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Resumen de Primer Parcial

Derechos Reales (Universidad de Morón)

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UNIDAD TEMÁTICA I: Teoría General de los Derechos Reales - Principios Comunes

1.- Distinción conceptual: Derechos Reales y Derechos Personales. Ius in rem - ius in personam.

La diferenciación entre derechos reales y personales se fundamenta en la situación o relación del titular del
derecho con la cosa que es objeto de ese derecho.

El derecho real es un poder inmediato y directo que tiene el sujeto activo sobre (el titular del derecho real),
sobre la cosa. En cambio, el derecho personal o de crédito es una relación entre dos sujetos, acreedor y
deudor, donde el beneficio se obtiene mediante un acto del obligado. La relación entre el titular del derecho y
la cosa es indirecta ya que se da a través del deudor. No hay en el derecho personal un poder sino una
facultad.

Dado que el derecho real se ejerce directamente sobre la cosa, es absoluto y por lo tanto tiene eficacia erga
omnes. Por la misma razón, las acciones que nacen de él son reales y se pueden ejercitar contra cualquiera
que ponga un obstáculo al ejercicio del derecho. Da la posibilidad al titular de perseguir la cosa de quienquiera
que sea el poseedor o tenedor de ella y cualquiera que sea el título por el que la haya adquirido (derecho de
persecuación).

Del hecho de que sea oponible erga omnes deriva también su carácter excluyente o preferente, según sea el
caso. Si se trata de derechos incompatibles sobre una misma cosa, el efecto es excluyente. Si se trata de
derechos compatibles sobre la cosa, opera la preferencia.

En cambio, el derecho personal es relativo ya que solo existe respecto de la persona que se haya obligada a la
prestación. La acción que nace de él es personal y solo podrá ejercerse contra el deudor que contrajo la
obligación ya que es el único que puede violarla incumpliéndola.

2.- Ubicación general de los Derechos Reales en nuestro nuevo ordenamiento jurídico del Código Civil y
Comercial de la Nación.

Todos los derechos reales se tratan, en el Nuevo Código, en el Libro IV. La novedad que contiene este nuevo
código es que, a diferencia del código de Vélez, contiene una Parte General en los Títulos 1° y 2° donde se
tratan todos los principios generales aplicables a los derechos reales y luego trata específicamente cada uno de
los derechos reales entre los Títulos 3° y 13°.

3.- Diferentes concepciones sobre los Derechos Reales: a) Concepción Clásica (Ortolán, Mackeldey,
Demolombe); b) Concepciones no Clásicas; la obligación pasivamente universal (Kant, Planiol y otros); su
crítica; c) Otras concepciones. La postura del Código de Vélez Sarsfield: la nota al título IV y al artículo 497.

En la nota al art. 497, donde se establece que “a todo derecho personal corresponde una obligación personal y
que no hay obligación que corresponda a derechos reales”, Vélez trata de demostrar que la “obligación” de
respetar el derecho real que tienen todos los miembros de la sociedad con quienes su titular está en contacto,
no es una obligación propiamente dicha sino que es un simple deber de abstención, correlato del carácter erga
omnes propio de los derechos reales.

Es esa misma nota, Vélez consigna la definición de derechos reales de Ortolán: en tanto “un derecho personal
es aquel que da la facultad de obligar individualmente a una persona a una prestación, sea de dar, hacer o no
hacer, un derecho real es aquel que da la facultad de sacar de una cosa cualquiera un beneficio mayor o
menor”.

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En la nota al título IV del libro III, Vélez transcribe la opinión de Demolombe: “derecho real es el que crea
entre las personas y las cosas una relación directa e inmediata, de tal manera que no se encuentran en ella (en
la relación) sino dos elementos, la persona, que es el sujeto activo del derecho, y la cosa, que es el objeto”.

En la misma nota, Vélez indica por qué se trata en el Libro III primero a las cosas y la posesión, refiriendo al
método de Mackeldey. Para él, la cosa y la posesión son los elementos de los derechos reales: la cosa como
objeto de dicho derecho y la posesión como poder de disponer físicamente de esa cosa, concretando ambas la
posibilidad legal de actuar sobre la misma, que es lo que configura el derecho real.
Según Mackeldey, el derecho real es el que nos pertenece inmediatamente sobre una cosa, sometida por razón
del mismo derecho, a nuestro poder legal y a nuestra voluntad.

Dentro de las teorías no clásicas, está la teoría de la obligación pasiva universal de Planiol, que dice que en el
derecho real, el sujeto pasivo es toda la colectividad, y su obligación es abstenerse de perturbar el ejercicio y
goce del derecho real. El sujeto sujeto se determinará cuando se deje de cumplir esa obligación.

Kant señalaba que todo derecho es necesariamente una relación entre personas y que a todo derecho
corresponde un deber. El derecho real, por lo tanto, es el que establece una relación jurídica entre una persona
como sujeto activo, y todas las otras como sujetos pasivos. Para esta concepción, el lazo obligatorio erga
omnes se hace visible cuando el derecho real es violado: el contraventor no podría ser condenado si no
estuviera obligado con anterioridad. Kant niega así la diferencia entre los derechos reales y los personales,
indicando que ambos son obligaciones y en el caso de los derechos reales la obligación es pasivamente
universal.

4.- Concepto de Derecho Real en el Código Civil y Comercial de la Nación.

4.1.- Análisis (Art. 1882)

El art. 1882 establece el Concepto de Derechos Reales, diciendo que el derecho real es el poder jurídico, de
estructura legal, que se ejerce directamente sobre su objeto, en forma autónoma y que atribuye a su titular
las facultades de persecución y preferencia, y las demás facultades previstas en el Código.

El código de Vélez no contenía un art. donde se expresara el concepto de Derecho Real, sino que debía ser
delimitado a partir de la distinción entre derechos reales y personales generada por la teoría dualista.

Este nuevo código sí tiene esta definición que establece que el derecho real es un podre jurídico, es decir:
un derecho que consiste esencialmente en un señorío de la voluntad sobre personas o cosas, que se ejerce
de propia autoridad en forma autónoma e independiente de toda otra voluntad.

Ese señorío incluye un conjunto de derechos que todos deben respetar y que se establece mediante una
formalidad denominada acto de enajenación, en virtud del cual quien poseía todos esos poderes sobre la
cosa los traslada total o parcialmente a otro sujeto de derecho.

El art. indica que es un poder jurídico “de estructura legal”. Esto es así porque los derechos reales están
regulados por leyes de orden público.

El titular, dentro de esos derechos del señorío, detenta el derecho de uso y goce, de disponer del objeto y
de percibir sus frutos.

El titular dispone de acciones reales destinadas a proteger sus derechos contra cualquier persona
(oponibilidad erga omnes) que pretenda negar su existencia, plenitud o libertad, sin perjuicio de poder
ejercer también las acciones posesorias.

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La oponibilidad erga omnes le otorga a su titular el ius persequendi, que es la facultad de perseguir la cosa
objeto de su derecho de cualquier persona que la tuviera en su poder.

También tiene el ius preferendi, por el cual el derecho real es oponible a otros derechos reales o personales,
resumido en el principio prior tempore potior iure (primero en el tiempo, mejor en el derecho). Este derecho
de preferencia podrá ser esgrimido por su titular en cualquier circunstancia de colisión con otros derechos
(reales o personales) sobre la misma cosa y su mayor o menor rango dependerá de la fecha de inscripción.

4.2.- Objeto (Art. 1883). Situaciones especiales: La energía y las fuerzas de la naturaleza, los derechos sobre
el cuerpo humano y los derechos de las comunidades indígenas (Arts. 15 - 18)

Objeto:

El art. 1883 establece que el derecho real se ejerce sobre la totalidad o una parte material de la cosa que
constituye su objeto, por el todo o por una parte indivisa. El objeto también puede consistir en un bien
taxativamente señalado por la ley.

El código de Vélez establecía que solo las cosas podían ser objeto de un derecho real, entendiéndose por
cosa a todo objeto material que ocupa un lugar en el espacio y es susceptible de apreciación pecuniaria
(“los objetos corporales susceptibles de tener un valor” según el viejo art. 2311). En cambio los bienes son
objetos inmateriales. El conjunto de bienes y cosas conforma el patrimonio de una persona.

El último párrafo indica, a diferencia del código de Vélez, que los bienes también pueden ser objeto de
derechos reales, limitándolo a aquellos bienes que específicamente la ley determine.

Para que se pueda ejercer un derecho real, el objeto debe ser un bien actual y determinado, debe estar en
el comercio, tiene que ser susceptible de aprovechamiento, tiene que tener contenido patrimonial y tiene
que encontrarse a disposición del sujeto en cantidad limitada.

En cuanto a las cosas, las mismas pueden ser muebles o inmuebles. Las inmuebles pueden ser por su
naturaleza (el suelo, las incorporadas a él de forma orgánica y las que están debajo del suelo sin el hecho
del hombre) o por accesión, que son las cosas muebles que están adheridas al suelo por adhesión física y de
manera perdurable. Las muebles, por su parte, son aquellas que pueden desplazarse por sí mismas o por
una fuerza externa.

Las inmuebles serán registrables y las muebles pueden serlo como no. Las cosas del Estado pueden ser
objeto de derechos reales, en tanto sean de carácter privado. Si son bienes públicos del estado (ej.: una
plaza), no pueden ser objeto de derechos reales porque son cosas inenajenables (además de ser
imprescriptibles e inembargables).

Otra diferencia entre el viejo y nuevo código es que Vélez estableció que los derechos reales solo se pueden
establecer por ley. En cambio, el nuevo código indica que si existe alguna duda sobre si un derecho es real o
no, lo deberá determinar el juez.

Situaciones especiales:

Un cuerpo tiene energía cuando tiene la capacidad de producir trabajo, es decir, de vencer una fuerza a lo
largo de un camino no recorrido. Teóricamente, según Einstein, la energía no sería otra cosa que materia
concentrada. El art. 16 equipara por tanto a la energía y a las fuerzas naturales susceptibles de ser puestas

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al servicio del hombre con las cosas (tienen un valor económico y son susceptibles de apropiación), por lo
tanto son susceptibles de ser objeto de derechos reales.

El art. 17 establece que el cuerpo humano o sus partes no tienen un valor comercial, por lo tanto, por más
que su titular pueda disponer de ellos, al no estar en el comercio no son susceptibles de ser objeto de
derechos reales.

El art. 18 establece que las comunidades indígenas reconocidas tienen derecho a la posesión y propiedad
comunitaria de las tierras que tradicionalmente ocupan y aquellas otras aptas para el desarrollo humano,
según lo establezca la ley.

4.3.- Estructura (Art. 1884)

El código de Vélez establecía en su art. 2502 que los derechos reales solo pueden ser creados por ley y
cualquier contrato o disposición de última voluntad de constituyera otro derecho real solo valdría como
derecho personal si así pudiese serlo.

El nuevo código establece en su art. 1884 que la regulación de los derechos reales en cuanto a sus
elementos, contenido, adquisición, constitución, modificación, transmisión, duración y extinción es
establecida solo por la ley. Es nula la configuración de un derecho real no previsto en la ley o la modificación
de su estructura.

Esto denota la incidencia del orden público en el derecho real. Mientras que en los derechos personales rige
el principio de la autonomía de la voluntad, en los derechos reales rige el orden público y deja muy poco
margen para la voluntad de los particulares.

El nuevo código mantiene el principio de numerus clausus, sistema que consiste en que la ley organiza los
derechos reales en número limitado. Este principio da más seguridad a los adquirentes y a los terceros,
impidiendo que los particulares constituyan derechos reales no enumerados por la ley o que dentro de los
permitidos introduzcan modificaciones a la regulación de cada uno de ellos dada por el código. Es decir que
excluye a la voluntad individual tanto de la creación como del marco regulatorio.

4.4.- Persecución y preferencia (Art. 1886)

El art. 1886 establece que el derecho real atribuye a su titular la facultad de perseguir la cosa en poder de
quien se encuentra, y de hacer valer su preferencia con respecto a otro derecho real o personal que haya
obtenido oponibilidad posteriormente.

El titular del derecho dispone de acciones reales destinadas a proteger sus derechos contra cualquier
persona (oponibilidad erga omnes) que pretenda negar su existencia, plenitud o libertad, sin perjuicio de
poder ejercer también las acciones posesorias.

La oponibilidad erga omnes le otorga a su titular el ius persequendi, que es la facultad de perseguir la cosa
objeto de su derecho de cualquier persona que la tuviera en su poder.

También tiene el ius preferendi, por el cual el derecho real es oponible a otros derechos reales o personales,
resumido en el principio prior tempore potior iure (primero en el tiempo, mejor en el derecho). Este derecho
de preferencia podrá ser esgrimido por su titular en cualquier circunstancia de colisión con otros derechos
(reales o personales) sobre la misma cosa y su mayor o menor rango dependerá de la fecha de inscripción.

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4.5.- Injerencia de la definición analítica del Dr. Guillermo L. Allende en el concepto del Código Civil y
Comercial de la Nación.

La definición analítica del Derecho Real por parte del Dr. Guillermo Allende fue la que utilizaban la mayoría
de las universidades en sus cátedras, ya que – a diferencia del nuevo código – el código de Vélez no
contenía una definición de los derechos reales.

El Dr. Allende decía que el derecho real es un “derecho absoluto, de contenido patrimonial, cuyas normas
sustancialmente de orden público, establecen entre una persona (sujeto activo) y una cosa (objeto) una
relación inmediata, que previa publicidad obliga a la sociedad (sujeto pasivo) a abstenerse de realizar
cualquier acto contrario al mismo (obligación negativa), naciendo para el caso de violación una acción real y
que otorga a sus titulares las ventajas inherentes al ius persequendi y al ius praeferendi”.

- Dice que es un derecho absoluto porque es un derecho oponible erga omnes.


- Es de contenido patrimonial porque su objeto debe tener un valor apreciable y por tanto integrar el
patrimonio de una persona.
- Las normas que regulan a los derechos reales son sustancialmente de orden público porque la sociedad
considera que tales derechos están íntimamente vinculados a la existencia y conservación de la
organización social establecida y por lo tanto no pueden ser aquellas normas dejadas de lado por
convenciones privadas.
- Son derechos que establecen entre su titular y el objeto una relación de inmediatez, ya que para que el
titular extraiga de la cosa un beneficio no requiere de ningún intermediario. Ello a diferencia del derecho
de crédito, donde el acreedor solo puede relacionarse con la prestación a través del deudor.
- El requisito de publicidad previa esta dado por el hecho de que si el derecho real es oponible a todos,
para ello debe ser conocido por todos. La publicidad se cumple a través de la tradición o de la inscripción
en registros especiales.
- El sujeto pasivo tiene una obligación negativa. Esto refiere a la teoría de la obligación pasivamente
universal, donde el sujeto pasivo es toda la sociedad que no tiene una obligación de no hacer, sino que
simplemente debe respetar la acción del titular del derecho sobre la cosa.
- En cuanto a la acción real que nace en caso de violación de este deber de abstenerse, se encontraban
ya dentro del viejo código las acciones reivindicatoria, confesoria y negatoria. El nuevo código agrega la
acción de deslinde.
- El ius persequendi es el derecho que tiene el titular de perseguir la cosa de quien la posea, dentro de los
límites que establece la ley. El ius praeferendi le otorga al titular la posibilidad de invocar una preferencia
a favor de su derecho real en cualquier circunstancia de colisión con otros derechos (reales o
personales) sobre la misma cosa y su mayor o menor rango dependerá de la fecha de inscripción.

5.- Enumeración de los Derechos Reales. Breve noción de cada uno de ellos (Art. 1887)

Según el nuevo código, son 14 los derechos reales:

- El dominio
- El condominio
- La propiedad horizontal
- Los conjuntos inmobiliarios (nuevo)
- El tiempo compartido (nuevo)
- El cementerio privado (nuevo)
- La superficie (nuevo)
- El usufructo
- El uso

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- La habitación
- La servidumbre
- La hipoteca
- La anticresis
- La prenda

6.- Concepto e importancia del principio de Numerus Clausus (Art. 1884)

El nuevo código mantiene el principio de numerus clausus, sistema que consiste en que la ley organiza los
derechos reales en número limitado. Este principio da más seguridad a los adquirentes y a los terceros,
impidiendo que los particulares constituyan derechos reales no enumerados por la ley o que dentro de los
permitidos introduzcan modificaciones a la regulación de cada uno de ellos dada por el código. Es decir que
excluye a la voluntad individual tanto de la creación como del marco regulatorio.

7.- Clasificación de los Derechos Reales (Arts. 1888 - 1891)

Para el código de Vélez, solo eran derechos reales sobre cosa propia el dominio y el condominio y el resto eran
sobre cosa ajena.

El art. 1888 del nuevo código diferencia a los derechos reales en tanto sean sobre cosa propia o sobre cosa
ajena.

Dice el art. que son derechos reales sobre cosa total o parcialmente propia: el dominio, el condominio, la
propiedad horizontal, los conjuntos inmobiliarios, el tiempo compartido, el cementerio privado y la superficie si
existe propiedad superficiaria. Los restantes derechos reales recaen sobre cosa ajena.

Más específicamente, el dominio es el único que se ejerce sobre cosa totalmente propia ya que el sujeto tiene
el máximo de facultades respecto de la cosa. En orden decreciente, en el condominio se ejerce un derecho real
sobre cosa parcialmente propia o parcialmente ajena (depende de cómo se lo mire).

En cuanto a la propiedad horizontal, si bien el titular tiene el derecho de uso, goce y disposición material y
jurídica, el derecho real que tiene varía en su extensión según se ejercite sobre las partes privativas del titular
(piso o departamento) o sobre las partes comunes del edificio. Esto vale también para los conjuntos
inmobiliarios, el tiempo compartido y los cementerios privados.

El derecho real de superficie se ejerce sobre cosa ajena en cuanto al terreno, pero sobre cosa propia cuando se
trata de la propiedad superficiaria.

El resto de los derechos sí se ejercen sobre cosa totalmente ajena. En estos casos puede hablarse del ejercicio
de dos derechos distintos sobre la misma cosa: el derecho real de dominio, que lo ejerce el dueño; y por otro
lado derecho real de usufructo, uso, habitación, prenda o hipoteca según se trate, cuyo titular será el sujeto
que haya adquirido tal derecho de disfrute o de garantía (nuevamente, según se trate). Se puede hablar de un
dominio desmembrado.

El art. 1889 diferencia a los derechos reales según sean principales o accesorios.

Dice el art. que los derechos reales son principales, excepto los accesorios de un crédito en función de
garantía. Son accesorios, la hipoteca, la anticresis y la prenda.

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En otras palabras, los derechos reales son principales cuando no están atados a otro derecho creditorio. Así,
tanto los derechos sobre cosa propia como los de disfrute (superficie, usufructo, uso, habitación y servidumbre)
son principales.
En los derechos reales de garantía (hipoteca, prenda, anticresis), su titular se asegura el cumplimiento de una
obligación a través de ellos. Son accesorios por cuanto su existencia y duración dependen de la obligación
principal cuyo cumplimiento aseguran.

El art. 1890 del nuevo código diferencia entre derechos reales sobre cosas registrables y no registrables.

En el código de Vélez tal diferencia no existía ya que no se había previsto la creación de registros para las
cosas.

Los derechos reales recaen sobre cosas registrables cuando la ley requiere la inscripción de los títulos en el
respectivo registro a los efectos que corresponda. Y recaen sobre cosas no registrables cuando los títulos no se
inscriben en un registro.

El requisito legal de registración es para todas las cosas inmuebles. Las cosas muebles en principio no son
registrables salvo los casos de excepción que la normativa determina.

En el caso de los inmuebles puede diferenciarse dos estadios: en el primero el derecho se adquiere mediante el
título y el modo suficientes pero solo puede invocarse entre las partes y quienes intervinieron en el negocio
jurídico. En el segundo estadio se procede a la anotación en el registro de la propiedad inmueble y ese
asentamiento hace que el derecho sea oponible a todos.
Esto no ocurre en el caso de las cosas muebles registrables (autos, buques, aeronaves, caballos de carrera)
puesto que la inscripción en el registro es constitutiva del derecho real, y no declarativa como lo es en el caso
de los inmuebles.

El art. 1891 diferencia a los derechos reales ejercidos por la posesión o por actos posesorios.

El código de Vélez no establecía nada al respecto. El nuevo código indica que todos los derechos reales
regulados en él se ejercen por la posesión, excepto las servidumbres y la hipoteca.

Es la relación inmediata que existe entre el sujeto y el objeto lo que permite esta diferenciación. En aquellos
que se ejercen por la posesión, ésta esterioriza la existencia del derecho. En cambio en los otros el objeto
queda en poder del titular de dominio.

8.- Antecedentes del Código Civil de Vélez Sarsfield.

UNIDAD TEMÁTICA II: Teoría General de los Derechos Reales - Adquisición, Trasmisión, Extinción y
Oponibilidad

1.- Adquisición de los Derechos Reales por acto entre vivos:

Dice el art. 1892 en su primer párrafo que la adquisición derivada de un derecho real por actos entre vivos
requiere la concurrencia de título y modo suficientes.

Es importante la diferenciación entre adquisición originaria y derivada ya que en la originaria, quien adquiere
el derecho real lo hace en forma libre y absoluta, en tanto que en la derivada se tiene los requisitos
mencionados (título suficiente y modo suficiente).

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La teoría del título suficiente y modo suficiente es la que se conoce como de la doble causa:

- La causa fuente: es la que se identifica con el título (el instrumento público).


- La causa eficiente: es la tradición.

La adquisición derivada queda en principio sometida a la regla del nemo plus juris (no se puede transmitir
un derecho mejor ni más extenso que el que se tiene).

Los requisitos de título y modo suficientes aplican en tanto se trate de una adquisición derivada, por actos
entre vivos, de derechos reales que se ejercen por la posesión. Para aquellos que no se ejercen por la
posesión, como por ejemplo la hipoteca, se requiere solo el título suficiente y la inscripción registral (ya que
el objeto queda en poder del titular).

En ciertos casos, además, existe un tercer requisito que es la inscripción en el registro respectivo para que la
transmisión produzca efectos frente a terceros. Se conoce esto como un tercer sistema denominado “del
título y modo imperfecto”. En estos casos la inscripción no constituye el derecho pero sí lo perfecciona.

1.1- Título suficiente: concepto y requisitos (Art. 1892).

Sigue el art. 1892: se entiende por título suficiente el acto jurídico revestido de las formas establecidas por
la ley, que tiene por finalidad transmitir o constituir el derecho real.

Al hablar de que el título suficiente es el acto jurídico con las formas requeridas por ley, refiere a requisitos
de fondo y de forma. De fondo porque requiere que el transmitente sea titular del derecho real y tenga
capacidad para hacerlo. Y de forma en cuanto al instrumento portante del acto jurídico: puede ser una
escritura pública (en la venta de un inmueble), un instrumento público como un 08 (en la venta de un auto),
un oficio y testimonio judicial (en el caso de la recepción de una herencia en un juicio sucesorio). Ya se ve
entonces que no solo refiere al documento sino también al acto en sí mismo.

En cuanto al requisito de fondo, debe el título emanar del titular del derecho real que se transmite, quien
además debe tener la capacidad para hacerlo, tal cual surge del penúltimo párrafo del art. 1892.
Volvemos en este punto al principio nemo plus juris; ej: si una persona que no es titular de dominio vende a
otra un inmueble por boleto de compraventa, la escritura no podrá realizarse hasta tanto el vendedor no se
haya convertido en titular de dominio ya que nadie puede transmitir un derecho que no tiene o en mayor
extensión del que tiene.

Es evidente la relación entre los contratos y los derechos reales ya que el contrato (requisito de forma) sirve
de título al derecho real que se adquiere - de forma derivada y por acto entre vivos -, como es el caso de la
compraventa.

Es importante destacar que para los casos de inmuebles, el art. 1017 establece concretamente que la forma
establecida es necesariamente la escritura pública.

1.2.- Modos Suficientes (Art. 1892)

Continúa el art. 1892: la tradición posesoria es modo suficiente para transmitir o constituir derechos reales
que se ejercen por la posesión.

El modo suficiente es la tradición, que en conjunto con el título suficiente hacen adquirir no solo el dominio
sino todos los derechos reales que se ejercen por la posesión.

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En el caso de los inmuebles, la tradición traslativa de dominio es el acto jurídico bilateral por el cual el
tradens pone idealmente al accipiens en cabeza del inmueble, quien a su vez lo recibe de conformidad. Este
acto también requiere de capacidad y de legitimación en ambas partes.

Los derechos reales se deben perfeccionar a través de los modos suficientes, que son los 3 siguientes:

1.2.a.- La tradición posesoria (Art. 750);

El art. 750 establece que el acreedor no adquiere ningún derecho real sobre la cosa antes de la
tradición, excepto disposición legal en contrario.

La tradición posesoria es básicamente la entrega y la recepción de conformidad.

Se puede haber hecho la escritura pública y registro, pero si no hubo tradición (ej.: entrega de la
llave), no se es titular de domino porque no concurren el título (que en el ejemplo sí existe) y el
modo.
Al revés, puede haberse dado la tradición pero si no hubo título suficiente (escritura pública), el
accipiens solo tiene la posesión pero no el derecho real (ej: entrega el inmueble y se firma el boleto
pero aún no la escritura).

Casos en que no es necesaria la tradición:

- Cuando la cosa es tenida a nombre del propietario y éste, por un acto jurídico le transmite el
dominio a quien la tenía.
El ejemplo típico es el de locatario que compra el inmueble locado. Si se mantuviera la regla en
materia posesoria, el locatario debería devolver el inmueble y el locador luego hacer la tradición
para hacerle adquirir el dominio. Esta excepción es para evitar esta doble entrega y recepción.
Recepta la figura de la traditio brevi manu, que es una tradición resultante solo del
consentimiento del vendedor de transmitir el dominio al actual poseedor y del cambio de actitud
del comprador que pasa a comportarse como dueño. En la práctica no hay tradición y el contrato
solo demostrará legitimidad y buena fe en la posesión del comprador.

- Cuando la persona que poseía la cosa a nombre del propietario, pasa a poseerla a nombre de
otro.
Es el caso de de una locación donde el locador vende el inmueble a un tercero. El requisito para
considerar que hubo tradición es la notificación fehaciente al locatario de que es un deudor
cedido.

- Cuando el poseedor de la cosa la transfiere a otro reservándose para sí la tenencia y


constituyéndose en poseedor en nombre de aquél a quien le transfirió la cosa.
Es la figura del constitutto posessorio, donde el poseedor deviene en tenedor (figura inversa de
la traditio brevi manu, donde el tenedor deviene poseedor). El el caso de aquél quien hace una
donación de un inmueble pero sigue viviendo en la casa hasta que se muera.

1.2.b.- La inscripción registral;

Continúa el art. 1892: la inscripción registral es modo suficiente para transmitir o constituir
derechos reales sobre cosas registrables en los casos previstos por la ley y sobre cosas no
registrables, cuando el tipo de derecho así lo requiera.

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En clase se dijo que no soy titular de dominio hasta que no se hace la inscripción de un bien
registrable. Asumo que refiere a los derechos reales para los cuales el registro es constitutivo del
mismo y no meramente declarativo (como el caso de los inmuebles).

1.2.c.- El primer uso;

Continúa el art. 1892: el primer uso es modo suficiente de adquisición para el caso de una
servidumbre positiva.

En este caso de las servidumbres positivas (aquellas que requieren que se haga algo) el derecho
real se considera perfeccionado en el momento en que se realiza el primer uso de la servidumbre.
Ej.: la primera vez que paso.

1.3.- Publicidad suficiente (Art. 1893)

El art. 1893 habla de la inoponibilidad a terceros interesados y de buena fe. Dice que la adquisición o
transmisión de derechos reales consitutidos de conformidad al Código no son oponibles a terceros
interesados y de buena fe, en tanto no tenga tal adquisición o transmisión la publicidad suficiente.

Continúa diciendo que se considera publicidad suficiente a la inscripción registral o a la posesión, según el
caso. Hay que diferenciar entonces el registro declarativo del registro constitutivo.

Publicidad registral:

Para el caso de la transmisión o constitución de derechos reales sobre inmuebles hay que diferenciar dos
estadios:

En el primero, el derecho se adquiere y se lo hace mediante el título y el modo suficientes, pero su


oponibilidad es relativa.
Ese derecho adquirido es solo oponible a las partes que participaron del negocio jurídico que dio forma a la
transmisión o constitución del derecho real de que se trate, a quienes participaron en tales actos y a
aquellos que conocían o debían conocer la existencia del título (el instrumento o el acto) de ese derecho.
Hay que recordar que en derechos reales no hay partes; sí las hay en el negocio jurídico que da forma al
derecho real.

En el segundo estadio se procede a la publicidad registral, es decir a la anotación en el Registro de la


Propiedad Inmueble, lo cual hace que el derecho asentado sea oponible a terceros interesados y de buena
fe. Se pone de manifiesto aquí el carácter declarativo de la registración.

Terceros interesados son los que tienen un interés legítimo, como por ejemplo los sucesores particulares, los
titulares de otros derechos reales, la masa del concurso, los acreedores.
La buena fe es la convicción de actuar conforme a derecho e involucra tanto el aspecto psicológico (la buena
fe creencia) como el aspecto ético o la voluntad de obrar honradamente (la buena fe diligente). Debe estar
convencido de actuar ajustado a derecho y haber tomado diligentemente todos los recaudos previos a la
realización de un negocio jurídico.

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Publicidad posesoria:

El código considera, como se dijo, publicidad suficiente a la registral y a la posesión según el caso. En el
caso de la posesión, se trata de la publicidad que hace al poder de hecho que se tiene sobre las cosas,
comportándose el poseedor como dominus.

En cuanto al registro constitutivo, el tercer párrafo del art. 1893 establece que: si el modo consiste en una
inscripción constitutiva, la registración es presupuesto necesario y suficiente para la oponibilidad del derecho
real. Es decir que para los casos en que la inscripción registral constituya el derecho real, la misma ya hace
que el derecho sea oponible a terceros. No hay en este caso dos estadios diferentes como en el caso del
registro de inmuebles.

1.4.- Principio “nemo plus iuris” en los derechos reales (Arts. 392 y 399).

La regla de nemo plus juris (399) establece que no se puede transmitir un derecho mejor ni más extenso
que el que se tiene.

Ej.: vendo un inmueble a A con una cláusula que establece que no puede él vendérselo a B por 10 años. A
los 5 años, A se lo vende a C. De esta manera, C no podrá vendérselo a B durante 5 años más porque A no
pudo nunca haber transmitido un derecho más extenso que el que tenía (la prohibición de vender a B
durante 10 años).

El art. 392 invoca esta regla al establecer que no tiene ningún valor el derecho real (o personal) sobre un
inmueble o un mueble registrable que haya sido transmitido a un tercero por una persona que adquirió
originalmente ese derecho en virtud de un acto nulo. Entonces se le puede reclamar al tercero, salvo que el
mismo sea subadquirente de buena fe y a título oneroso.

Vale decir: el principio es que se puede perseguir la cosa de los terceros y la excepción es que ese tercero
sea adquiriente de buena fe y a título oneroso.

Para que opere la excepción, hay 4 requisitos: que la invoque el 3ro. que recibió la cosa, que se trate de
inmuebles o muebles registrables (los muebles registrables no robados ni perdidos se rigen por la regla
posesión vale título), que el acto por el cual el 3ro adquirió la cosa haya sido un acto jurídico oneroso y por
último que el tercero haya actuado con buena fe (mayoritariamente se considera que la buena fe implica
haber realizado un estudio de títulos y no simplemente verificar quien era el titular registral).

1.5.- Principio de Convalidación (Art. 1885)

El art. 1885 establece que si una persona que constituye o transmite un derecho real que no tiene, lo
adquiere posteriormente, la constitución o transmisión del derecho queda convalidada.

Es decir, si se transmitió un derecho real inválidamente, quien lo hizo puede convalidar la transmisión
convirtiéndose en titular del derecho. Puede hacerse de manera expresa (ej.: por una compra, una
donación, etc.) o de manera tácita (cuando el verdadero titular no actúa y deja transcurrir el tiempo de la
prescripción adquisitiva sin reivindicarla).

2.- Transmisibilidad de los Derechos Reales (Art. 1906)

El art. 1906 establece que todos los derechos reales son transmisibles, excepto disposición en contrario.

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Ejemplo de una disposición en contrario puede ser lo que establece el art. 2142 para la enajenación del
usufructo: el usufructuario no tiene el ius abutendi (proviene de abundancia: es la posibilidad que tiene el
titular de disponer jurídica y materialmente de la cosa) porque queda en cabeza del propietario al constituirse
el usufructo y por lo tanto no puede enajenar la cosa ni constituir derechos reales de garantía sobre ella.

3.- Extinción de los Derechos Reales (Art. 1907)

El art. 1907 establece como una regla general de extinción para los derechos reales que, más allá de los
medios de extinción de todos los derechos patrimoniales y de los medios de extinción especiales para los
derechos reales, estos se extinguen por la destrucción de la cosa – si la ley no autoriza su reconstrucción -, por
su abandono y por la consolidación de los derechos reales sobre cosa ajena.

Extinción por destrucción de la cosa:

Como el derecho real requiere de la existencia de un bien actual y determinado sobre el cual ejercer la
potestad, si ese objeto desaparece materialmente, se extingue consecuentemente el derecho real.
La extinción absoluta es posible en las cosas muebles pero no así en las inmuebles ya que podrá destruirse una
construcción por un incendio o terremoto, pero el terreno – que al fin de cuentas es el bien raíz – no se va a
destruir.

Extinción por abandono:

El abandono implica no solo la renuncia al derecho real sino también el desprendimiento voluntario de la
posesión de la cosa, confluyendo así el desprendimiento del corpus y la voluntad de no ser más titular.

Se pueden abandonar tanto cosas muebles como inmuebles, en tanto no exista una disposición especial en
contrario (ej.: en propiedad horizontal). Las cosas muebles, una vez abandonadas, devienen en res nullius y
pueden ser apropiadas. En cambio, las cosas inmuebles una vez abandonadas no son susceptibles de
apropiación y pasan como bienes vacantes al dominio privado del Estado.
Respecto de los bienes registrables en general, tengo que inscribir el abandono en el registro y queda para la
Fiscalía de Estado.

El abandono no se presume. Por ello debe ser realizado debe ser probado de forma fehaciente por quien alega
que hubo abandono expreso o tácito de la cosa.

Extinción por consolidación:

La consolidación en derechos reales es la figura equivalente a la confusión en derechos personales (entre


deudor y acreedor); se da la consolidación cuando se reúne el derecho real en una misma persona.

El Código establece que solo pueden extinguirse por consolidación los derechos reales sobre cosa ajena, es
decir: el usufructo, el uso, la habitación, la servidumbre, la hipoteca, la anticresis, la prenda y la superficie en
tanto no exista propiedad superficiaria.

Ej.: tengo un usufructo y compro el campo. Como el dominio es más extenso que el usufructo, lo extingue (se
trata de ser titular de un derecho real sobre cosa ajena vs. el ser titular de un derecho real sobre cosa propia)

4.- Otras formas Adquisición de los Derechos Reales. Remisión a Unidad Temática XVIII

5.- Antecedentes del Código Civil de Vélez Sarsfield.


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UNIDAD TEMÁTICA III: Posesión y Tenencia - Disposiciones Generales

1.- Relaciones de poder del sujeto con la cosa: Posesión y Tenencia.

El art. 1908 establece que las relaciones de poder del sujeto con una cosa son la posesión y la tenencia.

1.1.- Concepto (Arts. 1909 - 1910)

El art. 1909 establece que hay posesión cuando una persona, por sí o por medio de otra, ejerce un poder de
hecho sobre una cosa, comportándose como titular de un derecho real, lo sea o no (porque es el titular o
porque quiere llegar a serlo).

La posesión tiene 3 elementos:

- El ejercicio de ese poder por sí (tengo la cosa o corpus y la intención de ser el dueño o animus) o por
medio de otra persona (un tercero, como por ejemplo un inquilino, tiene la tenencia – corpus – pero
reconoce en mi la intención de ser dueño – animus).

- Elemento objetivo: el corpus. Tener el corpus no implica tener la cosa a tiro o en la mano sino tener la
disponibilidad fáctica para tenerla y usarla cuando quiera.

- Elemento subjetivo: el animus domini. Es la intención de ser dueño de la cosa. Ej.: tengo una TV y
cuando estoy fuera de mi casa, si bien no tengo el corpus allí conmigo, lo tengo desde el punto de vista
de que está disponible para mi cuando quiera usarla.

Todo derecho real - menos la hipoteca y la servidumbre - se ejercen por la posesión (se tiene el corpus y el
animus domini).

El art. 1910 establece que hay tenencia cuando una persona, por sí o por medio de otra, ejerce un poder de
hecho sobre una cosa y se comporta como representante del poseedor.

Se da entonces cuando alguien tiene la cosa y reconoce en otro la intención de ser dominus. No tiene la
posesión porque solo tiene el corpus.

1.2.- Naturaleza jurídica de la posesión:

1.2.a.- Teorías que la consideran un hecho (Savigny, Windscheid);

Para Savigny, tener la posesión de una cosa implicaba tener el corpus y el animus. Si solo se tenía el
corpus, se estaba frente a la tenencia.

Savigny consideraba que la naturaleza jurídica de la posesión era la de que la misma era un hecho
simple. En algunos casos genera circunstancias jurídicas; ej.: poder defenderse si quiere, poder adquirir
por prescripción adquisitiva.

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1.2.b.- Teorías que la consideran un derecho (Ihering, Molitor).

En cambio, para Ihering la naturaleza jurídica de la posesión es la de ser un derecho. El dice que si hay
acciones creadas, son siempre para defender un derecho. Entonces, al haber acciones posesorias, la
posesión es un derecho.

Savigny consideraba en contrario que la ley no daba acciones para proteger a la posesión sino para
proteger al titular de la posesión.

Ihering considera que para que haya posesión debe tenerse el corpus + un mínimo de voluntad (no ya
el animus, comportarse como dueño, como para Savigny) + disponer de las defensas posesorias. Si se
dispone de corpus + mínimo de voluntad + defensas posesorias se tiene posesión.

En cambio se dispone solo de tenencia si se tiene el corpus + un mínimo de voluntad – (menos) las
defensas posesorias.

Cuando habla de un mínimo de voluntad da el ejemplo de alguien que está durmiendo y se le coloca un
lápiz en la mano. Habla de una mera yuxtaposición local. Será entonces poseedor si la persona se da
cuenta de que tiene el lápiz en la mano y si alguien quiere sacárselo se defiende procurando
quedárselo. Será tenedor si no ofrece resistencia.

1.2.c.- Criterio actual dominante. La cuestión en el Código Civil de Vélez Sarsfield.

Para Vélez daba lo mismo la opinión de Savigny o de Ihering ya que su Código no reconocía las
defensas posesorias. Ellas fueron agregadas al Código mediante la modificación por la ley 17.711. Esta
ley reconoce las defensas posesorias por las cuales los tenedores pueden defenderse y esto hace que la
teoría de Ihering no tenga más validez (él diferenciaba justamente a los poseedores y tenedores en
tanto unos disponían de defensas posesorias y los otros no).

La modificación de la ley 17.711 adopta el criterio de Savigny en cuanto a que la naturaleza jurídica de
la posesión es que es un hecho.

Por último, para el Código actual, la naturaleza de la posesión es que es un poder de hecho con
consecuencias jurídicas.

1.3.- Elementos.

- Elemento objetivo: el corpus. Tener el corpus no implica tener la cosa a tiro o en la mano sino tener la
disponibilidad fáctica para tenerla y usarla cuando quiera.

- Elemento subjetivo: el animus domini. Es la intención de ser dueño de la cosa. Ej.: tengo una TV y
cuando estoy fuera de mi casa, si bien no tengo el corpus allí conmigo, lo tengo desde el punto de vista
de que está disponible para mi cuando quiera usarla.

1.4.- Servidores de la posesión (Art. 1.911)

El art. 1911 establece que se presume, a menos que exista prueba en contrario, que es poseedor quien
ejerce un poder de hecho sobre una cosa. Quien utiliza una cosa en virtud de una relación de dependencia,
servicio, hospedaje u hospitalidad, se llama en este Código, servidor de la posesión.

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El Código presume la posesión ya que la persona tiene la cosa bajo su poder, sin perjuicio de que se pueda
probar que aquel que tiene la cosa bajo su poder en realidad no es poseedor puesto que pueda tener
solamente el corpus pero no el animus de ser dueño de la cosa (solo la detenta).

La presunción entonces viene a protege de manera directa la relación real entre la persona y la cosa y de
manera indirecta el derecho real que subyace.

En cuanto al servidor en sí, es una figura que viene del derecho alemán y que está entremedio del poseedor
a nombre propio y el poseedor a nombre ajeno. El servidor tiene la posesión de una cosa pero reconociendo
que la posesión la tiene otra persona (ej.: el chofer que posee el choche que pertenece a su dueño).
Termina reconduciendo a la figura del poseedor en nombre ajeno.

1.4.- Objeto y sujeto plural (Art. 1912) - 1.5.- Coposesión y concurrencia (Art. 1913)

Objeto:

El art. 1912 establece que el objeto de la posesión y de la tenencia es la cosa determinada. Se ejerce por
una o varias personas sobre la totalidad o una parte material de la cosa.

Solo las cosas corporales son susceptibles de una posesión verdadera y propiamente dicha. Esto a diferencia
del objeto de los derechos reales, que también pueden ser las cosas inmateriales (los derechos).

Coposesión:

En cuanto a la posesión por varias personas, el Código anterior hablaba de que cuando la cosa fuera
indivisible, la posesión de una parte importaba la posesión del todo. Ej.: la posesión de un auto donde su
titularidad puede ser compartida pero la relación real no puede ser dividida de forma en que cada uno
aproveche solo la parte que le corresponda según la convención que hayan establecido respecto al uso
compartido. Desde esta perspectiva, la coposesión se convierte en posesión de la totalidad de la cosa.

Concurrencia:

El art. 1913 establece que no pueden concurrir sobre una cosa varias relaciones de poder de la misma
especie que se excluyan entre si.

Ya el Código de Vélez establecía que dos posesiones iguales y de la misma naturaleza no pueden concurrir
sobre la misma cosa. El Código actual no modificó este principio de exclusividad que implica que sobre una
misma cosa pueden converger varias relaciones de poder, por ejemplo: dos poseedores que son condóminos
y un tenedor que es locatario. En este caso se trata por una parte de una coposesión y por otra parte de
una tenencia. Son una relación compartida y una relación distinta a la primera.

Lo que la norma prohibe es la concurrencia de relaciones reales de la misma naturaleza (ej.: posesión) sobre
la misma cosa. Aunque puede haber posesión legítima e ilegítima concurrentemente.

1.6.- Interversión de título (Art. 1915)

El art. 1915 establece que nadie puede cambiar la especie de su relación de poder por su mera voluntad o
por el solo transcurso del tiempo. Se pierde la posesión cuando el que tiene la cosa a nombre del poseedor
manifiesta por actos exteriores la intención de privar al poseedor de disponer de la cosa, y sus actos
producen ese efecto.

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El tipo de posesión (legítima o ilegítima) no puede cambiar por el transcurso del tiempo. En el caso de la
usucapión, hay una posesión ilegítima antes de la sentencia de usucapión y una nueva posesión a partir de
la sentencia (posesión legítima).

Ya Vélez hablaba de posesión legítima cuando la causa de esa relación real se ajusta a derecho e ilegítima a
aquella relación real que no se ajusta a derecho.

La sola voluntad es insuficiente para modificar la causa originaria de detentación de una cosa, por lo que
resulta necesaria la existencia de un acto jurídico válido para dar origen a la nueva relación real.

En este punto es necesario recurrir al art. 1914 que establece que si hay un título (un acto jurídico) que
oficia de causa de la relación de poder (posesión: compraventa, donación, etc. – tenencia: locación,
depósito, etc.), esa relación se presume que comenzó en la fecha de ese título y durará hasta el momento
que en el título se indica.

Como lo indicado en el art. 1914 es una presunción, se puede aportar prueba en contrario por ejemplo
cuando un tenedor en virtud de un contrato de locación ha intervertido su título respecto de la cosa y ha
adquirido la posesión por donación y comienza a poseer el inmueble como dueño.

Sin embargo, la regla por la cual nadie puede por sí cambiar la especie de su relación de poder con la cosa,
deja lugar a ciertas situaciones de hecho por las cuales en forma unilateral un tenedor comienza a actuar
como poseedor. Es el caso de la segunda parte del art. 1915 que reconoce la pérdida de la posesión cuando
el que tiene la cosa a nombre del poseedor manifiesta por actos exteriores la intención de privar al poseedor
de disponer de la cosa, y sus actos efectivamente producen esos efectos.

Aquí también la intención exteriorizada de intervertir el título de tenedor a poseedor es insuficiente por si
sola. En este caso debería haber un título nuevo (nuevo acto jurídico) pero en su lugar hay actos posesorios
(art. 1924 y cualquiera que exteriorice la intención de comportarse como dueño así publicitándolo)
efectuados por el detentador, quien logra a través de ellos excluir al anterior poseedor.

La jurisprudencia indica que para demostrar la interversión del título original de tenedor en otro título
diferente de poseedor, el que era tenedor debe probar que el poseedor perdió la posesión y que el que
hasta ese entonces era tenedor realizó actos exteriores con el objetivo de privar al poseedor de la posesión
y que efectivamente lograron ese efecto.

1.7.- Presunciones: Distintas presunciones (Arts. 1911, 1914, 1916 y 1930)

Art. 1911: presunción de poseedor: la ya vista presunción por la cual quien ejerce una relación de poder
sobre una cosa se presume como poseedor de la misma.

Art. 1914: presunción de fecha y extensión: la recién vista por la cual se presume que si hay un título (acto
jurídico) se presume que la relación real de la que se trate (posesión o tenencia) comenzó en la fecha del
título y durará hasta el momento indicado en él.

Art. 1916: presunción de legitimidad: indica que las relaciones de poder (posesión y tenencia) se presumen
legítimas, aunque admiten prueba en contrario. Serán ilegítimas cuando no importen el ejercicio de un
derecho real o personal constituido de acuerdo a la ley.

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La posesión se clasifica en legítima e ilegítima. Es legítima cuando se ejerce tal como indica el Código que se
ejerce un derecho real; es decir cuando soy titular de un derecho real mediante título y modo. Es ilegítima
cuando no tengo título o modo.

Como agregado, la tenencia será legítima si se ejerce un derecho personal emanado de una relación
contractual (locación, depósito, etc.).

La posesión ilegítima puede darse de varias formas:

- La recibo sin título: tomo la cosa y digo que quiero ser titular.
- El título es nulo: adolece de algún vicio, sea de fondo o de forma.
- Recibo la posesión a través de un modo insuficiente : el modo es suficiente (ej.: escritura) pero en vez de
recibir un inmueble por tradición, me meto.
- Alguien tiene derecho a poseer pero no a transmitir : un inquilino que vende el inmueble que detenta.
- Alguien que no tiene derecho ni de poseer ni de transmitir : te saco el celular y encima lo vendo.

La posesión ilegítima además puede ser de buena fe o de mala fe. La posesión legítima obviamente no
puede tener esta clasificación porque presupone que se cumplió con todos los requisitos previstos por la ley.

- Posesión ilegítima de buena fe : ocurre cuando quien transmite el derecho real no es titular y
diligentemente no pudo haber conocido que no era titular. El art. 1918 establece que el sujeto de la
relación de poder tiene buena fe si no conoce ni puede conocer que no tiene el derecho, es decir que
por un error de hecho esencial y excusable está convencido de su legitimidad.

Ejemplo 1: vendo el lote #5; luego le aparece al comprador una persona que dice que ese terreno es el
lote #6 y que él es el dueño. El título es válido para el comprador pero para la ley no porque
correspondía a un lote distinto al vendido.

Ejemplo 2: Juan legó por testamento a Pedro. Pedro inicia la sucesión testamentaria pero después
aparece un tercero con un testamento otorgado por Juan con fecha posterior al de Pedro y que dice que
le legó a él (al 3ro). El último testamento es el que vale (Juan no tenía herederos forzosos).

- Posesión ilegítima de mala fe: la posesión ilegítima de mala fe puede ser mala fe viciosa o no viciosa.

o Mala fe viciosa: ocurre cuando se sabe que la cosa se toma de alguien que no es el titular o
cuando se toma cometiendo un vicio.

Vicios respecto de inmuebles: Abuso de confianza


Violencia
Clandestinidad

Vicios respecto de muebles: Abuso de confianza


Hurto
Estafa

 Abuso de confianza: se da cuando alguien tenía que devolver algo en un plazo y no lo


restituye abusando de la confianza.

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 Violencia: fuerza sobre las personas o cosas.

 Clandestinidad: ej.: espero que se vaya del inmueble y mediante ocultamiento tomo
posesión.

 Hurto: esto aplica tanto para el hurto como para el robo, acorde a la tipificación penal.

 Estafa: Ej.: el que transmite sabe que NO es el titular; o le digo a alguien que me
entregue la cosa que al otro día le pago o transfiero y no lo hago.

o Mala fe no viciosa: se da cuando se purga el vicio por el transcurso del tiempo. El poseedor
legítimo tiene 1 año para ejercer la acción posesoria y corre desde que el poseedor legítimo tomó
conocimiento de que no tenía la cosa (lo que puede probar por cualquier medio).

Art. 1930: presunción de continuidad: se presume que quien tiene una relación de poder actual y prueba
haberla ejercitado en el pasado, la mantuvo durante el tiempo intermedio. No obstante admite prueba en
contrario. Una vez adquirida la cosa, no es necesario que se realicen permanentemente actos posesorios
para mantener la relación real. Más aún, aunque haya una imposibilidad temporal de realizar actos
posesorios, la conservación del animus más la posibilidad de mera posibilidad de eventualmente poder llegar
a establecer contacto físico con la cosa permite mantener la relación real. Así no hay posibilidad de
apropiación.

1.8.- Innecesariedad de Título (Art. 1917)

El art. 1917 establece que el sujeto de la relación de poder sobre una cosa no tiene obligación de producir
su título a la posesión o a la tenencia, salvo que deba exhibirlo como obligación inherente a su relación de
poder.

Se dice que el poseedor “posee por que posee” y por lo tanto es innecesario producir su título de posesión o
tenencia. El titular de la relación de poder tiene a su favor la presunción de legitimidad de esa relación y por
lo tanto, en principio, no debe ampararse en ningún título para demostrarla.

Salvo que exista prueba en contrario y trate de defender la bondad de la causa de su relación de poder y en
ese caso exhibirá el título para probar entre otras cosas la fecha y la extensión de su relación de poder con
la cosa.

1.9.- Determinación de buena o mala fe (Arts. 1918 - 1920)

La buena fe se presume, salvo prueba en contrario. La mala fe se presume en los siguientes casos:

- Cuando el título es de nulidad manifiesta.


- Cuando se adquiere de una persona que habitualmente no hace tradición de esa clase de cosas y carece
de medios para adquirirlas.
- Cuando recae sobre ganado marcado o señalado, si el diseño fue registrado por otra persona.

La buena o mala fe se determina al comienzo de la relación de poder y permanece invariable mientras no se


produce una nueva adquisición. Si no se puede determinar el tiempo en que comenzó la mala fe, se debe
estar al día de la citación al juicio.

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La posesión o tenencia ilegítima de buena fe le permite al poseedor o tenedor hacer suyos los frutos durante
todo el período de posesión y hasta la notificación de la demanda. Además tiene derecho a reclamar el
reembolso de los gastos efectuados en el inmueble y más importante, le da la posibilidad de usucapir.

1.10.- Clasificación de las Relaciones de Poder (Art. 1921)

El art. 1921 lleva como título: Posesión viciosa. Ya fue visto en la clasificación de la posesión.

2.- Antecedentes del Código Civil de Vélez Sarsfield.

UNIDAD TEMÁTICA IV: Posesión y Tenencia - Adquisición, Ejercicio, Conservación, Extinción y Efectos

1.- Adquisición de poder:

1.1.- Forma y Capacidad (Art. 1922 y 1926)

El art. 1922 establece que para adquirir una relación de poder sobre una cosa, esa relación debe
establecerse voluntariamente:
a) Por un sujeto capaz, aunque los menores que tengan 10 años pueden hacerlo (ya que se considera que
pueden distinguir lo que está bien de lo que está mal, tienen la capacidad de entender y querer).
b) Por medio de un contacto con la cosa, de la posibilidad física de establecer ese contacto, o cuando la
cosa ingresa en el ámbito de custodia del adquirente.

Capacidad:

La tradición, siendo un acto jurídico bilateral, requiere capacidad tanto de quien entrega la cosa como de
quien la recibe. La incapacidad de alguno de ellos hace nula a la tradición. Nótese que se trata de adquirir el
poder – la relación real – y no el derecho real. Por ello no se requiere capacidad de contratar sino una
mínima capacidad de comprender los actos que se realizan.

Contacto con la cosa:

La aprehensión de la cosa no implica necesariamente el contacto con ella; basta la posibilidad de disponer
de ella en cualquier momento o de poder recrear la relación con el objeto cuantas veces se quiera. Prueba
de ello es que la posesión puede ejercerse no solo por sí sino por otros, por ejemplo.

Existe un tercer requisito para poder adquirir una relación de poder – posesión o tenencia – que lo establece
el art. 1926 y es que la cosa debe estar libre de toda relación excluyente y no debe mediar oposición
alguna.

Esto refiere al principio de no concurrencia establecido en el art. 1913 por el cual no puede haber dos
relaciones de poder de la misma especie que se excluyan entre sí; puede haber posesión y tenencia, puede
haber coposesión, puede haber un poseedor legítimo y otro ilegítimo, pero no puede haber dos poseedores
o dos tenedores.

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1.2.- Modos de Adquisición: tradición. Excepciones: Traditio brevi manu y Constituto Posesorio. Otras formas
de tradición (Arts. 1923 - 1925)

El art. 1923 establece que las relaciones de poder – posesión y tenencia – solo se adquieren por tradición.

Adicionalmente, el art. 1924 establece que hay tradición cuando una parte entrega una cosa a otra que la
recibe. La tradición debe consistir en la realización de actos materiales de, por lo menos, una de las partes,
que otorguen poder de hecho sobre la cosa. Estos actos no pueden suplantarse por la mera declaración del
tradens diciendo que la está dando, o del accipiens diciendo que la está recibiendo . Esta declaración es
oponible a los que participan del acto pero no a terceros.

El acto jurídico tradición produce el desplazamiento de la potestad sobre la cosa, desde el transmitente
hacia el adquirente. Este desplazamiento no es válido si se manifiesta por meras declaraciones; tiene que
exteriorizarse mediante actos materiales que el Código enumera en el art. 1928 y que constituyen en su
conjunto lo que se denomina “actos posesorios”.

En la última parte, el art. 1923 también indica que la posesión se adquiere asimismo por el apoderamiento
de la cosa. Se trata en este caso de la adquisición originaria, es decir de las cosas sin dueño. A diferencia de
la tradición, que es una acto jurídico bilateral, el apoderamiento es un hecho voluntario que puede ser lícito
(1947, adquisición por apropiación) o ilícito (1921, posesión viciosa).

Traditio brevi manu:

El art. 1923, si bien establece que las relaciones de poder se adquieren por la tradición, también indica que
hay excepciones.

Una de ellas es la que se conoce con la expresión Traditio Brevi Manu Regular, que ocurre cuando la cosa es
tenida por un tenedor en representación del propietario y pasa a ser tenida en calidad de poseedor. Ej.: el
inquilino que ya tiene el inmueble (reconociendo la posesión en el dueño) y lo compra (pasa a comportarse
como dueño). No hay necesidad de hacer una doble entrega de la cosa.

Pero también puede darse la Traditio Brevi Manu Irregular, como cuando el tenedor que tenía la cosa a
nombre de un propietario, empieza a tenerla pero a nombre de otro propietario. Se considera que la
tradición ficta ocurre en el momento en que el tenedor queda notificado de la identidad del nuevo poseedor.
Ej.: el propietario vende el inmueble alquilado a un tercero; desde que se le notifica al inquilino que el
dueño es ese tercero, se considera que hubo tradición.

Consituto posesorio:

La otra excepción prevista es la que se conoce como Constituto Posesorio, que ocurre cuando el poseedor
transfiere la cosa a otro, reservándose para sí la tenencia y constituyéndose entonces en tenedor a nombre
del nuevo poseedor. Ej.: vendo una casa pero me quedo en ella un mes más hasta que me pueda mudar.

2.- Ejercicio: Actos posesorios (Art. 1928)

Las relaciones de poder se ejercen por medio de los actos posesorios. A ellos refiere el art. 1928 al señalar que
constituyen actos posesorios sobre la cosa los siguientes: su cultura, percepción de frutos, amojonamiento o
impresión de signos materiales, mejora, exclusión de terceros y en general su apoderamiento por cualquier
modo que se obtenga.

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Esta enumeración es meramente enunciativa. Pueden serlo también la mensura y deslinde, el pago de
impuestos hecho periódicamente y por tiempo sostenido, la locación del inmueble. Cualquier acto posesorio
que se alegue debe ser probado.

Pero no solo basta con realizar el acto, sino que se debe realizar con el animus de obrar como propietario.
Distinto puede ser un acto realizado por un vecino en propiedad del poseedor quien le permite realizarlo por su
buena voluntad.

Realizado uno o varios de estos actos, se adquiere la posesión.

3.- Conservación (Art. 1929)

El art. 1929 establece que las relaciones de poder se conservan hasta su extinción, aunque el ejercicio de esas
relaciones esté impedido por alguna causa transitoria.

La posesión (según la clase) se conserva y se pierde por la conservación y la pérdida del animus. Conservando
el animus, conserva las acciones posesorias y por tanto la cosa no reviste la calidad de perdida y no puede ser
apropiada.
No obstante, hay excepciones en las que si se pierde el corpus se pierde la posesión: ej.: si se destruye el
objeto, si hay una imposibilidad razonable de recuperar la cosa (se cayó a un rio), la cosa es robada en otro
país, etc. La ley presume en estos casos que se pierde el animus también.

El poseedor o tenedor conserva la relación de poder hasta que ella se extingue, tanto que no es necesario que
haga un ejercicio permanente mediante actos posesorios. Aunque hubiere una imposibilidad temporaria de
ejercer actos posesorios, basta con que el poseedor pueda acceder al contacto con la cosa donde se encuentre,
sumado al animus, para que la relación real se mantenga.

4.- Extinción (Art. 1931)

El art. 1931 establece que la posesión y la tenencia se extinguen cuando se pierde el poder de hecho sobre la
cosa. En particular hay extinción cuando:

a) Se extingue la cosa: se entiende por extinción tanto la destrucción como la transformación de la cosa
(ej.: materia prima que deviene en producto terminado).

b) Otro priva al sujeto de la cosa : la relación de poder la pierde el sujeto y la adquiere un tercero que
asume el carácter de poseedor ilegítimo, de mala fe y vicioso. La pérdida y subsiguiente adquisición
ocurren sin intervalo de tiempo.

c) El sujeto se encuentra en imposibilidad física perdurable de ejercer la posesión o tenencia : aunque el


poseedor mantenga el animus, será imposible recrear el contacto con la cosa. Ej.: la cosa cae al mar.

d) Desaparece la probabilidad razonable de hallar la cosa perdida : se entiende que si el animus se sostiene
aunque la cosa este perdida con posibilidad de hallarla, se mantiene la posesión. En este caso, la
posibilidad de hallar la cosa perdida se hace razonablemente improbable. Ej.: se perdió la cosa en el
extranjero.

e) El sujeto hace abandono expreso y voluntario de la cosa : para que se extinga la relación real, debe
perderse en este caso la voluntad y el titular debe hacer abandono (1907) de la cosa de manera expresa
y tienen que ser de forma voluntaria y no forzada.

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5.- Efectos de las relaciones de poder:

5.1.- Derechos y deberes inherentes a la posesión. Frutos y Mejoras. Productos (Arts. 1932 - 1938)

Derechos:

El art. 1932 habla de los derechos inherentes a la posesión y establece que el poseedor y el tenedor tienen
derecho a ejercer las servidumbres reales que corresponden a la cosa. Además tienen el derecho de exigir
que se respeten las limitaciones impuestas al dominio privado.

En cuanto a las servidumbres reales, las mismas benefician en realidad al fundo y no a su poseedor y por lo
tanto toma partido de ellas cualquier poseedor del inmueble.
En cuanto a las limitaciones impuestas al dominio privado, ellas pueden ser por ejemplo las inmisiones
(molestias por humo, ruido, vibraciones, etc. que no deben exceder lo normal), el camino de sirga (15 mts.
libres desde el cauce de un curso navegable), el acceso de personas que trabajen en una obra o las
instalaciones provisorias de ella (permitir instalación de andamios, acceso de obreros, etc.), árboles,
arbustos u otras plantas que causen molestias más allá de la normal tolerancia, etc.

Deberes:

El art. 1933 habla de los deberes inherentes a la posesión y establece que el poseedor y el tenedor tiene el
deber de restituir la cosa a aquella persona que tenga el derecho de reclamarla, aunque no se haya
contraído una obligación para ello.
Deben además respetar las cargas reales, las medidas judiciales inherentes a la cosa y los límites impuestos
al dominio privado.

Al hablar de cargas reales se refiere a aquellas obligaciones que se tienen en virtud de la cosa por el solo
hecho de ser titular de la relación de poder. Si el obligado deja de poseer la cosa, deja de estar obligado. De
manera que el abandono, la enajenación o la pérdida liberan al deudor.

Al hablar del deber de respetar las medidas judiciales inherentes a la cosa, refiere más bien a una norma
procesal que tiene por objeto facilitar la comprobación de la existencia de la cosa y verificar sus
características y estado de conservación (mostrarla) si es que estuviera por entablarse un litigio y para
decreta posibles medidas cautelares.

En cuanto a los límites al dominio privado, tratándose aquí de deberes, tiene que cumplir aquellas cosas que
limitan al dominio relacionadas con el mantenimiento del propio fundo y las molestias causadas a los
vecinos.

Frutos y mejoras:

En primer lugar el art. 1934 define lo que son los frutos y las mejoras y dice que en el Código se entenderá
por:

a) Fruto percibido: el que separado de la cosa es objeto de una nueva relación posesoria. Si se trata de un
fruto civil (ej.: canon locativo) se considera pervivido a aquel devengado y cobrado.

b) Fruto pendiente: el todavía no percibido. Si se trata de un fruto civil, será entonces el devengado pero
aún no cobrado.
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c) Mejora de mero mantenimiento : la reparación de deterioros menores originados por el uso ordinario de
la cosa.

d) Mejora necesaria: la reparación que resulta indispensable para la conservación de la cosa.

e) Mejora útil: la mejora beneficiosa para cualquier sujeto de la relación.

f) Mejora suntuaria: la mejora de mero lujo o recreo o provecho exclusivo para quien la realizó.

El art. 1935 establece la forma en que corresponde la adquisición de frutos o productos según el poseedor
sea de buena o de mala fe.

A estos efectos es importante recordar la definición que el Código hace para frutos o productos en su art.
233:

- Frutos: son los objetos que un bien produce, de modo renovable, sin que se altere o disminuya la
sustancia de la cosa.
o Frutos naturales: son las producciones espontáneas de la naturaleza.
o Frutos industriales: son los que se producen por la industria del hombre o la cultura de la tierra.
o Frutos civiles: son las rentas que produce la cosa.
- Productos: son los objetos no renovables que separados o sacados de la cosa alteran o disminuyen su
sustancia.

Volviendo al 1935, el mismo establece que la regla es que el poseedor de la cosa siempre actúe con buena
fe en cada hecho de percepción de frutos.

Siendo así, el poseedor (legítimo e ilegítimo) de buena fe hace suyos:

- Los frutos – naturales y civiles – percibidos (son aquellos que constituyen una nueva relación de poder).
- Los frutos naturales devengados y no percibidos (una manzana caída de su árbol).

Los frutos pendientes le corresponden a quien tiene derecho a que se le restituya la cosa. Si el poseedor
que debe restituir la cosa que tiene frutos pendientes hizo gastos para la producción de esos frutos (ej.:
cuidado del árbol en frutos naturales o industriales; gestiones de cobro en los frutos civiles), ellos le deben
ser reembolsados por el propietario.

El poseedor de mala fe debe restituir:

- Los frutos que él percibió y los que no percibió por su propia culpa.
- Todos los productos que haya obtenido de la cosa (ya que los productos disminuyen o alteran a la cosa
en su sustancia).

Responsabilidad por destrucción de la cosa:

El poseedor de buena fe responde por la destrucción total o parcial de la cosa hasta la medida del provecho
que se pueda hacer de lo que subsista de la cosa. No distingue si la destrucción fue por culpa de un tercero
o por su propia culpa (considerando por tanto el abuso de que el poseedor de buena fe pudiera hacer de
sus facultades).

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El poseedor de mala fe responde por distintas cosas, según la posesión de mala fe sea viciosa (el poseedor
sabe que la cosa no es de él o la tomó por medio de un vicio) o no viciosa (el vicio se purgó por el
transcurso del tiempo – 1 año sin accionar).

- Mala fe no viciosa: responde por la destrucción total o parcial de la cosa, salvo que ello hubiese ocurrido
igualmente de estar la cosa en manos de quien tiene derecho a su restitución.

- Mala fe viciosa: responde por la destrucción total o parcial, aún si ello hubiese ocurrido en manos de
quien tiene el derecho a su restitución.

Transmisión de obligaciones al sucesor:

El art. 1937 establece que el sucesor particular (ej.: un comprador, un donatario) sucede a su antecesor
respecto de las obligaciones inherentes a la posesión sobre la cosa. Ej.: en materia de propiedad horizontal,
el propietario (poseedor) debe hacerse cargo de las expensas comunes, aún si ellas están devengadas antes
de que el propietario adquiera el inmueble.

Pero frente a esas obligaciones solo responde con la cosa misma y no con el resto de su patrimonio.

Indemnización y pago de mejoras:

El art. 1938 establece que todo sujeto de una relación de poder (poseedor o tenedor):

- Puede reclamar:
o Las mejoras necesarias: (las que sirven para mantenimiento de la cosa) salvo que se hayan
originado por su culpa si se es poseedor de mala fe.
o Las mejoras útiles: (las que benefician a cualquier poseedor) solo hasta el punto en que se
incrementa el valor de la cosa.

- No puede reclamar:
o Las mejoras de mero mantenimiento: (reparación de deterioros menores por el normal uso).
o Las mejoras suntuarias: (las que solo aprovecha él) aunque las puede retirar si no daña la cosa.

Los acrecentamientos por hechos de la naturaleza nunca son indemnizables.

5.2.- Efectos propios de la posesión (Art. 1939, 1895 - 1897)

El art. 1939, al establecer los efectos propios de la posesión, remite a los arts. 1895 y 1897:

- 1895: la posesión de cosas muebles no registrables, no hurtadas ni perdidas hace presumir que el
poseedor es titular del derecho real sobre la cosa (posesión vale título), salvo que el verdadero
propietario pruebe que la adquisición fue a título gratuito.

- 1897: teniendo la cosa y habiéndose cumplido los plazos legales, la posesión permite adquirir el derecho
real sobre una cosa (prescripción adquisitiva).

- En clase se agregó que el poseedor dispone de las defensas posesorias.

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Adicionalmente, el art. 1939 indica que el poseedor de la cosa debe cumplir con el pago total de impuestos,
tasas y contribuciones que graven la cosa, y cumplir con la obligación de cerramiento. Esto salvo que exista
una disposición en contrario.

5.3.- Efectos propios de la tenencia (Art. 1940)

El art. 1940 establece que el tenedor está obligado a:

- Conservar (y mantener) la cosa: aunque puede reclamar al poseedor el reintegro de los gastos de
conservación.

- Informar al poseedor si un tercero lo está perturbando respecto de la cosa : si no lo hace responderá por
los daños ocasionadas al poseedor y perderá la garantía por evicción si corresponde.

- Restituir la cosa a quien tenga el derecho de reclamarla : aunque previamente tiene que haber citado
fehacientemente a los otros que la pretendan.

- En clase se mencionó la obligación del tenedor de exhibir el inmueble a pedido del juez, por causa de
algún litigio. Antes de exhibirlo debe dar aviso al poseedor. De todas maneras, si el poseedor se niega a
permitirlo, el tenedor debe mostrarlo igual porque no puede incumplir la orden de juez.

6.- Antecedentes del Código Civil de Vélez Sarsfield.

UNIDAD TEMÁTICA V: Defensas de la Posesión y de la Tenencia

1.- La protección de la posesión y la tenencia: Concepto. Fundamentos de la protección posesoria: distintas


teorías: 1) Relativas (Savigny, Rudorff, Thibaut, Roder); 2) Absolutas: (Gans, Stahl, Ihering); 3) Mixtas
(Molitor). La protección posesoria en el Código Civil de Vélez Sarsfield.

Las relaciones de poder son valiosas por sí mismas, más allá de que haya un derecho real sobre la cosa. Por
eso se instauran medios eficaces para su protección frente a las distintas conductas que ataquen a aquellas
relaciones.

El objetivo de las acciones posesorias es preservar la paz y convivencia sociales y evitar así la justicia por mano
propia que no es coherente con el Estado de derecho.
Se aspira a que frente a un conflicto, la autoridad judicial restaure el orden quebrantado, volviendo las cosas al
estado anterior al ataque y ordenando la reparación de los daños que se hayan verificado. Se pretende
entonces a través de estas acciones posesorias mantener o recuperar el objeto sobre el cual el actor tiene una
relación de poder.

Se defiende ante la producción efectiva o inminente de actos materiales que signifiquen tomar l aposesión de
las cosas contra la voluntad del poseedor o tenedor.

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2.- Finalidad y lesiones que habilitan las acciones posesorias en el Código Civil y Comercial de la Nación. (Art.
2238)

Finalidad:

Establece el art. 2238 que las acciones posesorias, según haya turbación o desapoderamiento, tienen por
finalidad mantener o recuperar el objeto sobre el que se tiene la relación de poder.

Lesiones que las habilitan:

Se otorgan tales acciones ante actos materiales, producidos o de inminente producción, ejecutados con
intención de tomar la posesión, en contra de la voluntad del poseedor o tenedor.

Vale decir que los requisitos son:

- Que haya una turbación o un desapoderamiento, o que ello sea inminente .

- Que el agresor tenga intensión de poseer : si el agresor realiza la acción con la intención de vender la
cosa a un tercero, el titular ya no tendrá la acción posesoria sino que tendrá una acción daños y
perjuicios. De la misma manera si el agresor destruye la cosa, el titular tendrá una acción por daños y no
posesoria ya que la exteriorización de la voluntad del agresor no demostró la voluntad de querer
empezar a poseer.

- Que la agresión se realice en contra de la voluntad del poseedor o tenedor : si la actividad es consentida,
autorizada o tolerada por el titular, no hay turbación o desapoderamiento.

Cabe agregar que la ejecución de decisiones de autoridades públicas, judiciales o administrativas no


implican agresiones que puedan ser contestadas por acciones posesorias, salvo que sean ilegítimas, violando
las garantías constitucionales de debido proceso y defensa en juicio, o realizadas de manera inconsulta y
manu militari.

El art. 2239 además agrega que el hecho de tener un título válido no otorga la posesión o la tenencia. Lo
que sí da es el derecho a requerirla por la vía legal (no puede tomarla por sí).

2.1.- Turbación: concepto y análisis.

El art. continúa diciendo que hay turbación cuando de los actos no resulta una exclusión absoluta del
poseedor o tenedor, respecto de su relación con la cosa. Define a la figura por su resultado.

Se trata entonces de una actividad que obstaculiza o hace más gravosa la relación de poder y genera un
cambio en la situación de hecho porque el poseedor o tenedor no pueden ejercer su relación de la manera
en la que la venían haciendo.

Eventualmente, si el titular no actúa frente a la turbación y ella se sostiene en el tiempo, puede desembocar
en un desapoderamiento. En clase se dijo que hay una fina línea de diferencia; ej.: si me sacan algo, hay
turbación o desapoderamiento? Si yo quiero recuperar la cosa y demuestran una intención de retenerla, hay
desapoderamiento y no turbación.

2.2.- Desapoderamiento: concepto y análisis.

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Hay desapoderamiento, dice el art., cuando los actos tienen el efecto de excluir absolutamente al poseedor o
tenedor, respecto de su relación con la cosa.

También aquí se define a la figura por su resultado, sin atender a los medios por los cuales se concreta
(incluye entonces violencia, clandestinidad, abuso de confianza, hurto y estafa).

3.- Defensas en particular:

3.1.- Defensa Extrajudicial: Requisitos y límites. Diferencias con la legítima defensa en el derecho penal (Art.
2240)

El art. 2240 establece que ante una turbación puedo ejercer una defensa extrajudicial. La regla es que nadie
puede mantener o recuperar la posesión o la tenencia por mano propia, salvo que concurran los siguientes 4
requisitos:

- Que haya un ataque violento (físico o moral) . Siendo el requisito un ataque violento, se excluye para
ejecutar esta defensa los casos de clandestinidad y abuso de confianza.
- Que el auxilio de la autoridad judicial o policial no puedan llegar a tiempo para impedirlo .

En tal caso el afectado debe defenderse:

- Sin mediar intervalo de tiempo entre el ataque y la defensa .


- Sin exceder los límites de la propia defensa.

Esta defensa sirve para cualquier poseedor (legítimo, ilegítimo de buena fe o de mala fe vicioso o no
vicioso), tenedor e incluso para los servidores de la posesión (los dependientes del poseedor) y protege solo
contra una turbación, ya que si se tratase de desapoderamiento, con certeza medió intervalo de tiempo
luego del ataque y hasta que fue conocido por el titular, y solo se podrá ir necesariamente al juez para
iniciar la acción posesoria.

3.2.- Defensas Judiciales:

3.2.a.- Acción de Despojo (Art. 2241)

A favor de quienes:

El art. 2241 establece que la acción de despojo corresponde a cualquier poseedor (legítimo o ilegítimo,
de buena o mala fe, viciosa o no viciosa) y a cualquier tenedor (interesado, no interesado o simple
tenedor). No disponen de esta acción los servidores de la posesión.

Objetivo:

El objetivo de la acción es recuperar la posesión o la tenencia sobre una cosa o universalidad de hecho.
Corresponde exclusivamente cuando de los actos resulte el desapoderamiento .

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Contra quienes:

Esta acción se ejerce contra el despojante y sus cómplices, sus herederos universales y sucesores
particulares de mala fe.
No se puede intentar la acción contra el sucesor particular de buena fe y a título oneroso, ya que éste
desconoce el origen de la relación de poder y como fue adquirida por quien le transmitió la cosa. E
incluso puede ejercerla un poseedor ilegítimo contra el dueño del bien si éste toma la cosa por mano
propia y sin recurrir al juez.

Obra:

El art. 2241 en su segundo párrafo viene a ocuparse de lo que el Código anterior consideraba como una
acción (interdicto) de obra nueva. Establece que la acción por despojo también comprende el
desapoderamiento producido por la realización de una obra que se comienza a hacer en la cosa sobre la
cual se ejerce la posesión o tenencia.

Sirve no solo para obras sobre inmuebles sino para muebles también. No solo puede tratarse de obras
nuevas sino que puede tratarse también de remodelaciones o alteraciones de obras ya existentes.

El término obra debe interpretarse en sentido extenso ya que no solo refiere a construcciones y
edificaciones sino también a plantaciones, mejoras e incluso su demolición o destrucción.

Un aspecto importante es que el actor puede intentar la acción de despojo no solo ante el comienzo
efectivo de una obra sobre la cosa sino también ante la certeza de su inminente realización (aunque no
se haya comenzado; ej.: colocación de andamios en el inmueble). Así se estaría invocando una posible
amenaza concreta sobre el objeto de su relación de poder.

No importa que el ofensor esgrima que obtuvo autorización del ente de contralor pertinente para
realizar la obra.

El objetivo de la acción de despojo cuando media una obra es suspender el comienzo o la continuación
de la ejecución de la misma durante la tramitación del juicio, y la restitución de las cosas al estado
inicial (con la consiguiente remoción o demolición de lo hecho a costa de la parte vencida). Siempre
tendrá que evaluar el juez que el actor no haya hecho abuso de derecho y haya esperado a que la obra
estuviera casi finalizada para iniciar la acción (se convertiría en ese caso en una acción por daños y
perjuicios).

Sentencia:

La solución del juez será o bien rechazar la demanda o hacer lugar a ella. Si hace lugar, debe ordenar la
restitución de la cosa o universalidad de hecho; o en caso de obra, la remoción de la misma.

3.2.b.- Acción de Mantener (Art. 2242)

A favor de quienes y contra quienes:

El art. 2242 refiere a la acción que tiene por objeto mantener la posesión o la tenencia sobre una cosa o
universalidad de hecho y corresponde a todo poseedor o tenedor (aún si fuera vicioso), contra quien lo
turba en todo o en parte del objeto.

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En este caso, a diferencia de la acción de despojo, la misma se dirige contra el turbador y sus cómplices
pero no contra sus sucesores ya que si el agresor se muere cesa la turbación (salvo que los herederos
persistan en la misma actitud y continúen atacando al actor).

Daño temido:

El segundo párrafo del art. refiere a la denuncia por daño temido, donde establece que la acción de
mantener comprende la turbación que se produce ya no por un hecho concreto realizado sobre la cosa
sino que se produce por la amenaza fundada de sufrir un desapoderamiento por actos que anuncian la
inminente realización de una obra.

La diferencia con la acción de despojo es que aquí no hay una actividad en curso sobre la cosa de la
cual se pueda derivar un ataque a la posesión o tenencia. En este caso, se trata de una situación
preexistente que se pretende modificar o remover para evitar así que se produzca un daño.
Ej.: un edificio lindero en ruinas que puede desprender materiales; un árbol seco que pudiera caerse;
un auto o barco abandonado.

Sentencia:

El juez puede rechazar o hacer lugar. Si hace lugar a la demanda, debe ordenar el cese de la turbación
y adoptar medidas para impedir que vuelva a ocurrir. En el caso del daño temido, se arbitrarán las
medidas necesarias para que el peligro cese (ej.: reparación de las construcciones, remoción de los
autos o barcos, poda o tala de árboles, etc.)

4.- Juicio Posesorio: Prueba. Conversión. Legitimación. Proceso (Art. 2243 - 2246)

El art. 2246 establece que el juicio posesorio se tramitará por el proceso más abreviado que establecen las
leyes procesales (sumarísimo) o en su defecto el que determine el juez atendiendo a las circunstancias. Sobre
este último punto, hay provincias en las que hay un juicio más abreviado (amparo) pero no corresponde para el
caso así que por ello es determinación del juez.

Prueba:

El art. 2243 establece que si hay dudas sobre quien ejerce la relación de poder sobre la cosa, se considerará
como tal al que pueda acreditar que estuvo en contacto con la cosa con fecha más cercana a la lesión. Si tal
prueba no se produce, se considerará poseedor o tenedor al que pruebe una relación de poder más antigua
con la cosa.

Ej.: dos personas ejercen actos posesorios sobre un mismo fundo no cercado (pastoreo de animales, plantación
y recolección de frutos). En un momento uno de ellos cerca totalmente el fundo excluyendo al otro, quien insta
la acción de despojo. En este caso el legislador indica que el juez deberá estar a favor del que pueda acreditar
estar en contacto con la cosa a la fecha más cercana a la lesión, o en su defecto al que pueda probar mayor
antigüedad en su relación de poder con el fundo.

Si el juez no puede determinarlo en función de estas pautas queda abierta la vía petitoria para verificar si
alguna de las parte tiene un derecho real sobre la cosa (es decir si tiene derecho a poseer o a tener). Aquí la
diferencia entre el juicio posesorio y el juicio petitorio; en el primero se dirime la cuestión de la relación real y
en el segundo (que puede luego incorporarse al primero) se dirime si alguien tenía un derecho real (no ya una
relación) sobre la cosa.

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Conversión:

El art. 2244 establece que si durante el proceso se produce una lesión mayor a la que existía al momento de la
traba de la litis (demanda + contestación), el afectado puede pedirle al juez que convierta al proceso
originariamente por turbación en despojo. Así se retrotraerá el proceso hacia el momento de la traba de la litis
sin necesidad de iniciar un proceso nuevo completo (lo más complejo generalmente es notificar la demanda).
Siempre debe estarse a que no afecte la garantía de defensa en juicio.

El motivo de esto es que se considera que una turbación es un desapoderamiento en proceso y si se agravara
la situación original y no se permitiera convertir el proceso, se correría el riesgo de llegar a una sentencia que
no tendría ya sentido ser ejecutada.

Legitimación:

El art. 2245 establece que corresponden las acciones posesorias a los poseedores de cosas o universalidades
de hecho (ej.: libros de una bliblioteca, animales de un rebaño), o partes materiales de una cosa. Cualquiera de
los coposeedores puede ejercer las acciones sin que los otros concurran a las mismas e incluso contra
cualesquiera de ellos si lo despojan o turban en el ejercicio de la posesión común. Pero no procede la acción si
la cuestión trata de quien tiene mayor o menor extensión sobre la cosa.

Los tenedores pueden ejercer las acciones posesorias por hechos que sean en contra del poseedor (ej.: un
inquilino ejerce la acción posesoria a favor del locador) y pedir que la cosa sea puesta en posesión del
poseedor nuevamente, e incluso si el poseedor no quiere recibir la cosa, el tenedor queda facultado a tomarla
directamente.

Los servidores de la posesión solo tienen la acción extrajudicial y solo podrán en tal caso dar aviso al poseedor
para que accione. El tenedor también está obligado a informar al poseedor, sin embargo si éste no acciona, el
tenedor puede accionar a favor de aquél.

5.- Interdictos del Código de Procesal Civil y Comercial Prov. De Buenos Aires:

5.1.- Interdicto de Retener: Procedencia y procedimiento (Arts. 604 al 607 CPCC)

5.2.- Interdicto de Recobrar: Procedencia y procedimiento (Arts. 608 al 612 CPCC)

5.3.- Interdicto de Obra Nueva: Procedencia, procedimiento (Arts. 613 y 614 CPCC)

6.- Jurisprudencia.

7.- Antecedentes del Código Civil de Vélez Sarsfield.

UNIDAD TEMÁTICA VI: Dominio - Disposiciones Generales

1.- Origen y evolución histórica de la propiedad.


1.1.- Nociones en el Derecho Romano y en la Edad Media.
1.2.- Propiedad y liberalismo.
1.3.- La llamada cuestión social.
1.4.- La propiedad y la Iglesia Católica.
1.5.- La función social de la Propiedad.
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1.6.- La propiedad en los países comunistas.

2.- Propiedad y Dominio.

2.1.- Cuestiones sobre el significado técnico de ambos vocablos e importancia desde el punto de vista
constitucional.

El vocablo Propiedad engloba varias especies, dentro de las cuales se encuentra el domino. Es entonces una
relación de género y especie. La propiedad es un derecho establecido en la Constitución, en tanto que el
dominio es un derecho real establecido en el Código y por lo tanto tiene un rango menor al de Propiedad.

2.2. Garantías constitucionales: artículos de la Constitución implicados.

3.- Derecho Real de Dominio:

El dominio es el derecho real a partir del cual nacen el resto de los derechos reales, ya que es el más extenso.

3.1.- Concepto y análisis (Art. 1941).

El art. 1941 define al Domino Perfecto indicando que es el derecho real que otorga todas las facultades de
usar, gozar y disponer material y jurídicamente de una cosa, dentro de los límites previstos por la ley.
Agrega que el dominio se presume perfecto hasta que se demuestre lo contrario .

Es en principio un derecho real ya que refiere a la existencia de una relación entre una persona y un objeto,
relación esta que debe ser directa.

El titular tiene los siguientes beneficios: el ius persecuendi (puede perseguir la cosa de quien la detente), el
ius preferendi (tiene preferencia por sobre otros que puedan pretender la cosa) y tiene acciones para
defender su derecho.

3.2.- Caracteres:

3.2.a.- Carácter Absoluto: Análisis del Ius utendi, Ius fruendi e Ius abutendi. Implicancia de la Teoría del
Abuso del derecho (Art. 10 y 1941)

El art. 1941 también refiere al carácter absoluto que tiene el derecho real de dominio perfecto ya que es
el derecho real que más facultades otorga a su titular. La concepción clásica incluye respecto de este
carácter absoluto tres atributos fundamentales:

o El Ius utendi: es la facultad de uso e implica la utilización efectiva de la cosa y que nace del
derecho de poseer (ius possidendi) que tiene su titular ya que sin posesión no podría hacer uso.

o El ius fruendi: es la facultad de goce que implica que el dueño puede beneficiarse con los frutos
que genera la cosa (naturales, industriales y civiles).

o El ius abutendi: es la facultad de disposición e implica el que titular puede disponer de la cosa a su
voluntad y ejercer sobre ella facultades materiales (modificar su sustancia, cambiar su destino,
demolerla, destruirla, etc.) y jurídicas (abandonarla, venderla, ejercer actos de administración,

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etc.), dentro de los límites que detalla la ley a los efectos de que el dominio tenga un carácter
social y no individualista y no afecte el derecho de terceros o derechos colectivos.

El dominio si bien tiene este carácter absoluto, el mismo refiere a que siendo publicitado es oponible
erga omnes (a diferencia de los derechos personales) y que tiene un alcance mayor al del resto de los
derechos reales.
No obstante, este carácter absoluto no implica que pueda ser ejercido sin límites. El art. 10 establece
que la ley no ampara el ejercicio abusivo de los derechos, siendo tal ejercicio abusivo el que contraría
los fines del ordenamiento jurídico o excede los límites de la buena fe, la moral y las buenas
costumbres. Además, hay un capítulo que refiere a las limitaciones al dominio (camino de sirga,
inmisiones, cerramiento forzoso, obstáculos al curso de aguas, vistas, luces, etc.)

3.2.b.- Carácter Perpetuo: análisis (Art. 1942)

El art. 1942 refiere al segundo de los caracteres del dominio indicando que el mismo es perpetuo. No
tiene límite en el tiempo y subsiste con independencia de su ejercicio. No se extingue aunque el dueño
no ejerza sus facultades, o las ejerza otro, excepto que éste adquiera el dominio por prescripción
adquisitiva.

El hecho de que no tenga límite en el tiempo implica que perdura aún cuando cambie de titular (la
venta transmite la perpetuidad) ya que subsiste en cabeza de otro. Salvo claro que la cosa sea
consumible por lo cual se extingue con el primer uso; lo que denota que el consumo o la destrucción de
la cosa extingue el dominio y junto con él su carácter de perpetuidad.

Además el dominio subsiste independientemente del ejercicio que se pueda hacer de él. El dueño no
deja de ser titular de dominio aunque no ejerza algún acto de propiedad, ni incluso si algún tercero
ejerza actos en contra de la voluntad del propietario. Esto último, salvo que el dueño permita poseer la
cosa por un tercero durante el tiempo requerido por la ley para que éste la adquiera por prescripción
adquisitiva.

3.2.c.- Carácter Exclusivo: análisis y facultad de exclusión (Art. 1943 y 1944)

El art. 1943 establece el tercer carácter del domino que es la exclusividad. El dominio es exclusivo y no
puede tener más de un titular. Quien adquiere la cosa por un título no puede en adelante adquirirla por
otro, si no es por lo que falta al título.

Esto implica que sobre una misma cosa no puede haber más de un titular de dominio al mismo tiempo y
sobre el todo. Si hubiera dos personas o más que fueran propietarias en común de la misma cosa, se
está en presencia de un condominio por la parte ideal indivisa que a cada uno le corresponde (aunque
cada uno ejerza los actos sobre el todo).

El segundo párrafo indica que por ejemplo una persona que adquirió el domino de una cosa por un
legado de cosa cierta, no puede luego adquirir la misma cosa por un contrato de compraventa. Si ya
tiene el dominio de la cosa por un título, sería ilógico que intentara adquirir el dominio por un título
distinto que produce los mismos efectos.

Cuando dice “salvo por lo que faltase de ese título” refiere a un caso por ejemplo a un caso de dominio
desmembrado donde una persona haya adquirido la nuda propiedad de un inmueble en subasta judicial
pero había un usufructo sobre el mismo. A la muerte del usufructuario, el titular de dominio adquiere lo
que le faltaba, es decir las facultades de uso y goce sobre la cosa como consecuencia de la extinción del
usufructo y por lo tanto pasa a tener el dominio perfecto.

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Facultad de exclusión:

El art. 1944 establece complementariamente que es además de exclusivo, excluyente. El dueño puede
excluir a extraños del uso y goce o disposición de la cosa, remover por propia autoridad los objetos
puestos en ella y encerrar sus inmuebles con muros, cercos o fosos, sujetándose a las normas locales.

Del carácter exclusivo que tiene el dominio se deriva la facultad excluyente que tiene su titular y por la
cual puede excluir a cualquier tercero del uso, goce y disposición de la cosa y tomar todas las medidas
que considere convenientes al respecto, como cerrarlo con muros, fosos, cercos y remover por propia
autoridad los objetos puestos en la cosa.

Esta facultar de excluir tiene su fundamento a su vez en el art. 18 de la Constitución Nacional que
dispone que la propiedad privada es inviolable. Solo puede ceder ante una orden de autoridad
competente.

Si bien el dueño puede actuar por su sola autoridad, no puede exceder los límites de la legítima defensa
ni abusar de su derecho.

3.3.- Extensión del domino (Art. 1945). Límites del Código Minero y Aeronáutico

El art. 1945 establece que el dominio de una cosa comprende los objetos que forman un todo con ella o son
sus accesorios.
Para los casos de inmuebles, el dominio se extiende al subsuelo y al espacio aéreo en la medida en que
haga aprovechamiento del mismo. Si construyo hasta 10 mts. Soy dueño del espacio aéreo hasta allí y lo
mismo si se trata de un pozo. La jurisprudencia dice que la propiedad del suelo se extiende a toda su
profundidad y al espacio aéreo sobre el suelo en líneas perpendiculares.
Todo aquello que se encuentre materialmente adherido a la cosa forma un todo aún cuando pueda ser
separado.

El límite a esto son las normas especiales que puedan existir en los Códigos de Edificación por zonas.

El derecho que tiene su titular en cuanto a la extensión es bien amplio, aunque existen normas de derecho
público que limitan las facultades. Por ejemplo, los titulares de dominio de inmuebles cercanos a
aeropuertos no pueden construir hasta determinada altura, no pueden colocar antenas ni árboles de gran
porte a fin de evitar riesgos con el tráfico aéreo.

El Código de Minería establece que las minas forman una propiedad distinta del terreno en que se
encuentran. También establece 3 categorías de minas y en virtud de ello la extensión del dominio de un
inmueble se puede ver afectada para su titular. Dependiendo de la explotación de que se trate, habrá
expropiación (le corresponderá el suelo al Estado como un accesorio de la mina); o le darán preferencia al
dueño del suelo para la explotación; o minas que el dueño puede explotar sin requerir consentimiento
alguno (salvo por motivos de utilidad pública). En este tercer caso mayormente se trata de explotación de
materiales para la construcción como tierra, piedras, etc.

3.4.- Clasificación del dominio:

3.4.a.- Pleno o Perfecto y Menos Pleno o Imperfecto: noción (Art. 1946)

El art. 1946 establece que el domino será imperfecto si está sometido a condición o plazo resolutorios,
o si la cosa está gravada con cargas reales.

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Complementariamente el art. 1964 establece que son dominios imperfectos: el dominio revocable
(1965), el dominio desmembrado (1946) y el dominio fiduciario (1701). Se ven concretamente en la
unidad 10.

3.4.b.- Otras clasificaciones: dominio público y privado; internacional y eminente.

4.- Antecedentes del Código Civil de Vélez Sarsfield.

UNIDAD TEMÁTICA VII: Modos de Adquisición del Dominio

1.- Modos de Adquisición: Concepto general.

El dominio puede adquirirse de dos formas: por el modo originario y de manera derivada.

2.- Clasificación de modos de adquirir el dominio: Originarios y Derivados

- Modo originario: el dominio de la cosa se adquiere directamente, por mano propia, sin tradición. Nadie
me transmite la cosa y nadie me limita los derechos sobre la cosa.

- Modo derivado: el dominio es transferido por alguien. La cosa se adquiere con los vicios y defectos que
la cosa tuviera con el anterior propietario.

3.- Originarios:

3.1.- Apropiación: definición y análisis (Art. 1947)

La apropiación es la toma de posesión de una cosa (mueble) con la intención de ser titular (posesión
vale título). El art. 1947 establece que el dominio de las cosas muebles no registrables y sin dueño se
adquiere por apropiación. Y agrega que son susceptibles de apropiación:

o Las cosas abandonadas.


o Los animales que son objeto de la caza y la pesca.
o El agua pluvial que caiga en lugares públicos o corra por ellos.

También indica que NO son susceptibles de apropiación:

o Las cosas perdidas: si la cosa es de algún valor se presume perdida salvo prueba en contrario.
o Los animales domésticos: aunque escapen e ingresen a otro domicilio.
o Los animales domesticados (son los que pueden estar en cautiverio habiendo estado antes en
vida salvaje), mientras el dueño no desista de perseguirlos . Si el dueño emigra y los animales se
habitúan a vivir en otro inmueble, pasan a pertenecer al dueño de este inmueble si es que no
uso artificios para atraerlos.
o Los tesoros.

Hay que diferenciar entre cosas que no tienen dueño, cosas abandonadas y cosas perdidas. Las que no
tienen dueño son aquellas que no tienen signos de haber estado sometidas a un dominio anteriormente (res
nulius). Ej.: caza, pesca, agua pluvial. Las cosas abandonadas son aquellas que habiendo tenido un

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propietario anterior, éste perdió el animus y por tanto no tiene más la intención de ser dueño. Las cosas
perdidas no se pueden adquirir por apropiación porque el dueño perdió el corpus pero no el animus.

3.1.a.- Caza (Art. 1948)

El art. 1948 indica que son objeto de caza los animales salvajes o los domesticados que recuperan su
libertad natural. Estos pertenecen al cazador cuando éste los toma o caen en su trampa. El cazador que
no desista de perseguir a su presa herida tiene derecho a ella aunque otro la tome o caiga en su
trampa. El animal cazado en inmueble ajeno pertenece al dueño de éste si no concedió autorización
expresa o tácita para cazar.

Los salvajes son siempre apropiables. Los domésticos nunca. Los domesticables solo si se escapó, entró
a otro inmueble y no hubo maniobras para que entre (además de que el dueño desista de perseguirlos).

3.1.b.- Pesca (Art. 1949)

El art. 1949 establece que quien pesca en aguas de uso público o está autorizado a pescar en otras
aguas, adquiere el dominio de la especie acuática que captura o extrae de su medio natural.

3.1.c.- Enjambres (Art. 1950)

El art. 1950 establece que el dueño de un enjambre puede seguirlo a través de inmuebles ajenos, pero
debe indemnizar el daño que cause. Si no lo persigue o cesa en su persecución, el enjambre es de
quien lo tome. Si un enjambre se incorpora a otro, pasa al dominio del de este último.

3.1.d.- Régimen de cosas pérdidas (Art. 1955 - 1956)

Todo objeto que tiene un valor económico se presume perdido, salvo prueba en contrario. Las cosas
perdidas no son susceptibles de apropiación porque el dueño perdió el corpus pero no el animus.

El art. 1955 establece el régimen respecto de las cosas perdidas e indica que quien encuentra una cosa
perdida no tiene la obligación de tomarla, pero si lo hace debe asumir las obligaciones del depositario a
título oneroso. Debe restituirla inmediatamente a quien tenga el derecho de reclamarla (dueño) y si no
lo puede individualizar debe entregar la cosa a la policía del lugar del hallazgo, quien dará intervención
al juez.

Quien encuentre la cosa, como depositario a título oneroso, tiene derecho a reclamar los gastos en los
que incurrió para restituirla, como ser gastos de conservación, gastos para la entrega, etc.

Complementariamente, el art. 1956 establece que la restitución debe hacerse previo pago de los gastos
y la recompensa. Si se ofrece recompensa, el hallador puede aceptar la ofrecida o pedir al juez que la
fije. El dueño puede liberarse de estos cargos abandonando la cosa y transmitiéndole el dominio.

Si la cosa se entregó a la policía y transcurrieron 6 meses sin que nadie la reclame, debe venderse en
subasta pública (salvo que se trate de una cosa perecedera o de mantenimiento costoso). Deducidos los
gastos y la recompensa, el excedente pertenece a la ciudad o municipio donde se halló.

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3.2.- Régimen de Tesoros: concepto y análisis de las disposiciones (Art. 1951- 1954)

Tesoro:

El art. 1951 define al tesoro como toda cosa mueble de valor, sin dueño conocido, oculta en otra cosa
mueble o inmueble. No importa si es de creación antigua o actual.
No es tesoro la cosa de dominio público ni la que se encuentra en una sepultura de restos humanos
mientras subsista esa afectación.

Los tesoros, según el art. 1947 NO son susceptibles de apropiación.

Descubrimiento:

El art. 1952 establece que es descubridor de un tesoro el primero que lo hace visible (no el que lo
encuentra), aunque no sepa que es un tesoro . La diferencia está en que podrías encontrarlo por un
instrumento electrónico pero aún no lo hiciste visible (?).
El hallazgo debe ser casual. Solo pueden buscar un tesoro en objeto ajeno los titulares de un derecho real
que se ejerza por la posesión, salvo la prenda (ej.: si se tiene el usufructo de un campo).

Derechos del descubridor:

- Si es descubierto en cosa propia: pertenece al dueño de la cosa en su totalidad.


- Si es descubierto en cosa parcialmente propia : le corresponde la mitad del tesoro como descubridor y
sobre la otra mitad le corresponde la parte en que tenga el condominio. Ej.: 3 condóminos; uno de ellos
descubre: le corresponde 50% + 16.6% (50% restante dividido 3).
- Si es descubierto casualmente en cosa ajena : pertenece mitad al descubridor y mitad al dueño de la
cosa.

Si alguien encargó a un tercero la búsqueda de un tesoro determinado, el tercero no puede reclamar


derechos como descubridor. Tampoco puede hacerlo quien buscó sin autorización.

Si alguien dice que tiene un tesoro y que lo escondió en un predio ajeno, puede buscarlo sin consentimiento
del dueño pero deberá designar el lugar donde está e indemnizar todo daño al dueño de predio. Si puede
probar su propiedad, le pertenece. Sino, pertenece en su totalidad al dueño del predio.

3.3.- Transformación: concepto y análisis de los supuestos contemplados (Art. 1957)

La adquisición del dominio por transformación ocurre cuando se toma una cosa mueble ajena y mediante e
solo trabajo de quien la tomó o por la incorporación de otra cosa, crea una nueva cosa y lo hace con la
intención de adquirirla.

Hay 4 supuestos:

La cosa no puede volverse a su estado anterior:

- Si el transformador tomó la cosa de buena fe : es decir que pensó que tomaba una cosa propia y en
realidad era ajena. En este caso, el transformador solo debe el valor de la cosa que tomó. No debe
daños porque actuó de buena fe. Si no se ponen de acuerdo sobre el valor de la materia prima, lo
decidirá el juez.

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- Si el transformador tomó la cosa de mala fe : tomó la cosa sabiendo que no era de él. En este caso el
dueño de la materia prima puede reclamar el objeto nuevo (pagando al transformador su trabajo o el
mayor valor que adquirió la cosa) o puede reclamar los daños y perjuicios (que se componen del valor
de la cosa + el valor del trabajo).

La cosa puede volverse a su estado anterior:

- Si el transformador actuó de buena fe : el transformador – a opción del dueño – debe entregar la cosa
nueva con derecho a cobrar su trabajo o pagarle los gastos que le demanden al dueño volver la cosa a
su estado original.

- Si el transformador actuó de mala fe : el transformador – a opción del dueño – debe entregar la cosa
nueva al dueño de la materia prima sin derecho a cobrar nada o quedársela pagando el valor de la
materia prima + el daño producido.

3.4.- Accesión de cosas muebles: norma general (Art. 1958)

Si cosas muebles de distintos dueños acceden entre sí sin que medie hecho del hombre y no es posible
separarlas sin que se destruyan o sea muy costoso hacerlo, la nueva cosa queda para el dueño de la que
tenía mayor valor económico. Si no es posible determinar el valor que tenían al tiempo de la accesión, los
propietarios adquieren la nueva cosa en condominio.

3.5.- Accesión de cosas inmuebles: definición y clases

3.5.a.- Accesión natural: concepto.

I.- Aluvión: concepto (Art. 1959) y excepción (Art. 1960)

El aluvión es el acrecentamiento lento, paulatino e imperceptible de un inmueble colindante con


aguas durmientes o corrientes por sedimentación. Este acrecentamiento le pertenece al dueño
del inmueble en tanto se adhiera la sedimentación.

No hay acrecentamiento por aluvión si se produce por obras del hombre, salvo que la misma
tenga fines meramente defensivos.

El acrecentamiento también puede darse por retiro de las aguas y por modificación del curso.

II.- Avulsión: concepto (Art. 1961)

La avulsión es similar al aluvión, solo que en este caso el acrecentamiento se produce de manera súbita
por la fuerza intempestiva de las aguas u otra fuerza natural que provocan la adhesión natural al
inmueble. Lo acrecentado pertenece al dueño del inmueble.

Si parte de un inmueble se desplaza hacia otro, el dueño del primero puede reivindicarlo en tanto no
haya habido adherencia natural. El dueño del otro inmueble no puede pedir su remoción y si pasan 6
meses sin reivindicación, lo adquiere por prescripción.

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3.5.b.- Accesión artificial: concepto.

I.- Construcción, siembra y plantación: concepto (Art. 1962)

Si el dueño de un inmueble construye, siembra o planta con materiales ajenos, el


acrecentamiento se determina por las mismas reglas que rigen la transformación.

II.- Caso especial invasión de inmueble colindante (Art. 1963)

Si alguien construye en su inmueble pero invade el inmueble colindante, el dueño de éste último
debe oponerse inmediatamente de conocida la invasión.
Puede pedir indemnización por lo invadido o puede pedir la adquisición total si el menoscabo es
significativo e indemnización por la disminución del valor de lo que le quedó de fundo. Y si el
invasor se niega a indemnizar, puede pedir la demolición.

Si el invasor lo hace de buena fe y no hay oposición inmediata, puede obligar al otro a respetar
lo construido.
Si el invasor es de mala fe y hubo oposición inmediata, puede pedir la demolición en tanto no
resulte abusiva. Si por caso se construyó un edificio, el juez puede rechazar el pedido de
demolición y ordenar la indemnización.

La inmediatez requerida desde que se conoce la invasión es un problema ya que es contraria a la


acción de despojo prevista en el art. 2241, la cual otorga 1 año para accionar desde el momento
en que se tomó conocimiento del evento dañoso. Tampoco debería importar si fue de buena o
mala fe la construcción sobre el fundo ajeno.

4.- Derivados:

4.1.- Tradición traslativa de dominio: Concepto. Diferencia con la tradición de la posesión. Requisitos de la
tradición traslativa de la posesión y de la tradición traslativa del dominio. Tradición e Inscripción registral.
Remisión a Unidad Temática II

Es un error (vicio de los escribanos) hablar de tradición traslativa de dominio en oposición a la tradición
posesoria, ya que la tradición de un derecho real requiere de título y modo suficientes. La tradición
posesoria es modo suficiente, salvo que se trate de un bien registrable y el registro sea constitutivo del
derecho real.

4.2.- Percepción de Frutos: extensión de dominio.

Ver unidad II

4.3.- Prescripción Adquisitiva: noción.

La prescripción adquisitiva se conoce también como usucapión y es la adquisición del dominio por el
transcurso del tiempo, en tanto se respeten las formalidades requeridas por la ley.

4.4.- Sucesión: Adquisición mortis causa. Remisión a Derecho Civil V

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La sucesión implica la adquisición de dominio mortis causa ya que por sucesión universal continuamos la
personalidad del causante.

5.- Antecedentes del Código Civil de Vélez Sarsfield.

UNIDAD TEMÁTICA VIII: Régimen Jurídico de Cosas Muebles

1.- Régimen jurídico de la posesión de cosas muebles: noción.

En el régimen establecido por Vélez (art. 2412) se establecía la norma de posesión vale título. Este principio fue
tomado por el nuevo Código en su art. 1895 que incluye consideraciones a los bienes muebles registrables que
no existían en la época de Vélez.

2.- Efecto de la posesión de cosa mueble:

2.1.- Análisis detenido del Artículo 1895.-

El art. 1895 establece que la posesión de buena fe por parte del subadquirente, de cosas muebles NO
registrables no hurtadas ni perdidas, es suficiente para adquirir los derechos reales sobre la cosa. Esto salvo
que el verdadero propietario pruebe que la adquisición fue gratuita.

Es decir que quien tiene a título oneroso una cosa que no fue hurtada ni perdida, se constituye en
subadquirente de buena fe y por tanto adquiere el derecho real sobre la cosa. Nadie entonces puede
reivindicarla.

El verdadero propietario puede atacar al subadquirente alegando y tratando de probar que la adquisición de
la posesión fue a título gratuito, o que la cosa en realidad era hurtada o perdida. Esto se hace por medio de
la acción reivinidicatoria.

2.2.- Excepciones a la adquisición legal prevista en el Art 1895:

Todos los registros de bienes muebles son constitutivos del derecho real. De manera tal que hasta que no se
realiza el registro del bien a favor del adquirente, el mismo no se transmite.

2.2.a.- Automotores (D.L.6582/58 y Ley 22.977);

El art. 1 del decreto indica que la transmisión del dominio de los automotores deberá formalizarse
por instrumento público o privado y solo producirá efectos entre las partes y con relación a terceros
desde la fecha de su inscripción en el RNPA.

El art. 2 establece que la inscripción de buena fe en el Registro confiere al titular de esa inscripción la
propiedad del vehículo y el poder de repeler cualquier acción de reivindicación, en tanto el vehículo
no hubiese sido hurtado ni robado.

El art. 3 agrega que si el vehículo inscripto hubiese sido hurtado o robado, el propietario podrá
reivinidicarlo contra quien lo tuviese inscripto a su nombre, debiendo resarcirlo si la inscripción fue de
buena fe. El art. 4 añade que pasados 2 años de la inscripción el titular registral podrá repeler la
acción reivindicatoria, siempre que lo hubiese conservado de buena fe e ininterrumpidamente.

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2.2.b.- Buques;

Hay que diferenciar lo que es buque de embarcación. Si se trata de una nave de más de 10
toneladas es un buque y el registro es constitutivo. Si es de menos de 10 toneladas se trata de una
embarcación y el registro es meramente declarativo (para que su publicidad haga al derecho
oponible a terceros no participantes del negocio jurídico).

2.2.c.- Aeronaves;

Se anotan en el Registro Nacional de Aeronaves, que le otorgará una matrícula que comenzará con
LQ si son aeronaves públicas y LV si son privadas, luego un guión y 3 letras.

Toda transferencia de dominio de una aeronave deberá ser inscripta en el registro dentro de los 30
días de celebrado el contrato de compraventa u otros contratos o actos que lo acrediten. Pasado ese
lapso el registro suspenderá la matricula hasta que se cumpla con la inscripción pertinente.

2.2.d.- Marcas y Señales (Ley nro. 22.939)

La marca es la impresión que se efectúa sobre el animal de un dibujo o diseño por cualquier medio
que asegure su permanencia indeleble y que sea autorizado por la Secretaría de Agricultura y
Ganadería. La señal es un corte, incisión o perforación o grabado a fuego en la oreja de animal.

Estos diseños de las marcas o señales deben registrarse ante las dependencias de cada provincia, no
pueden ser iguales a otros ya registrados y su registro confiere a su titular el derecho de uso
exclusivo del mismo por el plazo que se establezca localmente.

Se presume, salvo prueba en contrario, que el ganado mayor marcado y el ganado menor señalado
pertenecen a quien tiene el registro del diseño a su nombre. Las crías no marcadas o señaladas se
presumen de quien tiene la propiedad de su madre, lo cual se probará en tanto las crías se
encuentre al pie de la madre.

2.2.e.- Caballos de carrera y otros animales de raza;

La transmisión de dominio de equinos de pura sangre de carrera solo se perfeccionará entre las
partes y respecto de terceros mediante la inscripción de los actos jurídicos respectivos en los
registros genealógicos reconocidos por el Ministerio de Agricultura y Ganadería.
En esos registros consta y se acredita el origen, calidad el pedigree y la propiedad a favor del titular.

3.- Acción Reivindicatoria en materia de Muebles: nociones (Arts. 2257 - 2260)

Acción de reivindicación para muebles registrables robadas o hurtadas:

- Si hubo buena fe en el registro, corresponde la reivindicación pero debe reintegrar al reivindicado lo


pagado por la cosa (derecho a reembolso), aunque podrá repetir del vendedor de mala fe.
- Se presume que hay mala fe cuando no coinciden los elementos identificatorios de la cosa con la
documentación y el estado registral.
- Tanto demandante como demandado debe probar su derecho con el certificado que acredita su
inscripción.
- Si ninguno tiene inscripción, les incumbe a cada uno probar la existencia de su derecho.

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- Si ambos acreditan la existencia del derecho emanada de un autor común, prevalecerá la que muestre
coincidencia de los elementos identificatorios requeridos.
- Si ambos acreditan la existencia del derecho emanada de autores distintos y no se puede decidir a quien
corresponde el derecho, se presume que corresponde a quien lo tiene inscripto.

Acción de reivindicación para muebles NO registrables:

- Si las partes derivan su derecho de un antecesor en común, prevalecerá el que sea anterior en el
tiempo.
- Si las partes derivan su derecho de antecesores distintos, prevalecerá el del antecesor que sea anterior
en el tiempo. Ello salvo que haya una adquisición originaria (aunque ella sea posterior en el tiempo).
- Si la transmisión fue sin derecho y a título gratuito, procede la reivindicación aunque el subadquirente
sea de buena fe (es la excepción a posesión vale título: si se es poseedor de buena fe a título oneroso
no se puede reivindicar; si es a título gratuito si).

Derecho a reembolso:

Si una cosa mueble no registrable es adquirida de buena fe por una persona, su dueño puede reivindicarla y el
subadquirente no puede reclamarle al reivindicante el precio que pagó por ella.

Solo hay 3 circunstancias por las cuales el subadquirente de buena fe de una cosa mueble no registrable
robada o perdida puede reclamar el precio pagado:

- Si la cosa fue adquirida en una venta pública junto con otros iguales (ej.: un mercado de pulgas).
- Si la cosa fue adquirida en una casa de venta de objetos semejantes (ej.: una casa de antigüedades).
- Si la cosa fue adquirida de alguien que acostumbraba a vender ese tipo de cosas (ej.: Mercado Libre)

Si se trata de una cosa mueble registrable robada o perdida, y la inscripción se hizo de buena fe, el
reivindicante debe reembolsar al reivindicado por lo pagado por la cosa y luego podrá repetir ese pago del
enajenante de mala fe.

4.- Jurisprudencia.

5.- Antecedentes del Código Civil de Vélez Sarsfield.

UNIDAD TEMÁTICA IX: Límites al Dominio. Extinción

1.- Límites del dominio: análisis del Arts. 1970 y 1971.

El art. 1970 establece que las limitaciones impuestas al dominio privado en el interés público están regidas por
el derecho administrativo. Aprovechar y usar el dominio debe hacerse de acuerdo a esas normas por cada
jurisdicción. Los límites establecidos en el Código en cuanto a relaciones de vecindad son subsidiarios a las
normas administrativas de cada lugar.

En un estado de derecho es inconcebible pensar en un derecho absoluto, sin límites. Las restricciones al
ejercicio de los derechos en general se imponen en virtud del principio de igualdad y reciprocidad en el goce de
los mismos, incluyendo los derechos de propiedad para que haya armonía entre los vecinos.

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Si bien las restricciones administrativas pueden variar indefinidamente, en general pueden provenir de un
estado de necesidad, por cuestiones de higiene pública, moralidad pública, tranquilidad pública, etc.

El art. 1971 agrega que los deberes impuestos por los límites al dominio no generan indemnización de daños
(deben ser tolerados), salvo que por la actividad del hombre se agrave el perjuicio.

2.- Limitaciones al dominio fundadas en el interés público:

2.1.- Restricciones de Derecho Administrativo;

Son las que rigen principalmente según el ámbito local del que se trate.

2.2.- Restricciones del Código Aeronáutico (Arts. 30 - 35)

Hay un capítulo de Limitaciones al Dominio que comprende esos arts. y que básicamente establece que la
autoridad aeronáutica determinará las superficies de despeje de obstáculos lindantes con cada aeródromo
público.

Esto es para limitar la altura de los obstáculos a la circulación aérea para que no se constituyan en un
peligro, tales como construcciones, plantaciones, estructuras e instalaciones de cualquier naturaleza. Si
existieren antes de la creación de un nuevo aeródromo, deberán eliminarse.

Si luego del establecimiento de estas superficies alguien infringiera estas normas, el titular del aeródromo
intimará al infractor a eliminar el obstáculo y eventualmente pedir judicialmente la demolición o supresión
sin derecho a indemnización alguna y con los gastos a cargo del infractor.

2.2.- Restricciones reguladas por el Código Civil y Comercial:

2.2.a.- Cláusulas de inenajenabilidad (Art. 1972)

Actos a título oneroso:

El art. 1972 indica que en los actos a título oneroso es nula la cláusula de no transmitir a personas
en general (de no enajenar a secas) el dominio de una cosa determinada o de no constituir sobre
ella otros derechos reales. No se puede comprometer a alguien a no enajenar un bien porque traba
su circulación.

Pero sí son válidas si refieren a personas determinadas. Ahora bien, si se incluyó una cláusula de no
enajenar a persona determinada y así y todo el adquirente la violó, hay que ver si la misma se
instituyó como condición resolutoria (en cuyo caso puede demandar el transmitente la nulidad y
reivindicar la cosa), si se estableció una multa (solo podrá cobrarla).
Si no es ninguno de estos casos, dependerá de si la cosa era registrable o no: si la cosa es
registrable, la cláusula debió estar inscripta en el registro y por tanto el tercero no puede alegar
buena fe ya que debió analizar los títulos, por lo cual se impone la nulidad. Si la cosa es no
registrable, la nulidad no alcanza al subadquirente de buena fe a título oneroso de cosas no hurtadas
ni perdidas y por tanto se puede quedar con la cosa.

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Actos a título gratuito:

Si el acto es a título gratuito, esas cláusulas sí son válidas pero solo por un máximo de 10 años. Si no
se fija plazo, o el plazo es incierto o es superior a 10 años, se considera celebrada por 10 años nada
más.

Si existe la cláusula en el testamento o en la donación e igualmente la cosa (que ha sido colocada


fuera del comercio) se enajena, el acto jurídico será nulo.

2.2.b.- Camino de sirga (Arts. 1974 y 1975)

Los propietarios limítrofes con los ríos o canales (o cualquier otro curso de agua) que sirven para el
transporte por agua están obligados a dejar, sin indemnización alguna, una calle o camino público de
15 metros de ancho en toda la extensión del curso.

Los 15 metros se cuentan para los ríos desde el límite de la ribera interna y para los canales desde el
límite externo de la mampostería.

Los propietarios no pueden utilizar ese espacio para hacer construcciones, ni reparar las antiguas que
existieren, ni deteriorar el terreno ni realizar otra actividad (sembrar, plantar, etc.) que pueda
obstaculizar el libre tránsito de personas o animales a los efectos de permitirles llegar a las
embarcaciones.

Todo perjudicado puede pedir que se remuevan los efectos de los actos violatorios de esta
disposición.

Históricamente apuntaba a las necesidades de navegación, flotación y pesca. Los barcos eran
desplazados por la fuerza del hombre mediante una gruesa cuerda llamada sirga y era necesario
para ello que el espacio vecino a la orilla estuviese libre. El Estado no puede realizar dentro de ese
espacio ninguna obra (muelles, puertos, astilleros, calles para circulación por tierra).

Art. 1976 – Obstáculo al curso de las aguas:

Los dueños de inmuebles linderos a un cauce no puede realizar ninguna obra que altere el curso
natural de las aguas o modifique su dirección o velocidad, salvo que sea meramente defensiva. El
fundamento es salvaguardar el interés general (derecho constitucional de libre navegación).

Si alguien resulta perjudicado por alguna obra hecha por otro ribereño o un tercero, puede remover
el obstáculo, construir obras defensivas o reparar las destruidas con el fin de restablecer las aguas a
su estado anterior y reclamar del autor el valor de los gastos incurridos más la indemnización de los
daños.

Si el obstáculo se origina en un caso fortuito, el Estado solo debe restablecer las aguas a su estado
anterior o pagar los gastos en que se incurrió para hacerlo.

2.2.c.- Numerus Clausus (Art. 1884)

No hay derecho real por fuera de aquellos que establece la ley y de esos, su estructura no puede
modificarse. De manera tal que el dominio se limita a lo que permite la legislación y ninguna
convención entre particulares puede modificarlo.

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2.2.d.- Límites al ejercicio de derechos individuales sobre los bienes (Art. 240)

El ejercicio de los derechos individuales debe ser compatible con los derechos de incidencia colectiva.
Este ejercicio debe ser conforme a las normas de derecho administrativo nacional y local que son
dictadas acorde al interés público para que no afecten la sustentabilidad de los ecosistemas, la flora,
la fauna, la biodiversidad, el agua, los valores culturales, el paisaje, etc.

3.- Limitaciones al dominio fundadas en razón de vecindad o en el interés recíproco de los vecinos:

3.1.- Inmisiones (Art. 1973)

Las molestias que ocasionan el humo, calor, olores, luminosidad, ruido, vibraciones o inmisiones similares
por el ejercicio de actividades en inmuebles vecinos, no debe exceder la normal tolerancia teniendo en
cuenta las condiciones del lugar y aunque medie autorización administrativa para las inmisiones (especial
consideración al abuso de derecho).

Las inmisiones a las que hace referencia este artículo son las inmateriales y son causadas por la obra del
hombre. No se refiere a una invasión directa o corpórea del fundo ajeno, que constituiría una turbación o
despojo posesorio, sino a una propagación de distintas sustancias o energías que generadas en el inmueble
propio penetran en el del vecino causando molestias más allá de los límites tolerables.

En cuanto a la normal tolerancia, todo propietario tiene el deber de soportar aquellas incomodidades
normales de la vecindad. Debe ello interpretarse con un criterio objetivo en función de lo que es común a la
mayoría de las personas, contemplar el lugar donde se hallan las viviendas, su tipo, etc.

En definitiva lo determinará el juez, considerando el uso regular de la propiedad, la prioridad de uso (si te
mudaste y ya había una fábrica al lado), el interés general y las exigencias de la producción.
El juez podrá, según la circunstancia, disponer la remoción o cesación de la causa de la molestia y la
indemnización de los daños. La acción puede ser instada tanto por el titular del fundo vecino como su
tenedor.

3.2.- Recepción de agua, arena y piedras (Art. 1976)

El propietario de los terrenos inferiores debe recibir las aguas que corren naturalmente desde el terreno
superior (agua de lluvia, fuentes, manantiales, deshielos, etc.) y también los elementos (tierra, arena,
piedras) que esas aguas arrastren en su camino, sin derecho a reclamar indemnización.

Si bien debe tolerarlo, no tiene que tolerar que el vecino agrave la situación, por ejemplo haciendo que el
agua se dirija a un solo punto o que la corriente se torne más impetuosa.

No está obligado a recibirlas si se trata de aguas que salen al exterior por la industria del hombre o es agua
caída en techos, goteraje, aguas utilizadas o servidas. Pero puede derivarlo el propietario del fundo superior
si prueba que no causa perjuicio a los inmuebles que las reciben.

Si hay perjuicio, el propietario puede reclamar indemnización por daños y perjuicios y requerir que se
demuelan las obras que los ocasionan.

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3.3.- Instalaciones provisorias y paso de personas (Art. 1977)

Si es indispensable poner andamios u otras instalaciones provisorias en el inmueble lindero, o dejar pasar a
las personas que trabajan en la obra, el dueño del inmueble lindero no puede impedirlo, pero quien
construye la obra debe reparar los daños causados.

Esto es para facilitar la convivencia entre los vecinos y evitar interminables disputas, en tanto solo signifique
una pérdida momentánea de aprovechamiento (o ventajas) y no un daño. No implica una servidumbre de
paso sino una restricción al dominio que le permite a quien está construyendo o reparando su casa pueda
obligar a su vecino a que permita el paso de los obreros.

3.4.- Vistas y luces (Arts. 1978 - 1981)

Las aberturas que pueden realizarse en una pared sobre el fundo del vecino se distinguen en luces y vistas.

Las luces son aquellas aberturas que permiten pasar la luz y el aire pero no permiten asomarse. Las vistas
son las ventanas que permiten asomarse o mirar (de manera frontal u oblicua, o de costado). La diferencia
es esencialmente la posibilidad de asomarse o mirar el inmueble vecino.

Vistas:

El art. 1978 establece que, salvo que una ley local disponga otras dimensiones, en los muros linderos no
pueden tenerse vistas que permitan la visión frontal a menor distancia que 3 metros ni lateral a menor
distancia que 60 cms., medida perpendicularmente desde el límite exterior de la zona de visión más cercana
al fundo colindante. Si esto no es respetado, el afectado puede pedir que se cumpla, que se destruya la obra
y si corresponde, pedir una indemnización por daños.

Quedan fuera de esto las puertas de entrada y salida, a lo que se puede agregar terrazas, cuyo destino es
totalmente distinto.

Luces:

El art. 1979 establece que, salvo que una ley local disponga otras dimensiones, en el muro lindero no
pueden tenerse luces a menor altura que 1.80 mts. desde la superficie más elevada del suelo frente a la
abertura.

Luces pueden ser troneras, tragaluces u otras aberturas hechas con el objeto de procurar o aumentar la
iluminación y/o ventilación para el interior de una habitación.

Legitimados:

Son los poseedores o tenedores interesados, los que pueden iniciar la acción correspondiente para que se
clausure las luces o ventanas en infracción.

Excepción:

El art. 1980 establece que aquellas distancias mínimas no se aplican si la visión está impedida por elementos
fijos de material no transparente.

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Privación de luces o vistas:

El art. 1981 establece que quien tiene luces o vistas permitidas en un muro privativo (lindero) no puede
impedir que el colindante ejerza regularmente su derecho de elevar otro muro, aunque lo prive de la luz o
de la vista. Excepción a esto podría ser haber constituido una servidumbre de luz o haberla adquirido por
prescripción adquisitiva.

3.5.- Árboles, arbustos u otras plantas (Art. 1982)

El dueño de un inmueble (urbano o rústico) no puede tener (no importa si plantó o nacieron) árboles,
arbustos u otras plantas que causen molestias que exceden la normal tolerancia. En tal caso el dueño
afectado puede exigir que sean retirados, salvo que el corte de ramas sea suficiente para evitar las
molestias. Si las raíces penetran en su inmueble, el propietario puede cortarlas por sí mismo.

El motivo de esto es especialmente evitar la proyección de sombra, humedades, daños materiales, etc.

4.- Extinción del dominio: concepto y principio del Art. 1907.

El art. 1907 establece las formas generales de extinción de los derechos reales, siendo que luego al tratar cada
derecho real establece las formas especiales de extinción para cada uno de ellos. De esta forma, los derechos
reales se extinguen de manera general por:

a) La destrucción total de la cosa, si la ley no autoriza su reconstrucción:

El derecho real requiere de la existencia de un bien actual y determinado sobre el cual ejercer la potestad.
Si ese objeto desaparece materialmente, estamos en presencia de una extinción absoluta. Respecto de las
cosas muebles, un ejemplo claro son las consumibles como alimentos y bebidas. Respecto de un inmueble,
es casi imposible pensar en una destrucción total ya que aunque haya un incendio o terremoto, podrá
destruirse lo plantado o construido pero no el inmueble por naturaleza que es el bien raíz.

b) El abandono de la cosa.

El abandono no solo implica la renuncia al derecho real sino el desprendimiento voluntario de la posesión
de la cosa. De tal manera confluyen el desprendimiento del corpus y la voluntad de no ser más titular de la
cosa. Los bienes muebles abandonados devienen en res nulius y por lo tanto pueden ser apropiadas. Los
inmuebles no pueden apropiarse y en calidad de bienes vacantes pasan al dominio privado del Estado.
El abandono no se presume, así que es necesario que se realice en forma expresa. También debe ser
probado por quien lo alega que la cosa fue abandonada.

c) La consolidación en los derechos reales sobre cosa ajena.

Esta forma de extinción solo es posible en los derechos reales sobre cosa ajena (uso, usufructo, habitación,
servidumbre, hipoteca, anticresis, prenda y superficie en tanto no haya propiedad superficiaria).
Ej.: tengo un usufructo y compro el campo. Como el dominio es más extenso que el usufructo, lo extingue
(se trata de ser titular de un derecho real sobre cosa ajena vs. el ser titular de un derecho real sobre cosa
propia).

4.1.- De carácter absoluto: concepto y enumeración

4.2.- De carácter relativo: concepto y enumeración (artículos 2606 a 2610 Código Civil).
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5.- Jurisprudencia.

6.- Antecedentes del Código Civil de Vélez Sarsfield.

UNIDAD TEMÁTICA X: Dominio Imperfecto. Otras manifestaciones de dominio


Primera Parte - Dominio Imperfecto

1.- Dominio Imperfecto o Menos Pleno: concepto y análisis (Arts. 1946 y 1964)

El at. 1946 establece que el dominio es imperfecto si está sometido a condición o plazo resolutorio o si la cosa
está gravada con cargas reales. Adicionalmente, el art. 1964 establece que son dominios imperfectos el
revocable, el fiduciario y el desmembrado.

2.- Clasificación del Dominio Imperfecto:

2.1.- Dominio Revocable: concepto (Art. 1965)

El dominio revocable es aquel que está sometido a una condición o un plazo resolutorios, a cuyo
cumplimiento el dueño debe restituir la cosa a quien se la transmitió.

Es un dominio temporal para su titular porque estando sujeto a una condición o plazo resolutorio, una vez
cumplido hará volver la titularidad de la cosa al constituyente. El dominio se revoca de pleno derecho por el
advenimiento de la condición o por el vencimiento del plazo, lo cual exige que se haga tradición al vendedor
original.

Las condiciones resolutorias se limitan al término de 10 años, aún si las mismas no pudieren cumplirse en
ese lapso, o el lapso sea mayor o incierto. Si los 10 años transcurren sin haberse producido la resolución, el
dominio debe quedar definitivamente establecido.

Este plazo se computa a partir de la fecha del título que constituyó el dominio imperfecto. El art. 1968
agrega que al cumplirse el plazo o condición, el dueño imperfecto queda inmediatamente constituido en
poseedor (tenedor) a nombre del dueño perfecto por medio de la figura del constituto posesorio ya que no
es necesaria la tradición de la cosa.
Si se trata de una cosa registrable y el registro es constitutivo (todas las muebles registrables), hay que
inscribir la readquisición. Si la cosa es registrable y el registro no es constitutivo (inmueble), el registro se
requiere a efectos de su oponibilidad a terceros.

2.1.a.- Distintos supuestos;

La norma prevé dos supuestos:

a) En este primer caso, el dominio es revocable cuando ha sido transmitido “en virtud de un título
revocable a voluntad del que lo ha transmitido”. Es decir que es el vendedor el sujeto
determinante de la revocación.

Este supuesto está dentro del ámbito de los contratos; más específicamente, los contratos que
pueden servir de título para transmitir el dominio son la compraventa, la permuta y la donación.

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Como ejemplos de este caso pueden citarse algunos pactos que pueden agregarse al contrato de
compraventa por ejemplo: el de retroventa, la venta sujeta a condición resolutoria, el pacto
comisorio, etc. Todos ellos implican la introducción al contrato de una condición resolutoria cuyo
cumplimiento extingue retroactivamente el dominio.

b) El segundo caso se da cuando el propietario “puede ser privado de la propiedad por una causa
proveniente de su título”. Es decir que el sujeto determinante en esta revocación será el
comprador.

Ejemplo de ello puede ser la revocación de una donación por causa de ingratitud. Del título de la
donación surge que el dominio sería revocable por esa causa, en cabeza del donatario.

2.1.b.- Facultades (Art. 1966);

El titular del dominio revocable tiene las mismas facultades que el dueño perfecto, pero los actos
jurídicos que realiza están sujetos a las consecuencias de la extinción de su derecho.

Los terceros que constituyeron actos jurídicos con el titular del dominio imperfecto no pueden
desconocer tal circunstancia y los efectos jurídicos que trae aparejado a futuro, ya que la calidad de
titular de dominio revocable surge de los registros pertinentes (no dice que pasa si la cosa no es
registrable).

En cuanto a actos materiales, puede realizar las mejoras necesarias, útiles y suntuarias, como así
también disponer de los frutos. También puede iniciar acciones posesorias y reales en defensa de la
cosa, sea contra terceros como contra el anterior titular.

2.1.c.- Forma como se opera la revocación (Arts. 1967 y 1968);

Si se trata de una cosa registrable, la revocación tiene efecto retroactivo a la fecha en que se
adquirió el dominio imperfecto, salvo que lo contrario surja del título o de la ley. La cosa tiene que
volver al dueño original sin importar que la misma haya sido transmitida a un tercero (que por otro
lado debía conocerlo por su deber de diligencia).

Si se trata de una cosa no registrable, la revocación no tiene efectos respecto de terceros salvo que
sean de mala fe. Es decir que el nuevo propietario puede transferir la cosa y si el tercero
subadquirente es de buena fe, rige la regla de posesión vale título. Y si además fue a título oneroso,
puede este tercero reivindicar la cosa.
Como lado B, si el tercero adquiere la cosa como consecuencia de que le haya sido robada o hurtada
al propietario imperfecto, o éste la haya perdido, el dueño original puede iniciar acción
reivindicatoria. Obviamente, si el tercero conocía o hubiese podido conocer la existencia de la
cláusula resolutoria, también puede accionar por reivindicación.

La revocación no es retroactiva si surge de la letra de la ley y por tanto no podrá afectar a terceros
de buena fe. Y por supuesto, si las partes así lo pautaron en el contrato, el dominio tampoco será
revocable retroactivamente.

2.1.d.- Efectos de la retroactividad (Art. 1969)

Si la revocación es retroactiva, el dueño perfecto readquiere el dominio libre de todos los actos
jurídicos realizados por el titular del dominio resuelto; si no es retroactiva, los actos son oponibles al
dueño perfecto.

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2.2.- Dominio desmembrado: concepto (Art. 1946)

El dominio desmembrado, según el art. 1964 en su última parte, queda sujeto al régimen de la carga real
que lo grava. En este caso, el dominio es imperfecto porque su titular ha decidido desmembrarlo
desprendiéndose de una parte de sus atribuciones, al gravar la propiedad con cargas reales (hipoteca y
prenda).

2.2.a.- Supuestos contemplados de cargas.

En los supuestos de cargas reales (la hipoteca y la prenda), lo que se encuentra afectado es el
carácter absoluto del dominio ya que el titular debe soportar la carga y por ende no tiene amplias
facultades sobre la cosa.
Así por ejemplo, si la cosa está gravada con una hipoteca, el titular del inmueble no puede realizar
actos materiales sobre la cosa que disminuyan consecuentemente el valor de la garantía, o tampoco
puede realizar actos de administración (como un contrato de locación).

2.3.- Dominio Fiduciario: definición (Art. 1701)

Dominio fiduciario es el que se adquiere con razón de un fideicomiso hecho por contrato o testamento, y
está sometido a durar solamente hasta el cumplimiento de una condición resolutoria o hasta el vencimiento
de un plazo resolutorio, para el efecto de restituir la cosa a un tercero.

Ej.: una persona de mucho dinero se enferma gravemente y teme morir pronto. Estando en esa condición le
preocupa el hecho de que su sobrino, que está estudiando ingeniería en motores de competición, ha decidid
abandonar momentáneamente su carrera universitaria. De esta manera y con la finalidad de que su sobrino
retome los estudios, constituye un dominio fiduciario de un inmueble acondicionado como taller de última
generación a favor de un ingeniero que es su mejor amigo, disponiendo que el día en que su sobrino se
reciba, deberá entregarle el taller montado.

2.3.a.- Critica de la ubicación en el código.

2.3.b.- Normas aplicables (Arts. 1702 - 1707)

2.3.c.- Análisis del Contrato de Fideicomiso (Arts. 1666 y sgts.)

Hay fideicomiso cuando una persona (el fiduciante) transmite o se obliga a transmitir la propiedad
fiduciaria de bienes determinados o determinables a otra persona (el fiduciario), quien a su vez se
obliga a ejercer la propiedad en beneficio de quien se designe en el contrato (el beneficiario) y a
transmitirlo cuando se cumpla una condición o un plazo ya sea al fiduciante, al beneficiario o al
fideicomisario.

El fideicomisario es la persona a quien se le transmite la propiedad al finalizar el fideicomiso. La


diferencia con el beneficiario es que los beneficios que arroje el ejercicio de la propiedad hecho por el
fiduciario van para el beneficiario justamente. Pero al finalizar el contrato de fideicomiso, la
propiedad de los bienes puede ir para el beneficiario como no. Si el dominio de los bienes no van
para el beneficiario (solo obtuvo los beneficios del ejercicio), puede ser que vayan al fiduciante
(nunca al fiduciario porque estaría haciéndolo para él) o para un tercero y este tercero, al no ser ni el
fiduciante ni el beneficiario, se lo llama fideicomisario.

La titularidad de los bienes se transmite al fiduciario a título de confianza, lo cual significa que no es
ni a título oneroso ni a título gratuito. Es justamente lo que se llama dominio fiduciario ya que el

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fiduciario tiene el dominio de los bienes de manera imperfecta ya que se limita en el tiempo (la
característica afectada entonces es la perpetuidad, porque vencido el plazo o cumplida la condición,
los bienes pasan al dominio de otro).

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