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PROEMIO
1.1. Aristóteles estableció en el llbro III del De Anima que las ciencias se dividen, en
cierta manera, como las cosas, pues todos los hábitos se distinguen por sus objetos, de
los cuales reciben su especificación.
1.2 Las cosas que considera la filosofía de la naturaleza son el movimiento y lo que
se mueve. Así, dice Aristóteles en la física que todas las cosas móviles-movientes (mota
movent) pertenecen a la especulación física.
1.3. Por lo tanto, es necesario que según se distingan los movimientos y los móviles,
se distingan y se ordenen las partes de la filosofía de la naturaleza.
1.4. El primero de los movimientos es el local, que es más perfecto que los otros, y
es común a todos los cuerpos naturales como se demuestra en la Fisica. De ahí que
después de estudiar el movimiento y los móviles en común, lo cual fue hecho en la
Fisica, es necesario que se estudien todos los cuerpos en cuanto que se mueven por
movimiento local, lo cual se hizo en el Del cielo, que es la segunda parte de la filosofía
de la naturaleza. Por lo tanto, queda por estudiar los movimientos restantes, que no
son comunes a todos los cuerpos, sino que sólo se encuentran en los cuerpos inferiores.
1.5. Entre otros, tiene prioridad la generación y la corrucpión.
1.5.1. La alteración, en cambio, se ordena a la generación como a su fin, y, por
naturaleza, es máts perfecto el fin que las cosas que está ordenadas a él.
1.5.2. También el crecimiento es algo consecuencial a la generación, por la cual la
comida se convierte en alimento; Así lo expone Aristóteles en el llbro Sobre el alma, al
decir que la comida es carne en potencia y hace crecer en cuanto que es carne
cuantitativa (potentia quanta caro).
1.5.3. Por lo tanto es necesario que estos movimientos, de alguna manera sean
consecuenciales a la generación y que se estudien al mismo tiempo que la generación y
la corrupción.
2. 1. Hay que tener en cuenta que todo lo que se encuentra en muchas cosas
(unoquoque quod in pluribus invenitur) hay que estudiarlo primero de una manera
general (in communi) que de ma nera especial; ya que de otra manera habría que decir
muchas veces lo mismo al tratar de cada cosa particular, como lo demuestra Aristóteles
en Las partes de los animales. De ahi que es oportuno tratar primero lo común de la
generación y de la corrucpión, y después descender a las cuestiones particulares (ad
partes eius descendere).
2.2. Igualmente hay que tomar en cuenta que si en algún género hay algo, es lo
primero que hay que estudiar, porque “eso primero” es la causa de todo lo que está en
ese género; de ahi que la que considera un determinado género; considera las causas
de todo el género. Por eso Aristóteles en la Metafisica, al mismo tiempo estudia el ente
en común y el ente primero, que es el que está sepa rado de la materia.
2.3. Existen, pues, en el género de las cosas corruptibles algunos primeros
principios: los elementos que son la causa de la generación y la corrupción y también
de la alteración en todos los dem cuerpos.
2.4. A esto se debe que Aristóteles en este libro, que es la tercera parte de la filosofía
de la naturaleza, estudia no sólo la generación y la corrupción en general y los
movimientos que le siguen, sino que también estudia la generación y la corrupción de
los elementos.
Propósito
(GC, 1, 1, 1)1 Y en lo que respecta a la generación y corrupción de los que se generan
y destruyen por naturaleza, esto es, de aqu’ cosas que naturalmente se generan y
corrompen, debe mos distinguir, en todos ellos universalmente del mismo modo, sus
causas y se deben determinar las definiciones
Movimientos consecuentes
(GC, 1, 1 , 2) Además, hay que determinar qué son el aumento y la alteración.
Comparación entre sí
(GC, 1, 1, 3) Y si acaso debe considerarse o aceptarse que la alte ración y la
generación poseen una misma naturaleza y definición, o bien, por el contrario, son
diversas tal como se diferencian tam bión, esto es, se determinan, en los nombres que
ilevan.
Exceptaa a Anaxágoras
(GÇ, 1, 1, 7)10 Anaxágoras sin embargo, malentendié su propio lenguaje:
manifiesta, por de pronto, que generación y destrucción consisten en lo mismo que la
alteración Sin embargo, afirma que los elementos son muchos, como hacen los otros.
Definición (tercero de I, 1, 4)
(GC, 1, 1, 8)13 Así Empédocles sostiene que los elementos corpóreos son cuatro
principios materiabes, a saber, tierra, agua, aire y fuego -pero el número total, con el
agregado de los dos principios motores, es decir, con la amistad que congrega, y con el
odio que separa, llega a seis- y asi establecía principios finitos, mientras que
Anaxágoras Leucipo y Demécrito los consideran principios infinitos.
Segunda razón
(GC, 1, 2, 5) Por Ello es evidente que siempre debe suponerse una materia o
naturaleza única como base de los contrarios que son términos del movimiento, en
cualquier movimiento, ya se trate del cambio de algo según el lugar o bien, según el
aumento y la disminución, o igualmente es necesario esto según la alteración. Por lo
demás, materia y alteración resultan igualmente necesarias, una y la otra; pues, si se
produce la alteración, el sustrato será un elemento tinico y habrá una materia única
común a todas aquellas cosas que se transforman unas en otras; a su vez, si el sustrato
es uno, es decir, un sujeto de aquellos según los cuates se dispone a la alteración, existe
alteración
Razón de la intención
(GC, I, 3, 2) Platón solamente examinó la generación y la corrupción en la medida
en que existen en las cosas, y no abarca toda generación, sino sólo la generación de los
elementos, sin decir nada acerca de como se generan las carnes, los huesos u otras
cosas de este tipo o alguno de los otros cuerpos compuestos, ni tampoco acerca del
modo en que la alteración y el aumento existen en las cosas. En general
universalmente, nadie, es decir, ninguno de los otros filósofos prestó atención a
ninguna de estas cuestiones, a no ser de manera superficial, con excepción de
Demócrito. Éste parece preocupado por todos estos problemas y, adem se distingue
por el modo en que los trata diligentemente. Como decimos, pues, en lo que concierne
al aumento, nadie ha explicado ni él mismo ni otro nada más allá de lo que cualquier
hombre vulgar podría decir al respecto, a saber, que las cosas aumentan cuando se
reúnen con lo semejante -sin aclarar en nada como esto ocurre-. La misma ausencia de
explicaciones se da respecto de la combinación y, podríamos decir, repecto de los
demás procesos similares; por ejemplo, en el caso de la acción y la pasión, y la cuestión
de como algunos entes son agentes de producciones naturales y otros las padecen.
Segunda razón
(GC, 1, 4, 6) 17 Además, ¿dónde estarán los puntos, es decir, qué sitio tengan en la
magnitud? ¿y serán inmóviles o estarán en movimiento? Un contacto existe siempre
entre dos cosas, de modo que hay algo más que el contacto, la división y por
consiguiente, además, el punto. Así pues, si alguien supone la existencia de un cuerpo
totalmente divisible, del tipo y dimensión que se quiera, sobreviene este tipo de
consecuencias que ahora se ha dicho.
Tercera razón
(GC, 1, 4, 7) 22 Además si después de dividir un trozo de madera o de alguna otra
cosa corpérea, de modo que por algunas partes lo reconstruyo, éste será nuevamente
igual que antes y uno porque las mismas son en las cuales algo se divide y por las
cuales algo se compone. Sin duda es evidente que ello sucederá cualquiera que sea el
punto en que yo corte el trozo de madera. Luego es totalmente divisible en potencia, es
decir, en todas las cosas en las cuales pudiera dividirse. ¿Qué hay, entonces, además de
la división? Pues, si se dice que aquello que es residuo de la división sea también
alguna afección, ¿Como puede el cuerpo, empero, resolverse en estas afecciones y
generarse de ellas? ¿Y como pueden éstas estarán separadas?
Conclusión
(GC, 1, 4, 8) En consecuencia, si es imposible que las magnitudes estén compuestas
de zonas de contacto o de puntos como concluyen las razones anteriores, ser necesario
que haya cuerpos y magnitudes indivisibles No obstante, también a quienes asumen
esta última suposición, es decir, que existan cuerpos indivisibles, se les presentan
consecuencias no menos imposibles, que hemos examinado en otra parte.
Establece la verdad
(GC, I, 5, 2) No es, en absoluto, absurdo que todo cuerpo sensible sea divisible en
cualquier punto e indivisible: será, en efecto, divisible el cuerpo sensible en potencia
según cualquier punto e indivisible según la entelequia en acto, es decir, que el cuerpo
sensible no sea divisible según cualquier punto en acto.
Conclusión
(GC, 1, 5, 8) Lo que decimos quedará más claro en lo que vendrá después. Por
ahora, quede, al menos, determinado que es imposible que la generación sea una
asociación, tal como algunos lo afirman, es decir, a partir de los cuerpos indivisibles.
Inconveniente
(GC, 1, 6, 6) Si lo tomamos aquí con la significación de lo «primero» si la
generación simple requiere que se de un ente absoluto a partir de un absoluto no ente,
entonces «generación en sentido absoluto» será la generación de una sustancia a partir
de una no sustancia. Pero aquello a lo cual no es inherente ser una sus tancia o un
determinado «esto» lo cual es representativo (demostrativum), evidentemente
tampoco tendrá por atributo a ninguna de las otras categorías, por ejemplo, ni la
cualidad, ni la cantidad, ni el lugar -pues si no, las afecciones, es decir los accidentes
existirían separadas de las sustancias- lo cual es imposible. En cambio, si «en sentido
absoluto» a partir de lo cual algo se genera absolutamente significa llanamente el no
ente en cuanto que el ente absoluto se dice ente común, esto equivaldrá a una negación
universal de todas las cosas y, en consecuencia, lo generado absolutamente se generará
necesariamente de la nada.
Pregunta
(GC, I, 6, 9) En efecto, se puede poner en cuestión que exista generación de la
sustancia y de un determinado «esto» esto es, de un individuo, es decir, del individuo
en el género de la sustancia, pero no de la cualidad, de la cantidad y del lugar y de otros
predicamentos que no son absobutamente entes y del mismo modo en lo que respecta
a la corrupción.
Prosigue la duda
(GC, I, 6, 1O) Porque, si algo se genera, es evidente que habrá una sustancia en
potencia y no en acto, de la cual procederá la generación y en la cual necesariamente se
transformará lo que se ha des truido. Ahora bien resta por bo tanto preguntarse ¿acaso
alguna de las otras categorías por ejemplo la cantidad o (vel) la cualidad o (aut)
pertenecerá en acto a este ente recién mencionado? Con esto quiero decir, por
ejempbo, ¿acaso aquello que sólo en potencia es un «esto», es decir sustancia, que es
un ente absoluto y existe, podrá poseer una cantidad, una cualidad o un lugar, aunque
en sentido absoluto, es decir en acto no sea un determinado «esto», es decir, tampoco
sustancia y no exista? Pues, si no posee ninguna de estas determinaciones categoriales
en acto, sino todas en potencia, sucederá primero que el no-ente de que hablamos
tendrá reali dad separada y, además en segundo lugar se sigue que -lo que más
permanentemente temieron los primeros filósofos-, la generación tendrá lugar a partir
de un no-ente preexistente pues lo que no es ente en acto es la nada. Mas si aquello de
lo cual se genera la sustancia no se diera la existencia de un determinado «esto» o de
una sustancia, es decir un individuo en el género de la sustancia y si, en cambio
tampoco fuera sustancia en acto, perofuera en acto la de alguna de las otras categorías
mencionadas, entonces se seguiría el inconveniente que primero sostuvimos: las
afecciones, es decir, los accidentes estarán separadas de las sustancias lo cual es
manifiestamente imposible, tal como se dijo.
Libro I, lección 7 (Bk. 3 17b33-3 18a26)
Expone la pregunta
(GC, I, 7, 2) Visto que una causa de perpetuidad de la generación está constituida
por aquella fuente de donde decimos que procede el principio del movimiento esto es,
la causa que mueve o eficiente, y que la materia también es una causa, es preciso
examinar esta última es decir, la material. En lo que respecta a la causa primera que
mueve; dijimos antes, en nuestros tratados sobre el mo vimiento que existe algo que
está inmévil durante todo el tiempo esto es, el motor del cielo y, por otro lado, algo
eternamente en movimiento es decir, el mismo cielo. Pero, de estos dos principios, las
precisiones sobre el principio inmóvil son tarea de otra parte de la filosofía, una
filosofía primera que es primera entre las demás y diversa de ésta que nos ocupa; en
cambio, del otro que mueve, es decir, que causa la generación perpetua en lo que
respecta a aquello que gracias a su movimiento continuo mueve las demás cosas,
debemos explicar luego al final de esta obra cuál de las causas particulares
mencionadas posee tal característica es decir, de la perpetuidad de la generación
absoluta y relativa.
En el momento presente nos toca hablar de la causa clasificada en el orden de la
materia es decir, de la causa material, en virtud de la cual la corrupción y la generación
nunca faltan en la naturaleza. Este tratamiento, al mismo tiempo, quizás también
pueda arrojar claridad sobre la dificultad que actualmente enfrentamos, esto es, como
deben explicarse la destrucción y la generación absolutas.
(GC, I, 8, 2) A menudo expresamos una distinción entre tos términos que significan
un determinado «esto», es decir, un cierto ente y los que no lo hacen pues algunos
signífican no ente, y en virtud de esta distinción tiene lugar la cuestión que estamos
indagando Es importante, pues difiere en cuanto a esto, entonces, precisar aquello en
que cambia lo que cambia por la generación y la corrupción; por ejemplo, si decimos,
según la opinión de Parménides que el fuego sea ente y la tierra no ente, el proceso que
desemboca en el fuego, por ejemplo, si de la tierra se generase el fuego, es quizás una
generación absoluta porque desemboca en el ente, pero no corrupción absoluta, sino
que hay corrupción de algo que es no ente -por ejemplo, de tierra-; sin embargo, al
revés, la generación de la tierra es una generación relativa y no una generación
absoluta porque no es generación del ente, pero es destrucción absoluta porque es
corrupción del ente -por ejemplo del fuego-. Así ocurre en la doctrina de Parménides,
que afirma dos términos -del cambio- principios de las cosas, el ente y el no-ente,
diciendo que son ente el fuego y no ente la tie rra Por lo demás, el que se supongan
estos elementos u otros se mejantes, en nada altera la cuestión, pues nosotros
investigamos dando ejemplos el modo en que se da el cambio y no el sujeto del mismo.
Por tanto, el pasaje al absoluto no-ente constituye la destrucción absoluta, mientras
que el pasaje al ente sin más es la generación en sentido absoluto. Y de los términos en
que el proceso se delimita -ya se trate de agua y tierra o de otra pareja-, uno será el
ente y el otro el no-ente. Así, y a causa de lo dicho, generación y destrucción absolutas
difieren de las no-absolutas, de acuerdo con una primera modalidad.
Segundo modo
(GC, 1, 8, 3)11 En cambio, de acuerdo con otra modalidad diferirán la generación
realtiva y la absoluta según la cualidad de la materia subyacente. Porque, en la medida
en que las diferencias de dicha materia indican un determinado «esto», más es ella una
sustancia; pero si indican una privación, ella es un no-ente. Por ejemplo, si bien lo
caliente es una categorización positiva, es decir, algo afirmado, sin privación, y es
especie, es decir, una forma, la frialdad es una privación, y así la tierra y el fuego se
distinguen según estas diferencias.
Falsedad
(GC, I, 8, 5) Y como creen que se vive y se existe en virtud de que se percibe en acto
o se puede tener percepciones o sentir, así también creen que lo mismo vale para las
cosas en cuanto que son o pueden ser sentidas, con lo cual en un cierto modo siguen
los pasos de la verdad, mas lo que dicen no es verdadero porque destruyen la verdad de
la realidad.
Solución
(GC, I, 9, 2) Ahora bien, estas distinciones de las cosas, de las cuales algunas se
dicen generarse absolutamente y otras relativamente se definen por las categorías. Así,
hay cosas que significan un determinado «esto», es decir, substancia, otras un «como»,
otras un «cuanto» y asi respecto de las demds categorias; y de aquellas que no
significan una substancia sino una cualidad o alguna de las otras, no se dice que se
generan en sentido absoluto sino relativamente, es decir, que se vuelven «algo»
Empero, en todas las instancias, es decir, en las substancias y en los accidentes,
igualmente, hablamos de generación sólo en el ámbito de una de las dos columnas de
contrarios; por ejemplo, en la categoría de la sustancia diremos que algo se genera
absolutamente si se vuelve fuego, pero no si se vuelve tierra, y en la categoría de la
cualidad se dice generación absoluta si se vuelve instruido, pero no si se convierte en
ignorante.
Consecuentes - Epélogo
(GC, I, 9, 3) Hemos explicado, pues, como algunas cosas se generan en sentido
absoluto y otras no sino relativamente, tanto en general respecto de los accidentes
como en el caso de las substancias mismas, y por qué el sustrato o sujeto es causa
material de la generación continua, a saber, porque es capaz de transformat en los
contrarios y siempre en las sustancias, la generación de una cosa es siempre
corrupción de otra, así como la corrupción de una es generación de otra.
Segunda
(GC, 1, 9, 5) Empero, en lo que respecta a este absoluto no-ente, uno podría
plantearse estos intenogantes: ¿acaso es uno de los dos contrarios, como por ejemplo
son no-ente la tierra y lo pesado como estableció Parménides, mientras que son «ente»
el fuego y lo llviano? ¿O acaso no es así, sino que también la tierra es «ente», mientras
que el no-ente es la materia, tanto la de la tierra como la del fuego?
Tercera
(GC, I, 9, 6) Y, además, ¿la materia de cada uno, es decir, del fuego y de la tierra es
diversa? ¿O no, y ellos se generarían recf procamente a partir de sus contrarios’ -pues
en estos elementos -fuego, tierra, agua, aire- existen los contrarios-? ¿O su materia es
la misma en un sentido, pero distinta en otro? En efecto, lo que subyace en un
momento cualquiera es lo mismo, pero no es el mismo su ser o su definición. Sobre
estos temas ya hemos dicho bastante.
Epílogo
(GC, 1, 10, 8) De esta manera queda precisado el tema de la generación absoluta, de
si existe o no existe y si existe, del modo en que se produce, y también el tema de la
alteración.
Otra diferencia
(GC, I, ll, 3) Pero consistiendo ambos procesos recien mencionados en un cambio
de entes potenciales en entes actuales, o bien difiere, además la modalidad propia del
cambio. Efectivamente el modo de dichos cambios difiere en que aquello que sufre una
alteración no cambia necesariamente según el lugar, ni tampoco aquello que se genera,
en tanto que esto sí ocurre con lo que aumenta o disminuye.
Epílogo
(GC, 1, 11, 6) Resulta, pues, evidente que el cambio propio de lo que se genera, lo
que se altera y lo que aumenta es difierente no sólo en aquello a lo cual se aplica, es
decir, por parte del género en el cual están estos cambios, sino en cuanto a la
modalidad del mismo, es decir, por parte del modo de cambiar.
Verdad de la pregunta - Por parte del sujeto - Según él mismo - Exclusión del
primer miembro de la división
(GC, I, 12, 3) ¿O es imposible que suceda de cualquiera de estas dos maneras? En
efecto, si la materia posee existencia separada conviene que sucedan una de dos cosas,
la primera es, o no ocupará ningún espacio -como en el caso de un punto- o conviene
que si la materia que existe sin cantidad ocupe algan lugar, sers un vacío pues
llamamos vacío al lugar no ocupado por un cuerpo sensible, o también conviene que
sea un cuerpo no perceptible o sensible, pues afirmaban que el vacío no es otra cosa
que el cuerpo no sensible. La primera de estas alternativas, es decir, que exista vacto o
cuerpo no sensible, es imposible, y la segunda hace necesario que la materia esté en
alguna cosa. Pues, en el primer caso, lo que se produce a partir de tal material
inespacial debe es tar en algún lugar, de modo que también él deber estarlo, ya sea por
sí mismo o por accidente.
Segunda
(GC, 1, 12, 6) Empero, no parece que el aire se genere del agua de esta manera, a
saber, saliendo de un agua que permanece invariable.
Conclusión de la verdad
(GC, I, 12, 7) Será mejor, entonces, sostener que la materia de tal manera se
encuentra en todas los cuerpos que es inseparable en todos los casos como si ninguno
de ellos existiese, siendo la misma y numéricamente una con el cuerpo, aunque no
conceptualmente una y diferiendo sólo por la razón, como arriba ha sido dicho
Desaprobación
(GC, I, 13, 2) La materia es aquello, es decir, la dimensión o magnitud de lo que
puntos y líneas son los límites segrmn los platónicos.
Aleja la duda
(GC, 1, 14, 3) Por consiguiente, el aumento acontece necesariamente por el
agregado por lo cual se dice que algo aumenta, bien de algo incorpóreo o bien de un
cuerpo. Si fuera por medio de algo incorpóreo se seguiría que comúnmente de todo lo
que se genera y se corrompe, es decir, la materia prima, habría un vacío existiendo
separadamente de toda cantidad corporal, pero es imposible -tal como antes se dijo-
que la materia exista separada de la magnitud. En cambio, si fuera por medio de un
cuerpo, habrá dos cuerpos dentro del mismo espacio, a saber, el que ha aumentado y el
que causó el aumento. También esto último es imposible
Exclusión de un inconveniente
(GC, 1, 14, 4) Sin embargo, tampoco podemos afirmar que el aumento y la
disminución se realice sin ninguna otra cosa añadida y se producen de manera
semejante a cuando el aire se genera del agua, pues parece que hay cierto aumento
porque se realiza una mayor cantidad. Pues, aunque entonces la masa haya llegado a
ser mayor, esto no será un crecimiento, sino, por un lado, generación de aquello en lo
cual el cambio culmina y, por otro, destrucción de su contrario. Empero, no hay
aumento de ninguno de los dos: o bien nada aumenta, o bien -si existe tal cosa-
aumenta algo perteneciente a ambos en común -a lo que se genera y a lo que se
destruye-, por ejemplo, el cuerpo, así como el cuerpo parece ser común al aire y al
agua. Ni el agua ha aumentado ni tampoco el aire, sino que la primera se ha destruído
y la segunda generado. Si algo aumentó, fue el cuerpo.
Pero lo anterior resulta imposible. En efecto, es preciso que en nuestro tratamiento
salvaguardemos las caracteristicas propias de lo que aumenta o disminuye. Estas son
tres: la primera, que también arriba fue puesta, es que cada parte de la magnitud que
aumenta llega a ser mayor -por ejemplo, si crece la carne, crece cada una de las partes
de la carne-; la segunda, también puesta arriba, que el aumento se produce por el
agregado de algo; la tercera, que ahora se pone por primera vez, que lo que aumenta se
conserva y persiste en un ser. Así, mientras que en la generación o corrupción
absolutas de una cosa, ésta no persiste, en el caso de la alteración y del aumento o la
disminución aquello que aumenta o se altera subsiste siendo lo mismo en número
según la substancia, aunque ni la afección ni la magnitud permanecen siendo las
mismas en los respectivos procesos de alteración y aumento y de disminución, sino que
se haria menor o mayor. Por tanto, si el proceso antes mencionado por el cual del agua
se hace el aire fuera aumento, se seguirían dos cosas contrarias a las posiciones antes
dichas, de las cuales una es que estaríamos ante la posibilidad de un aumento sin que
nada se agregue ni persista, o de una disminución sin que nada se retire, y otra es que
tampoco persista aquello que aumenta. Es preciso, sin embargo, salvar esta
característica en todo aquello que aumenta, pues ya queda establecido como un
principio que en tal cosa consiste un aumento de la manera que arriba se ha dicho.
Solución
(GC, 1, 14, 6)15 ¿Acaso se debe a que la substancia de lo primero que aumenta
persiste, mientras que esto no sucede con la de lo segundo, o sea, del alimento? Así,
también en la mezcla recién mencionada es el integrante predominante -a saber, el
vino- aquel del que se dice que ha aumentado en cantidad: en efecto, la mezcla en su
conjunto produce el efecto del vino y no el del agua. Igualmente ocurre con la
alteración. Si la carne permanece siendo tal, es decir, su especie o quididad y también
su substancia, pero le adviene una afección esencial por el número que antes no poseía,
entonces esto que permanece es alteración e igualmente conviene que aquello que
aumenta permanezca. En cambio, aquello por obra de lo cual sufrió la alteración, unas
veces no resulta afectado, pero otras veces comparte la afección. Sin embargo, lo que
produce la alteración y el principio del movimiento residen en la cosa que aumenta y
en la que se altera, que también altera -pues en aquellas que aumentan está la causa
motriz del aumento, es decir, para alterarse y convertir la comida que se añade. En
efecto, también el alimento que penetra pueda, quizá, volverse más grande, al igual que
el cuerpo que lo consume -en el caso, por ejemplo, de que el alimento que penetre se
convierte en viento-; sin embargo, el alimento, sufriendo este proceso, ha resultado
destruído, y no está en la causa motriz.
Solución - Requisitos
(GC, I, l5, 2) Debemos aprehender la causa de este proceso con la ayuda de dos
distinciones: primero, que las partes no homeómeras aumentan en virtud del aumento
de las homeómeras como son la carne, el hueso y otras cosas del mismo tipo -pues cada
una de aquéllas, es decir, de los miembros de partes desemejan tes está compuesta de
éstas que son de partes semejantes- y segundo, que la carne, el hueso y cada parte de
este tipo que primero se dice que aumenta, tienen un dobbe aspecto, tal como las cosas
que poseen su forma en una materia. Por esto, el nombre de «carne» o «hueso» se
aplica tanto a la materia de la carne como a la forma de la carne
Epiloga
(GC, 1, 15, 6) Por lo tanto, en un sentido, cada parte de la carne sufre aumento, es
decir, tomando la carne según la especie, pero, en otro sentido, no, es decir, tomando la
carne según la materia: Efectivamente, en lo concerniente a la forma, algo es añadido
a cada parte, pero no en lo que respecta a la materia.
Cómo se lleva a cabo el aumento (segundo de I, 15, 104) - Cómo aumenta el sujeto
(GC, 1, 16, 1) Sin embargo, el conjunto ha llegado a ser más grande, en primer lugar
por el agregado de algo que es llamado alimento aunque el que adviene al principio sea
contrario a la came, lo cual adviene, según alguna contrariedad de las afecciones y
cambia; en segundo lugar porque él ha llegado a adquirir la misma forma que la came -
como por ejemplo, si lo húmedo fuera añadido a lo seco y, una vez añadido, se
transformara y se volviera seco. Así, desde un punto de vista verdadero hay que decir
que lo semejante aumenta por lo semejante, pero, desde otro punto de vista es
verdadero decir que aumenta por lo desemejante.
Qué aumenta
(GC; I, 17, 2) Por consiguiente, se producen por el agregado de una determinada
cantidad en acto, mas no de una cantidad de carne sino sólo en potencia.
Corobario
(GC, 1, 17, 4) Por tal razón, uno se nutre mientras se mantiene vivo porque siempre
conviene que se restituya por el alimento aquello que continuamente se pierde, aun en
caso de que esté pereciendo, mientras que no siempre el animal aumenta sino mientras
la comida convertida en carne puede extenderse a una mayor cantidad.