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Enfoques actuales en la evaluación en matemática

Tratando de superar el enfoque tradicional conductista han surgido otros enfoques en la


evaluación en matemática, siendo algunos de los más difundidos en los currículos actuales el de
evaluación de competencias, el de procesos y el de integración de conocimientos. Todos coinciden
en que el análisis de la consecución de objetivos matemáticos debe hacerse basándose en las
conductas del alumno frente a ciertas actividades o tareas matemáticas en el aula y fuera de ella y
no solo sobre test cerrados donde, por ejemplo, no se ponen en evidencia los preconceptos o las
concepciones de los alumnos ni sus procesos. Además, en el presente, a esto se une la idea de que el
estudiante no solo resuelve la evaluación, sino que puede participar en su elaboración, ayudar a fijar
criterios y por supuesto, analizar y contrastar valoraciones sobre su desempeño en la misma.
Enfoques actuales: La evaluación basada en la performance (“Performance-Based Assesment”) es
el proceso de obtención de información a partir de las conductas observables del alumno.
La palabra performance nace en el ámbito de los deportes y las artes y se traduce como actuación o
desempeño. Entendemos por performance a la puesta en evidencia de capacidades generales
(saberes o saberes-hacer, como por ejemplo: pensar lógicamente, comprender consignas, organizar
un trabajo, demostrar, etcétera) o específicas (habilidades ligadas a una disciplina o contenido, por
ejemplo: calcular, factorizar, construir con regla y compás, expresarse con símbolos, etcétera) a
través de la actuación, es decir de un comportamiento observable que permita demostrar qué sabe el
alumno y qué sabe hacer con lo que sabe. Las capacidades de un alumno se confirman cuando su
dominio se demuestra en situaciones diferentes y de manera distinta en relación con el período de
aprendizaje, por lo tanto, los criterios de evaluación de capacidades deben apoyarse en normas de
cantidad, calidad y tiempos de ejecución. En una variedad de situaciones y tareas el estudiante tiene
oportunidad de demostrar su comprensión y aplicar reflexivamente conocimientos, habilidades y
hábitos de la mente en distintos contextos. La base de esta evaluación la constituye la observación
de cómo los alumnos trabajan en la búsqueda de determinado resultado y si este es logrado. Su
ventaja radica en su alta validez, pues si está realizada correctamente el resultado buscado (que es lo
observado) puede proveer información que es directamente aplicable al diseño de una estrategia de
intervención cuando sea necesaria.
La evaluación de procesos, tiende a identificar los procedimientos de resolución de problemas y las
habilidades de mayor rango, cognitivo y metacognitivo, como medio de producir resultados. Estas
evaluaciones deben reflejar contenidos y procesos matemáticos importantes; ser balanceadas
provocando el uso de habilidades de distinto nivel cognitivo; contener aspectos de matemática pura
y aplicada y extenderse desde tareas cortas a problemas prácticos que requieren mayor tiempo de
realización. El enfoque de evaluación de procesos difiere de los restantes en que pone su atención
en los procesos mismos como productos o resultados de la enseñanza. La complicación de este
enfoque radica en que los procesos no son fácilmente observables y requieren una serie de técnicas
innovadoras (entrevista, resolución de problemas abiertos, etcétera) y variadas para evaluar su uso.
El enfoque de integración de conocimientos piensa la matemática como un todo unificado y el
poder matemático del estudiante reside en conocer y usar sus relaciones. La evaluación debe
atender a todos los aspectos del conocimiento matemático tanto como a la forma en que ellos han
sido integrados por el estudiante. En general propone la resolución de situaciones complejas (poco
familiares o novedosas) a través de estrategias de resolución de problemas y de razonamiento y la
aplicación de distintos conceptos, procedimientos y formas de representación matemática, de
manera que se transparenten aspectos esenciales del conocimiento matemático y los niveles de
integración en ellos alcanzados por el alumno. Este enfoque reconoce que el éxito en matemática
depende en gran parte de la motivación que tenga el alumno para trabajar con esta disciplina y de su
valoración por el papel que juega en nuestra cultura. De modo que, si desarrollar una disposición
positiva hacia esta disciplina es un objetivo de su enseñanza, dicha disposición (como forma de
contenido de enseñanza) ha de ser evaluada. La enseñanza para la comprensión integra aspectos de
los tres enfoques anteriores cuando considera que: No solo reconocemos a la comprensión mediante
un desempeño flexible, sino que podemos afirmar que la comprensión es el desempeño flexible.
Relacionar, operar, describir, comparar, diferenciar, adecuar, relatar, diagramar, analizar, decidir,
representar, secuenciar, organizar, etc., son desempeños que, si bien permiten reconocer la
comprensión, se puede afirmar que son la comprensión misma.
En este sentido es importante discriminar que los desempeños en términos de acción no implican
solo y necesariamente “acciones observables a simple vista”. Procesos mentales complejos como
conjeturar, discernir, el pensar mismo, [también] son desempeños. […] Actuar flexiblemente
significa la posibilidad de resolver situaciones nuevas, crear productos, reorganizar nuevas
informaciones con saber. Significa un conocimiento disponible y fértil. (Pogré, 2001) Cuando se
promueve el desarrollo de la compresión y se tiene en cuenta la diversidad, se impone el uso de
múltiples formas de evaluación de modo que los estudiantes tengan oportunidad de demostrar lo
que conocen y comprenden

Condiciones que debe tener toda evaluación: Existen algunos principios que orientan la evaluación
del aprendizaje. Uno de ellos es la validez, entendida como la correspondencia entre los objetivos
planteados, los contenidos y la evaluación. Se vincula también con las habilidades relacionadas
cuyo logro va más allá de contenidos específicos. Otro principio esperado de la evaluación es la
confiabilidad, entendida como la estabilidad de los resultados obtenidos al repetirse una evaluación.
Esto puede dificultarse en el tiempo debido a la fragilidad de los conocimientos que se presenta en
las aulas. Actualmente entre las características que se reconocen necesarias para la evaluación en
matemática se pueden mencionar:

➢ Centrarse en la matemática que todos los estudiantes necesitan saber

➢ Promover la equidad

➢ Promover inferencias válidas acerca del aprendizaje de la matemática


➢ Ser un proceso abierto

➢ Ser un proceso coherente

➢ Favorecer los valores sociales


En esta visión, se trata de evaluar el aprendizaje desde un enfoque integral y humanista. El alumno
debe ser considerado una persona que construye conocimiento. De esta manera, se debe recordar el
carácter social del proceso de aprendizaje.

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