Está en la página 1de 11

Migrantes

La clase de hoy vamos a hablar sobre los derechos de los migrantes.

Bueno ya casi entrando al siglo XXI puede afirmarse con seguridad que los Estados miembros
de la comunidad internacional ya perdieron su potestad absoluta y totalmente discrecional de
expulsar a los extranjeros que se encuentran dentro de su territorio. Esta facultad soberana
que tiene cada Estado de diseñar sus políticas públicas, sus políticas migratorias y el
consecuente derecho a regular la entrada, la salida, la permanencia de los extranjeros en su
territorio es una norma consuetudinaria, que si bien no es cuestionada no significa que sea
absoluta. En este sentido la normativa internacional contemporánea en materia de derechos
humanos ha influenciado enormemente en las normas migratorias y en lo que hace al
desarrollo de los requisitos procesales al momento de aplicar políticas migratorias, y a través
de las formas y la ratificación de los tratados los Estados han ido asumiendo compromisos
de respeto y de garantías determinando derechos básicos que toda persona que se encuentre
bajo su jurisdicción tiene que tenerlo. Inclusive Estados que se han mantenido al margen de
la ratificación de estos instrumentos, también, hoy encuentran limitaciones a su completa
discrecionalidad en materia migratoria, lo que quiere decir es que el derecho internacional le
ha conferido actualmente el extrajero o al migrante un minimo de garantias que todos los
Estados deben reconocer, esto es lo que se conoce como derecho internacional de los
migrantes.

De lo que vamos a hablar en esta clase es cuales son estos derechos que deben tener todas
las personas migrantes y que todos los Estados deben respetar.

Bueno, como ya les decía este derecho de los migrantes ha tenido una evolución en el
derecho internacional de los derechos humanos. En sus orígenes, el derecho internacional
no miraba el grupo de migrantes como un destinatario de atención en la comunidad
internacional, no había un interés particular. Sin embargo, este reconocimiento fue progresivo
y comienzan a gestarse algunas décadas más tarde, y ello obedeció a distintas causas. En
algún momento el Estado tiene absoluta potestad para diseñar sus políticas migratorias, pero
ello fue siendo cuestionado por estas políticas de derechos humanos y además hoy y
actualmente hay un fenómeno de migraciones a nivel mundial, que llevó a una magnitud total
en estos tiempo, en donde hay un auge de la globalización y de la integración del mundo.
Entonces, es recién a partir de la década del 70 en donde comienza a hablarse de una
concientización a nivel internacional sobre la temática de los migrantes y distintos tratados de
derechos humanos empiezan a poner un interés en estos sujetos. Es recién en 1985 con la
asamblea general de Naciones Unidas que se aprueba una resolución que reconoce la
protección de los derechos humanos y las libertades fundamentales para los individuos que
no son nacionales en el país donde viven.

Yo ahora les voy a comentar sobre la cláusula restrictiva de la legal estancia. Entonces,
paradigma del Estado como soberano absoluto de sus políticas migratorias comienza a haber
unos primeros instrumentos de derechos humanos que van a consagrar alguna garantía para
la expulsión de extranjeros, pero estas van a ser limitadas por cuanto solo van a gozar de
estos derechos a quienes se encuentren en una situación migratoria regular, es decir, que
solo van a tener derechos y garantías procesales quienes tengan una autorización expresa
del Estado para entrar y permanecer en su territorio. Es decir, que solamente van a gozar de
estos beneficios quienes se encuentren legalmente en este territorio. Por eso se habla de la
legal estancia, solamente quienes se encuentren legalmente en el territorio van a gozar de
estos derechos y garantías. A contrario sensu no van a tener derechos y garantías los
extranjeros o los migrantes que se hallen en ese territorio de manera irregular. Así, el artículo
22 de la Convención Americana de Derechos Humanos establece que el extranjero que se
encuentre legalmente en el territorio de un Estado solo va a poder ser expulsado en
cumplimiento de una decisión adoptada conforme a la ley. Es decir, solamente quienes se
encuentren legalmente en el territorio, estos van a gozar de una resolución conforme a la ley.
Por lo tanto, de vuelta, contrario sensu, quiere decir que los que no se encuentran legalmente
en el territorio van a poder ser expulsados sin la conformidad de la ley o al margen de la ley.
Por lo tanto, se habla de que estas cláusulas son restrictivas, pues solamente protegen a
quienes se encuentran en situación regular, y para el caso de los que no se encuentren hay
potestades absolutas y discrecionales de los Estados para si se quiere expulsarlo del país.

El primer instrumento que viene a romper con esta lógica de solo amparar a quienes tuvieran
todos sus documentos en regla es la Convención Internacional sobre la protección de los
derechos de todos los trabajadores migrantes y sus familias. Esta Convención va a incorporar
garantías procesales para los procesos de expulsión, tanto a los trabajadores migrantes que
se encuentren en situación regular como irregular, este es un primer paso. Sin embargo, la
mayoría de los países receptores del flujo migratorio no ratificaron esta convención.

Luego, se empieza a hablar de un estándar mínimo a seguir por los Estados americanos
respecto a su respecto y garantías de los derechos humanos a personas migrantes
indocumentadas.

En el 2003 la Corte Interamericana va a dictar la opinión consultiva N°18. Esta opinión


consultiva tiene un nítido carácter progresivo y habla sobre el principio de pro hominem, es
decir, a favor de toda la persona humana y habla específicamente de la realidad cotidiana de
los migrantes, especialmente los migrantes indocumentados. lo que hace esta opinión
consultiva es darle un estatus migratorio si establecer que hay categorías sospechosas y lo
añade al listado de categorías sospechosas cuando el Estado discrimina por la nacionalidad
de las personas, y lo que dice es que si bien el Estado puede establecer ciertas diferencias
respecto de los migrantes, por ejemplo, los derechos políticos, no puede discriminar a las
personas por su condición de migrantes.

El juez García Ramírez en esta opinión dice que no es válido un criterio que sugiera
restricciones y reducciones en los derechos de las personas cuando estas trascienden las
fronteras de su país y se trasladan al extranjero, como si ese tránsito erosionaba sus estatus
humanos y le restara dignidad, y por lo tanto, derechos y libertades a los migrantes. Es decir
que por el mero hecho de cruzar una frontera no se le resta dignidad a la persona y eso no
hace que pierda sus derechos y garantías, es una lógica muy simple, el hombre sigue siendo
hombre independientemente de donde se encuentre, independientemente de sus
documentos.

Esta opinión consultiva tuvo una implicancia muy grande por cuanto su espíritu avanza
abiertamente sobre las prerrogativas estatales que venían siendo muy custodiadas. Si bien
esta opinión consultiva no tiene la fuerza vinculante que si tiene una sentencia, y sirve como
guía o recomendación. La jurisprudencia de la Corte Interamericana debe ser seguida por los
Estados que firmaron y ratificaron el convenio, el pacto internacional de San José, y por lo
tanto, deben aplicar no solo las normas del convenio sino también su jurisprudencia y sus
opiniones consultivas. Todo ello forma parte del derecho internacional que debe ser aplicado
cuando los jueces hacen el control de convencionalidad, se acuerdan cuando hablábamos de
control de constitucionalidad y control de convencionalidad, y en el fallo Rodriguez Perreira
que se estableció que aun de oficio, aunque no sea pedido de parte, los jueces deben hacer
una valoración de las normas para ver si se adecuan a nuestra constitución y también si se
adecuan a las normas internacionales, no solo de las normas que emanan de los convenios,
sino las normas que surgen de la jurisprudencia, es decir, que esta opinión consultiva tiene
fuerzas vinculantes. En su párrafo N°101 esta opinión consultiva dice que el debido proceso
legal es un derecho que debe ser garantizado a toda persona independientemente de su
estatus migratorio.

Y en el 2003 la Corte tiene la oportunidad de expedirse en una sentencia, que fue en el caso
Vélez Loor contra Panamá, allí también hizo referencia a esta necesidad de proteger a las
personas en situación de vulnerabilidad y, especialmente, a los migrantes indocumentados.
También dijo que eso no significa que el Estado pueda adoptar políticas migratorias, sin
embargo, esas políticas migratorias siempre deben contemplar los derechos y garantías de
las personas migrantes.

Con esto decir que implícitamente, este artículo 22 de la Convención Interamericana que solo
ampara con derechos y garantías a las personas que se encontraban regularmente en un
Estados, se puede decir que ha quedado derogada por esta jurisprudencia posterior que fue
ampliando esta garantía tanto a migrantes en situación regular como irregular. Esto habla de
que justamente los instrumentos de derecho internacional son instrumentos “vivos” en el
sentido que van cambiando y se van modificando a medida que van cambiando las
circunstancias en que se va desenvolviendo.

Ahora la idea es hablar un poco de lo que fue pasando puntualmente en la Argentina. La


República Argentina históricamente fue un país receptor de flujos migratorios, mayormente,
fue la inmigración europea la que fue conformando el grueso de la población a fines del siglo
XIX. Desde entonces fueron sancionadas numerosas leyes que siempre estuvieron
orientadas a lograr una plena inclusión y se veía favorablemente la inclusión y la inmigración.
Sin embargo, muchos avatares políticos, sociales y económicos en los que fue atravesando
la Argentina a partir de 1930 hicieron que se diera un giro a la mirada respecto de los
migrantes en Argentina. A su vez también cambió la inmigración en la Argentina y sobre todo
la inmigración se conforma por los países limítrofes Perú, Bolivia, Paraguay, Uruguay, esos
fue haciendo que se comenzará a cambiar la mirada que se tenía sobre sobre la inmigración,
y en la década del 80 se sanciona la ley 22.439 que es conocida como la ley Videla. Esta ley
Videla imponer un régimen en donde la ley considera que la persona migrante es un peligro
para la seguridad Nacional y el orden público, en efecto negaba expresamente a todos los
migrantes en situación irregular el acceso a derechos fundamentales que se encuentran
garantizados en nuestra Constitución, tales como el derecho a la educación y el derecho a la
salud. A su vez, obligaba a todos los funcionarios y empleados públicos a denunciar a las
personas que se hallaran en una situación irregular, ello agravaba aún más la situación de
vulnerabilidad que se encontraban los migrantes que ya de por si estaban en una situación
de vulnerabilidad. Imagínense que ante el miedo de que se los denuncie o incluso se los
expulse del país, no se acercaban a ningún hospital público, a ninguna escuela, no
peticionaban ante las autoridades, y su situación de vulnerabilidad era aún mayor. Esto
también se veía reflejado en toda la implementación y mecanismos de control que ejercía la
dirección nacional de migraciones que ordenaba y ejecutaba órdenes de expulsión sin
intervención a control del poder judicial, y tomaba potestades absolutamente discrecionales
para expulsar a los migrantes.
Esto viene a cambiar con la ley 25.871, esta ley se sanciona a finales del 2003 y deroga la
ley Videla anterior. Esta nueva ley tiene una mirada totalmente diferente acerca de los
migrantes, da un giro y reconoce en materia de derechos a los migrantes, también cambia el
discurso político frente a las migraciones y se las toma como un aporte a la diversidad cultural
y habla de inclusión, es como que destaca el aporte o la contribución de los migrantes a
nuestro país. Esta ley pasa a dar un pleno respeto a las garantías de los derechos de los
migrantes y también reconoce el derecho humano a migrar, como derecho humano de poder
trasladarse de un país a otro.

Entonces, teniendo en claro que ya tanto en la política internacional como nuestra política
nacional, tanto los migrantes en situación migratoria regular como los que están en situación
irregular, son ambos beneficiarios de las garantías del debido proceso, vamos a analizar
cuales son estas garantías y derechos que deben respetarse y deben tener todas las
personas migratorias.

En principio hay 7 que son garantías del debido proceso y luego vamos a hablar de una
que habla más de otro principio que se debe tener presente, pero que ya no es del
proceso sino de derechos humanos en general. Estos 7 principios son:

- Principio de no devolución
- Principio de individualidad de los procesos
- Derecho asistencia letrada
- Derecho a asistencia por un intérprete
- Derecho de información sobre asistencia consular
- Derecho a contar con una decisión fundada
- Derecho a apelar la orden de expulsión.

Estas garantías deben aplicarse a todos los procesos de expulsión, incluso en sede
administrativa.

Esto no se si se acuerdan, cuando vimos garantías del debido proceso, en la parte general,
que hablábamos de que no solo deben aplicarse las garantías del proceso en el ámbito
judicial, sino también en el ámbito administrativo, y a su vez no solo deben aplicarse en el
ámbito penal sino que también deben estar incluidas en cualquier tipo de proceso, ya sea
civil, laboral, y en este caso expulsión de migrantes. A su vez, la Corte Interamericana ha
asimilado las órdenes de expulsión con verdaderas sanciones penales, porque la gravedad
que tienen estas sanciones son incluso, en algunos casos, más gravosas que una pena de
prisión. Ustedes imagínense migrantes que están hace años asentados en un país, que han
formado una familia y que de repente se les ordena expulsarlos del país, es quizás hasta más
grave para ellos que pasar unos años en prisión. Por lo tanto, el hecho de que una persona
se encuentren en una situación migratoria irregular, no justifica que se vea desposeída de un
nivel mínimo de protección, aun cuando eventualmente esa resolución culmine en su
devolución al país, o sea eso no implica que el Estado no pueda disponer y expulsar a
determinados migrantes del país, lo que se habla es que mínimamente se les garantice los
mínimos derechos para que todo ese proceso sea acorde a la ley.

A nivel local, nosotros en el artículo 61 de esta ley que les mencione, la nueva ley de
migraciones, establece que la autoridad de aplicación va ser la Dirección Nacional de
Migraciones y en todo el proceso que se desarrolle en la Dirección Nacional de Migraciones
deben regir estas garantías del debido proceso.

Como primera habíamos hablado del principio de no devolución ¿qué significa este
principio de no devolución? Esta es una de las garantías fundamentales que debe regir en
todo proceso de expulsión y lo que hace este principio es prohibir la expulsión de una persona
para ponerla en la frontera de un territorio donde su vida o su libertad peligre, ya sea a causa
de su raza, de su religión, de su nacionalidad, por pertenecer a determinado grupo social o
por tener una opinión política. Entonces, mientras su vida peligre cuando se lo pone en la
frontera de su territorio está prohibido la devolución. O también cuando haya razones
fundadas para creer que está en peligro de ser sometido a torturas o tratos crueles o
inhumanos. Con respecto a tratos crueles o inhumanos la jurisprudencia es amplia, entiendo
también que puede interpretarse que, por ejemplo en un migrante que estaba haciendo un
tratamiento de salud que se lo expulse y se lo mande a otro país, implique discontinuar el
tratamiento médico donde su vida corre peligro. Entonces, este principio de devolución tiene
un criterio más bien amplio. Esto en la práctica significa que el Estado debe darle tiempo al
migrante para demostrar acabadamente que se encuentra en una situación de peligro o para
que pueda formular una petición de asilo.

La individualidad de los procesos, esta es una segunda garantía ¿a que se refiere la


individualidad? En los casos de expulsión esta individualidad lo que garantiza es que cada
migrante pueda tener una oportunidad que su caso sea revisado aisladamente, es decir, que
se analicen las circunstancias y los antecedentes propios de cada uno de ellos y no de forma
conjunta con otras personas, es decir, que lo que protege es de las expulsiones colectivas,
que se agarre un grupo de migrantes y que se los expulse a todos, eso no se puede. Cada
uno de los migrantes debe tener un caso propio en los que se analice específicamente y
particularmente sus cuestiones personales y su situación particular. Sus pruebas, el aporte
de las pruebas que él realiza, garantizando así a presentar un recurso y luego una decisión
que esté fundada en su caso especial.
Otro de los requisitos es la asistencia letrada en todo proceso de expulsión, es decir, a contar
con una asistencia legal y que sea efectiva. Esto adquiere mucha importancia en estos
procesos por cuanto es muy difícil a veces para los migrantes acceder a una asistencia letrada
y esto tiene que ver con esta situación de vulnerabilidad en la que se encuentra, en donde no
conocen las leyes de los otros países, no saben si tienen recursos, si disponen de recursos,
si pueden pelear o batallar esta orden de expulsión, porque se los está expulsando, es decir,
que cuenten con una asistencia letrada para que su proceso se lleve acorde a la ley. Para
que esta asistencia sea válida debe reunir algunos caracteres, debe ser efectiva, es decir,
debe existir realmente una actividad por parte del abogado defensor que se encuentre
encaminada a pelear por los derechos de su asistido; y debe ser llevada de manera
competente y diligente; por otro lado, debe ser oportuna, es decir, debe garantizarse esta
asistencia letrada desde las primeras etapas del procedimiento ya que de lo contrario va a
carecer de idoneidad por su falta de oportunidades. Por otro lado, debe ser gratuita, es decir,
cuando la persona no puede defenderse a sí misma, el Estado debe procurar y garantizar un
abogado.

Nosotros en nuestra jurisprudencia hay muchos casos en donde se discutía esta asistencia
letrada y si la falta de la intervención de la asistencia letrada podría ser considerada como un
aspecto que pudiera llegar a declarar la nulidad del proceso. Hay un fallo que llegó a la Corte
que se llama Peralta Valiente, ahí se discutía el tema de la asistencia letrada ¿por que? Lo
que sucedió en nuestro régimen migratorio fue lo siguiente, cuando sale la ley nueva
migratoria que garantiza la asistencia letrada no estaba reglamentado ese artículo, ese
artículo se reglamenta con posterioridad en el decreto reglamentario. El decreto reglamentario
hoy establece que ni bien se le notifica a un migrante que se va iniciar un proceso para
expulsarlo, se le tiene que dar intervención inmediata a la defensoría general de la Nación, la
Defensoría General de la Nación es la que tiene defensores oficiales que son proveídos por
el Estado. También dice el decreto reglamentario que una vez que se le da intervención a la
Defensoría General se van a suspender todos los plazos hasta que efectivamente un defensor
oficial asuma la defensa de esa persona. ¿Que pasaba? Antes de que se reglamentara la ley
hubo muchos casos en donde se iniciaba un proceso de expulsión a inmigrantes, se les
notificó que podía tener asistencia letrada, pero ahi quedo todo, los migrantes no sabían qué
hacer, cómo manejarse, quizás no recurrieron debidamente esa orden de expulsión y quedó
firme en sede administrativa, y nunca tuvieron oportunidad de una revisión judicial. ¿Qué
pasa? De repente se enteraron que otras personas que estaban en esa situación habían
tenido una asistencia letrada por la defensoría, entonces se comunican con la defensoría y
cuando la defensoría interviene plantea la nulidad de lo actuado porque dicen que esa
persona no había tenido una debida asistencia letrada. Ahora no, porque ya con la
reglamentación, directamente ni bien se comunica una orden de expulsión se da invención,
pero en ese momento había como un limbo. Entonces, estos casos llegaron a la Corte en
donde se evaluó si había quedado firme esa sentencia o si podían volver a analizarse porque
no había un juicio justo para esas personas. En Peralta Valiente tenemos primero la opinión
o el dictamen del procurador general que fue Abraham Movick que considera que se violaron
los derechos de las personas migrantes porque no se respetó esta asistencia letrada, sin
embargo la Corte en el fallo termina confirmando lo que dice la Cámara, que dice que no, que
ya quedó firme y que no fue planteado fortunamente esto. La disidencia del Doctor (minuto
28:06) habla de que en coincidencia con la opinión del dictamen dice que se violaron las
garantías del debido proceso. Yo después voy a subir el fallo para que lo lean, es muy
interesante, yo coincido, lamentablemente, con la opinión de (minuto 28:22), pero bueno el
fallo quedó firme. Hoy ya no está esta discusión porque inmediatamente se da intervención.

Asistencia por un intérprete, este es otro de los derechos o garantías. Es decir, que una
persona migrante cuando está sometida a un proceso de expulsión puede desconocer el
idioma en que este proceso se lleva a cabo, y si no se le garantiza el derecho a contar con
un intérprete encontrará una barrera absoluta para comprender el proceso que se le está
iniciando en su contra y no podrá defenderse adecuadamente. Es decir, que es muy
importante para garantizar la igualdad y el debido proceso, es que una persona migrante no
conoce el idioma que se lo asista por un intérprete, para que pueda defenderse debidamente.
Esto incluso aunque conozca meramente el idioma, pero los procesos legales cuentan con
muchos tecnicismos y un lenguaje que no es el habitual por lo cual ante la duda había que
proporcionarselo o por lo menos darle la oportunidad de que lo tengan.

Otro de los derechos es información sobre la asistencia consular que es meramente


hacerle saber que puede contar o puede comunicarse con la oficina consular de su país para
que este le brinde apoyo o le brinde alguna ayuda en caso de ser necesario.

Otra de las garantías es el derecho a contar con una resolución fundada, es el deber que
pesa sobre todo funcionario público de motivar las resoluciones que se dicten y que justifiquen
las razones por las cuales tomó esa decisión, es una justificación razonada que le permite
llegar esa conclusión. De este modo tiene que expresar por qué determinadas pruebas no le
sirvieron y porque otras sí, para darle la posibilidad al migrante de que en definitiva pueda
recurrirlas, saber de donde agarrarse como para poder recurrir esa solución, aparte habla de
que no puede haber sentencias arbitrarias, es decir, se debe fundar.

Por último, el derecho a apelar la orden de expulsión, es el derecho a recurrir las decisiones
judiciales o administrativas ante un juez superior. Esto también está reconocido en el artículo
8 de la Convención Interamericana de Derechos Humanos donde se consagra este derecho
de contar con un recurso sencillo y rápido que pueda resolver la petición y para que realmente
sea efectivo debe satisfacer la exigencia de ser imparcial e independiente y a su vez tiene
que ser distinto al que resuelve, es decir, el mismo que resolvió no puede revisar otra vez los
hechos sino que tiene que ser un tribunal diferente. Acá también hay jurisprudencia de la
Corte en el caso Ojeda Hernandez, en donde se discutía si los migrantes tienen derecho a
una doble instancia, tanto primera instancia como la cámara decían que una vez que dictaba
el juez de primera instancia la sentencia quedaba firme y no tenían derecho a recurrir. En
Ojeda Hernandez llega a la Corte y la Corte estaba que si, que los migrantes también tienen
derecho a una doble instancia, por lo cual la Cámara debería intervenir en estos casos y
revisar las sentencias de primera instancia.

Todos estos casos que se dan en la Argentina primero transitan en vía administrativa en la
Dirección General de Migraciones y luego los migrantes tienen la posibilidad de recurrir
mediante los juzgados de primera instancia en lo contencioso administrativo federal. Luego
la cámara en lo contencioso administrativo federal es quien revisa estas sentencias de
expulsión respecto de los migrantes.

Por último, vamos a hablar del derecho a la protección de la vida familiar como un límite a
la potestad de los Estados. Esta si bien no es una garantía del debido proceso, si es una
garantía o un derecho que los Estados también deben respetar y tener en cuenta. ¿Qué es
esta garantía o derecho a la protección de la vida familiar? Esto habla de que los Estados
deben hacer un equilibrio, hacer una prueba de equilibrio entre su interés de proteger la
seguridad de su nación y poder disponer o expulsar a los extranjeros que consideren que son
un peligro o que causen algún tipo de desorden público con los derechos humanos de estas
personas migrantes y que tienen un derecho a una vida privada y familiar. Esta prueba de
equilibrio es el único mecanismo que se puede utilizar para arribar a una decisión justa que
contemple tanto las necesidad del Estado como las necesidades de las personas. Además,
a lo que apunta es que exista una proporcionalidad entre el medio y el fin buscado para que
estas órdenes de expulsión no sean absolutamente discrecionales o arbitrarias. Entonces,
los tribunales han desarrollado algunos criterios que deben ser tenido en cuenta a la hora de
expulsar a un migrante para justamente que haya un equilibrio entre la decisión tomada y los
derechos amparados por las convenciones internacionales. Entonces, por ejemplo, los
criterios pueden ser los siguientes, la duración de la estadía del migrante en el país que
pretende expulsarlo, mientras más tiempo haya estado en un país más argumento se necesita
para justificar esa orden de expulsión. Ustedes imagínense un migrante que ha estado 40
años en un país y de repente se lo quiere expulsar, donde ha forjado muchos vínculos, incluso
ha formado una familia en este país, por lo cual expulsarlo debe haber realmente una
justificación muy importante por lo cual se lo quiere expulsar, debe haber algo muy grave que
haya cometido, por ejemplo, un delito muy grave que haya cometido el migrante o alguna
cuestión muy importante que haga que eso pese más que los derechos que tiene este
migrante; otro criterio sería la edad que tenía el migrante cuando entró al país, porque muchas
veces pierden todo vínculo con su país de origen, al entrar desde muy jóvenes o de niños,
después de 40 años en un país ya no tienen ningún tipo de vínculo con su país de origen.
Entonces, llevarlos al extranjero es aislarlos absolutamente de una posibilidad de una vida
familiar o de rehacer su vida. Otro es la capacidad para hablar su idioma de origen, capaz
que ya lo perdió y no sabe hablar su idioma de origen, se los devuelve y se los condena a la
absoluta marginalidad y exclusión. Por lo tanto, todas esas todas deberían ser tomadas en
cuenta. Por último, los vínculos familiares que forjó el migrante, y este es un criterio por
antonomasia más importante que debe ser analizado cuidadosamente al momento de hacer
ese equilibrio entre los intereses del Estado y los intereses o derechos del migrante, y se
atiende siempre a un concepto amplio de familia, no solo a su familia nuclear sino todos los
vínculos familiares que este migrante posea.

También, la naturaleza y severidad del delito en caso que se lo quiera expulsar por haber
cometido un delito. Ustedes imaginense todos los dlitos no son lo mismo, nosotros en
Argentina la ley hace una diferenciación y castiga más severamente en los delitos que son ,
por ejemplo, narcotráfico o delitos que son mayores, o delitos que merezcan la pena de
sanción y reclusión perpetua no van a tener el mismo criterio que, por ejemplo, delitos
administrativos, ya estar irregularmente en otro Estado para algunos solamente por ser
migrante indocumentado es delito. Entonces, delitos menores deben ser tenido en cuenta esa
severidad del delito para evaluar si se justifica esta expulsión. O si después de un delito el
migrante ha querido rehabilitarse o ha hecho esfuerzos para obtener la ciudadanía y los
papeles. Todas esas cosas deben ser tenidas en cuenta al momento de decretar una orden
de expulsión.

Por último, el interés superior y bienes del niño porque cuando hay una orden de expulsión
en donde eso implicaría separar a los padres de sus hijos, entonces también interviene el
interés superior del niño y el interés superior del niño debe ser tenido en cuenta y esta en
tratados internacionales, los derechos del niño debe ser tenido en cuenta en este tipo de
proceso y se le debe dar intervención al defensor del niño.

Entonces, todas estas garantías nos hablan de que las potestades de los Estados para
regular sus políticas migratorias no son absolutas ¿por qué? Porque deben respetarse todas
estas garantías y si bien no significa que el Estado no pueda eventualmente expulsar a los
migrantes que considera que atenta contra su seguridad Nacional, o sea si bien lo puede
hacer, si deben respetarse estas garantías que amparan a todos los hombres y hablan de
derechos humanos, con lo cual los derechos humanos no son solo para los nacionales de un
país, sino para nacionales y extranjeros. Este último criterio de la revinculación familiar y de
tener en cuenta la vida familiar del migrante también llegó a la Corte en un caso que se llama
Barrios Roja, también fue analizado toda la situación del migrante para ver si esa orden de
expulsión era razonable o era desproporcionada.

Con esto termino, espero haber sido clara y cualquier consulta o duda no duden en
comunicarse con nosotros. Nos vemos.

También podría gustarte