REFLEXIÓN

En nuestra experiencia como falicilitadores, tanto al impartir clases de inglés como al trabajar en programas
de alfabetización, hemos tenido la oportunidad de observar de cerca cómo la educación puede ser un motor
de transformación en la vida de las personas.

Cuando impartimos las clases de inglés, vimos a nuestros estudiantes esforzarse por dominar un nuevo
idioma. Muchos de ellos enfrentaron desafíos y obstáculos, pero su determinación y deseo de aprender
fueron inspiradores.

Por otro lado, al trabajar en el programa de alfabetización “Yo, sí puedo”, fuimos testigos de cómo las
personas que carecen de habilidades de lectura y escritura se enfrentan a desafíos significativos en su día a
día. La alfabetización es el pilar de la educación y el acceso a la información. Es conmovedor ver cómo su
autoestima se elevó a medida que descubrían la capacidad de comunicarse y comprender el mundo que los
rodea.
Ambas experiencias nos han enseñado la importancia de la educación en todas sus formas. Ya sea enseñando
inglés o alfabetizando a personas.

En nuestra reflexión, hemos llegado a apreciar aún más el valor de la enseñanza y la alfabetización. Cada clase
que impartimos y cada lección que compartimos fueron oportunidades para hacer una diferencia en la vida de
nuestros estudiantes, y eso es un privilegio que no tomamos a la ligera. Logramos desarrollar y culminar
nuestro TES, con un alto nivel profesional.
 CONCLUSIÓN

Al impartir clases de inglés y participar en el programa de alfabetización, hemos llegado a una conclusión
fundamental: la educación es un poderoso catalizador de transformación en la vida de las personas.
Independientemente de si estamos enseñando un nuevo idioma o ayudando a las personas a adquirir
habilidades básicas de lectura y escritura, estamos ofreciendo oportunidades que van mucho más allá de las
lecciones.

En resumen, la conclusión que hemos alcanzado al impartir clases de inglés y el programa de alfabetización es
que la educación es un pilar fundamental en el desarrollo personal y social. A través de la enseñanza,
estuvimos dando a las personas las herramientas necesarias para mejorar sus vidas y convertirse en
ciudadanos activos y participativos. La educación es, sin duda, un regalo que perdura y una inversión en un
futuro más brillante para todos.