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El árbol de la vida

El árbol de la vida, una de las


principales artesanías mexicanas,
reconocida nacional e
internacionalmente, tiene sus primeros
antecedentes en el siglo XVI, cuando
de España llegaron los primero
misioneros franciscanos con el
propósito de evangelizar a los nativos.
Para facilitar su tarea pidieron a un
artesano hacer creaciones de barro
con forma de árbol y dos figuras
humanas: Adán y Eva.

Los primeros ejemplares del Árbol de la


Vida datan del 1800 a.C. y los orígenes
de su significado son inciertos. Hoy
tienen un uso principalmente
decorativo, sin embargo, se sabe que,
durante el periodo de mayor esplendor
de la ciudad de Teotihuacán, alrededor
del año 700 d.C., los aztecas les
atribuían un simbolismo religioso: por
ejemplo, se usaban en ceremonias para expulsar espíritus malignos, o se dejaban
en la cima de montañas como oferta para los dioses. Todavía hoy se usa como
incensario, una herencia de dichos rituales.

Tras la conquista española, a partir de 1500, los misioneros católicos destruyeron


las obras que representaban dioses precolombinos y los sustituyeron con imágenes
de santos de la iconografía cristiana y célebres pasajes bíblicos. Fue así que la
representación del árbol de la vida, en pintura y escultura también, se convirtió en
una herramienta de evangelización de los pueblos nativos.

Los ejemplares realizados hoy son el producto de un mestizaje entre costumbres


locales y elementos de la religión católica, pero a lo largo del tiempo se han
introducido temas diversos y hoy se pueden encontrar árboles de la vida dedicados
a eventos festivos (la Independencia y Revolución mexicana), la naturaleza y las
fiestas populares. Asimismo, uno de sus usos predilectos es como representación
del árbol genealógico de un artista o una familia. Otra costumbre popular es reglar
un Árbol de la Vida a los recién casados como símbolo de felicidad y prosperidad.
La pieza de cerámica, tal como la conocemos hoy, comenzó a producirse en 1935,
en Metepec, municipio del Estado de México considerado Pueblo Mágico, donde la
alfarería es la principal actividad económica.

El tamaño de las figuras oscila entre los 7 y los 60 centímetros; sin embargo, hay
unos que son tan grandes (seis metros) que su elaboración puede tomar años. En
la década de los setenta, el gobierno mexicano solicitó a Alfonso Soteno,
descendiente de una de las primeras
creadoras de la icónica pieza de arte
popular, la elaboración de 52 árboles
gigantes que fueron enviados a
diferentes embajadas mexicanas
alrededor del mundo.

Además, destacan: el árbol de la Casa de


las Américas en La Habana, considerado
el más grande del mundo, que fue
donado en 1975 por Luis Echeverría a la
conocida institución cubana; el que está
en el Museo Británico del Hombre; el
dedicado a la Virgen de Guadalupe, en el
Vaticano; y el Árbol de la Literatura, que
rinde tributo a 60 celebres escritores,
entre ellos, Sor Juana Inés de la Cruz,
Juan Rulfo, William Shakespeare y Julio
Cortázar.

REFERENCIAS
Información recopilada por la profesora Mayela Juárez, para la materia de
Apreciación Artística 1, Colegio de Bachilleres 5. Obtenida de:
Pabellón México: El Árbol de la Vida, un encuentro entre mitología y
artesaníaTsgnews.it Agencia latinoamericana de Comunicación Mayo 05, 2015
http://www.tcgnews.it/2015/05/pabellon-mexico-el-arbol-de-la-vida-un-encuentro-
entre-mitologia-y-artesania/

www.vmexicoalmaximo.com

http://www.vmexicoalmaximo.com/articulos/artesanias_joyas/el_arbol_de_la_vida/

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