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CAPÍTULO 1
Hace mucho tiempo, en un lugar de la Mancha de una galaxia
muy, muy lejana, existió un pequeño y astuto dios duende,
llamado Orulgo. Orulgo era el dios de la pesca y le servía tributo
al dios de dioses Willyrex.
Orulgo le dijo al Cigala que tenían que acabar con Willyrex para
que el mundo empezara a ser más libre. Orulgo sabía que los
estaba buscando u Luís Bros el hermano de Mariano, en busca de
venganza y mandado por Willyrex, Orulgo se lo comentó al Cigala
y decidierón ir a otro lugar devastado por la muerte y el hambre,
Badajoz.
Ahora Orulgo era buscado por todos los hombres de Willyrex así
que decidió ir a otro lugar al que esconderse, se decantó por un
lugar lleno de gente como él, gente llena de mal y sobretodo
gente muy oscura, las 3000 viviendas.
CAPÍTULO 4
Orulgo no fue allí por casualidad, fue buscando a un sabio dios
renegado, el dios de la hierba, que habitaba en el fondo de la
cueva del crack, este dios era conocido como Melendi.
Este dios, era un dios muy codicioso de poder, quería ser el más
poderoso de todos y quería libertad. En el Olimpo, los actos de
Orulgo fueron noticia, aunque los trataban de censurar, siempre
acababan corriendo la voz, de una forma u otra, llegaron a oídos
de Tanosandújar. Tanosandújar, motivado por los actos de
Orulgo, decidió que escaparía de allí a la fuerza si era necesario.
Cuando Skipper vio a Orulgo puso cara de asco, pero luego le dio
la mano y le preguntó que ocurría, este le dijo que estaba
buscando a Amador Rivas porque le puede ayudar mucho pero
que los hombres de Willyrex lo tenía preso en algún lugar y que
necesitaba ayuda para encontrarlo. Este aceptó y le dijo a sus
compañeros “panda de gandules, hay que ponerse a trabajar,
hay que encontrar al putito del enano ese” y se fueron por el
tubo, el cual desapareció también. Ahora Orulgo solo debía
esperar entre 1 hora o 5 días, dependiendo de si los pingüinos
encontraban drogas por el camino. Orulgo decidió sentarse en
un banco cercano esperando, pero como había un mileurista
durmiendo encima, decidió mandarlo volando a Cuba y de esta
forma poder sentarse.