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Análisis Sentencia Ambiental SC3460-2021

María José Rodríguez Larotta


Danna Katherin García Chaparro

Relación Causal Entre La Infracción De Normas Ambientales Y El Daño Causado Por


Inundaciones En Cultivo De Especies Florales

Magistrado ponente: Luis Armando Tolosa Villabona

Fecha: Bogotá, D. C, dieciocho de agosto de dos mil veintiuno

SC3460-2021 Radicación: 05001-31-03-001-2015-00658-01 de la Corte Suprema de


Justicia

La presente sentencia de casación nos expone la problemática que vivieron los dueños
(Tahami& Cultiflores S.A., en Reorganización) de los predios Prado Azul y Cavall en
Rionegro (Antioquia), por la tala de árboles y los movimientos en la tierra que realizaron
unas industrias (Mármoles y Servicios S.A.S., King DukeInvestments Limited y Humberto
Rozo Galvis.) para la construcción de dos proyectos urbanísticos. Lo anterior, trajo como
consecuencia una alteración ambiental y tres avalanchas en el 2008 y 2011 las cuales
afectaron el dique de un lago y la anegación de varias hectáreas de cultivo de los
demandantes.
Aunque los actores denunciaron las afectaciones y se suspendió las actuaciones por parte de
los acusados, inició una serie de inundaciones que afectó los cultivos de los precursores, e
hizo que entraran en una crisis económica. A pesar de lo cometido los accionados no
asumieron culpa alguna, pues afirmaron que los daños ocasionados eran por fenómenos
naturales y por negligencia de los actores.
Según el fallo de la primera instancia Juzgado Primero Civil del Circuito de Oralidad de
Medellín negó las suplicas por considerar dudosos los perjuicios y por la inexistencia de un
nexo causal. Asimismo, ante la apelación de los demandantes la sentencia de segundo grado
confirmo lo anterior. Las razones para negar el amparo, se debe a que no existía relación
entre la norma infringida y los daños cometidos y de igual forma el informe de Cornare de
2011 “Acreditaba un reservorio construido en tierra pisada hacía 40 años y sin
mantenimiento”, este factor junto con la inundación, la avalancha, la hibernación y la no
reparación del dique afectó los predios de los demandantes. Por tanto, al no determinar la
causa “relevante” de los hechos no se declara responsabilidad.
Lo anterior, hace que ante la negativa de la responsabilidad se presente una demanda por
violación a los artículos 64, 2341, 2343 y 2357 del Código Civil. Según la recurrente el
tribunal cayó en un error de interpretación al no aplicar la teoría de causalidad adecuada,
aparte se exoneró a los demandados sin tener en cuenta que en un evento multicausal no
implica “inexistencia de responsabilidad”. Asimismo, al presentarse una variedad de causas
se debía realizar un estudio expo facto, debido a que el juzgador solo se limitó a sumar los
11 factores de relevancia causal y lo sumo todos considerándolos de un mismo valor cayendo
en un error.
En igual medida, el tribunal hace referencia a la Responsabilidad incondicional, como una
responsabilidad ligada a la solidaridad intergeneracional, la naturaleza, la vida y la dignidad
del ser humano para generar un desarrollo sostenible el cual responsabilice los daños actuales
cometidos al medio ambiente para proteger los recursos de las futuras generaciones,
englobando de igual manera la visión ecocentrica, antropocéntrica, antrópica y biocentrica.
Teniendo en cuenta la responsabilidad incondicional, la Corte evidenció que el litigio se hacía
bajo el esquema de la responsabilidad objetiva de la responsabilidad civil derivada del medio
ambiente, “por lo general, es de naturaleza objetiva, y se basa en el principio “quien
contamina, paga”. En ese sentido, para librarse de obligación se debe desvirtuar los
elementos de dicha responsabilidad
Primeramente, la Corte entra a analizar el término causalidad como una operación mental en
la que existe un nexo entre un hecho y otro. En materia ambiental la causalidad entre la
conducta y el daño se demuestra con la idoneidad del material probatorio.
Asimismo, al no determinar culpable la sentencia del 24 de agosto de 2009 radicado 01054
retomó la tesis de la intervención causal de los agentes involucrados, para poder deducir el
grado de participación entre la conducta del autor y la víctima, para poder así tasar la
indemnización. Aunque la recurrente de la demanda afirma que, si existía culpa grave por
parte de las empresas accionadas dado los movimientos en la tierra sin previa autorización y
la tala ilegal de bosque nativa, y el juzgador lo paso por alto al no haberlo tenido pro probado,
la Corte advierte que el Tribunal, no incurrió en error al apreciar las pruebas pues determinó
la responsabilidad de manera objetiva. En igual medida si el mismo tribunal no demostró el
nexo causal da lugar a que se afirme que la causa es otra o que la falta de mantenimiento del
dique haya sido el detonante de los terribles resultados.
Por otra parte, según el informe técnico del 2011, “al ser un evento multicausal, no es posible
establecer una relación entre la causa y el daño ocurrido, aunque se toma como causa
adecuada la tala ilegal y los movimientos de la tierra no autorizados. Sin embargo, lo que
configuraría el verdadero nexo causal es la previsibilidad de demostrar el rebosamiento del
agua por el dique para demostrar su debilitamiento en la misma época. Por lo tanto, al haber
culpa por parte de la víctima se rompe el requisito de la responsabilidad.

Lo anterior mencionado, fundamentado en diversas normas jurídicas relevantes para la


resolución del caso, como la reglamentaria de la regla 228 del Código General del Proceso
de la contradicción del dictamen y las normas legales como la Ley 99 de 1993 de la creación
del ministerio de ambiente y organización del SINA, la Ley 472 de 1998, el artículo 16 de la
Ley 23 de 1973 de la responsabilidad civil del Estado por daños al hombre o a recursos
naturales de propiedad privada en consecuencia de acciones contaminantes, la Ley 1333 de
2009 del procedimiento sancionatorio ambiental, la convencional del Convenio sobre la
Responsabilidad Internacional por Daños Causados por Objetos Espaciales, del 29 de marzo
de 1972, 961 U.N.T.S. 187, artículo II, el artículo 8º de la Convención Americana, el artículo
29 de la Constitución Política, el Decreto 2811 de 1974 del Código Nacional de Recursos
Naturales Renovables y de Protección al Medio Ambiente, los artículos 2343 y El artículo
2357 del Código civil y la sentencia de Casación del 16 de mayo 2011.

Finalmente, la Corte decide no casar la sentencia de 30 de octubre de 2018, proferida por


la el Tribunal Superior de Medellín, Sala Civil, en el proceso verbal incoado por Tahami &
Cultiflores S.A., en Reorganización, frente a Mármoles y Servicios S.A.S., King Duke
Investments Limited y Humberto Rozo Galvis.

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https://youtube.com/watch?v=pXJzFLgsTkg&feature=share

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