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Las Heridas Que Hicieron Que Me Enamorara de Ti - Descubre Las Heridas de Infancia Que Impactan en Tus Relaciones de Pareja y Comienza A Sanarlas (Spanish Edition)
Las Heridas Que Hicieron Que Me Enamorara de Ti - Descubre Las Heridas de Infancia Que Impactan en Tus Relaciones de Pareja y Comienza A Sanarlas (Spanish Edition)
Ti
Descubre las heridas de infancia que impactan en tus
relaciones de pareja y comienza a sanarlas
Introducción
Antes de Comenzar
Prólogo
Volviendo a la Infancia y Su Impacto en Nuestras Vidas
La Fábula del Locos y los Alpinistas
El Contexto de Nuestra Realidad Hoy
La Dependencia Natural y el Ciclo de Abundancia
La madre es la base que sustenta la sociedad
Descubre Quién Eres y qué es lo que Quieres
La Historia que nos Contamos, la Vida que Vivimos.
La Historia de las Heridas que Hicieron que me Enamorara
La Proyección en la Pareja versus las Vivencias del Niño Interior Herido.
Siento que No Soy Suficiente para que Alguien se Enamore de Mí.
Siento que Tengo que Cuidar y Responsabilizarme del Otro para que Me
Amen
Siento que Tengo que Dejar Pasar la Conducta de Mi Pareja para que las
Cosas Estén Bien.
Siento que el otro tiene que amarme, entenderme, cuidarme cuando yo lo
necesite.
Siento que es Mi Pareja la que Me Hace Daño, que Otros son los
Responsables por Mi Dolor o Mi Sufrim
Siento que Me Cuesta Confiar en una Pareja y Tengo Miedo de Aquello.
Siento que Tengo que Moldearme para ser Amada por Mi Pareja.
Siento que no Puede Permitirme Ser Vulnerable con una Pareja.
Siento que el amor es sacrificio, que debo darle muchas oportunidades a
mi relación de pareja, aunqu
Siento que el Amor Todo lo Puede, lo Aguanta. Siento que debo Ayudar a
Mi Pareja y Apoyarlo por Sobr
Siento que estoy perdida si no tengo pareja. Siento que estoy en
desventaja con respecto a otros si
Siento que el Otro Tiene que Devolverme de Alguna Forma las Cosas
Amorosas que Hago por él/ella.
Siento que Amar es decir Siempre Sí.
Siento que Amar es Darle la Razón al Otro.
Siento que Tengo que Estar en Pareja por los Hijos, por la Familia o por
los Años Compartidos Juntos
Siento que mi Pareja tiene que Cumplir con una Serie de Características o
tiene que ser una Serie de
Quién Eres en Realidad y Porqué Llegaste a Serlo
La Comunicación y la Vulnerabilidad
LA VERDADERA BÚSQUEDA DEL AMOR: ¿De Dónde Nace el
Amor?
Los 8 Factores de la Crianza que Impactan en las Relaciones de Pareja
Vulnerabilidad
Cuidado Mutuo
Responsabilidad Personal
Consideración Por el Otro
Autocuidado
Sanos Límites
Valoración del Proceso, No del Objetivo
Amor Propio
Claves para Llegar a Tener una Relación de Pareja Sana
Conoce cómo te vinculas y qué es lo que deseas
Escucha Tu Voz Interior, Conócete y Permítete Brillar
Genera una Relación de Acompañamiento, No de Necesidad.
Comunícate Contigo Misma y con Tu Pareja de Forma Asertiva
Comunícate Contigo Misma y con Tu Pareja de Forma Honesta
Hazte Responsable de Tu Felicidad
Mata la Creencia de que Existen la Relación Perfecta
Interioriza que el Amor es Verbo, No Sustantivo.
El Amor No es para Siempre
Solo el Tiempo puede Mostrarte Quien es Realmente una Persona y Su
Coherencia en el Tiempo.
BONUS TRACK: Busca una Pareja que sea un Buen Socio de Vida
¡Utiliza las Relaciones y Experiméntate!
Comentarios Finales
Bibliografía
Introducción
¿Por qué siempre mis relaciones terminan igual? ¿Por qué no recibo el
amor que deseo recibir? ¿Por qué no logro encontrar un compañero que me
ame como sueño? ¿Por qué sufro en mis relaciones de pareja?
Cuaderno de Ejercicios
Antes de iniciar, te propongo que busques un cuaderno solo para iniciar
este proceso de sanación junto a mí. Aunque este libro no es un taller de
sanación, mi experiencia de años trabajando en mí misma es que lo que
queda en la mente, allí muere.
A lo largo del libro, te iré dejando una serie de ejercicios por si quieres
profundizar aún más en tu experiencia y contrastar la información que te iré
compartiendo a la luz de tu propia experiencia.
¡Allá vamos!
Prólogo
“
Corazones rojos, corazones fuertes, espaldas débiles de mujer
Mil insultos como mil latigazos, mil latigazos dame de comer
De comer cordura, de comer comida, yo sabré como traicionar
Traicionar y jamás pagar, porque yo soy un hombre y no te puedo mirar
Hey mujer
Hey mujeres
Hey mujer
Hey mujeres
Hey mujer
Hey mujeres
Real.
Esto es real y fue así para el 99% de nuestras madres, para nuestras
abuelas y las mujeres que las precedieron… fue mucho más difícil.
Lo primero que quiero contarte es que siempre quise hablar del amor y
de las relaciones de pareja. ¡Es un tema tan interesante, tan lleno de matices,
tan misterioso y de tanta complejidad! Es un tema que de niña y de joven me
fascinó.
Para ser honesta contigo, siempre sentí que no estaba habilitada para
hablar del amor romántico y de pareja porque primero, nunca tuve novio en
la escuela, después tampoco, y le entré a una relación eterna porque quería
experimentar el amor y apenas me salí de allí hace algunos años. ¡¡En
realidad, te hablo desde la plena honestidad de mi existencia cuando te digo
que creo que soy una romántica soñadora que creo profundamente en el
amor… pero no tengo ninguna experiencia similar a eso!!
Una diva en su máximo esplendor. Esa era la mujer que yo era y la que
iba a sostener en el tiempo. Una mujer empoderada, resuelta, magnética,
irresistible, emocionalmente responsable en un momento de conexión sexual
esporádica… ahí, dos personas que se encuentran para disfrutarse
mutuamente sin exigencias, compromisos, miedos, inseguridades… quería
tirar a la basura mis años de aprender a cómo gustarles a los hombres, de
descifrar el secreto de cómo hacer que se quedaran.
Ejercicio
Como todas las mujeres de nuestra época, fuimos impactadas por los
cuentos de hadas de las princesas Disney. Nos fuimos impregnando hasta los
huesos de la idea de ser especiales para alguien, que el amor romántico
implicaba el inicio de un gran viaje, emocionante y llena de cosas positivas
para los protagonistas.
Quise comenzar este libro hablando de que somos mucho más una
pareja. Que ser mujer no es sinónimo de ser madre o esposa de alguien. Que
no tenemos un único propósito. Que no necesitamos sostener ese “hambre de
hombre” que nos atrapa en una búsqueda constante de una relación de pareja.
Quise comenzar este libro compartiéndote mi saber: lo que nos mantiene
atadas a relaciones de pareja que nos duelen es el hecho de estar centradas en
otros y en un resultado… y mientras, nos perdemos de nuestra propia vida,
tiempo y energía, perdemos los sueños y la capacidad de crear una vida solo
para nuestro goce y placer.
¿Hay más para ti y para mí que basar nuestra vida en ser “feliz” con
alguien? ¿Estamos condenada a sentirnos incompletas, insatisfechas o
fracasadas si no logramos el “felices para siempre”? ¿Hemos basado nuestras
vidas en la búsqueda del “príncipe azul?
Pero cuántas veces escuché a una mujer decir “no puedo hacer eso,
tengo que llegar a la casa porque me está esperando mi pareja”, “tengo que
llegar a la casa porque tengo que prepararle la comida a mi marido”, “¡no
puedo hacerlo! ¡Tengo una familia a la que atender!” Unos días para sí
mismas, para sus aficiones, necesidades, gustos, era demasiado pedir.
Este libro tiene un fin: que te cuestiones porqué pones tanta energía en
tener una pareja si tienes tanta vida más que eso. Puedes ocupar tu vida en tus
propios sueños, metas, aventuras, tu hogar y felicidad. Pero aquí estás, quizás
sintiendo que te falta una mano o una pierna si no encuentras una pareja o si
tu relación de pareja pasó de cuento de hadas a pesadilla. Pero, aunque sepas
que todos los sapos que has besado no se han convertido en príncipe, sigues
empeñada en poner tu vida en pausa hasta que uno se transforme.
¿Te has preguntado si esta búsqueda es sana? ¿Has pensado que quizás
exista una obsesión de tu parte en lograr este “santo grial” que es el amor
romántico?
Constante veo mujeres tirándose por el barranco del amor sin los
debidos cuidados o precauciones. Simplemente sintiendo una fuerte
atracción, un millón de hormonas revueltas y ya se lanzan a comenzar una
relación, ¡cómo si solo se alimentara de amor o del coctel de hormonas de la
atracción! Perdemos total juicio de las implicancias fuertes que tiene para
nosotras.
Las relaciones más exitosas son las relaciones en que existen dos
personas con una alta autoestima, que se cuidaron de estar atentos a todos
estos aspectos para sí mismos primero antes de tirarse vacío del amor y del
compromiso en pareja.
Decidí crear una fábula para ejemplificarte cómo veo yo las formas en que
le entramos a las relaciones de pareja.
Esta fábula comienza en las faldas del Everest, la montaña más grande
del mundo. Allí se reúnen y se encuentran todas las personas que sueñan con
escalarla y llegar a su cima. Muchas personas, con el mismo anhelo y la
misma pasión, se descubren mutuamente.
Pueden morir juntos o quizás uno se da cuenta que esto no era una buena
idea y cancela la misión. Mientras que el otro puede encontrarle la razón de
abandonar misión, no lo reconoce, le recrimina que es un cobarde por no
seguir adelante, que lo podrán superar. O quizás, uno se quede sufriendo en el
Everest enojado con el otro loco, pensando en una forma de vengarse por
haberlo abandonado allí (aunque él decida seguir en el Everest).
Son dos Locos, no tenían idea por donde iban ni porqué. Solo querían
subir el Everest. Pero ¡oye! Las ganas no faltaron. Por eso, cada vez que
encuentren a otro loco se irán a la aventura renovados, creyendo que esta vez
sí que lo lograrán. Nunca vieron que el otro era un loco también. Ni ellos
mismos saben que son Locos. Pero de tanto que se equivoca el Loco, quizás,
un día aprenda un poco de su experiencia y se convierta en un Alpinista
novato.
El Experto y el Loco
Un Alpinista experto se encuentra con un Loco en las faldas del Everest.
El Loco queda deslumbrado por el Alpinista experto e intenta convencerlo de
subir al Everest juntos.
El paso del tiempo dio paso a una linda amistad, comenzaron a confiar
entre ellos y a conocerse. Pronto, se dieron cuenta que les gustaba mucho
pasar tiempo juntos, que habían construido una relación muy cooperativa, se
habían observado lo suficiente para sentirse seguros y, un buen día, se
propusieron mutuamente que ser compañeros para subir al Everest juntos.
Creo que lo más importante de esta historia entre los dos Alpinistas
expertos no fue el resultado. No es la cima del Everest. Es el camino que
recorrieron, la experiencia que obtuvieron juntos al decidir subir al Everest.
Quizás, alguno no pudo continuar la travesía y el otro decidió que el Everest
ya no le interesaba tanto como antes y quería dedicarse a ser surfista.
Lo que sea que haya pasado para hacer que no llegaran a la cima de la
montaña, no importa. Lo hermoso para ellos fue conservar en sus corazones
la experiencia de todo lo que vivieron en esta travesía juntos. Quizás, la
historia que se contaron en medio de la ventisca para darse el valor de
continuar, los miedos que se confesaron cuando estuvieron a punto de caer
por un barranco, quizás las risas por hacer una guerra de bolas de nieve, o el
abrazo en medio de la ventisca y frente a la fogata que hicieron con tanta
dificultad…
◆◆◆
Quise iniciar este libro con un relato para ejemplificarte que las
relaciones de pareja no son sinónimo del amor o las ganas o la química que
tengamos con alguien. Pero, para derribar todas esas creencias que tenemos,
necesitamos entrar de lleno en saber qué fue lo que aprendimos del amor
verdadero y porqué nos deslumbramos tan fácilmente y entramos con tan
poco autocuidado en una relación romántica.
Este dolor puede ser juzgado desde varios lugares de acuerdo a nuestras
creencias acerca de lo que nos hace bien y de lo que no, pero en lo sumo, lo
más fundamental para nuestra especie y cualquiera sobre la faz de esta tierra,
es la supervivencia y el control de las condiciones.
Ejercicio
Este es un ejercicio muy potente que puede traer muchas de las
respuestas que has estado haciéndote a lo largo de tu vida.
En tu cuaderno de ejercicios, haz tu árbol genealógico hasta la cuarta
generación, es decir, los hijos (tú y tus hermanos), tus padres y sus hermanos,
tus abuelos maternos y paternos, y tus bisabuelos.
Con todo eso en mente, puede comenzar ya a analizar cuáles son las
similitudes con tu propia vida hoy.
Allí puedes encontrar claves sobre las lealtades familiares o patrones que
se repiten en tu familia.
La Dependencia Natural y el Ciclo de
Abundancia
Al igual que todos los seres de este planeta, tenemos un período crítico
entre el nacimiento y el crecimiento, hasta que logramos adentrarnos al
período reproductivo, luego viene el decaimiento hasta la muerte. Son las 4
fases de desarrollo de un ser vivo: nacer, crecer, reproducirse y morir. Entre
el nacimiento y el crecimiento absolutamente todos los seres vivos de este
planeta son frágiles y requieren de condiciones específicas para llegar a la
madurez. Y, en el caso de los mamíferos complejos como los humanos y los
primates, requerimos del cuidado y la presencia emocional de una madre para
crecer óptimamente.
Aprendemos que el ciclo es: dar para recibir, es decir, damos a otros
(amor, presencia, compañía, actos, etc.) para recibir de vuelta algo. Puede ser
amor, presencia, protección, seguridad, protección, atención, limites, y más.
De bebés aprendemos que tenemos que llorar, gritar, tirar cosas, estar
enfermos, llorar más y más o ser indiferentes para que mamá nos de la
atención que legítimamente necesitamos. Ese es el momento exacto en que
aprendemos que el HACER es mucho más importante que el SER, porque
requerimos hacer cosas para que nos amen y nos den la nutrición que
requerimos en ese momento de tanta vulnerabilidad: somos amadas y
atendidas porque hacemos cosas y no porque lo merecemos porque sí.
Mamá carga con tanto vacío interior y tanta inseguridad que no logra
percatarse de la batalla interior que está librando entre su instinto, su
naturaleza, sus carencias y su dolor. Ha aprendido de pequeña a replicar la
falta de amor y cuidados que recibió de niña, entonces se ha generado un
montón de vínculos utilitarios y poco reales que sostienen el ciclo vicioso del
patriarcado de generación en generación.
Con el paso del tiempo y los aprendizajes, vamos forjando una psique
independiente a mamá de forma progresiva. Vamos aprendiendo del mundo
externo a través de los límites con la figura o energía masculina (no
necesariamente es un padre hombre, este papel puede representarlo cualquier
figura externa que se haga partícipe de la interacción).
Cuando tenemos ese vacío emocional, cargamos con relaciones que nos
llaman a la fusión, puede haber hay falta de límites personales, dependencia
del estado emocional del otro, puedo incluso no sentirme libre… depender
del otro para crecer o para desarrollarme, puedo hacerme cargo de los
procesos y las emociones del otro, etc.
Por tanto, la culpa aparece como ese recurso de crianza actualizada que
ejercemos para con nosotras mismas, en la que generamos como acción
interna “pagar” por ese algo que “hicimos mal” (nos castigamos). Como nos
merecemos un castigo, pero no hay papás que pongan el castigo
externamente, nos lo damos a nosotras mismas a través de la culpa. Nos
mantenemos sintiéndonos fatal y teniendo emociones negativas tóxicas
porque “ese es el castigo que nos imponemos a nosotras mismas” por hacer
“lo que no debíamos”.
Recapitulación
A continuación, te dejaré un breve ejercicio para que comiences a
hacerte las preguntas que requieres para conectar con tu verdad interior.
Toma una hoja y anda anotando las respuestas. Guarda esta información tan
valiosa para después. Siempre será bueno reflexionar sobre esto a la luz del
paso de los años.
Ejercicio
Antes de iniciar este camino te traigo un ejercicio que puede ser de
mucha utilidad para ti.
Este libro no pretende ser una guía para sanar a tu niña interior, más bien es
una invitación a mirar la importancia que tuvo tu infancia y cómo
construimos vínculos desde ese lugar. Devolverle el lugar de importancia que
tiene en la humanidad y en el desarrollo durante la vida, y la relevancia que
tiene cuando se trata de manifestar una relación de pareja amorosa y sana que
soñamos.
Llegó un buen día en que conecté toda mi pasión por la infancia, todo lo
que había aprendido como mamá en la crianza con mis hijas, y comencé a
aplicar estos mismos aprendizajes conmigo misma. Eso fue la bomba.
Descubrí que no podía seguir criando coherentemente, que no era efectivo,
mientras no comenzara a integrar una crianza amorosa conmigo misma. Allí
ocurrió el cambio más profundo en mi vida.
Ejercicio
Busca un cuaderno estilo diario de vida, para que puedas guardar todo
esto para después. Responde las siguientes preguntas:
¿Cuáles creo que son mis compromisos y/o deberes en una relación de
pareja?
______________________________________
¿Si pudiera soñar una relación de pareja ideal, cómo se sentiría y sería
esa relación?
______________________________________
Por eso resulta clave que puedas permitirte reconocer la importancia que
ha tenido tu infancia en tu vida. Cómo, quizás, te has perdido a ti misma en el
camino y cómo es de importante que puedas recuperar la esencia fantástica
que vive en ti.
¿Qué es el Amor?
Yo les comparto que creo que el amor es de esas cosas que solo sabes
que lo vives cuando lo experimentas. Y, en mi experiencia, conocí del amor
incondicional cuando nació mi primera hija, Amelia. Déjame contarte esa
historia.
Ella conoció el amor a través primero del dolor. Ese dolor que le causó
una pareja de años la sumergió en un proceso de sanación, como el mío, en el
que necesitó estar muy sola para volver a confiar y volver a amar.
Pues mi amiga era muy feliz. Pero su historia no acaba ahí. Un día sin
buscarlo, conoció a un hombre maravilloso en el trabajo…y la historia es de
ellos jejeje. Pero me quiero quedar con algo crucial: mi amiga estaba tan en
paz consigo misma y con su vida, que cuando se encontraron estas dos almas,
pudo recibir aquello que estaba acorde con su sentido de merecimiento.
Esta es mi Historia
Estuve en una relación de pareja por casi 13 años. No quisiera contarla
completa porque, como ustedes sabrán en su experiencia, las historias largas
tienen muchos matices, detalles y cosas para contar, y que lo que puedo
contarles solo es mi versión de los hechos… pero creo que lo importante es
decirles cómo se fue develando la verdad en mi interior y cuál fue mi
experiencia en este camino.
Ese día teníamos planeado ir de noche donde sus papás. Él quiso contar
de inmediato la noticia. Su papá se alegró. Sus hermanas se alegraron. Pero
su mamá, que siempre me había tratado como si yo no estuviera a la altura de
su hijo, me dijo una frase… una que no puedo recordar, pero fue lo más
humillante que alguien me hubiese dicho en la vida. Me sentí humillada
delante de los demás que estaban presentes. Y solo quise escapar y llorar,
estar sola con mis sentimientos y todo lo que esa frase había activado en mí.
Ese evento quebró la confianza en mí misma, en mi pareja y en la relación.
Cuando las personas están realmente heridas, pueden ser muy crueles
con los demás. Hay un libro del que aprendí mucho unos años después que se
llama “La Maestría del Amor” de Don Miguel Ruiz. Allí supe que un corazón
herido fácilmente envenena a otros. Y bueno, he aprendido que no existe lo
bueno y lo malo, incluso lo malo te sirve, y en este caso, este acto de crueldad
quebró la confianza que tenía puesta en mi relación, pero me sirvió para ver
lo que no estaba viendo.
Hasta ese día las cosas me sucedían: tenía una relación en la que no me
sentía feliz, con una persona que sentía que no me veía, ni mis sentimientos o
necesidades, y que parecía que no se veía tampoco a sí mismo y que tenía
muchos más miedos que los míos. Era una relación en la que me hacía cargo,
daba instrucciones de cómo actuar: dependía de mí. Yo me sentía ahogada y
atrapada en la creencia de que teníamos que ser una familia para siempre. Y
mis hijas, sentía que ellas me tenían ahogada, que no me dejaban hacer
nada… vibraba en el victimismo.
La vida es como un río. No puedes controlar los caminos por los que te
llevará. Lo único de lo que tienes control es de ti mismo. Hoy puedes decidir
si quieres sostener algo en tu vida o ser firme contigo para cambiar de rumbo
si no es lo que quieres.
Nada ni nadie te obliga ni te ata a estar en una situación que te hace feliz
o que te hace doler. Tú, aquí y ahora, puedes tomar las riendas de tu vida y
cortar con años de adicción al sufrimiento si te amas lo suficiente para dar el
salto de fe, y confiar en que el universo traerá algo mucho mejor a tu vida.
Pero eso jamás sucederá si te mantienes aferrada aferrado al hoy.
Con toda esa verdad en mi corazón, esa voz no pude callarla más. Salió
a hablar fuerte, claro, sin titubeos, sin miedos y me hizo lanzarme del abismo
más profundo sin una red sobre la cual caer. Ese día dije mi verdad. Y esa
verdad era que ya no quería estar más en esa relación. Incluso con todo el
amor y la gratitud que sentía por él, pensé en mí y en lo que yo de verdad
quería. Puesto que el amor que sentía por él no era suficiente para sostener
esa relación… simplemente porque esa relación nos hacía daño. Yo quería
amar con total intensidad y felicidad, y esa fue mi apuesta. Entonces, esa
relación tenía que morir. Y había llegado a su fin.
La Proyección en la Pareja versus las Vivencias
del Niño Interior Herido.
La vivencia probable del niño interior debió sentirse como padres que
estaban mucho más preocupados de sí mismos o del qué dirán, presos de las
reglas, las expectativas y de su propio dolor de no encajar. Enseñaron a su
hijo que era mucho más importante cumplir con las exigencias de quién hay
que ser en vez de darle valor a la propia naturaleza única de ese niño o niña.
Se sintió como un
“no soy suficiente para mamá y papá, así como soy”
Así que esa niña debió convertirse en alguien o hacer cosas que
agradaran a mamá y a papá para que pudieran estar disponibles
emocionalmente para él o ella.
También, la niña interior pudo sentir que no era una prioridad para
mamá o papá, sintió que era un estorbo o que molestaba a sus planes, o que
no importaba lo que hiciera, no recibiría la atención de sus padres.
Siento que Tengo que Cuidar y
Responsabilizarme del Otro para que Me Amen
Parte del amor y el respeto tiene que ver con el PERMITIR. Permitir
significa aceptar que cada persona es la responsable de su propia vida y las
consecuencias de ésta. Si permitimos a los demás hacerse cargo, tenemos
claridad de cuál es nuestro territorio y cuándo comienza el territorio de la otra
persona.
Ignorar las conductas de otras personas no es tan común, pero les ocurre a
algunas personas que han sufrido abusos importantes y que no han sido
reconocidos por sus cuidadores.
Muchos de los consultantes que han llegado a mí, lo han hecho con
profundos problemas de autoestima, pero, sobre todo, de límites. En especial
aquellas personas que han sufrido de abusos sexuales o violaciones de parte
de familiares o cercanos y que sus padres han negado y/o ocultado la
situación, los han hecho callar y seguir interactuando con su abusador. Luego
de adultos, tienen profundas dificultades para diferenciar actitudes, acciones
y comportamientos de otros que transgreden absolutamente sus límites. Se
cuestionan mucho. Saben que no está bien, pero les cuesta mucho poner un
límite al otro… simplemente lo terminan dejando pasar una y otra vez. Y esta
conducta se repite con distintos rostros y personajes a lo largo de toda su
vida. Por eso, si te sientes identificada con esta situación, es vital que pidas
ayuda profesional.
Siento que el otro tiene que amarme,
entenderme, cuidarme cuando yo lo necesite.
Desde el otro lado, hay muchas personas que creen que es obligación de los
demás cuidarlos. Dan esperando tener mucho más como retribución. Sienten
que la vida es ingrata, que los demás no se preocupan lo suficiente por ellos,
que no son considerados, que son poco amados.
Pero esto no es solo para madres. Puedes convertirte en una mujer que
base su vida en su relación de pareja. Es usual verlo en mujeres que no tienen
una vida fuera del ámbito de la pareja: mujeres que hacen absolutamente todo
con sus parejas, sin un espacio para sí mismas, para otras relaciones
significativas o para su crecimiento personal o espiritual. Todo se basa en la
relación de pareja, el éxito de su vida está basado en eso y su valía personal
se mide en cuánto tienen una pareja y en su relación.
Luego, si se quedan sin pareja, se abre un vacío que necesitan llenar con
la búsqueda de una nueva pareja que renueve el sentido de su vida. Es usual
que pasen de una pareja a otra, que no se den tiempos de duelo o de procesar
sus aprendizajes. O, más grave, están más apresuradas en encontrar pareja
que en darse el tiempo de decidir lo que buscan o quieren de esto.
Algunas personas han aprendido que merecen todo sin dar nada ni hacer
nada para merecerlo. Este es el caso de muchos de los hijos menores que, a
diferencia de los mayores, son los “regalones”, los “conchos”, los
consentidos de los padres. Tienen un trato diferente y una crianza más
flexible que la que tuvieron los hermanos mayores. Han obtenido más
atención y menos límites. También ocurre con muchos de los hijos únicos.
También quisiera dejar claro que todo lo que menciono son ideas o
líneas emocionales que podrían configurar algunos aprendizajes emocionales
en la crianza, o en alguna forma de vivir o vivenciar el mundo. Hay que tener
muy en claro que hay muchas otras posibilidades, detalles y contextos
familiares, que esto no es A que llevó a B. Hay tantas posibilidades como
familias, pero el aprendizaje interior del egocentrismo adulto viene de una
realidad interior infantil que no ha madurado ni evolucionado del todo, ya sea
por exceso o por carencia de amor, afecto y atención, la persona que desea
que el mundo gire en torno a sí mismo responde a padres que se han centrado
exclusivamente en ellos o que se han perdido a sí mismos. Podríamos hablar
de un adulto que aún no ha integrado a los otros, al grupo y lo colectivo, y
que se ha mantenido en la vivencia infantil egocéntrica.
Siento que es Mi Pareja la que Me Hace Daño,
que Otros son los Responsables por Mi Dolor o Mi
Sufrimiento.
Un buen día, decidí que no podía continuar con esa dinámica por mi
bien, y la salud emocional mía y de las niñas. Acepté el dolor en mi vida
porque creía que no tenía control sobre eso y que no tenía otra opción. Hasta
que me di cuenta que el problema no se iba a solucionar hablando con él,
sosteniendo el vínculo y la comunicación, o intentado que empatizara
conmigo o entendiera mi punto de vista. El conflicto se solucionó cuando
asumí que no podía entablar una relación con él por el momento, ni el corto
ni en el mediano plazo. Lo mejor para todos fue cortar completamente la
relación, no abrir caminos de diálogo de momento, poner límites firmes y
fuertes, constantes y duraderos. Entablar acuerdos legales, por ejemplo.
Cuando tenemos una pareja que se alinea con nuestro hogar interior y
éste es se siente frío, el resultado será dolor. La pareja ha resonado con
nuestro hogar interior, la hemos elegido a través de nuestro inconsciente
porque nos recuerda como nos sentíamos con mamá y papá, incluso si nuestra
consciencia nos hace creer que esta vez sí que hemos elegido a alguien
diferente, lo será solo en algunos matices, en el resto, hemos de recrear una
situación muy similar a la que vivimos de niños.
Luego del desencuentro, del dolor, del desengaño que nos ha traído esta
relación, este aprendizaje tenderá a reforzarnos la creencia de que todas las
relaciones son iguales, en especial si hemos pasado por este dolor en más de
una ocasión. La única manera de salir de ahí es obtener aprendizajes
profundos de esto, intentar formas diferentes o darles oportunidades a
personas diferentes… pero la forma más efectiva siempre es y será volver a
construir tu hogar interior.
Para los niños el término portarse bien es muy difuso, para los padres
también. Es una forma de decir “compórtate como a mí me gustaría que te
comportaras en este momento”.
Es muy distinto decirle a un niño “no llores por esto que es una tontera,
llora por algo importante”, en el que imponemos un juicio de valor personal
acerca de lo que es importante y no para el niño, y además le decimos cómo
tiene que reaccionar al respecto (“no llores”):
Te hablo de la crianza no para que lo apliques con tus hijos (si deseas
hacerlo, ¡mejor!) o tus futuros hijos si no tienes, lo hago para que comiences
a tratarte a ti mismo de esa manera. Verás: cuando cargamos con infancias
dolorosas o heridas, llevamos a nuestra niña interior herida con nosotros a la
vida adulta, no logramos convertirnos en adultos responsables al ciento por
ciento. La mejor manera de comenzar a sanar es convertirte en tu propia
madre y padre interior y, cada vez que algo te duela, háblate de ese modo.
Del modo ideal en que necesitabas ser tratada de niña.
No hay amor propio que dure si no aprendes a cuidar y a criar a tu
niña interior
Estos son algunos de los mecanismos que usamos para “no contarnos
nuestra verdad” porque nos defendemos emocionalmente de lo que podría
despertar una tormenta emocional.
Entonces tienes que saber que, para crear una relación sana, necesitas
entregarte a la vulnerabilidad con otro y necesitas volver a confiar. ¡Pero no
te lances a hacerlo solo porque acabo de decírtelo! El mayor error que
cometen las personas es que se abren a ser vulnerables y a confiar en
personas que no merecen esa confianza, personas potencialmente peligrosas
para nuestras heridas emocionales y, de esa forma vamos perpetuando,
relación tras relación, la repetición de las mismas experiencias de dolor y, por
lo tanto, generamos el mismo resultado que tuvimos en la infancia.
Por eso, lo peor que pueden hacer los padres es permanecer juntos
cuando no desean hacerlo. De esa forma se obligan a sí mismos a hacer algo
que no quieren, se olvidan de sí mismos, de sus deseos, de sus sentimientos,
de estar vivos… y eso mismo se entrega como un legado a los hijos. Si es tu
situación, desde mi experiencia, lo mejor es serte fiel a ti misma.
Muchas veces nos mantenemos en una relación de pareja “por los hijos”
… pero recuérdate cómo de niño se sintió cargar con la culpa de que tus
padres estuvieran juntos solo por ti, haciéndose daño entre ellos y a sí
mismos por obligarse a hacer algo que no querían. Los niños observan y se
sienten responsables de la felicidad de sus padres. Es importante que sepas
que un niño no necesita un ejemplo de familia que esta junta por deber,
pregúntate ¿quieres eso mismo para tus hijos? La respuesta obvia es no.
¿Entonces por qué te haces eso a ti misma?
Muchas veces incluso los padres permanecen juntos por miedo a estar
solos o a llevar la carga solos, por miedo a no poder sobrevivir solos y te
vuelvo a preguntar ¿qué están aprendiendo de ti tus hijos? ¿qué aprenderán?
Los niños aprenden de los ejemplos, no de nuestras intenciones ni de nuestras
palabras… por eso los niños son una hermosa y valiosa invitación a sanarnos
y a crecer. Si no deseas estar en una relación de pareja, pero tienes miedo a
estar sola ¿cuáles crees que son los pasos que necesitas dar para construirte
una vida sólida en la que dependas de ti? ¿Confías lo suficiente en ti para
lograrlo?
Siento que el Amor Todo lo Puede, lo Aguanta.
Siento que debo Ayudar a Mi Pareja y Apoyarlo
por Sobre Todas las Cosas.
Si sientes que hay algo mal en ti por no tener pareja, es probable que hayas
aprendido de pequeña que es muy importante la opinión de los demás.
Aprendiste de tus padres a moldearte a los deseos de los demás, los deseos de
la sociedad, lo que se espera de ti.
No hasta hace mucho tiempo fue una moda social el recorrido de un ser
humano desde la adolescencia hasta la adultez, lo que Robert Kiyosaki llamó
“la rueda de hámster”: salir de la escuela, entrar a la universidad, tener novio,
terminar la carrera universitaria, tener un trabajo de sueldo fijo, casarte, tener
hijos y mantenerte en eso el resto de tu vida hasta que pudieras tener nietos,
una jubilación digna y morir. La rueda de hámster también rige para las
relaciones de pareja.
Se nos ha inculcado que tenemos que tener novio porque si no algo está
mal en nosotras. Luego, si tenemos novio, el siguiente paso es el matrimonio.
Si ya te casaste o llevas tiempo con tu novio o la suficiente edad (más de 30
años) el siguiente paso es tener hijos. Y digamos, eso está bien si es lo que
quieres.
¡Es tan importante que tengas la valentía de definir tu vida bajo tus
propios términos! Que no te juzgues si no ocurre lo que esperas, que te
preguntes si realmente es lo que quieres o qué es lo que quieres…
Es importante que, para que logres esto, entiendas desde dónde nace tu
necesidad de control. ¿Te lo has preguntado? Cuando fuimos niñas muchas
veces tuvimos que hacer muchas cosas para que mamá y papá nos vieran, nos
atendieran y nos amaran, al menos porque fue su costumbre no tener la
capacidad de verse, atenderse y amarse a sí mismos (porque recuerden que no
podemos dar lo que no tenemos, y somos ciegos a lo que no ha estado en
nuestra experiencia).
¿Quién requerimos SER para que mamá o papá nos dieran amor y
atención?
Es muy usual que las personas sufran cuando no reciben de vuelta el amor
que dan y entregan.
Es probable que de niños hayamos aprendido que mamá nos amaba solo
cuando “nos portábamos bien” o hacíamos lo que ella quería. Para tener amor
y atención de mamá requeríamos ser de cierta forma (muy sumisa o muy
problemática), entonces se configura esta zona de familiaridad (lo que fue
nuestra experiencia de vida) generando relaciones utilitaristas con los demás.
Hemos aprendido que para ser amados tenemos que poner el foco en lo que
hacemos por los demás.
Requieres darle una vuelta a eso. No se trata de dar hasta agotarte, dar
sin esperar nada a cambio como La Salvadora, que por amor se posterga y da
más de lo que realmente tiene y no guarda nada para sí misma. La Salvadora
puede estar en lugares y situaciones en que su corazón le grita que no quiere
ni desea estar, y aun así lo hace por “amor a otros”, pero olvidándose del
amor por sí misma. Guardar para ti misma significa muchas veces cuidar tus
tiempos, tu contexto y participar de experiencias y personas que te expandan,
estar donde quieras realmente estar.
Si sientes que amar es siempre decir que sí, es probable que hayas aprendido
que no importa lo que sientes o deseas, que los deseos de los demás son más
importantes que tu propio bienestar. Es muy probable que hayas aprendido de
mamá o papá que ellos no eran capaces de decir que no, hacían cosas por
presión de los demás, por manipulación, porque evitaban los conflictos. O
puede que hayas sido tú la que evitaba los conflictos o las manipulaciones
diciendo a todo que sí.
Para poder tomar las decisiones que se alinean con tu corazón requieres
estar consciente de quién eres y de tu verdadero poder personal, así validarlos
por ti misma y para ti misma. Traduciéndolo, necesitas darle valor a tu voz y
a tus deseos, recordando siempre que tienes que ser tu propia prioridad.
En decir que sí y decir que no, está la clave para alinearte con tu
corazón. Recuerda que el amor es decirte a ti que sí y no a los deseos y
aprendizajes. No puedes amar a otros si no te amas a ti primero.
Siento que Amar es Darle la Razón al Otro.
Se relaciona mucho con el tema de decir que sí y decir que no. Aquí
también requieres volver a ti, pero, sobre todo, requieres validar ante ti
misma tus razones, sentimientos, acciones y formas de interpretar y vivenciar
tu existencia y que eso no significa estar en contra de otro.
Nunca olvides que no tienes que pagar ninguna deuda. Que no estás en
deuda con tu familia, con tu historia ni con tu palabra. Cuando ponemos
como prioridad lo externo, la familia, los hijos e incluso la palabra empeñada,
estamos muchas veces olvidándonos de la sustancia de lo profundo, que es lo
realmente importante. Hemos puesto el foco en el hacer y no en el ser.
Para que llegaras al punto de priorizar a los demás por sobre ti misma, es
probable que hayas vivido eventos traumáticos en que sentiste culpa
existencial: papás que nos abandonaron, personas que nos criaron y que no
fueron mamá o papá, fuimos un embarazo no deseado, mi mamá murió en el
parto, mi papá rezó e intercambio su propia vida por la mía con Dios, fui el
bebé arcoíris tras una pérdida gestacional, etc.
Hay muchas razones por las que cargamos con el sentimiento de cargar
con los sentimientos y decisiones de los demás. Se siente como una mochila
pesada que nos hemos acostumbrado a cargar, que nos mantiene presos de la
obligación y que nos impide la libertad de ser quien deseamos ser y de tomar
las decisiones que deseemos tomar.
Hay una razón por la que a estas parejas les cuesta cerrar el ciclo de la
necesidad y la dependencia, y es que no se atreven a darse a sí mismos lo que
necesitan (ni saben cómo). Hay una falta de confianza en sí mismos de
sentirse completos sin depender de alguien. Allí necesitamos recordar que lo
tenemos todo, que la necesidad de un otro es simplemente una ilusión.
Necesitas recordar tu verdad: somos infinitos y completos. Podemos ser
felices solos, no nos falta algo ni estamos incompletos si no tenemos pareja.
No estás dañado ni roto si estás solo. Estar en pareja solo puede venir a
potenciar tu felicidad, no a llenar un vacío que sientes en ti misma.
Cuando somos esos adultos que andamos con un check-list cuando de amor
se trata, vamos por la vida revisando quién cumple con nuestros
requerimientos personales y aspiracionales, estamos alerta para encontrar el
primer defecto que nos demuestre que esa persona “no es la indicada” o que
“no está a la altura de nuestras metas de vida, tiene que tener mucho dinero,
que no le importe el dinero, que tenga tal o cual trabajo, rodearse con tales
personas, ser dominante, sumiso, romántico, alto, trabajado físicamente,
guapo de ojos verdes, ingeniero o médico, que le gusten los animales, que sea
vegano o carnívoro, que le guste viajar, que sea amoroso, sensible y que se
anticipe a mis necesidades, que sea fuerte y que tengamos una química
increíble porque es increíble en la cama… en realidad, pueden estar
ocurriendo o confluyendo una serie de situaciones interiores relacionadas a
las siguientes cosas: expectativas poco realistas, autosabotaje, idealización
excesiva de la realidad y obsesión por el control.
¿Por qué las personas hacen eso? Aunque parezca extraño, no se trata de
una forma saludable de cumplir con los sueños, no se trata de ser “aplicada” o
disciplinada. En realidad, eso es solo la apariencia y, es muy probable, sea
solo un cuento bien montado de tu mente y tu ego para justificar una razón
ulterior y oculta.
Por otro lado, está la mente, pero también están los sentimientos. Las
más recientes investigaciones nos hablan de que tenemos un centro
emocional en el cerebro: el sistema límbico; pero también hoy se ha
descubierto que también hay neuronas en el corazón, incluso en el estómago.
Hoy por hoy, se sabe que tenemos 3 centros emocionales en el cuerpo: en el
cerebro, en el corazón y en el estómago. Y las emociones son parte
fundamental de nuestra experiencia en la tierra. Mente y emoción son dos
áreas distintas de nuestra experiencia humana.
Te explico todo esto por una razón: que te ayude a comprender cómo
llegaste al punto en el que estás hoy.
Ejercicio
Te invito a que hagas una lista con todas las cosas que crees que NO
PUEDES NI VAS A RECIBIR, y describe al lado, en otra columna, porqué
crees que así es.
Cuando hay dificultades para comunicarnos con los demás siempre, por
debajo, hay una dificultad de conectar con lo que legítimamente necesitamos:
no logro comunicarme ni entenderme con el otro porque me está costando
comunicarme conmigo misma, porque no me estoy escuchando ni me estoy
dando a mí misma lo que legítimamente necesito. No puedo dármelo porque
no me conozco, no sé lo que necesito, no me atiendo adecuada ni
efectivamente. Cuando me comunico conmigo misma logro entablar
comunicación con otros o, en su defecto, entender fácilmente que el otro no
está abierto a la comunicación (no escucha ni integra la comunición).
La Culpa No Es de Nadie
Si hoy estás en una relación en que quizás no te sientes tan feliz, tienes
que hacerte preguntas importantes. Esto no se trata de dejar a tu pareja o a la
persona que amas, quizás aún hay mucho que aprender allí. Más bien, se trata
de que comiences a crear un camino contigo misma, alineada con lo que
deseas.
Si te sientes de esa forma y reconoces que sientes que “si no fuera por
fulanito”, es probable que estés culpando a tu pareja por un sentimiento
interno de algo que desea mucho tu corazón y no tienes.
Tu Verdadera Naturaleza
Eres un manantial maravilloso de amor y abundancia, solo que en este
momento no lo recuerdas, no recuerdas la verdadera naturaleza de tu ser. Eres
fuente de amor inagotable para ti misma y para regalar a los demás. Pero tu
energía y tu amor son inagotables porque juntos somos una fuente
maravillosa de abundancia y amor. Para que tengas amor inacabable,
necesitas nutrirte y recibir el amor de otros a raudales, y te vas a contagiar de
lo mismo.
Somos una máquina que necesita que estar calibrada en todo momento:
necesitas que tus emociones vibren en energía expansiva, necesitas mantener
en calma tus emociones, necesitas manejar tu mente, necesitas enraizar tu
cuerpo y nutrirlo, necesitas tener cubiertas tus necesidades básicas, necesitas
tener cubierto el área finanzas y dinero para dejar de preocuparte y comenzar
a vivir y a gozar, necesitas hacerte mantenciones de vez en cuando, limpiando
todo en ti con espacios meditativos que te pongan en alineación con tu
verdadera naturaleza, necesitas tener equilibrada tu energía femenina y
masculina… y todo eso es lo que llaman “equilibrar la vida”.
Los seres humanos, por regla general, replicamos lo que conocemos, lo que
aprendemos. Aunque tenemos una noción de que hay algo que no conocemos
y queremos, no lo creemos posible, pero existe en el imaginario, en esa
sensación “debe haber algo diferente a todo esto que estoy viviendo”. Desde
ese lugar en que existe un “aroma” de que existe la posibilidad de algo que no
conocemos, pero que “tiene que existir”, es vamos a construir: apelar al niño
interior que tiene la sabiduría del verdadero sentido del amor.
Se trata de permitir a los demás ser quienes deseen ser y hacer lo que
deseen, que eso no significa correcto o incorrecto, solo significa una
exploración. Los límites se marcan en el cuidado del otro. Como niños,
podemos integrar las experiencias de cuidado a los demás cuando hemos
aprendido cuales son nuestras necesidades, qué ha gatillado nuestro estrés y
que esa necesidad ha sido satisfecha por mamá.
El corazón busca que, esta vez, mamá y papá nos den lo que no pudieron
darnos en su momento. Pero no lo buscamos en mamá y en papá, sino en una
figura que represente ese conflicto, que sea adaptativo para la mente. En
pocas palabras y con un ejemplo, si papá murió de cáncer y te sentiste
culpable por no poder hacer algo, tu mente cargará con ese dolor, e intentará
aliviarlo buscando parejas a las que necesites reparar y que puedas sanar esta
vez.
La mente solo intenta que esta vez sea diferente. Tu niña interior quiere
que sea diferente. Pero eso no va a cambiar hasta que logres identificar el
dolor que ocasionó todo y hagas las paces con ese momento de tu vida.
Este fue uno de los mayores aprendizajes de mi vida, y uno de los cuales
me siento más orgullosa. Dios y yo sabemos que pisé el mismísimo infierno
en esta relación. Nunca en mi vida había tocado el verdadero dolor que
habitaba en mi corazón, la oscuridad a la que tanto le temía mi alma… pero
como me atreví a verlo y enfrentarlo, conseguí convertir esos fantasmas en
algo más concreto y, como resultado, gané dejar de temerle al rechazo.
Simplemente porque ya lo había vivido y lo superé.
Aunque parezca muy descabellado, lo que nos duele son las creencias
(los lentes) asociados a la observación de la realidad. Decidimos creer que
ciertos comportamientos nos harán sentir injusticia, humillación, rechazo,
traición y abandono. Siempre podemos reorientar las creencias de la mente
hacían aspectos más elevados y más amorosos con nosotras mismas, por
ejemplo, no tomarnos las cosas de forma personal, no suponer, etc.
Para que puedas tener una relación satisfactoria, el cuidado mutuo parte
primero por reconocer tus propias necesidades, tus propios deseos y tu propio
ser. Considerar quién eres, tenerte paciencia, compasión, es vital. Solo podrás
estar abierta a cuidar a otros cuando te des a ti misma el cuidado que
necesitas.
Es súper interesante como los límites y el poder personal son áreas que
confunden a las personas en el ámbito del amor, en especial, a las mujeres.
Creemos que el amor es de esas cosas que podemos controlar: usar Tinder,
salir a fiestas para conocer a alguien especial… por supuesto que hay cosas
que podemos hacer para facilitarnos el conocer a alguien, pero
definitivamente no controlamos qué nos pasa con las otras personas.
RESPONSABILIDAD AFECTIVA
Este post tiene más de mil likes en mi muro (en mi Instagram personal,
nunca encontré quien fue la autora original), definitivamente es porque hay
muchos que se identifican y es tan necesario. El cuidado mutuo y la
responsabilidad no la vas a encontrar en todas las personas, pero es
importante que, para que no te duela, te adentres a experimentar la vida y las
relaciones con personas que demuestren en primer lugar que son responsables
afectivamente. Eso hablará de una ética personal.
Para que el óvulo lo elija, tiene que saberse la última maravilla del útero.
Conoce perfectamente cuál es el material genético que le viene bien para lo
que desea. Pone sus límites para dejarlo entrar, puede haber cientos alrededor
luchando por entrar al territorio del óvulo, pero es el óvulo quien tiene la
última palabra.
Así mismo, las mujeres atraemos magnéticamente a los hombres con los
que resonamos… aunque hay mil misterios asociados a la química que
sentimos con otras personas, cuando sentimos química con alguien eso abre
las posibilidades de conquista del hombre-espermatozoide para que comience
la caza de la mujer.
Vamos por la vida aferradas a la idea de que la otra persona nos tiene
que conocer “si nos ama, nos tiene que conocer”. Aunque es probable que
seamos una bola de estambre toda mezclada, enredada y compleja. No es la
obligación del otro conocernos, ese es nuestro trabajo.
Los sanos límites son fundamentales para poder llegar a acuerdos
de pareja y para la experimentación. Tengo amigas que son plenamente
monógamas y que quieren una relación totalmente cerrada, y tengo amigas
que son tan sexuadas que desean una relación de amor en la que esté
permitido experimentarse sexualmente con otras personas. Todo es válido,
pero si somos honestas y conocemos nuestros límites (y los hacemos valer) es
muy probable que cometiéramos muchos menos errores en el amor.
Los sanos límites tienen que ser cuestionados por ti, y tienes que ser
muy honesta al momento de plantearte tener una relación de pareja. Quizás
yo me tomo las cosas muy en serio, pero creo que el amor, la química y las
relaciones de pareja son cosas totalmente diferentes entre ellas.
A diario veo esto. Personas que se culpan mutuamente por tener formas
diferentes de ser. Por eso, estoy convencida de que el mundo sería un lugar
más feliz para todos si fuéramos 100% honestos con nosotros mismos. Y no
esperes que sea el otro quien sea honesto: tú debes ser la primera persona
honesta y transparente. Es probable que afuera no encuentres total honestidad
porque es un proceso, por eso, al igual que la fábula de los Locos y los
Alpinistas, es tú responsabilidad observar antes de actuar.
Los sanos límites incluyen poder decir que no, sin culpa, sin
resentimiento. Tienes derecho a decir que no, a pensar en ti, a poner un freno
a una relación si descubres que ese espermatozoide no está alineado a tu
territorio de óvulo.
Valoración del Proceso, No del Objetivo
Quizás, las relaciones que conocemos hasta el momento no han sido del
todo maravillosas, pero vengo aquí convencida de que existen (incluso
aunque yo no haya vivido una personalmente), lo veo en otras personas.
Quizás, no todas vamos a tener la dicha de vivir una relación expansiva… por
eso nunca te enfrasques en el objetivo de tener pareja. Sigue viviendo tu vida
al máximo y, si en el camino algo se presenta, ¡ábrete a la posibilidad de
explorar el amor!
Hay muchas otras razones por las que tenemos el impulso de estar en
pareja como una prioridad. Muchas veces eso responde a una distracción.
Voy y lo repito. La mayoría de las veces la búsqueda del amor romántico
responde a una acción del inconsciente por evitar la responsabilidad por
nosotras mismas. Es entonces que la búsqueda del amor se transforma en una
forma de pasar el tiempo por el terror que nos produce ir por nuestros propios
sueños, metas, anhelos…
Esa pregunta fue clave para mi vida. El día que me la hice estaba
reflexionando parada en el vagón del tren camino a Viña del Mar. Miraba al
horizonte, observaba las colinas, los árboles, a las personas, las casas, la vida.
Acababan de pasar 2 semanas desde que había dado fin a la última relación
amorosa que había tenido y estaba supremamente cansada de cómo me sentía
conmigo misma. ¿Por qué estoy tan desesperada buscando a alguien a quien
amar? ¿qué pasaría si de verdad no encuentro eso que estoy buscando?
Veamos un ejemplo.
Haz de cuenta que estás en una relación de pareja. Tu pareja te dice todo
el tiempo que realmente te ama, pero en sus acciones ves que no pasa tiempo
contigo, no tiene interés en lo que haces, no se preocupa de ti, no conoce tus
gustos, no te sientes observada o mirada por tu pareja, no tiene sueños
contigo, a veces te critica muy duro: tu cuerpo, tu forma de ser, tus errores;
no confía en ti, cree que no vas a lograr tus sueños, de hecho ¿para qué tienes
metas tan altas? Te dice “Mujer, ¿para qué te vistes linda si nada te queda
bien? Incluso, no le importa que ocupes tu tiempo en amistades tóxicas.
Estamos llenas de creencias sobre quienes debemos ser para atraer a una
pareja. ¿Qué tal si todas esas cosas que creemos son mentiras? ¿Qué tal si nos
permitimos partir de cero y atrevernos a ser totalmente diferentes de cómo
somos normalmente? ¿Qué tal si te dieras la oportunidad de ser totalmente tú,
sin caretas, sin máscaras? ¿Te atreves?
Es por eso que te invito a revisar algunas claves para conectar con una
pareja sana y aprendas a reconocer si estás en el lugar que deseas estar desde
el fondo de tu corazón.
Conoce cómo te vinculas y qué es lo que deseas
Al igual que cuando fuimos niñas, hoy necesitas conocerte tan bien
como tu madre ideal te conocería a ti: ver cuando estabas triste, reconocer tus
necesidades, darte tu espacio y más. Solo cuando llegas a conocerte sabes
fluir contigo y con tu vida. Por eso, permítete brillar.
Pepita comenzó su día como todos los días: se levantó, se lavó los
dientes, se vistió, ¡pero recordó que debía entregar un informe para ese
mismo día en la mañana! Como no tenía más tiempo, salió de su casa
volando rumbo a la oficina y olvidó desayunar como lo hace normalmente.
Su nivel de ansiedad y estrés por esa situación aumentó muchísimo, “¡Cómo
pude olvidar el informe!”. Pepita es una mujer de compromisos y odia faltar a
ellos, pero olvidó el informe porque estaba muy cansada de todo el trabajo
extra que le había tocado hacer en el mes pasado.
La claridad interna genera una vida más coherente en el exterior. Por eso
ínsito tanto en que la clave es amarte profundamente. De lo contrario, estarás
condenada inevitablemente a replicar una vida de dolor, desilusiones y
sueños rotos.
Comunícate Contigo Misma y con Tu Pareja de
Forma Honesta
Afrontémoslo, siempre va a existir una pareja que se ría más, que juegue
más, que coma más delicioso, que conversen más, que les guste más las
películas o las noches de fiesta, parejas más intelectuales y serias, o parejas
más cariñosas. La forma de disfrutar la relación que tengas no consiste en que
la compares con otras relaciones, sino en tratar de descubrir si tu relación está
buscando su máximo potencial, uniendo cada potencialidad individual de
quienes la componen de la mejor manera que podrían hacerlo.
¿La relación que tienes está alineada con quien realmente quieres ser o
en quién te quieres convertir? Y no es solo para ti, también tu pareja puede
hacerse esa pregunta. Recuerda siempre ser generosa para recibir una relación
maravillosa en tu vida: no pienses solo en lo que vas a recibir, piensa en lo
que puedes dar también. Si confías en la persona que elegiste, te aseguro que
tú podrás velar por tu cuidado y tus necesidades, tu pareja por sí mismo, y
ambos pueden darse el amor más lindo y generoso que buscan.
Necesitas que tener paciencia para encontrar a la pareja para ti, si eso es lo
que quieres. Antes incluso de pensar en eso, requerirás observar con calma tu
entorno y descubrir si quieres esas cosas, personas o situaciones en tu
experiencia.
Nunca olvides esto: más allá de lo que hoy creas de tu vida, solo somos
un suspiro de la existencia, un grano de arena en un desierto, un átomo o una
partícula pequeñita en todo este engranaje universal.
Donde sea que estés y en el lugar o momento en que estés leyendo esto,
te bendigo para que tu camino se convierta en el deseo de tu corazón. Hoy y
siempre.
Lecturas recomendadas
Dar voz al niño. Yvonne Laborda.