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Mohammadi está encarcelada en Irán por quemar su velo en protesta y mostrar solidaridad con los manifestantes. Ha pasado largos períodos en aislamiento y extraña a sus hijos a quienes no ve desde hace más de ocho años. En una carta, expresa su esperanza de que algún día la perdonen y de que continúen luchando por un cambio a un gobierno secular e independiente en Irán.
Mohammadi está encarcelada en Irán por quemar su velo en protesta y mostrar solidaridad con los manifestantes. Ha pasado largos períodos en aislamiento y extraña a sus hijos a quienes no ve desde hace más de ocho años. En una carta, expresa su esperanza de que algún día la perdonen y de que continúen luchando por un cambio a un gobierno secular e independiente en Irán.
Mohammadi está encarcelada en Irán por quemar su velo en protesta y mostrar solidaridad con los manifestantes. Ha pasado largos períodos en aislamiento y extraña a sus hijos a quienes no ve desde hace más de ocho años. En una carta, expresa su esperanza de que algún día la perdonen y de que continúen luchando por un cambio a un gobierno secular e independiente en Irán.
Mohammadi está ahora encarcelada en la celda número 4 del ala de mujeres de
la prisión de Evin, condenada por "difundir propaganda contra el Estado". El pasado 16 de septiembre, cuando se cumplió un año de la muerte de Mahsa Yina Amini y del inicio de las protestas contra el régimen en Irán, Mohammadi quemó su velo en el patio de la cárcel con otras presas. Esa y otras protestas en apoyo de los manifestantes le han valido la apertura de seis nuevas causas judiciales contra ella en siete meses. Los jueces han añadido va dos años y tres meses a su condena por mostrar solidaridad con los manifestantes. "Nadie debe permanecer en silencio ante tanta crueldad", escribió sobre la muerte de la joven Amini y la represión de las protestas, la recién galardonada con el premio Nobel de la Paz 2023 en una carta recogida por la cadena de televisión ARTE a principios de este mes. En la misiva, Mohammadi describía los largos periodos que ha pasado en completa soledad en celdas de aislamiento que, según el marido de la activista, solo permiten dar tres pasos en diagonal; calabozos tan exiguos que ni siquiera permiten extender los brazos a los lados del cuerpo: "En una celda de aislamiento, el tiempo no existe. Oír una voz, incluso un susurro, se convierte en un sueño. Cuanto más tiempo pasa, más te sientes como si estuvieras en una tumba; como si estuvieras atrapada en un pozo (..) Echo de menos a Ali y Kiana [sus hijos mellizos]. Hace más de ocho años que no los veo, pero siempre han estado conmigo. Espero que el dolor que les ha causado mi ausencia no haya sido en vano. Espero que, un día, me perdonen", escribe Mohammadi. El texto concluye: "Estamos luchando por un cambio histórico desde la República Islámica de Irán a un gobierno secular basado en los derechos humanos y la democracia. Permitidnos continuar nuestros esfuerzos; que la resistencia y la lucha vayan de la mano del amor y del amor por la vida. Sigamos en pie. Sigamos luchando, demos un paso cada vez y preparémonos para los siguientes". El pasado año, este reconocimiento por la lucha para la paz recavó en el director de la ONG bielorrusa Viasná, Ales Bialiatski; la fundación rusa Memorial, liquidada ya por el Kremlin y la justicia rusa a finales de 2021, y del Centro para las Libertades Civiles ucranio. En más de 120 años de historia, el Nobel de la Paz ha premiado a 111 personas (de ellas, 19 mujeres) y 27 organizaciones. Ningún español lo ha ganado, pero sí seis latinoamericanos, el primero de ellos el diplomático argentino Carlos Saavedra Lamas, galardonado en 1936 por mediar en el conflicto militar entre Paraguay y Bolivia por la guerra del Gran Chaco. Después le siguieron el también argentino Adolfo Pérez Esquivel (1980), el mexicano Alfonso García Robles (1982), el costarricense Óscar Arias (1987), la guatemalteca Rigoberta Menchú (1992) y el colombiano Juan Manuel Santos (2016). El Nobel de la Paz, dotado con alrededor de un millón de dólares, se entregará en Oslo el 10 de diciembre, aniversario de la muerte del industrial sueco Alfred Nobel (1833-1896), quien fundó los premios en su testamento de 1895. Este premio Nobel es el único de los seis galardones que se otorgan y entregan fuera de Suecia por deseo expreso de Alfred Nobel, debido a que, en su época, Noruega formaba parte del vecino país.
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