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de Maquiavelo
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En proceso de revisión
César Borgia fue el hijo ilegítimo del papa Alejandro VI que
inspiraría al Príncipe de Nicolás Maquiavelo. Posteriormente, esta
obra daría nombre a un rasgo de personalidad astuta, manipuladora
y sin escrúpulos. ¿Qué hay de real en esta idea? ¿Por qué la
historia de César Borgia resulta tan fascinante?
César Borgia es una de esas figuras de la historia que puede atrapar o, por el
contrario, generar rechazo. Un niño criado para servir al poder de su ambicioso
padre, el papa Alejandro VI, igual que su hermana Lucrecia. Su historia es
fascinante y, al mismo tiempo, tremendamente cruel. Su vida es un reflejo de
una familia envuelta en intrigas.
Una saga hundida hasta los huesos en la corrupción, el asesinato y la
usurpación de poder a cualquier precio, así eran el entorno y la educación que
influyeron en César Borgia. Y no hay duda de que fue un brillante alumno,
puesto que toda esa inversión macabra dio sus frutos. César Borgia ha pasado
a la historia como símbolo de inmoralidad, conspiración y crueldad sin límites.
Su padre supo moldear a la perfección a este hijo ilegítimo que inspiraría el
personaje del Príncipe de Nicolás Maquiavelo que, a su vez, daría nombre a un
rasgo de personalidad astuta, manipuladora y sin escrúpulos.
Su vida adulta
Con el tiempo y poco después de la muerte de su hermano, reúne un ejercito
de mercenarios en el que contaba con el propio Leonardo Da Vinci como uno
de sus ingenieros. César avanza con su ejército por los estados italianos,
acrecentando su poder y extendiendo el dominio de su padre. El objetivo era
unificar Italia bajo el mando de la familia Borgia.
Sus estrategias pasaban por la espada o por el fraude, era tan hábil dando
muerte como conquistando amigos y firmando alianzas. Asesinaba a todo aquel
que pudiera perjudicarlo, inventaba nuevas leyes en descarado beneficio propio
y supo hacerse amar y aborrecer por igual. A menudo, cubría su rostro con una
máscara que terminaba de darle ese halo de misterio del que tanto le gustaba
rodearse. Se cree que esta práctica, en realidad, la utilizaba para esconder las
huellas que diversas enfermedades venéreas habían dejado en su rostro.
A la caída de su padre, muerto por envenenamiento, César Borgia es apresado
en Castilnovo por Gonzalo Fernández de Córdoba, el Gran Capitán, quien lo
traslada a España y lo encarcela en La Mota. Pero César Borgia consigue
escapar de la prisión y huye a Navarra, lugar que le conduciría a la muerte
como consecuencia de unas heridas de combate; sus restos se enterraron en
Viana.