Acto Homenaje a los Combatientes del Gueto de Varsovia
1943 - 81` Aniversario - 2024
Mensaje de la Comisión Directiva
Buenas noches, autoridades presentes, instituciones amigas, compañeras y
compañeros. Como todos los años nos reunimos hoy para conmemorar un nuevo aniversario del Levantamiento del Gueto de Varsovia. Transcurrieron ya 81 años de aquel hecho histórico, protagonizado por un puñado de heroicos combatientes que enfrentaron a la maquinaria de destrucción nazi un 19 de abril de 1943 en vísperas de Peisaj, celebración tradicional que representa la lucha por la libertad. En el año 1940, fueron confinados en un barrio de Varsovia alrededor de 400.000 judíos. Hacinados, mal alimentados, sin atención médica, miles fueron muriendo de hambre o enfermedades; otros fueron deportados a los campos de trabajo forzado y de exterminio. A fines del año 1942 ya quedaban unos pocos miles en el gueto, los que comienzan a organizarse y a generar las primeras acciones de resistencia contra la barbarie nazi. Si bien este levantamiento no fue el primero ya que hubo otros intentos anteriores, fue el más importante por lo que duró, por lo que se logró y por su legado. Debemos destacar que a pesar de las condiciones infrahumanas en que vivían, supieron mantener una cierta actividad cultural, religiosa y de educación a sus niños y adolescentes. Estos elementos, junto a la capacidad de unirse de los diferentes sectores sociales, políticos e ideológicos que existían en esa comunidad judía confinada, fueron fundamentales, pese a la inferioridad de condiciones, para enfrentar al enemigo común. Estos heroicos combatientes se fueron preparando con las pocas armas que tenían. Algunas caseras, otras conseguidas con la ayuda de la guerrilla polaca. La mayoría de ellos eran muy jóvenes y estaban liderados por otro joven, Mordejai Anilevich. Todos tenían un objetivo común: la lucha por la vida y por la libertad. Por su libertad, pero también por la libertad del ser humano, por la libertad de vivir en condiciones económicas, sociales, culturales, políticas e ideológicamente dignas. Éste es el legado que nos dejaron. El homenaje que realizamos a los combatientes del gueto de Varsovia, está siempre enmarcado bajo la consigna: no olvidar – no perdonar. No olvidar es para nosotros, no sólo recordar el pasado, sino tener una actitud militante en el presente y de cara al futuro. Bregar por el progreso de todos los pueblos, y su convivencia en paz. No olvidar es recordar el genocidio del pueblo judío, pero también el genocidio del pueblo armenio y de tantos otros a lo largo de la historia, es el compromiso de que nunca más sucedan estos hechos tan dolorosos para la humanidad. No perdonar. No es una expresión de odio irracional. Es la necesidad de que los hechos que enlutaron a la humanidad toda, no solamente al pueblo judío, no se repitan, y que sean juzgados aquellos que participaron en forma directa o colaborativa. En momentos en que en el continente aparecen voces negacionistas sobre las dictaduras que asolaron a América Latina, también decimos NO OLVIDAR, NO PERDONAR, sobre los hechos acontecidos en nuestro país en la última dictadura cívico militar, en la cual miles de mujeres y hombres fueron perseguidos, encarcelados, torturados y muchos de ellos desaparecidos. El próximo 14 de mayo se cumple el 76 aniversario de la creación del Estado de Israel por parte de la ONU. Reafirmamos nuestro histórico compromiso de defender su existencia y democracia. Hoy es ineludible que hagamos mención a la guerra y sus terribles consecuencias para la vida de los pueblos en Medio Oriente. En 1er lugar diremos, con énfasis, con total claridad, y todas las veces que sea necesario, que Hamás y la Yihad Islámica son organizaciones terroristas, inhumanas, criminales. Financiadas fundamentalmente por Irán, un régimen teocrático, desestabilizador de la región, y violador contumaz de los derechos humanos de las mujeres y de varias minorías étnicas. No existe, no puede existir ningún argumento, ninguna excusa, ningún atenuante, para que una organización política o de otra índole, cometa las atrocidades que fueron realizadas el 7 de Octubre del pasado año. Violar, mutilar, quemar y matar a mujeres civiles inocentes, a hombres, a ancianos, y hasta a niñas, niños y bebés, con una brutalidad inaudita, son acciones criminales que creíamos desterradas de la faz de la tierra. Era evidente que a partir del 7 de Octubre, la respuesta sería inevitable, con sus consecuentes calamidades. La pregunta que se hacen los israelíes y todo el mundo es: ¿Cómo pudo pasar? ¿Cómo fue posible que los servicios de inteligencia israelíes, catalogados como de los mejores del mundo, no hayan alertado de la incursión, justamente en la frontera más monitoreada del mundo? Invasión que no fue espontánea, sino que obviamente se estaba planificando -como quedó demostrado-, hace largo tiempo. Hubo advertencias serias que fueron hechas entre otras por las agencias de inteligencia egipcia y estadounidense hace tiempo atrás. ¿Por qué no se le prestó la debida atención, a las reiteradas advertencias realizadas a sus superiores, por las mujeres soldados que custodiaban la frontera? Son un cúmulo de preguntas, aún sin respuestas convincentes. Esperemos que una comisión investigadora, profesional, honesta e imparcial, empiece a arrojar luz sobre todas estas interrogantes. El multipremiado escritor y ensayista, David Grossman, el más importante de la literatura israelí contemporánea dice en su testimonio: “Más de 1200 muertos, 2900 heridos, centenares de rehenes, todo ello debido a la imprudencia criminal de los líderes de las fuerzas de seguridad, que durante años se han convencido a sí mismos y a nosotros, que no había nadie más fuerte y sofisticado que Israel en esta zona del mundo, y nadie más experto en tácticas militares”. Hoy, continúa Grossman, “veo en las caras de la gente una pesadilla inaudita. Lo que ocurre ahora es el precio que paga Israel por un liderazgo corrupto que quiso demoler sus instituciones judiciales, a su ejército, al sistema escolar. Que estuvo dispuesto a poner en peligro la existencia del país para evitar que su primer ministro acabara en prisión.” Pero esta situación no comenzó el 7 de octubre. Nuestra Institución ha venido denunciando, que cada acción de Hamás, ha tenido como consecuencia un fortalecimiento de Nethanyau junto a sus ministros más extremistas en su política de continuar incentivando la creación de asentamientos en Cisjordania, ocupando territorios y expulsando sus habitantes. Esta política israelí de ocupación ilegítima de territorios, que durante años se ha retroalimentado con la violencia en dichos territorios, ha debilitado a sectores más moderados y fortaleciendo paradójicamente a los grupos más extremistas y radicales palestinos, como Hamás, para los cuales la desaparición de Israel es su objetivo declarado. Este espiral de violencia, hoy cuesta la vida de miles de personas palestinas e israelíes, pero además, la guerra despiadada que se ha desatado como contrafoensiva por parte de Israel, con terribles bombardeos a Gaza, con secuelas de miles de muertos y heridos, y cientos de miles desplazados, dejando a la población civil en una situación de profunda inhumanidad, no contribuyen a lograr la paz entre los dos pueblos Podremos hablar de cantidades o de modos. Quién comenzó, quién incitó. Pero el resultado final es el mismo. Todos los muertos tienen nombre y apellido, una vida, una familia y amigos que los llorarán. Quienes hoy cuentan a sus muertos por miles, volverán para pedir venganza y el espiral no tendrá fin. Ninguna vida vale más que otra, la violencia sólo traerá más violencia. Su reproducción viola los principios humanistas que nos legaron quienes crearon nuestras instituciones judío progresistas y que emigraron al Uruguay en búsqueda de paz y democracia. Es por ello que hacemos un llamado fuerte y claro demandando la vuelta de los rehenes secuestrados y un alto al fuego que permita la ayuda humanitaria. Estamos asistiendo, la mayoría de las veces con indiferencia, a un mundo cada vez más conflictivo y belicista. Muchos conflictos y guerras tremendamente dañinos y sangrientos, se están desarrollando en varias partes del planeta. Pero ninguno con el interés mediático como el de Israel-Hamás. Después de la masacre del 7 de Octubre, y su consecuente guerra con sus espantosas consecuencias, se ha incentivado poderosamente en el mundo el viejo antisemitismo. Que estaba latente, pero ahora emerge con gran virulencia, dañando de una forma u otra a todos los judíos y sus organizaciones establecidas en el mundo. Para ello tenemos el deber histórico de esclarecer y diferenciar – una vez más y todas las veces que sea necesario - la política del gobierno de Israel, que como judíos progresistas uruguayos no nos representa, de la defensa a ultranza de la existencia del Estado de Israel como tal, y a su derecho de vivir en paz y con prosperidad. El judaísmo se expresa en diversidad de opiniones a lo largo y ancho del planeta. En esa diversidad reside su fortaleza. Es sabido que el antisemitismo tiene varias aristas, raíces históricas, culturales, económicas, geopolíticas, etc. Por ello, aquí en Uruguay, debemos estar alertas y vigilantes, y denunciar cualquier acción antisemita., como la acaecida el pasado 8 de marzo, en la marcha del día internacional de la mujer. Actividad a la que nuestra institución es adherente desde siempre. Como institución judía y progresista, también es menester expresar con total claridad: Quienes tengan posturas antisemitas, racistas, o xenófobas, no deberían tener cabida en un pensamiento que se defina de izquierda. ¿Cuál puede ser entonces la solución a esta guerra? Mahatma Gandhi expresó hace ya varios años: “En el ojo por ojo, los 2 pueden quedar ciegos”. Todo lo acontecido, lo único que ha logrado es traer más dolor, terror e inseguridad, a las poblaciones israelíes y palestinas, verdaderas víctimas del conflicto. Una espiral de violencia que hace que nuestras históricas consignas de 2 estados para 2 pueblos, con fronteras seguras y en paz, hoy parecen ser tan solo una lejana utopía. Nuestra institución tiene una larga historia en la defensa de la dignidad humana en todos los aspectos. Las luchas por la paz, la igualdad y el progreso, no pueden ni deben claudicar. Compañeras y compañeros de nuestra institución, amigos todos: Honremos a los valientes y heroicos combatientes del levantamiento del Gueto de Varsovia. Ellos pelearon contra el ejército nazi en forma digna. Fue por “nuestra y vuestra” dignidad, y pagaron con su propia vida, pero nos dejaron un legado: Ayer, hoy, y siempre: NUNCA DIGAS ESTA SENDA ES LA FINAL Sí a la paz. No a la guerra. Muchas gracias.