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LA OBLIGACIÓN
El término de obligación deriva del término obligare que significa ligar, unir con, y que pone el acento a la unión entre dos
partes. En la obligación concurren unos sujetos y un objeto:
Sujeto activo: Es el titular del. Derecho, es quien debe exigir de la obligación al deudor. Es el sujeto acreedor.
Sujeto pasivo: Es el que tiene que cumplir la obligación. Es el sujeto deudor.
Toda persona física o jurídica puede ser sujeto activo o pasivo. Por otra parte, el objeto, es aquella actividad que ha de
realizar el deudor y que puede exigir el acreedor. El objeto debe ser posible, licito y determinado.
El pago tiene como objetivo satisfacer la prestación contraída, a su vez, tiene como efecto principal la extinción de la
obligación. La obligación también puede quedar extinguida por medio del pago por cesión de bienes, en este sentido, el deudor
puede ceder sus bienes a los acreedores a modo de pago de sus deudas.
En cuanto a las formas de garantizar el cumplimiento de la obligación, cabe destacas que se puede acudir a varios tipos de
contratos:
Contratos de garantía: Garantizan el cumplimiento de una obligación pactada. Estos contratos sirven para asegurar
el cumplimiento de otro contrato principal. Sin embargo, si el contrato principal es nulo también lo será el contrato
de garantía.
Contratos de finanzas: Por la fianza se obliga uno a pagar o cumplir por un tercero. Este contrato depende del
principal, es consensual, pues se perfecciona con el consentimiento de las partes. Además, puede ser unilateral, si los
derechos son para el acreedor y las obligaciones para el deudor y también puede ser bilateral, cuando existe una
retribución a cargo del acreedor.
La mora: Es el retraso en el cumplimiento de la obligación. Supone un incumplimiento parcial por el que el deudor
deberá hacerse cargo de los daños y prejuicios causados.
Pérdida de la cosa: Puede ser o no culpa del deudor. Si la pérdida no es imputable al deudor lo razonable será
exonerarle de responsabilidad y dar por extinguida la obligación pactada.
No se realiza prestación o se hace de manera defectuosa: En este caso el acreedor puede exigir el pago de los
daños y prejuicios causados.
Nulo interés por parte del acreedor: En este caso el acreedor ya no está interesado en el cumplimiento por
parte del deudor porque ya no le satisface la prestación pactada. En este caso podrá exigirle una indemnización
por los daños causados.