4059916-0, 4060007-2 y 4065582-9, de conformidad con lo
expuesto en precedencia.
2
Fls.4-6 C.1
Decreto 1729 de 2002 sobre cuenca hidrográficas, referido al río Tapias y
Ranchería, respectivamente.
Indica el accionante que los hechos alegados en los actos administrativos que
ordenaron la terminación unilateral de los convenios pluricitados, se deben imputar
única y exclusivamente a la conducta gravemente culposa de CORPOGUAJIRA,
por cuanto incumplió los plazos contractuales, tal como ella misma lo reconoce.
3. El trámite procesal
3
Fls.103-104 C.1.
4
Fl. 107 C.1
5
Fls.109-113 C.1
manera parcial, aquellos asuntos sobre los cuales se sienta afectado con la
expedición de dichos actos.
Una vez decretadas6 y practicadas las pruebas, se corrió traslado a las partes y al
Ministerio Público para que alegaran de conclusión 7, oportunidad que fue
aprovechada únicamente por la parte actora8.
IV. CONSIDERACIONES
11
Fl. 253 C. Ppal.
12
Fl. 257 C. Ppal.
13
Fl. 259 C. Ppal.
14
Fl. 265 C. Ppal
ratio decidendi para sustentar su decisión: 1) Naturaleza jurídica de la Federación
Nacional de Municipios de la República de Colombia; 2) Contrato
interadministrativo y la prohibición de pactar cláusulas exorbitantes; 3) Deber de
motivar el acto administrativo por medio del cual se declara la ocurrencia del
siniestro; 4) La proporcionalidad y la razonabilidad en la clausula penal y la
tasación de perjuicios; 5) Presunción de legalidad de los actos administrativos; 6)
Carga de la prueba; y 7) Caso concreto.
Establece el artículo 95 de la Ley 489 de 1998, que las entidades públicas pueden
asociarse con el fin de cooperar en el cumplimiento de funciones administrativas o
de prestar conjuntamente servicios que se hallen a su cargo, mediante la
celebración de convenios interadministrativos o la conformación de personas
jurídicas sin ánimo de lucro. En el caso en que se conformen personas jurídicas
sin ánimo de lucro, es necesario tener en cuenta que se hace por la asociación
exclusiva de entidades públicas, que se sujetan a las disposiciones previstas en el
Código Civil y en las normas para las entidades de este género.
“ (…)
4.2. En cuanto al inciso segundo del artículo 95 de la citada Ley 489 de 1998,
observa la Corte que en él se dispone que las personas jurídicas sin ánimo
de lucro que se conformen por la asociación exclusiva de entidades
públicas, "se sujetan a las disposiciones previstas en el Código Civil y en las
normas para las entidades de este género".
15
Cfr. BETTI, Emilio. Teoría General del Negocio Jurídico. Granada, Editorial Comares. 2000.
16
Consejo de Estado. Sentencia del 7 de octubre de 2009. Exp: 35476.
(…) el artículo 18 de la ley 617 de 2000 17 permite que las entidades
territoriales contraten entre sí, esto es, delebren no simples convenios sino
verdaderos negocios jurídicos para el cumplimiento de sus propósitos.
(…)
(…) El hecho de que sean dos o más entidades estatales las que se
relacionen a través de un negocio estatal no implica, desde ningún punto de
vista, que sea posible desconocer el derecho público de la Nación en
cuanto a los procedimientos y reglas de selección objetiva. En otras
palabras, si una entidad estatalsale al tráfico jurídico en procura de otra
entidad estatal con el propósito de satisfacer a través de la vía contractual,
las necesidades generales de la población en ejercicio de sus
competencias, tiene, sin falta, que atenerse a los principios de economía y
transparencia, y en especial al deber de selección objetiva en los términos
del texto de la Ley 80 de 1993.
De esta manera no cabe duda, que debe entenderse que existe un contrato
interadministrativo cuando las partes son dos entidades públicas, los cuales
asumen obligaciones de dar, hacer o no hacer, en consecuencia, entrañan
verdaderos negocios jurídicos y frente a los cuales no es posible que se
desconozca la normativa de la contratación estatal (Ley 80 de 1993).
Ahora bien, las cláusulas exorbitantes son -de acuerdo con la Ley 80 de 1993-: la
interpretación unilateral de los documentos contractuales y de las estipulaciones en
18
J. O. SANTOFIMIO GAMBOA. Tratado de derecho administrativo. Tomo IV. Bogotá, Universidad
Externado de Colombia, 2004, p. 247.
19
Consejo de Estado. Sentencia del 24 de octubre de 2013. C.P: Enrique Gil Botero. Exp: 24.697.
ellos convenidas20, la introducción de modificaciones a lo pactado 21, la terminación
unilateral22, la caducidad administrativa23, la reversión24 y el sometimiento a las leyes
nacionales.
(…)
Que estos poderes operan ex leye significa que se integran a los contratos aun
cuando no se pacten, porque la norma los incorpora directamente en algunos
negocios, concretamente los que tienen por objeto: el ejercicio de una actividad que
constituya monopolio estatal, la prestación de servicios públicos, la explotación y
concesión de bienes del Estado, y los contratos de obra. En estos casos la norma
es impositiva, al advertir que para el efectivo cumplimiento de los fines de la
20
El artículo 15 de la Ley 80 de 1993, establece: “Art. 15. De la interpretación unilateral. Si durante la
ejecución del contrato surgen discrepancias entre las partes sobre la interpretación de algunas de sus
estipulaciones que puedan conducir a la paralización o a la afectación grave del servicio público que se
pretende satisfacer con el objeto contratado, la entidad estatal, si no se logra acuerdo, interpretará en acto
administrativo debidamente motivado, las estipulaciones o cláusulas objeto de la diferencia.”
21
El artículo 16 de la Ley 80 de 1993, establece: “Art. 16. De la modificación unilateral. Si durante la
ejecución del contrato y para evitar la paralización o la afectación grave del servicio público que se deba
satisfacer con él, fuere necesario introducir variaciones en el contrato y previamente las partes no llegan al
acuerdo respectivo, la entidad en acto administrativo debidamente motivado, lo modificará mediante la
supresión o adición de obras, trabajos, suministros o servicios.
“Si las modificaciones alteran el valor del contrato en un veinte por ciento (20%) o más del valor inicial, el
contratista podrá renunciar a la continuación de la ejecución. En este evento, se ordenará la liquidación del
contrato y la entidad adoptará de manera inmediata las medidas que fueren necesarias para garantizar la
terminación del objeto del mismo.”
22
El artículo 17 de la Ley 80 de 1993, establece: “Art. 17. De la terminación unilateral. La entidad en acto
administrativo debidamente motivado dispondrá la terminación anticipada del contrato en los siguientes
eventos:
“1o. Cuando las exigencias del servicio público lo requieran o la situación de orden público lo imponga.
“2o. Por muerte o incapacidad física permanente del contratista, si es persona natural, o por disolución de la
persona jurídica del contratista.”
“3o. Por interdicción judicial o declaración de quiebra del contratista.
“4o. Por cesación de pagos, concurso de acreedores o embargos judiciales del contratista que afecten de
manera grave el cumplimiento del contrato.
“Sin embargo, en los casos a que se refieren los numerales 2o. y 3o. de este artículo podrá continuarse la
ejecución con el garante de la obligación.
“La iniciación de trámite concordatario no dará lugar a la declaratoria de terminación unilateral. En tal evento
la ejecución se hará con sujeción a las normas sobre administración de negocios del deudor en concordato. La
entidad dispondrá las medidas de inspección, control y vigilancia necesarias para asegurar el cumplimiento
del objeto contractual e impedir la paralización del servicio.”
23
El artículo 18 de la Ley 80 de 1993, establece: “Art. 18. De la caducidad y sus efectos. La caducidad es la
estipulación en virtud de la cual si se presenta alguno de los hechos constitutivos de incumplimiento de las
obligaciones a cargo del contratista, que afecte de manera grave y directa la ejecución del contrato y evidencie
que puede conducir a su paralización, la entidad por medio de acto administrativo debidamente motivado lo
dará por terminado y ordenará su liquidación en el estado en que se encuentre.
“En caso de que la entidad decida abstenerse de declarar la caducidad, adoptará las medidas de control e
intervención necesarias, que garanticen la ejecución del objeto contratado. La declaratoria de caducidad no
impedirá que la entidad contratante tome posesión de la obra o continúe inmediatamente la ejecución del
objeto contratado, bien sea a través del garante o de otro contratista, a quien a su vez se le podrá declarar la
caducidad, cuando a ello hubiere lugar.
“Si se declara la caducidad no habrá lugar a indemnización para el contratista, quien se hará acreedor a las
sanciones e inhabilidades previstas en esta ley.
“La declaratoria de caducidad será constitutiva del siniestro de incumplimiento.”
24
El artículo 19 de la Ley 80 de 1993, establece: “Art. 19. De la reversión. En los contratos de explotación o
concesión de bienes estatales se pactará que, al finalizar el término de la explotación o concesión, los
elementos y bienes directamente afectados a la misma pasen a ser propiedad de la entidad contratante, sin que
por ello ésta deba efectuar compensación alguna.”
contratación las entidades “pactarán” estos poderes; no obstante, si no se estipulan,
el inciso tercero del mismo numeral señala que se entienden pactadas aunque no
se consignen expresamente”.
Así pues, está claro que el legislador vedó la posibilidad de que las partes en el
marco de un contrato interadministrativo, entendido este, como el celebrado entre
sujetos de derecho público pacten clausulas exorbitantes, debido a que “tanto el
contratante como el contratista son sujetos públicos, relación horizontal de la
Administración Estado que impide, de naturaleza, la imposición de decisiones
unilaterales en el mundo de los negocios jurídicos a la contraparte que también es
Estado. Y ello lo comprende así el Consejo de Estado por la integración armónica
que se da entre los artículos 14, 60 y 61 de la ley 80 de 1993” 25.
Bajo este contexto, es dable afirmar primero, que los contratos sub examine
corresponden a la modalidad de interadministrativos, al estar involucradas
personas de derecho público, independientemente del objeto y de las obligaciones
adquiridas, el cual puede ser obra, suministro, prestación de servicios, entre otros,
o como en el caso sometido a estudio, esté dirigido a realizar trabajos de
consultoría, pues lo que prima en esta relación contractual es la naturaleza o
calidad de las partes (contratante y contratista).
25
Consejo de Estado. Sentencia del 20 de mayo de 2004. C.P: María Elena Giraldo Gómez. Exp: 25.154.
postulados del Estatuto General de Contratación Pública, esto es, a lo dispuesto
en el parágrafo del artículo 2 26 de la Ley 80 de 1993 en consonancia con el
parágrafo del artículo 1427 de citada ley, que en forma imperativa y contundente
señala que en las estipulaciones contractuales de entidades públicas se encuentra
prohibido que se pacten cláusulas exorbitantes, debido a que dichas entidades se
encuentran en una relación de carácter horizontal y no vertical, diferente como
ocurre en aquellos casos en que se contrata con un particular, so pena de incurrir
en causal de nulidad.
Sobre el deber de motivar los actos administrativos por medio de los cuales se
declara la ocurrencia del siniestro en el marco de un contrato de seguros, ha dicho
la jurisprudencia de esta Corporación, lo siguiente 28:
(…)
“La Sala reitera el criterio que de años atrás ha consolidado en el sentido de que la
Administración goza de la prerrogativa de declarar el siniestro derivado de la
ejecución de los contratos estatales, de hacer efectiva la garantía que ha sido
constituida a su favor, y en esta oportunidad precisa que tal prerrogativa conlleva la
de cuantificar el perjuicio , aún después de la terminación del contrato, mediante la
expedición de actos administrativos, los cuales están sujetos al control gubernativo
y judicial, en consecuencia, podrán ser impugnados ante la propia Administración
mediante la interposición de los recursos que la ley ha previsto para el efecto y por
vía judicial mediante el ejercicio de la acción contractual.
26
Parágrafo.- Derogado por el art. 32, Ley 1150 de 2007. Para los solos efectos de esta Ley, también se
denominan entidades estatales las cooperativas y asociaciones conformadas por entidades territoriales, las
cuales estarán sujetas a las disposiciones del presente estatuto, especialmente cuando en desarrollo de
convenios interadministrativos celebren contratos por cuenta de dichas entidades.
27
Parágrafo.- En los contratos que se celebren con personas públicas internacionales, o de cooperación,
ayuda o asistencia; en los interadministrativos; en los de empréstito, donación y arrendamiento y en los
contratos que tengan por objeto actividades comerciales o industriales de las entidades estatales que no
correspondan a las señaladas en el numeral 2o. de este artículo, o que tengan por objeto el desarrollo directo
de actividades científicas o tecnológicas, así como en los contratos de seguro tomados por las entidades
estatales, se prescindirá de la utilización de las cláusulas o estipulaciones excepcionales.
28
Consejo de Estado. Sentencia del 23 de junio de 2010. C.P: Enrique Gil Botero. Exp: 16.494.
“En relación con las prerrogativas que posee la Administración frente a las
garantías contractuales, también resulta pertinente establecer, como lo ha
señalado la jurisprudencia de la Sala, que en materia de contratación estatal no
aplica el procedimiento previsto en los artículos 1075 y 1077 del Código de
Comercio, relativos a la reclamación por parte del asegurado y a la objeción que
puede formularle el asegurador, toda vez que tal reclamación se suple a través de
la expedición de un acto administrativo mediante el cual la Administración
unilateralmente declara ocurrido el siniestro y ordena la efectividad de las garantía
sin la aquiescencia del asegurador, decisión que puede ser impugnada por éste y
también por el contratista, administrativa y judicialmente.
“Al respecto, conviene precisar el contenido y alcance del artículo 1077 del C. de
Co. mediante el cual se regula lo pertinente a la carga de la prueba que
corresponde tanto al asegurado como al asegurador, dicho precepto consagra lo
siguiente:
(…)
“Del anterior texto normativo se infiere que en todo tipo de seguros, incluido el de
cumplimiento, cuando el asegurado quiera hacer efectiva la garantía deberá
demostrar la ocurrencia del siniestro y de ser necesario también deberá demostrar
la cuantía de la pérdida.
“Lo anterior, por cuanto no siempre el beneficiario del seguro requiere demostrar la
cuantía del daño, como cuando se reclama un seguro de vida, evento en el cual
basta demostrar el hecho de la muerte, puesto que la suma asegurada se
considera, dada la índole de esta clase de seguro, como el monto definitivo, único e
indiscutible a cargo del asegurador.
“En otros casos y específicamente tratándose de los seguros de daño y por ende en
los seguros de cumplimiento, en cuanto éstos constituyen una especie de aquellos,
es indispensable no solo demostrar la ocurrencia del siniestro sino determinar la
cuantía del perjuicio ocasionado en el patrimonio del acreedor, elemento que es de
su esencia para proceder a la indemnización, puesto que como quedó establecido,
en los seguros de daño, no basta que haya ocurrido el siniestro sino que éste debe
necesariamente haber causado un perjuicio al patrimonio, puesto que si no es así
no se habrá producido daño alguno y en consecuencia no habría lugar a la
correspondiente indemnización.
“La disposición a que se ha hecho referencia, está orientada hacia el
régimen común de los seguros regulados por el Código de Comercio, que
rige las relaciones entre particulares y por ello determina que el asegurado
deba acreditar ante la entidad aseguradora , la ocurrencia del siniestro y el
monto del perjuicio, por lo cual la carga de demostrarlos está en sus manos, pero
teniendo presente que, en todo caso, es el asegurador quien determina si
reconoce o no la existencia del siniestro y el monto del perjuicio , para lo
cual emplea ajustadores y personal calificado que evalúan la reclamación
que hace el asegurado (art. 1080 C. Co).
“Cabe agregar que el artículo 68 del C.C.A., define las obligaciones a favor del
Estado que prestan mérito ejecutivo, es decir que reúnen las características
de ser claras, expresas y exigibles, entre las cuales se encuentran las que se
derivan de las garantías que otorgan los contratistas en favor de las entidades
públicas, una vez que mediante acto administrativo se declare la existencia de
la obligación, declaratoria que necesariamente debe versar sobre el monto de
la obligación, pues de lo contrario no podría conformarse el título ejecutivo con
las características que debe revestir la obligación que presta mérito ejecutivo.
“Con esta lógica resulta claro que la Administración está investida de facultad para
declarar directamente el siniestro ocurrido en relación con la ejecución del contrato
estatal celebrado y hacer efectiva la garantía constituida a su favor, mediante la
expedición de un acto administrativo, el cual deberá contener los fundamentos
fácticos y probatorios del siniestro y el monto o cuantía de la indemnización; acto
que una vez ejecutoriado permitirá exigir a la compañía aseguradora el pago de
dicha indemnización, así lo ha dispuesto la ley, decisión que está sujeta al control
de legalidad, tanto por vía gubernativa como por vía jurisdiccional.
29
Conforme lo establece el artículo 84 de Código Contencioso Administrativo se podrá demandar la nulidad
de los Actos administrativos cuando: I) Se expidan con infracción a las normas en las cuales debía fundarse;
II) Por la falta de competencia, ya sea funcional o temporal del funcionario u órgano que los expide; III)
Cuando se expidan de forma irregular; IV) Cuando sean expedidos con desconocimiento de los derechos de
audiencia y de defensa, es decir, con violación al derecho al debido proceso; V) Cuando estén falsamente
motivados; y VI) Cuando se expidan con desviación de las atribuciones propias del funcionario o Corporación
que los profirió.
de perjuicios, la Sala considera que frente al contenido de la norma que se acaba
de transcribir, la proporcionalidad, en tanto instrumento que dota de razonabilidad
el ejercicio de las competencias de la Administración Pública, tiene necesaria
presencia en el ámbito específico de la aplicación de la cláusula penal y de la
tasación de perjuicios cuando ésta ha sido pactada en un contrato estatal.
30
Constitución Política. Artículo 209. La función administrativa está al servicio de los intereses generales y
se desarrolla con fundamento en los principios de igualdad, moralidad, eficacia, economía, celeridad,
imparcialidad y publicidad, mediante la descentralización, la delegación y la desconcentración de funciones.
Las autoridades administrativas deben coordinar sus actuaciones para el adecuado cumplimiento de los fines
del Estado. La administración pública, en todos sus órdenes, tendrá un control interno que se ejercerá en los
términos que señale la ley.
del negocio, legalidad, economía de mercado, llamados a gobernar la acción de la
Administración.
31
Se trata de lo que Schmidt-Assman llama como la legitimación institucional y funcional de la
Administración “con la que se designa la posición directa que la Constitución le ha otorgado al Ejecutivo,
para subrayar su propia autonomía e identidad ante el poder legislativo y judicial.” SCHMIDT-ASSMAN,
Eberhard. Cuestiones fundamentales sobre la reforma de la teoría general del Derecho Administrativo. En:
Barnés, Javier, Innovación y reforma en el Derecho Administrativo. 2° edición, Sevilla, Global Law Press,
2012, p. 66.
32
“Bajo esta perspectiva, a la par de los procedimientos y actuaciones administrativas que sustentan el acto
administrativo unilateral – el cual, dicho sea de paso, se ha constituido en el instrumento ordinario dentro del
Estado de derecho para el cumplimiento de sus propósitos –, se hace imprescindible que todos los servidores
públicos entiendan que existe, igualmente, la figura del contrato como mecanismo fundamental para la
realización efectiva de los cometidos a cargo del Estado.”. SANTOFIMIO GAMBOA, Jaime Orlando. El
concepto de contrato estatal. Complejidades para su estructuración unívoca. En: Temas relevantes sobre los
contratos, servicios y bienes públicos. VI Congreso de Derecho Administrativo. Margarita, 2014, Editorial
Jurídica Venezolana y Centro de Adiestramiento Jurídico, p. 301-302.
33
Particularmente sobre la planeación esta Sala ha apuntado, entre otras, las siguientes consideraciones:
“La ausencia de planeación ataca la esencia misma del interés general, con consecuencias gravosas y muchas
veces nefastas, no sólo para la realización efectiva de los objetos pactados, sino también respecto del
patrimonio público, que en últimas es el que siempre está involucrado en todo contrato estatal. Se trata de
exigirle perentoriamente a las administraciones públicas una real y efectiva racionalización y organización de
sus acciones y actividades con el fin de lograr los fines propuestos a través de los negocios estatales.”.
Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera, Subsección C. Sentencia de 1°
de febrero de 2012, exp. 22464.
34
“Así las cosas, un concepto operativo de contrato estatal, realmente material, debe necesariamente tener
como punto de partida la interrelación de los contextos doctrinales y jurídicos que la normatividad contractual
del Estado artículo (…) es decir, que cualquier aproximación al diseño de unas bases consistentes de la idea
central del negocio público implica reconocer (…) la caracterización privatista de la institución pero dispuesta
de manera directa al cumplimiento de los propósitos y finalidades del interés público y general en los
términos del artículo 2 constitucional”. SANTOFIMIO GAMBOA, l concepto de contrato estatal.
Complejidades para su estructuración unívoca. Op. Cit, p. 339.
Es dentro de este marco jurídico de principios, valores y reglas constitucionales y
legales que encuentra sentido afirmar que la facultad, en el ámbito de libertad
negocial de las partes, que establece el legislador para pactar la cláusula penal o
la tasación de perjuicios en aquellos casos de incumplimiento no puede ser
comprendida como escenario habilitante de discrecionalidad cuando se trata de su
aplicación en concreto.
contrato de concesión de servicios públicos. Coherencia con los postulados del Estado Social y Democrático
de Derecho en aras de su estructuración en función de los intereses públicos”, dirigida por el Catedrático de
Derecho Administrativo D. Luciano Parejo Alfonso, presentada y sustentada en el Departamento de Derecho
Público del Estado de la Universidad Carlos III de Madrid (España) el 25 de febrero de 2010, la cual obtuvo
la máxima calificación sobresaliente cum laude otorgada por el Tribunal respectivo. El artículo aborda de
manera resumida el modelo metodológico que hemos adoptado para resolver los conflictos a que tiene que
enfrentarse cualquier autoridad (administrativa, judicial o legislativa), en los casos en los que deba adoptar
decisiones en escenarios de discrecionalidad. Este planteamiento teórico que utilicé para resolver los
problemas jurídicos de mi tesis doctoral, lo he venido empleando en diferentes trabajos e investigaciones
académicas publicados en los últimos tres años y relacionados en la siguiente forma: El contrato de concesión
de servicios públicos. Coherencia con los postulados del Estado Social y Democrático de Derecho en aras de
su estructuración en función de los intereses públicos. Tesis Doctoral presentada y sustentada en el
Departamento de Derecho Público del Estado de la Universidad Carlos III de Madrid (España), 25 de febrero
de 2010, dirigida por el Catedrático Luciano Parejo Alfonso, pp. 20,22, 29, 58, 67, 74, 78, 81, 240, 366, 369,
416 a 452, 454 a 476, 483, 490 a 498, 503 a 509, 515, 516, 519, 569, 591, 595 a 599, 606, 610, 612 y 615;
Procedimientos administrativos y tecnología. 1ª ed. Universidad Externado de Colombia, Bogotá, 2011,
pp.270; “La cláusula constitucional de la responsabilidad del Estado: estructura, régimen y el principio de
convencionalidad como pilar de su construcción dogmática”, en BREWER-CARIAS, Allan R.;
SANTOFIMIO GAMBOA, Jaime Orlando. Control de convencionalidad y responsabilidad del Estado, 1ª ed,
Universidad Externado de Colombia, Bogotá, 2013, pp.178, 180, 185, 187, 191, 207, 226, 256, 257, 261, 271,
279, 280 a 292, 324 y 330; “Aproximaciones a los procedimientos administrativos en la Ley 1480 de 2011. El
Estatuto del Consumidor y sus relaciones con la Ley 1437 de 2011, Código de Procedimiento Administrativo
y de lo contencioso administrativo”, en VALDERRAMA ROJAS, Carmen Ligia (Dir). Perspectivas del
derecho del consumo. 1ª ed. Universidad Externado de Colombia. Bogotá. 2013; “Reflexiones en torno a la
potestad administrativa sancionadora. El principio de proporcionalidad y su vincularidad a esta actividad
administrativa”, Ponencia presentada en el XII Foro de Derecho Administrativo Latinoamericano, Arequipa
(Perú) celebrado entre el 28 de octubre y el 1 de noviembre de 2013 (próximo a publicarse en Lima, Perú, y
como libro en Bogotá por el Departamento de Derecho Minero y Energético de la Universidad Externado de
Colombia en 2014); “El Contrato de Concesión de Servicios Públicos: Reglas para su debida estructuración”,
en MATILLA CORREA, Andry; CAVALCANTI, Bruno (Coords). Estudios Latinoamericanos sobre
concesiones y PPP. Ratio Legis, Madrid, 2013, pp.63 a 150 (próximo a publica en México como libro).
41
Corte Constitucional, Sentencia SU-917 de 2010. Reiterado en T-204 de 2012, entre otras. En esta última se
indicó: “Derivado de lo anterior, la motivación de los actos administrativos proviene del cumplimiento de
preceptos constitucionales que garantizan que los particulares tengan la posibilidad de contradecir las
decisiones de los entes públicos ante las vías gubernativa y judicial, evitando de esta forma la configuración
de actos de abuso de poder. De esta forma, le corresponde a la administración motivar sus actos y a los entes
judiciales decidir si tal argumentación se ajusta o no al ordenamiento jurídico.”
42
Corte Constitucional, Sentencia T-472 de 2011.
conclusiones y posiciones que si bien pueden parecer lógicas, a la luz de los
valores constitucionales no son adecuadas.” 43
Lo anterior encuentra pleno sentido cuando se entiende que los jueces y los
funcionarios administrativos, quienes tienen poder decisorio, tienen la obligación
jurídica y política de erradicar la arbitrariedad en la toma de decisiones 44; razón por
la cual ellos y, en general, todos los partícipes de la práctica jurídica tienen la
obligación de fundamentar de manera racional, razonable y proporcional las
posturas que defienden; más aún cuando, en la mayoría de los casos, es claro
que la adopción de una decisión jurídica no se sigue lógicamente a partir de un
ejercicio de subsunción de una norma jurídica en un caso concreto 45.
43
Corte Constitucional, sentencia C-472 de 2011.
44
“En resumen, en una sociedad moderna la certeza jurídica cubre dos elementos diferentes (a) en el
razonamiento jurídico ha de evitarse la arbitrariedad (principio del Estado de Derecho) y (b) la decisión
misma, el resultado final, debe ser apropiado. De acuerdo con el punto (b), las decisiones jurídicas deben estar
de acuerdo no solo con el Derecho (formal), sino que también tienen que satisfacer criterios de certeza
axiológica (moral). (…) El proceso de razonamiento debe ser racional y sus resultados deben satisfacer las
demandas de justicia. Además, si una decisión no es aceptable tampoco puede ser legítima – en el sentido
amplio de la palabra.”. AARNIO, Aulis. P. 26. La tesis de la única respuesta correcta y el principio regulativo
del razonamiento jurídico. En: Revista Doxa, No. 8 (1990), p. 23-38, especialmente 26.
45
Son acertadas las palabras de Larenz quien afirmó que “ya nadie puede… afirmar en serio que la aplicación
de las normas jurídicas no es sino una subsunción lógica bajo premisas mayores formadas abstractamente”.
ALEXY, Robert. Op. Cit, p. 23. De esta postura es partícipe Nino quien afirmó que “la tarea de precisar los
textos vagos o ambiguos, eliminar las lagunas y las contradicciones, determinar los precedentes relevantes,
etc., por lo común no está guiada por reglas precisas de segundo nivel y, cuando lo está, (…) no es infrecuente
que se tropiece con reglas competitivas que aportan soluciones divergentes.”. NINO, Carlos Santiago. Op.
Cit, p. 293.
Con relación al principio de legalidad, éste determina y limita el ejercicio del poder
público, brinda a los administrados estabilidad y seguridad jurídica y, en relación
con la función administrativa, debe entenderse como “la necesaria conformidad de
sus actos con el ordenamiento jurídico en general, y con el que le da
fundamentación en especial,”46 de tal manera que “la administración no podrá
realizar manifestación alguna de voluntad que no esté expresamente autorizada
por el ordenamiento”47 y que todos sus pronunciamientos “deben buscar el
48
bienestar, el interés público y el bien general de los asociados.”
6) Carga de la prueba.
50
CONSEJO DE ESTADO. Sentencia del 18 de febrero de 2010. Exp: 18.076. Reiterado mediante sentencia
del 25 de marzo de 2015, Exp: 31.662.
51
HINESTROSA, Fernando, Derecho Civil Obligaciones, Universidad Externado de Colombia, Bogotá, D.C.,
º1969, p. 180.
En ese orden de ideas, el concepto de carga de la prueba se convierte en (i)
una regla de conducta para el juez, en virtud de la cual se encontrará en
condiciones de proferir fallo de fondo incluso cuando falte en el
encuadernamiento la prueba del hecho que sirve de presupuesto a la norma
jurídica que debe aplicar y, al mismo tiempo, (ii) en un principio de
autorresponsabilidad para las partes, derivado de la actividad probatoria que
desplieguen en el proceso, pues si bien disponen de libertad para aportar,
o no, la prueba de los hechos que las benefician y/o la contraprueba de aquellos
que, habiendo siendo acreditados por el adversario en la litis, pueden
perjudicarlas, las consecuencias desfavorables derivadas de su eventual
inactividad probatoria corren por su cuenta y riesgo.
Las reglas de la carga de la prueba sirven para establecer cuál de las partes
tendrá que soportar el resultado desfavorable derivado de una actividad probatoria
o de la falta de alegación o de una alegación incompleta 53, pues aunque el juez no
disponga de todos los hechos cuyo conocimiento hubiera resultado necesario para
fallar en uno u otro sentido, la prohibición de «non liquet» le obliga a resolver, en
todo caso.
52
GUASP, Jaime, Derecho Procesal Civil, I, Madrid, Instituto de Estudios Políticos, 1.968, p. 312.
53
GUASP, Jaime, Derecho Procesal Civil, I., cit., p. 318.
y, por consiguiente, a quién corresponderá adscribir, en la sentencia, las
consecuencias desfavorables derivadas de su no demostración, pues dichas
reglas, precisamente, permiten al fallador cumplir con su función de resolver el
litigio cuando falta la prueba, sin tener que abstenerse de dirimir, de fondo, la
cuestión, para no contrariar, con un pronunciamiento inhibitorio, los principios de
economía procesal y de eficacia de la función jurisdiccional. De ahí su importancia,
pues:
“[S]i no existiera esta regla de juicio que faculta al juez para evitar el non liquet
cuando falte la prueba, sería muy frecuente el fracaso del proceso y la
consiguiente pérdida de tiempo, trabajo y dinero para el Estado y las partes. La
justicia y la función jurisdiccional del Estado resultarían entorpecidas y frustradas
en infinidad de ocasiones al no ser posible la sentencia de mérito, a la vez que se
fomentaría la incertidumbre jurídica en las relaciones sociales, la repetición
indefinida de procesos para el mismo litigio, y se permitiría que quienes tengan
interés en esa situación caótica puedan fácilmente burlar los fines de interés
público del proceso y la jurisdicción, ocultando pruebas y entorpeciendo la
actividad oficiosa del juez.
54
DEVIS ECHANDIA, Hernando, Teoría general de la prueba judicial, Tomo I, quinta edición, Editorial
Temis, Bogotá, D.C., 2.002, pp. 429-430.
Administrativo, en que quien pretende determinado efecto jurídico debe acreditar
los supuestos de hecho de las normas en que se ampara, luego, en general,
corresponde la carga de la prueba de los hechos que sustentan sus
pretensiones, en principio, al demandante, al paso que concierne al demandado
demostrar los sucesos fácticos en los cuales basa sus excepciones o su
estrategia de defensa. Si aquél no cumple con su onus probandi, la
consecuencia que habrá de asumir será la desestimación en la sentencia, de su
causa petendi; si es el demandado, en cambio, quien no satisface la exigencia
probatoria en punto de los supuestos fácticos de las normas cuya aplicación
conduciría a la estimación de sus excepciones o de los argumentos de su
defensa, deberá asumir, consiguientemente, un fallo adverso a sus intereses.
Los planteamientos que se han dejado expuestos son, entonces, los que han de
ilustrar el proceder del Juez ante la falta o la insuficiencia de los elementos
demostrativos de los hechos que constituyen el thema probandum del proceso
es decir, aquellos respecto de los cuales se predica la necesidad de su
demostración, pues la autoridad judicial, en cualquier caso, no puede declinar su
responsabilidad de resolver el fondo del asunto, de suerte que las anotadas reglas
de la carga de la prueba indicarán si procede despachar favorablemente las
pretensiones del actor o, por el contrario, si lo que se impone es acceder a la
oposición formulada por la parte demandada.
Con base en los anteriores lineamientos, se realizará el análisis del caso concreto.
7) Caso concreto.
De manera que, lo pretendido por la actora al presentar los anteriores cargos era
desvirtuar la legalidad de los actos administrativos demandados, siendo su deber
demostrar a través de los diferentes medios de prueba aceptados que las
aseveraciones hechas son ciertas.
Así pues, la Sala analizará el material probatorio arrimado al expediente para así
poder determinar si le asiste razón a la parte accionante, o si por el contrario, no
se logró desvirtuar la presunción de legalidad de los actos administrativos
pluricitados.
Conforme a lo anterior, la Subsección encuentra demostrado que el 29 de
diciembre de 2006 CORPOGUAJIRA suscribió con FEDEMUNICOL, los contratos
de consultoría Nos. 0226 y 0227 de 2006, producto de un proceso de convocatoria
pública, cuyo objeto era realizar el aprestamiento, diagnóstico, prospectiva,
formulación de la cuenca hidrográfica y estrategia de seguimiento y evaluación de
POMCA de conformidad con lo establecido en el Decreto 1729 de 2002 sobre las
cuencas hidrográficas, referido a los ríos Tapias y Ranchería, respectivamente.
55
Fls. 88-89 C.1. Fls.1307-1308. C.7. Fls.1794-1795. C.10.
56
Fls.1295-1296. C.7.
57
Fls.1737-1739 C.10.
“El consultor se compromete a constituir a favor de la Corporación Autónoma
Regional de la Guajira, ‘CORPOGUAJIRA’, y de acuerdo a lo dispuesto en el
artículo 25 de la Ley 80 de 1993, y su decreto reglamentario 679 de 1994, para
garantizar el cumplimiento de todas las obligaciones adquiridas por el presente
contrato, una garantía bancaria o póliza de seguro expedida por una entidad
bancaria o Compañía de seguros debidamente establecida en el país. Esta
garantía deberá constituirse dentro de los tres (3) días hábiles siguientes a la
fecha de firma del contrato y requerirá ser aprobada por La Corporación. La
garantía debe cumplir los siguientes amparos: 1) De Cumplimiento: por un valor
equivalente al Veinte (20) por ciento del valor del contrato, que deberá tener una
vigencia igual a la del contrato y cuatro (4) meses más, contados a partir de la
fecha de expedición de la póliza. 2) de Buen Manejo y Correcta Inversión del
Anticipo: por un valor equivalente al cien por ciento (100%) del anticipo, por
término igual del contrato y cuatro (4) meses más. 3)Pago de Salarios y
Prestaciones Sociales e Indemnizaciones: Para garantizar el pago de ésta y
demás prestaciones inherentes a la previsión social del personal que emplee el
Contratista, durante el desarrollo del contrato equivalente al cinco por ciento
(5%), del valor del contrato y con una vigencia igual a la del contrato y tres (3)
meses más. 4)De Calidad del Servicio: en cuantía equivalente al diez por ciento
(10%) del valor total del contrato. Por el término del contrato y cuatro (4) meses
más.
Durante la ejecución del contrato No. 227 de 2006 FEDEMUNICOL remitió varios
oficios a CORPOGUAJIRA, manifestando:
62
Fl.1838 C.10.
63
Fl.1843. C.10.
64
Fl.1452. C.8.
los contratos 226 y 227 de 2006, a dar contestación a los escritos del 24 de agosto
y 19 de septiembre de 2007, en donde manifiestó lo siguiente:
“1. Con relación a la solicitud que ustedes hacen en el oficio de fecha 13 de agosto
de 2007, donde se allegan los documentos como resultado de la fase de
aprestamiento del río Tapias; le comunicamos que no fue posible llevar a cabo la
evaluación de los mismos, debido a que CORPOGUAJIRA a partir del 27 de junio
de 2007, suscribió el convenio interadministrativo N° 050 de 2007 de interventoría
con acta de inicio el 10 de Agosto de 2007, con la Universidad Industrial de
Santander –UIS, para asumir la supervisión a los mencionados contratos; razón
por la cual a la fecha de su solicitud estábamos impedidos para emitir algún tipo de
concepto relacionado con la fase de aprestamiento del POMCA del río Tapias.
2. En cuanto a la solicitud hecha mediante Oficio de fecha 19 de septiembre de
2007 y de acuerdo con lo anteriormente expuesto, le manifestamos la razón que
nos impide darle trámite a su requerimiento; por lo que le sugerimos adelantar lo
pertinente con el equipo de interventoría de la UIS.”
65
Fls.1453-1454. C.8.
66
Fl. 90. C.1. Fl.1456 C.8.
El día 23 de noviembre de 2007 67, el interventor presentó informe sobre el contrato
Nº 227 de 2006, celebrado entre CORPOGUAJIRA y FEDEMUNICOL, por valor
de $1.254.000.000, del cual se resalta lo siguiente:
Las partes procedieron a reiniciar el contrato a partir del catorce de enero de dos
mil ocho, haciendo constar que el contratista debía modificar las vigencias de las
pólizas acorde con las actas de inicio, suspensión y reinicio del contrato 2006 de
2006.”
67
Fls.1879-1880. C.10
68
Fl.1458
69
Fl.145. C.8.
70
Fls.1468-1469. C.8
71
Fls.1897-1898. C.10.
Luego de esta ampliación del plazo de ejecución de los contratos Nos. 226 y 227
de 2006, el interventor del contrato el 31 de marzo de 2009 72 rindió informe, a
través del cual puso de presente el incumplimiento de FEDEMUNICOL de los
contratos de consultoría Nos. 226 y 227 de 2006, del cual se resalta lo siguiente:
Artículo Cuarto: Ordénese hacer efectiva la cláusula décima tercera del contrato
de consultoría N°. 0226 de 2006, aplicando al contratista una sanción pecuniaria
equivalente al veinte por ciento (20%) del valor del contrato, lo cual se
descontará de los saldos a favor del contratista si existieren.
73
Fls.52-56. C.1. y Fls.1482-1486. C.8.
40599916-0 de la compañía aseguradora suramericana de seguros, la cual
ampara los siguientes riesgos:
(…)”
74
Fls.62-70. C.1. y Fls.1489-1497. C.8.
75
Fls.57-61 C.1.
“Artículo primero: Declárese el incumplimiento del contrato número 0227 de
2006 suscrito entre CORPOGUAJIRA y La Federación Nacional de Municipios
FEDEMUNICOL, cuyo objeto es la elaboración del aprestamiento, diagnostico,
prospectiva, formulación de la cuenca hidrográfica del rio Ranchería y estrategias
de seguimiento y evaluación de POMCA de conformidad con lo establecido en el
decreto 1729 de 2002 sobre cuencas hidrográficas.
Artículo Cuarto: Ordénese hacer efectiva la cláusula décima tercera del contrato
de consultoría No. 0227 de 2006, aplicando al contratista una sanción pecuniaria
equivalente al veinte por ciento (20%) del valor del contrato, lo cual se descontará
de los saldos a favor del contratista si existieren.
De modo que la Sala encuentra que el debido proceso se vio garantizado por la
entidad contratante, donde se le dio la oportunidad al contratista de cumplir con lo
pactado y donde lo que salta a la vista es que ni siquiera el contratista recurrió los
actos administrativos sancionatorios proferidos por la Administración.
Frente a esta aseveración, la Subsección precisa que si bien es cierto que en los
interadministrativos por expresa disposición legal (art. 14 de la Ley 80 de 1993) no
se pueden establecer cláusulas exorbitantes, tal y como se profundizó en el
numeral tercero de la parte considerativa de esta providencia, tambien lo es, que
la Administración contratante revocó parcialmente mediante Resoluciones Nos.
1457 y 1458 del 13 de julio de 2009, los artículos de los actos administrativos con
los cuales impuso estas cláusulas, dejando vigente solo la declaratoria de
incumplimiento de los contratos Nos. 226 y 227 de 2006, la cláusula penal y la
orden de hacer efectiva la póliza de seguro, facultades que sí se encuentran en
cabeza de la entidad accionada.
Ahora bien, observa la Sala que el artículo cuarto de las Resoluciones Nos. 689 y
690 de 2009 correspondiente a los contratos Nos. 226 y 227 de 2006, ordenó
hacer efectiva la cláusula penal establecida en el contrato equivalente al 20% del
valor del contrato y en el séptimo, CORPOGUAJIRA ordenó hacer efectiva la
garantía aportada por el contratista para la legalización del contrato, señalando
para el efecto los riesgos amparados, su vigencia y valor asegurado.
En el caso de autos, por ejemplo, la Sala observa que el contratista cumplió con
un porcentaje de los contratos de consultoría según el informe rendido por el
interventor del contrato, así:
a. Respecto del contrato No. 226, el interventor señalar que el contratista ejecutó
el contrato en un porcentaje del 53.20% del valor del contrato, esto es,
$229’446.787.
b. Respecto del contrato No. 227, el interventor señala que el contratista ejecutó el
contrato en un porcentaje del 50,14% del valor del contrato, esto es,
$628’747.800.
a. Contrato No. 226 de 2006 se suscribió por valor de $431.300.000, es decir, que
el 20% del mismo, es la suma de $86.260.000.
Valores que serán actualizados de acuerdo con las fórmulas acogidas por la
jurisprudencia, esto es:
Ra = $69.008.000 x 124.62
102.26
Ra= $84.097.173,47.
Ra = $200.640.000 x 124.62
102.26
Ra= $244.511.605,71.
Así las cosas, sobre los valores antes señalados, es decir, $84.097.173,47 y
$244.511.605,71, debe hacerse efectivas las pólizas seguro No.4059916-0 y
4065582-9, expedidas por la COMPAÑÍA SURAMERICANA DE SEGUROS S.A.
hoy SEGUROS GENERALES SURAMERICANA S.A.
Así las cosas, el actor no logró demostrar que fue debido a la actividad de
CORPOGUAJIRA que se retrasó el cumplimiento de los contratos de consultoría,
y por el contrario, se pudo establecer con los informes de interventoría que el
contratista no llevó a satisfacción la ejecución del contrato, quedando de esta
manera sin fundamento el segundo de los cargos impetrados por el demandante
en la apelación, en donde afirmó que la conducta gravemente culposa de
CORPOGUAJIRA fue la que ocasionó el incumplimiento de los plazos
contractuales, al omitir tener en cuenta los periodos de retraso en el inicio y
posterior suspensión de las obras y desconociendo las ampliaciones de plazo
efectuadas a los dos contratos y en los cuales no se dejaron plasmadas
salvedades por parte del contratista.
RESUELVE
Según la jurisprudencia de la Sala, 77 a la luz de los artículos 1596 del Código Civil
y 867 del Código de Comercio, el juez reducirá el monto de la cláusula penal con
base en el porcentaje de obra efectivamente ejecutado por el contratista y
aceptado por la entidad contratante.
77
Consejo de Estado, Sección Tercera, sentencia de 13 de noviembre de 2008, Rad. 17.009