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Las presiones de la actualidad influyen de forma permanente en nuestras vidas cotidianas.

Parece que los


momentos en los que sentimos tranquilad y control se escapan con facilidad de nuestras vidas. Durante
muchos años se llego a creer que las ciencias y la fe estaban en constante enfrentamiento, y no es así.
Debemos entender que el cerebro, como parte vital de lo que somos, produce la individualidad de la
acción humana y es importante comprenderlo, ya que no todos los problemas que vamos a enfrentar en
el ministerio son únicamente espirituales. Por este motivo, se hace necesario conocer la mente de nuestros
niños, preadolescentes, adolescentes, jóvenes y adultos, con el fin de ser más certeros al momento de
ayudarlos desde el amor y la restauración del Padre, pero sobretodo con la ayuda bíblica, espiritual y
mental que ellos necesitan para poder avanzar, siendo eficaces en nuestro trabajo.
El propósito de este manual es ayudarte a descubrir lo que esta sucediendo en la mente de muchas de las
personas que están en tu ministerio y la razón por la cual se presentan cierto tipo de conductas, esperando
que pueda servir de ayuda en tu trabajo ministerial.

Ansiedad
¿Qué es la ansiedad?
La ansiedad es un sentimiento de miedo, temor e inquietud. Puede hacer que sudes, te sientas inquieto y
tenso, y tener palpitaciones. Puede ser una reacción normal al estrés. Por ejemplo, puedes sentirte ansioso
cuando enfrentas un problema difícil en el trabajo, antes de tomar un examen o antes de tomar una
decisión importante. Si bien la ansiedad puede ayudar a enfrentar una situación, además de date un
impulso de energía o ayudarte a concentrarte, para las personas con trastornos de ansiedad el miedo no
es temporal y puede ser abrumador.
La ansiedad patológica consiste en la aparición de una sensación de intenso malestar, sin causa objetiva
que lo justifique, que se acompaña de sentimientos de aprensión. La persona que tiene ansiedad teme
volverse loca, morirse o realizar un acto incontrolable. Las respuestas de ansiedad incluyen síntomas
cognitivos y somáticos que son característicos y que expresan la activación del sistema autonómico
(inquietud psicomotriz, pilorección, taquicardia, taquipnea, sensación de muerte inminente, tensión, etc.).
Los efectos a largo plazo de los síntomas de ansiedad persistente pueden ser variados y de consecuencias
casi irreparables, pues pueden derivar en daños en el desarrollo del concepto de sí mismo, en la
autoestima, en el funcionamiento interpersonal y en la adaptación social.
Nadie esta excepto de padecer ansiedad, ni siquiera como iglesia escapamos de esto. Incluso, muchas
veces padecemos algún trastorno de ansiedad y ni siquiera lo sabemos.

¿Qué son los trastornos de ansiedad?


Los trastornos de ansiedad son afecciones en las que la ansiedad no desaparece y puede empeorar con el
tiempo. Los síntomas pueden interferir con las actividades diarias, como el desempeño en el trabajo, la
escuela y las relaciones entre personas. ¿Te acuerdas de Marta en Lucas 10:38-42? Marta se llenó de
ansiedad porque María estaba sentada escuchando a Jesús y ella con mil tareas por hacer ¿Pero que era
lo que estaba llenando de ansiedad a Marta? El problema de Marta no era lo que estaba haciendo, sino lo
que dejaba de hacer.
Ella se estaba perdiendo tiempo (para ella) de intimidad con Jesús. “El servicio” no le estaba dejando
descansar en la presencia de Cristo. Ella estaba estresada por todo lo que tenía que hacer, pero el trasfondo
es que era un persona llena de ansiedad. Y es que la peor ansiedad es aquella que se presenta de manera
muy sutil, como un deseo de aprobación con máscara de deseo de servir, que tarde o temprano frustra,
fatiga, enoja, y detiene el crecimiento de tu liderazgo. El problema está en las motivaciones equivocadas
con expectativas irresueltas, y en el estrés y la ansiedad que estas producen.
También se debe tomar en cuenta, que la ansiedad se refleja de múltiples maneras. Entonces…

¿Cuáles son los tipos de trastornos de ansiedad?


Existen varios tipos de trastornos de ansiedad, incluyendo:
• Trastorno de ansiedad generalizada: Las personas con este trastorno se preocupan por problemas
comunes como la salud, el dinero, el trabajo y la familia. Pero sus preocupaciones son excesivas y
las tienen casi todos los días durante al menos 6 meses.
• Trastorno de pánico: Las personas con trastorno de pánico sufren de ataques de pánico. Estos son
repentinos y repetidos momentos de miedo intenso sin haber un peligro aparente. Los ataques se
producen rápidamente y pueden durar varios minutos o más, son comunes cuando llegan recuerdos
a nuestra mente, o situaciones que nos atemorizan y nos dejan congelados.
• Fobias: Las personas con fobias tienen un miedo intenso a algo que representa poco o ningún peligro
real. Su miedo puede ser por arañas, volar, ir a lugares concurridos o estar en situaciones sociales
(conocida como ansiedad social)

¿Qué causa los trastornos de ansiedad?


No se conoce la causa de la ansiedad. Factores como la genética, la biología y química del cerebro, el
estrés y su entorno pueden tener un rol.

¿Cuáles son los síntomas de los trastornos de ansiedad?


Los diferentes tipos de trastornos de ansiedad pueden tener síntomas diferentes. Pero todos muestran una
combinación de:
• Pensamientos o creencias ansiosos difíciles de controlar: Le hacen sentir inquieto y tenso e
interfieren con su vida diaria. No desaparecen y pueden empeorar con el tiempo
• Síntomas físicos, como latidos cardíacos fuertes o rápidos, dolores y molestias inexplicables, mareos
y falta de aire
• Cambios en el comportamiento, como evitar las actividades cotidianas que solía hacer
• El uso de cafeína, otras sustancias y ciertos medicamentos pueden empeorar sus síntomas.
Los síntomas antes mencionados tienen cabida mayormente en los adultos, ya que los niños suelen
presentar la ansiedad de una manera diferente.

¿Cómo se manifiesta la ansiedad en los niños?


Es importante conocer que todos los seres vivos estamos dotados de un sistema biológico que nos permite
experimentar ansiedad o temor. La emoción del miedo puede funcionar como señal de alarma y como
barrera contenedora para impedir que el niño se aventure en situaciones para las que todavía no ha
desarrollado las habilidades necesarias. Sentimientos tales como el miedo, la ansiedad, la tristeza ocurren
de forma normal en algún momento del desarrollo.
Las causas de las mismas, la forma en que se manifiestan y sus funciones adaptativas cambian conforme
el niño crece y pasa de la infancia a la adolescencia. En su forma mórbida o patológica constituye, en
muchos casos, una forma extrema de presentación de los miedos o vivencias normales en la infancia y,
por tanto, la forma en la que se presentan los trastornos de ansiedad o afectivos están determinados por
el momento del desarrollo en el que aparecen. Debemos tener en cuenta que en la infancia y adolescencia
ambos tipos de trastornos se solapan con frecuencia. De hecho, muchos libros de texto incluyen estos
trastornos bajo la denominación más genérica de trastornos emocionales.

Factores predisponentes
Aunque no existe ninguna teoría psicopatológica que explique esta diferencia de forma convincente.
Tampoco conocemos los caminos por los que los factores de riesgo o predisponentes confluirían y
terminarían o no produciendo los trastornos de ansiedad; además, los estudios necesitarían incluir la
perspectiva del desarrollo porque no todos los factores de riesgo o situaciones traumáticas tienen un
mismo efecto, ya que esto varía según el momento del desarrollo en el que tienen lugar:
• Factores genéticos y constitucionales. Aunque parece que los trastornos de ansiedad se agrupan en
determinadas familias, aún no se ha establecido si la transmisión es genética o determinada por la
crianza. El hallazgo más replicado por todos los estudios es que los trastornos de ansiedad son más
prevalentes en las chicas por tanto, este factor podría ocupar un lugar destacado en la génesis de
algunos trastornos de ansiedad, como el trastorno de pánico, estando otros, como la ansiedad
generalizada o la de separación, más condicionados por factores ambientales
• Temperamento: los niños que son inhibidos, tímidos o tendentes a la retracción en los primeros
años tienen más tendencia a desarrollar trastornos de ansiedad posteriormente
• Estilos parentales: la sobre-protección que, en ocasiones, es debida a las propias ansiedades
parentales, tales como ansiedad de separación, viene a contribuir a la génesis en el niño de un sentido
de sí mismo como alguien indefenso, que está en peligro y desprovisto de los recursos personales
para protegerse defenderse ni sobreponerse a las situaciones difíciles. Por su parte, las actitudes
parentales críticas o los estilos educativos excesivamente punitivos pueden ser intimidatorios e
interferir en el desarrollo de un concepto de sí, seguro y capaz. Algunos miedos específicos pueden
ser transmitidos por los padres e incorporados por los chicos a través de mecanismos identificatorios
básicos, es decir, se identifican con los miedos de sus padres y los toman como propios.
• Acontecimientos vitales estresantes: algunos miedos pueden ser iniciados por algún
acontecimiento inusualmente aterrorizador (la experiencia de una tormenta). Además, la elaboración
cognitiva (explicación) que de una experiencia atemorizante haga el niño influirá en que éste pueda
desarrollar un trastorno de ansiedad en el futuro.
• Los ambientes sociales desfavorables (grandes adversidades, económicas o condiciones de vida,
etc.) generan un clima de inseguridad crónica que puede contribuir al desarrollo de un trastorno de
ansiedad.

Tratamiento
1. Actividades destinadas a disminuir todas las situaciones estresantes que se hubiesen identificado en
el proceso de evaluación (disfunción familiar u otro tipo de situación de desventaja social). Aunque
estas intervenciones en ocasiones no son suficientes, merecen ser tenidas en cuenta y puestas en
práctica, pues, en caso de no hacerlo, el pronóstico del trastorno será más sombrío. Muchas de las
actividades son de tipo informativo y educativo.
2. Mejorar la comunicación, tanto individual como de los miembros de la familia entre sí; fomentar la
expresión de sentimientos y la comunicación de estados afectivos de una forma modulada.
3. Métodos cognitivo-conductuales.
4. Métodos físicos de tratamiento, medicación.

¿Que dice la biblia sobre la ansiedad?


Proverbios 12:25
La ansiedad en el corazón del hombre lo deprime, mas la buena palabra lo alegra.

Filipenses 4:6-7
Por nada estéis afanosos; antes bien, en todo, mediante oración y súplica con acción de gracias, sean
dadas a conocer vuestras peticiones delante de Dios. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento,
guardará vuestros corazones y vuestras mentes en Cristo Jesús.

Mateo 6:25-34
Por eso os digo, no os preocupéis por vuestra vida, qué comeréis o qué beberéis; ni por vuestro cuerpo,
qué vestiréis. ¿No es la vida más que el alimento y el cuerpo {más} que la ropa? Mirad las aves del cielo,
que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros, y {sin embargo,} vuestro Padre celestial las alimenta.
¿No sois vosotros de mucho más valor que ellas? ¿Y quién de vosotros, por ansioso que esté, puede
añadir una hora al curso de su vida?

1 Pedro 5:7
Echando toda vuestra ansiedad sobre El, porque El tiene cuidado de vosotros.

Salmos 55:22
Echa sobre el SEÑOR tu carga, y El te sustentará; El nunca permitirá que el justo sea sacudido.

Mateo 11:28-30
Venid a mí, todos los que estáis cansados y cargados, y yo os haré descansar. Tomad mi yugo sobre
vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y HALLAREIS DESCANSO PARA
VUESTRAS ALMAS. Porque mi yugo es fácil y mi carga ligera.

¿Que hacer con un niño con ansiedad?


1. El objetivo no es eliminar la ansiedad, sino ayudar al niño a manejarla.
Ninguno de nosotros quiere ver infeliz a un niño, pero la mejor manera de ayudar a los niños a vencer la
ansiedad es no tratar de eliminar los factores estresantes que la desencadenan, sino ayudarlos a aprender
a tolerar su ansiedad y a funcionar lo mejor que puedan, aún cuando están ansiosos. Y como resultado
de esto, la ansiedad mejorará o se desvanecerá con el tiempo.

2. No evite cosas solo porque le producen ansiedad al niño.


Ayudar a los niños a evitar las cosas que temen solo los hará sentirse mejor a corto plazo, pero refuerza
la ansiedad a largo plazo. Si un niño en una situación incómoda se altera, comienza a llorar (no porque
quiera manipular, sino porque realmente se siente así), y sus padres lo sacan de allí o quitan lo que le
causa miedo, él ha aprendido ese mecanismo de defensa y, por lo tanto, el ciclo tiene el potencial de
volverse a repetir.

3. Exprese expectativas positivas pero realistas.


No se puede prometer a un niño algo irreal: que no reprobará un examen, que se divertirá patinando en
hielo o que otro niño no se reirá de él durante la clase de “muéstralo y explícalo”. Pero usted puede darle
confianza, diciéndole que va a estar bien, que va a poder manejar la situación, y que en cuanto enfrente
sus temores el nivel de ansiedad irá desapareciendo. A su hijo esto le dará confianza, porque sus
expectativas son objetivas, y porque usted no le pedirá que haga nada que él no pueda manejar.

4. Respete sus sentimientos, pero no los fortalezca.


Es importante entender que la aceptación no siempre significa estar de acuerdo. Así que, si un niño
está aterrorizado por ir al doctor, porque le toca una inyección, usted no querrá minimizar sus miedos,
pero tampoco querrá amplificarlos. Usted quiere escuchar y ser empático, ayudarlo a entender porque
está ansioso y alentarlo a sentir que él puede afrontar sus miedos. El mensaje que usted quiere enviar es:
“Yo sé que estás asustado y está bien, yo estoy aquí y te voy a ayudar a superar esto”.
5. No haga preguntas dirigidas.
Aliente a su hijo a hablar sobre sus sentimientos, pero no intente hacerle preguntas dirigidas como:
“¿Estás ansioso por el examen final? ¿Te preocupa la feria de ciencias?”. Para evitar alimentar el ciclo
de ansiedad, solamente haga preguntas abiertas: “¿Cómo te sientes por la feria de ciencias?”.

6. No refuerce los temores del niño.


Usted no quiere transmitir a su hijo, a través de su tono de voz o con su lenguaje corporal: “Tal vez esto
es algo a lo que deberías temer”. Digamos que él tuvo una experiencia negativa con un perro. La próxima
vez que esté cerca de uno, usted podría estar ansioso acerca de cómo reaccionará, y podría llegar
a transmitir un mensaje sin querer, que lo haga sentir que, de hecho, sí debería preocuparse.

7. Aliente a su hijo a tolerar su ansiedad.


Dígale a su hijo que usted aprecia el esfuerzo que hace por tolerar la ansiedad, para así poder hacer lo
que quiere o necesita hacer. Esto es alentarlo realmente a tomar parte en la vida y dejar que la ansiedad
fluya de manera natural. A esto le llamamos la “curva de habituación”: disminuirá con el tiempo, a
medida que siga teniendo contacto con el factor estresante. Puede que no disminuya hasta cero, o que no
disminuya tan rápido como a usted le gustaría, pero es así como se superan nuestros miedos.

8. Trate de que el periodo de anticipación sea corto.


Cuando algo nos da miedo, el tiempo más difícil es realmente antes de hacer aquello que tememos. Así
que otra regla de oro para los padres es tratar de eliminar o reducir realmente ese periodo de anticipación.
Si el niño está nervioso porque tiene que ir a una cita médica, será preferible no comenzar una discusión
sobre eso dos horas antes de ir: esto probablemente hará que su hijo se sienta más nervioso. Solo intente
acortar ese periodo al mínimo.

9. Piense las cosas detenidamente con el niño.


Algunas veces ayuda hablar detenidamente sobre lo que pasaría si lo que teme el niño se volviera verdad.
¿Cómo lo manejaría? Un niño que se pone ansioso por separarse de sus padres puede preocuparse sobre
lo que sucedería si no llegaran a recogerlo. Así que hay que hablar de eso. Si tu mamá no llegara por ti a
la escuela, ¿qué harías? ¿Y qué crees que harían tus maestros? “Ellos llamarían a mi mamá o se quedarían
esperando conmigo”. Si un niño tiene miedo de que un extraño pudiera ser enviado por sus papás a
recogerlo puede usar una palabra clave que le den sus padres para que esté seguro de que ellos sí lo
enviaron. Para algunos niños tener un plan reduce la incertidumbre de manera saludable y eficaz.

10. Intente mostrar formas sanas para manejar la ansiedad.


Hay múltiples maneras en que usted puede ayudar a los niños a manejar la ansiedad, dejándolos ver cómo
enfrenta la ansiedad usted mismo. Los niños son perceptivos y van a darse cuenta si usted sigue
quejándose en el teléfono con un amigo porque no puede manejar el estrés o la ansiedad: mejor deje que
los niños lo escuchen manejar la situación con calma, tolerarla y sentirse bien de sobreponerse a ella.
11. Enséñele al niño a descansar en Dios.
Si bien descansar en Dios es algo que nosotros tenemos que aprender también, usted debe darle la
seguridad al niño de que la ansiedad no le pertenece, y que debe echarla fuera, ¿y quien mejor que Dios?
Asegúrese de recitar con él versículos bíblicos y mostrarle que aunque tengamos miedo, Dios venció
todas esas cosas que pueden atemorizarnos.
Como maestros, es importante conocer que cada persona es diferente y la ansiedad se mostrará de manera
diferente de acuerdo al ciclo evolutivo que se esté atravesando. Por esto, la ansiedad no se presenta igual
en un niño que en un adolescente, ya que su madurez no es la misma. Quizás al niño le produce miedo
los sapos, pero al adolescente puede ser la muerte. Debemos ser sabios para poder vislumbrar cuando
alguno de nuestros alumnos presenta síntomas ansiosos, y ofrecerles herramientas que puedan ayudar a
mitigar estos síntomas.

Depresión
La depresión es una enfermedad frecuente en todo el mundo, pues se estima que afecta a un 3,8% de la
población, incluidos un 5% de los adultos y un 5,7% de los adultos de más de 60 años. A escala mundial,
aproximadamente 280 millones de personas tienen depresión. La depresión es distinta de las variaciones
habituales del estado de ánimo y de las respuestas emocionales breves a los problemas de la vida
cotidiana. Puede convertirse en un problema de salud serio, especialmente cuando es recurrente y de
intensidad moderada a grave. Puede causar gran sufrimiento a la persona afectada y alterar sus
actividades laborales, escolares y familiares. En el peor de los casos, puede llevar al suicidio. Cada año
se suicidan más de 700 000 personas, convirtiéndose en la cuarta causa de muerte en el grupo etario de
15 a 29 años.
La depresión es un estado que genera altos niveles de sufrimiento y presenta una característica que son
los sesgos cognitivos, estos son interpretaciones erróneas de la información afectado nuestra manera de
pensar, nuestros juicios y toma de decisiones.
Aunque hay tratamientos conocidos y eficaces contra los trastornos mentales, más del 75% de las
personas afectadas en los países de ingresos bajos y medianos no recibe tratamiento alguno. Entre los
obstáculos a una atención eficaz se encuentran la falta de recursos y de proveedores de atención de salud
capacitados, además de la estigmatización asociada a los trastornos mentales. En países de todo tipo de
ingresos, las personas que experimentan depresión a menudo no son correctamente diagnosticadas,
mientras que otras que en realidad no padecen el trastorno son a menudo diagnosticadas erróneamente y
tratadas con antidepresivos.
En un episodio depresivo, la persona experimenta un estado de ánimo deprimido (tristeza, irritabilidad,
sensación de vacío) o una pérdida del disfrute o del interés en actividades, la mayor parte del día, casi
todos los días, durante al menos dos semanas. Se presentan varios otros síntomas, entre los que se
incluyen la dificultad de concentración, el sentimiento de culpa excesiva o de autoestima baja, la falta de
esperanza en el futuro, pensamientos de muerte o de suicidio, alteraciones del sueño, cambios en el
apetito o en el peso y sensación de cansancio acusado o de falta de energía, ¿te sientes identificado con
alguno o varios de estos síntomas?
En determinados contextos culturales, algunas personas pueden expresar más fácilmente sus cambios de
estado de ánimo en forma de síntomas somáticos (por ejemplo, dolor, cansancio, astenia), pese a que
esos síntomas físicos no se deben a otra afección médica.
Durante un episodio depresivo, la persona afectada experimenta dificultades considerables en su
funcionamiento personal, familiar, social, educativo, ocupacional y en otros ámbitos importantes.
La depresión es el resultado de interacciones complejas entre factores sociales, psicológicos y biológicos.
Quienes han pasado por circunstancias vitales adversas (desempleo, luto, eventos traumáticos) tienen
más probabilidades de sufrir depresión. A su vez, la depresión puede generar más estrés y disfunción, y
empeorar la situación vital de la persona afectada y, por consiguiente, la propia depresión.
Es importante destacar también la relación que existe entre la depresión y la salud física. Por ejemplo,
las enfermedades cardiovasculares pueden producir depresión, y viceversa.
La depresión, además, es la principal causa mundial de discapacidad y contribuye de forma muy
importante a la carga mundial general de morbilidad.
1Te 5: v23. Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y
cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo.
Con el cuerpo nos relacionamos con el mundo físico, mientras que con el “alma”, que en realidad es
nuestra mente, nos relacionamos con las otras personas, ya que esta abarca nuestro intelecto pero también
nuestras emociones, y con nuestro espíritu nos relacionamos con Dios. Así como el Espíritu puede
entristecerse, nuestro cuerpo enfermarse y debilitarse con el tiempo, sucede lo mismo con nuestra mente,
esta puede perturbarse, enfermarse, y deteriorarse, por lo tanto, tenemos que entender que la depresión
es una enfermedad como cualquier otra y que también ataca a fieles cristianos.
1Re 19: v4. Y él se fue por el desierto un día de camino, y vino y se sentó debajo de un enebro; y deseando
morirse, dijo: Basta ya, oh Jehová, quítame la vida, pues no soy yo mejor que mis padres.
Este verso bíblico es un claro ejemplo de depresión. Elías era un hombre que estaba conectado con Dios
y aún así empezó a sentir depresión y perdida de ganas de vivir. Podemos ver a través de él que la
depresión puede tocar a tu puerta así estés haciendo la obra de Dios.
La depresión está acabado con la vida espiritual de muchas personas dentro de la iglesia. Muchas veces
creemos que estar triste es estar deprimido, pero la tristeza es una emoción inevitable que
experimentaremos a lo largo de nuestra vida, mientras que la depresión es un estado que permanece.
Puedes tener días tristes, pero cuando la tristeza es una constante en tu vida debes preguntarte, ¿qué está
pasando?
Elías ya no quería vivir, y en el verso 5 y 6 el Señor lo deja descansar y le envía a un ángel para que le
dé comida y agua porque es necesario descansar y recordar que nuestro cuerpo es templo del Espíritu
Santo. Elías vuelve a quedarse dormido y el ángel lo despierta nuevamente para darle comida pero está
vez con una palabra poderosa, “Levántate y como porque largo camino te resta”.
No es tiempo de rendirse ni de tirar la toalla. Si sientes que estás en un pozo, lucha por salir, pero no
luches solo. Busca apoyo en quienes te rodean y en Dios.
Cuando una persona presenta un cuadro depresivo, en lugar de ser juzgada, necesita ayuda emocional y
espiritual, y tu puedes brindársela.
Es importante saber que el hecho de ser cristianos no nos hace inmunes a la depresión; o que toda
depresión ocurre en nuestras vidas como consecuencia de un pecado.
Este es un argumento que utiliza el adversario para afectar la vida de muchos de nuestros niños,
preadolescentes, adolescentes, jóvenes y adultos, produciendo aislamiento y alejándolos de la ayuda que
en verdad necesitan, pues muchas veces nosotros mismos ponemos barreras de comunicación entre ellos
y nosotros.
Deseamos que todos eso prejuicios sean quitados, para que seamos intencionales, estratégicos y líderes
que restauran.

Mitos sobre la depresión:


Mito 1: La depresión y tristeza son lo mismo
FALSO. La tristeza es una emoción pasajera y temporal que sentimos todos en ciertos momentos de la
vida. En cambio, la depresión es un trastorno mental que interfiere de forma significativa en la vida de
quien la padece.
Mito 2: Los hombres no sufren depresión
FALSO: La depresión no entiende de género. A veces los hombres tienden a esconder la depresión a su
entorno más próximo y ello provoca que, cuando es diagnosticada, presente unos síntomas más graves.
Mito 3: La depresión es para toda la vida
FALSO. Con un buen diagnóstico y el tratamiento adecuado una persona puede hacer vida normal. Los
profesionales indicaran a cada persona el tipo de tratamiento a realizar basado en la mejor evidencia
científica disponible. La implicación activa de la persona que padece depresión y de su familia son
fundamentales durante el desarrollo del proceso terapéutico.
Mito 4: No se supera la depresión porque se es débil
FALSO. En este trastorno influyen componentes químicos y biológicos que nada tienen que ver con el
carácter de la persona, ni si es fuerte o débil. La depresión aparece sin distinguir entre el tipo de
personalidad, el estatus socioeconómico, edad o el género.
Mito 5: Los niños no tienen depresión
FALSO. La depresión sí afecta en la infancia, aunque tiene síntomas distintos a los de la persona adulta
y, a menudo, pasa desapercibida porque no pensamos en ella o se confunde con otros problemas que
pueden ser consecuencia del estado de ánimo. En los niños y niñas la depresión puede llegar a ser
altamente incapacitante y se desarrolla con un elevado nivel de malestar.
Mito 6: La depresión se cura sola
FALSO. Los propios síntomas de la depresión, como la fatiga corporal, el insomnio, los dolores
musculares, los cambios de apetito o alteración de las emociones, impiden recuperarse a quien la padece.
Es fundamental ser consciente que se tiene una depresión y pedir ayuda a los profesionales para recibir
la ayuda necesaria.
Mito 7: Las personas con depresión están siempre tristes
FALSO. Es posible que algunas personas con depresión ni siquiera se sientan tristes. Cada persona puede
tener síntomas diferentes. Es muy frecuente que se produzca la anhedonia, es decir, la incapacidad para
experimentar sensación de placer, sin que ello suponga caer en un estado de tristeza profunda.
La depresión afecta más de lo que estamos dispuestos a ver, y solemos dejar de lado nuestra salud mental.
Pedir ayuda no está mal ni tampoco es de débiles. ¿Sientes algunos de estos síntomas? Pide ayuda.
Tu salud mental es importante.
¡Tu eres importante!.
¿Cómo puedo ayudar a alguien con depresión?
1. Ten presente que el otro te necesita y te valora, aunque te parezca que no.
2. Escucha. Ya sé que es difícil creer que solo escuchando somos tan útiles para la otra persona,
pero créeme, el otro solo necesita que lo escuches, sin consejos ni soluciones.
3. Nunca digas “tranquilízate” ni “intenta animarte”, a menos que también vayas a brindar
instrucciones detalladas e infalibles. El amor exigente no sirve. Con el buen “amor” de siempre
es suficiente.
4. Entiende que se trata de una enfermedad. Se dirán cosas que en realidad no se sienten.
5. Ponte en su lugar. Comprende, sobre todo, que lo que a ti podría parecerte fácil –como ir a una
tienda, por ejemplo– tal vez sea un desafío imposible para un depresivo.
6. No te tomes nada de manera personal, así como tampoco te tomas de manera personal que alguien
tenga gripe o síndrome de fatiga crónica o artritis. Nada de esto es culpa tuya.
7. Ten paciencia. Comprende que no va a ser fácil. La depresión fluye y refluye y sube y baja. No
permanece quieta. No tomes un momento feliz, o uno malo, como prueba de recuperación o
recaída. Busca el objetivo a largo plazo.
8. Hazle compañía. Pregunta en qué puedes ayudar. Lo principal que puedes hacer es simplemente
estar presente.
9. Trata de evitar que el depresivo se sienta más anormal de lo que ya se siente. ¿Tres días en el
sofá? ¿No ha descorrido las cortinas? ¿Llora por decisiones difíciles como qué par de calcetines
ponerse? Es parte de su proceso

¿Cómo podemos ayudar a un niño con depresión infantil?


Los padres, educadores, profesores y demás personas que forman parte del entorno del niño, podemos
ayudar más de lo que creemos.
Algunas de las formas para llevar esto a cabo son:
1. Elogiarlo: de forma frecuente y sincera. Es importante decir al niño lo que hace bien, en ese
momento, e intentar conocerlo a fondo para darnos cuenta de lo que piensa de sí mismo, las virtudes
y defectos que cree poseer, y ayudarle a reestructurar los pensamientos considerados negativos.
2. Culpabilidad: intentar que su lenguaje sea en un tono positivo, ayudarle a distinguir, dando las
razones adecuadas, entre los acontecimientos que él puede controlar y los que están fuera de su
alcance, y no culpabilizarse por éstos últimos.
3. Estabilidad familiar: anticipar cualquier cambio que se vaya a producir, explicando la razón de ellos,
(en un lenguaje adecuado a cada edad), para reducir sus preocupaciones, así como establecer una
rutina diaria.
4. Desesperación e impotencia: la expresión emocional es esencial. Debemos dotar al niño de
herramientas para identificar y hablar de sus emociones. Podemos pedirle que escriba en una libreta
sus pensamientos positivos de 3 a 4 veces al día. De esta forma, éstos irán aumentando, y se la
expresión de emociones se verá favorecida.
5. Pérdida de interés y tristeza: podemos pactar con el niño una actividad interesante al día para
aumentar su motivación e interés por las cosas, planificar acontecimientos especiales en los que se
divierta, hablar sobre temas que le gusten, etc.
6. Apetito y problemas de peso: cuando este punto está relacionado con la depresión, es recomendable
no obligar al niño a comer. Podemos preparar sus comidas preferidas, o relacionar el periodo de la
comida con algo agradable. De esta forma, la hora de la comida será más un momento más
placentero.
7. Dificultades para dormir: realizar pautas de higiene del sueño: mantener un horario fijo para dormir,
en el cual las horas de sueño sean las recomendadas, realizar con él actividades relajantes y que le
gusten (como pueden ser leer o escuchar música suave). Es recomendable terminar el día con un
comentario positivo.
8. Agitación e inquietud: cambiar las actividades que le causan agitación, enseñar al niño técnicas de
relajación, dar un masaje antes de dormir.
9. Temores excesivos: identificar las situaciones que le causan ansiedad e incertidumbre, para después
cambiarlas. Tenemos que intentar que el niño se sienta apoyado por nosotros, tranquilizándolo en
los momentos que lo necesite.
10. Comportamiento agresivo e ira: Todos estos comportamientos debemos rechazarlos de una manera
amable pero firme, es decir, sin tener reacciones de ira, y utilizando la razón. Es importante dar
validez a sus emociones y estimular al niño a expresar sus sentimientos de ira apropiadamente.
Podemos utilizar algunas técnicas de autocontrol como la técnica de la tortuga, o la del semáforo.
11. Dificultad para pensar y para concentrarse: animar al niño a participar en juegos, actividades, charlas
familiares.
12. Pensamientos suicidas: estar alerta a las señales de suicidio y buscar ayuda profesional
inmediatamente en caso de que se den.
13. Si la depresión persiste: buscar ayuda profesional.

¿Que dice la biblia sobre la depresión?


Proverbios 17:22
El corazón alegre es buena medicina, pero el espíritu quebrantado seca los huesos.

Proverbios 15:13
El corazón gozoso alegra el rostro, pero en la tristeza del corazón se quebranta el espíritu.

Salmos 43:5
¿Por qué te abates, alma mía, y por qué te turbas dentro de mí? Espera en Dios, pues he de alabarle otra
vez. ¿{El es} la salvación de mi ser, y mi Dios!

La depresión no nos pertenece. Una vez escuche a alguien decir: cuando la depresión toca mi puerta, yo
no le abro.
Aunque en nuestras vidas, de una manera u otra, siempre estaremos propensos a sufrir de tristezas,
cuando está se vuelve patológica crea disfuncionalidad en nuestra vida. Entonces, ¿qué hacer? El gozo
que Dios nos da es mayor que todo y sobrepasa cualquier adversidad. Es importante transmitir también
esto a nuestros alumnos, y primeramente reflejar el gozo que Dios nos ha dado.
Pregúntese usted, ¿estoy reflejando el gozo de Dios? ¿O estoy mostrando la tristeza que me causan las
adversidades diarias? Somos cartas abiertas al mundo, y para las personas que enseñamos somos
mentores, ellos quieren ser como nosotros. Aseguremosno de mostrar a Jesús en cada cosa que hagamos,
mostrar su gozo, su identidad. Para que cuando vengan los tiempos difíciles, nuestra casa permanezca
como aquella que estaba fundada sobre la roca.
Identidad Sexual
Al hablar de un tema tan sensible como este es importante el uso adecuado de las palabras, para abordar
este tema tan urgente controversial y sensible, así que resulta importante conocer cada definición.
Es importante que usted pueda abordar cada uno de estos temas con base a la postura bíblica adecuada y
eso incluye el amor, la restauración y la sabiduría para tratar con las personas. Creemos, la mayoría de
las veces, que este es un tema lejano a nosotros y en muchos casos ponemos el dedo señalador y vemos
con cierto repudio a estás personas como leprosos ¿Jesús los vería de esa manera? ¿Harías lo mismo si
se tratara de tu hijo o un familiar cercano? Pongamos rostro.
Veamos los primeros conceptos para abordar lo que se conoce como ideología de género.
La definición de identidad general en el diccionario nos dice: “Conjunto de rasgos o características de
una persona que permiten distinguirla de su agrupación”
Otras ideas nos llevan a considerar que la identidad es la conciencia que tiene una persona acerca de si
misma y que la convierte en alguien distinto a los demás, es decir, la identidad tiene que ver con los
rasgos con que nos autodefinimos, esto incluye factores cómo:
1. La identidad cultural.
2. La identidad nacional.
3. La identidad de género: que comprende aquel tiempo de pensamientos en relación a una persona con
la cual se identifica con un género en particular, debemos de tener en claro la diferencia de este
concepto con la identidad Sexual.
4. La identidad Sexual hace referencia hace referencia a la visión que cada persona hace de su
sexualidad, alude a la percepción que una persona hace sobre sí mismo en cuanto a sentirse hombre
o mujer, en función de la evaluación que se hace de sus características físicas o biológicas, es un
individuo que al estar frente al espejo está claro de su anatomía física y biología.
5. La identidad civil.
Hay una valiosa definición que nos proporciona el médico Héctor Segú dónde afirma lo siguiente “Existe
una norma genética que marca al feto como macho y hembra, pero para que cristalice cómo tal, necesita
el entorno adecuado a partir del nacimiento, es decir nos identificamos como hombre o mujeres siguiendo
un proceso evolutivo dónde el aprendizaje juega un papel importante”
Esto quiere decir que nuestra mente saca fotos que van construyendo nuestra identidad, imágenes que
nos identifican, y marca la influencia que recibimos en nuestra vida, así como cada vivencia en especial
en la niñez y otras personas que han sido de influencia y me permiten responder ¿Quién soy? ¿Quién no
soy? ¿Cómo quien quiero ser? ¿Cómo quien no quiero ser ni parecerme?.
Está conciencia de identidad inicia a partir de los 2 años cuando el niño deja expresar “la niña” o el niño”
y empieza a usar el pronombre “Yo” diferenciando su persona de su entorno que lo rodea.
Muchas de las características de nosotros los seres humanos son heredadas pero sin lugar a duda el
entorno juega un papal fundamental en la construcción de nuestra identidad.
Una de la preguntas fundamentales es ¿De dónde nace la atracción hacia personas del mismo sexo?
Esteban Borghetti en su libro sexualidad e identidad de género afirma lo siguiente:
1. Nadie nace siendo homosexual, aunque muchas personas lo afirmen cómo un hecho científico lo
cierto es que la genética no puede corroborar que la homosexualidad se hereda de nuestros genes.
2. La atracción sexual hacia personas del mismo sexo (homosexualidad) se ha construido como un
largo proceso de formación de la identidad sexual durante nuestra niñez y hasta la adolescencia.
Es importante entender que la formación de la identidad es un proceso inconsciente, y no importa si
medios de comunicación aún participan en la falacia de que las personas nacen siendo homosexuales, la
verdad es que este hecho no es así.
Tenemos que tener presente la cultura donde nació, la crianza de sus padres, las costumbres y
comportamientos de otros familiares, las vivencias, y las características heredadas de la familia.
Todos nosotros nacemos en una cultura que nos influencia aunque no hayamos pedido nacer en ella, y
dicha influencia ocasionada por estas vivencias también nos modelan.
Todos nosotros como adultos, y en especial los padres, deben entender la forma de ser, de sentir y de
pensar de los niños, educándolos como hombre o mujer, reconociendo las particulares de su
temperamento y carácter, y el diseño de Dios para sus vidas, ya que el desconocimiento de esto ha llevado
a muchas madres a sobreproteger a sus hijos y a apartarlos de su padre, lo cual ocasiona que el niño tome
como referencia el modelo de la madre para imitarla.
Las mujeres son grandiosas pero nunca podrán masculinizar el vínculo, ya que asignar la identidad del
niño le corresponde al hombre.
En América latina es muy común ver a mujeres asumiendo el papel del hombre, pero esto ha creado
muchas veces la falta del vínculo masculino, ocasionado confusión en la formación de la identidad.
Podemos decir entonces que las áreas involucradas en la formación de nuestra identidad son la cultura
y el contexto familiar, la situaciones vividas, cómo juegos sexuales con otros niños, abusos, y el
temperamento, que es la carga genética heredada. Estos son los protagonistas de la formación de la
identidad de nuestros adolescentes y jóvenes de hoy día.
Joseph Ratzinger afirmó lo siguiente “La ideología de género es la última rebelión del ser humano”
Él mismo expresa: con el ateísmo el hombre pretendió negar la existencia de una instancia superior
externa que le dijera algo sobre la verdad acerca de si mismo, sobre lo que es bueno y lo que es malo en
la conducta humana.
Luego, con el materialismo, el hombre moderno intento negar su condición de ser espiritual, tratando de
lograr toda satisfacción y plenitud a través de sus fuerzas y razones.
Ahora, con la ideología de género, el hombre moderno pretende liberarse incluso de las exigencias de su
propio cuerpo; se considera un ser autónoma que se construye así mismo, un ser que se crea así mismo
y se cree dios para si mismo.
Esto hace que surja la siguiente pregunta ¿Por qué entonces reemplazan identidad sexual por
ideología de género?
La ideología de género evita el término de identidad sexual porque esto solo implica dos posibilidades:
hombre y mujer.
Únicas posibilidades de acuerdo con nuestra biología. La ideología de género usa la lingüística ya que
género permite tres variaciones: masculino, femenino y neutro.
Ellos parten de la teoría de una idea autónoma que no proviene del resultado biológico, intentando
justificar de esta manera su comportamiento y las desviaciones sexuales que pudieran llegar a presentar.
¿Qué es una desviación sexual?
Son patrones de conducta o comportamientos sexuales cuyas fuente predominante de placer no se
encuentra en la cópula si no en alguna otra actividad o cosa que lo acompaña

¿Que puede causar una desviación sexual?


-Problemas de abuso de drogas o alcohol
-Enfermedades mentales como depresión, y ansiedad
-Antecedentes de abuso sexual o maltrato físico
Una de las causas mas importantes son las experiencias vividas en la más temprana infancia, sobre todo
de índole sexual, ya que en estudios realizados con sujetos que presentaban desviaciones sexuales
apareció como un dato frecuente el que los sujetos hubiesen estado sometidos al abuso sexual, o a
presenciar actos de violencia de la misma índole.
También las características individuales desarrolladas a lo largo de la vida de las personas tienen un papel
muy importante, ya que existen personas que aún sufriendo una agresión sexual no son desviadas, o que
han tenido familias represivas y han logrado rebasar sin que ocasione una desviación dicha represión.
Aunque estas son algunas de las causas, no son las únicas, ya que existen múltiples factores que pueden
ocasionar una desviación sexual.

Asignación sexual
La asignación del sexo de un individuo ocurre desde antes de su nacimiento, durante la fecundación,
luego de esto continúa como un proceso de construcción social, donde nace el término género.

Género
Se entiende entonces que el género es un conjunto de creencias, actitudes, valores y comportamientos
que pueden variar de una cultura a otra y que define mi identidad. El género es un concepto socialmente
construido que no tiene pautas ni en la realidad biológica ni en la psicológica. "Se nace así" afirman
algunos, "se hace" afirman otros.
Sin lugar a duda las desviaciones sexuales han cobrado un mayor auge en la época actual debido al sida,
matrimonios igualitarios, y todo lo relacionado con el movimiento LGBTQ+, donde intentan imponerse
en la sociedad, queriendo ser participes y protagonistas de diversas áreas, incluyendo la televisión y
largometrajes, política, educación, y similares.
La hipersexualización y sexualidad desenfrenada también es un tema que ya no es tabú, pues podemos
encontrar esto en todas partes. Basta con abrir cualquier diario o revista para poder ver figuras, notas y
noticias en las que hombres, mujeres y niños participan en actos que pueden caracterizarse como
denigrantes sexualmente.
Dice el Dr. Digfrief Schnabal: "dime que representaciones de deseos sexuales tienes y te diré si tu vida
sexual es normal o desviada"

¿Cuando una conducta es normal o desviada?


Este cuestionamiento se sigue considerando importante ya que no hay criterios definitivos que funcionen
en todas las culturas y sociedades, por lo que en algunos casos ya se habla de ellos como inmorales, o
perversos.
De los criterios que se han considerado convenientes para catalogar una conducta desviada sexualmente
se encuentran los siguientes:
-Que rebasen la normalidad de la práctica socialmente aceptada
-Que cuando existe la provocación del dolor no sea aceptado por la otra parte de la pareja
-Que provoque daños a terceros
En cuanto a que si se han incrementado, aparentemente, podríamos decir que sí, aunque los sexólogos
afirman que ante la apertura sexual y de conocimientos sobre la misma, los individuos han descubierto
lo que antes ocultaban pero que ya existía. Sin embargo, puede considerarse que esto es sólo una parte
de lo que realmente sucede y que se han incrementado no sólo por el motivo ya señalado, sino que en
nuestra sociedad se fomenta muchas de las desviaciones mencionadas.
Entre las desviaciones sexuales también se encuentran las parafilias.
Las parafilias son un grupo de trastornos cuya sintomatología esencial es la presencia de necesidades y
fantasías sexuales intensas y recurrentes. Para que una persona sea diagnosticada de alguno de estos
trastornos, ha de cumplir los siguientes criterios:
• Sufrir intensas necesidades recurrentes y fantasías sexualmente ligadas a la parafilia durante un período
de al menos 6 meses.
• Actuar de acuerdo a estas necesidades o encontrarse marcadamente perturbado por ellas.
• Las parafilias se deben a un proceso de aprendizaje inapropiado, de forma que la exhibición de ciertas
partes del cuerpo, un objeto determinado o la visión de una mujer desnuda, se asocian de forma accidental
a una sensación de excitación sexual. A partir de este momento, se buscarían repetidamente estas
situaciones para excitarse. Pero esto parece ser solo una explicación parcial, ya que existen personas que
se excitan con estas situaciones y no presentan ningún trastorno.
• Los sujetos en estas situaciones experimentan una activación general y un intenso malestar que sólo
desaparece con la consecución de estas conductas. De ahí el carácter compulsivo que se asocia a la
mayoría de ellas.
• Otra explicación que se ha dado es que se trata de comportamientos de carácter adictivo, pero los datos
clínicos no parecen avalar esta hipótesis, ya que no existen muchas semejanzas entre los sujetos con
desviaciones sexuales y los sujetos con adicciones.
• También hay que tener en cuenta el papel que juega la imitación de modelos en el desarrollo de estas
conductas. La mayoría de las veces se encuentra una relación entre el ambiente familiar y la aparición
sobre todo de ofensas sexuales y conductas violentas. Muchos de ellos han presenciado de forma repetida
escenas de violencia en el hogar.
• Importantes son también las actitudes hacia el sexo que se van aprendiendo e interiorizando a lo largo
de todo el proceso de desarrollo.
• Por último, las desviaciones sexuales reflejan problemas en las habilidades de comunicación social,
sobre todo con personas del sexo opuesto.

Clasificación de las parafilias


Exhibicionismo
Se caracteriza por la obtención de excitación sexual a través de la exposición de los genitales a una
persona (normalmente desconocida y del sexo contrario) en un lugar público y sin que exista intento de
realizar una actividad sexual posterior.
Ocurre casi de forma exclusiva en hombres y comienza en la adolescencia. Su inicio se asocia con alguna
experiencia de excitación sexual que sigue a un episodio de exposición accidental. Por ejemplo, mientras
el sujeto se está vistiendo puede darse cuenta de que está siendo observado por alguna mujer del
vecindario o por algún familiar que entra de forma inesperada en la habitación, produciendo turbación
en ella, lo que puede provocar una erección.
Voyeurismo
Se caracteriza porque la principal fuente de excitación sexual para el sujeto es la contemplación de
personas desnudas o realizando algún tipo de actividad sexual. La masturbación va con frecuencia
asociada a este acto.
Aparece mayoritariamente en hombres heterosexuales y comienza en la adolescencia. Su inicio se asocia
a la excitación obtenida después de haber observado, quizás de forma accidental, a una mujer desnuda,
una pareja haciendo el amor, entre otros.
Posteriormente el sujeto asocia estas fantasías a la masturbación y de esta forma se condiciona la
excitación sexual a este tipo de estímulos.

Frotteurismo
Consiste en la obtención de placer de forma preferente o exclusiva a través del frotamiento de los órganos
genitales contra el cuerpo de una persona desconocida y sin el consentimiento de ésta.
Se realiza en lugares públicos y concurridos, como el metro o el autobús. Suele tener un carácter pasajero
y se da con mayor frecuencia entre los 15 y 20 años. Su aparición se asocia a la observación de la misma
en otras personas y su posterior imitación por parte del adolescente.

Fetichismo
El fetichista se excita sexualmente observando y/o manipulando objetos inanimados, normalmente ropa
interior femenina, calzado, prendas de vestir diversas, etc. Frecuentemente se masturban mientras
sostienen, tocan o huelen el fetiche. Son mayoritariamente hombres heterosexuales y se produce como
una asociación del objeto fetiche con una situación de excitación sexual.
Pedofilia
Es el trastorno caracterizado por la presencia de fantasías y conductas que implican la actividad sexual
entre un adulto y un niño. Normalmente no incluye violencia física. Existen varias hipótesis para
explicarlo: aprendizaje de actitudes negativas hacia el sexo, experiencias de abuso sexual durante la
infancia, sentimientos de inferioridad y baja autoestima, dificultades de relación interpersonal, etc., que
facilitan la relación del adulto con el niño como forma de refugiarse en un mundo poco hostil.

Sadismo y masoquismo
El sadismo se refiere a la necesidad de infligir daño a otra persona para excitarse sexualmente. El
masoquismo implica la necesidad de ser humillado, atacado, maltratado, etc., para obtener placer sexual.
Con frecuencia aparecen juntos y entonces se llama sadomasoquismo. El masoquismo es más frecuente
en mujeres que en hombres. Suele comenzar en la adolescencia y tiene un curso crónico. Una explicación
posible es que ciertas sensaciones dolorosas o desagradables se hayan asociado a la excitación sexual
durante la adolescencia.

Otras parafilias
Zoofilia (animales), coprofilia (heces), necrofilia (muertos) y otras ofensas sexuales, como las llamadas
telefónicas obscenas, etc.

La aportación actual de las neurociencias a la orientación sexual


El patrón de respuesta a los estímulos sexuales es diferente en hombres y en mujeres y emplea diferentes
conexiones de la amígdala cerebral y áreas especificas de sexo del hipotálamo. Y por ello la organización
cerebral de la orientación sexual también lo es.
La atracción sexual es una forma particular de compromiso de la relación yo/otro que sirve tanto para
consolidar la posición de género inicial, como para expandir la capacidad de género potencial.
La homosexualidad aparece en la investigación neurobiológica como un proceso ni irreversible, ni
meramente opcional, como si se tratase de un continuo desplazable en una orientación u otra según la
presión del ambiente, o de la decisión personal. Tiene como base una predisposición genética, influida
por el entorno fisico-fisiológico, y recibe las influencias positivas o negativas en las relaciones familiares
y sociales, con la educación, particular durante las etapas criticas de desarrollo. Estas influencias son
muy fuertes para la identidad, la personalidad y la madurez sexual de cada persona. No son indiferentes.
Son muchas las funciones cerebrales de todas las personas los que exigen alineación con el cerebro
masculino del padre, o de quien represente su figura, y con el cerebro femenino de la madre o figura
materna, al menos durante los dos primeros años de vida, para alcanzar un desarrollo armónico, y salud
mental. En la familia basada en el modelo natural heterosexual, la ausencia de cualquiera de los padres
es re-emplazada y remplazable. El modelo de convivencia que surge de una relación homosexual no trata
de remplazar una carencia sino de presentar como realidad que tiene duplicada una de las figuras e
inexistente la otra.

Ámbito espiritual
La identidad sexual, se va construyendo desde que nacemos. Cada categoría (hembra y varón) va
construyendo su identidad al ser socializada de distinta manera, eso es, que ambos van adquiriendo un
conjunto de costumbres, normas, conductas socialmente aceptadas para su sexo. Por lo general es algo
tan aceptado y visto como normal que ni siquiera lo notamos ni somos conscientes de ello.
La mayor parte de las conductas sexuales humanas comienzan en la infancia en forma de juegos,
estimulados mayormente por la curiosidad del cuerpo de otro u otra. Cuando hablamos de desviación
sexual, nos referimos a toda practica que se aleja del camino natural ordenado por Dios y que va en contra
de este.
Existe un determinado número de prácticas sexuales que van en contra de lo que la palabra de Dios
ordena.
En Levítico 18, Dios les da una serie de ordenanzas al pueblo de Israel sobre su comportamiento en el
ámbito sexual y prácticas que debían evitar. Dios les dice claramente en el versículo 3, “No haréis como
hacen en la tierra de Egipto, en la cual morasteis; ni haréis como hacen en la tierra de Canaán, a la cual
yo os conduzco”.
Es interesante que Dios les hace esta aclaración al pueblo de Israel, pues sabía que ellos habían adoptado
costumbres del pueblo de Egipto como adorar a otros dioses, tal y como se menciona en Josué 24:4.
Para evitar que el pueblo de Israel cayera en estas costumbres egipcias eenumeró una lista de prácticas
que no debían cometer, estableciendo un orden también en la parte sexual del pueblo de Israel, reflejando
santidad en cada aspecto y una identidad clara.
El perder la identidad, nos aleja de aquel diseño original que Dios creó y puede hacernos caer en
desviaciones sexuales y todo lo que se aleje de lo que Dios diseñó de manera perfecta, hombre y mujer,
pues la iniquidad en el corazón del hombre que no ha conocido a Dios lo lleva a caer en sus propias
pasiones y desenfrenos, como ocurría en el caso de los habitantes de Sodoma y Gomorra, en Génesis 19,
quienes cegados por sus pasiones querían tomar parte incluso de lo sagrado, como lo eran los ángeles,
pues estaban completamente llenos de iniquidad, y esto terminó llevándolos a la destrucción de sí
mismos.
Una vez que estamos tan alejados, el pecado es nuestro día a día, y aquellas prácticas que antes nos
parecían escandalizadoras pasan a ser “normales”, empezando a nombrar lo malo como bueno y lo bueno
como malo, tal y como se muestra en Isaías 5:20.

Entonces, ¿cómo puedo atacar una desviación sexual?


1. Hágale volver al diseño original. Mencione que Dios hace todas las cosas perfectos, y que en el
principio Dios creó a Adán y Eva, varón y hembra, por lo tanto, ore al Señor para poder dar una
palabra certera que restaure su mente.
2. Conozca primeramente el contexto. Muchas veces condenamos a niños o adolescentes que muestran
ciertas conductas, pero no conocemos el entorno. Quizás, como se menciona anteriormente, el niño
sufrió de la ausencia de alguna de sus figuras paternas, por lo cual imita al padre que puede observar,
bien sea madre o padre. En el caso de un niño que crece solo con su mamá, este puede adoptar las
actitudes y gestos de la misma, lo cual nos lleva a preguntarnos, ¿Qué puedo hacer en este caso?
Crea un referente. Un maestro que sirva de modelo o una maestra, en caso de que sea niña, para
poder representar y servir de modelo de conducta para el niño.
3. Sin lugar a duda, debemos pedir sabiduría a Dios, para que nos enseñe a ser prudentes sin herir. No
se trata de desmoralizar, se trata de restaurar. Dios también creó el sexo, pero lo creó con un orden,
para poder disfrutar de este en el matrimonio, pues el mismo dijo: reprodúzcanse. Pero debemos
velar por no contaminar aquello que Dios hizo perfecto.

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