Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
ambiental de
Europa: la
alternancia del
clima (siglos XX y
XXI)
PID_00285706
Ninguna parte de esta publicación, incluido el diseño general y la cubierta, puede ser copiada,
reproducida, almacenada o transmitida de ninguna forma, ni por ningún medio, sea este eléctrico,
mecánico, óptico, grabación, fotocopia, o cualquier otro, sin la previa autorización escrita
del titular de los derechos.
© FUOC • PID_00285706 Geografía ambiental de Europa: la alternancia del clima (siglos xx y...
Índice
Introducción............................................................................................... 5
Objetivos....................................................................................................... 7
3. Determinismo ambiental................................................................. 15
5. Variaciones en la meteorología...................................................... 23
Resumen....................................................................................................... 36
Bibliografía................................................................................................. 37
© FUOC • PID_00285706 5 Geografía ambiental de Europa: la alternancia del clima (siglos xx y...
Introducción
Objetivos
Los objetivos que los estudiantes deberán alcanzar después de trabajar estos
materiales didácticos son los siguientes:
La preocupación por el medioambiente hace que, en la actualidad, abunden Mapas para la explotación
los mapas�de�temática�ambiental. Son típicos los que se realizan con vistas de recursos naturales
a la explotación de determinados recursos naturales para supervisar y amorti- Antes de construir una carre-
guar cambios en los ecosistemas o para tratar de mitigar las posibles catástro- tera, de represar un río o de
construir un campo de golf es
fes naturales relacionadas con la transformación de los ecosistemas por parte necesario que ecólogos y ex-
pertos elaboren un informe de
del ser humano. Los informes públicos y privados sobre el cambio climático impacto medioambiental que,
casi siempre, irá acompañado
están repletos de planos en los que se proyectan previsiones de alteración de de un mapa.
temperaturas, precipitaciones o nivel del mar para las próximas décadas; y or-
ganizaciones ecologistas de todo el mundo utilizan la cartografía para tratar
de concienciar al público o presionar a las autoridades.
Básicamente, los mapas temáticos tuvieron en origen las siguientes tres apli-
caciones: las puramente prácticas, las científicas y las educativas. Por lo que
respecta a los mapas de vocación o utilidad científica, se agruparon en estos
dos tipos: los de la geografía física y los de geografía humana. Es decir, la car-
tografía distinguió la geografía entre la parte de ciencias�naturales y la parte
de ciencias�sociales.
Aplicaciones prácticas
En realidad, aunque los llamados mapas ecológicos suelen derivarse de la car- Cartografía de la
tografía de la vegetación, también procuran captar otros factores bióticos, co- vegetación
mo la fauna; abióticos, como el clima o los tipos de suelo, y antrópicos, como Los mapas ecológicos se apo-
la contaminación o los usos del suelo. Para algunos, de hecho, el «mapa am- yan sobre todo en la cartogra-
fía de la vegetación porque los
biental perfecto» sería aquel que tuviese componentes de los tres tipos (bióti- agrupamientos vegetales se
consideran la mejor aproxima-
cos, abióticos y antrópicos) para explicar la realidad geográfica, ecológica y, ción al análisis de los ecosiste-
mas.
en suma, la ambiental. Sería la correspondiente cartografía de la geografía
ambiental, o integrada, que describe y explica los aspectos espaciales de las
interacciones entre el ser humano y su entorno natural.
© FUOC • PID_00285706 12 Geografía ambiental de Europa: la alternancia del clima (siglos xx y...
ejemplo, llamó la atención sobre «el tipo y la extensión de los cambios produ-
cidos por la acción humana en la condición física del globo que habitamos» y,
frente al optimismo económico imperante en su época, vio al ser humano co-
mo el «disruptor de las armonías de la naturaleza». En países como Gran Bre-
taña, Francia y Estados Unidos empezaron a surgir numerosas organizaciones.
La teoría griega de los klimata, que sería heredada por Roma y posteriormente
por las sociedades cristianas y musulmanas, defendía que la Tierra estaba di-
vidida en zonas latitudinales, o «cinturones», en función de sus distintas con-
diciones climáticas, las cuales se debían al ángulo de incidencia de los rayos
del Sol según se estuviera más cerca o más lejos del ecuador (klima significa en
griego ‘inclinación’), valor que podía establecerse por el número de horas de
luz en el día más largo del año. Llegó a consagrarse un esquema de cinco�zo-
nas�climáticas (klimata) delimitadas por cuatro�paralelos�significativos (los
círculos polares y los trópicos). Tres de ellas, las dos polares y la existente en
torno al ecuador, eran inhabitables debido al frío y al calor extremos, mientras
que las otras dos eran templadas y habitables: la septentrional era la ecúmene,
o mundo conocido, y durante siglos se especuló sobre la posibilidad de que
la meridional, inalcanzable debido al calor extremo de la zona tórrida central,
estuviera habitada por una raza de antípodas, o «contrapiés». Es difícil exagerar
la influencia de esta teoría en la forma de entender las diferencias climáticas
por parte de las sociedades occidentales; baste recordar que las clasificaciones
climáticas basadas formalmente en variables diferentes a la duración máxima
de la luz diurna no llegarían hasta el siglo XIX.
© FUOC • PID_00285706 14 Geografía ambiental de Europa: la alternancia del clima (siglos xx y...
3. Determinismo ambiental
Buffon, que defendía la unidad monogenética de la humanidad, sostuvo que los huma-
nos habían aparecido en el Mediterráneo oriental y que, al igual que otras especies, se
habían «degenerado» (en el sentido de que habían divergido de su forma original) al des-
© FUOC • PID_00285706 16 Geografía ambiental de Europa: la alternancia del clima (siglos xx y...
plazarse de su lugar de origen y cambiar de clima. Este último término, clima, conservaba
como significado básico el que había tenido en la Antigüedad, pero Buffon explicaba
que por él «no debemos entender únicamente la mayor o menor latitud, sino también la
elevación o depresión de las tierras, su proximidad o alejamiento de los mares, su situa-
ción respecto a los vientos», es decir, «todas las circunstancias que concurren a formar
la temperie de cada región».
Como otros muchos naturalistas y filósofos ilustrados, Buffon creía que esa temperie –fría
o cálida, húmeda o seca– determinaba la diversidad física y cultural de los seres humanos
y «la existencia de las especies de animales y plantas que caracterizan ciertas regiones y
no se encuentran en otras», como los mamíferos que era posible encontrar en el viejo
mundo pero no en el nuevo y viceversa. Asimismo, sus prejuicios le llevaron a afirmar
que los animales, las plantas y los seres humanos de América eran más pequeños y débiles
que los de África y Eurasia, una idea que Alexander von Humboldt, deudor de Buffon en
otros aspectos, iba a esforzarse en rebatir.
© FUOC • PID_00285706 17 Geografía ambiental de Europa: la alternancia del clima (siglos xx y...
No incluyó las costas u otros datos geográficos, pero sí situó trece lugares en
sus localizaciones geográficas aproximadas y aportó sus temperaturas medias
invernales y estivales. A esta base Humboldt añadió isotermas, cuya curvatura
contrastaba visiblemente con la rectitud de los paralelos geográficos. En la
parte inferior, incluyó un diagrama para mostrar el efecto en las isotermas de
otra variable física: la altitud (figura 1).
© FUOC • PID_00285706 18 Geografía ambiental de Europa: la alternancia del clima (siglos xx y...
Figura 1. Gráfico isotérmico del mundo de William Woodbridge a partir de los datos recopilados
por Alexander Humboldt en 1823
Este tipo de mapas comenzaron a hacerse populares para dictaminar cualquier proyecto
que tuviesen los gobiernos. Un ejemplo de ello es la expansión de las líneas ferroviarias
© FUOC • PID_00285706 19 Geografía ambiental de Europa: la alternancia del clima (siglos xx y...
En 1853 comenzaron las expediciones al oeste, territorio que pertenecía en su gran parte
a las tribus indias. Precisamente en la costa del Pacífico se encontraba el territorio de
Washington, que en 1889 se convertiría en el Estado de dicho nombre, gobernado por
Isaac Ingalls Stevens. Este militar, diestro en topografía, dirigió un equipo entre 1853 y
1855 para realizar un estudio entre el Alto Misisipi y la costa del Pacífico. Entre todas
las rutas propuestas del ferrocarril, esta era la que recorría el territorio de manera más
septentrional.
Los mapas resultantes de este estudio fueron dos, uno de ellos, el que se ve abajo. Es un
mapa de isotermas en el que figura Norteamérica en el paralelo 36º hacia el norte. Toda
clase de información relacionada con la viabilidad del ferrocarril en aquellas latitudes
resultaba esencial, y conocer la meteorología era uno de los objetivos de dichos estudios
(figura 2).
Figura 3. «Geografía de las plantas equinocciales: cuadro físico de los Andes y países vecinos»,
elaborado a partir de las observaciones y medidas tomadas in situ en 1799, 1800, 1801, 1802
© FUOC • PID_00285706 20 Geografía ambiental de Europa: la alternancia del clima (siglos xx y...
y 1803 desde 10° de latitud boreal a 10° de latitud sur por Alexander von Humboldt y Aimeè
Bonpland
Pese a sus méritos, el sistema de Supan fallaba al no relacionar climas similares Grisebach frente a Wallace
situados en diferentes puntos del planeta. Este aspecto solo quedó cubierto
El biogeógrafo alemán se con-
de forma sistemática con la clasificación que propuso en el año 1900 el cli- centraba en la vegetación pa-
matólogo alemán Wladimir�Koppen (1846-1940). En su juventud, a Koppen ra realizar sus trabajos, pero no
dudaba en discutir las clasifica-
le habían impresionado los trabajos de biogeógrafos como August Grisebach, ciones de zoogeógrafos como
Wallace.
cuyo mapa de 1866 representaba las «zonas de vegetación» para toda la Tierra,
así como también consideraba que la vegetación era el mejor punto de parti-
da para sintetizar los muchos elementos del clima. Eligió los cinco grupos de
flora del botanista suizo Candolle, que en 1874 había propuesto clasificar las
plantas en grupos biológicos en función de su relación con la temperatura y
la humedad y había resumido con claridad cuanto se sabía de fitogeografía
en aquel momento. Superponiendo los análisis de distribución espacial de ele-
mentos físicos y biológicos, Koppen trabajó sobre la cuestión de las fronteras
geográficas y sintetizó los valores climáticos que eran característicos para las
zonas resultantes hasta alcanzar lo que en 1900 él consideraba «un esquema
bastante sencillo de las regiones climáticas». Este, que Koppen no dejó de re-
© FUOC • PID_00285706 22 Geografía ambiental de Europa: la alternancia del clima (siglos xx y...
5. Variaciones en la meteorología
Los científicos discuten cómo los cambios climáticos desencadenaron las La extinción de los
grandes�cinco�extinciones�masivas que han tenido lugar en la Tierra y dis- dinosaurios
cuten acaloradamente sobre la cuestión de las «causas últimas», es decir, de La última gran extinción es la
los factores desencadenantes. que acabó con los dinosaurios
hace sesenta y cinco millones
años.
En la actualidad, las modificaciones del clima interesan mucho más allá de
los círculos de especialistas en ciencias ambientales; por el contrario, ocupan
titulares de periódico, encabezan noticiarios y suscitan manifestaciones ma-
sivas en todo el mundo. Ello se debe, por un lado, al pesimismo imperante
en relación con las consecuencias de esas modificaciones para los humanos
(ya a corto plazo, es decir, para las generaciones vivas y las inmediatamente
posteriores) y para otras formas de vida; por otro lado, el interés en el cambio
climático proviene del optimismo de las sociedades actuales, que creen ser ca-
paces de frenarlo. Esta última convicción se debe a que la investigación sobre
las actividades humanas y su impacto en el medioambiente ha demostrado
que quien está cambiando el clima es, precisamente, el ser humano. Que este
tiene esa capacidad es algo que, ya en el siglo XVIII, intuyó el conde de Buffon
y comprobó Pierre Poivre en la isla de Mauricio, si bien solo en el ámbito local.
Ahora se trata de un cambio climático global y, a diferencia de los ocurridos
en el pasado, el actual está dominado por la actividad�humana.
Vista globalmente, esta forma de conducirse del ser humano es un viaje hacia
lo desconocido, aunque, indudablemente, sus efectos son más que perturba-
dores. Algunos biólogos afirman incluso que estamos viviendo la sexta�gran
extinción, llamada del Holoceno y precipitada por el ser humano, que hizo
© FUOC • PID_00285706 24 Geografía ambiental de Europa: la alternancia del clima (siglos xx y...
Desde entonces hasta hoy, cantidades ingentes de dióxido de carbono han si- Deforestación intensiva
do arrojadas a la atmósfera debido a la deforestación�intensiva y a que la in-
Cuando la vegetación se que-
dustrialización se ha alimentado de la masa de combustibles fósiles, carbón, ma o se descompone se libe-
petróleo y gas natural. Las burbujas de aire profundas en el hielo polar mues- ra dióxido de carbono a la at-
mósfera. En los últimos tiem-
tran que el nivel actual de dióxido de carbono es alrededor de un 30 % más pos, esta actividad ha experi-
mentado una intensidad sin
elevado que su nivel más alto, como mínimo, en los últimos 350.000 años. precedentes.
Para el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus
siglas en inglés), el organismo de la ONU, creado en 1988 para estudiar el cam-
bio climático, el aumento de la temperatura media global se debe muy proba-
blemente (es decir, con un 90 o 99 % de probabilidad) al aumento observado
de dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero, como el metano
o el óxido nitroso, generados por la actividad humana. Debido a la compleji-
dad del sistema climático de la Tierra, es difícil predecir cuáles serán las con-
secuencias si el dióxido de carbono de la atmósfera sigue subiendo. Son tantas
las variables y los fenómenos que hay que tener en cuenta que no es posible
determinar con precaución cuestiones específicas como dónde o cuándo será
el clima más seco o más húmedo.
En todo caso, entre los cambios derivados del calentamiento global que el
IPCC prevé como prácticamente seguro están los siguientes:
Eso únicamente a nivel global, porque los fenómenos derivados del aumento
de las temperaturas observables a nivel regional conforman una lista larguísi-
ma: desde el aumento de los ciclones tropicales intensos hasta el deshielo del
permafrost en el hemisferio norte.
© FUOC • PID_00285706 26 Geografía ambiental de Europa: la alternancia del clima (siglos xx y...
En efecto, el clima no es algo sencillamente dado, sino que tiene que ser cons-
truido y definido: las temperaturas globales son entidades estadísticas que no
pueden captarse mediante la experiencia, igual que la futura subida del nivel
del mar es invisible a los ojos, pero no así a los satélites que captan imágenes
que transforman en datos. Más aún, la cartografía resulta clave para poner
© FUOC • PID_00285706 27 Geografía ambiental de Europa: la alternancia del clima (siglos xx y...
Aplicaciones interactivas
Asimismo, la ingente cantidad de datos recopilados en los dos últimos siglos a SIG
lo largo y ancho del planeta, incluyendo los procedentes de la teledetección,
Ejemplos de SIG son ArcGIS,
serían imposibles de manejar de no ser por los sistemas�de�información�geo- Maptitude, Maplnfo o GRASS
gráfica,�o�SIG. Es este género de software el que, en último término, posibilita GIS.
que existan cada vez más mapas para todo tipo de variables medioambientales.
La información de la que se nutren los sistemas SIG a menudo se integra en
bancos de datos espaciales, representativos de aspectos del entorno cultural y
físico de una región geográfica determinada, y las aplicaciones IG se emplean
para generar estadística y productos gráficos (mapas) de esos bancos de datos.
En la actualidad, es una práctica común usar sistemas de información geográ-
fica para producir mapas temáticos, incluyendo los ambientales. Los SIG, en
suma, son una herramienta efectiva para visualizar datos espaciales y cuando
el cartógrafo está listo para producir un mapa para su exposición pública; hoy
hay más herramientas que nunca para hacer un producto cartográfico de ca-
lidad.
© FUOC • PID_00285706 28 Geografía ambiental de Europa: la alternancia del clima (siglos xx y...
MODIS
Fuente: ESRI
Humanitarian OpenStreetMap
Este proyecto, por ejemplo, promueve la cartografía cooperativa para mapear, en OpenS-
treetMap y parte de imágenes satélites u obtenidas por drones, zonas de todo el mundo
afectadas por desastres medioambientales (de huracanes a deslizamientos de tierra) u otro
tipo de crisis (como el coronavirus).
Para poder hacer cálculos correctos, se tiene en cuenta la superficie que ocupa
el material que hay para cada cosa, así como la tierra necesaria para absorber
el residuo generado en su utilización. A partir de estos datos, podemos saber
cuánto consume un país. El problema reside en que se consume más de lo que
pertenece a cada uno, y especialmente en los países desarrollados. Se calcula
que un ciudadano europeo consume al año veinticinco metros cuadrados. Sin
embargo, si la demanda supera los suministros, el capital natural de una ge-
neración se agota y pasa a utilizar el de la siguiente, con sus consecuencias.
Este problema no es actual, sino que se tiene que retroceder al siglo XVIII para
poder ver sus inicios, es decir, con la Revolución�Industrial. En esa época se
empezó a alterar el uso de los recursos naturales, no solo por la manera en
que se producían y consumían, sino por la transformación y el impacto que
© FUOC • PID_00285706 31 Geografía ambiental de Europa: la alternancia del clima (siglos xx y...
Por ejemplo, en 1956 el físico Gilbert Plass hizo predicciones bastante acertadas sobre
el incremento de la temperatura del planeta a causa del dióxido de carbono a finales de
siglo. Otro ejemplo es que en 1963 Estados Unidos promovió la Clean Air Act, en un
intento de controlar la polución del aire y se autorizaba a realizar investigaciones para
reducir los índices de contaminación ambiental.
en 1996, un año antes de firmarse el Tratado�de�Kyoto y que la población Estamos hablando de que pa-
mundial alcanzase los 6.000 millones de habitantes, Rees y Wackernagel pu- só de 800 millones en 1750 a
más de 2.500 millones dos si-
blicaron su famoso libro Our Ecological Footprint: Reducing Human Impacto on glos después.
the Earth.
vés, Rees no se rindió y siguió dándole vueltas a la idea. Y años después se hizo
una pregunta: es cierto que los biólogos definen la capacidad de carga como
la cantidad de organismos por unidad de área, pero la verdadera pregunta en
este sentido era cuánta carga necesita la humanidad por organismo y por po-
blación. Rees llegó a la conclusión de que, si bien nuestra especie sobrevive
en gran parte gracias al comercio de bienes, es evidente que en algún lugar de
la Tierra se tienen que estar creando o produciendo esos bienes que importa-
mos, y también que alguna área tiene que estar asimilando los desechos que
generamos mediante el proceso de consumo. Para probar su teoría se eligió
una población, se examinaron sus patrones de consumo durante un periodo
de tiempo considerable y luego se calculó el área total de ecosistemas terrestres
y acuáticos necesarios para producir todos los bienes y servicios que consume
la población y para asimilar sus desechos. Eso es la huella ecológica. Aunque
cuando llegó a esta conclusión, todavía no la llamaba así.
Uno de los objetivos del trabajo de Rees y Wackernagel era que la población
tomara conciencia para promover un cambio de hábitos individuales que tu-
viera repercusiones globales. Pero otro de sus propósitos, tanto o más ambi-
cioso, era impulsar�transformaciones�en�las�políticas�de�los�gobiernos con
el objeto de luchar contra el cambio climático. Dado que querían poner a dis-
posición de todos los individuos, instituciones o administraciones datos sóli-
dos, contrastados y fiables en relación con la huella ecológica, en 2003 Wac-
kernagel fundó la Global Footprint Network. Desde entonces, los estudios que
esta organización sin ánimo de lucro publica anualmente, las Cuentas Nacio-
nales de Huella y Biocapacidad, se incluyen en los informes de organizaciones
como las Naciones Unidas –mediante su Programa para el medio ambiente
(UNEP)–, el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), la Unión Internacional
para la Conservación de la Naturaleza (IUCN) o la Agencia Europea del Medio
Ambiente (EEA), que depende de la Unión Europea (figura 5). Además, se han
comprometido con más de setenta gobiernos en países de los seis continentes
y asociado con más de ochenta organizaciones; y quince ejecutivos nacionales
ya han aplicado el sistema de medición de la huella ecológica a sus propias
iniciativas políticas.
© FUOC • PID_00285706 33 Geografía ambiental de Europa: la alternancia del clima (siglos xx y...
Por lo que respecta al cómputo del consumo de un país, se realiza sumando las
importaciones y restando las exportaciones de su producción nacional. Otro
aspecto fundamental en el cálculo de la huella ecológica es determinar la bio-
© FUOC • PID_00285706 34 Geografía ambiental de Europa: la alternancia del clima (siglos xx y...
Uno de los indicadores más llamativos que se aprecia en este mapa para mos-
trar la huella ecológica es el cálculo� de� planetas� Tierra que harían falta si
todo el mundo consumiese como una nación. Los datos constatan la realidad:
los países desarrollados tienen una impronta inmensamente mayor que los
subdesarrollados.
Huella ecológica
Por ejemplo, según los datos de 2018, se necesitarían 4,97 Tierras si todo el planeta tuviese
la huella ecológica de Estados Unidos y, en cambio, 0,72 si fuese India.
La clasificación de los doscientos países de los que hay datos la lidera, en ne-
gativo, Qatar, con 8,94 planetas; y en positivo, Timor del Este, con 0,30. En
Europa, el país con más necesidad planetaria es, sorprendentemente por su
tamaño, Luxemburgo con 7,92. En España necesitaríamos 2,48.
El mapa combina la huella ecológica per cápita promedio de cada país con
la distribución de la población mundial en forma de cuadrícula. Por lo tanto,
cada celda de la cuadrícula cambia de tamaño de acuerdo con la cantidad total
de tierra utilizada por la población en ese espacio de acuerdo con su demanda
de la naturaleza. Un área dos veces más grande que otra utiliza el doble de
hectáreas globales.
Si bien gran parte del mundo rico, especialmente en Europa y América del
Norte, vive una vida bastante insostenible, las poblaciones aún en crecimiento
en el continente africano y las del segundo país más poblado del mundo, la
India, aún logran vivir dentro de los medios ambientales de la Tierra.
Resumen
Bibliografía
Anderson, T. (2021). Adapt and Be Adept. Market Responses to Climate Change. Washington,
D. C.: Hoover Institution Press.
Aronoff, K. (2021). Overheated: How Capitalism Broke the Planet – And How We Fight Back.
Nueva York: Hachette Book Group USA.
Campusa (2018, 9 de abril). «“Mapas del Cambio, Cartografía del presente” analiza los pro-
cesos de transformación social de nuestros días» [en línea]. Campusa. Universidad del País
Vasco. Disponible en: <https://www.ehu.eus/es/-/-mapas-del-cambio-cartografia-del-presen-
te-k-egungo-gizarte-eraldaketa-prozesuak-aztertu-ditu>
Celis, B. (2014, 4 de agosto). «La historia del activismo cabe en una cacerola» [en línea].
El Confidencial. Disponible en: <https://www.elconfidencial.com/cultura/2014-08-04/la-his-
toria-del-activismo-cabe-en-una-cacerola_171117/>
Chapin, M.; Lamb, Z.; Threlkeld, B. (2005). «Mapping Indigenous lands». Annual Review
of Anthropology (n.º 34, págs. 609-638).
Conklin, C.; Psaros, M.; Susskind, L. (2021). The Atlas of Disappearing Places Our Coasts
and Oceans in the Climate Crisis. Nueva York: The New Press.
Culcasi, K. (2015). «Counter-mapping». En: Mark Monmonier (ed.). The History of Carto-
graphy: cartography in the Twentieth Century (vol. 6, págs. 286-288). Chicago: University of
Chicago Press.
Funk, M. (2014). Windfall: The Booming Business of Global Warming. Londres: Penguin.
Gates, B. (2021). How to Avoid a Climate Disaster: The Solutions We Have and the Breakthroughs
We Need. Toronto: Alfred A. Knopf.
Gutiérrez, M. (2018). Data Activism and Social Change. Londres: Palgrave Macmillan.
Gutiérrez, M. (2020). «How interactive maps mobilize people in geoactivism». En: M. En-
gebretsen; H. Kennedy (eds.). Data Visualization in Society (págs. 441-456). Amsterdam: Ams-
terdam University Press.
Hesse, M. (2010, 16 de enero). «Crisis mapping brings online tool to Haitian disaster relief
effort» [en línea]. The Washington Post. Disponible en: <https://www.washingtonpost.com/
wp-dyn/content/article/2010/01/15/AR2010011502650.html>
Hill, C. A. (2021). The Fight for Climate after COVID-19. Londres: Oxford University Press.
Mann, M. E. (2021). The New Climate War. The Fight to Take Back Our Plane. Nueva York:
PublicAffairs.
Mesquita, A. L. (2013). Mapas dissidents, Proposições sobre un mundo em crise. Tesis doctoral.
Sao Paulo: Faculdade de Filosofia, Letras e Ciências Humanas.
Miller, T. (2017). Storming the Wall: Climate Change, Migration, and Homeland Security. City
Lights Open Media.
Obermeyer, N. J. (2015). «Community mapping». En: Mark Monmonier (ed.). The History of
Cartography: cartography in the Twentieth Century (vol. 6, págs. 267-269). Chicago: University
of Chicago Press.
Offen, K.; Rudstrom, R. (2015). «Indigenous peoples and Western cartography». En: Mark
Monmonier (ed.). The History of Cartography: cartography in the Twentieth Century (vol. 6, págs.
640-644). Chicago: University of Chicago Press.
Saarinen, T. F. (1987). «Centering of mental maps of the world» [en línea]. ERIC. Discussion
Paper Series 87-7. Disponible en: <https://eric.ed.gov/?id=ED293738>
© FUOC • PID_00285706 38 Geografía ambiental de Europa: la alternancia del clima (siglos xx y...
Takahashi, L. M. (2009). «Activism». En: Rob Kitchin; Nigel Thrift (eds.). International Ency-
clopedia of Human Geography (págs. 1-14).
Tapiador, F. J. (2021). El clima de tus hijos: Cómo prepararte para la emergencia. Pamplona:
Next Door Publishers.
Wilkinson, M. (2021). The Carbon Club: How a network of influential climate sceptics, politi-
cians and business leaders fought to control Australia's climate policy. Crows Nest: Allen & Unwin.
Webgrafía