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¿Qué es el Estado?

El Estado es un modo de organización que permite la vida en sociedad y


comprende a una población, en un territorio determinado y con un gobierno que
lo administra.

Desde el punto de vista jurídico, el Estado es la organización de derecho que ejerce


un gobierno a través de las instituciones públicas y de una legislación
democrática.

El Estado como organismo hace uso del poder al servicio de sus ciudadanos con
el objetivo de que prime el bien común. La autoridad del Estado es legítima,
siempre y cuando, comprenda y coordine la voluntad soberana de sus ciudadanos,
quienes deben elegir al gobierno de manera democrática.

Existen estructuras de gobierno que no respetan la primacía de los ciudadanos y


que se convierten en sistemas de dictaduras o totalitarismos, que vuelven al
Estado un instrumento ilegítimo de poder, manejado por una minoría de la
sociedad. Para evitar ese abuso, resulta necesaria la división de poderes.

Características del Estado

Estado - Población

En el Estado democrático la población tiene derechos, obligaciones y


responsabilidades.

El Estado se caracteriza por contar con:

Una población que vive en sociedad a la que debe representar.


Un territorio determinado con sus límites políticos.

Un gobierno que administra el accionar del Estado mediante los funcionarios.

La Constitución o sistema de leyes definidas de manera democrática.

El control de la recaudación de impuestos.

El ejercicio de la soberanía a través del mandato de sus ciudadanos.

En el caso de un Estado totalitario, el gobierno se impone al poder por la fuerza,


el sistema de leyes es autoritario y el pueblo no goza de sus derechos, obligaciones
y responsabilidades, ni de participar o intervenir en la elección de las autoridades.

La división de poderes

Estado - poder judicial

Montesquieu planteó la división de poderes a fin de garantizar la libertad de la


sociedad.

El concepto de que el poder del Estado debe estar dividido según su tipo de
función fue planteado por Montesquieu (1689 – 1755), un filósofo y jurista francés
que formó parte del movimiento de la Ilustración.

Montesquieu estableció la hipótesis de que todo hombre que tiene poder tiende a
abusar de él. Por eso, resulta necesario dividir el control del poder para garantizar
la libertad de la sociedad, distribuyendo las funciones del Estado entre diferentes
organismos conformados por personas diferentes.

Montesquieu propuso que: el organismo que crea las leyes no debe ser el
encargado de aplicarlas, el organismo que se encarga de ejecutarlas no puede
crearlas ni juzgar su aplicación, y el organismo encargado de juzgar, no puede
crear ni ejecutar las leyes.
De esta manera surgieron los conceptos de legislación, de administración (o
ejecución) y de justicia, que determinaron la división del poder público del Estado
en sus tres funciones principales: el Poder Legislativo, el Poder Ejecutivo y el
Poder Judicial.

Funciones del Estado

Las funciones principales del Estado son:

La función legislativa. Le es asignada al Congreso de la República y consiste en la


creación, modificación o anulación de las leyes. El Congreso, además, tiene como
función controlar al Poder Ejecutivo.

La función ejecutiva. Le es asignada a diversos organismos encargados de


administrar el Estado y ejecutar las decisiones del poder legislativo. Responde a
un presidente de la república, jefe de Estado o primer ministro, dependiendo del
régimen de gobierno del país.

La función judicial. Le es asignada a la Corte Suprema que está dotada de


autonomía para administrar la justicia y debe dictar fallos en base a la legislación
establecida en el territorio.

Objetivos del Estado

Estado - presidente

El Estado es un organismo de poder al servicio de sus ciudadanos.

Entre los principales objetivos del Estado se destacan:

Mantener el orden y el cumplimiento de las leyes.

Promover el bienestar, la prosperidad y la seguridad de los ciudadanos.

Administrar los programas de gobierno y los asuntos públicos según el mandato


de sus ciudadanos.
Obligaciones del Estado democrático

Estado - voto

Todo Estado democrático debe garantizar a sus ciudadanos el derecho a votar.

El Estado debe cumplir determinadas obligaciones para con los ciudadanos. Entre
las principales se destacan:

Garantizar la seguridad pública.

Garantizar el derecho al sufragio universal.

Garantizar el funcionamiento de la justicia en base a la Constitución.

Garantizar la libre circulación de sus ciudadanos dentro del territorio.

Garantizar el derecho a la salud, educación y trabajo.

Modelos de organización del Estado

El modelo de división de poderes varía según cada país. Algunos de los modelos
de organización del Estado más comunes son:

El Estado unitario. El poder está concentrado o es regido por un gobierno que


tiene unidad legislativa, administrativa y judicial sobre todo el territorio nacional.

El Estado federal. El poder está organizado a través de la alianza de diversos


Estados que, a pesar de mantener su autonomía, comparten un sistema de poder
estatal para determinadas funciones, por ejemplo, los asuntos internacionales.

El Estado confederado. Es la alianza de dos o más Estados independientes que se


unen con un fin predeterminado y, a su vez, mantienen su autonomía.

El Estado centralizado. El poder se ejerce desde un orden central único que


concentra todas las funciones y atribuciones de la nación y en el que las
autoridades locales suelen cumplir funciones administrativas. Algunos ejemplos
de Estados centralizados son Irán o el Vaticano.
Institución

Te explicamos qué es una institución y cómo se clasifican según los fines que
persiguen. Además, cuáles son las instituciones más importantes.

¿Qué es Institución?

Una institución es cualquier tipo de organización humana, que implica relaciones


estables y estructuradas entre las personas, que se mantienen en el tiempo, con el
fin de cumplir una serie de objetivos explícitos o implícitos.

Una institución implica prácticas, hábitos y costumbres, que se encuentran


regladas ya sea por normas morales o bien por disposiciones legales. Pueden
abarcar desde unas pocas personas hasta miles de individuos, según el alcance
que tenga. Suele también tener una cultura común a todos sus miembros, que
comparten ciertas ideas y valores que los motivan a formar parte de ella.

Las instituciones pueden tener carácter formal o informal, y pueden tener una
correspondencia con uno o varios lugares físicos donde se desarrollan sus
actividades características. Según el grado de formalidad que alcance, puede
desarrollar una autonomía cultural, que se manifiesta en la creación de sus
propios símbolos, en el registro de su propia historia institucional e incluso en la
formulación de un lenguaje propio.

Toda institución se compone de reglas formales e informales a la vez. Las reglas


formales son las que alcanzan un carácter jurídico (puede tratarse de una ley solo
válida dentro de la institución) y que suelen estar escritas en algún tipo de código
institucional. Las reglas informales son hábitos y criterios morales que no
alcanzan carácter jurídico ni son escritas pero son obedecidas por existir formas
de castigo a aquellos que no las cumplan. Muchas veces, las reglas informales
pueden transformarse en reglas formales o viceversa según cambien las
condiciones sociales en las que existe la institución.
Además, suelen implicar una jerarquía, que reparte el poder de manera asimétrica
entre los integrantes de la institución, aunque también existen algunos pocos
casos de instituciones igualitarias (compuestas éstas por pocos individuos). Esta
asimetría implica que algunos miembros tienen más capacidad que otros para
decidir sobre las reglas, o bien para apropiarse o administrar los recursos que la
organización posea.

Generalmente, las instituciones no son resultado de una planificación, sino que


surgen a lo largo del tiempo en respuesta a necesidades de la población o como
resultado de la lucha por el poder entre individuos o grupos. No obstante, una vez
consolidadas, las instituciones suelen modificar elementos de sí mismas para
adaptarse mejor a las circunstancias cambiantes, para expandir su esfera de
acción o para reforzar su autoridad sobre los sujetos. Esto se ve claramente en las
leyes promulgadas por el Estado para regular su propia acción sobre la sociedad.

Según los fines que persigan, las instituciones pueden clasificarse en:

Instituciones políticas (por ejemplo un partido político)

Instituciones económicas (por ejemplo un banco o una empresa comercial)

Instituciones jurídicas (un tribunal de justicia)

Instituciones laborales (un sindicato)

Instituciones científicas (un laboratorio de investigación médica)

Instituciones educativas (una escuela o una universidad)

Instituciones artísticas (una orquesta musical).


El Estado. Es la más importante de todas las instituciones modernas, no solo por
su enorme alcance y la gran cantidad de individuos que incluye en su práctica
cotidiana, sino porque a través de la ley puede regular el funcionamiento de las
demás instituciones. El Estado es una institución con una alta proporción de
reglas formales, es decir, que las relaciones entre los funcionarios se encuentran
claramente establecidas en los códigos y leyes (que capacidad de decisión tiene
cada individuo, quien debe obedecer a quién, etc.)

La familia. Por otro lado, es una institución conformada mayoritariamente por


reglas informales, que incluye una cantidad mucho menor de integrantes y que no
suele tener una declaración explícita o formal de sus objetivos (el afecto mutuo y
la crianza de niños). La familia es un claro ejemplo del proceso de cambio
institucional, por el cual a medida que se fueron modificando, con el tiempo, los
valores dominantes en la sociedad y, que fueron cambiando las condiciones
legales y económicas, se fue pasando desde la tradicional familia monógama hacia
diversos modelos de familias (monoparentales, de personas del mismo sexo) que
coexisten en la actualidad.

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