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Referencia bibliográfica: Callejón-Chinchilla, M.D. (2004). ¡ANIMATE! Red Visual, 1.

Junio 2004. Disponible en: http://www.redvisual.net/n5/n1/imagenes/art4.pdf


¡ANÍMATE!. María Dolores Callejón Chinchilla
Breve resumen:
La educación tiene que cambiar para tener sentido en la época actual. Debe tener en
cuenta las investigaciones que se aplican en otros campos del saber. Pero el cambio no
será efectivo si no parte de los centros educativos y de un profesorado que quiera
implicarse. Para ello hay que formarse; y nosotros hemos de hacerlo tanto en el ámbito
del arte como en el de la pedagogía. Y hemos de ser los primeros en reconocer el valor
que tiene nuestra materia para que la educación artística pueda tener el lugar que se
merece en la educación.

¡ANÍMATE!
Mª Dolores Callejón Chinchilla

El otro día me encontré un artículo (1) que comentaba como un profesor descubrió a un
grupo de adolescentes totalmente absortos, con aire de complicidad cooperativa, en un
aula.... obviamente, no por la exposición de un profesor, sino por un video juego que
uno de ellos había traído de casa. Se preguntaba el docente, las maravillas que podría
causar una atención como esa en el aprendizaje de cualquier materia escolar.
Lo más extraordinario fue descubrir que ese estado en el que había encontrado a los
alumnos, había sido definido por Csikszentmihalyi (psicólogo que trabaja en la
universidad de Chicago) como "estado de flujo” (2).
Más tarde, hablando con una diseñadora de juegos virtuales, le dijo que ella tenía en
cuenta estos estudios en la creación de sus productos: para atraer al jugador y luego
mantenerlo como usuario.
También el psicólogo de un equipo deportivo intentaba favorecer este sentimiento de
flujo en sus jugadores, antes de entrar en competición...
El mundo de la empresa lleva años convencida que desarrollando la creatividad y las
relaciones humanas sus beneficios serán mayores.
La publicidad y los medios de comunicación en general, también saben como atraernos,
seducirnos, mantener nuestra atención y gracias a ello desde hace tiempo se han
convertido en grandes educadores.
Pero no, la educación es otra cosa, mucho más seria. Para aprender hace falta voluntad y
esfuerzo. Pero fíjate, que cosas, sin quererlo ni beberlo, el otro día pusieron en la radio
la canción de Alejandro Sanz "Corazón partío"... ¡y me la sabía entera!... ¡con lo que me
está costando aprender inglés! (aunque ahora, desde que tengo internet, empiezo a
entender al menos lo escrito).
Inteligencias múltiples, experiencia de flujo, la programación neurolingüística (pnl), el
efecto pigmalión (tan nombrado hace unos años y tan olvidado, parece ser), los cambios
radicales en la ciencia y en el pensamiento, la globalización e interculturalidad, las
enormes posibilidades de acceso a la información (generalmente matizada por otros), la
revalorización de la creatividad como universal y educable, el estrés, el consumismo, la
presión de grupo, las relaciones humanas virtuales,...
Como recientemente decía en el VII Simposio de profesores de Dibujo y Artes
Plásticas, (3) "a veces da la sensación de que vivimos en un mundo aparte".
Sabemos que algo no marcha bien, que cada vez nos cuesta más "dar clase"... pero nos
perdemos en el “qué hacer”. Los alumnos no andan menos desconcertados que nosotros.
A una compañera le dijo su hijo pequeño: “Si soy tan listo como decís, ¿para que voy a
ir al colegio? Que me ponga las cuentas la tía, y ya está”. A mi cuñada le pidieron que
mi sobrina no aprendiera más porque se aburriría en clase. Han llegado a mis manos,
actividades “adaptadas” (para un niño con retraso), en las que ni yo comprendía qué
estaban pidiéndole. Después de ver la tele cada mañana llena de estímulos sonoros y
visuales, de velocidad, de sensaciones, de historias… los niños llegan a una escuela
“monocroma”, de tiza blanca sobre pizarra verde (4) … donde las emociones, la
creatividad, la expresión artística aparecen como elementos secundarios, prácticamente
no se hablan de ello, ni casi se trabajan…. hasta que uno sale del cole y se topa con la
valla publicitaria, pone la música, la tele o se conecta a internet.
Un mundo distinto, exige respuestas distintas. Y seguimos educando igual que lo hacían
nuestros antepasados. No sirven los parches. La educación actual precisa una
renovación desde los cimientos. Los cambios educativos deben venir de la base, de la
realidad de los centros, de los implicados directamente (profesores, alumnos y padres),
no de imposiciones legales (aunque ayudaran, si fueran buenas).
Como docentes, la mayoría de nuestras reclamaciones, se quedan en el “dame más
horas”. Y en la línea de otros autores que llevan años insistiendo en la “inutilidad de
muchos saberes escolares” (5), Fernando Hernández nos pregunta: ¿más horas?, ¿para
qué?, ¿para seguir haciendo lo mismo? ¿para qué sirve lo que hacemos?
Es preciso y urgente que como profesores –en nuestro caso- dibujo o artes plásticas-
visuales (o como las llamemos -cada vez son más multimedias y virtuales) nos
formemos en ambos campos, en el de la educación y en el del arte ya que ambos -como
la mayoría de los "conocimientos, prácticas y actitudes")...- han cambiado enormemente
en los últimos tiempos (y seguirán haciéndolo, cada vez a mayor velocidad)
Pero para formarse hay que quererlo (y no sirve sólo ir a cursos gratuitos, a los que me
obligan porque los necesito para los sexenios)."¿Es posible volver a soñar con …(una)
formación que parta del simple deseo de educar mejor?" (6)
Además, nosotros, los profesores de Dibujo o Artes Plásticas, -si queremos una
educación distinta- tenemos otra obligación: revalorizar nuestra asignatura (no vaya
a ser que con los cambios perdamos el poco papel que aun nos queda en la escuela).
Hace unos días una compañera -psicóloga y docente-, después de varios años trabajando
conjuntamente, me dice que cada vez descubre mayores valores en la educación
artística. Y me pregunta, ¿por qué se cotizan tan mal en el mercado los profesores de
dibujo, de arte en general?
En clase de Bases Psicopedagógicas de la Educación Especial le llamó la atención que
una alumna, en una exposición sobre como responder a las necesidades educativas
especiales, expusiera, casi excusándose por atreverse a nombrarlo, que según el DCB,
podían usarse técnicas de asignaturas que siempre se han considerado marías para
trabajar variados aspectos con los niños.
Sí, quien va a dudar del valor de la lengua y de las matemáticas, pero, ¿del arte?
¿Hasta qué punto los profesores de dibujo sienten, creen, saben de la importancia de su
contribución al ámbito de la educación? Quizás perdidos en las disensiones sobre si han
de ser profesores o artistas, si ambas cosas a la vez...
Lo que ella acababa de descubrir es la tesis de muchos estudiosos (no tantos, quizás)
desde Platón hasta nosotros sobre el valor educativo del arte. Sí, debemos luchar por el
valor el papel del arte en la educación porque lo tiene. Pero para ello, los primeros que
debemos ser conscientes, creerlo y quererlo, somos nosotros. Digo quererlo, porque
quizás no nos interese, quizás preferimos ser "artistas", especiales, ¿diferentes?, ¿locos?,
(¿lo estamos? ¿o nos lo hacemos porque es la manera de ganar fama y popularidad?)

Para los que creen que el arte es un don divino, que no se puede enseñar a dibujar, para
los que creen que el arte solo sirve para expresarse sin trabas, o para “dejar bonito”, ….
nada más. Para éstos, no es la educación artística. Estos, que prueben fortuna y sean
solo artistas.
Pero los que creen que el arte es un vehículo de expresión, pero también de
comunicación, de razonamiento, de crítica...; los que creen que la expresión artística es
inherente al ser humano (en un mayor o menor grado, desde una u otra forma de
expresión)…; aquellos que encuentran en estas actividades artísticas una base para el
desarrollo cognitivo, para la salud mental, para la ética y la estética, para desarrollar la
autoestima, la autoafirmación e identidad personal, etc., es decir, para una educación
integral...; éstos sí pueden ser verdaderos educadores. Y éstos son los que deben luchar
por otra educación artística, distinta de la que “sufren” la mayoría de nuestros
alumnos.
Y aunque solo sea por egoísmo, también debieran hacerlo los demás. Porque nos están
quitando horas, porque no nos dan lugar –y nos lo quitan- en especializaciones que nos
son propias (publicidad, comunicación audiovisual, dibujo técnico...)
Reducir el espacio para la educación artística solo demuestra un desconocimiento de las
raíces de la psicología del ser humano y de todas las pedagogías que han intentado
educar al hombre integralmente.

¿Y si le diéramos “la vuelta a la tortilla”?


En un curso de creatividad para docentes, propuse, que cada uno reflexionara sobre el
futuro de la educación desde un triángulo prospectivo (7) –es decir, tener en cuenta, los
ejes sociocultural o axiológicos (¿cómo debería ser?), personal o subjetivo (¿cómo me
gustaría que fuera?) y estratégico o pragmático (¿cómo podrá ser?). La síntesis
dialéctica-creativa de estos tres puntos de vista podía ofrecernos una visión prospectiva
de la realidad futura de la educación. Les invité a que cada uno expusiera, el modelo
educativo al que habían llegado, y les propuse el mío: ¿qué pasaría si en la escuela, la
educación artística, se convirtieran en asignatura fundamental y eje de todas las
demás? Después de muchos comentarios –más en contra que a favor-, les aseguré que
esta escuela era posible y era una realidad. En el sistema educativo “aprendizaje por
medio de las artes” (8) combinan el arte con las demás materias escolares con el fin de
conseguir un aprendizaje significativo e interdisciplinario. Aprendizaje y creación se
unen para desarrollar todas las aptitudes de los niños. En esas escuelas los alumnos
“adoran resolver problemas y compartir ideas”; “se crean comunidades vivas de
alumnos, profesores, de artistas y padres”; “ningún niño se queda atrás”; “las escuelas
desbordan entusiasmo”… Estudios realizados demuestran que estos alumnos presentan
mejores niveles conceptuales que escolares que siguen otros sistemas, y encima resulta
más económico.
¿Utopía?

“Lo que forma a un ser con esperanza no es tanto la certeza de lo encontrado


sino el movilizarse en la búsqueda” (P. Freire)

ANÍMATE Y BUSCA.

PD: Si aún no lo has hecho, puedes comenzar leyendo el libro de Fernando Hernández
"Educación y Cultura Visual", seguir con cualquier manual de arte contemporáneo, por
ejemplo el de Ana Mª Guasch “El arte último del siglo XX. Del posminimalismo a lo
multicultural”; ver algunas obras virtuales en la red, de e-mail.art, en artfutura, en web-
side.org, 2-red.net,…; acercarte a los estudios de “Cultura Visual” (como dice
Freedman, es el nuevo ámbito de la educación artística); por ser multidisciplinar como
exige el conocimiento actual, lee “Inteligencias múltiples” de Gardner, por ejemplo;
busca experiencias innovadoras en revistas educativas…; no olvides a los clásicos como
Lowenfiel, Read, etc.
Y no te olvides de mí. También quiero aprender. Aconséjame que leer, donde buscar,
qué mirar. Mis e-mail son islaschafarinas@hotmail.com y crear-te@telefonica.net. Te
espero para compartir la ilusión de una verdadera educación artística.

Fuentes de documentación empleadas:


(1) Galán, M & Maguire, T. “Conseguir el flujo”. En Url: <
http://www.xtec.es/~jmaguire/articles/Flow.pdf> (Consulta, abril 2004)
(2) Cfr. el libro de Mihaly Csikszentmihalyi, (1996) “Fluir (Flow) Una psicología
de la felicidad”. -Ed. Kairós. Barcelona- en el que de manera sencilla y coloquial
expone sus investigaciones.
(3) Callejón, M.D. (2004) "Del dibujo a la Cultura Visual" Actas VII Simposio de
profesores de Dibujo y Artes Plásticas. Ilustre Colegio Oficial de Doctores y
Licenciados en Bellas Artes de Andalucía. Sevilla.
(4)
(5) Delval, J. (1992) "¿Cantidad o calidad?” C.P. nº 207 (pp. 15-18)
(6) Editorial de la revista BFP, nº 1 "Nuevos Retos, nueva formación" (1999). En
Url: www.ciberaula.net/icce/formacion/BFP/bfp1.htm (Consulta, mayo 2004)
(7) F. Rodríguez, A. (2001) "Futuro y creatividad" en "Creatividad y Sociedad".
Octaedro, Barcelona
(8) En Url: http://www.ltta.ca (Consulta, mayo 2004)

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