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Glaciación

Una glaciación es un periodo de larga duración en el cual baja la temperatura


global y da como resultado una expansión del hielo continental de los
casquetes polares y los glaciares. Las glaciaciones se subdividen en periodos
glaciales, siendo el Würm el último hasta nuestros días.

De acuerdo a la definición dada por la glaciología, el término glaciación se


refiere a un periodo con casquetes glaciares tanto en el hemisferio norte como
en el sur; según esta definición, aún nos encontramos en una glaciación porque
todavía hay casquetes polares en Groenlandia y la Antártida

. Más coloquialmente, cuando se habla de los últimos millones de años, se


utiliza «glaciación» para referirse a periodos más fríos con extensos casquetes
glaciares en Norteamérica y Eurasia: según esta definición, la glaciación más
reciente acabó hace 12 000 años. Este artículo usará el término glaciación en
el primer sentido, el glaciológico; el término glaciales por los periodos más fríos
de las glaciaciones; e interglaciales para los periodos más cálidos.

Historia

La idea de que en el pasado los glaciares fueron más extensos era saber
popular en algunas regiones alpinas de Europa: Imbrie y Imbrie (1979) recogen
el testimonio de un leñador que explicó a Jean de Charpentier la antigua
extensión del glaciar suizo del Grimselpass La teoría no fue postulada por una
única persona.

En 1821, un ingeniero suizo, Ignaz Venetz, presentó un artículo en el que


sugería la presencia de rasgos de paisaje glaciar a distancias considerables de
los glaciares existentes en los Alpes; esto era indicativo de que los glaciares
fueron mayores en el pasado y que ocuparon posiciones valle abajo. Entre
1825 y 1833, Charpentier reunió pruebas para apoyar esta idea. En 1836,
Charpentier y Venetz convencieron a Louis Agassiz de su teoría, y Agassiz la
publicó en su libro Étude sur les glaciers ("Estudio sobre los glaciares").
Según Macdougall, Charpentier y Venetz rechazaron las ideas de Agassiz,
quien había ampliado el trabajo de éstos, afirmando que la mayoría de los
continentes habían estado cubiertos de hielo en tiempos remotos.

Agassiz presentó como prueba de la teoría glaciar un ejemplo clásico del


uniformitarismo. Es decir, puesto que las estructuras observadas no podían ser
explicadas de un modo ajeno a la actividad glaciar, los investigadores
reconstruyeron la extensión de los glaciares en el pasado, ahora
desaparecidos, en función de la presencia de características propias de zonas
sometidas a la acción de los glaciares fuera de la situación actual de estos.

En la época de Agassiz, lo que se estudiaba eran los periodos glaciales de


los últimos centenares de miles de años, durante la glaciación actual. Todavía
no se sospechaba la existencia de antiguas edades glaciales. No obstante, a
principios del siglo XX se estableció que la orografía terrestre mostraba
características solo explicables por la sucesión de varios eventos glaciales; de
hecho, se dividió el periodo glacial cuaternario para Europa y Norteamérica en
cuatro elementos, basados fundamentalmente en los depósitos glaciales (en
orden de aparición, Nebrasquiense, Kansaniense, Illinoiense y Wisconsiense).
Estas divisiones tradicionales fueron sustituidas a finales de siglo cuando los
sondeos de sedimentos del fondo marino revelaron ser un registro mucho más
completo sobre el clima del periodo glacial cuaternario.

Efectos de las glaciaciones

Hay tres tipos principales de efectos de las glaciaciones que han sido
empleadas como pruebas de su pasada existencia: geológicos, químicos y
paleontológicos.

 Geología. Las pruebas geológicas se encuentran en varias formas,


como las rocas erosionadas (ya por arranque, en fases iniciales, ya por
abrasión y generación de estrías glaciares, ya por pulverización y
formación de harina de roca), valles glaciares, aristas glaciares y horst,
rocas aborregadas, morrenas glaciares, drumlins, depósito de tills o
bloques erráticos, factura de llanuras aluviales, trenes de valle,78 lagos
en las llanuras y fiordos en las costas. Es decir, las condiciones del clima
propio como de una época glacial provocan la aparición de las
fisonomías antes descritas en la orografía. Las glaciaciones sucesivas
tienden a distorsionar y eliminar las pruebas geológicas, haciendo que
sean difíciles de interpretar.
 Química. Las pruebas químicas consisten principalmente en variaciones
en la proporción de isótopos en rocas sedimentarias, núcleos
sedimentarios oceánicos y, para los periodos glaciales más recientes,
núcleos de hielo (comúnmente situados en las llamadas nieves
perpetuas). Puesto que el agua con isótopos más pesados tiene una
temperatura de evaporación más alta, su cantidad se reduce cuando las
condiciones son más frías; esto permitió la elaboración de un registro
térmico. Aun así, estas pruebas pueden estar adulteradas por otros
factores que cambian la proporción de isótopos. Por ejemplo, una
extinción en masa incrementa la proporción de isótopos ligeros en los
sedimentos y en el hielo porque los procesos biológicos tienden a
preferir estos últimos;9 por lo tanto, una reducción en los procesos
biológicos libera más isótopos ligeros, que pueden depositarse a los
sedimentos.
 Paleontología. Las pruebas paleontológicas se basan en los cambios en
la distribución geográfica de los fósiles; durante un periodo de
glaciación, los organismos adaptados al frío migran hacia latitudes más
bajas, y los organismos que prefieren un clima más cálido se extinguen
o viven en zonas más ecuatoriales. Esto da lugar a la aparición de
refugios glaciales y movimientos biogeográficos de retorno. 10 También
es difícil interpretar estos indicios porque precisan de: secuencias de
sedimentos que representen un largo período, diferentes latitudes y que
se puedan correlacionar fácilmente; organismos primitivos presentes
durante amplios periodos con caracteres lo suficientemente
homogéneos como para poder atribuirlos a un mismo taxón, y de los
cuales se conozca el clima ideal (es decir, que puedan emplearse como
marcadores); y descubrimientos de fósiles adecuados, cosa que
depende mucho del azar.
Pese a las dificultades, los análisis de núcleos de hielo y de sedimentos
oceánicos muestran claramente la alternancia de períodos glaciales e
interglaciares durante los últimos millones de años. También confirman la
relación entre las glaciaciones y fenómenos de la corteza continental, como,
por ejemplo, las morrenas glaciales, los drumlins y los bloques erráticos. Por
esto se suelen aceptar los fenómenos de la corteza continental como prueba
válida de edades glaciales anteriores cuando se encuentran en capas creadas
mucho antes que el abanico de tiempo que permiten estudiar los núcleos de
hielo y los sedimentos marinos.

Cronología

Ha habido al menos cuatro grandes edades glaciales en el pasado. Aparte de


estos periodos, parece que la Tierra siempre ha estado libre de hielo incluso en
sus latitudes más altas.

La glaciación hipotética más antigua, la Glaciación Huroniana, tuvo lugar


entre hace 2700 y 2300 millones de años, a principios del eón Proterozoico.

La glaciación bien documentada más antigua, y probablemente la más severa


de los últimos mil millones de años, empezó hace 850 millones de años y
finalizó hace 630 millones de años (período Criogénico), y podría haber
producido una glaciación global (es decir, un periodo en el cual el globo entero
quedó cubierto de hielo). Acabó muy rápidamente a medida que el vapor de
agua volvía a la atmósfera terrestre y se incrementaba el efecto invernadero
provocado por la acumulación de dióxido de carbono emitido por los volcanes,
ya que los mares gélidos no tenían capacidad de absorción del citado gas. Se
ha sugerido que al final de esta glaciación se desencadenó la explosión
cámbrica, aunque esta teoría es reciente y controvertida.

Una glaciación menor, la andeana-sahariana, sucedida hace entre 460 y 430


millones de años, durante el Ordovícico superior y el Silúrico, tuvo intervalos
con extensos casquetes polares entre hace 350 y 260 millones de años,
durante el Carbonífero y Cisuraliano, relacionados con la glaciación de Karoo.
La glaciación actual empezó hace 40 millones de años con la expansión de una
capa de hielo en la Antártida. Se intensificó a finales del Plioceno, hace tres
millones de años, con la extensión de capas de hielo en el hemisferio norte, y
continuó durante el Pleistoceno. Desde entonces, el mundo ha pasado ciclos
de glaciación con el adelanto y retroceso de las capas de hielo durante miles
de años. El periodo glacial más reciente en sentido amplio acabó hace unos
diez mil años, por lo que, dependiendo del autor documentado, podríamos
aseverar que nos situamos en un periodo interglacial. Existen sin embargo
otras posturas que afirman estamos en una era postglacial.

Las edades glaciales también se pueden subdividir según el ámbito geográfico


y el tiempo; por ejemplo, los nombres Riss (hace 180 000-130 000 años) y
Würm (hace 70 000-10 000 años) se refieren específicamente a glaciaciones
de la región alpina. Cabe destacar que la extensión máxima del hielo no se
mantiene durante todo el periodo. Desafortunadamente, la acción erosiva de
cada glaciación tiende a eliminar casi completamente la mayoría de las
pruebas de capas de hielo anteriores, excepto en regiones en que la capa más
reciente no llega a la expansión máxima. Es posible que no se conozcan
periodos glaciales más antiguos, especialmente del Precámbrico, debido a la
escasez de rocas situadas a latitudes altas durante los periodos más antiguos.

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