12/5/2021 Material didáctico - parte 2

Material didáctico - parte 2

Desarrollo

Decíamos que había decisiones que eran importantes a la hora de de nir el rol del tutor en función del modelo de ambiente en línea
a implementar. Para ejempli car brevemente este concepto, veamos el interesante y valioso modelo de aprendizaje y enseñanza en
línea de 5 niveles que propone Salmon (2000):

En este modelo, producto de su investigación en la Open University, Salmon propone un primer nivel de acceso y motivación, donde
los alumnos deben poder acceder en forma individual como requisito esencial previo a la participación.

El nivel dos implica que cada participante establezca su identidad online y encuentre a otros con quienes interactuar. En el tercer
nivel, los participantes intercambian, de propia iniciativa, información entre ellos. De ahí en adelante, incluyendo este nivel tres, se
produce cierta forma de cooperación, por ejemplo, apoyo por parte del grupo hacia el logro de las metas de cada participante. En el
nivel cuatro tienen lugar las discusiones enfocadas en el curso y la interacción se torna más colaborativa. La comunicación depende
de la habilidad en conseguir establecer un conocimiento compartido. En el nivel cinco, los participantes procuran extraer bene cios
adicionales del sistema que les ayuden a alcanzar sus metas personales, explorando cómo integrar el ambiente en línea con otras
formas de aprendizaje y re exionando sobre los procesos de aprendizaje que han experimentado.

Lograr que los estudiantes alcancen estas metas, cualquiera sea el modelo, no es competencia exclusiva del tutor por supuesto, pero
sus funciones deberían estar orientadas a tratar de facilitarlas.

1. Presencia y anticipación: el tutor me acompaña

Como ya dijimos, existen muchos tipos de tutorías y de tutores. La elección, en cada caso, dependerá del diseño de curso que se
desea lograr. Por supuesto, sería imposible abordar aquí todos los estilos que existen y las combinaciones posibles que cada
institución promueve.

Para saber más

Un estudio Iberoamericano*

https://virtual.flacso.org.ar/mod/book/tool/print/index.php?id=1006331&chapterid=1269601 1/6
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En un ambiente de aprendizaje en línea donde se prioriza y se pretende lograr que el estudiante se involucre desde su experiencia
personal, interactúe y se comunique de diversas formas, y trabaje colaborativamente, el rol del tutor es sumamente importante en el
diseño, ya que es él el que debe fomentar estas habilidades.

Aspectos como la periodicidad, la interacción y la participación combinadas, proponen una organización de alta demanda para el tutor,
que da lugar a una presencia casi permanente del mismo para el acompañamiento del grupo. Los estudiantes tienen también una
participación que implica dedicar una buena cantidad de horas semanales al proceso, no sólo para leer los materiales de estudio o
realizar sus producciones, sino también para interactuar, participar y hacer con otros.

Este primer elemento de la “presencia” del tutor en todos los procesos es una característica a destacar especialmente.

Debe jugar roles y funciones diferentes, comunicar de diversas maneras, retroalimentar, ponerle voz, tono, oportunidad, en de nitiva,
hacer sentir “su presencia” en el camino que recorre, junto con sus alumnos, en el curso que está moderando.

Es un rol complejo, que está mediado por tecnología, por la comunicación asincrónica y sus características, por las diferentes
estrategias y competencias, personales y profesionales, que tiene que desplegar.

Y también tiene que lograr un equilibrio: porque este “despliegue”, muchas veces difícil de compaginar y ejecutar, no puede volverlo
el “centro” de lo que sucede en el grupo ni en el campus. El tutor debe ir “empoderando” a sus alumnos para que el grupo tome vuelo
y profundice con voz propia, consolidando así su propia experiencia de aprendizaje e interacción.

1.1. Hacer sentir la presencia: el “clima” del grupo

El tutor acompaña a su grupo durante todo el proceso, pero hay momentos del mismo donde su presencia es más importante. Suele
suceder en muchas experiencias de formación existentes, que los primeros momentos de conformación de un grupo, no tienen
siempre la relevancia que deberían en la práctica. O que se hacen actividades “por cumplir” con un primer momento de presentación
social y no más.

La posibilidad de darle tiempo al reconocimiento mutuo de los estudiantes, y de que el tutor pueda conocer, reconocer y comenzar a
identi car las particularidades de sus alumnos no debería desestimarse. La prisa por “entrar en tema”, puede hacer perder de vista la
importancia de realizar actividades previas de identi cación real y de interacción que permitan ir construyendo un clima de con anza,
conocimiento y respeto.

Poner el énfasis en promover la participación de todos, la meta del desarrollo profesional y las relaciones horizontales (Allyson
Borden, 1997), permite ir generando un ambiente de con anza donde comunicarse libremente, detectar di cultades, valorar las
opiniones de los otros, transformar prácticas y animarse a nuevas experiencias de aprendizaje.

Esto implica un alto compromiso del tutor para establecer con los alumnos vínculos que posibiliten este reconocimiento mutuo,
poder reconocer la diversidad de historias e intereses de los participantes; e infundir personalidad y clima al ambiente de aprendizaje
con el tono de sus intervenciones.

Les presentamos aquí una imagen (Ref: Curso de tutoría en ambientes virtuales de aprendizaje – Unión temporal e-learning Colombia –
Ministerio de educación de Colombia.), que nos muestra con claridad cuáles son los aspectos a considerar en este sentido:

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La importancia de considerar estos aspectos los señala Salmon, cuando habla de las características a tener en cuenta cuando se
forman tutores: ”en primer lugar, se deberá tener un claro entendimiento de que al aumentar gradualmente el sentido de bienestar
de los participantes online estos aumentarán sus contribuciones y la tasa de terminación de sus estudios. En segundo lugar, la
comprensión de que el diseño de actividades online y la interacción son tan importantes como los aspectos más so sticados, aunque
no dinámicos, del diseño y presentación de los contenidos. En tercer lugar, la clara percepción de que el rol del e-moderator, que
abarca mucho más que las tareas de un mero facilitador o contestador de preguntas, decidirá el éxito o fracaso de la experiencia de
los estudiantes….”

Encuentran un desarrollo bastante extenso de las estrategias de moderación concretas y habituales que se pueden implementar en
este momento -y en otros- de la ejecución de un curso en la bibliografía de este módulo: Valenzuela, R. “Habilidades para la tutoría a
distancia” apartado 5.12 Estrategias de la tutoría en línea.

Para saber más

La importancia de la presencia del tutor*

1.2. Anticipar: difícil de de nir, importante de intentar

Aparte de la presencia de tutor, hay otra habilidad que quisiéramos destacar, que tiene que ver con el seguimiento del grupo, su
grado de conocimiento de cada alumno y del grupo en sí, y es la capacidad de anticipar ciertas cuestiones. Puede ser anticipar
acciones que motiven al grupo en un momento determinado, que den mayor profundidad a la interacción y al aprendizaje que se
está logrando, que eviten con ictos, etc.

Este ejercicio de anticipar, requiere de un tutor que pueda ser proactivo y no reactivo. Señala Martínez: “debe ser especialmente diestro
en sintonizar con personas, en detectar estados de ánimo y sensibilidades, y, como se dice en el mundo del deporte, debe ser muy hábil a la
hora de "leer los partidos". El aprendizaje, la colaboración o la con anza no suceden sin más y de forma automática. Hay que provocarlo,
inducirlo, alimentarlo, fomentarlo, crear las condiciones idóneas para que tenga lugar y, sobre todo, mimarlo y cuidarlo para que se
perpetúe. Para lograrlo, el tutor tiene que desarrollar esa labor intangible guiando a los alumnos hacia los recursos, hacia los contenidos,
hacia los expertos. En términos de marketing, hablaríamos de delización. ¿Cómo le demuestro al alumno que mi apoyo y mi colaboración le
dan un valor añadido fundamental a su aprendizaje?”

Esta habilidad, que puede llamarse “social”, “emocional”, es señalada por múltiples autores como Berge (1995), Sánchez (2001), Barker
(2002) o Cabero (2004), como una de las funciones más relevantes en el logro de buenos resultados en la formación en línea. Se
relaciona con ella, una mayor tasa de retención de los alumnos en el ambiente, ya que pueda minimizar las sensaciones de
aislamiento, falta de motivación o compromiso que pudiera generar en el estudiante la distancia física de sus compañeros y tutor.

Ideas para este ejercicio de anticipación son: poder contar con un equipo de tutores que aporte sus puntos de vista en situaciones
que pueden volverse un con icto; el conocimiento que cada tutor tenga de sus alumnos y de los grupos que conforman; y un
minucioso sistema de seguimiento que dé cuenta del clima y el nivel de participación del grupo.

2. Funciones del tutor

Como ya deben estar pensando, el rol del tutor no se limita a tratar de mantener este clima de trabajo y colaboración. Es el clima el
que puede generar aprendizaje en condiciones más favorables; pero su labor académica y de acompañamiento va más allá. Veamos
una imagen del mismo curso que usamos antes, para ver en una forma integrada la amplitud y variedad de este rol.

https://virtual.flacso.org.ar/mod/book/tool/print/index.php?id=1006331&chapterid=1269601 3/6
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Como se puede observar, las funciones del rol del tutor se diversi can. Para poder organizarlas de alguna manera, hay múltiples
propuestas de clasi cación. Siguiendo a Cabero (2004), y a Llorente y Romero, (2005), podríamos clasi car estas funciones en:

Función Social (de la que hablamos antes)

Función Técnica
Función Académica
Función Organizativa
Función Orientadora

Veamos entonces las otras:

Función Técnica

El tutor debería asegurarse de que los estudiantes conocen las herramientas necesarias del campus, y que tienen cierto dominio
sobre ellas.

También corroborar si los alumnos comprenden el funcionamiento global del campus. Esta función determina en gran medida el
éxito o fracaso posterior del aprendizaje a través de la red por parte de los estudiantes, pues es frecuente que las di cultades y la
pérdida en el entorno por parte del alumno se produzca en los primeros contactos con el mismo, debiendo dar respuesta casi
inmediata a los posibles problemas que se puedan ir presentando. Esto no implica que el tutor deba ser un experto en cuestiones
técnicas, pero sí poseer las habilidades mínimas para resolver dudas en primera instancia.

Actividades que propone Llorente (2006) para esta función:

a) Asegurarse de que los alumnos comprenden el funcionamiento técnico del campus en línea.

b) Dar consejos y apoyos técnicos.

c) Realizar actividades formativas especí cas.

d) Gestionar los grupos de aprendizaje que forme para el trabajo en la red.

e) Incorporar y modi car nuevos materiales al entorno formativo.

f) Mantenerse en contacto con el administrador del sistema.

Función Académica

Considerada probablemente como una de las tareas más relevantes de cualquier tutor, implica el dominio de los contenidos, el
diagnóstico y la evaluación formativa de los estudiantes, poseer habilidades didácticas para la organización de actividades.

Las actividades relacionadas son:

https://virtual.flacso.org.ar/mod/book/tool/print/index.php?id=1006331&chapterid=1269601 4/6
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a) Dar información, extender, clari car y explicar los contenidos presentados.

b) Responder a los trabajos de los estudiantes.

c) Asegurarse de que los alumnos están alcanzando el nivel adecuado.

d) Diseñar actividades y situaciones de aprendizaje de acuerdo a un diagnóstico previo.

e) Resumir en los debates en grupo las aportaciones de los estudiantes.

f) Hacer valoraciones globales e individuales de las actividades realizadas.

Función Organizativa

Debiendo estar perfectamente plani cada, esta función establecerá la estructura de la ejecución a desarrollar, explicación de las
normas de funcionamiento, tiempos asignados. Implican:

a) Establecer el calendario del curso, de forma global como especí ca.

b) Explicar las normas de funcionamiento dentro del entorno.

c) Mantener contacto con el resto del equipo docente y organizativo.

d) Organizar el trabajo en grupo y facilitar la coordinación entre los miembros.

e) Contactar con expertos.

f) Ofrecer información signi cativa para la relación con la institución.

Función Orientadora

Incluye ofrecer un asesoramiento personalizado a los participantes del curso sobre aspectos relacionados con las diferentes técnicas
y estrategias de formación, y constituye por parte del tutor un aspecto imprescindible a desarrollar bajo esta función, con el propósito
fundamental de guiar y asesorar al estudiante en el proceso.

Propuestas sobre actividades que puede llevar a cabo:

a) Facilitar técnicas de trabajo intelectual para el estudio en red.

b) Dar recomendaciones públicas y privadas sobre el trabajo y la calidad del mismo.

c) Asegurarse de que los alumnos trabajan a un ritmo adecuado.

d) Motivar a los estudiantes para el trabajo.

e) Informar a los estudiantes sobre su progreso en el estudio.

f) Ser guía y orientador del estudiante.

3. Competencias del tutor: saber hacer

Pareciera que la relación entre el tutor y los estudiantes en estas modalidades implican gran dedicación y un cuidado diseño
didáctico. Es importante ver que las necesidades a cubrir en estos ambientes son distintas a las de los entornos presenciales o a
distancia tradicionales, y que las estrategias para garantizar un proceso educativo de calidad, implican una mayor inversión de tiempo
y esfuerzo por parte de los oferentes.

Saber y saber hacer como tutor en línea implica competencias que se pueden ir desarrollando adecuadamente. Pero entonces,
¿cuáles pueden ser estas competencias a la hora de elegir o formar tutores?
Salmon nos propone un cuadro sobre las habilidades de los tutores, que se deben considerar al seleccionarlos, otras que se pueden
lograr con la adecuada formación, y otras que se desarrollan con la práctica. Las compartimos:

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Ver Cuadro de Competencias del Tutor (Salmon)

La sugerencia de Salmon es que se seleccionen tutores con las cualidades indicadas en las columnas I y II del cuadro, de ser posible.
También dice que no es fácil encontrar candidatos con tales características. Además sugiere seleccionar candidatos que muestran
empatía y exibilidad para el trabajo en línea, además de una disposición favorable a ser entrenados como tutores. Luego dice que
antes de proponerles trabajar en línea deben ser formados en las competencias descritas en las columnas III y IV del cuadro.
Finalmente, que sus expectativas, basadas en la experiencia en la OU, son que los tutores sean capaces de desarrollar las
competencias descritas en las columnas V y VI tras un año de práctica en línea a cargo de un grupo de estudiantes.

Para saber más

El factor tiempo en la tutoría*

4. Algunos elementos de una buena moderación

El tutor interviene en forma directa a través de su comunicación en el campus. Permitir que los alumnos puedan decodi car esta
comunicación, captando la voz y el tono del tutor, son aspectos importantes a considerar.

Otra cuestión es la oportunidad de sus apariciones en línea, -ya que el manejo de diálogo y de silencio es también diferente que en
un ambiente presencial-. Ambos, por ausencia o exceso, pueden dar lugar a mayores confusiones.

Un elemento clave para una buena moderación es que el acompañamiento de los estudiantes, se asuma desde un rol “desde el lado”
que supone, como ya dijimos, que el tutor no es el protagonista de la experiencia, sino los alumnos.

Pero de estos temas hablaremos en la tercera parte del material didáctico, donde compartiremos algunas estrategias concretas para
la moderación y la actuación del tutor en diferentes instancias del proceso de aprendizaje y con diferentes herramientas de
comunicación en línea. También, para cerrar este módulo, vamos a compartir con ustedes otras lecciones aprendidas en el postgrado
sobre la tutoría.

https://virtual.flacso.org.ar/mod/book/tool/print/index.php?id=1006331&chapterid=1269601 6/6