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Guia 1 Modulo Historia en Perspectiva Chile
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Objetivo de aprendizaje:
Orientaciones generales
Orientaciones específicas
En esta guía didáctica encontraras el contenido para alcanzar los objetivos de aprendizaje esperados
al realizar las actividades presentadas.
Es indudable que, pese a la existencia de violentos episodios como el motín de 1837 o las guerras
civiles de 1851 y 1859, la continuidad institucional del país no se vio dramáticamente alterada
durante todo el transcurso del periodo conservador-liberal, y solo se truncó con la guerra civil de
18911.
Las explicaciones tradicionales sugieren a los “hábitos de paz”, como afirmó el historiador Diego
Barros Arana o a “la deificación de los prohombres” durante el inicio de la república conservadora,
como afirmó Alberto Edwards. También se destacada la labor realizada por Diego Portales, quien es
considerado el máximo referente del pensamiento conservador-republicano y cuyo ideario
portaliano puede resumirse en:
Aun así, es posible distinguir otros factores que posibilitaron la permanencia del orden republicano:
1
Collier, S. (1989). Gobierno y Sociedad en Chile durante la República Conservadora 1830-1865. Boletín del
Instituto de Historia Argentina y Americana Dr. E. Ravignani. Vol. 3, núm. 1, p. 116.
Santiago se convirtió en la zona hegemónica del país, incluyendo a sus zonas aledañas como
el valle central consolidándose el centro agrícola o Valparaíso, convirtiéndose en el principal
puerto del país. La supervivencia de la élite de la zona central ante las experiencias de las
guerras civiles de 1851 y 1859 (la primera una amenaza desde el sur, y la segunda desde el
norte) son una prueba del importante papel que jugó este factor.
d.- La Constitución de 1833: fruto de un enorme esfuerzo político, esta constitución tiene
tres grandes pilares 1) el marcado presidencialismo y la extensión de los periodos del
gobierno, 2) la existencia de poderes excepcionales, que le otorgaron amplas facultades a
los presidentes y 3) la centralización emanada en la constitución, que eliminó las asambleas
provinciales y, con ello, la opción de rebeldía de las regiones fuera de la zona central.
La denominada “República Liberal” es como se conoce al periodo histórico que abarca desde la
elección de José Joaquín Pérez y la muerte del presidente José Manuel Balmaceda. Durante esta
etapa se producen una serie de reformas constitucionales orientadas a disminuir el autoritarismo y
centralismo, como lo fueron la dictación de un código penal, la modificación a las atribuciones de
los tribunales, el fin del fuero eclesiástico y la disminución de las atribuciones del poder Ejecutivo
en favor del Legislativo.
La administración de José Joaquín Pérez marca un hitó esencial en la consolidación de una versión
más liberal de la república. Es una época nueva, en la que ya no se emplean los estados de sitio y las
facultades extraordinarias, una época de la más completa libertad de imprenta, etc.2
Durante todo este nuevo periodo comenzó a desmontarse el marco institucional y legal que limitaba
el avance de los liberales en la política chilena. Así, por ejemplo, en 1869 se prohibió la reelección
presidencial y en 1890 crea la ley de comuna autónoma3.
Durante el periodo liberal los dos grandes debates del periodo se centraron en el avance de la
laicización de la sociedad, abandonando la tutela clerical en la educación y la moral; y las discusiones
sobre el centralismo (incluyendo en esto el desbalance de las atribuciones en los poderes del
Estado). Esta última discusión se zanjó de manera definitiva con la Guerra Civil de 1891, tras la cual
se abandona el modelo presidencial y autoritario, adoptando un modelo parlamentario.
2
Ibid. p. 124.
3
Esta Ley permitía a los municipios una total independencia del poder ejecutivo, se les otorgaron facultades
mucho más amplias a los municipios, incluidas las antiguas facultades que tenían los gobernadores de
departamentos. Las facultades cubrían aspectos como el aseo y el ornato de las poblaciones, el fomento de
la educación y de las industrias, la salubridad, la policía de seguridad, entre otras.
Este no tuvo buen resultado, debido a la poca cultura política existente, la falta de fondos para hacer efectivo
el rol de las Asambleas Electorales y principalmente, porque el modelo facilitaba a unos pocos caudillos
terratenientes nombrar los alcaldes y regidores, así como los cargos de otros empleados, concentrando así el
poder local en verdaderos feudos locales. Esto obligaba a los contrincantes a utilizar métodos y prácticas
irregulares como la compra de votos de los electores, de vocales de mesa e incluso a los mismos municipales.
Transformaciones culturales, económicas y territoriales durante la segunda
mitad del siglo XIX
Desde la consolidación del Chile republicano, la sociedad estamental fue lentamente dando
paso a una sociedad de clases, compuesta por una oligarquía, grupo minoritario integrado por
hacendados, terratenientes y una incipiente burguesía; artesanos y trabajadores especializados; una
mayoría de campesinos; y, finalmente, proletarios vinculados al norte minero.
El desarrollo económico que experimentó el país durante la segunda mitad del siglo XX permitió el
surgimiento de una nueva área comercial: la de las finanzas a través de bancos y otras instituciones
afines, como lo fue la Casa de Crédito Hipotecario (1855), que emitía papel moneda y letras; el Banco
de Valparaíso (1855) o el Banco de Chile (1859). Paralelamente, la expansión económica estuvo
acompañada por el desarrollo de transportes y e infraestructura (ferrocarriles, caminos, navegación
y telégrafos).
Por otra parte, surge la necesidad de reconocer e identificar el territorio nacional, a nivel geográfico,
estratégico, geopolítico y potencial económico. Para ello, junto a la fundación de instituciones como
la Universidad de Chile en 1842 y de la Escuela de Artes y Oficios (actual Universidad de Santiago)
en 1849, hubo políticas de contratación de científicos y naturalistas de origen europeo, como
Claudio Gay e Ignacio Domeyko, a quienes se les encomendó diversas labores académicas y
científicas. Por ejemplo, Gay debió realizar un viaje científico por el territorio chileno para observar,
registrar y catalogar los recursos naturales y las características geográficas; Ignacio Domeyko, a
quien se le invitó inicialmente a enseñar química y mineralogía, desarrolló exploraciones geológicas
en el norte del país y, finalmente, se incorporó a la Universidad de Chile, donde creó la Facultad de
Ciencias Físicas y Matemáticas, lo que significó un inmenso aporte a la generación de conocimiento
aplicado en la minería y donde llegó a desempeñarse como rector.
De esta forma, los trabajos de exploración del territorio permitieron la identificación de zonas
mineras y, además, el conocimiento técnico y científico desarrollado, favoreció su explotación.
El proceso de configuración del territorio nacional: Anexión del norte salitrero y la Guerra
del Pacífico
En la década de 1870 se generó una crisis internacional que afectó la economía mundial. El precio
del trigo cayó bruscamente, en parte por la crisis y también por el surgimiento de nuevas zonas
productoras (Argentina, Estados Unidos, Australia, Ucrania y Canadá), que incorporaron adelantos
técnicos en sus sistemas productivos y de transporte, ante lo cual Chile no pudo competir. Al
mismo tiempo, la crisis externa generó un deterioro de la balanza de pagos nacional, agravando
aún más la situación del país, por lo que el Estado buscó mecanismos para apalear la crisis. En este
contexto, Perú y Chile iniciaron una peligrosa lucha por el dominio del territorio que contenía
depósitos salitreros.
La historiografía define a la Guerra del Pacífico como un conflicto bélico que, entre 1879 y 1883,
enfrentó a Chile con el Perú y Bolivia a causa, en primera instancia, de los límites entre Chile y Bolivia;
la existencia de un tratado secreto de alianza entre Bolivia y el Perú y los grandes depósitos salitreros
de Antofagasta y Tarapacá. El conflicto terminó con la victoria chilena, que anexó los territorios en
disputa, ocupando Lima por tres años y manteniendo bajo su soberanía a Tacna hasta 1929. Bolivia
perdió Antofagasta y su salida al mar, mientras Perú cediendo Tarapacá4.
Las regiones anexadas, Tarapacá y Antofagasta, contenían los mayores yacimientos salitreros de la
región. Esto dio un nuevo impulso al crecimiento económico gracias a la exportación de este
mineral, ya que Chile poseía los únicos yacimientos importantes del mundo.
El salitre, utilizado principalmente como fertilizante agrícola y para la elaboración de explosivos, era
altamente demandado por Europa y determinó en gran medida los cuantiosos ingresos de la
economía chilena a finales del siglo XIX. Aunque la mayoría de estos yacimientos estaban en manos
de extranjeros, el Estado recaudó ingresos mediante los impuestos, dinero que fue invertido
especialmente en infraestructura vial y educación.
Además, la victoria en esta guerra marcó un antes y un después para Chile en cuando elemento de
identificación nacional, condicionando hasta nuestros días la relación con peruanos y bolivianos.
Una de sus primeras consecuencias fue la incorporación definitiva de los sectores populares como
actores de esta construcción, aunque siempre dentro de la lógica de la elite: surgió el roto chileno
como elemento identificador de los sectores populares. Al mismo tiempo, Perú pasaba
indirectamente a formar parte del imaginario como “otro”, que sustituyó desde ese momento a
España como la “nación enemiga” por antonomasia, y que, junto al pueblo mapuche, (el “otro”
interno) ayudó a apuntalar el diferenciador del “nosotros5.
4
Ugarte, E. (2014). La guerra del pacífico como referente nacional y punto condicionante de las relaciones
chileno-peruanas. Si Somos Americanos. Revista de Estudios Transfronterizos, Vol. XIV, n. 2, p. 160.
5
Ibid. p. 173.
El proceso de configuración del territorio nacional: Pacificación de la Araucanía
Si bien el tratamiento dado a los mapuches tras la independencia de Chile a comienzos del siglo XIX
estuvo inspirado en el liberalismo dominante en la época, y con la idea de conformar un “estado
nacional” y caracterizada por la voluntad de asimilar a los autóctonos, es posible distinguir que los
medios y formas empleados para tratar el conflicto indígena no se diferenciaron mucho de los
usados por las autoridades hispánicas en el siglo XVIII6.
O´Higgins dictó un decreto que, junto con cuestionar la política inhumana de los españoles hacia los
indígenas, disponía que estos últimos debían ser tratados como ciudadanos chilenos, tal como
cualquier otro habitante de la nación. Posteriormente, en la misma línea, las autoridades
republicanas negaron las diferencias étnicas y culturales características de los pueblos originarios e
intentaron asimilar a los indígenas con el resto de la población7.
Aun así, la supuesta igualdad de los derechos derivó en un problema perjudicial para los indígenas,
cuyas tierras comenzaron a ser objeto de presión por parte de los no indígenas. Es así como, a
mediados del siglo XIX, se realizaron numerosos contratos (compraventa, arrendamiento, cesión,
entre otros) celebrados entre chilenos y mapuches, mediante los cuales los primeros adquirían, a
precios que no guardaban ninguna relación con su valor real o mediante fraude, vastos territorios
hasta entonces en poder de los indígenas. Como consecuencia de esta situación, en 1853 (14 de
marzo) se dictó un decreto en virtud del cual se pone término a la libertad contractual de los
indígenas al disponerse que la venta de sus tierras debía verificarse con autorización de autoridades
de gobierno. Pero en la práctica, los contratos sobre tierras de los mapuches en el sur del país
siguieron realizándose. Esto sería fundamental para comprender un conflicto aún más intenso que
tiene repercusiones hasta nuestros días.
El mayor impacto para los mapuches se produjo con la ocupación militar de su territorio por parte
del Estado chileno, proceso denominado por la historiografía como “pacificación de la Araucanía”.
Hacia 1860 el territorio de la Araucanía era ocupado, en su mayoría, por mapuches y pehuenches
quienes gozaban de cierta autonomía y libertad para desarrollar su cultura.
El interés del Estado chileno por ocupar dicho territorio respondía, principalmente, a dos factores:
- Económicos, motivado por el incremento de población en el norte del país producto del
auge salitrero y a la necesidad de nuevas tierras cultivables propiciada por el aumento de la
demanda extranjera de trigo.
- Político-estratégicos, motivado a la necesidad de control central de territorio y mejorar la
defensa del territorio nacional.
6
Boccara, G. y Seguel-Boccara, I. (1999). Políticas indígenas en Chile (Siglos XIX y XX) de asimilación al
pluralismo (el caso mapuche), en Revista de Indias, Vol. LIX, núm. 217, p.15
7
Aylwin, J. Políticas públicas y pueblos indígenas: el caso de las tierras mapuche en Neuquén (Argentina) y La
Araucanía. En Red Indígena de CLAPSO (2004). Pueblos indígenas ante el estado neoliberal en América Latina
(Taller). Bolivia: Universidad de Texas, 22-24 de julio de 2004, p. 4.
La “pacificación de La Araucanía” se inició en 1866 con la dictación de dictación de una ley por parte
del Congreso Nacional que, indirectamente, declaró como tierras fiscales los territorios indígenas
de La Araucanía:
“Dispone que se reputará como baldías, y por consiguiente de propiedad del estado, todas
aquellas tierras sobre las cuales no se probase una posesión efectiva y continuada de un
año”8.
Posesión efectiva que los mapuches, con una ocupación no agrícola y extensiva de su territorio, no
estaban en condiciones de realizar.
Al mismo tiempo, tras el levantamiento del cacique Quilapán en 1868, el Estado comisionó al
coronel Cornelio Saavedra para organizar las campañas militares y así asegurar el territorio recién
anexado.
Entre los hitos que marcaron el proceso de ocupación de la Araucanía se destaca la construcción del
viaducto de Malleco, la obra de ingeniería y progreso más importante de la segunda mitad del siglo
XIX. Este viaducto para ferrocarriles sobre la profunda quebrada del río Malleco se tradujo en la
incorporación final de la Araucanía al resto del territorio nacional, tal como lo planteó el presidente
José Manuel Balmaceda cuando visitó la zona para su inauguración:
"Hoy, planteaba el presidente, invadimos el
suelo de aquellos bravos, no para incendiar
la montaña, ni para hacer cautivos, ni para
derramas la sangre de nuestros hermanos,
ni para sembrar la desolación i el terror, con
el ferrocarril llevamos a la región del sur la
población i el capital, i con la iniciativa del
gobierno, el templo donde se aprende la
moral i se recibe la idea de Dios, la escuela
en la cual se enseña la noción de la
ciudadanía i el trabajo, i las instituciones
El Viaducto en su fase de prueba. Foto extraída del libro “Viaducto regulares a cuya sombra crece la
del Malleco, Monumento de la Ingeniería Mundial” de Adonis industria"9.
Subiabre Toro.
Como consecuencia del proceso de “pacificación”, los mapuches chilenos fueron confinados a cerca
de 3 mil reducciones, con un total aproximado de 500 mil hectáreas (el territorio original estimado
era de 10 millones de hectáreas). La “pacificación” sedentarizó a los indígenas, forzándolos a
cambiar su economía (de ganadera a agrícola) y a su cultura a través de la escuela y la
evangelización10. Si bien los esfuerzos de los gobiernos de la época se orientaron a la colonización
de los territorios arrebatados a los indígenas, primero extranjera y luego nacional, los remates en
subasta pública permitieron la formación de los extensos latifundios en el área.
8
Fundación de poblaciones en el territorio de los indígenas, 4/12/1866, Artículo 6, Disponible en:
https://www.bcn.cl/leychile/navegar?idNorma=1045956
9
Extracto del discurso reproducido por el periódico El Colono, 27 de octubre de 1890, Angol.
10
Aylwin, J. Óp. Cit. p. 6.
El proceso de configuración del territorio nacional: Colonización austral
La zona del estrecho de Magallanes era considerada un área estratégica para la comunicación
interoceánica, por lo que el Estado tuvo interés en realizar una efectiva ocupación del territorio que,
hasta el momento, no tenía soberanía formal de ningún país.
De esta forma, se funda la ciudad de Punta Arenas (1849) y el Fuerte Bulnes (1843), soberanía en
perjuicio de Argentina, quien también reclamaba haber heredado esas tierras de la división
administrativa del Imperio Español.
Tras la ocupación de la zona de Magallanes, hacia fines del siglo XIX, se acrecentó el interés
económico luego de la introducción y desarrollo de la ganadería ovina. Por ejemplo, si hacia 1875
se contabilizaban 300 cabezas de ganado ovino, hacia 1903 éstas superaban los 2 millones.
El Estado chileno incentivó la colonización de estas tierras mediante ventas, arriendos y concesiones
gratuitas, en desmedro del pueblo Selk´nam, que fue progresivamente exterminado tanto por
enfermedades desconocidas como por la persecución por parte de los nuevos hacendados.
Los desencuentros entre el Presidente y el Congreso llegaron a su punto máximo cuando los
parlamentarios se negaron a aprobar las leyes periódicas que fijaban las fuerzas de mar y tierra, así
como también la Ley de Presupuesto de gastos públicos. Balmaceda reaccionó con una proclama
pública, afirmando que el país estaba en peligro y declaró prorrogada la ley de presupuestos del año
anterior, asumiendo funciones que eran propias del Congreso. Ante dicha prorroga, el Congreso
declaró depuesto al Presidente y los bandos se alistaron para escalar el conflicto fuera de la esfera
política.
11
San Francisco, A. (2005). La convocatoria a la intervención militar en Chile en la Guerra Civil de 1891. En
Estudios Públicos, n. 97, p. 162
Desarrollo y desenlace del conflicto:
Al inicio del conflicto se crearon dos bandos:
Las salitreras del norte, principal fuente de ingresos del país, fueron ocupadas por los
revolucionarios y la escuadra de la Armada. El poder Valparaíso, 6 de enero de 1891:
de los Congresistas fue muy amplio en las regiones El Presidente de la República, en un manifiesto
del norte, donde se concentraban sus mayores dirigido a la nación, ha declarado que no
esfuerzos. pudiendo gobernar de acuerdo con el Congreso
Nacional como la Constitución lo ordena y como
Tras una serie de derrotas militares, Balmaceda se lo han hecho todos sus antecesores, ha resuelto
asila en la embajada de Argentina y el 29 de agosto mantener las fuerzas de mar y hacer los gastos
de 1891 asume su derrota. Logró refugiarse en públicos sin Ley de Presupuestos.
Argentina y el 19 de septiembre, un día después del De este modo, y por primera vez en Chile, el
término legal de su periodo presidencial, se suicida Presidente de la República se ha colocado fuera
tras redactar su “testamento político”. del régimen constitucional. Ha renunciado a la
autoridad legítima de que estaba investido y ha
Los enfrentamientos entre el gobierno de
querido asumir un poder personal y arbitrario
Balmaceda con la élite nacional fueron una
que no tiene otro origen que su voluntad, ni
demostración “de la incapacidad de los sectores
otros límites que aquellos que los
dirigentes por encontrar fórmulas de convivencia
acontecimientos puedan señalarle. En tan grave
estables en el tiempo y mostraría que Chile no
emergencia, al Congreso Nacional corresponde
estaba ajeno ni inmune a las revoluciones y
tomar a su cargo la defensa de la Constitución y
problemas que habían caracterizado al siglo XIX
adoptar todas las medidas que las circunstancias
hispanoamericano”12. exijan para establecer su imperio.
Finalizado el conflicto, se puede concluir que hacia
Manifiesto de los representantes del Congreso
el final del siglo la oligarquía chilena cooperó como a bordo de la escuadra, en periódico El
un solo conjunto para consolidar su hegemonía y, Ferrocarril, 1891.
hacia 1891, lograron establecer un sistema político
afín a sus intereses: el parlamentarismo13.
12
Ibid. p. 163.
13
Carmagnani, M. (1984). Estado y Sociedad en américa Latina. Ed. Crítica, Barcelona, en Álvarez, F. (2012).
La república parlamentaria de Chile: perspectivas historiográficas. Universum, N°27, Vol. 1, p. 211.
Actividades
1.- A partir de lo revisado durante la guía, identifica y describe los principales elementos del ideario
portaliano presente en el extracto de la carta presentada a continuación:
“La república es el sistema que hay que adoptar; ¿pero sabe cómo yo la entiendo para estos países? Un
gobierno fuerte, centralizador, cuyos hombres sean verdaderos modelos de virtud y patriotismo, y así
enderezar a los ciudadanos por el camino del orden y de las virtudes. Cuando se hayan moralizado, venga
el gobierno completamente liberal, libre y lleno de ideales, donde tengan parte todos los ciudadanos”.
Extracto de la carta de Diego Portales a José Manuel Cea, 1822. Silva, R. (1954). Ideas y confesiones de Portales.
Santiago, Chile; Editorial del Pacífico.
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2.- Considerando lo expuesto en el texto y en base a tus conocimientos, ¿Qué postura tenía el Estado
en relación con los pueblos originarios que habitaban el territorio chileno durante el siglo XIX?
"En Lircay el año de 1831 los conservadores (pelucones) vencían a los liberales (pipiolos), con ello los
intentos de construir un Estado federal a través de provincias con sus propios gobiernos y órganos
consultivos (como los mapuches), quedaron desechados frente a la corriente centralista y unitaria [...] Pasó
a ser una práctica constante para las autoridades el hacer lo posible por mantener los enclaves militares y
misioneros en territorio mapuche, prestando estos apoyo logístico y de inteligencia para sondear las vías
de acceso terrestre, fluvial, lacustres y marítimas, contabilizando sus poblaciones y hombres en armas, los
tipos de recursos minerales y madereros, así como las usos del suelo que hacían sus ocupantes [...] La
conquista militar [...] entra en acción el año 1862 cuando, de acuerdo al plan del coronel Cornelio Saavedra,
había que avanzar la frontera del Biobío al Malleco [...] Para ello, había que convencer a los mismos
mapuches en la necesidad de permitir la construcción del fuerte de Angol para su propio beneficio. Sin
embargo, estaba claro para las autoridades militares (general Cruz y Saavedra) y políticas (presidente Pérez
y el Estado) que Angol sería -junto con Lebu en la costa- el primer avance de una invasión a gran escala que
solo retardó la resistencia mapuche y las guerras que tuvo que afrontar el Estado con España y luego contra
la Alianza Perú-Boliviana".
Marimán, P. Caniuqueo, S. Millalen, J. y Levil, R. (2006). ¡Escucha winka! Cuatro ensayos de Historia Nacional
Mapuche y un epílogo sobre el futuro. Santiago, Chile: LOM.
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3.- Considerando lo expuesto por el historiador Julio Heise y según lo leído en esta guía, responde:
“Cuando Balmaceda pretendió en 1889 gobernar con prescindencia de los grupos políticos parlamentarios,
se producto la revolución de 1891, que puso fin a esa larga lucha que la clase alta chilena comenzó a poco
de promulgarse la Carta Fundamental de 1833. el presidente José Manuel Balmaceda creyó poder gobernar
con la voluntad presidencial como fuerza política predominante. No supo interpretar el fervoroso y
unánime anhelo de la burguesía chilena por llegar a un régimen de equilibrio de poderes y por quebrantar
los últimos restos de absolutismo presidencial. Para todos los grupos políticos de la época, la letra y los
antecedentes históricos de la Constitución de 1833 consagraban claramente la necesidad que el Ejecutivo
contara con el apoyo o tolerancia del Parlamento. Las poderosas armas legales, votación periódica de los
subsidios y presupuestos, con que la Carta Fundamental dotó al Parlamento chileno, probaban esa
necesidad”.
Heise, J. (2012). 150 años de evolución institucional. Santiago, Chile: editorial Andrés Bello.
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4.- Observa la imagen y responde:
Campamento del Chacabuco y de Zapadores, Antofagasta, Chile. En Álbum gráfico militar de Chile. Campaña del Pacífico,
1879-1884, Santiago, Chile; Sociedad Imprenta y Litografía Universo, 1909.
a.- ¿Por qué había tropas del ejército chileno en la pampa salitrera? ¿Cuáles eran las
razones por las que se tenía tanto interés en esa zona?
b.- ¿Qué elementos característicos del proceso de industrialización puedes reconocer en la
imagen? Describa y analice.
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Referencias bibliográficas
❖ Álvarez, F. (2012). La república parlamentaria de Chile: perspectivas historiográficas. Universum,
N°27, Vol. 1.
❖ Boccara, G. y Seguel-Boccara, I. (1999). Políticas indígenas en Chile (Siglos XIX y XX) de asimilación al
pluralismo (el caso mapuche), en Revista de Indias, Vol. LIX, núm. 217.
❖ Collier, D. (1989). Gobierno y Sociedad en Chile durante la República Conservadora 1830-1865.
Boletín del Instituto de Historia Argentina y Americana Dr. E. Ravignani. Vol. 3, núm. 1.
❖ El Colono, 27 de octubre de 1890, Angol.
❖ Guía docente Historia, geografía y ciencias sociales 1° medio (2019). Santiago, Chile: Santillana.
❖ Heise, J. (2012). 150 años de evolución institucional. Santiago, Chile: editorial Andrés Bello.
❖ Marimán, P. Caniuqueo, S. Millalen, J. y Levil, R. (2006). ¡Escucha winka! Cuatro ensayos de Historia
Nacional Mapuche y un epílogo sobre el futuro. Santiago, Chile: LOM.
❖ Red Indígena de CLAPSO (2004). Pueblos indígenas ante el estado neoliberal en América Latina
(Taller). Bolivia: Universidad de Texas, 22-24 de julio de 2004.
❖ Salinas, M. (2005). Los rotos, el humor y la Guerra Civil de 1891: una mirada satírica y popular a la
Historia de Chile. Contribuciones Científicas y Tecnológicas, n. 16
❖ San Francisco, A. (2005). La convocatoria a la intervención militar en Chile en la Guerra Civil de 1891.
En Estudios Públicos, n. 97.
❖ Silva, R. (1954). Ideas y confesiones de Portales. Santiago, Chile; Editorial del Pacífico.
❖ Subiabre, A. (2008). Viaducto del Malleco, Monumento de la Ingeniería Mundial. Santiago, Chile;
CIEDESS
❖ Ugarte, E. (2014). La guerra del pacífico como referente nacional y punto condicionante de las
relaciones chileno-peruanas. Si Somos Americanos. Revista de Estudios Transfronterizos, Vol. XIV, n.
2.