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El músculo liso vascular

Dr. Fernando D. Saraví

El músculo liso es un tejido con la capacidad de desarrollar tensión activa mediante la interacción de las
proteínas filamentosas actina y miosina, mediante un proceso que consume ATP y se denomina contracción.
La calificación de “músculo liso” se debe a que en el microscopio carece del patrón de estriaciones
característico de los músculos esquelético y cardíaco, llamados en conjunto “músculo estriado”. A esta obvia
diferencia morfológica se le añaden numerosas diferencias funcionales.
Las células musculares lisas tienen forma de huso: son alargadas, de mayor diámetro en su centro y
se afinan hacia sus extremos (Fig. 1). El diámetro máximo varía entre 5 y 10 μm, y la longitud entre 20 y
200 μm. Cada célula muscular lisa posee un núcleo alargado, que se encuentra en la zona central. Posee un
retículo endoplásmico rugoso bien desarrollado, llamado retículo sarcoplásmico (del griego sarx, carne) que
se extiende por toda la célula. El
Fig. 1 aparato de Golgi es menos notable
y las mitocondrias son escasas. En
su superficie, las células de ML
presentan cavéolas,
invaginaciones de la membrana
plasmática o sarcolema. El
sarcolema están revestido por una
capa de glucoproteína denominada
glicocálix, y las células están
rodeadas de una matriz
extracelular reticular que
mantiene unidas las células en
haces que forman bandas, y
contribuye significativa-mente a
determinar las propiedades elásticas del ML.
Las células del ML se conectan entre sí mediante dos tipos de unión intercelular: las uniones
adherentes o zonulae occludens y las uniones comunicantes. Las uniones adherentes mantienen unidas
entre sí las células musculares y permiten la transmisión de la tensión pasiva y activa que desarrollan. Las
uniones comunicantes son estructuras formadas por conexones que constituyen canales o conductos
relativamente amplios que establecen una
continuidad entre el citoplasma de las
células adyacentes, lo cual permite el paso
de sustancias con una masa molecular de
hasta 1000 Da y la propagación de señales
eléctricas entre las células. Los
conexones están formados por moléculas
llamadas conexinas (en el ML vascular
principalmente conexina 43). Cada
molécula de conexina consta de cuatro
secuencias que atraviesan la membrana Fig. 2
(Fig. 2 A). En cada lado del conexón hay
seis conexinas que se ligan a las del lado
opuesto para formar el poro o conducto.
En el ML vascular, cada unión
comunicante está formada por aprox. 100
conexones (Fig. 2 B).
El ML se encuentra en las paredes
de las vísceras huecas como el tracto
digestivo, la vejiga y el útero, las vías
urinarias y aéreas, en el ojo (iris y
músculo ciliar), los folículos pilosos
(músculos piloerectores), en el tejido
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subcutáneo del escroto y los pezones, y desde luego, en los vasos sanguíneos. El tejido muscular liso posee
también vasos sanguíneos e inervación sensitiva y motora, proveniente esta última de fibras postganglionares
del sistema nervioso autónomo. La contracción del ML está regulada de manera ajena a la voluntad, por
estímulos mecánicos (estiramiento) y químicos, que incluyen metabolitos como la adenosina, hormonas
como la adrenalina y neurotransmisores como la acetilcolina.
En general, el ML se contrae más lentamente que el músculo estriado, pero su contracción es más
duradera. Es capaz de mantener una tensión activa relativamente baja por períodos prolongados, con bajo
consumo de ATP. La contracción puede ser iniciada por un cambio en el potencial transmembrana
(despolarización) o bien por estímulos químicos que ponen en marcha cascadas efectoras intracelulares sin
cambio significativo en el potencial transmembrana.
Fig. 3
CLASES DE MÚSCULO LISO
Según el grado de acoplamiento
funcional, clásicamente el ML se
clasifica en unitario y multiunitario.
El ML se caracteriza porque sus células
están acopladas eléctricamente
mediante uniones comunicantes (como
se describieron más arriba) y por tanto,
un estímulo contráctil puede propagarse de célula a célula, involucrando un gran número de ellas luego de
que una, o unas pocas, son estimuladas. Esta clase de ML constituye un sincitio funcional. Por el contrario,
el ML multiunitario carece de uniones comunicantes, por lo que la actividad contráctil de cada célula es
independiente de la actividad de las células adyacentes. El ML del tracto digestivo y el de los vasos
sanguíneos es de tipo unitario, mientras que el ML del iris y los conductos deferentes es de tipo
multiunitario.
El ML también puede clasificarse según su patrón de actividad contráctil. El ML de algunas
estructuras está relajado y se contrae de manera esporádica o rítmica. Se denomina ML fásico. El ML del
tracto digestivo y de las vías urinarias (excepto el de los esfínteres) pertenece a esta clase. Otras clases de
ML desarrollan de manera continua una tensión activa sostenida, que puede incrementarse o reducirse frente
a estímulos apropiados; se los denomina en conjunto ML tónico. El ML de muchos esfínteres, el de los
bronquios y el de los vasos sanguíneos es de tipo tónico.

APARATO CONTRÁCTIL
Los principales componentes del aparato contráctil son las proteínas filamentosas actina y miosina. La
actina forma los denominados filamentos finos (diámetro 7 nm), y la miosina forma los filamentos gruesos
(diámetro 15 nm). El ML tiene el doble de actina y la cuarta parte de miosina que el músculo estriado.
La actina constituye cerca de 10 % de la proteína total del músculo (Fig. 3). El monómero de actina
es una proteína globular (actina G o globular). Cada actina-G tiene un sitio de unión con la miosina. El
filamento de actina (actina F ó
filamentosa) está formado por una
doble cadena enrollada
helicoidalmente de monómeros de
actina G que se polimerizan
espontáneamente en presencia de
Mg2+, Na+ ó K+. En el surco que
queda entre ambos monómeros del
filamento fino se encuentran las
proteínas reguladoras tropomiosina
y caldesmona.
La miosina es una proteína
con actividad de ATPasa, es decir,
capaz de hidrolizar ATP (Fig. 4).
La miosina que participa en la
contracción muscular pertenece al
Fig. 4
tipo II. El monómero de miosina
está formado por una porción
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globular o cabeza (S1) unida por un “cuello” (S2) a una larga porción lineal o cola (LMM). Esta estructura le
confiere el aspecto de un palo de golf. La actividad de ATPasa y el sitio de unión con la actina se encuentran
en la cabeza (S1). Arrolladas en forma de C en la zona del cuello existen dos cadenas livianas, cuya
estructura se asemeja a la calmodulina (ver más abajo), que se denominan cadena liviana esencial y cadena
liviana reguladora. La miosina tipo II que forma parte de los filamentos gruesos es un dímero con dos
cabezas, cuellos y colas. Estas últimas se encuentran firmemente unidas formando una hélice arrollada. Un
filamento grueso está formado por cierto número de moléculas de miosina unidas en un haz. Algunas
moléculas tienen sus cabezas orientadas hacia un extremo del filamento, y otras hacia el extremo opuesto.
En el ML, grupos de 3 a 5 filamentos gruesos aparecen rodeados de muchos filamentos finos. Los
filamentos finos están anclados a cuerpos
densos presentes en el citoplasma y a Fig. 5
especializaciones de la membrana en
forma de banda, llamadas áreas densas.
Las áreas y los cuerpos densos están
vinculados entre sí y con el citosqueleto
por filamentos intermedios (diámetro 10
nm) formados por polímeros de la proteína
desmina. Las áreas y los cuerpos densos
tienen una proteína llamada α-actinina,
que se une a los filamentos de actina y
permite la transmisión de la fuerza
desarrollada durante la contracción.

MECANISMO DE LA CONTRACCIÓN
Como se verá luego, la contracción del ML puede ser iniciada por diversos mecanismos, todos los cuales
tienen en común la capacidad de incrementar la concentración de Ca2+ en el citosol. A la inversa, la
relajación se produce por una reducción en la concentración citosólica de Ca2+. Además, existen estímulos
que modifican la sensibilidad al Ca2+.
Cuando aumenta la concentración de Ca2+, éste se liga a una proteína denominada calmodulina. La
forma de la calmodulina recuerda a la de un trébol de cuatro hojas, cada una de las cuales liga un ion Ca2+. El
complejo Ca2+-calmodulina, a su vez, activa a una proteína fosforiladora (kinasa) específica, denominada
kinasa de la cadena liviana de miosina (KCLM ó MLCK por su nombre en inglés). A continuación, la
KCLM fosforila a la cadena liviana reguladora de la miosina. Esta fosforilación tiene como resultado
permitir que la miosina se ligue a la actina y desarrolle fuerza contráctil (Fig. 5).
La interacción entre miosina y actina es un fenómeno cíclico durante el cual cada cabeza de miosina

Fig. 6
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se une a un monómero de actina, y bascula provocando el deslizamiento del filamento fino. Luego la miosina
se disocia de la actina ligada inicialmente y liga otra, repitiendo el ciclo (Fig. 6).
Antes de iniciarse el ciclo, la cabeza de la miosina está ligada a ADP y pirofosfato (Pi), y forma un
ángulo de 90º con el eje del filamento grueso. En esta condición se liga a la actina. Luego de producirse esta
ligadura, el ADP y el Pi son liberados y la cabeza se desplaza, formando un ángulo de 45º con el eje del
filamento. A continuación, la miosina liga ATP, el cual reduce la afinidad de la miosina por la actina,
causando su disociación. La miosina hidroliza el ATP en ADP y Pi que permanecen unidos a ella. Mientras
la cadena liviana continúa fosforilada, el ciclo descrito sigue repitiéndose.
La acción simultánea de muchas cabezas de miosina produce el deslizamiento de los filamentos
finos y genera fuerza contráctil. De hecho, la fuerza de la contracción depende del número de miosinas que
se encuentren ligadas a la actina en cada momento. La relajación del músculo liso acontece principalmente
por la acción de una fosfatasa de la cadena liviana (FCLM) que defosforila la cadena liviana de la miosina y
de este modo revierte la activación iniciada por la KCLM.
De lo antedicho se desprende que, en el ML, la contracción es principalmente regulada a través de la
fosforilación o defosforilación de la miosina. Es cierto que el complejo Ca2+-calmodulina también facilita la
interacción entre actina y miosina ligándose con la proteína reguladora caldesmona, presente en el filamento
fino. No obstante, la regulación por medio de la miosina es predominante.

ACOPLAMIENTO EXCITOCONTRÁCTIL
En el ML, la excitación que provoca el fenómeno mecánico de la contracción puede ser causada por una
despolarización o puede ocurrir sin cambio en el potencial transmembrana. En el primer caso, el
acoplamiento entre excitación
y contracción se denomina
electromecánico. Cuando la
contracción provocada por un
agente químico no es mediada
por una despolarización, el
acoplamiento se denomina
farmacomecánico.
El potencial de reposo
de las células del ML vascular
es de aprox. -50 mV en
término medio, pero oscila
entre –40 y –70 mV. La
despolarización lenta puede
producir una contracción
incluso en ausencia de
Fig. 7
potenciales de acción, como se muestra en la Fig. 7 A. En algunos casos, cuando la oscilación
lenta alcanza su máximo, se producen uno o más potenciales de acción, que aumentan el grado
de contracción (Fig. 7 B). Tanto la despolarización lenta como –en mayor medida- los impulsos son capaces
de activar canales de Ca2+ que inician o incrementan el
proceso contráctil y, por tanto, el desarrollo de fuerza.
Algunas células musculares lisas muestran
oscilaciones espontáneas en su potencial de reposo que
producen cambios cíclicos en su desarrollo de fuerza activa.
Si estas células están acopladas eléctricamente a otras
(mediante uniones comunicantes), como ocurre en el ML
vascular, el resultado es una actividad contráctil cíclica, con
aumentos y disminuciones periódicas en la fuerza
desarrollada.
En las células musculares lisas de los vasos (como en
otros tipos de ML) existen canales de Ca2+ que pueden ser
activados por el estiramiento. La deformación mecánica
aumenta la conductancia al Ca2+, el cual inicia o acentúa la
contracción. Este mecanismo es reponsable por la actividad
miogénica del ML.
Fig. 8
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Por el contrario, en el acoplamiento farmacomecánico la contracción se produce sin cambio significativo en
el potencial transmembrana, por mecanismos que se verán luego (Fig. 8).
El ML vascular es heterogéneo, y el acoplamiento electromecánico es diferente según el tipo de
vaso. Las células del ML de arteriolas -vasos de resistencia- y venas pequeñas poseen potenciales
transmembrana de –65 a –70 mV. Este ML es de tipo fásico, y su estimulación produce una contracción
rápida mediante potenciales de acción debidos a un aumento de la conductancia al Ca2+. Las grandes
arterias y venas, por otra parte, tienen potenciales transmembrana de –55 a –60 mV. Su contracción es de
tipo tónica, gobernada principalmente por despolarizaciones lentas que no causan potenciales de acción. Se
estima que una despolarización que reduzca sólo 3 % el potencial transmembrana puede aumentar al doble
(100 %) el ingreso de Ca2+. Un tercer tipo de ML vascular, como el de las venas del sistema porta hepático,
posee un potencial transmembrana de –45 a –55 mV. Este ML se contrae espontáneamente merced a una
actividad intrínseca originada en células musculares con propiedades de marcapaso.
Las oscilaciones en el potencial transmembrana del ML vascular se deben principalmente a
variaciones en las conductancias a los iones potasio y cloruro. El potencial de equilibrio del K+ es de -90 mV
(más negativo que el potencial de reposo). En consecuencia, al aumentar la conductancia al K+ la membrana
se hiperpolariza, lo que promueve la relajación del ML. Por el contrario, el potencial de equilibrio del Cl- es
de –20 mV. Por tanto, el aumento de la conductancia al Cl- despolariza la membrana e indirectamente facilita
la contracción. A su vez, la conductancia al K+ y al Cl- es regulada por el Ca2+, el cual es capaz de activar
tanto los canales de K+ como los de Cl- .
De todos modos, en general para el ML vascular el mecanismo predominante de activación es el
farmacomecánico. Numerosas sustancias vasoactivas, naturales y sintéticas, pueden afectar el estado
contráctil del ML vascular, como por ejemplo los vasoconstrictores noradrenalina (receptores adrenérgicos
α1), vasopresina, angiotensina II, endotelina, y los vasodilatadores óxido nítrico, histamina y adrenalina
(receptores adrenérgicos β2).
Para avanzar en la comprensión de la regulación de la contractilidad del ML es preciso describir los
mecanismos de ingreso del Ca2+ al citosol, de extracción hacia el medio extracelular o hacia organelas
intracelulares, y de almacenamiento.

CINÉTICA DEL CA2+ EN EL MÚSCULO LISO VASCULAR


La concentración de Ca2+ en el citosol depende del equilibrio dinámico resultante de procesos que
promueven su incorporación y aquéllos que promueven su salida. El ingreso de Ca2+ hacia el citosol y el
egreso desde él tiene lugar principalmente a través de la membrana de superficie (sarcolema) y la membrana
del retículo endoplásmico o
sarcoplásmico (Fig. 9).

Ingreso de Ca2+ al citosol desde el


medio extracelular
Normalmente el Ca2+ tiene un
potencial de equilibrio electroquí-
mico positivo, por lo cual tiende a
ingresar al citosol desde el medio
extracelular. Se favorece al ingreso
del ión porque el medio extracelular
es positivo con respecto al citosol y a
la concentración extracelular de Ca2+
(> 1 mmol/L) es 100 a 1000 veces
mayor que la citosólica.
El sarcolema posee canales
Fig. 9
de Ca2+ de tipo L, sensibles al
potencial transmembrana. Estos
canales son activados primariamente
por la despolarización. A su vez, su activación causa una mayor despolarización, e incluso potenciales de
acción (impulsos propagados), capaces de iniciar la liberación de Ca2+ de depósitos intracelulares (retículo
sarcoplásmico). A este fenómeno, cuya importancia se verá luego, se le denomina “liberación de Ca2+
inducida por Ca2+” (LCIC).
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Algunos mediadores extracelulares que estimulan la contracción del ML, como la noradrenalina, la
angiotensina II y la endotelina, son capaces de aumentar la probabilidad de apertura de los canales L para un
potencial transmembrana determinado. Estos canales pueden ser bloqueados por diferentes inhibidores, entre
los que se destacan las dihidropiridinas como la nifedipina.
Además de este mecanismo bien caracterizado, existen otras vías para el ingreso de Ca2+ a través del
sarcolema:
1) Ingreso capacitivo de Ca2+. Se produce por un canal llamado CRAC, de baja conductancia y
elevada selectividad para el Ca2+ . El CRAC permite el ingreso del ión según su potencial de
equilibrio electroquímico. Este ingreso se denomina “capacitivo” porque su función es restaurar los
depósitos cuando existe una depleción de Ca2+ intracelular. No es inhibido por los bloqueantes que
inhiben la corriente de Ca2+ en los canales de tipo L. Se cree que puede ser activado por el inositol
trifosfato (IP3; véase más abajo).
2) Canales catiónicos inespecíficos. Estos canales, de baja especificidad para el Ca2+ , que representa
sólo 6 % de la corriente total, forma parte de un receptor llamado P2X, capaz de ligar ATP presente
en el medio extracelular. La activación de estos canales produce una despolarización capaz de abrir
los canales tipo L sensibles al potencial. De forma análoga a los canales L, la activación de los
canales catiónicos inespecíficos puede inducir liberación de Ca2+ por parte del retículo sarcoplásmico
(LCIC).
3) Intercambio Na+/ Ca2+ . El sarcolema posee un intercambiador o antiporte capaz de trasladar un ión
Ca2+ en intercambio por 3 Na+ . Dependiendo del gradiente electroquímico para el Na+ , el
intercambiador produce el egreso o el ingreso de Ca2+ a la célula.

Ingreso de Ca2+ al citosol desde el retículo sarcoplásmico


Las cisternas del retículo sarcoplásmico, que forman una red continua de conductos en el citoplasma de la
célula de ML, constituyen el principal sitio de depósito del Ca2+ intracelular. Si bien esta estructura es una
importante fuente de Ca2+ para la contracción en todas las células de ML, el desarrollo del retículo
sarcoplásmico es máximo y su importancia es mayor en las grandes arterias elásticas, como la aorta.
En la membrana del retículo sarcoplásmico existen dos tipos de canales de Ca2+, cuya activación
permite la salida del ión desde el interior del retículo hacia el citosol:
1) Canales de Ca2+ activados por IP3. Este tipo de canal funciona como un receptor para el
mensajero químico intracelular IP3. El IP3 es el principal mediador del acoplamiento
excitocontráctil de tipo fármacomecánico. La corriente de Ca2+ mediada por este receptor es
proporcional a la concentración citosólica de IP3. El receptor puede ser fosforilado por diferentes
kinasas; la fosforilación mediada por la proteína kinasa A (PKA), dependiente de cAMP,
aumenta la sensibilidad del canal al IP3.
2) Canales de Ca2+ activados por rianodina. Estos canales se identificaron inicialmente por su
afinidad por la rianodina, un alcaloide tóxico. El canal está formado por cuatro subunidades de
aprox. 500 kDa cada una, que se asocian por sus extremos carboxiterminales para constituir el
poro o canal. Estos canales pueden activarse fisiológicamente por concentraciones micromolares
de Ca2+ y se consideran los efectores de la LCIC.

Egreso de Ca2+ desde el citosol hacia el medio extracelular

La salida de Ca2+ desde el citosol hacia el intersticio puede ocurrir por dos vías:

1) Intercambio Na+/ Ca2+ . El ya mencionado antiporte capaz de trasladar un ión Ca2+ en intercambio
por 3 Na+ . Cuando la concentración intracelular de Na+ es baja y la de Ca2+ relativamente alta, este
intercambiador promueve la salida de Ca2+ de la célula. Normalmente la concentración intracelular
de Na+ es mantenida relativamente baja por la actividad de la bomba de Na+ y K+ (Na,K-ATPasa).
2) Ca2+ -ATPasa del sarcolema. En la membrana plasmática de las células de ML existe una Ca2+ -
ATPasa o bomba de Ca2+ capaz de extraer este ión en contra de su gradiente electroquímico, en
intercambio por hidrogeniones (H+), con consumo de ATP.

Egreso de Ca2+ desde el citosol hacia el retículo sarcoplásmico


La salida del Ca2+ predominantemente al medio extracelular resultaría tarde o temprano en una reducción de
los depósitos intracelulares. En el ML, la reducción de la concentración de Ca2+ en el citosol se debe
fundamentalmente a su recaptación por parte del retículo sarcoplásmico.
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Dicha recaptación es posible por la acción de una bomba de Ca2+ (Ca2+ -ATPasa) denominada
SERCA (de Sarcoplasmic/Endoplasmic Reticulum Calcium ATPase), que transportan 2 Ca2+ en intercambio
por 2 H+ por cada molécula de ATP hidrolizada. La actividad de la SERCA es regulada por dos factores:
1) Una concentración de Ca2+ (libre) en el retículo sarcoplásmico inhibe la actividad de la SERCA. La
concentración de Ca2+ libre en el retículo sarcoplásmico es limitada por dos proteínas que ligan
Ca2+, llamadas calreticulina y calsecuestrina. Ambas se encuentran en elevada concentración y
tienen una gran capacidad de unirse al Ca2+, estimada en 50 sitios de unión al Ca2+ por cada
molécula de proteína. La concentración de calsecuestrina dentro del retículo sarcoplásmico no es
uniforme, sino que se concentra en las regiones próximas al sarcolema. La calsecuestrina se asocia
con los canales de rianodina (ver arriba) y es posible que, ante una señal apropiada, pueda facilitar la
liberación de Ca2+ durante la LCIC.
2) El estado de fosforilación del fosfolambano. Esta proteína inhibe la SERCA y por tanto reduce la
incorporación de Ca2+ desde el citosol hacia el retículo endoplásmico. Cuando el fosfolambano es
fosforilado, su efecto inhibitorio sobre la SERCA se reduce, lo cual acelera la incorporación de Ca2+
al retículo endoplásmico y, con ello, la relajación del ML. La fosforilación del fosfolambano es
efectuada por la proteína kinasa A, dependiente de cAMP. Por tanto, los mediadores que aumentan
el cAMP (como las catecolaminas cuando actúan sobre receptores β-adrenérgicos) aceleran la
relajación muscular.

REGULACIÓN DE LA SENSIBILIDAD AL CA2+


La sensibilidad al efecto iniciador del Ca2+ no es siempre igual. Iguales concentraciones citosólicas de Ca2+
pueden causar diverso grado de contracción. Es probable que existan varios reguladores de la sensibilidad.
No obstante, uno relativamente bien conocido es el efecto de las proteínas llamadas Rho (Fig. 10).

Fig. 10

Las proteínas Rho son un grupo de aproximadamente 70 tipos diferentes, tres de los cuales son específicos
del MLV. Son activadas por las proteínas G mediante elementos de acoplamiento llamados GEF, y una vez
activadas (por unión a GTP) catalizan la fosforilación de la fosfatasa de CLM. Esta fosforilación inhibe la
fosfatasa y permite que la CLM permanezca fosforilada incluso cuando la concentración de Ca2+ del citosol
haya descendido. Para cada concentración de Ca2+, el número de miosinas que permanecen fosforiladas es
mayor cuando la fosforilasa es inhibida.
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ESTIMULANTES E INHIBIDORES DE LA CONTRACCIÓN
Diversas hormonas y mediadores químicos son capaces de estimular la contracción del MLV . En la Fig. 11
se muestran algunos de los más importantes.
La noradrenalina actuando sobre receptores α1-adrenérgicos, la angiotensina II sobre receptores AT-
1 y la endotelina-1 sobre receptores ETA para este péptido, causan contracción del MLV y por tanto
vasoconstricción. Los receptores son diferentes, pero todos están acoplados mediante proteínas Gq a la
fosfolipasa C (PL-C), y aumentan la formación de inositol trifosfato (IP3) y diacilglicerol (DAG).

Fig. 11

La adrenalina en baja concentración estimula receptores β2- adrenérgicos, acoplados por proteína
Gs a la adenilato ciclasa. La activación de estos receptores estimula la adenilato ciclasa, lo cual produce
relajación por aumento de cAMP. La prostaciclina producida por el endotelio también actúa sobre
receptores específicos que activan la adenilato ciclasa. Otro importante vasodilatador de origen endotelial es
el gas óxido nítrico (NO). El NO activa la enzima intracelular guanilato ciclasa, que produce cGMP, de
efecto relajante. Otra guanilato ciclasa unida a la membrana es activada mediante receptores específicos por
los péptidos natriuréticos (atriopeptinas), que también son vasodilatadores.

SUMARIO
1. Las células musculares lisas son fusiformes, carentes de estriaciones y más pequeñas que las del
músculo esquelético. Presentan en su superficie invaginaciones llamadas cavéolas. La membrana
está cubierta por un glicocálix. Están rodeadas por una matriz extracelular rica en elastina y
colágeno. Las células musculares lisas se conectan entre sí por uniones adherentes que transmiten
fuerza mecánica y uniones comunicantes formadas por conexones. Estas últimas permiten el paso de
corriente eléctrica y moléculas menores de 1 kDa.
2. El músculo liso vascular (MLV) es de tipo unitario debido a la vinculación de sus células por
uniones comunicantes. Por las características de su contracción, lenta y sostenida es de tipo tónico.
El músculo liso puede mantener niveles relativamente altos de tensión con poco consumo de ATP. El
estado contráctil del músculo liso depende del conjunto de influencias estimulantes e inhibidoras
que actúen sobre él en un momento dado.
3. El aparato contráctil del músculo liso consta de filamentos delgados de F-actina (asociada a las
proteínas reguladoras tropomiosina y caldesmona) y filamentos gruesos de miosina. La miosina
tiene un sitio de unión para actina y capacidad de ATPasa (hidroliza ATP). Los filamentos finos se
anclan en el citoplasma a cuerpos densos y al esqueleto de membrana.
4. La contracción del músculo liso es activada por la fosforilación de una cadena liviana de miosina
por una kinasa llamada MLCK y finalizada por la defosforilación de la cadena liviana por una
fosfatasa. El ciclo contráctil involucra la unión entre actina y miosina, un movimiento de báscula de
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la cabeza de miosina que ejerce tracción, disociación del ADP y fosfato unido a la miosina,
incorporación de ATP, y disociación de la actina. Este ciclo se repite, con hidrólisis de ATP,
mientras la cadena liviana siga fosforilada.
5. El iniciador de la contracción es el Ca2+ que se une a la proteína calmodulina. El complejo Ca2+-
calmodulina activa la MLCK. En el músculo liso un estímulo puede iniciar la contracción como
consecuencia de un cambio en el potencial transmembrana (acoplamiento electromecánico) o por
activación de la liberación de Ca2+ sin cambio en el potencial transmembrana (acoplamiento
fármacomecánico).
6. La forma precisa del acoplamiento electromecánico, que involucra canales de K+ y Cl- y causa la
apertura de canales de Ca2+ de la membrana, varía según el tipo de músculo liso vascular. El
acoplamiento fármacomecánico es el más frecuente y puede ser causado por numerosos
constrictores como angiotensina II, noradrenalina y vasopresina. Varios vasodilatadores, como
óxido nítrico e histamina producen relajación sin cambio del potencial de membrana.
7. El Ca+ que ingresa al citosol puede provenir del medio extracelular, en cuyo caso puede atravesar
la membrana por canales L operados por potencial, por canales de Ca2+ capacitivos y por canales
iónicos inespecíficos. Cuando la concentración intracelular de Na+ es elevada, el Ca2+ también
puede ingresar por el intercambiador Na+/Ca2+. El Ca2+ citosólico también puede aumentar por
liberación desde el retículo endoplásmico mediado por canales activados por Ca2+(receptor de
rianodina) o por inositol trifosfato.
8. La relajación se produce por reducción del Ca2+ citosólico. El Ca2+ es extraído de la célula por el
intercambiador Na+/Ca2+ y por una Ca-ATPasa de la membrana. El Ca2+ puede ser activamente
introducido al retículo endoplásmico por una Ca-ATPasa específica llamada SERCA. Dentro del
retículo sarcoplásmico hay proteínas (calsecuestrina y calreticulina) que ligan Ca2+. La actividad
de la SERCA es regulada por fosfolambano que la inhibe. La inhibición es suprimida por
fosforilación del fosfolambano, generalmente dependiente de cAMP.
9. Además de la concentración citosólica de Ca2+ existe otra forma de regulación del estado contráctil
que depende de un aumento de la sensibilidad del aparato contráctil al Ca2+. El músculo liso
vascular tiene unas proteínas llamadas Rho que activan una kinasa que inhibe a la fosfatasa que
defosforila las cadenas livianas de miosina, con lo cual se prolonga la contracción.
10. Los agentes, como endotelina-1, noradrenalina y angiotensina II, que activan la fosfolipasa C
causan liberación de Ca2+ del retículo sarcoplásmico y contracción. Los agentes que estimulan la
adenilato ciclasa (adrenalina, prostaciclina) o la guanilato ciclasa (NO, péptidos natriuréticos)
producen relajación respectivamente por aumento de la concentración de cAMP y cGMP.

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