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En un entorno internacional en el que las cadenas de comercio global están afectadas por la crisis

logística mundial y en el que las exportaciones diferentes a petróleo y minería han venido ganando
terreno progresivamente en los últimos años según el Dane, los candidatos presidenciales Rodolfo
Hernández y Gustavo Petro, quienes disputan este domingo una reñida segunda vuelta de las elecciones
presidenciales, tienen su óptica sobre lo que debe pasar con los acuerdos comerciales y el intercambio
con los demás países. Un punto de coincidencia de los planes de gobierno dos candidatos pasa por
hacerle algunos cambios a los tratados de libre comercio (TLC). (Le puede interesar: ¿Dólar a $ 7.000?
Los efectos esperados si frenaran exploración petrolera) En el caso del ingeniero Hernández, según su
programa de gobierno, una intención clara es hacer una revisión del cumplimiento de las condiciones de
estos tratados de libre comercio, con el objetivo de no permitir la importación de productos cuando
haya oferta interna suficiente en renglones específicos. Además, según lo consignado en su programa de
propuestas, se prevé prohibir las importaciones de productos que el campo colombiano produzca, hasta
tanto no se haya asegurado su venta y se haya surtido el mercado local. Por su parte, sobre este tema, el
programa del candidato Gustavo Petro prevé de forma general que los TLC deben ser revisados y
renegociados en clave de que sean justos y se conviertan en herramientas para estimular la
productividad, combatir el cambio climático, desarrollar transferencias de conocimiento y crear nuevos
puestos de trabajo en el país. Igualmente, señala que serán de especial atención las cláusulas de
protección a la inversión de estos tratados que atentan contra productividad, el empleo y la naturaleza.
Sin embargo, quienes están al frente de las iniciativas para profundizar el intercambio de más productos
y con mayores volúmenes a las diferentes latitudes vienen advirtiendo sobre lo contraproducente de
una acción en este sentido.
En el primer semestre del año, las exportaciones peruanas a Costa Rica sumaron US$38,9 millones,
logrando un incremento del 10% respecto al mismo periodo de 2021 (US$ 31,1 millones), informó la
Asociación de Exportadores (ADEX). El gremio exportador indicó que del total de esa cifra, el 88% fue
por envíos no tradicionales. En el lapso analizado la agroindustria presentó una evolución de 25% al
sumar US$9,1 millones. Sus principales partidas fueron uvas frescas, aguacates, galletas dulces, demás
preparaciones utilizadas para la alimentación de los animales y arándanos rojos. Le siguió el químico
(US$15,5 millones). Destacaron, además, placas, láminas, hojas y tiras de polímeros de etileno,
preparaciones antioxidantes y estabilizantes compuestos para caucho o plástico, a base de nitrato de
amonio, medicamentos para uso humano y medicamentos para uso veterinario. En el primer semestre
de 2022 la balanza comercial fue deficitaria para nuestro país en US$7 millones. Mientras las
exportaciones peruanas a Costa Rica ascendieron a US$39 millones, las importaciones fueron por US$46
millones. Desde la puesta en vigencia del Tratado de Libre Comercio (TLC) suscrito por Perú y Costa Rica
el 1 junio del 2013, la agroindustria, la siderometalurgia y los textiles fueron los tres sectores que se
beneficiaron más con ese acuerdo comercial, precisó ADEX. Cifras del Sistema de Inteligencia Comercial
ADEX Data Trade destacaron que los despachos no tradicionales a ese mercado centroamericano
aumentaron 63,7%, al pasar de US$48,5 millones, entre junio de 2012 y mayo del 2013, a US$79,4
millones, entre junio de 2021 y mayo de 2022. En ese mismo periodo, la agroindustria pasó de US$7,9
millones a US$ 23.1 millones, la siderometalurgia de US$ 2,7 millones a US$6,9 millones; y los textiles de
US$771.168 a US$ 1,8 millones. La pesca para consumo humano directo de US$650.911 a US$1,4
millones, el químico de US$15,7 millones a US$27 millones, las confecciones de US$8,4 millones a
US$9,9 millones y la metalmecánica de US$3 millones a US$3,4 millones. Respecto a la integración
comercial entre ambos países, se debe destacar que en el 2021 Perú fue el proveedor mundial N° 36 de
Costa Rica, con una participación del 0,4% del total importado por esa nación. En el ranking de
Latinoamérica se posicionó en el puesto nueve.
Un barco encallado en el estrecho de Suez provocó en marzo de 2021 la paralización del comercio entre
Asia y Europa durante varias semanas, que a su vez derivó en la interrupción de la actividad de muchas
fábricas que basan su modelo en una cadena de valor global y la producción just in time con el mínimo
inventario posible. Un año antes, la aparición de la Covid 19 ya había provocado retrasos en la entrega
de automóviles en todo el mundo por las restricciones impuestas en Corea y China, que paralizaron
muchas fábricas de autopartes. Algo que ha continuado ocurriendo durante el pasado 2021 generando
un gran cuello de botella en el comercio de mercancías a nivel mundial. A la perfectamente engrasada
máquina del comercio global, que desde los años 80 ha permitido que en Noruega tengan acceso a las
frutas tropicales durante todo el año o que en EE.UU. puedan cambiar de celular cada año por un
modelo mejor y al mismo coste, se la han saltado las costuras. Y no únicamente por temas logísticos.
También por aspectos geopolíticos y sociales de primer orden. Los últimos años han sido prolíficos en
pruebas de stress para el modelo de globalización económica construido en las últimas décadas. En
estas últimas semanas, el desafío alcanzó un nivel aún mayor, con el conflicto entre Rusia y Ucrania
creando tensión global y nuevas distorsiones de precios en la energía y los mercados de materias
primas. La llegada de un político como Trump a la presidencia de EE. UU., que se negó a firmar el tratado
de libre comercio TCCP e impuso aranceles a productos chinos y europeos, fue el parteaguas. No por
casualidad Trump ganó las elecciones de 2016, en parte, por el apoyo de sectores trabajadores de los
EE. UU. que culpaban a la globalización de la pérdida de su trabajo y reducción de nivel de vida. En el
Reino Unido, los británicos deseosos de aislarse del mundo votaron por el Brexit que rompió la unión
aduanera con los 27 países de la Europa continental y reintrodujo controles aduaneros después de 46
años en los que las mercancías circularon sin problemas entre la isla y el continente. Y dentro de la
Unión Europea, Francia, alegando aspectos medio ambientales, pero con una trasfondo ambiental y
social, frena constantemente el acuerdo entre Mercosur y la UE que lleva más de 30 años negociándose
sin poder concretarse. Las clases medias de muchos países desarrollados han visto como desde la crisis
de 2008 el desempleo ha aumentado, su nivel de vida a disminuido y sobre todo sus expectativas de
futuro son negativas. Parte de los damnificados, y también algunos políticos, han señalado a la
globalización como culpable de estos males. Y una nueva ola de proteccionismo, guerras comerciales y
nacionalismo económico está recorriendo el planeta. Por último, el enfrentamiento entre China y los EE.
UU. por la hegemonía mundial ha derivado en una guerra fría comercial en la que los flujos comerciales
están viéndose modificados con rapidez. EE. UU. entiende que China se ha enriquecido gracias a los
billones de dólares que los norteamericanos se han gastado en sus productos (y a la propiedad
intelectual que les han robado). Y no parece dispuesto a seguir financiando, vía compra de productos, el
ascenso del gigante asiático. Siendo EE. UU. el gran consumidor mundial, y China el gran productor, una
guerra comercial entre ambos países, que además arrastran al resto sus países socios, es un torpedo
directo al actual modelo de comercio internacional. Como señalaba James K. Galbraith en un artículo de
Project Syndicate, estas cadenas se diseñaron para ser eficientes, pero no resilientes. Funcionaron a la
perfección, desde un punto de vista macro, en tiempo de relativa paz y estabilidad política, y social en el
mundo. Especialmente desde la caída del muro de Berlín hasta la crisis económica de 2008. La realidad,
es que ya no vivimos en un mundo tan plácido desde el punto de vista de las relaciones internacionales
y comerciales.
El intercambio comercial del Perú con los países con quienes mantiene un tratado comercial alcanzó los
US$ 54.053 millones en el primer semestre del 2022. Este valor es 21,2% mayor que lo registrado en el
mismo periodo del año anterior; además, representa el 91,6% del comercio total de bienes, según el
Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (Mincetur). En contraste, el Mincetur informó que el
comercio con los países con quienes no existe aún un tratado comercial vigente (8,4% del total)
disminuyó 1,1% en este periodo, debido a la fuerte caída del comercio con los países en conflicto (Rusia
y Ucrania). Según el “Reporte Mensual de Comercio – junio 2022″ de Mincetur, China continúa siendo el
primer socio comercial de nuestro país con un crecimiento del 6,9%, en los primeros seis meses del año.
Le sigue Estados Unidos, que entre enero y junio logró un incremento dinámico al crecer 53,1%. De otro
lado, en ese periodo, el comercio Perú-Asia creció 7% gracias al mayor intercambio con India (16%),
Corea del Sur (13%) y Japón (8%). Con la India, el Perú viene actualmente negociando la firma de un
acuerdo comercial. Respecto a Europa, el comercio aumentó 18%, principalmente por el aumento del
intercambio con el Reino Unido (353%), país que ha elevado notablemente sus compras de gas natural
del Perú. Finalmente, el Perú elevó su intercambio comercial con los bloques comerciales de la región:
Mercosur (40,9%), Comunidad Andina (38,2%) y Alianza del Pacífico (31,3%), destacando el mayor
comercio con Brasil (45,8%). El Perú tiene vigentes 22 acuerdos comerciales a la fecha. Estos son con:
Estados Unidos, Cuba, Mercosur, el Protocolo Comercial de la Alianza del Pacífico, la Comunidad Andina,
Chile, Canadá, Singapur, China, Tailandia, México, Japón, los países de la Asociación Europea de Libre
Comercio (AELC), Corea del Sur, la Unión Europea, Panamá, Costa Rica, Venezuela, Honduras, Australia,
Reino Unido y el CPTPP (Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico.
Para la implementación de proceso de profundización de integración se han creado los Puestos
Fronterizos Integrados, que cuentan con Centros de Facilitación del Comercio para garantizar un paso
ágil de las mercancías y los Centros de Control para atender a las mercancías exceptuadas de la libre
circulación. A esto se suma la próxima implementación de las Aduanas Periféricas de la Unión Aduanera,
que servirán para atender las operaciones aduaneras de mercancías que ingresan al territorio aduanero
único. La Unión Aduanera busca facilitar el comercio entre Guatemala y Honduras, acelerándolo y
reduciendo su costo. Los dos países han integrado sus procedimientos comerciales en tres fronteras
terrestres comunes: Agua Caliente, El Florido y Corinto. En lugar de duplicar los trámites y el papeleo en
ambos lados de la frontera, el comercio entre Honduras y Guatemala ahora requiere solo un
instrumento en línea llamado "FYDUCA" (Factura y Declaración Única Centroamericana). En la unión
aduanera efectuada entre Guatemala y Honduras se liberalizó el 75% del intercambio comercial entre
ambos países haciéndolos más competitivos y productivos. Lo que significaba el 50% de la población
centroamericana y cerca del 52% del comercio intrarregional. En menos de 14 meses, tras seis rondas de
negociación y ocho mesas de trabajo, el 20 de agosto de 2018 se oficializó el acuerdo de adhesión de la
República de El Salvador al proceso de la Unión Aduanera, el cual reportará trascendentales avances que
contribuirán al crecimiento de las economías y al bienestar de las poblaciones. Con la adhesión de El
Salvador el impacto al crecimiento de las economías de las tres naciones centroamericanas, representa
un total de 32.1 millones de habitantes, lo que equivale al 73.7% de la población centroamericana y un
total de 6,208.2 millones de dólares equivalente al 69% del comercio de la región. Esto convierte a la
región en la octava economía más fuerte de América Latina. El modelo de Unión Aduanera funcionará
en seis aduanas identificadas, dos con Honduras que son El Amatillo y El Poy y cuatro con Guatemala
que son La Hachadura, Anguiatú, Las Chinamas y San Cristóbal. El beneficio en cuanto a la movilidad de
mercadería en las fronteras gracias a la Unión Aduanera permitirá agilizar los trámites de cruce, una
reducción de los costos de transacción para todos los exportadores y para los usuarios de puntos
fronterizos.
La industria mexicana de exportación advirtió el miércoles que el Gobierno debe cuidar que sus
mensajes y acciones no generen desconfianza e incertidumbre entre los inversionistas extranjeros, en el
marco de la entrada en vigor del nuevo acuerdo comercial de Norteamérica. El renovado pacto
comercial entre Canadá, Estados Unidos y México (TMEC) busca crear mayor fortaleza para el comercio
en la región, aunque algunos roces entre los socios, como amenazas de disputas y aranceles, han
surgido desde antes de su arranque en plena crisis económica por la pandemia del coronavirus. El
Consejo Nacional de la Industria Maquiladora y Manufacturera de Exportación (Index) mostró
preocupación el miércoles por algunas decisiones tomadas por el gobierno de Andrés Manuel López
Obrador en industrias como la cervecera y la eléctrica, que advierte pueden mermar la llegada de
capitales al país. "Debemos también como México (...) cuidar los mensajes que mandamos al exterior. El
tema de Constellation Brands y el cambio de las reglas del juego en el sector energético, entre otros (...)
generan incertidumbre y desconfianza, y para que haya inversión tiene que haber confianza", dijo el
presidente del Index, Luis Aguirre, en videoconferencia de prensa. La estadounidense Constellation
Brands y el gobierno de México se enfrentaron tras la cancelación de la construcción de una planta
cervecera de 1,400 millones de dólares que fue rechazada por pobladores en una controvertida consulta
pública, aunque ambas partes anunciaron que buscarán un acuerdo. Más recientemente, el organismo
regulador del sector eléctrico, Cenace, congeló la apertura de nuevas plantas de energía renovable, lo
que desató fuertes críticas dentro y fuera del país, tales como las del embajador estadounidense en
México, quien dijo que el cambio de reglas en esta industria puede ser "muy negativo" para la inversión.
"Este acuerdo nos da certidumbre jurídica para mantener inversiones, pero es diferente cuando un
inversionista ve que el acuerdo comercial está avalado, ratificado por los tres países, pero ciertos
personajes del poder público a nivel federal están poniendo piedritas en el actuar", agregó Aguirre. El
presidente del Index refirió que la inversión extranjera directa en la industria manufacturera de
exportación no se ha estancado y espera que ésta se incremente "de manera importante" con la
entrada en vigor del nuevo TMEC, si las autoridades siguen sus recomendaciones.

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