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Clase 3: El pensamiento positivista y el problema de la observación

En esta clase vamos a trabajar sobre los fundamentos y características del pensamiento
positivistas y el problema que se plantea sobre la observación como única garantía de la ciencia.

Los objetivos de la clase son:

● Caracterizar el pensamiento positivista como forma de concebir el conocimiento;

● Identificar el positivismo como ideología y su impacto en el campo social;

● Problematizar la noción de ciencia como “derivada de los hechos”;

● Comprender los límites del modelo especular respecto de la observación como garantía de
la objetividad en la ciencia;

● Comprender el debate entre el inductivismo y el falsacionismo en tanto corrientes del


positivismo, acerca de la relación entre los hechos y la teoría.

¡No te olvides de acompañar la lectura del texto de la clase con la guía


correspondiente!
El pensamiento positivista y el problema de la observación

El pensamiento positivista

El pensamiento moderno surge en el siglo XVI en oposición a las ideas respecto del origen
religioso del conocimiento poniendo en el centro el ser humano, su razón y sus sentidos para
conocer el mundo. Como una proyección de estos supuestos se desarrolla y extiende a partir de la
segunda mitad del siglo XIX un pensamiento filosófico, el positivismo, que propugna que el
conocimiento verdadero es el conocimiento científico. De este modo, el conocimiento científico se
distingue del conocimiento religioso y de la especulación metafísica, por rechazar las nociones a
priori, los conceptos y las creencias que no hayan sido comprobadas por medio de la experiencia.
El positivismo se basa en el supuesto de que los hechos empíricos son los que fundamentan el
conocimiento.

Los filósofos de la época analizaron los principios del conocimiento humano a partir de repensar el
lugar de la naturaleza y del ser humano. Uno de sus principios centrales era que la naturaleza se
regía por leyes estables, y que estaba en permanente equilibrio. Así, la vida de los seres humanos
debía regirse por las leyes de la naturaleza, y estas leyes podían descubrirse y hacerse inteligibles
a los seres humanos a partir del uso de la razón para desentrañar el sentido de las mismas. Así, la
producción del conocimiento debería orientarse hacia el descubrimiento de la lógica de
funcionamiento del mundo natural, utilizando la razón y el método científico. Las ciencias básicas,
la física fundamentalmente proporcionaron los modelos explicativos para todos los ámbitos de
producción de conocimiento. Un rasgo generalizado del positivismo en sus diferentes expresiones
es el reduccionismo, esto se refiere a buscar las explicaciones de los fenómenos de determinadas
esferas del saber a partir de las formulaciones de otras esferas de niveles más sencillos de
complejidad. Por ejemplo, explicar los fenómenos biológicos a partir de la física; o los fenómenos
sociales a partir de fundamentos biológicos. Esta perspectiva reduccionista en la explicación
traerá consecuencias en el desarrollo del conocimiento científico que aún perduran.

El positivismo constituye no solamente una concepción de la ciencia sino además una ideología
que complementa desde el nacimiento del capitalismo el desarrollo de la modernidad. El
positivismo responde a dos demandas sociales: por un lado la necesidad de liberar las ciencias
de la metafísica y por el otro la necesidad de encontrar un nuevo ideario que legitime el
establecimiento de un nuevo poder. Es decir, que la legitimidad de un determinado orden social –
económico – y político, el capitalismo, debía fundarse en una nueva razón, la razón de la ciencia
que viene a reemplazar a la razón de Dios, como fuente de legitimidad del poder.

El positivismo propone un monismo metodológico, o sea, la existencia de un método único de


investigación que se puede aplicar indistintamente a fenómenos naturales como a fenómenos
sociales. Entonces pretende explicar la sociedad tomando como modelo las ciencias naturales, de
ahí que se habla de la naturalización de lo social, es decir que se explica el funcionamiento de la
sociedad a partir de las leyes de la física y se supone que existe un orden de la naturaleza que la
sociedad debe respetar en su ordenamiento institucional. Así el positivismo sirvió para justificar la
explotación y la dominación. ¿Por qué? Porque otorgó una justificación racional de la dominación
colonial, basándose en supuestas leyes de la naturaleza que categorizaban a los seres humanos
en superiores e inferiores en virtud de la geografía en la que había nacido y de las características
de su anatomía.

El cientificismo fue otra de las características del pensamiento positivista, es decir que se asumió
que la ciencia occidental era la única forma válida de explicar la realidad, invalidando y/o
subalternizando otros tipos de conocimientos.

Para el positivismo el conocimiento se inicia a partir de un conjunto de sensaciones cuya pureza y


fidelidad no se ponen en duda. En este proceso perceptivo, los sentidos actúan como una especie
de conductos a través de los cuales se implantan, sin alteraciones que provengan de la estructura
de esos conductos, las impresiones del mundo exterior. Así, el dato corresponde a una
construcción lógico conceptual. Las categorías representan aquello que se percibe a partir de los
sentidos y los instrumentos conceptuales no agregan nada a lo obtenido mediante la experiencia
perceptiva.

Esta concepción acerca de la forma en que se produce ciencia es la que Martínez Miguelez (2004)
denomina “modelo especular”. Según este autor esta forma de pensar la ciencia sostiene que
existe una realidad fuera de nosotros, externa, que está plenamente acabada y que a través de
nuestro aparato cognitivo podemos reflejarla tal cual es. Desde esta perspectiva, ser “objetivo” es
copiar bien la realidad sin deformaciones, y la “verdad” sería la correspondencia entre nuestra
imagen interior con la realidad que representa.

La ciencia moderna en su versión positivista se propuso lograr plena objetividad (en este sentido),
absoluta certeza y verdades incuestionables, y para ello se apoyaron en el análisis de las
percepciones de origen sensorial como fuente de conocimiento verdadero; por ello se los
denominó también empiristas. Estos filósofos del conocimiento consideraban que solamente
aquellos postulados verificables empíricamente serían aceptados en el cuerpo de la ciencia, que
la única relación verificable sería la de causa y efecto, y que los términos fundamentales de la
ciencia debían representar entidades concretas, tangibles, mensurables y verificables; de lo
contrario estaríamos frente a palabras sin sentido y conceptos vacíos. Esto explica también el
énfasis del positivismo en los sistemas de medición y en las formas de cuantificación para la
medición de los datos (Martínez Miguelez, 2004).

El modelo especular parte del supuesto de que nuestro aparato cognoscitivo es


fundamentalmente pasivo, como si fuera una cámara fotográfica que copia imágenes del mundo
exterior, así como el ojo forma una pequeña imagen del objeto exterior en la retina y el nervio
óptico se encargaría de transmitirla al cerebro. Entonces, para esta corriente de pensamiento la
cuestión de la verdad se refiere a la posible congruencia entre el objeto de conocimiento y su
referente en el mundo real. Entre los positivistas tradicionales el concepto de validez tiene como
soporte la idea de verdad como correspondencia (entre el fenómeno o sea lo real, y el concepto o
enunciado). Uno de los principales cuestionamientos a esta noción tiene que ver con que no llegó
a encarar adecuadamente la cuestión de la participación subjetiva en la construcción del
conocimiento.

En pocas palabras podríamos señalar que la perspectiva positivista privilegia y promueve la


objetividad del conocimiento tomando como presupuesto la neutralidad de la percepción, el
determinismo de los fenómenos, la cuantificación, la lógica formal y la verificación empírica. El
objetivo del conocimiento para el positivismo es explicar causalmente los fenómenos por medio de
leyes generales y universales, y a ello se llega siguiendo un método que es único (monismo
metodológico).

Los hechos como base de la ciencia: el problema de la observación

En su libro Chalmers (2000) nos plantea una pregunta: ¿qué es esa cosa llamada ciencia? y a
partir de allí va a ir dando distintas respuestas que van a ubicarnos fundamentalmente en las
características centrales de la ciencia moderna. ¿Cuál es la característica central que diferencia al
conocimiento científico de toda otra producción de conocimiento? El autor nos llama la atención
respecto a que “la ciencia goza de una alta valoración. Aparentemente existe la creencia
generalizada de que hay algo especial en la ciencia y en los métodos que utiliza. Cuando a
alguna afirmación, razonamiento o investigación se le da el calificativo de "científico", se pretende
dar a entender que tiene algún tipo de mérito o una clase especial de fiabilidad. Pero, ¿qué hay de
especial en la ciencia, si es que hay algo? ¿Cuál es este "método científico" que, según se afirma,
conduce a resultados especialmente meritorios o fiables? Chalmers sostiene que la visión común
de la ciencia -esa que se corresponde con nuestro sentido común o de ´conocimiento natural´- y la
visión positivista de la ciencia coinciden en considerar que “lo específico de la ciencia es que
deriva de los hechos en vez de opiniones personales”.
Es decir, se va a detener entonces en el análisis de los argumentos que sostienen que la actividad
científica supone que los hechos observables a través de la experimentación, que pueden ser
verificados por cualquier otra persona que siga los pasos del método científico, va a llegar a la
verdad. El eje en el que este autor se detiene es en la relación entre hechos, observación, teorías
y verdad.

Es aquí donde Chalmers propone que reflexionemos sobre el acto de mirar. Siendo la observación
uno de los sentidos más utilizados, este autor se detiene a analizar esta actividad humana que,
para la ciencia moderna, resultó ser la clave para afirmar que todo lo que se observa
desprejuiciadamente, nos lleva a la verdad de las cosas. Cuando decimos desprejuiciadamente,
nos referimos a no apelar a un juicio previo sobre aquello que vamos a conocer, es decir, a utilizar
la observación cual si fuéramos una máquina fotográfica.

El análisis de Chalmers tiene como trasfondo las siguientes preguntas: ¿todo lo que se observa
desprejuiciadamente nos lleva a la verdad de las cosas? ¿Es posible el uso desprejuiciado de los
sentidos? Para construir respuestas, el autor nos propone una serie de ejemplos a partir de los
cuales podemos volver a pensar sobre el acto de mirar y replantearnos sobre qué es aquello que
vemos cuando miramos. A través de su análisis Chalmers nos ayuda a comprender que el mirar
es una actividad que se aprende, es decir, mirar depende de una serie de factores de los cuales,
por más que quisiéramos, no podemos desprendernos: las expectativas, los conocimientos
previos, el ámbito cultural en el que crecimos, el estado interno de nuestras mentes; entonces: ¿la
observación resulta ser la clave de la verdad del método científico? Veamos el planteo en las
palabras del autor:

Chalmers, Alan (2000). ¿Qué es esa cosa llamada ciencia? México, Madrid. Siglo XXI
editores. Introducción y fragmentos capítulo 1

1. LA CIENCIA COMO CONOCIMIENTO gran parte de lo que comúnmente se supone


DERIVADO DE LOS HECHOS DE LA que está implicado en dicho lema; no
EXPERIENCIA obstante, veremos que no está del todo
UNA OPINIÓN DE SENTIDO COMÚN descaminado e intentaré formular una
AMPLIAMENTE COMPARTIDA SOBRE LA versión defendible de él.
CIENCIA Cuando se afirma que la ciencia es especial
Me aventuré a sugerir en la Introducción que porque se basa en los hechos, se supone
la concepción popular del rasgo distintivo que los hechos son afirmaciones acerca del
del conocimiento científico es captada por el mundo que pueden ser verificadas
lema “la ciencia se deriva de los hechos”. directamente por un uso cuidadoso y
Esta idea es sometida a un escrutinio crítico desprejuiciado de los sentidos. La ciencia ha
en los cuatro primeros capítulos de este libro. de basarse en lo que podemos ver, oír y
Encontraremos que no se puede sostener tocar y no en opiniones personales o en la
imaginación especulativa. Si se lleva a cabo bellamente esta idea la siguiente versión de
la observación del mundo de un modo las muchas veces contada historia de
cuidadoso y desprejuiciado, los hechos Galileo y la torre inclinada de Pisa, debida a
establecidos de tal manera constituirán una Rowbotham (1918, pp. 27-9),
base segura y objetiva de la ciencia. Si, La primera prueba de fuerza entre Galileo y
además, es correcto el razonamiento que los profesores de la Universidad estaba
nos conduce desde esta base fáctica a las relacionada con sus investigaciones sobre
leyes y teorías que forman el conocimiento las leyes del movimiento ilustradas por la
científico, podrá suponerse que el propio caída de los cuerpos. Un axioma aceptado
conocimiento científico resultante está de Aristóteles decía que la velocidad de los
establecido con seguridad y es objetivo. cuerpos en caída era regulada por sus
Las observaciones anteriores son la esencia pesos respectivos: así, una piedra que
de un relato bien conocido y que se refleja en pesara dos libras caería dos veces más
gran parte de la literatura que versa sobre la rápida que una que sólo pesara una libra,
ciencia. “La ciencia es una estructura etc. Nadie parece haberse cuestionado lo
asentada sobre hechos", escribe J. J. Davies correcto de esta regla hasta que Galileo la
(1968, p. 8) en su obra sobre el método negó. Declaró que el peso no tenía nada
científico, tema que ha sido elaborado por H. que ver en el fenómeno, y que dos cuerpos
D. Anthony (1948, p. 145). de pesos distintos alcanzarían el suelo en el
No fue tanto las observaciones y mismo momento. Cuando los profesores se
experimentos realizados por Galileo lo que mofaron de la declaración de Galileo, éste
originó la ruptura con la tradición, como su decidió someterla a una prueba pública.
actitud hacia ellos. Para él, los hechos Invitó como testigos del experimento que iba
extraídos de ellos habían de ser tratados a efectuar desde la torre inclinada a toda la
como hechos y no relacionados con una idea Universidad. La mañana del día fijado,
preconcebida... Los hechos observacionales Galileo, en presencia de las gentes de la
podían encajar o no en un esquema admitido Universidad y de la ciudad subió a la cima de
del universo, pero lo importante, en opinión la torre llevando consigo dos bolas, una que
de Galileo, era aceptar los hechos y pesaba cien libras y la otra sólo una.
construir una teoría que se ajustara a ellos. Balanceando cuidadosamente las bolas en el
Aquí, Anthony no sólo da expresión clara a la borde del parapeto, las rodó hasta que
opinión de que el conocimiento científico se estuvieron juntas; se las vio caer por igual, y
basa en los hechos establecidos por la al instante siguiente, con un fuerte ruido,
observación y el experimento, sino que da un golpearon juntas el suelo. La vieja tradición
sesgo histórico a la idea, algo en lo que no era falsa, y la ciencia moderna, en la persona
es en absoluto el único. Una aseveración del joven descubridor, había reivindicado su
extendida dice que es un hecho histórico que posición.
la ciencia moderna nació a comienzos del Empiristas y positivistas forman las dos
siglo XVII al adoptarse, por primera vez, la escuelas que han intentado formalizar lo que
estrategia de tomar en serio los hechos he llamado visión común de la ciencia, la que
observacionales como base de la ciencia. afirma que el conocimiento científico se
Quienes aprueban y explotan esta historia deriva de los hechos. Los empiristas ingleses
mantienen que los hechos observables no de los siglos XVII y XVIII, en particular John
habían sido tomados en serio como Locke, George Berkeley y David Hume,
fundamento del conocer antes del siglo XVII. sostenían que todo el conocimiento debía
En vez de esto, así reza el conocido derivarse de ideas implantadas en la mente
recuento, el conocimiento se basaba en la por medio de la percepción sensorial. Los
autoridad del filósofo Aristóteles y en la de positivistas tenían una visión algo más
la Biblia. La ciencia moderna se hizo posible amplia y menos orientada hacia lo
sólo cuando esta autoridad fue desafiada con psicológico de lo que significan los hechos,
una llamada a la experiencia por precursores pero compartían la opinión de los empiristas
de la nueva ciencia como Galileo. Capta de que el conocimiento debía derivarse de
los hechos de la experiencia. Los positivistas presentado de manera que fuera aplicable a
lógicos, una escuela filosófica que se originó la observación mediante los otros sentidos.
en Viena en los años veinte de este siglo, Una simple concepción popular de la vista
retomó el positivismo introducido por podría ser la siguiente. Los seres humanos
Auguste Comte en el siglo XIX e intentó ven utilizando sus ojos.
formalizarlo, prestando mucha atención a la Los componentes más importantes del ojo
forma lógica de la relación entre humano son una lente y la retina, la cual
conocimiento científico y los hechos. actúa como pantalla en la que se forman las
Empirismo y positivismo comparten el punto imágenes de los objetos externos al ojo. Los
de vista de que el conocimiento científico rayos de luz procedentes de un objeto visto
debe de alguna manera derivarse de los van del objeto a la lente a través del medio
hechos alcanzados por la observación. que hay entre ellos. Estos rayos son
Hay dos aspectos bastantes distintos refractados por el material de la lente de tal
involucrados en la afirmación de que la manera que llegan a un punto de la retina,
ciencia se deriva de los hechos. Uno formando de este modo una imagen del
concierne a la naturaleza de esos “hechos" y objeto visto. Hasta aquí, el funcionamiento
cómo los científicos creen tener acceso a del ojo es muy parecido al de una cámara.
ellos. El segundo atañe a cómo se derivan de Hay una gran diferencia, que es el modo en
los hechos, una vez que han sido obtenidos, que se registra la imagen final. Los nervios
las leyes y teorías que constituyen el ópticos pasan de la retina al córtex central
conocimiento. Investigaremos estos dos del cerebro. Éstos llevan información sobre la
aspectos por separado, dedicando éste y los luz que llega a las diversas zonas de la
dos capítulos siguientes a una discusión de retina. El registro de esta información por
la naturaleza de los hechos sobre los que, parte del cerebro humano es lo que
se alega, se basa la ciencia, y el capítulo 4 a corresponde a la visión del objeto por el
la cuestión de cómo pudiera pensarse que el observador. Por supuesto, se podrían añadir
conocimiento científico se deriva de ellos. muchos detalles a esta sencilla descripción,
Se pueden distinguir tres componentes en la pero la explicación que se acaba de ofrecer
postura adoptada por el punto de vista capta la idea general.
común respecto de los hechos que se El anterior esquema de la observación
supone son la base de la ciencia. Estos son: mediante el sentido de la vista sugiere dos
(a) Los hechos se dan directamente a cuestiones que forman parte de la visión
observadores cuidadosos y desprejuiciados común o empirista de la ciencia. La primera
por medio de los sentidos. es que un observador humano tiene un
(b) Los hechos son anteriores a la teoría acceso más o menos directo a algunas
e independientes de ella. propiedades del mundo exterior en la medida
(c) Los hechos constituyen un en que el cerebro registra esas propiedades
fundamento firme y confiable para el en el acto de ver. La segunda es que dos
conocimiento científico. observadores que vean el mismo objeto o
Como veremos, cada una de estas escena desde el mismo lugar “verán" lo
afirmaciones se enfrenta con dificultades y, mismo. Una combinación idéntica de rayos
en el mejor de los casos, sólo puede ser de luz alcanzará el ojo de cada observador,
aceptada de forma muy matizada. será enfocada en sus retinas normales por
sus lentes oculares normales y dará lugar a
VER ES CREER imágenes similares. Así pues, una
En parte porque el sentido de la vista es el información similar viajará al cerebro de cada
que se usa de un modo más extenso en la observador a través de sus nervios ópticos
práctica de la ciencia, y en parte por normales, dando como resultado que los dos
conveniencia, restringiré mi análisis de la observadores “vean" lo mismo. En secciones
observación al dominio de la visión. En la subsiguientes veremos por qué este tipo de
mayoría de los casos no será difícil ver cómo representación es seriamente engañosa.
se podría reformular el argumento
EXPERIENCIAS VISUALES QUE NO
ESTÁN DETERMINADAS SÓLO POR EL
OBJETO VISTO
En su expresión más fuerte, la opinión
común mantiene que los hechos del mundo
exterior nos son dados directamente a través
del sentido de la vista. Sólo tenemos que
ponernos frente al mundo y registrar lo que
hay en él para ver. Puedo constatar que hay
una lámpara sobre mi escritorio o que mi FIGURA 1
lápiz es amarillo con simplemente mirar lo
que hay delante de mis ojos. Como hemos El hecho de que el dibujo se vea como una
visto, una opinión tal puede apoyarse en la escalera vista desde arriba o como una
descripción de cómo funciona el ojo. Si esto escalera vista desde abajo parece depender
fuera todo, lo que se ve estaría determinado de algo más que de la imagen que hay en
por la naturaleza de lo que se mira, y todos la retina del observador. Sospecho que
los observadores tendrían la misma ningún lector de este libro ha puesto en
experiencia visual al enfrentarse a la misma duda mi afirmación de que la figura 1 parece
escena. Sin embargo, hay muchas pruebas una escalera de algún tipo. Sin embargo, los
que indican que, sencillamente, esto no es resultados de los experimentos realizados
así. Dos observadores normales que vean con miembros de varias tribus africanas,
el mismo objeto desde el mismo lugar en las cuyas culturas no incluyen la costumbre de
mismas circunstancias físicas no tienen dibujar objetos tridimensionales mediante
necesariamente idénticas experiencias dibujos bidimensionales con perspectiva,
visuales, aunque las imágenes que se indican que los miembros de estas tribus no
produzcan en sus respectivas retinas sean habrían considerado que la figura 1 es una
prácticamente idénticas. Hay un sentido escalera sino una disposición bidimensional
importante en el que no es necesario que los de líneas. Presumo que la naturaleza de las
dos observadores “vean" lo mismo. Como imágenes formadas en las retinas de los
dice N. R. Hanson (1958), “hay más en lo observadores es relativamente independiente
que se ve que lo que describe el globo de su cultura. Además, parece seguirse que
ocular". Algunos ejemplos sencillos ilustrarán las experiencias perceptuales que los
la cuestión. observadores tienen en el acto de ver no
están especialmente determinadas por las
La mayoría de nosotros, cuando miramos por imágenes de las retinas. Hanson (1958,
primera vez la figura 1, vemos el dibujo de capítulo 1) contiene otros ejemplos
una escalera en la que resulta visible la fascinantes que ilustran sobre este aspecto.
superficie superior de los escalones. Pero Un rompecabezas infantil nos proporciona
no es éste el único modo de poderlo ver. otro ejemplo; el problema consiste en
También se puede ver sin dificultad como encontrar el dibujo de una cara humana entre
una escalera en la que resulta visible la parte el follaje en el dibujo de un árbol. Aquí, lo
inferior de los escalones. Además, si se mira que se ve, esto es, la impresión
el dibujo durante algún tiempo, por lo general experimentada por una persona que ve el
se encuentra, involuntariamente, que cambia dibujo corresponde en principio al árbol, con
la visión frecuentemente de una escalera su tronco, sus hojas y sus ramas. Pero una
vista desde arriba a una escalera vista desde vez que se ha encontrado la cara humana,
abajo y viceversa. Y, no obstante, parece esto cambia. Lo que antes se veía como
razonable suponer que, puesto que el follaje y partes de las ramas se ve ahora
objeto que contempla el observador sigue como una cara humana. De nuevo, se ha
siendo el mismo, las imágenes de la retina visto el mismo objeto físico antes y después
no varían. de la solución del problema, y
presumiblemente la imagen que hay en
la retina del observador no cambia en el Pensemos en un estudiante de medicina que
momento en que se encuentra la solución y sigue un curso de diagnóstico de
se descubre la cara. Y si se ve el dibujo un enfermedades pulmonares por rayos X. Mira,
poco después, un observador que ya haya en una habitación oscura, trazos indefinidos
resuelto el problema podrá ver rápidamente y en una pantalla fluorescente colocada contra
con facilidad la cara. Pareciera como si, en el pecho del paciente y oye el comentario
cierto sentido, lo que ve un observador que hace el radiólogo a sus ayudantes, en un
resulta afectado por su conocimiento y su lenguaje técnico, sobre los rasgos
experiencia. significativos de esas sombras. En un
Se puede sugerir la siguiente pregunta: principio, el estudiante está completamente
“¿Qué tienen que ver estos ejemplos confundido, ya que, en la imagen de rayos X
artificiales con la ciencia?". La respuesta es del pecho sólo puede ver las sombras del
que no resulta difícil proporcionar ejemplos corazón y de las costillas, que tienen entre sí
procedentes de la práctica científica que unas cuantas manchas como patas de araña.
ilustren la misma cuestión, a saber, que lo Los expertos parecen estar imaginando
que ven los observadores, las experiencias quimeras; él no puede ver nada de lo que
subjetivas que tienen cuando ven un objeto o están diciendo. Luego, según vaya
una escena, no está determinado escuchando durante unas cuantas
únicamente por las imágenes formadas en semanas, mirando cuidadosamente las
sus retinas sino que depende también de la imágenes siempre nuevas de los diferentes
experiencia, el conocimiento y las casos, empezará a comprender; poco a poco
expectativas del observador. Este aspecto se olvidará de las costillas y comenzará a ver
está implícito en la constatación indiscutible los pulmones. Y, finalmente, si persevera
de que uno tiene que aprender para llegar a inteligentemente, se le revelará un rico
ser un observador competente en ciencia. panorama de detalles significativos: de
Cualquiera que haya vivido la experiencia de variaciones fisiológicas y cambios
tener que aprender a mirar a través de un patológicos, cicatrices, infecciones crónicas y
microscopio no necesitará que nadie le signos de enfermedades agudas. Ha entrado
convenza de este hecho. Es raro que el en un mundo nuevo. Todavía ve sólo una
principiante discierna las estructuras parte de lo que pueden ver los expertos, pero
celulares apropiadas al mirar al microscopio ahora las imágenes tienen por fin sentido, así
el portaobjeto preparado por el instructor, como la mayoría de los comentarios que se
mientras que éste no encuentra ninguna hacen sobre ellas.
dificultad en distinguirlas cuando mira el
mismo portaobjeto en el mismo microscopio. Frente a una misma situación, un observador
Es significativo, en este contexto, que los versado y experimentado no tiene
microscopistas no tropezaban con grandes experiencias perceptuales idénticas a las de
impedimentos a la hora de observar cómo se un novato. Esto choca con una comprensión
dividen las células bajo circunstancias literal de la afirmación de que las
adecuadamente preparadas, una vez que percepciones se dan directamente a través
sabían qué tenían que buscar, mientras que, de los sentidos.
antes de este descubrimiento, la división Una respuesta usual a lo que estoy diciendo
celular permaneció no observada, aunque acerca de la observación, apoyado por la
sabemos ahora que ha tenido que estar allí clase de ejemplos que he utilizado, es que
en muchas de las muestras examinadas al los observadores que ven la misma escena
microscopio, con la posibilidad de ser desde el mismo lugar ven la misma cosa,
observada. Michael Polanyi (1973, p. 101) pero interpretan de diferente modo lo que
describe los cambios efectuados en la ven. Deseo discutir este punto. En cuanto a
experiencia perceptual de un estudiante de lo que se refiere a la percepción, con lo único
medicina cuando se le enseña a que el observador está en inmediato y directo
diagnosticar mediante el examen por rayos contacto es con sus experiencias. Estas
X. experiencias no están dadas de modo
unívoco ni son invariantes, sino que cambian estará determinado únicamente por las
con las expectativas y el conocimiento. Lo propiedades físicas de nuestros ojos y de la
que viene unívocamente dado por la escena observada. En segundo lugar, en una
situación física, y estoy dispuesto a admitir gran diversidad de circunstancias, lo que
esto, es la imagen formada en la retina del vemos en diversas situaciones sigue siendo
observador, pero el observador no tiene bastante estable. La dependencia entre lo
contacto perceptual directo con la imagen. que vemos y el estado de nuestras mentes o
Cuando los defensores de la opinión común cerebros no es tan sensible como para hacer
suponen que hay algo unívocamente dado imposible la comunicación y la ciencia. En
en la percepción, que puede interpretarse de tercer lugar, en todos los ejemplos que se
diversas maneras, están suponiendo, sin han citado aquí, los observadores ven en
argumentarlo y a pesar de las muchas cierto sentido la misma cosa. Yo acepto, y
pruebas en contra, que las imágenes en la presupongo a través de todo este libro, que
retina determinan por sí solas nuestras existe un solo y único mundo independiente
experiencias perceptuales. Están llevando de los observadores. De ahí que, cuando
demasiado lejos la analogía de la cámara. unos cuantos observadores miran un dibujo,
Una vez dicho esto, trataré de aclarar lo que un trozo de un aparato, una platina de
no pretendo afirmar en esta sección, para microscopio o cualquier otra cosa, en cierto
que no se piense que estoy defendiendo algo sentido todos ellos se enfrentan y miran la
diferente de lo que pretendo defender. En misma cosa y, por tanto, ven la misma cosa.
primer lugar, no afirmo en absoluto que las Pero de esto no se sigue que tengan
causas físicas de las imágenes en nuestras experiencias perceptuales idénticas. Hay un
retinas no tengan ninguna relación con lo que sentido muy importante según el cual no ven
vemos. No podemos ver precisamente lo la misma cosa y en él se basan algunas de
que queremos. Sin embargo, mientras que mis reservas respecto de la opinión de que
las imágenes de nuestras retinas forman los hechos se dan, directamente y sin
parte de la causa de lo que vemos, otra parte problemas, al observador a través de los
muy importante de esa causa está sentidos. Queda por ver en qué medida
constituida por el estado interno de nuestras esto socava la idea de que los hechos
mentes o cerebros, el cual dependerá a su adecuados para la ciencia puedan ser
vez de nuestra educación cultural, nuestro establecidos por los sentidos.
conocimiento y nuestras expectativas. y no

El pasaje de los “hechos” al “conocimiento científico”: inductivismo y falsacionismo, las


visiones tradicionales del quehacer científico

Uno de los componentes de la visión común de la ciencia y el positivismo sostiene que “los
hechos constituyen un fundamento firme y confiable para el conocimiento científico”. Y, si una de
las características de la ciencia es la proposición de leyes generales, entonces se plantea la
necesidad de dar cuenta de qué forma a partir de hechos particulares se puede llegar a
afirmaciones generales. Sobre esta cuestión se ha discutido largamente, veremos a continuación
uno de estos debates, identificando dos posiciones tradicionales dentro del positivismo, sobre el
quehacer científico.

El inductivismo y el falsacionismo constituyen dos perspectivas epistemológicas1 distintas que


buscan responder una misma pregunta: ¿cómo se obtiene el conocimiento científico? La primera
de ellas contesta que se alcanza a partir de un proceso que se inicia con la observación de casos

1
La Epistemología es una disciplina que se ocupa de estudiar la ciencia. En particular, cuáles son las características
del conocimiento que proporciona y de qué manera lo elabora.
particulares. Tomemos un ejemplo provisto por Chalmers (2000): Supongamos que un científico se
propone estudiar el comportamiento de los metales en diferentes circunstancias. De acuerdo con
el inductivismo, el aludido científico debe comenzar su investigación consiguiendo algún metal
(caso particular). A continuación, puede someter dicho metal a una temperatura elevada y percibir
si sufre alguna modificación (observación). Desde luego, una vez realizada semejante acción, el
investigador tiene que anotar el resultado al que arribó para que no quede en el olvido. Por cierto,
es fácil imaginar qué escribió en su libreta:
“El metal 1 se dilató al ser calentado”
A esta frase se la denomina “enunciado observacional” porque su verdad o falsedad puede ser
establecida, precisamente, a partir de la observación. En nuestro ejemplo, se trata de una
proposición verdadera porque se corresponde con lo que, en efecto, ocurrió en la realidad
(Chalmers, 2000).
Ahora bien, según el inductivismo, el quehacer científico no termina aquí. La razón de ello es
sencilla. Al igual que Sabino (1996), los defensores de esta corriente sostienen, como enunciamos
más arriba, que el conocimiento científico se caracteriza, entre otras cosas, por la generalidad. De
modo que la meta de dicho quehacer no puede residir nunca en brindar información sobre un solo
caso sino en proporcionar un saber acerca de todos los que componen una misma especie.

En el ejemplo anterior, el científico no se conformará con describir el comportamiento de un único


metal ante el cambio de temperatura sino que aspirará a detallar la reacción de la totalidad de los
metales a partir de esa nueva condición. De ahí que tenga que repetir la acción comentada más
arriba haciendo uso de otros elementos metálicos. Por supuesto, redactará un enunciado
observacional por cada experiencia que lleve adelante:

“El metal 2 se dilata al ser calentado”


“El metal 3 se dilata al ser calentado”
.
.
.
.
“El metal n se dilata al ser calentado”

Si, como ocurre aquí, el científico constata que todas las experiencias condujeron a un mismo
resultado, podrá concluir:

“Todos los metales se dilatan al ser calentados”

A esta frase se la denomina “enunciado universal” porque refiere al conjunto de casos incluidos en
una misma especie. El proceso de obtención del conocimiento científico habrá finalizado cuando
el científico logre formular proposiciones de tal índole. Por lo demás, recién entonces se
encontrará en condiciones de realizar predicciones. Dado que ha probado que “todos los metales
se dilatan al ser calentados”, cada vez que se tope con un nuevo metal, no le será difícil anticipar
que de igual forma reaccionará si aumenta la temperatura. La posibilidad de predecir se basa en
la creencia de que la realidad es regular, es decir, en la idea de que ella tiene un orden que hace
que siempre se comporte de la misma manera.
De acuerdo con el inductivismo, semejante camino, originado en la observación de casos
particulares y culminado en la formulación de enunciados universales (que, articulados con otras
proposiciones, conforman una teoría), debe ser tomado para conocer no sólo el comportamiento
de los metales sino también el de cualquier fenómeno. En otras palabras, es el recorrido que
permite que cada vez sepamos más acerca del mundo. En ese sentido, garantiza el progreso
científico, entendido como un mayor acercamiento a la verdad.
El falsacionismo, por su parte, brinda una respuesta diferente a la pregunta por la manera en que
se obtiene el conocimiento científico. Para la exposición de la postura perteneciente a esta
segunda corriente epistemológica, resultará conveniente retomar el ejemplo del estudio del
comportamiento de los metales en diversas circunstancias. La variedad de condiciones a la luz de
las cuales puede ser analizada la reacción de tales elementos es inmensa. La temperatura
constituye apenas una de ellas. Pero existen muchas otras. En principio, nada impide al científico
evaluarla según el color de las medias que lleve puestas (Chalmers, 2000). De modo que un día
abordará un metal específico con medias rojas y, al día siguiente, se pondrá medias celestes para
ver si se produce alguna alteración en ese mismo metal. Sin embargo, nunca se le ocurriría hacer
semejante cosa ¿Por qué? Porque es una pérdida de tiempo: bien sabe él que el comportamiento
de los metales no está relacionado con el color de la ropa que tenga quien lo investigue. Por más
obvio que parezca esto, nos llama la atención sobre algo que el inductivismo pasa por alto: que no
podemos percibir sin un conjunto de ideas que establezcan hacia dónde es relevante dirigir la
mirada y hacia dónde no; que no hay observación sin teoría. Por tanto, aquella no puede ser el
punto de partida del conocimiento.

Ahora bien, el falsacionismo plantea una segunda crítica al inductivismo. De acuerdo con aquel,
los enunciados observacionales, referidos a casos particulares, no constituyen una prueba
concluyente de la verdad de un enunciado universal, concerniente a la totalidad de elementos
incluidos en una misma especie, a pesar de que el científico haya recabado la información
necesaria para formular un gran número de proposiciones del primer tipo. El motivo de esto radica
en que el enunciado universal alude a una cantidad potencialmente infinita de casos, por lo que
siempre afirmará más de lo que el investigador haya podido comprobar. Por más que el científico
haya observado un millón de metales y haya constatado que todos ellos se dilatan al ser
calentados, tamaño volumen de experiencias no asegura que el siguiente metal se comporte de la
misma manera cuando sea sometido a altas temperaturas. De modo que la proposición “todos los
metales se dilatan al ser calentados” jamás hallará un fundamento firme. En cambio, lo que, según
el falsacionismo, puede probarse de manera concluyente no es la verdad sino la falsedad de un
enunciado universal. Alcanza con que aparezca un solo metal que no se dilate al ser calentado
para refutar la proposición que sostiene que todos reaccionan de igual forma ante elevadas
temperaturas.

De las dos críticas comentadas recién surge la postura falsacionista. Si, como afirmaba la primera
de ellas, no hay observación sin teoría, entonces el proceso que conduce a la obtención de
conocimiento científico debe empezar con la formulación de una teoría. Uno de los máximos
exponentes de esta corriente epistemológica, Karl Popper, concibe aquélla como un conjunto de
hipótesis, es decir, de conjeturas, de presuposiciones, de afirmaciones tentativas, que pueden
asumir la forma de enunciados universales. Volviendo a nuestro ejemplo, el científico comenzará
su labor, no examinando metales singulares, sino planteando la siguiente hipótesis: “todos los
metales se dilatan al ser calentados”. Una vez que la tiene, procederá a observar casos
particulares. Por cierto, gracias a ella, sabe que debe dirigir su atención hacia el calor y no hacia
sus calcetines. Mientras que dicha observación arroje resultados que se adecuen al enunciado
universal, el científico lo sostendrá, pero como conjetura, no como una proposición verdadera
porque, como se sostenía en la segunda de las críticas vistas, esto es imposible de comprobar. En
cuanto irrumpa un caso que no se comporte según lo establecido por el enunciado universal, el
científico tendrá una razón concluyente para desecharlo como falso y reemplazarlo por uno mejor
(esto es, que explique lo que el anterior explicaba, pero también aquello que lo refutó).
Al igual que el inductivismo, el falsacionismo cree que existe el progreso científico, pero a
diferencia de aquel, este no es entendido como un paulatino acercamiento a la verdad (insistimos,
debido a que no es posible probarla de manera concluyente) sino como la formulación de teorías
con mayor capacidad explicativa, a través de la realización del camino que acabamos de
explicitar, al que podemos caracterizar como un proceso de ensayo y error.

Con todo, a pesar de las profundas discrepancias que tienen, ambas corrientes epistemológicas
coinciden en algunos puntos. En primer lugar, tanto inductivismo como falsacionismo se proponen
brindar una visión prescriptiva del quehacer científico. Con el fin de aclarar qué significa esto,
resultará de utilidad realizar un breve rodeo por la medicina. En tal ámbito, la palabra
“prescripción” alude a una indicación que el médico, fundado en sus conocimientos, hace al
paciente acerca de lo que este debe tomar si quiere recuperarse. De la misma manera, en
epistemología, “prescriptiva” remite a una perspectiva que el filósofo de la ciencia, apoyado en sus
conocimientos de la lógica, elabora sobre el modo en que los científicos deben trabajar si buscan
alcanzar legítimamente el conocimiento. Dicho en otros términos, los inductivistas y falsacionistas
no están interesados en mostrar qué acciones efectivamente llevan adelante los científicos sino en
establecer qué acciones tendrían que emprender para llegar a buen puerto.

En segundo lugar, ambas corrientes explican la labor científica a partir de dos aspectos, la
observación de casos y la formulación de teorías, dejando de lado cualquier factor histórico o
social. Más aún, coinciden en concebir la observación como espejo de la realidad, es decir, como
un vehículo que permite al sujeto captarla tal como es, y no a la manera de Chalmers, como una
actividad influida por los conocimientos y experiencias previos, así como también las expectativas.

Si cuestionamos la pretensión de objetividad, en tanto que admitimos que no se puede conocer


sin un sujeto cognoscente, entonces es preciso señalar que Chalmers va a cuestionar el lugar de
la experimentación, y los sentidos (la observación principalmente) como fuente de conocimiento.

Resumiendo, el planteo de Chalmers nos permite reflexionar en torno a los argumentos utilizados
por el positivismo, particularmente por la ciencia moderna, en la que los hechos y la observación
son las herramientas con las que se llega a la verdad. Ahora podemos ubicar que en la ciencia
como en cualquier actividad humana, no es posible desprender la acción de la observación de
quien observa, de su grupo de pertenencia, sus conocimientos previos, su contexto sociohistórico
y los intereses que guían el acto de mirar. Esto no significa que se abandone la objetividad como
una de las características distintivas del conocimiento científico respecto de otros. El punto al que
llegamos nos invita a seguir reflexionando sobre qué es lo que se entiende por “ser objetivo” y de
que manera se construye una explicación centrada en el objeto de interés.

Bibliografía

Chalmers, Alan (2000). ¿Qué es esa cosa llamada ciencia? México, Madrid. Siglo XXI
editores. Introducción y fragmentos capítulo 1

Martinez Miguelez, M. (2004) “El proceso de nuestro conocer postula un nuevo paradigma
epistémico”. En: Polis. Revista Académica Universidad Bolivariana V(3) 8. Chile.

Sabino, Carlos (1996). El proceso de investigación. Buenos Aires. Editorial Lumen/Humanitas

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