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Definición de Discernir

Antes de entrar de lleno en la definición del término discernir vamos a conocer


su origen etimológico. En este caso, podemos establecer que se trata de una
palabra que deriva del latín, exactamente del verbo “discernere”, que puede
traducirse como “distinguir” y que es fruto de la suma de dos componentes
delimitados:

-El prefijo “dis-”, que se usa para indicar “divergencia”.

-El verbo “cernere”, que es sinónimo de “distinguir”.

El verbo discernir refiere a distinguir o advertir algo. Para lograr esta


distinción, es necesario descubrir o determinar aquellas cualidades que
diferencian al elemento en cuestión.

Por tanto, entre los sinónimos del verbo que nos ocupa están también entender,
apreciar, comprender, juzgar o apreciar. Por el contrario, en cuanto a antónimos
tenemos que destacar algunos tales como ignorar, embrollar o incluso
confundir.

Por ejemplo: “A veces resulta difícil discernir la voluntad divina, pero nunca hay que
perder la fe”, “Ya eres grande, deberías discernir entre lo que está bien y lo que está
mal”, “El profesor nos enseñó a discernir las situaciones de riesgo y nos explicó cómo
actuar en caso de emergencia”.

Por lo general, se vincula la acción de discernir a la realización de un juicio


moral o una valoración. El discernimiento, en este sentido, es el criterio que
tiene un individuo para diferenciar entre varios elementos, analizando cuáles
son sus efectos y cómo interactúan entre sí.

Una persona honrada y conciente de sus actos, por lo tanto, logra discernir
entre las buenas acciones y las malas acciones. Supongamos que un hombre se
dirige a una fiesta conduciendo su automóvil. Al llegar al lugar, el anfitrión lo
invita a beber alcohol. El sujeto sabe que deberá conducir para regresar a su
casa y que, si bebe alcohol, sus reflejos se verán afectados y por lo tanto podría
causar un accidente. En definitiva, el individuo tendría que discernir que aceptar
la bebida supone un potencial peligro para él y para terceros.
La idea de discernir también puede aplicarse a reconocer el momento
apropiado para hacer o no hacer algo. Un joven al que despiden de su trabajo
va a visitar a su padre y encuentra que su progenitor no se siente bien y tiene
presión alta. El muchacho, ante este panorama, discierne que no es lógico
contarle la mala noticia en ese instante ya que podría incrementar el malestar
de su padre.

Dentro del ámbito religioso el discernimiento es un don del Espíritu Santo. Es


un ejercicio espiritual de búsqueda de la presencia de Dios que, como hemos
visto, está muy presente y enraizado desde los orígenes del cristianismo. Una
de las definiciones más sencillas que pudiéramos dar es que el discernimiento
es la habilidad para diferenciar la verdad del error, es “la habilidad de ver lo que
está oscuro”; por lo que alguien con la habilidad de discernir pudiera ver cosas
en una circunstancia, o en la lectura de la Biblia, que quizás otros no pudieran
ver tan claramente. Uno de los frutos del discernimiento espiritual es la
capacidad para caminar con sabiduría y a la vez caminar en integridad de
corazón.

Significado de Discernimiento
Qué es el Discernimiento:

El discernimiento es el juicio por cuyo medio percibimos y declaramos la


diferencia que existe entre varias cosas.

El término discernimiento se forma a través del sufijo en latín mentum que


significa “medio o instrumento” y discernir que también proviene del
latín discernere y expresa “distinguir o separar”.

El acto de discernir es una virtud ligada a un juicio moral que permite al


individuo valorizar si una acción es buena o mala.

El discernimiento como juicio moral es la habilidad o capacidad que posee una


persona para certificar o negar el valor moral de una determinada situación.
La palabra discernir es sinónimo de juicio, perspicaz, distinguir, comprender, es
decir, cuando una persona discierna algo debe de comprender, distinguir lo
bueno y lo malo, lo correcto e incorrecto y ser prudente en su manera de actuar.

Por ejemplo, cuando a una persona le proponen un trabajo debe de discernir,


es decir, debe de analizar lo bueno y lo malo de esa propuesta de trabajo para
poder tomar una correcta decisión.

Otro ejemplo puede ser cuando un individuo se desenvuelve en un grupo de


personas, debe observar su entorno para determinar lo bueno y lo malo, lo
correcto e incorrecto de sus acciones con el fin de llevar una convivencia
saludable.

Por otro lado, lo contrario de discernir es imprudencia, inocencia, insensatez,


irreflexión, entre otros. Se refiere a la persona que no es capaz de hacer un juicio
cabal sobre la situación y sin apreciar las consecuencias de sus actos.

Asimismo, en el ámbito jurídico se refiere a la acción que toma un juez al asignar


a un sujeto un curador o tutor, a causa de su falta de discernimiento, con el fin
de representarlo en ciertos actos de la vida civil.

En estos casos el tutor debe de tomar decisiones personales en nombre del


pupilo y, a su vez, un curador toma las decisiones que afectan el patrimonio del
sujeto bajo su responsabilidad.

Significado de Prudencia
Qué es la Prudencia:

El término prudencia proviene del latín prudentia, que es una cualidad que
consiste en actuar o hablar con cuidado, de forma justa y adecuada, con
cautela, con moderación, con previsión y reflexión, con sensatez y con
precaución para evitar posibles daños, dificultades, males e inconvenientes, y
respetar la vida, los sentimientos y las libertades de los demás.

La prudencia requiere un buen sentido, un buen juicio, templanza, cordura,


sabiduría, discernimiento, aplomo y ser precavido. Si no se tiene una buena
conducta o no se actúa con prudencia, por ejemplo, conduciendo, se coloca en
peligro o en riesgo la vida de otras personas y la suya propia.

Antiguamente, los egipcios solían representar a la prudencia como una


serpiente con tres cabezas (de león, de lobo y de perro). Se decía que un
individuo era prudente cuando tenía la astucia de las serpientes, el vigor y la
fuerza de los leones, la agilidad y la rapidez de los lobos y la paciencia propia de
los perros.

En el catolicismo, la prudencia es una de las cuatro virtudes cardinales, junto


con la justicia, la templanza y la fortaleza, que consiste en discernir y distinguir
lo que está bien de lo que está mal en cada circunstancia y actuar en
consecuencia, siguiendo el bien o huyendo del mal.

En economía, existe “el principio de prudencia”, que es una ley que regula la
forma en la que se deben contabilizar los beneficios y los gastos de una
empresa, donde se puede crear unos fondos de reservas para atravesar con las
situaciones económicas inestables y evitar catástrofes.
La prudencia es una virtud muy valorada. De allí que la sabiduría popular, a
través de refranes y dichos, aconseje practicarla. Por eso se dice que "más vale
pájaro en mano que cien volando" o "bueno es pan duro cuando es seguro",
que giran en torno a la idea de conducirse con prudencia y valorar lo que se
tiene.

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