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Gu¡a de Nutrici N Neurosaludable 2019
Gu¡a de Nutrici N Neurosaludable 2019
Neurosaludable
para niños y padres
© Álvaro Bilbao
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Guía de nutrición Neurosaludable para niños y padres
Sobre el autor
Foto: ihortal.es
Álvaro Bilbao es Doctor en Psicología, neuropsicólogo y padre de tres niños
maravillosos. Formado como neuropsicólogo en el Hospital Johns Hopkins y el
Kennedy Krieger Institute, ha colaborado con la Organización Mundial de la Salud
y sus investigaciones le han valido diversos premios en el ámbito de la psicología y
la neurociencia.
Álvaro es autor del Bestseller “El cerebro del niño explicado a los padres” , “Cuida
tu Cerebro y mejora tu vida” y “Todos a la cama: como ayudar a tu hijo a dormir
con amor y confianza”, publicados en España por Plataforma Editorial.
www.elcerebrodelniño.com
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Guía de nutrición Neurosaludable para niños y padres
CAPÍTULO 1
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CAPÍTULO 3
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Algunos padres durante esta etapa deciden probar con el “baby lead
weaning” o alimentación complementaria autorregulada. Es una
aproximación a la educación alimenticia en la segunda etapa en la que se
combina la introducción de alimentos sólidos con la lactancia (de ahí lo de
complementaria) con los sólidos que el niño agarra y chuperretea por sí
mismo (de ahí lo de autorregulada). Si bien es cierto que hay que tomar
algunas precauciones para practicarlo el baby lead weaning suele crear
una relación muy positiva entre el niño y la alimentación y prevenir
problemas de rechazo en la comida.
La fruta suele tener un sabor dulce, pero muchas de ellas tienen matices de
ácido y amargo. A veces la textura acuosa, crujiente o blanda de algunas
frutas choca al niño que está acostumbrado a un alimento cálido, dulce y
suave como es la leche. A muchos niños les lleva un tiempo acostumbrarse
a este nuevo alimento que se sirve frío y que es tan distinto a la leche
materna. Imagínate que la noche de Navidad esperases tu cena favorita y
en lugar de eso te sirvieran una sopa helada, con matices que desconoces
y llena de tropezones que no llegas a identificar. Posiblemente tu reacción
fuera arrugar la nariz y rechazar de plano esa desagradable sorpresa. A
muchos niños les pasa igual con la fruta.
A medida que va pasando el tiempo, si tienes la paciencia para ir
acostumbrando a tus hijos poco a poco al sabor y textura de la fruta, si la
pones en cada comida, cada cena y cada merienda. Si dejas que vayan
probando poco a poco, sin obligarles a terminarse el plato de fruta o
papilla, el niño comenzará a superar esa barrera. Si además predicas con
el ejemplo y eres un auténtico devorado de fruta, tus hijos comenzarán a
percibir la fruta como un alimento deseable y sabroso.
Sin embargo, hay otro factor que debemos tener en cuenta; la
competencia. A veces, los padres facilitamos que nuestros hijos prueben
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Núcleo estriado
La moraleja es sencilla, si quieres que tus hijos disfruten la fruta, no les pongas
competidores demasiado difíciles de superar; asegúrate de que la fruta esté
presente en cada comida y demuestra que eres un auténtico devorador
de fruta para que ellos aprendan de tu ejemplo.
¿Por qué a los niños les cuesta comer verdura?
En la naturaleza, los alimentos potencialmente nocivos tienen un sabor
amargo. Los alimentos más energéticos y que buscan que una persona o
animal los coma para diseminar sus semillas tienen un sabor dulce. La
manzana es dulce para que así los animales se las coman y depositen luego
sus semillas lejos del árbol de origen para asegurar así la reproducción del
manzano. Las verdudas, sin embargo, comparten con los alimentos
potencialmente peligrosos su sabor amargo, y un color verde que resulta
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poco atractivo para el cerebro del niño (los colores más atractivos en lo que
alimentación se refiere son el rojo y el amarillo).
El rechazo a los sabores amargos es natural. Algunos niños, además tienen
una combinación de genes que les hace especialmente sensibles al sabor
amargo. Parece que este rasgo es un rasgo dominante, es decir que si uno
de los padres lo tiene y el otro no, el niño tenderá a experimentará un mayor
rechazo hacia alimentos amargos. Aproximadamente el 25% de las
personas tienen una alta tolerancia al sabor amargo, un 50% tienen una
tolerancia baja al sabor amargo y un 25% una tolerancia muy baja. Estas
últimas, las más sensibles al sabor amargo (y por lo tanto menos tolerantes
a su sabor) tienden a experimentar un fuerte rechazo por los alimentos
amargos. Esto no quiere decir que no los puedan comer, ni que los debamos
eliminar de su dieta. Al contrario. Los niños y adultos pueden llegar a disfrutar
de sabores amargos; la única diferencia es que pueden tardar más tiempo
en acostumbrarse a su sabor. Y es importante que lo hagan ya que todas
las verduras aportan vitaminas al organismo y además las de sabor amargo
tienen un mayor efecto depurativo para el hígado y una mayor capacidad
de prevención de enfermedades como el Alzheimer y el Cáncer.
Para acostumbrar al niño a las verduras, lo más importante es que se habitúe
a su aspecto y su sabor. Las verduras deben estar presentes en cada
comida como manda una dieta saludable. Puede que el niño se las coma
enteras o puede que se limite a contemplarlas, pero sabemos que tenerlas
en su plato ayuda a que se acostumbre a su aspecto y aroma. Como norma
general, mi esposa y yo pedimos a nuestros hijos que prueben un poquito
de todo lo que hay en el plato, así además se van acostumbrando a su
textura y sabor. Como pauta general recomiendo que no obliguen a los
niños a terminarse ningún alimento, sobre todo al principio, porque si no
pueden desarrollar una aversión hacia ese alimento. Otro truco que puede
ayudarte es el de pedir a tu hijo que elija en la tienda la verdura que quiere
comer o probar, en función de sus gustos o del aspecto de la verdura. De
esa manera, dándole algo de libertad e involucrándole en la elección
aumentará su implicación. Finalmente otro truco muy eficaz, sobre todo con
los más pequeños es partirles las verduras muy pequeñas. Así en lugar de
darles vueltas en la boca haciendo del sabor amargo una auténtica tortura,
comprobarán que es un alimento fácil de comer y que el amargor es
pasajero porque se come rápido.
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forzar al niño a comer ni terminarse todo lo que hay en el plato (3) ser un
buen ejemplo y (4) evitar traer a casa alimentos calóricos, procesados o
poco saludables y poner en la mesa y al alcance del niño alimentos
saludables son fundamentales.
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CAPÍTULO 3
Fundamentos básicos para una nutrición
neurosaludable
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MACRONUTRIENTES
Hidratos de carbono
Dentro del grupo de los macronutrientes, los glúcidos o hidratos de carbono
son básicamente azúcares más o menos complejos que aportan glucosa,
un compuesto fácilmente transformado en energía por nuestro organismo.
Los glúcidos están compuestos por hidrógeno, carbono y oxígeno, por lo
que a veces se les llama también hidratos de carbono. Los glúcidos
(carbohidratos y azúcares) son el principal suministro de energía cerebral.
Proteínas
Las proteínas se componen de nitrógeno además de hidrógeno, carbono y
oxígeno. Además de suponer un suministro de energía, ayudan a la
metabolización de algunas hormonas y fluidos corporales, por lo que son
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Lípidos
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Las grasas trans y las grasas hidrogenadas son un tipo de grasa al que debe
prestarse especial atención puesto que hoy en día se encuentra en gran
parte de nuestra comida. La frecuencia de este tipo de grasas en la
naturaleza es más bien rara, pero su producción industrial las ha hecho muy
comunes en nuestras vidas. Las margarinas y otros aceites vegetales con los
que se elabora la bollería industrial y con los que se fríen los alimentos en
muchos restaurantes de comida rápida son ricos en grasas hidrogenadas
porque sus propiedades hacen que los productos elaborados con ellas sean
más resistentes al deterioro provocado por el paso del tiempo o la falta de
refrigeración.
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Los efectos de este tipo de grasas sobre el organismo alcanzan a todo tipo
de enfermedades y patologías. En la edad adulta aumenta el riesgo de sufrir
una enfermedad cardiovascular en mayor medida que cualquier otro
alimento. Esto parece ser debido a que tienen un doble efecto negativo
sobre el colesterol: aumentan el perjudicial a la vez que reducen el
beneficioso. Así mismo, la concentración de grasas trans en sangre está
relacionada con una mayor incidencia de enfermedades como el
Alzheimer, obesidad, diabetes, cáncer, disfunción hepática e infertilidad.
Esto es debido a que saturan rápidamente las arterias dificultando que la
sangre, los nutrientes y el oxígeno llegue de manera adecuada a su destino.
En la ilustración puedes ver el efecto que sobre una arteria sana puede
tener el consumo de este tipo de grasas, adhiriéndose a sus paredes y
saturando el caudal. Este fenómeno es especialmente perjudicial a nivel
cerebral debido a que los capilares que irrigan las neuronas son de los más
finos del cuerpo y se saturan con facilidad.
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MICRONUTRIENTES
Los micronutrientes son sustancias que el organismo necesita en pequeñas
dosis para poder llevar a cabo los procesos metabólicos necesarios para
distintas funciones vitales. Los principales son las vitaminas, los minerales y los
oligoelementos. El yodo, el hierro, el zinc, el sodio, el potasio, el ácido fólico
o la vitamina A, son algunos más. Muchos de ellos tienen una importancia
especial para el cerebro, ya que su síntesis permite producir algunos
neurotransmisores que facilitan la sinapsis o comunicación de redes
neuronales. Otros micronutrientes como la vitamina E tienen un importante
papel en la salud cerebral porque se consideran antioxidantes naturales y,
por lo tanto, pueden tener un efecto en la prevención de la oxidación,
principal causante del envejecimiento cerebral.
Vitaminas
Vitamina B6
La vitamina B6 ayuda a convertir el triptófano (un aminoácido presente en
la carne de ave o la avena) en serotonina, un neurotransmisor que nos
permite afrontar situaciones de esfuerzo intelectual y emocional. Los niveles
bajos de serotonina se asocian a la ansiedad, dificultades del sueño,
problemas de memoria y concentración y depresión. Un consumo
adecuado de vitamina B6 puede asegura unos niveles óptimos de
motivación y energía mental, favoreciendo claridad de pensamiento, mejor
formación de la memoria, mejor concentración calidad del sueño. La
vitamina B6 también interviene en la formación de dopamina, epinefrina,
norepinefrina, y GABA. Este último neurotransmisor tiene una función
importante en la reducción del estrés y la ansiedad, y ayuda a calmar y a
relajar el cerebro.
Las carnes de ave, como el pollo o el pavo, el salmón, atún, pimiento
verde, espinacas, brócoli, cacahuates, pan integral, o lentejas son fuentes
de vitamina B6.
Vitamina B9
La vitamina B9 tiene un papel importante en la formación de
neurotransmisores del cerebro (dopamina, serotonina y epinefrina). El ácido
fólico (vitamina B9) es esencial durante el embarazo para favorecer el
desarrollo cerebral adecuado del feto y durante toda la vida su consumo
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CAPÍTULO 4
Pirámide Nutricional
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Pirámide de niños
En la pirámide que puedes ver a continuación las tres primeras filas se
corresponden con alimentos que el niño debe tomar en abundancia. En la
primera fila tenemos todos los cereales que deben conformar la base de la
nutrición del niño aportándole energía de absorción rápida (galletas,
harinas, pasta, arroz blanco) y también energía de absorción lenta (harinas,
pasta, pan o arroz integral). Debemos tener en cuenta que el niño consume
mucha energía y por lo tanto es bueno que tenga un suministro regular a lo
largo del día, tanto en el desayuno, almuerzo, comida, merienda como
cena) de alimentos con un elevado contenido energético (evitando
siempre las golosinas o bebidas azucaradas y también la bollería industrial
que mezcla los cereales con grasas hidrogenadas).
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Pirámide de adultos
El modelo de pirámide alimenticia que presento a continuación (Adaptado
del libro, Cuida tu cerebro, Plataforma Editorial) está basado en la pirámide
nutricional de Harvard y adaptado para potenciar y mantener una
adecuada salud cerebral. Espero que pueda serte útil para diseñar tu
propia dieta neurosaludable.
© Álvaro Bilbao
Los alimentos de consumo diario son necesarios a grandes dosis por nuestro
cerebro. Los de consumo frecuente son aquellos que aportan nutrientes
beneficiosos para las funciones intelectuales, emocionales o retrasan el
envejecimiento cerebral. Aquellos de consumo ocasional o moderado
aportan nutrientes beneficiosos pero también contienen otros nutrientes
dañinos para el cerebro por lo que deben ser consumidos con moderación
y los de consumo excepcional son aquellos principalmente perjudiciales
para el cerebro.
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CAPÍTULO 5
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Podríamos decir que todos los alimentos son saludables para el cerebro de
los niños en su justa medida. Cada alimento aporta distintos nutrientes y
cada nutriente es contribuye a un correcto desarrollo cerebral. Sin embargo
es importante destacar que algunos alimentos reúnen una serie de
propiedades o nutrientes especialmente beneficiosos para el cerebro. En
este capítulo nos vamos a detener en los 8 que a mi juicio podrían ser los
más beneficiosos, no para que vayas al supermercado y compres estos
productos a toneladas sino para que reflexionemos juntos en el porqué de
los beneficios de estos alimentos y puedas tomar mejores decisiones a la
hora de la compra. En la mayoría de los casos sólo he querido seleccionar
alimentos muy representativos o con propiedades muy destacadas que se
pueden sustituir fácilmente por otros alimentos similares con propiedades
similares.
1. Leche materna
La leche, sea materna o no es un alimento imprescindible en el desarrollo
cerebral durante los dos primeros años de vida. En el caso de la leche
materna los estudios indican que contribuye de una manera ligeramente
más generosa al desarrollo intelectual del bebé y a su sistema inmunológico
por lo que si hay un alimento “neurosaludable” durante los primeros años de
vida es la leche materna. Se que esta afirmación puede resultar molesta
para aquellos padres que no han podido o querido optar por la lactancia
materna. Creo que es una opción totalmente válida y respetable, pero si
hablamos de nutrición no puedo negar los estudios científicos al respecto.
Sin embargo si os animo a seguir leyendo sobre otros muchos nutrientes que
también son muy positivos para el desarrollo cerebral del niño.
2. Sardinas o salmón
El pescado azul en general y estos dos tipos de pescado en particular son
ricos en ácidos grasos omega 3 y en vitamina D. La vitamina D ayuda a
mantener un estado de ánimo saludable y favorece el aprendizaje y
recuerdo. El omega 3 va a permitir al niño mejorar su concentración, su
capacidad de análisis y su velocidad de procesamiento de información. En
algunos estudios recientes se ha demostrado que los niños que tienen un
mayor consumo de ácidos grasos omega 3 tienen mayor capacidad para
el cálculo matemático (que implica hacer análisis a gran velocidad). Como
ya has visto el omega 3 también protege al cerebro frente al paso del
tiempo y sus enfermedades ayudándole a envejecer mejor.
3. Verduras
Todas las verduras son ricas en vitaminas. Aquellas verduras de hoja verde
especialmente la col y la espinaca son ricas en vitamina B6 y B12, ayudan
a prevenir la enfermedad coronaria y la enfermedad de Alzheimer y
aumentan el nivel de tiamina fortaleciendo así la memoria. Las verduras de
color naranja como la zanahoria o la calabaza (y frutas de ese color como
melocotones o albaricoques) son ricas en vitamina A, un importante
antioxidante que ayudará a conservar un cerebro joven.
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4. Nueces
Las nueces y otros frutos secos como las almendras son ricas en lecticina,
uno de los principales componentes de la acetilcolina, un neurotransmisor
que acelera el impulso nervioso y un pensamiento más ágil lo que favorece
un mejor funcionamiento del razonamiento y la memoria. Acostumbrar a tus
hijos a tomar nueces, avellanas, piñones o almendras como tentempié o en
salsas (como el pesto), ensaladas o en el desayuno les puede ayudar a
mejorar su rendimiento intelectual. Otros frutos secos (especialmente los
cacahuetes y aquellos fritos o condimentados con sal) son menos
beneficiosos y deben limitarse. También debes respetar la edad de inicio
que recomiende tu pediatra para prevenir reacciones alérgicas.
5. Huevos
Los huevos son un alimento muy saludable para los niños ya que son ricos
en proteínas. Además la yema es rica en colina (perteneciente al grupo B
de vitaminas) que potencia el desarrollo de la memoria. Lo ideal es
introducir los huevos en el desayuno en forma de tortilla o revueltos, junto
con cereales o tostadas. La combinación de proteínas e hidratos de
carbono en el desayuno previene la pérdida brusca de azúcar que ocurre
al principio de la jornada facilitando que los niños puedan mantener unos
buenos niveles de concentración a lo largo de toda la mañana.
6. Avena
La avena es un cereal, algo desconocido en nuestra cultura, pero muy
beneficioso para todo el organismo. Es rico en proteína y fibra lo que hace
de él un aliado esencial para prevenir la saturación arterial favoreciendo
que el flujo sanguíneo al cerebro sea mejor. En un estudio reciente se
comprobó que un grupo de niños que habían desayunado un tazón de
avena con azúcar moreno realizó mejor una prueba de aprendizaje y
memoria que otro grupo que había desayunado un tazón de cereales y
azúcar moreno. Otro beneficio de la avena es que es rica en triptófano un
aminoácido presente en proteínas de alta calidad que favorece la
creación de serotonina, un neurotransmisor que ayuda al niño (y al adulto)
a concentrarse mejor y mantener un estado emocional positivo y resistente
al desánimo.
7. Fruta
Los niños necesitan azúcar, especialmente cuando están cansados a
media tarde. Lo ideal es darles cereales, como por ejemplo galletas que les
aporte un suministro gradual de energía, aunque lo podemos combinar con
fruta que les ayude a levantar los niveles de azúcar. Todas las frutas van a
aportarles además de fructosa (un energizante más poderoso que la
glucosa) vitaminas que les permitirán sintetizar neurotransmisores. Muchas
de ellas como las manzanas, nectarinas, melocotones, albaricoques o las
uvas ofrecen además un aporte de antioxidantes que ayuda a prevenir el
deterioro intelectual.
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8. Curry
El curry es uno de los alimentos con mayor capacidad neuroprotectora que
se conocen. Está demostrado que su consumo regular puede proteger
frente a enfermedades como el Alzheimer. Para los niños el curry también
tiene un efecto beneficioso. Por un lado, las hojas de curry ricas en vitaminas
C y A, ácido fólico y niacina favorecen el desarrollo cerebral. Por otro, la
cúrcuma (una especia presente en la mayoría de salsas de curry) se ha
demostrado como un agente protector del cerebro previniendo su
inflamación. Por si esto fuera poco una investigación realizada a finales de
2015 demostró que la cúrcuma puede incrementar hasta un 80% la
actividad de las células madre potenciando un desarrollo cerebral pleno.
El curry es un alimento adecuado para niños a partir de los dos años de
edad. Incluyendo el curry en este listado no sugiero que debas dar curry a
tu hijo dos o tres días a la semana, pero sí que sepas que es un alimento
saludable para su desarrollo y que si te gusta su sabor puedes compartir una
deliciosa comida india con los más pequeños de la casa. A ellos les encanta
y si se aficionan a ella se benficiarán de sus efectos neuroprotectores.
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CAPÍTULO 6
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A muchos niños les cuesta comer verdura. Sabiendo como sabemos que es
un alimento fundamental en el desarrollo intelectual, mantenimiento de un
estado de ánimo positivo y los estudios que indican que podrían contribuir
a la prevención de Alzheimer y enfermedades cerebrovasculares, es muy
importante que ayudes a tus hijos a comer verdura tanto en la comida
como en la cena. Una buena manera de hacerlo es acompañar las carnes
y pescados de una buena guarnición de verduras. Puede que al principio
les cueste un poco comérsela (especialmente si son verduras algo
amargas), sin embargo si se acostumbran a verlas en el plato y cada día
comen un poco acabarán disfrutando de ellas. Los purés son muy socorridos
aunque es importante que el niño poco a poco acepte y más adelante
disfrute de la verdura en su dieta cotidiana.
Se habla mucho hoy en día de los productos orgánicos. Sin lugar a dudas
son lo mejor. Todos aquellos productos que hayan sido cultivados en un
terreno que no ha sido contaminado con fertilizantes son más saludables.
La razón es muy sencilla; los fertilizantes pueden provocar reacciones
inflamatorias en el cerebro que de una manera sutil contribuyen al
desarrollo de patologías como el TDA. No hay estudios que hayan asociado
un tipo de alimentación u otra al TDA o la depresión infantil, pero sabemos
que en estas patologías hay procesos inflamatorios sutiles y que los
pesticidas contribuyen a esa inflamación cerebral. No todas las familias
pueden costearse el comprar productos ecológicos por lo que la
recomendación habitual es limpiar bien la piel de frutas y verduras antes de
consumirlas; una solución que desde mi punto de vista es suficiente y
asequible a todos los bolsillos y que además es un hábito saludable que
contribuirá a prevenir enfermedades neurológicas en la vida adulta.
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CAPÍTULO 7
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Educar a los niños desde pequeños y ser constantes en los hábitos a medida
que se hacen mayores, ayuda mucho a que los niños entiendan que el
desayuno es una comida muy importante. Un desayuno equilibrado
debería incorporar cereales y fruta para mantener la glucemia en niveles
óptimos y constantes, además de aportar vitaminas y minerales. Cuanto
mayor sea la proporción de carbohidratos saludables (por ejemplo cereales
integrales), mejor será el rendimiento intelectual por la mañana. Si además
incluimos una pequeña cantidad de proteína de origen animal, como por
ejemplo una loncha de pavo (cuanto menos procesada mejor) o vegetal
(leche de soja, tofu o frutos secos), contribuimos a la síntesis de
neurotransmisores. No debemos olvidar el lácteo como parte fundamental
del desayuno, siempre que el niño no tenga ninguna alergia.
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CAPÍTULO 8
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Despedida
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