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Resumen

La presente investigación se titula Perfil de personalidad y consumo de sustancias


psicoactivas en usuarios de Centros de Rehabilitación en adicciones de Managua y
estudiantes de Psicología de la UNAN-Managua durante el período febrero-mayo, 2019.

El objetivo fue diseñar el perfil de personalidad y consumo de sustancias psicoactivas en los


usuarios de Centros de Rehabilitación en adicciones y estudiantes de Psicología de la UNAN-
Managua para su posterior comparación. Se identificó la sustancia de impacto, los niveles de
riesgo y se describió un perfil por cada sustancia de impacto con los usuarios de centros de
adicción. Esto, para contribuir al desarrollo de tratamientos más adecuados y obtener mayor
eficiencia en el proceso de rehabilitación.

Este estudio fue de enfoque cuantitativo, de diseño no experimental, corte transversal y de


alcance descriptivo-comparativo. La muestra estuvo conformada por un total de 82 personas,
dividida en dos grupos; el primero constituido por 41 usuarios de los centros: Centro
Nicaragüense de Solidaridad (CENICSOL), Centro de Ayuda y Rehabilitación del
Alcohólico y Adicto a otras drogas (CARA) y Centro Especializado en Adicciones (CEA) y
el segundo grupo por 41 estudiantes de Psicología de la UNAN-Managua.

Los instrumentos aplicados fueron: La prueba de detección de alcohol, tabaco y otras


sustancias ASSIST-3 y el Inventario Multifásico de la Personalidad de Minnesota MMPI-2.
Para el procesamiento de la información se utilizó el programa SPSSv.22. y para su análisis
estadística descriptiva-comparativa.

Se concluyó que la principal sustancia de impacto es el tabaco, con un nivel de riesgo


moderado. Además existe diferencia estadísticamente significativa entre el perfil de usuarios
de centros de rehabilitación y el perfil de estudiantes de Psicología, donde el perfil de
usuarios presenta puntaciones superiores al promedio en las escalas incoherencia (F),
desviación psicopática (Pd), paranoia (Pa), hipomanía (Ma) y esquizofrenia (Es), en
comparación con el perfil de estudiantes el cual se ubica dentro de la media. Con base a esto,
se recomendó a los centros tomar en cuenta estas características de personalidad para ofrecer
mejores herramientas que permitan a los usuarios adaptarse al contexto.
ÍNDICE

CAPÍTULO I......................................................................................................................... 1

1.1 Introducción .................................................................................................................. 1

1.2 Planteamiento del problema ......................................................................................... 2

1.3 Justificación .................................................................................................................. 4

1.4 Objetivos ....................................................................................................................... 5

CAPÍTULO II ....................................................................................................................... 6

2.1 Antecedentes ................................................................................................................. 6

2.2 Marco Teórico ............................................................................................................ 10

2.2.1 Personalidad............................................................................................................. 10

2.2.1.1 Definición de personalidad. ...................................................................... 10

2.2.1.2 Descripción de la personalidad. ................................................................. 12

2.2.1.3 Dinámica de la personalidad. ..................................................................... 19

2.2.1.4 Desarrollo de la personalidad. .................................................................... 20

2.2.1.5 Teorías de la personalidad. ........................................................................ 21

2.2.1.5.1 Teorías Analítico-Factoriales. .............................................................. 22

2.2.2 Sustancias psicoactivas ............................................................................................ 24

2.2.2.1 Definición ................................................................................................ 24

2.2.2.2 Clasificación ............................................................................................ 25

2.2.2.2.1 Depresoras (psicolépticas) ................................................................... 25

2.2.2.2.2 Estimulantes (psicoanalépticas) ........................................................... 28

2.2.2.2.3 Perturbadoras (psicodislépticas) ........................................................... 31

2.2.3 Consumo de sustancias ............................................................................................ 33

2.2.3.1 Definición ................................................................................................ 33

2.2.3.2 Mecanismos neurobiológicos del consumo ................................................. 35


2.2.3.3 Trastornos por consumo de sustancias ........................................................ 40

2.2.3.3.1 Trastorno por consumo de alcohol .......................................................... 40

2.2.3.3.2 Trastorno por consumo de cannabis ..................................................... 41

2.2.3.3.4 Trastorno por el consumo de tabaco ..................................................... 42

2.2.3.4 Teorías sobre el consumo de sustancias ................................................... 42

2.2.3.4.1 Modelo biológico ............................................................................. 43

2.2.3.4.3 Teorías de aprendizaje ...................................................................... 46

2.3 Hipótesis ..................................................................................................................... 56

CAPÍTULO III ................................................................................................................... 57

3.1 Marco Metodológico .................................................................................................. 57

3.1.1 Tipo de estudio ............................................................................................ 57

3.1.2 Unidad de Análisis ...................................................................................... 58

3.1.3 Instrumentos ............................................................................................... 65

3.1.4 Procedimiento de recolección y análisis de datos ........................................... 66

3.1.5 Consideraciones éticas. ................................................................................ 67

CAPÍTULO IV: .................................................................................................................. 69

4.1 Análisis y Discusión de Resultados. ........................................................................... 69

4.1.1 Análisis de resultados .................................................................................. 69

4.1.2 Discusión de resultados. ............................................................................... 84

CAPÍTULO V ..................................................................................................................... 93

5.1 Conclusiones ............................................................................................................... 93

5.2 Recomendaciones ....................................................................................................... 94

5.3 Referencias y bibliografía ........................................................................................... 95

5.4 Webgrafía ................................................................................................................... 97

ANEXOS............................................................................................................................ 102
Perfil de personalidad y consumo de sustancias psicoactivas en usuarios de Centros de Rehabilitación en Adicciones
de Managua y estudiantes de Psicología de la UNAN-Managua durante el período febrero-mayo, 2019.

CAPÍTULO I

1.1 Introducción
La presente investigación: “Perfil de personalidad y consumo de sustancias psicoactivas
en usuarios de Centros de Rehabilitación en adicciones de Managua y estudiantes de
Psicología de la UNAN-Managua durante el período febrero-mayo, 2019”, se ubica en
la línea de investigación “Adicciones y conductas de riesgo en todas las etapas evolutivas”.

Para una mejor comprensión del estudio, se abordan elementos de la personalidad como su
definición, descripción, desarrollo, y factores que la predisponen, como biológicos y
ambientales. Otro elemento importante a abarcar es el concepto de sustancia psicoactiva, así
como su clasificación según el efecto que tienen sobre el sistema nervioso en base a las
sustancias más comunes en el contexto nicaragüense, según el Diagnóstico nacional de
drogodependencias (Consejo Nacional de Lucha Contra las drogas, 2003). Además, otro de
los elementos a desarrollar es el consumo de sustancias psicoactivas, en su definición,
mecanismos neurobiológicos, trastornos por consumo y las teorías que lo explican como la
teoría del modelo biológico y las teorías de aprendizaje.

Las sustancias psicoactivas y las repercusiones que tienen en quienes las consumen es uno
de los temas de mayor interés a nivel mundial en cuanto a salud pública. En Nicaragua, hay
diversos estudios relacionados a sustancias psicoactivas, sin embargo, no se cuenta con
muchas investigaciones que aborden la relación de estas con la personalidad del consumidor,
por lo tanto, a través de este estudio se pretende aportar en ese fenómeno.

Esta investigación se realizó con personas que tienen un historial de abuso de consumo de
una o varias sustancias y que por ello están en un centro de rehabilitación (grupo A) y
estudiantes de Psicología de la UNAN-Managua (grupo B de comparación). Para tener
acceso a ambos grupos se elaboraron consentimientos informados donde se explica la
finalidad de la investigación y el compromiso ético por parte de los investigadores con los
sujetos de estudio y la información obtenida.

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Perfil de personalidad y consumo de sustancias psicoactivas en usuarios de Centros de Rehabilitación en Adicciones
de Managua y estudiantes de Psicología de la UNAN-Managua durante el período febrero-mayo, 2019.

1.2 Planteamiento del problema


Las cifras referentes a muertes a causa de adicciones apenas han cambiado desde el 2015,
cuando se registraron 450,000 personas muertas aproximadamente (Oficina de las Naciones
Unidas contra la Droga y el Delito [UNODC], 2018). En el último Informe Mundial sobre
las Drogas de la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2018), se presentaron 192 millones
de consumidores de cannabis, 21 millones de consumidores de éxtasis y 18 millones de
consumidores de cocaína (UNODC, 2018). Actualmente los centros de rehabilitación
constantemente reciben nuevas solicitudes de ingreso, recibiendo cerca de 5 casos nuevos
por semana en algunos centros (Espinoza, 2018).

Como se expresaba anteriormente respecto al contexto nacional, la necesidad de los servicios


de rehabilitación en adicciones ostenta una gran demanda por parte de la población, lo que a
su vez refleja un elevado consumo de sustancias que genera deterioro progresivo en la
normalidad y funcionabilidad de sus consumidores. Esta situación genera mucho interés de
estudio dentro del campo de la psicología, en relación a las complicaciones en la salud mental
del individuo debido al desarrollo de la dependencia a sustancias psicoactivas.

Dentro de los centros de rehabilitación, las personas que ingresan llevan un proceso
terapéutico en su mayoría cognitivo-conductual, cuya finalidad es la superación de la
dependencia a la o las sustancias que padezca el individuo. Sin embargo la tasa de abandono
del proceso o la recaída al consumo, incluso tiempo después de haber superado el tratamiento,
sigue siendo bastante alta. Lo cual refleja la marcada necesidad por parte de la psicología,
identificar aquellos factores o elementos que incidan en la permanencia de esta condición de
dependencia.

Para esto es importante continuar con las investigaciones que evalúen y describan esta
problemática, con el fin de aumentar las posibilidades de superar y cumplir satisfactoriamente
el proceso de rehabilitación permitiendo que el individuo se reintegre adecuadamente a la
sociedad con menor riesgo de recaída. Las investigaciones psicológicas en torno al tema, se
basan usualmente en factores sociodemográficos, asociación del tratamiento con alguna
comorbilidad o rasgos de personalidad (Tirado, Álvarez, Velásquez y Gómez, 2009; López,
Becoña, Casete, Lage y Díaz, 2007; Miranda y Gutiérrez, 2005) y en el caso de este estudio,
se ha tomado como eje a la personalidad. Esta decisión se debe a que puede ser vista como

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Perfil de personalidad y consumo de sustancias psicoactivas en usuarios de Centros de Rehabilitación en Adicciones
de Managua y estudiantes de Psicología de la UNAN-Managua durante el período febrero-mayo, 2019.

una de las claves para entender la relación entre el individuo que consume y la sustancia
como tal (Pedrero y Rojo, 2008).

Finalmente, el estudio a realizar sigue los requerimientos de la línea de investigación


Adicciones y conductas de riesgo en todas las etapas evolutivas, establecida por el
departamento de psicología de la UNAN-Managua. Por lo que a razón de lo antes
mencionado, se plantea como pregunta principal:

¿Cuál es el perfil de personalidad de los usuarios de Centros de Rehabilitación en


adicciones de Managua y estudiantes de Psicología de la UNAN-Managua durante el
período febrero-mayo, 2019?

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Perfil de personalidad y consumo de sustancias psicoactivas en usuarios de Centros de Rehabilitación en Adicciones
de Managua y estudiantes de Psicología de la UNAN-Managua durante el período febrero-mayo, 2019.

1.3 Justificación
Las drogas y sus consumidores han sido un tema de interés durante muchos años, esto debido
a la necesidad de erradicar el consumo de sustancias y mitigar sus consecuencias. Es por ello
que este tipo de estudio es de primera necesidad a nivel mundial y a su vez no es distinto en
la realidad nicaragüense.

Desde el ámbito nacional, por ejemplo, el número de personas beneficiadas por programas
del Instituto contra el alcoholismo y drogadicción en el año 2017 es bastante alto, con un
aproximado de 10,000 personas atendidas directa e indirectamente (ICAD, 2018); Lo cual
refleja la necesidad de atención psicológica a los consumidores de sustancias en el contexto
nicaragüense, por lo que este estudio presenta un aporte a tal problemática.

Por otro lado, la elaboración de un perfil de escalas clínicas de un consumidor de sustancias


psicoactivas, tiene implicaciones prácticas que podrían ayudar a diseñar tratamientos
adecuados dentro del proceso de rehabilitación. Además la posible evaluación de los factores
que se relacionan al consumo de sustancias como son las características de personalidad, esto
significa un aporte a los centros y a la sociedad en general. Así mismo, ayudará a comprender
mejor algunos aspectos de la vida de los usuarios, sus relaciones con otros y desarrollar
aquellos aspectos que estén influyendo en sus vidas, lo que representa un proceso de
enriquecimiento y mejora personal.

Además, la comparación entre el perfil de usuarios de centros de rehabilitación y un perfil de


estudiantes tiene un valor teórico trascendente ya que aportará información relevante y de
utilidad, como la comparación entre conductas, pensamientos y otros elementos psicológicos.
Esto servirá para conocer cuáles son las semejanzas y diferencias entre estos dos grupos, lo
que puede funcionar como una base científica para explorar otros aspectos de la personalidad.

Finalmente, al estructurar los perfiles de acuerdo a sustancias específicas, se ofrece la


identificación de aquellas sustancias más comunes y de mayor impacto en los centros de
rehabilitación en adicciones y se permite la caracterización de esas personas frente a la
sustancia que consumen.

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Perfil de personalidad y consumo de sustancias psicoactivas en usuarios de Centros de Rehabilitación en Adicciones
de Managua y estudiantes de Psicología de la UNAN-Managua durante el período febrero-mayo, 2019.

1.4 Objetivos
Objetivo General:

Diseñar el perfil de personalidad por consumo de sustancias psicoactivas en usuarios de


centros de rehabilitación en adicciones de Managua y estudiantes de Psicología de la UNAN-
Managua durante el período febrero-mayo, 2019.

Objetivos Específicos:

1. Identificar las sustancias psicoactivas de impacto y el nivel de riesgo en los usuarios de


centros de rehabilitación en adicciones.

2. Describir el perfil de personalidad de los usuarios de los centros de rehabilitación en


adicciones.

3. Determinar el perfil de personalidad según el tipo de sustancia de impacto en los usuarios


en los centros de rehabilitación en adicciones.

4. Describir el perfil de personalidad de los estudiantes de Psicología de la UNAN-Managua.

5. Comparar el perfil de personalidad de los usuarios de centros de rehabilitación con el perfil


de personalidad de los estudiantes de Psicología de la UNAN-Managua.

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Perfil de personalidad y consumo de sustancias psicoactivas en usuarios de Centros de Rehabilitación en Adicciones
de Managua y estudiantes de Psicología de la UNAN-Managua durante el período febrero-mayo, 2019.

CAPÍTULO II
2.1 Antecedentes
En la búsqueda de antecedentes que resultaran de interés para esta investigación, se
encontraron cuatro que resaltan aspectos relevantes, dos del contexto nacional nicaragüense
y dos internacionales pertenecientes a España. En ellos se muestran temáticas referentes a
este estudio como rasgos de personalidad, consumo de sustancias psicoactivas y perfiles
psicológicos.

La investigación más reciente, de procedencia nacional titulada “Consumo de sustancias


psicoactivas y riesgo suicida en usuarios de los centros de rehabilitación CARA,
HODERA, CENICSOL y grupo de A.A Hermandad 25 de noviembre, primer semestre del
año 2018, realizado por Pérez y Salinas (2018) en Managua, Nicaragua. Este estudio planteó
como objetivo general evaluar la relación del consumo de sustancias psicoactivas con el
riesgo suicida en los participantes.

De igual manera, se identificó la droga impacto, los niveles riesgos por consumo de sustancia
y el nivel de riesgo suicida. El estudio es de carácter cuantitativo, el diseño fue no
experimental, de corte transversal, con un alcance descriptivo-correlacional y una muestra
conformada por 54 usuarios pertenecientes a los centros CARA, HODERA, CENICSOL y
grupo de A.A Hermandad 25 de noviembre.

Para la recolección de datos se utilizó la Escala de Riesgo Suicida de Plutchik, la cual es un


cuestionario autoadministrado de 15 preguntas, con posibilidad de respuesta SI-NO. Procede
de una versión de 26 ítems. Cada respuesta afirmativa suma un punto; el total es la suma de
las puntuaciones de todos los ítems) y La prueba de detección de consumo de alcohol, tabaco
y sustancias (ASSIST), que consiste en un cuestionario dirigido a los usuarios de sustancias,
el cual consta de ocho preguntas y tiene una duración aproximada de 10 minutos. Para el
procesamiento de los datos obtenidos, se utilizó el programa SPSS y Excel. Se empleó
estadística descriptiva e inferencial, con la finalidad de describir a fondo cada una de las
variables de la investigación.

Se identificó como principal droga de impacto las bebidas alcohólicas. Para los niveles de
riesgo por consumo, se encontró que las sustancias en que los participantes presentaron un

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de Managua y estudiantes de Psicología de la UNAN-Managua durante el período febrero-mayo, 2019.

riesgo alto fueron el alcohol y cocaína. En cuanto al riesgo suicida de los usuarios, se
comprobó que la mayoría de los participantes se encuentran en un nivel de riesgo leve, es
decir que están expuestos a experimentar ideaciones suicidas frecuentes, de intensidad y
duración baja. Finalmente se encontró relación estadísticamente significativa entre el
consumo de sedantes y cannabis con el riesgo suicida.

Pese a que este estudio no aborda aspectos de personalidad, contiene elementos de relevancia
que pueden ser tomados en cuenta para la presente investigación. Para empezar, se emplea el
instrumento ASSIST3 y se muestran resultados correspondientes a sustancia de impacto y
niveles de riesgo (elementos a abordar en esta investigación para la elaboración de los perfiles
por el tipo de sustancia de impacto). De igual forma este instrumento es aplicado a una
población dentro del mismo contexto (usuarios de CARA y CENICSOL), que poseen
características sociodemográficas similares a las de este estudio.

El segundo antecedente encontrado, igual de carácter nacional, es titulado “Rasgos de la


personalidad y su incidencia en el consumo de sustancias psicoactivas en los jóvenes
internos en el “Hogar de Rehabilitación del Adicto” (HODERA) en el municipio de San
Marcos, departamento de Carazo, durante el II semestre del 2016.” Realizado en el
departamento de Carazo, Nicaragua, elaborada por Chávez y Sánchez (2016). Planteó como
objetivo determinar la incidencia que tienen los Rasgos de la personalidad en el consumo de
sustancias psicoactivas de los jóvenes internos en el “Hogar de Rehabilitación de Adicto”
(HODERA).

Es de carácter cuantitativo, descriptivo, no experimental y de corte transversal. Los


instrumentos utilizados fueron: La prueba de detección de consumo de alcohol, tabaco y otras
sustancias (ASSIST) y el Cuestionario factorial de personalidad: adolescentes y adultos (16
FP) de Cattell, el cual consiste en realizar una evaluación de la personalidad con las 16 escalas
primarias y 5 dimensiones secundarias (globales en la 5ta edición) o factores secundarios de
la personalidad en sujetos normales, con las formas A, B, C y D (adaptadas a la población
española). Mientras que la forma A cuenta con 187 reactivos, la 5ta edición cuenta con 185
reactivos; estos, aplicados a una muestra de 22 jóvenes. Para el procesamiento de los datos
se utilizó el programa estadístico SPSS y Excel.

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Perfil de personalidad y consumo de sustancias psicoactivas en usuarios de Centros de Rehabilitación en Adicciones
de Managua y estudiantes de Psicología de la UNAN-Managua durante el período febrero-mayo, 2019.

Cómo conclusión plantea que los rasgos de personalidad que más predominan en la muestra
de este estudio son: Afectadas por sentimientos, Despreocupadas, Sensibilidad blanda,
Suspicaz, Práctica, Conservadora y Tensa.

Este estudio es de utilidad debido a que persiguen objetivos similares a esta investigación, a
razón de la construcción de un perfil psicológico es posible tener evidencia de las
características predeterminantes en la personalidad. Además, es una muestra similar
geográfica y culturalmente.

Otra investigación relacionada lleva por nombre “Asociación entre rasgos de personalidad
y consumo de sustancias en adolescentes españoles”, realizada por Gonzálvez, Espada,
Guillén-Riquelme, Secades y Orgilés (2015) en la Universidad de Oviedo, España. Este
estudio presentó como objetivo analizar la relación entre los diferentes factores de
personalidad y el consumo de sustancias en adolescentes españoles.

Esta investigación fue de carácter cuantitativo, se aplicó una encuesta en adaptación del
Inventario de Personalidad 16PF para evaluar calidez, estabilidad, gregarismo, amigabilidad,
sensibilidad, confianza, apertura, sociabilidad, perfeccionismo y alma. Así mismo se aplicó
una encuesta para datos sociodemográficos y el análisis probit (función inversa a la
distribución normal estándar). La muestra constaba de 1,455 estudiantes de secundaria entre
13 y 18 años.

Los resultados evidenciaron la relación entre las variables de personalidad y el consumo de


sustancias psicoactivas. El consumo de alcohol presenta diferentes distribuciones con
respecto a los rasgos de personalidad. Por otra parte, los factores de personalidad tuvieron
cierta influencia en el consumo de alcohol, cannabis y cocaína. Confianza y Calma (como
factores) presentaron influencia en el consumo de alcohol, cannabis y cocaína, mientras que
Sociabilidad no presentó ninguna influencia estadísticamente significativa en ninguna de las
tres sustancias. Los resultados de este estudio son de gran utilidad a la hora de diseñar
programas preventivos, ya que proporcionan mayor evidencia sobre el papel de los rasgos de
personalidad como factores de riesgo.

Este estudio es de relevancia debido a que asegura la asociación entre rasgos y consumo de
sustancias, dato que se da por hecho y fundamenta la realización de este nuevo estudio, ya

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que si no hubiese relación no se podría elaborar un perfil. Además determina la relación con
específicas drogas como alcohol, cannabis y cocaína.

Finalmente, se aborda la tesis doctoral titulada “Evaluación clínica de la personalidad del


drogodependiente a través del MMPI-2” elaborada por González (2015) en la Universidad
de Salamanca, España. Este fue un estudio cuantitativo de tipo descriptivo y cuasi-
experimental “post-hoc”, el cual se propuso investigar los rasgos de personalidad de una
muestra de personas drogodependientes bajo tratamiento y a su vez, comparar esos resultados
con otras muestras (una normal y otra clínica).

El trabajo se dividió en dos partes, el marco teórico y el marco empírico; en la primera se


abordan las teorías de la drogodependencia y factores que pueden predisponer al consumo.
La segunda parte la parte comprende el diseño y metodología usada así como los diferentes
análisis de los resultados encontrados.

El instrumento utilizado fue el MMPI-2, el cual evalúa los principales patrones de


personalidad mediante 567 reactivos de verdadero y falso. Este fue aplicado a las tres
muestras clasificadas en “normales” (sin alguna patología evidente) clínicos (con patología
evidente y necesidad de tratamiento). Para el procesamiento de los datos se utilizó el paquete
estadístico del SPSS, v.19 de Windows, se realizaron los análisis con respecto a estadística
descriptiva, correlaciones, diferencias de medias y análisis de la curva ROC.

Se concluyó que existen diferencias estadísticamente significativas entre los perfiles


masculinos y femeninos entre los diversos conjuntos de variables clínicas: clínicas básicas
(60%), de contenido (40%) y suplementarias (60%). No hay diferencia significativa entre los
perfiles según el tipo de consumo y se demostró que existen diferencias significativas entre
los perfiles de las distintas muestras en escalas específicas como la escala Hs (hipocondría),
D (depresión), Pt (psicastenia) y Pd (desviación psicopática). Los resultados de este estudio
son de relevancia puesto que se asemeja con la presente investigación tanto en lo que pretende
encontrar como con los instrumentos utilizados, el procesamiento estadístico y los objetivos
que ambas persiguen.

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de Managua y estudiantes de Psicología de la UNAN-Managua durante el período febrero-mayo, 2019.

2.2 Marco Teórico


En este acápite se presentan los aspectos teóricos que permitirán comprender los elementos
esenciales que componen este estudio, retomando los planteamientos de diversos autores que
se han dedicado a investigar sobre la personalidad, sustancias psicoactivas y su consumo.

En primer lugar, se presentan los aspectos referentes a la personalidad, como la definición,


descripción, dinámica, desarrollo y de igual forma teorías que la fundamentan.

Y en segundo lugar, se abordan los elementos relacionados a las sustancias psicoactivas y su


consumo, tales como las definiciones básicas, clasificación, trastornos, neurobiología y
teorías que explican la problemática, con esta información se podrá comprender el
comportamiento de este fenómeno.

2.2.1 Personalidad.
La investigación toma como punto de partida la personalidad, como un elemento estudiado
de forma especial en todo el mundo y a través del tiempo. De ahí la gran importancia como
apoyo a la psicología clínica, a la psicología de los grupos, a la psicología organizacional y
a muchas otras ramas.

La personalidad se puede describir en tipos, rasgos y factores. A razón de esto, para la


creación de un perfil de personalidad de usuarios de centros de rehabilitación y estudiantes,
se abordan los tópicos de definición de personalidad, la descripción, la dinámica, el desarrollo
y las teorías que se toman en consideración en este primer segmento del marco teórico.
2.2.1.1 Definición de personalidad.
Para comenzar, es pertinente referirse a la metáfora de la máscara (Sollod, Wilson y Monte,
2009), debido a que “personalidad procede etimológicamente de la palabra latina persona
que se refería a las máscaras que los actores utilizaban en las representaciones teatrales”
(Moreno, Pérez-García, Ruiz, Suárez y Rueda, 2011, pp. 27).

Por consiguiente, definir la personalidad depende en gran medida del enfoque teórico
práctico con el que se trabaje, y se utilice puesto que hay tantos conceptos como autores que
la abordan (Moreno et al, 2011). No obstante, se tomarán en cuenta las teorías hasta la última
parte de este acápite. Además, es conveniente partir de ocho elementos que podrían guiar al
entendimiento de la personalidad.

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de Managua y estudiantes de Psicología de la UNAN-Managua durante el período febrero-mayo, 2019.

1. La personalidad es un constructo hipotético, inferido de la observación de la


conducta, no siendo una entidad en sí misma.

2. La utilización del término personalidad, no implica connotaciones de valor sobre


la persona caracterizada.

3. La personalidad incluye una serie de elementos (rasgos o disposiciones internas),


relativamente estables a lo largo del tiempo, y consistentes de unas situaciones a otras,
que explican el estilo de respuesta de los individuos. Estas características de la
personalidad de naturaleza estable y consistente, permiten que podamos predecir la
conducta de los individuos.

4. La personalidad también incluye otros elementos (cogniciones, motivaciones,


estados afectivos) que influyen en la determinación de la conducta y que pueden
explicar la falta de consistencia y de estabilidad de la misma en determinadas
circunstancias.

5. La personalidad abarcará, pues, tanto la conducta manifiesta como la Experiencia


privada, es decir, incluye la totalidad de las funciones y manifestaciones
conductuales.

6. La conducta será fruto tanto de los elementos más estables (ya sean psicológicos o
biológicos) como de los aspectos más determinados por las influencias personales
(percepción de la situación, experiencias previas), sociales o culturales.

7. La personalidad es algo distintivo y propio de cada individuo a partir de la


estructuración peculiar de sus características y elementos.

8. El individuo buscará adaptar su conducta a las características del entorno en que se


desenvuelve, teniendo en cuenta que su percepción del mismo va a estar guiada por
sus propias características personales (sobre lo que es importante o no, estresante,
positivo, etc.) (Moreno et al, 2011, p. 30).

Y así Bermúdez (como se citó en Moreno et al, 2011) une estos elementos para ofrecer una
definición integrada de la personalidad como la “organización relativamente estable de
aquellas características estructurales y funcionales, innatas y adquiridas bajo las especiales

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condiciones de su desarrollo, que conforman el equipo peculiar y definitorio de conducta con


que cada individuo afronta las distintas situaciones” (p. 30). Es importante la asociación de
los elementos antes señalados, partiendo de las condiciones del desarrollo de las personas,
una de las razones por la cual se puede considerar que la personalidad es única.

También, la personalidad puede entenderse como las “causas internas que subyacen al
comportamiento individual y a la experiencia de la persona” (Cloninger, 2003, p. 3.). De
modo que, las acciones se explican por los procesos mentales, las conductas y las vivencias
de los seres humanos.

Desde un lenguaje menos técnico se puede “pensar en la personalidad como una identidad
personal del individuo” (Dicaprio, 1989, p. 6.). Es por ello que toma en cuenta lo que hace
distinta a una persona frente a las demás, por aquellas características específicas.

Por otro lado, desde una perspectiva eminentemente cognitivo-conductual de la psicología


que se explica por su método de actuación, la personalidad es el “patrón único de
pensamientos, sentimientos y conductas de un individuo que persiste a través del tiempo y
de las situaciones” (Morris y Maisto, 2005, p. 418.).

Para la definición concreta de la personalidad en este estudio, se toma como una “pauta
relativamente permanente de rasgos, disposiciones o propensiones que dan coherencia a la
conducta y los procesos de pensamiento de una persona” (Sollod, Wilson y Monte, 2009, p.
10); ya que se estudia la personalidad desde una perspectiva integral y factorial como recurso
para describir los distintos perfiles y efectuar comparaciones.

2.2.1.2 Descripción de la personalidad.


En principio, es relevante mencionar que así como se tiene una identidad física, se tiene una
identidad personal, lo que se utiliza para distinguir a una persona de las demás. En primer
lugar se intenta obtener una representación o modelo conceptual de una persona, como por
ejemplo, describir a un amigo, a un profesor, el médico familiar, a una hermana mayor, o a
la propia persona.

Además, se utilizan distintas palabras para describir la apariencia, tomando en cuenta la


altitud, la tez de piel, etc. Describir es nombrar, es una manera de clasificar a las personas o
agruparlas para buscar generalizaciones (Dicaprio, 1989).

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Por lo antes mencionado, de acuerdo a descripción de la personalidad, surgen preguntas


frecuentes. Por ejemplo, cómo nombrar a la gente más allá de adjetivos y de las barreras del
lenguaje; la forma de saber cuándo se define un tipo de persona, cómo se explican rasgos en
una persona, entre otras (Cloninger, 2003). Es por ello, que para entender la descripción de
la personalidad se hace por medio de tipos, rasgos y factores.

Sobre la descripción general de la personalidad, Cloninger (2003) afirma que “son categorías
de gente con características similares. Un pequeño número de tipos es suficiente para
describir a toda la gente. Cada persona es o no miembro de un tipo de categoría” (p. 4) y a su
vez pertenecen al enfoque del tipo que “propone que la personalidad tiene un número
limitado de categorías distintas” (Ibídem).

De acuerdo a lo anterior, son útiles los tipos de personalidad para generalizar más que para
detallar, corriendo el riesgo de parecer simplista (Cloninger, 2003), aún con el propósito de
explorar distintas formas de describir la personalidad.

Para ejemplificar se puede mencionar como Adler utiliza los tipos; describe a algunas
personas como “controlador dominante, inclinado a recibir, evasivo y socialmente útil”
(Sollod, Wilson y Monte, p. 102). Conforme al último tipo mencionado (socialmente útil),
Adler propone que será el que tendría éxito en las labores de la vida. Cabe destacar que la
principal limitación para el enfoque de tipo es la compleja descripción, a pesar de ser una
teoría especialmente individual. Esto es un ejemplo para esta investigación de cómo se puede
describir la personalidad por medio de los tipos.

No obstante cabe mencionar, que en cuanto a complejidad, algunas literaturas no encuentran


diferencia entre el enfoque de tipos y el enfoque de rasgo (Sollod, Wilson y Monte, 2009),
del cual se hablará a continuación.

En segunda instancia está presente el enfoque de rasgos, el cual toma y ejemplifica a los
rasgos de personalidad como:

(…) una característica que distingue a una persona de otra y que ocasiona que una
persona se comporte de manera más o menos consecuente. Se puede decir que un
individuo tiene algún grado de un rasgo, desde poco hasta mucho. Una persona

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pudiera ser muy amigable, extremadamente segura y moderadamente atlética,


mientras que otra pudiera tener diferentes rasgos (Cloninger, 2003, p. 5).

Lo anterior permite distinguir un mayor detalle de los rasgos frente a los tipos, lo cual permite
no generalizar las características deliberadamente. En ese sentido una persona pueda ser
descrita con un sinnúmero de rasgos y en diversos grados. Ahora bien, desde un punto de
vista neurobiológico y adaptativo, pero sin ahondar en ello, los rasgos también son:

Continuación de una disposición a responder al ambiente, de una manera significativa


y sistemática. Los rasgos de personalidad constan de estructuras neuropsíquicas que
hacen a los estímulos funcionalmente equivalentes y que dan lugar a formas
equivalentes de conductas adaptativas y expresivas (Sollod, Wilson y Monte, p. 263).

Por otra parte, es importante destacar que la estadística y la estandarización de las pruebas
psicométricas posibilitaron que los rasgos fuesen valorados individuales y a la vez
congruentes con los tipos.

Algunos investigadores han examinado de manera estadística qué puntajes de rasgos


tienden a estar correlacionados y con esa base han propuesto amplios factores de
personalidad. Éstos difieren de la mayoría de los rasgos por ser más amplios. Al igual
que otros rasgos, son cuantitativos; la gente recibe una calificación, en lugar de
simplemente ser colocada dentro de uno u otro tipo de categoría (Cloninger 2003, p.
5).
A su vez, muchos exponentes han presentado distintos grupos de factores de la personalidad.
Por ejemplo, Raymond Cattell propuso un grupo de dieciséis factores, Costa y McCrae el
modelo de los Cinco Grandes y Eysenck el de tres factores; derivados de extensos estudios
encontrando causas biológicas para ser más precisos (Cloninger, 2003).

Los tipos, rasgos y factores posibilitan una descripción exhaustiva de la personalidad, en vías
de que sea más fácil comprender el actuar de las personas desde diversos puntos de vista
(Ibídem).

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Escalas Clínicas

En este estudio se describirán las escalas clínicas del Inventario Multifásico de la


Personalidad de Minnesota 2, Minnesota Multiphasic Personality Inventory en su traducción
original (MMPI-2). Por lo tanto, se ofrecerá una revisión de cada una de las escalas clínicas
que se utilizarán por el reconocido y referente primario de investigación James N. Butcher
en su libro “MMPI-2: guía para principiantes” y el DSM-5, la referencia norteamericana
utilizada para el diagnóstico de trastornos mentales en Nicaragua.

Es relevante destacar que no se habla de tipos, sino más bien de “características de


personalidad” muy asociadas a los rasgos o factores; que mide el instrumento clásico que se
utilizó en esta investigación.

Hipocondría

En primer lugar se encuentra la escala Hipocondría (Hs) la cual describe a las personas que
padecen de síntomas o trastornos con origen psicológico manifestados en el cuerpo de forma
física (Butcher, 2001), lo que actualmente en la clasificación del DSM-5 son los “trastornos
de síntomas somáticos” (Asociación Americana de Psiquiatría [APA], 2014, p. 309). Butcher
(2001) describe así las características de puntuaciones altas en esta escala:

Los individuos con altas puntuaciones en Hs tienden a informar preocupaciones


corporales excesivas en su descripción inicial de síntomas. Tienen una amplia
variedad de síntomas somáticos que tienden a ser vagos e indefinidos (…). Además
de las dolencias físicas los individuos con puntuaciones altas en Hs tienden a mostrar
poca ansiedad manifiesta en comparación con otros pacientes en psicoterapia.
También se informa que son egoístas, centrados en sí mismo y narcisistas. La
investigación muestra que a menudo tienen características de personalidad como
pesimismo, derrotismo, insatisfacción con los demás e infelicidad en general (p. 34).

Depresión

La siguiente escala es Depresión (D) está relacionada a los llamados “trastornos depresivos”
(APA, 2014, p. 155) que se encuentran en el DSM-5, mencionando algunas características:

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Los individuos con puntuaciones elevadas en esta escala presentan sentimientos de


depresión e infelicidad. Indican la presencia de disforia y de sentimiento de
pesimismo hacia el futuro. Por lo común se autocensuran y se sienten culpables, a
menudo sin tener razones. Sienten que su salud se deteriora, son indolentes, se sienten
débiles y cansados. Muchos también informan, sentimientos de tensión y agitación;
con frecuencia hacen referencia a sentimientos de excitabilidad e irritación ante
acontecimientos menores (Butcher, 2001, p. 36).

Histeria conversiva

En referencia a la escala Histeria conversiva (Hi), está distribuida actualmente entre los
trastornos somáticos ya mencionados y los trastornos disociativos (APA, 2014). A su vez
Butcher (2001) dice:

Las personas con este perfil niegan y reprimen a tal grado el conflicto que a menudo
son incapaces de manejar de manera adecuada los problemas de su vida. Por lo
general muestran una falta de insight acerca de la causa de sus síntomas así como de
sus propias motivaciones y sentimientos.

Es poco común que las personas con puntuación elevada Hi informen la presencia de
delirios, alucinaciones o suspicacia y en general experimentan poca ansiedad, tensión
o depresión. (…) Los individuos con puntuaciones elevadas también tienden a ser
psicológicamente inmaduros, pueriles e infantiles y a centrarse en sí mismos, ser
narcisistas y egocéntricos. Las personas con puntuaciones altas tienden a esperar que
los demás les den gran cantidad de atención y afecto (p. 37).

Desviación psicopática

Desviación psicopática (Dp) es una de las escalas del MMPI-2 altamente relacionada con los
“Trastornos disruptivos, del control de los impulsos y de la conducta” (APA, 2014, p. 461) y
el “Trastorno de personalidad antisocial” del DSM-5 (APA, 2014, p. 659) descrito así:

Las personas con puntuaciones altas en la escala 4 confirman características de


conducta antisocial, incluyendo acciones hacia las figuras de autoridad, relaciones
familiares tormentosas y conducta de actingout, sin considerar las consecuencias de

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sus actos. Los individuos con puntuaciones elevadas tienden a culpar a los demás de
sus problemas, lo cual puede reflejarse en un historial de bajos logros en la escuela,
antecedentes laborales deficientes o problemas matrimoniales o en otro tipo de
relaciones. Son comunes los problemas con la ley (Butcher, 2001, p. 40).

Masculinidad-Feminidad

De acuerdo a la siguiente escala, Masculinidad-Feminidad (Mf), no se puede afirmar o negar


que tenga que ver con un trastorno en específico del DSM-5 por cual no se hará relación. Es
pertinente señalar que esta escala evalúa primordialmente los aspectos relacionados con el
género, no precisamente como fuente de evaluación psicopatológica pero si es clave al
momento del diagnóstico y tratamiento psicológico (Butcher, 2001) como por ejemplo
orientación sexual e identidad, tan necesario en adolescentes y jóvenes (Papalia, Olds y
Feldman, 2009).

Paranoia

Por otra parte, la escala de Paranoia (Pa), es garante de dos tipos de trastornos en el DSM-
5, “Espectro de la esquizofrenia y otros trastornos psicóticos” (APA, 2014, p. 87) y
“Trastorno de personalidad paranoide” (APA, 2014, p. 649), los cuales, según Butcher (2001)
los describe así:

Los pacientes […] en la escala 6 muestran conducta psicótica franca de manera


común, trastornos de pensamiento, delirios de persecución grandeza (o ambos) y
creencias delirantes como ideas de referencia. Por lo común sienten que otras
personas abusan de ellas, están en su contra y quieren molestarlos. Por lo general se
le considera enojados y resentidos. A menudo albergan rencores debido a los
prejuicios que se perciben que otros han cometido en su contra. Los pacientes con
puntuaciones elevadas en Pa por lo común utilizan la proyección como mecanismo
de defensa. Es más frecuente que se le diagnostique esquizofrenia o un estado
paranoide (p. 47).

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Psicastenia

Correspondiente a la escala Psicastenia (Pt), se relaciona con 1) Trastornos por déficit de


atención/hiperactividad en niños y hasta adultos, 2) Trastornos de ansiedad y 3) Trastornos
relacionados con traumas y factores de estrés, 4) Trastorno obsesivo-compulsivo y trastornos
relacionados y 5) Trastorno de la personalidad obsesivo-compulsiva (APA. 2014).

En los cuales se describe un patrón de comportamiento eminentemente agitado, así como


características de personalidad como introversión, inseguridad general, dificultad para tomar
decisiones intelectuales y racionales productivas, entre otras (Butcher, 2001).

Esquizofrenia (Es)

Respecto a esta escala clínica, tiene que ver con los trastornos del espectro de esquizofrenia,
pero es necesario aclarar que de acuerdo a las puntuaciones obtenidas no se puede estimar si
se posee ese trastorno mental o no. En primer lugar, porque un criterio de no aplicabilidad e
invalidez de MMPI-2 es ser diagnosticado con esquizofrenia y segundo por el hecho de que
puede suceder de que quién haya logrado puntuación elevada sea antisocial o que no cumple
con las reglas (Ibídem).

Es mejor considerar a esta escala como una medida de la conducta desordenada y


desestabilización o fractura completa de la persona en sus procesos mentales.

Hipomanía
La escala Hipomanía (Ma), se relaciona con el “Trastorno bipolar y trastornos relacionados”
(APA, 2014, p. 123). Esta escala examina las conductas maníacas de diversos rangos, desde
lo más bajo hasta lo más alto, aunque es difícil evaluar trastornos a través de esta prueba
(Butcher, 2001).
Introversión social
Y la última escala del MMPI-2 la representa la escala Introversión social (Is) que no es más
que la dicotomía entre introversión y extroversión como características esenciales de la
personalidad, siendo quien puntee más alto, introvertido y más bajo, extrovertido. Butcher
(2001) expresa una caracterización sencilla pero fructífera de estos polos:
Los individuos con puntuaciones altas […] presentan timidez extrema e introversión
social. Informan que se sienten más cómodos cuando están solos o con unos cuantos

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amigos que en grupos. Por lo común se sienten incómodos con personas del sexo
opuesto y son difíciles de conocer. En general son extremadamente sensibles a lo que
los demás piensan de ellos. Los individuos con puntuaciones altas en Is tienen un
control excesivo y son inhibidos y tienden a ser sumisos y dóciles. Así cómo a ser
muy serios, convencionales y a aceptar en extremo la autoridad (p. 56).
En síntesis, así es como se describen los rasgos de personalidad, tanto desde el punto de vista
de tipos, rasgos y factores hasta las escalas clínicas que se tomaron de referencia del MMPI-
2 a razón de las características que describen indicadores patológicos.
2.2.1.3 Dinámica de la personalidad.
La dinámica de la personalidad es la exploración de los medios por los cuales esta se expresa
y sus motivaciones, puesto que no es suficiente información la clasificación de sus conductas
(Cloninger, 2003).

Lo anterior indica que es importante ofrecer una descripción de la personalidad (unidad que
en gran medida ya es un proceso complejo) pero también saber qué le impulsa. Son diversas
las motivaciones que inspiran a las personas y también exhaustivos los aportes teóricos. Por
ejemplo: Sigmund Freud sugirió que la dinámica se sustenta en las motivaciones del
inconsciente y la sexualidad humana y Carl Rogers propuso que en la dinámica influyen las
tendencias hacia la autorrealización (Ibídem).
La dinámica de la personalidad se refiere al constante movimiento de las personas en la vida
para alcanzar la adaptación y ajuste, para potenciar los procesos cognoscitivos y reconocerse
en la cultura. De esa forma funciona la personalidad, por medio de la acción.
En cuanto a adaptación y ajuste, se toman en cuenta las diversas condicionantes del ambiente
a los cuales las personas se tienen que enfrentar de forma cotidiana, ya sea por motivos de
sobrevivencia o por adaptación al medio. Esto explica la forma de ser de muchas personas y
la forma de llegar a comprender el actuar en la generalidad.
La cultura y la idiosincrasia son elementos vitales cuando se habla de la caracterización de
la persona, así como el sexo, sustenta la diferenciación en general y particular en mayor
medida. Así, cuando se trata a una persona, se pregunta de dónde viene, con el objetivo de
comprender un elemento que ilustra su manera de actuar, pensar y relacionarse ante cualquier
situación.

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En síntesis, la dinámica de la personalidad funciona como las actividades psíquicas en


constante movimiento que impulsan el actuar, el sentir y el pensar de la gente. Consiste en
adaptarse, en pensar y en identificarse como ser humano.
2.2.1.4 Desarrollo de la personalidad.
Cuando se habla de desarrollo de la personalidad se estructura en etapas de acuerdo al
desarrollo evolutivo de las personas, así como Erickson, Piaget y otros refieren (Cloninger,
2003), sin embargo es relevante destacar los factores que inciden directamente (como el
temperamento, por ejemplo) y el importante papel de la niñez. Además, teniendo presente a
la motivación, cognición y afectividad como procesos que dan consonancia a la conducta, así
como de los aspectos particulares del contexto (Moreno et al, 2011).

En cuanto al temperamento, “se refiere a los estilos consistentes del comportamiento y a las
reacciones emocionales que se presentan desde la infancia, presumiblemente debido a las
influencias biológicas” (Cloninger, 2003, p. 9). De la misma forma se entendía desde la
antigua Grecia y se comprobó con los avances de los investigadores modernos, que en gran
medida los factores biológicos son influencia contundente en la personalidad (Cloninger,
2003).

Por consiguiente, al tomar en consideración el tema de la importancia de la niñez para la


formación (desarrollo) de la personalidad es de encontrarse que muchos teóricos desde Freud,
colocan de manifiesto la relevancia de las primeras etapas de la vida de una persona para
explicar en cierta forma como serán cuando sean adultos. Y sobre todo, el papel emocional,
donde muchos investigadores:
(…) proponen que el aprendizaje temprano puede influir de manera significativa en
el curso de la personalidad a lo largo de la vida, al desarrollar habilidades esenciales
sobre las cuales más tarde la experiencia construye. En el ámbito emocional, el
desarrollo temprano de los vínculos de apego con los padres está recibiendo una
considerable atención y se piensa ampliamente que influye en las relaciones con la
gente durante la adultez (Cloninger, 2003, p. 11).
Conforme a ello, se proponen diversos modelos que explican el desarrollo de la personalidad.
A modo de ejemplo, en el caso del modelo de las etapas normativas se afirma que “los

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cambios normativos de la personalidad que se relacionan con las metas, trabajo y relaciones
se suceden en etapas” (Papalia, Olds y Feldman, 2012, p. 457).

De forma similar, el modelo de momento de los eventos destaca la estabilidad de la


personalidad como “el momento no normativo en que ocurren los eventos de la vida pueden
causar estrés y afectar el desarrollo de la personalidad” (Ibídem); eventos tales como el inicio
de la pubertad, el matrimonio, la elección de la profesión, la búsqueda de trabajo, etc.

Los modelos tipológicos por otra parte afirman respecto al cambio o estabilidad de la
personalidad que “los tipos de personalidad muestran una continuidad de la niñez a la adultez,
pero ciertos eventos pueden cambiar el curso de la vida” (Ibídem), como por ejemplo, las
etapas del desarrollo de Jean Piaget.

Para este estudio son fundamentales los “modelos teóricos del desarrollo de la personalidad
que se enfocan en rasgos, o atributos emocionales, temperamentales, conductuales y
mentales” (Papalia, Olds y Feldman, 2012, p. 459). Este tipo de modelos que tomaron como
base los estudios sobre Cinco Grandes por Costa y McCrae al cuantificar los rasgos entre
solo cinco: neuroticismo, extroversión, apertura a la experiencia, escrupulosidad y
agradabilidad (Ibídem) proporcionan información esencial para describir perfiles de dintintas
personas.

Su utilidad se debe a que es un importante elemento para afirmar la continuidad de la


personalidad, específico en los 30 años, según diversas investigaciones (Papalia, Olds y
Feldman, 2012)

En síntesis, el desarrollo de la personalidad sucede en etapas y depende esencialmente de


algunas determinantes como el temperamento y la crianza desde los primeros años; es
reconocible mediante fases del desarrollo humano con menciones de personajes como Freud,
Erickson y Piaget, y se fundamenta su estabilidad hasta casi los treinta años por medio de los
modelos de rasgos.

2.2.1.5 Teorías de la personalidad.


La personalidad es uno de los tópicos que ha interesado más a los investigadores y teóricos
en la Psicología, desde el enfoque psicoanalítico hasta el humanista.

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Existe otro autor con grandes implicaciones teóricas en el ámbito de las adicciones con uno
de los modelos más utilizados, el cual es la terapia cognitiva de Aaron Beck. No obstante,
este autor no ofrece una teoría de la personalidad como tal, sino que aborda los trastornos de
personalidad desde una perspectiva meramente psicopatológica.

2.2.1.5.1 Teorías Analítico-Factoriales.


Las teorías Analítico-Factoriales son el resultado de diferentes procesos estadísticos,
enfocados en la correlación de distintos comportamientos, sentimientos y pensamientos que
motivan a la personalidad (Cloninger, 2003). Este apartado se enfoca en describir los grandes
atributos de estas teorías, mencionando los aportes de sus autores, destacando la gran utilidad
a esta investigación.

Las teorías Analítico-Factoriales tienen como fin describir dimensiones de la personalidad,


agrupadas en factores o rasgos (nótese la indistinción entre rasgo y factor referente al acápite
Descripción de la personalidad, página 12), es decir, describir lo que hace distinta a una
persona de la otra, en sus diferencias individuales; lo que las personas hacen para adaptarse
o ajustarse; las capacidades mentales, procesos cognoscitivos; el papel de la sociedad; y las
evidentes influencias biológicas.

De acuerdo a las diferencias individuales es relevante destacar que las personas se distinguen
por sus rasgos o características, que pueden ser medidos por distintos instrumentos como el
16FP o Big Five, en 16 factores o rasgos o 5, respectivamente (Ibídem); y también se agrega
el modelo de Hathaway y McKinley con el MMPI.

En cuanto a la tarea de ajustarse o adaptarse se encuentran dos elementos a destacar, la


psicosis y la neurosis. Estos se discriminan entre un conjunto de rasgos que se estudian en
las teorías analítico-factoriales. Por una parte el psicoticismo que según el modelo de
Eysenck es un rasgo que ejemplifica una desviación o el no seguimiento de lo establecido
socialmente (Cloninger, 2003). De consiguiente el neuroticismo, como un estado emocional
negativo en la mayor parte del tiempo (Ibídem).

En referencia a los procesos cognoscitivos es clave decir que esta teoría dio comienzo en la
búsqueda de la cuantificación de la inteligencia (Cloninger, 2003, p. 233), esto como la

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esencia de los procesos enfocados en las habilidades y potencialidades mentales que pueden
medirse de manera objetiva según estándares, de acuerdo a cultura o a sociedad.

Y de acuerdo a esos estándares es importante señalar que para realizar baremos, se utilizan
muestras representativas de diversas personas. De acuerdo a lo anterior, basados en las
diferencias individuales, lo que se busca es encontrar discrepancias. “Las estructuras
factoriales de los tests por lo general son universales, entre culturas diferentes” (Ibídem), esto
significa que se necesitan una variedad de características para fundamentar los test como
estudios psicométricos.

En términos prácticos, se ha encontrado una relación evidente entre ciertas mediciones que
ha realizado Cattel (por ejemplo con gemelos) a razón de las influencias biológicas. Esto
considera como determinantes de la persona, la herencia (llamados rasgos constitucionales,
mayoritariamente genéticos) (Cloninger, 2003) y “otros son el resultado del aprendizaje y la
experiencia social, son los rasgos moldeados por el ambiente” (Cloninger, 2003, p. 249).

En referencia a lo anterior, se señala que de acuerdo al desarrollo infantil, algunas


características son influidas desde los primeros años y destacando que en el desarrollo de los
adultos, la personalidad es estable (Ibídem).

Esta es la fundamentación de la medición de la personalidad en este estudio, el cual busca


destacar las características de diferentes tipos de consumidores mediante la descripción de
los distintos puntajes que se obtengan.

Para fines de esta investigación se considera que el estudio exhaustivo de la personalidad es


un componente esencial para la consecución de la misma. Esto indica el carácter
imprescindible de explorar aquellas pautas que guían los comportamientos, las sensaciones
y los pensamientos de los sujetos de estudio.

Sin embargo, la importancia de la personalidad no se resume en la definición de la misma,


sino también en el hecho de que es prioritario describirla tal cual es. Los participantes poseen
diversas características que se necesitan analizar para posteriormente estructurarlas en
perfiles. Lo que a su vez toma de referencia las distintas maneras de analizarlas, como en
tipos, rasgos y factores.

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Además, la descripción basada en escalas con la posibilidad de examinar condiciones


mentales anómalas ofrece una perspectiva ampliada, como lo pueden hacer las escalas
clínicas. Esto para tomar en cuenta las características particulares de ambos grupos de
estudio.

Y para terminar este apartado, es de mucha relevancia poder entender las características de
los examinados por medio de las motivaciones y condicionantes de desarrollo (dinámica y
desarrollo de la personalidad, respectivamente) para obtener una imagen clara e integral de
lo que se evaluará y será útil para el estudio.

2.2.2 Sustancias psicoactivas


Para fundamentar el presente estudio se abordarán tres elementos correspondientes a
sustancias psicoactivas, definición y clasificación.

2.2.2.1 Definición
Antes de hablar acerca del consumo de sustancias psicoactivas y sus implicaciones es
pertinente definir el concepto de estas, así como su clasificación. Se habla de sustancias
psicoactivas ya que la definición de la palabra “drogas” tiene diversos significados; en el área
de la medicina, se refiere a toda sustancia con potencia para tratar o curar una enfermedad,
en farmacología es toda sustancia que modifica los procesos fisiológicos y bioquímicos del
organismo, finalmente en el lenguaje coloquial, suele referirse a sustancias ilegales (OMS,
1994).

Una sustancia psicoactiva es:

Sustancia que, cuando se ingiere, afecta a los procesos mentales, p. ej., a la cognición
o la afectividad. Este término y su equivalente, sustancia psicotrópica, son las
expresiones más neutras y descriptivas para referirse a todo el grupo de sustancias,
legales e ilegales, de interés para la política en materia de drogas. “Psicoactivo” no
implica necesariamente que produzca dependencia sin embargo en el lenguaje
corriente, esta característica está implícita, en las expresiones “consumo de drogas” o
“abuso de sustancias” (OMS, 1994, p.58).

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2.2.2.2 Clasificación
Existen diversas categorías para clasificar a estas sustancias. Según distintos autores esto es
en función de una serie de variables modificadas conforme se han ido estudiando y
profundizando en el tema. Según la Dirección General para Drogodependencias y Adicciones
en 2006, pueden ser en función de su origen (natural, semisintética y sintética); en función
de la codificación sociocultural de su consumo institucionalizado (legal) y no
institucionalizadas (ilegales); en función de la forma de consumo (vía oral, aspiradas,
inhaladas e inyectadas) y en función de los efectos sobre el Sistema Nervioso Central
(depresoras, estimulantes y perturbadoras).

Para fines de este estudio se procede a describir sustancias específicas según la última
clasificación y que pueden ser detectadas por La prueba de detección de consumo de alcohol,
tabaco y otras sustancias (ASSIST3) y a su vez son las más consumidas en el contexto
nicaragüense, planteadas en el Diagnóstico nacional de drogodependencias (Consejo
Nacional de lucha contra las drogas, 2013).

2.2.2.2.1 Depresoras (psicolépticas)


Estas entorpecen y adormecen el funcionamiento del cerebro. Provocan desinhibición,
procesos progresivos de adormecimiento cerebral y en algunos casos pueden producir coma.
Entre estas sustancias están:

Alcohol

El alcohol es una de las sustancias más ingeridas en la sociedad, se consume frecuentemente


en eventos sociales, reuniones e incluso en solitario. El ser una sustancia psicoactiva legal y
la percepción que se tiene de ella, ha contribuido a la expansión de su consumo no solo entre
adultos (puesto que se debe ser mayor de edad para adquirir el producto), sino también entre
jóvenes, adolescentes o edades muy tempranas.

Según la OMS (1994):

En terminología química, los alcoholes constituyen un amplio grupo de compuestos


orgánicos derivados de los hidrocarburos que contienen uno o varios grupos hidroxilo
(-OH). El etanol (C2H5OH, alcohol etílico) es uno de los compuestos de este grupo

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y es el principal componente psicoactivo de las bebidas alcohólicas. Por extensión, el


término “alcohol” se utiliza también para referirse a las bebidas alcohólicas (p. 14).

El etanol o alcohol etílico es el único apto para el consumo humano, se puede obtener de dos
formas; la primera, a partir de la fermentación del azúcar por la levadura, las bebidas
fermentadas en condiciones normales contienen una concentración de alcohol de un 14%
como máximo, entre estas bebidas están el vino, la cerveza y la sidra (OMS, 1994).

La segunda forma de obtener alcohol es por destilación, en donde el etanol se obtiene de la


mezcla fermentada llevada a ebullición y que se recoge en forma condensada casi pura (OMS,
1994), entre estas bebidas están el whisky, el ron, el vodka, la ginebra y su porcentaje de
alcohol es de aproximadamente de 50%.La graduación alcohólica o porcentaje de alcohol de
una bebida indica el volumen de etanol que contiene, es por ello, que entre más alto sea el
porcentaje más rápido serán los efectos.

En las personas los efectos conductuales más severos por efectos del alcohol pueden variar
en dependencia del individuo, ya sea peso corporal, tiempo transcurrido desde la última dosis
y por el nivel de consumo (OMS, 2005).

Se sabe que “el alcohol disminuye la frecuencia respiratoria, la frecuencia cardiaca y el buen
funcionamiento del cerebro. Estos efectos pueden aparecer al cabo de 10 minutos y pueden
alcanzar su punto máximo después de 40 a 60 minutos” (MedlinePlus , 2018).

El grado de embriaguez de una persona también depende de la cantidad y tipo de alimento


en el estómago del individuo, de igual forma si el alcohol se bebe más rápido de lo que el
hígado puede descomponerlo el nivel se elevará.

En términos globales, “la prevalencia de los problemas por el uso del alcohol es
significativamente mayor que la prevalencia por los trastornos por consumo de drogas de
abuso y, de manera general, se puede afirmar que los problemas por uso de alcohol y drogas
son más frecuentes entre los hombres que entre las mujeres” OMS (2010), citado por
González y Matute (2013, p. 2).

Las cifras correspondientes a afectaciones por consumo de alcohol, así como víctimas
mortales son alarmantes. “A escala mundial hay 39 muertes por cada 100 000 habitantes

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debidas al alcohol y drogas ilegales, de las cuales 35 son secundarias al alcohol y cuatro a las
drogas ilegales.” (González y Matute, 2013, p.3). Esto quiere decir que el alcohol sigue
siendo una sustancia muy dañina si no se controla su consumo, sumando que la población
percibe que las sustancias ilegales son las que producen más muertes.

Benzodiacepinas (sedantes e hipnóticos)

El glosario de la OMS (1994) define este tipo de sustancias como:

Medicamento perteneciente a un grupo de fármacos relacionados estructuralmente


que se emplean sobre todo como sedantes/hipnóticos, relajante muscular y
antiepiléptico (…) Se considera que estos fármacos producen sus efectos terapéuticos
al potenciar la acción del ácido gamma-aminobutírico (GABA), un importante
inhibidor de la neurotransmisión (p. 21).

Estas sustancias son utilizadas en tratamientos para la ansiedad, insomnio y otros estados
afectivos. De igual forma, son predecesores de los barbitúricos ya que su perfil de seguridad
es más favorable, sin embargo, se tiende a abusar de su consumo y tienen un alto potencial
de dependencia. Dentro de las benzodiacepinas de acción corta y efecto rápido están
halazepam y triazolam; de efecto intermedio, están alprazolam, fulnitrazepam, nitrazepam,
lorazepam y temazepam y de acción lenta está el oxazepam.

Entre los efectos usuales del uso de sedantes e hipnóticos están la “somnolencia,
descoordinación motora de leve a moderada y obnubilación de las funciones mentales”,
Jacobs y Fehr (1987), citado por OMS (2005, p. 51).

A mayores dosis, estos efectos se agudizan y producen daños generales de la función


motora, aumento en el tiempo de reacción y daños en la función cognitiva y en la
memoria. En casos severos inducen el sueño e incluso es posible la muerte por
depresión respiratoria. Asimismo, pueden ocurrir efectos posteriores de fatiga, dolor
de cabeza y náusea (OMS, 2005, p. 73).

El uso agudo de benzodiacepinas es menor, no obstante, su uso prolongado provoca efectos


adversos mayores.

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de Managua y estudiantes de Psicología de la UNAN-Managua durante el período febrero-mayo, 2019.

Los efectos adversos más frecuentes son debilidad muscular, ataxia, sedación,
alteraciones de la memoria, reacciones de discontinuación y riesgo de dependencia.
La mayoría de estos dependen de las características farmacocinéticas, de la potencia,
de la duración del tratamiento y de la dosis, siendo este último el mayor determinante
de las reacciones adversas (Danza, Cristiani y Tamosiunas, 2009, p. 105).

Estas sustancias son de uso legal, se deben utilizar con prescripción médica, pero el acceso
que se tiene a ellas permite que se utilicen desmesuradamente, lo que aumenta el riesgo de
dependencia y efectos colaterales.

2.2.2.2.2 Estimulantes (psicoanalépticas)


Estas sustancias aceleran y activan el funcionamiento del Sistema Nervioso Central, pueden
provocar dificultad para dormir e hiperactividad. Entre estas se encuentran:

Tabaco

El tabaco, siendo un estimulante menor, es otra de las sustancias legales con mayor consumo
a nivel mundial. Al igual que el alcohol, su venta está limitada a mayores de edad, pero su
consumo se extiende a jóvenes, adolescentes e incluso niños. La OMS (2010), citado por
González y Matute (2013) afirma que el tabaco es la segunda causa de muerte en el mundo
después de la hipertensión arterial, produce la muerte en la mitad de los usuarios y es el
causante de la muerte de uno de cada 10 adultos.

El tabaco, “preparado de las hojas de Nicotianatabacum, es una planta originaria de América


de la familia de las Solanáceas. Su principal ingrediente psicoactivo es la nicotina” (OMS,
1994, p.59). Las hojas de esta planta se fuman, se mastican o se aspiran, esto para
experimentar variedad en los efectos que la sustancia produce, se vende en forma de
cigarrillos (la más común), puros, pipas, etc. Contiene más de 7000 químicos de los cuales
al menos 70 podrían provocar cáncer. La nicotina, principal componente del tabaco, es una
sustancia estimulante y adictiva, la mayoría de consumidores de tabaco consideran que les
relaja, cuando en realidad es que calma la ansiedad que les provoca la falta de esta, como un
ciclo.

“Aunque el tabaco contiene miles de sustancias, la nicotina es la que más frecuentemente se


asocia con la dependencia porque es el componente psicoactivo y causa efectos observables

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sobre el comportamiento” (OMS, 2005, p. 75). Estos cambios pueden visualizarse en el


estado de ánimo, reducción del estrés, mejoras del rendimiento, estimulación, mayor
atención, aumento de la memoria y supresión de apetito (OMS, 2005).

En la conducta, Henningfield, Keenan y Clarke (1996), citado por OMS (2005, p.75),
comentan que “la nicotina es un poderoso y potente agonista de varias subpoblaciones de
receptores nicotínicos del sistema nervioso colinérgico”. Es esta sustancia la que juega un
papel muy importante en los efectos de la conducta de quien la consume.
“Las dosis agudas pueden producir alteración del estado de ánimo, aunque los consumidores
diarios son significativamente menos sensibles a estos efectos que los no usuarios, lo que
hace suponer que se desarrolla tolerancia a algunos de los efectos”, Soria y Colab. (1996),
citado por OMS (2005, p.75).
De igual forma, es probable que se desarrollen algunos efectos a largo plazo. MedlinePlus
(2018) asegura que:

Usar el tabaco durante un período tiempo puede incrementar el riesgo de muchos


problemas de salud.

Problemas cardiovasculares: Coágulos sanguíneos y debilitamiento de las paredes de


los vasos sanguíneos en el cerebro, lo que puede llevar a tener un accidente
cerebrovascular, coágulos sanguíneos en las piernas, que pueden viajar a los
pulmones, arteriopatía coronaria, que incluye angina y ataque cardíaco hipertensión
arterial temporal después de fumar, problemas con las erecciones debido a la
disminución del flujo sanguíneo al pene.

También se corren riesgos de contraer cáncer (ya sea de pulmón, laringe, nariz, etc.)
problemas de cicatrización, problemas pulmonares como enfermedad pulmonar obstructiva
crónica (EPOC), asma, complicaciones durante el embarazo, disminución en la sensibilidad
de las papilas gustativas, esterilidad, degeneración macular y enfermedades cutáneas.

Pero no solo los consumidores directos o “activos” de tabaco sufren consecuencias, también
los consumidores pasivos, es decir, aquellas personas que de forma indirecta aspiran el humo
de cigarrillo de forma frecuente también pueden presentar problemas de salud, como un

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aumento en el riesgo de ataques cardíacos, cáncer de pulmón, reacciones súbitas y graves en


los ojos, garganta, nariz y las vías respiratorias.

Cocaína

La OMS (1994) la define como “un potente estimulante del sistema nervioso central que se
emplea con fines no médicos para producir euforia o insomnio; el consumo repetido provoca
dependencia” (p.23). Esta sustancia está dentro de la clasificación de sustancias controladas,
es decir, que se considera que tiene gran potencial para que se abuse de su consumo pero que
puede ser administrada para usos médicos legítimos, por lo tanto, su uso recreativo es ilegal.

El alcaloide se obtiene de las hojas de la planta de coca originaria de Suramérica, que se


sintetiza a partir de la ecgonina (alcaloide tropano) y sus derivados. Se le puede llamar de
distintas formas, “coca”, “nieve”, “dama blanca”, “talco”, “perico” y usualmente se vende
en copos blancos, translúcidos, cristalinos o en polvo. Esta generalmente se “esnifa”, se
inyecta o se inhala (OMS, 1994, p. 24).

Los efectos a corto plazo incluyen energía y felicidad extrema, alerta mental,
hipersensibilidad a la luz, el sonido y el tacto, irritabilidad y paranoia. En grandes cantidades
se pueden experimentar comportamientos violentos, extraños o impredecibles. Sus efectos
aparecen casi de forma inmediata y pueden durar de 30 minutos a 1 hora.

La cocaína incrementa la lucidez, la sensación de bienestar y la euforia, aumenta la


energía y la actividad motora, la sensación de vigor y la capacidad sexual. También
son frecuentes la ansiedad, paranoia e inquietud. Se puede aumentar el rendimiento
atlético en deportes en los que se requiere atención y resistencia. Con una dosis
excesiva se presentan temblores, convulsiones y una mayor temperatura corporal. La
activación del sistema nervioso simpático aparece concomitantemente con los efectos
sobre la conducta. Durante una sobredosis de cocaína puede ocurrir taquicardia,
hipertensión, infarto al miocardio y hemorragias cerebrovasculares (OMS, 2005, p.
89).

Esta podría ser la sustancia con mayor facilidad o rapidez para generar una dependencia en
el individuo, dada su variedad de efectos tanto en el tiempo estimado de duración en el
organismo como en la disminución de los mismos.

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Por otro lado, el crack, “es el alcaloide de la cocaína (base libre), un compuesto amorfo que
puede contener cristales de cloruro sódico. Es de color beige. El nombre de “crack” deriva
del sonido que hace el compuesto al calentarse” (OMS, 1994, p. 24). También llamado la
droga de los pobres ya que es sencilla de producir, a base del polvo de la cocaína mezclada
con bicarbonato sódico y agua.

Al igual que la cocaína su efecto es casi inmediato y puede durar aproximadamente 10


minutos, se puede experimentar euforia, confianza y autoestima exagerada, alteración del
juicio, así como comportamiento riesgoso e impulsivo. Después del efecto placentero se
experimenta un descenso en el estado de ánimo llamado “bajón”, por lo que el consumidor
debe repetir la dosis.

La cantidad de personas consumidoras de estas sustancias (la cocaína y el crack) es


alarmante, su popularidad ascendió en las décadas de los 70s y 80s. Haciendo referencia a
World Drug Report, (2010), citado por Gonzalez y Matute (2013):

Según algunos cálculos, existen entre 15 y 19.3 millones de consumidores de cocaína


al año en el mundo (0.3 a 0.4%), con las prevalencias más altas en Norte América
(2%), Oceanía (1.4 a 1.7%) y Europa occidental (1.5%). No obstante, la tendencia a
largo plazo (1982 a 2008) en algunos países como EUA tiene una dirección
descendente, mientras que en otras regiones como Europa es ascendente (p. 3).

2.2.2.2.3 Perturbadoras (psicodislépticas)


Estas sustancias trastocan el funcionamiento del cerebro, provocando distorsiones
perceptivas y alucinaciones. Entre estas se encuentra:

Cannabis

Según la OMS (1994) cannabis es el “término genérico empleado para designar los diversos
preparados psicoactivos de la planta de la marihuana (cáñamo), Cannabis Sativa)” (p.22).
Estos preparados son: hojas de marihuana (hierba, maría, porro, canuto o cualquiera de los
nombres que se le den coloquialmente), bhang, ganja o hachís (derivado de la resina de los
ápices florales de la planta).

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Por otro lado, el término marihuana es de origen mexicano, utilizado en un principio para
designar el tabaco barato (a veces mezclado con cannabis), se ha convertido en un vocablo
general para referirse a las hojas del cannabis o al propio cannabis en muchos países. El
hachís, que antiguamente era un término general para llamar al cannabis en la cuenca del
Mediterráneo oriental, se aplica hoy a la resina del cannabis.

El cannabis (marihuana) es una de las sustancias más consumidas a nivel mundial. La


prevalencia anual global es de 2.9 a 4.3% en la población de 15 a 64 años; la más alta se
registra en Oceanía (9.3 a 14.8%), seguida por el continente americano (6.3 a 6.6%), OMS
(2010), citado por González y Matute (2013). En adición a lo anterior, “Los derivados de la
cannabis son las drogas ilícitas que se emplean más comúnmente en todo el mundo”, Adams
y Martin (1996), citado por OMS (2005, p.86). Lo que de hecho es una realidad, puesto que
el uso principal de esta sustancia se encuentra prohibida en la mayoría de los países del
mundo y esto se debe a los efectos negativos que la misma genera en la población.

El cannabis puede causar diversos efectos en el organismo durante su consumo. Según


National Institute on Drug Abuse (2017):

Esta sustancia sobre estimula las áreas del cerebro que contienen la mayor cantidad de
estos receptores. Eso genera la euforia o "high" que experimenta la persona. Otros efectos
incluyen:

• Alteración de los sentidos (por ejemplo, los colores se ven más brillantes).
• Alteración de la percepción del tiempo.
• Cambios en el estado de ánimo.
• Limitación de la movilidad corporal.
• Dificultad para pensar y resolver problemas.
• Debilitamiento de la memoria.
• Alucinaciones (cuando se consume en grandes dosis).
• Delirio (cuando se consume en grandes dosis).
• Psicosis (cuando se consume en grandes dosis).

Asimismo, puede causar algunos efectos a largo plazo, como afectaciones en el desarrollo
del cerebro, reduce las capacidades cognitivas (aprendizaje, memoria, pensamiento) y puede

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afectar la forma en que el cerebro establece conexiones entre las áreas que son necesarias
para estas funciones (NIDA, 2017).

Cabe destacar, la legalidad o regulación de esta sustancia ha sido objeto de controversia, en


algunos países su comercialización, distribución y consumo es completamente legal, aunque
en la mayoría de países se mantiene su estatus de sustancia ilícita, sin embargo, existen
excepciones en cuanto a su uso medicinal.

2.2.3 Consumo de sustancias


A continuación, en este apartado, se abordarán aquellos elementos concernientes al consumo
de sustancias. Tales como la definición del término consumo de sustancias y sus derivados,
los mecanismos neurobiológicos que el cuerpo humano manifiesta durante el proceso de
consumo, los trastornos que se originan a causa del consumo de sustancias y las teorías
enfocadas en el consumo de sustancias.

2.2.3.1 Definición
Al precisar el término de consumo de sustancias psicoactivas, resulta que pueden encontrarse
diversas definiciones según los aspectos entorno a la frecuencia, dosis y objetivo del consumo
que posea el individuo con las sustancias, Schuckit (2000), citado por González y Matute
(2013).

2.2.3.1.1 Consumo no inadecuado (ocasional o controlado)


Se entiende por consumo no inadecuado, aquel que no genera problemas sobre la persona
que consume o su entorno y puede ser de tipo experimental, por curiosidad, ocasional,
esporádico y normalmente por factores sociales o de presión grupal; y el episódico, que es
aquel que se realiza por cuestiones recreativas o en situaciones psicosociales muy concretas
y por poco período de tiempo (Consejería para la Igualdad y Bienestar Social y Dirección
General para las drogodependencias, 2006).

Koob y Le Moal (2006), citado por González y Matute (2013) describen este tipo de consumo
como infrecuente, de dosis bajas o moderadas con búsqueda de efectos placenteros o con una
utilidad ya específica para la sustancia en particular. Las personas con este tipo de consumo
usualmente tienen un buen control de las sustancias que deciden ingerir, lo que asegura su
integridad física y evita que puedan involucrarse en cualquier tipo de conflicto. A pesar de

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los efectos conductuales y cognitivos que experimenten, son capaces de mantener el control
de su cuerpo, sin ver el consumo como una necesidad o algo que posea más dominio que el
individuo mismo.

2.2.3.1.2 Consumo inadecuado


Este es el que se puede dar en aquellas situaciones donde el consumo de alguna sustancia,
aunque sea en pequeña cantidad, puede producir consecuencias indeseables, por ejemplo,
cuando la persona toma determinadas cantidades de alcohol consciente que luego deberá
conducir un vehículo (Consejería para la Igualdad y Bienestar Social y Dirección General
para las Drogodependencias, 2006).

Los individuos con este consumo suelen dejarse llevar por los efectos de las sustancias o del
ambiente ignorando su propio bienestar o seguridad. Se inhibe el sentido de responsabilidad
e incluso la moralidad. Se consume en lugares o tiempos no adecuados y a la vez llegan a
ignorar normas establecidas con tal de cumplir su deseo de consumo.

2.2.3.1.3 Consumo abusivo


Aquí el consumo, bien por su cantidad o por su mantenimiento continuado a lo largo de un
tiempo prolongado, generan consecuencias negativas en el propio consumidor, entorno u otra
esfera de la vida de la persona (Consejería para la Igualdad y Bienestar Social y Dirección
General para las Drogodependencias, 2006). González y Matute (2013) expresan que ese
peligroso consumo en grandes cantidades suele darse en la búsqueda de un reforzamiento
positivo o negativo, ya sean estas sensaciones de placer, energía inmediata, potencia sexual,
alivio del estrés o problemas emocionales.

El consumo de las sustancias en este punto no se debe por algo meramente casual, sino que
responde a la idea de que el consumo es necesario. Se pretende conseguir una amplia
gratificación, o inducirse en estados, a razón de los efectos, que les permitan experimentar
sensaciones o percepciones por largos periodos de tiempo, optando más por esos estados con
tal de evitar o ignorar el ser conscientes de su realidad.

Esto en incremento puede llevar a un nivel superior o más avanzado dentro del consumo,
llegando al estado de una adicción o trastorno por dependencia.

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2.2.3.1.4 Dependencia de sustancia


El estado adictivo está en relación a una necesidad continua e intensa de consumir sustancias
al grado de apartar al consumidor de las normas sociales en base a su propia cultura, según
señala Carvey (1998), citado por González y Matute (2013). En este punto las personas se
han desligado de su entorno, deberes y cualquier otro lazo, se enfocan únicamente en
satisfacer su consumo y como consecuencia han perdido el contacto con su realidad.

Koob y Le Moal (2006), citado por González y Matute (2013, p. 32) describen que esta “se
caracteriza por: a) búsqueda y consumo compulsivos de sustancias; b) pérdida del control
sobre el consumo; c) presencia de un estado emocional negativo (disforia, ansiedad,
irritabilidad) cuando el acceso a la droga es restringido”.

La persona no posee ningún dominio sobre sí mismo, y se vuelve un individuo desequilibrado


emocional y cognitivamente. En este punto son potenciales transgresores de la ley y su estado
no solo expone al consumidor a situaciones de peligro, sino que ellos mismos se vuelven un
peligro para quienes les rodean puesto que la incapacidad de pensar coherentemente no les
permite discernir o evitar acciones que generen un daño significativo a los demás.

2.2.3.2 Mecanismos neurobiológicos del consumo


La forma en como las sustancias generan variados efectos dentro del sistema nervioso del ser
humano, ha llevado a enfocarse principalmente en cómo transforman e incide en el desarrollo
y la estructura nerviosa del cuerpo, lo que en consecuencia se refleja en la conducta,
afectividad y cognición del individuo.

En la actualidad, gracias a los avances en las neurociencias se conoce que la dependencia a


sustancias psicoactivas es un desorden del cerebro al igual que muchas otras enfermedades
neurológicas o psiquiátricas, lo cual ha permitido desarrollar más estudios que sigan hasta
los cambios más complejos a nivel cognitivo, molecular y celular (OMS, 2005).

El consumo de sustancias psicoactivas y la dependencia de estas es una afectación que


involucra los sistemas motivacionales y funciones generales del cerebro. Al ser el cerebro el
encargado de producir pensamientos y comportamientos, los trastornos cerebrales son
susceptibles de producir síntomas conductuales altamente complejos (Ibídem). Bobes, Casas
y Gutiérrez (2011) explican que:

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Perfil de personalidad y consumo de sustancias psicoactivas en usuarios de Centros de Rehabilitación en Adicciones
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El alcohol y otras drogas son sustancias químicas, que modifican el funcionamiento


de determinados sistemas de neurotransmisión y circuitos cerebrales, produciendo
cambios cognitivos, emocionales, motivacionales y conductuales. Su administración
aguda produce cambios transitorios, que revierten cuando finaliza su efecto
farmacológico. Sin embargo, su consumo crónico puede dejar una importante huella
en la memoria emocional y puede remodelar las conexiones y vías neuronales,
produciendo cambios de larga duración en el funcionamiento cerebral y dejando a la
persona más vulnerable hacia el reinicio de su consumo (p. 27).

Dicha vulnerabilidad es el mayor reto ante los procesos terapéuticos dentro de los centros de
rehabilitación, puesto que es a causa de ello que las personas encuentran en primera instancia
serias dificultades para llevar su rehabilitación y abandonan. Puesto que la acción del Sistema
Nervioso, en tomar como una necesidad fisiológica el consumo de la sustancias, no solo
implica un reto al individuo en permanecer en el centro de atención, sino que aunque el
proceso haya finalizado, su cuerpo se encuentra sensible a cualquier estímulo de considerable
magnitud que incite a reiniciar el consumo.

Es por ello que cuanto mayor intensidad tenga una sustancia y sus efectos dentro del
consumidor, más imperioso se volverá el deseo o necesidad misma de repetir esa experiencia
(Bobes, Casas y Gutiérrez, 2011). Lo que desencadenará una conducta automática de buscar
y consumir la sustancia a la cual se haya vuelto dependiente.

2.2.3.2.1 Autoestimulación y centros de recompensa


Los seres humanos y algunas otras especies llegan a administrarse pequeñas descargas de
estimulación eléctrica en ciertas áreas específicas del cerebro, fenómeno al cual se le conoce
como autoestimulación cerebral, junto con las áreas del cerebro capaces de mediar este
fenómeno llamadas centros de recompensa (Pinel, 2007).

El fenómeno de la estimulación a cargo del centro de recompensa, es algo que se produce de


forma inconsciente para el individuo, sin embargo el cerebro toma un adecuado registro de
lo estimulado a nivel neuroquímico y se asocia con el elemento que produzca dicha reacción
de forma periódica.

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Estos centros de recompensa son quienes se encargan de describir los efectos placenteros o
agradables causados por el consumo de ciertas sustancias, por lo que tienden a transferir
algunas propiedades motivacionales y hacen doble función como reforzamiento positivo ante
las estimulaciones que percibe el individuo durante el consumo de la sustancia (OMS, 2005).

Esto implica que cuando el cerebro percibe los estímulos agradables que generan las
sustancias al ser ingeridas, no solo registran, sino que a su vez envía mensajes al resto del
sistema para señalar que la conducta del consumo debe repetirse para lograr reproducir las
sensaciones experimentadas.

Estos efectos pueden entenderse por medio de algunas sustancias como el crack, heroína o
las anfetaminas, donde las propiedades gratificantes además de generar sensaciones de
placer, también adquieren formas leves de hedonismo como la reducción de fatiga, alivio de
la tensión o incluso mayor rendimiento (OMS, 2005).

2.2.3.2.2. Efectos celulares


Las sustancias psicoactivas son capaces de producir efectos inmediatos a través de los
neurotransmisores y también pueden generar cambios a nivel celular tanto a corto como a
largo plazo ya sea con un solo uso de la sustancia o su repetición (OMS, 2005). Lo que
implica que cuando se habla del consumo de sustancias, no solo entran en juego aquellos
efectos observables desde el exterior o aquellos que inciden a nivel psíquico, sino que
también las escalas más pequeñas del cuerpo humano como es el nivel celular.

Se establece que cuando el proceso de dependencia a una sustancia lleva un tiempo


prolongado, los efectos producidos son generalmente influenciados por alteraciones en la
genética del consumidor y por ello se desencadenan cambios en las proteínas sintetizadas
afectando la función de las neuronas lo cual deja en manifiesto alteraciones en el
comportamiento de un individuo (OMS, 2005).

Marks y Colab (1992), citado por OMS (2005), mencionan que la repetida estimulación de
receptores mediante drogas, puede producir alteraciones en la cantidad y función de los
mismos, siendo un ejemplo de ello el caso una prolongada exposición de nicotina. Esto
anterior, incrementa la cantidad de receptores de acetilcolina en el cerebro formando

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umbrales más altos dentro del organismo lo cual exigirá un mayor consumo de nicotina para
conseguir los efectos deseados.

Dicho cambio explica la naturaleza del aumento a la tolerancia en el consumo de las


sustancias, y es por ello que al mantener la cantidad de consumo inicial, a larga no permite
que los centros de recompensa transmitan las sensaciones agradables. Esto le lleva a
aumentar las dosis de consumo que a su vez seguirán aumentando el número de transmisores,
desencadenando la dependencia del individuo.

2.2.3.2.3 Procesos bioconductuales


Para entender los procesos que involucran a los sistemas biológicos del cuerpo humano y que
a su vez dirigen el comportamiento como resultado de los estímulos percibidos por el
consumo de sustancias, es preciso describir la interacción entre la asociación de los factores
psicológicos y los efectos fisiológicos que se desarrollan en ciertas zonas del cerebro. Ello a
razón de que los procesos mencionados “dependen de manera crítica de los mismos sistemas
motivacionales y emocionales del cerebro sobre los que actúan las sustancias psicoactivas”
según expresan Hyman y Malenka (2001), citado por OMS (2005, p.43).

Lo antes mencionado señala un punto fundamental respecto al cómo un individuo en


consumo de sustancias puede generar un abuso o dependencia a las mismas y otras personas
no, puesto que si bien las personas experimentan los mismos efectos fisiológicos de una
sustancia como el alcohol por ejemplo, no implica que vayan a reaccionar de la misma forma
hacia su ingesta. Mientras un individuo posee determinados valores o motivaciones que le
inviten a permanecer en un consumo adecuado, otros podrían encontrarse con condiciones
emocionales que faciliten y promuevan la ingesta, en combinación con los factores
fisiológicos de la persona.

A su vez, se asume que la relación entre el aprendizaje y el consumo de sustancias puede


considerarse estrecha, debido a que las sustancias producen cambios duraderos los cuales
activan zonas específicas del cerebro, como el sistema mesolímbico dopaminérgico (OMS,
2005). Esto al producir dopamina, facilita el aprendizaje relacionado con la recompensa y
genera cambios neuroadaptativos que compromete a las capacidades emocionales y
cognitivas que dirigen a la conducta, que con el tiempo desencadenan deseos de consumo
con estímulos específicos (Corominas, Roncero y Casas, 2009).

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2.2.3.2.4 Reforzamiento y dopamina.


Al hablar de dopamina y su relación con las sustancias, se debe tener en claro que todas las
drogas de abuso, consumidas de forma intensa, provocan un aumento de la liberación del
neurotransmisor dopamina, esencialmente en el nucleus accumbens (Nac), aunque contengan
una estructura química y mecanismo de acción distinta (Corominas, Roncero y Casas, 2009).
Tal efecto explica por qué estas sustancias pueden volver dependientes a los individuos que
le consumen por medio de etapas similares aunque el origen de las mismas sea distinto.

Debido a que las sustancias psicoactivas inciden en una gran variedad de mecanismos dentro
del organismo, principalmente en la función mesolímbica dopaminérgica. Su nivel de efectos
estimulantes en la liberación de dopamina puede llegar a ser incluso mayor que la generada
por la ingesta de alimentos o el acto de reproducción, superándoles hasta por un 500% en
elevación del neurotransmisor, siendo los antes mencionados, reforzadores convencionales
del organismo (OMS, 2005).

Se define al reforzamiento como el “estímulo que refuerza las respuestas de las que es
contingente” (OMS, 2005, p.47). Es por ello que cuando las sustancias psicoactivas superan
a los reforzadores convencionales, que naturalmente corresponden a estímulos decisivos para
la sobrevivencia, el sistema mesolímbico dopaminérgico y el cerebro, registran y refuerzan
como importancia crucial el comportamiento asociado al consumo de las sustancias (OMS,
2005).

Esto implica que las necesidades básicas de alimentación o el acto sexual considerados
elementos cruciales para la vida, pierden valor ante los efectos placenteros causados por el
consumo de las sustancias. Es por ello que las personas con dependencia son capaces de
vender sus pertenecías, alimentos o cualquier elemento de valor con tal de conseguir una
remuneración que les brinde acceso a las sustancias sin importar las consecuencias de perder
lo demás.

2.2.3.2.5 Motivación por incentivo del Sistema Nervioso Central.


La motivación por incentivo es una respuesta del sistema que está sujeta a principios
meramente condicionantes, por lo que hay ciertos estímulos, que en asociación con otros
estímulos originados directamente del consumo de sustancias, pueden adquirir propiedades
de motivación por incentivo (OMS, 2005). Dicho de otra forma, se entiende que los

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elementos del condicionamiento se aplican a nivel del sistema nervioso y luego se vuelven
observables en la conducta del individuo.

Lo anterior explica que las personas con dependencia o consumo elevado de sustancias,
tendrán tendencias a buscar personas o entornos que con anterioridad hayan asociado con el
uso de drogas. Esto implica que estas se han convertido en reforzadores condicionados por
la producción de dopamina, lo que provoca una elevación en el valor de otros estímulos como
motivación por incentivo (OMS, 2005)

2.2.3.3 Trastornos por consumo de sustancias


En el consumo de sustancias, como se explica en las definiciones, existen diversos niveles
de intensidad, y cuando el consumo sobrepasa el abuso, evoluciona en adicción. Y por eso el
individuo tiende a desarrollar lo que técnicamente se conocen como trastornos por consumo
de sustancias.

Para comenzar, es importante especificar qué es trastorno. La Real Academia Española


RAE (2014), define al trastorno como la “alteración leve de la salud (…), acción y efecto de
trastornar”. Entendiendo a este último como la alteración de “la normalidad del
funcionamiento de algo o de la actividad de alguien” (Ibídem).

En este apartado se describen las características y criterios que comprenden los diversos
trastornos en base al tipo de sustancia que la persona consuma. Por ello, en primer lugar debe
considerarse que los individuos con menores niveles de autocontrol, que reflejan
disfunciones en los mecanismos de inhibición cerebral, están más predispuestos a desarrollar
trastornos por consumos de sustancias a través de los comportamientos que se instauran con
bastante anterioridad al propio consumo de la sustancia (APA, 2014).

Dentro de los trastornos por sustancias, (Ibídem) se explica que la característica esencial
radica en cómo se asocian los síntomas cognitivos, comportamentales y fisiológicos, que son
los que permiten reconocer que si una persona persiste o no en el consumo de una sustancia
sin importar los problemas serios que esta le genere.

2.2.3.3.1 Trastorno por consumo de alcohol


El trastorno por consumo de alcohol es conformado por una agrupación de síntomas
conductuales y físicos (fisiológicos), entre los que están la abstinencia, la tolerancia y el

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deseo intenso del consumo (APA, 2014). La combinación de estos 3 elementos debe ser
identificable durante la evaluación de un individuo del que haya presunción de un trastorno
por consumo.

El intenso deseo por consumir alcohol se refleja por una gran necesidad de beber, lo que lleva
al grado de obstruir el pensamiento o razonamiento sobre cualquier cosa y solo guía al
individuo a enfocarse en la ingesta, lo que resulta en un deprimente o nulo rendimiento
laboral o académico, a causa del marcado deterioro por los efectos tras es el consumo
(Ibídem).

La persona con trastorno por consumo de alcohol si bien pueden haber iniciado con un
consumo experimental o por la convivencia en eventos sociales, con el tiempo dicho
consumo toma control del individuo. Este sobreponiéndose sobre cualquiera de las
actividades, responsabilidades o necesidades del mismo, llegando al punto de ser lo único
que este necesite.

2.2.3.3.2 Trastorno por consumo de cannabis


El trastorno por consumo de cannabis trata en una serie de problemas en el individuo
asociados con las diversas sustancias derivadas de la planta cannabis y otros compuestos
sintéticos con componentes similares (Ibídem).

Se le reconoce por un fuerte deseo de consumo y una gran dificultad para abandonar dicho
consumo, por ello, algunas personas con trastorno por consumo de cannabis consumen
cannabis durante todo el día durante meses o años, y por lo tanto pasan muchas horas al día
bajo la influencia de la sustancia, lo cual les genera problemas asociados con la familia, la
escuela, el trabajo u otras áreas importantes (ausencias periódicas en el trabajo, abandono de
las responsabilidades familiares, etc.) (Ibídem).

2.2.3.3.3 Trastorno por consumo de estimulantes

En este tipo de trastorno abarca diversos derivados de sustancias, entre ellas se encuentra las
anfetaminas, metanfetaminas y cocaína (junto con sus otros derivados), que suelen ser
administradas por vía oral, inyectada o esnifada. En este trastorno es común que los
consumidores presenten comportamientos agresivos o violentos cuando utilizan estas

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sustancias, de igual forma aparecen estados ansiosos o episodios psicóticos con dosis
elevadas (Ibídem).

Las características conductuales de las personas con este trastorno les vuelven personas
visualmente eufóricas e irritables, posiblemente este sea una de sus características más
particulares para reconocerles, y a la vez les hace ver como personas más peligrosas para su
entorno cuando se encuentran bajo los efectos de esta sustancia.

Como se identifica en otros trastornos por consumo, en este los individuos invierten
demasiado tiempo y esfuerzo para conseguir estimulantes y abandonan sus espacios
laborales, académicos o familiares, lo cual suele no importarles aunque implique que su
propia integridad se encuentre en peligro (Ibídem).

2.2.3.3.4 Trastorno por el consumo de tabaco


El trastorno por consumo de tabaco es usual entre las personas que fuman productos del
tabaco sin humo y tabaco a diario, y es bastante común que sea utilizado para aliviar o evitar
los síntomas de abstinencia luego de haber adquirido el hábito de consumirlo regularmente
(Ibídem). La tolerancia al tabaco, se demuestra por la desaparición de las náuseas y los
mareos tras el consumo reiterado, y por un resultado más agudo a la primera vez que se
consume durante el día por lo que el cese del consumo de tabaco puede producir un síndrome
de abstinencia bien marcado (Ibídem).

Al igual que en los otros mencionados, si bien el tabaco en principio puede verse como una
sustancia inofensiva y culturalmente observable como algo natural, el trastorno por este
consumo genera en las personas problemas y dificultades respecto a sus esferas sociales,
laborales y familiares puesto que de igual forma al generarse la dependencia, el individuo
necesita consumir tabaco la mayor parte del tiempo el cual ostenta un alto nivel perjudicial
en la salud del cuerpo humano y a quienes les rodea puesto que estas personas se convierten
en consumidores pasivos aunque no lo deseen.

2.2.3.4 Teorías sobre el consumo de sustancias


Existen diversas teorías que explican el fenómeno del consumo de sustancias desde distintas
perspectivas. Para el desarrollo de este acápite se seleccionaron aquellas teorías que
respondiesen a los objetivos de la presente investigación, es por ello que se explicarán las

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correspondientes al modelo biológico y las de aprendizaje (condicionamiento clásico,


condicionamiento operante y teoría de aprendizaje social).

2.2.3.4.1 Modelo biológico


Este modelo ha estado siempre presente al momento de explicar trastornos ya sean físicos o
mentales, específicamente en el área de la drogodependencia se sabe que la parte biológica
juega un papel importante en la explicación de cómo determinadas sustancias afectan al
organismo y específicamente los efectos que produce en el sistema nervioso. Por otro lado,
se ofrece una explicación neurobiológica al consumo, sin que se convierta simplista o
reduccionista.

El estudio de los procesos de adicción, refuerzo y abstinencia ha sido una tarea difícil dada
las acciones múltiples de las sustancias, añadiéndole que con frecuencia suelen combinarse
y en ambientes que difícilmente pueden ser simulados en un laboratorio, pese a esas
limitaciones se ha logrado conocer a detalle las bases neurológicas del abuso y dependencia
a las sustancias.

La actuación conjunta del reforzamiento y de los mecanismos de neuroadaptación son


claves en el consumo de drogas. En la actualidad hay pocas dudas sobre cuál es la
base biológica de ambos factores. Se han identificado circuitos neuronales de
gratificación e incluso cambios intracelulares comunes asociados a la administración
crónica de morfina y de cocaína, que se están utilizando como modelos para el estudio
de la mayoría de las otras adicciones (ej., nicotina, alcohol, etc.) (Becoña, 2002, p.84).

Esto apunta a que existe una neuroanatomía común a todas las sustancias adictivas, los
mecanismos neurobiológicos asociados al proceso de adicción se localizan en el encéfalo
anterior, involucrando las funciones del sistema límbico y la del sistema motor
extrapiramidal.

“El mesencéfalo y sus conexiones con la región del núcleo accumbens en la parte anterior de
la base del encéfalo anterior, parecen desempeñar un papel crítico al mediar no sólo los
efectos reforzantes agudos de las drogas, sino que también parecen estar implicados en los
aspectos motivacionales de la abstinencia”, Koob (1993), citado por Becoña (2002, p.75).

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En 1950, Los autores Olds y Milner establecieron que la estimulación eléctrica de algunas
regiones del encéfalo producía un efecto reforzante, las sustancias actúan sobre determinadas
regiones del encéfalo que, a su vez, están interconectadas por diferentes sistemas de
neurotransmisores. Una región específicamente favorable para la estimulación intracraneal
es la vía dopaminérgica mesolímbica, esta lleva mensajes a varios grupos de células nerviosas
en distintas partes delanteras del cerebro. Las neuronas de esta vía se llaman así porque
producen dopamina.

“Los efectos de la dopamina en la vía de recompensa se pueden producir de modo distinto,


dependiendo del tipo de sustancia” Altman et al. (1996) citado por Becoña (2002, p.86).
Diversas sustancias como la cocaína, las anfetaminas y los narcóticos bloquean la recaptación
de la dopamina en las terminales nerviosas; por lo tanto, la dopamina se acumula en la
sinapsis y es así como sus efectos aumentan considerablemente, el alcohol y la nicotina
también tienen la propiedad de generar estas reacciones.

La neuroadaptación es otro factor relevante en el proceso adictivo, Becoña (2002) lo define


como “un estado producido por la acción repetida de una sustancia psicoactiva sobre las
células neuronales, que provocan en esta una serie de cambios destinados a recuperar el nivel
de funcionamiento previo a la acción de la sustancia” (p.85) es decir, los procesos de las
sustancias son intensificados (sensibilización) o atenuados (contraadaptación).

La sensibilización se refiere cuando los efectos de las sustancias aumentan después de que
se han consumido repetidamente. La contraadaptación se refiere a los procesos que sirven
para contrarrestar los efectos de la sustancia, como la tolerancia, entre más repetido sea el
consumo de una sustancia o se administre una dosis mayor, más se eleva el nivel de tolerancia
a esta.

Hipótesis de la automedicación

Esta, a pesar de su estatus de hipótesis, es de gran importancia para la explicación del


consumo, prevención y tratamiento de los consumidores de sustancias. Esta consiste, según
Becoña (2002) en que “una gran parte de los pacientes que desarrollan trastornos por abuso
de drogas, lo hacen porque sufren trastornos endógenos con sustrato biológico que, directa o
indirectamente, les abocan al consumo de sustancias psicoactivas como forma de

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autotratamiento” (p.88). Es por ello, que los intentos de orientar al consumidor a la


abstinencia después de muchas tentativas de desintoxicación fallidas puede considerarse
inútil. Esto debido a que las sustancias psicoactivas poseen rapidez de acción y menos efectos
desagradables en comparación con los psicofármacos, Casas, Salazar y Tejero (1992), citado
por Becoña (2002).

Esta hipótesis está fundamentada en estudios realizados en 1973, en los cuales se descubrió
receptores de opiáceos en el sistema nervioso central, por otro lado, en la década de los 80 y
90 se descubrieron receptores específicos para para diferentes moléculas de sustancias, por
lo que se sugiere que cualquier sustancia produce efectos en el sistema nervioso central, esto
implica la interacción con estructuras específicas. Lo cual indica que:

La sustancia exógena (ej. heroína, cocaína), actuando repetidamente sobre


determinadas estructuras orgánicas (los sistemas de
neurotransmisión/neuromodulación centrales), facilitado por el ambiente exterior
(habitualmente degradado y hostil), desencadenan una serie de cambios moleculares
y funcionales en el SNC que transforman a un individuo “sano” en un individuo
“dependiente” Casas et al. (1992), citado por Becoña (2002, p. 89).

Sin embargo, esta hipótesis plantea tres tipos de adictos, es decir, que la dependencia a
determinadas sustancias no es producida de la misma forma en todos los individuos que la
consumen.

Según Casas et al. (1992), citado por Becoña (2002, p.89) el primero “serían aquellos
pacientes sin trastornos psíquicos concomitantes y con un nivel socioeconómico y cultural
medio-alto”. Pueden llegar a tener cierta estabilidad con la dependencia pudiendo mantener,
a su vez, una vida familiar, laboral, estable. Saben dónde está el límite y eso es lo que les
permite mantener el equilibrio, pueden dejar de consumir la sustancia por cierto periodo de
tiempo pero eventualmente vuelven a consumirla por el malestar de su ausencia. Estas
personas por lo general no acuden a tratamiento.

El segundo tipo, son aquellos que no tienen patologías psíquicas concomitantes pero con un
nivel socioeconómico y cultural precario, ellos necesitan la sustancia para mantener un nivel
de vida normal y usualmente consiguen la sustancia a través de actos delictivos, no tienen

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motivación para dejar de consumir y cuando acuden a tratamiento lo hacen por motivos
económicos o por la tolerancia a tal sustancia, si dejan esta sustancia empiezan a consumir
otra distinta, según explica Casas et al. (1992), citado por Becoña (2002).

Finalmente, el tercer tipo son aquellos pacientes que sí tienen trastornos psíquicos
concomitantes, padecen un trastorno de personalidad previo, la sustancia inicialmente les
ayuda pero luego les produce realizar conductas anárquicas y desestructuradas.
Generalmente es llevado obligatoriamente a desintoxicarse pues no tiene motivación alguna
para dejar de consumir la sustancia y su adicción les acarrea demasiados problemas.

El paciente recae fácilmente y eso produce un círculo vicioso donde difícilmente deje de
consumir, su evolución a largo plazo resulta impredecible, ya que, al darse cuenta de su
imposibilidad de dejar de consumir incrementan los sentimientos y acciones autodestructivas
Casas et al. (1992), citado por Becoña (2002).

Esta hipótesis plantea que el consumo de sustancias es una tentativa evasiva de autoterapia,
esta no lleva al desarrollo de programas preventivos, aunque “sirve para explicar una parte
del problema pero sin centrarse específicamente en el campo de la prevención, ya que más
bien implicaría lo contrario” Casas (1992), como se citó en Becoña (2002, p. 89).

El modelo biológico ofrece una explicación amplia acerca de cómo las sustancias modifican
nuestro comportamiento actuando directamente sobre el organismo y alterando el sistema
nervioso, es por ello que este es uno de los modelos a tomar en cuenta al momento de explicar
cómo funciona la drogodependencia, lo que permite tener una visión clara respecto a este
fenómeno.

2.2.3.4.3 Teorías de aprendizaje


En el comportamiento, una de las formas más elementales en la construcción del mismo, es
el aprendizaje por condicionamiento. Este hace referencia “a la adquisición de patrones muy
específicos de conducta en presencia de estímulos bien definidos” (Morris y Maisto, 2009).
Y de forma más específica se definen dos tipos de condicionamiento, el condicionamiento
clásico y el condicionamiento operante.

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Condicionamiento clásico
El condicionamiento clásico es uno de los temas más abordados en psicología, así como uno
de los principios básicos de aprendizaje. Su proceso ocurre de la siguiente manera:

Un tipo de aprendizaje en el cual se asocia un estímulo neutro con un estímulo


incondicionado que como resultado producirán una respuesta refleja; en este proceso el
estímulo neutro recibe el nombre de estímulo condicionado. Cuando el estímulo
condicionado es repetido por el estímulo incondicionado se aprende la asociación de ambos.
Una vez establecido el proceso de condicionamiento el estímulo condicionado producirá por
si solo la respuesta refleja (Becoña, 2002).

Este ejemplo es conocido gracias a Iván Pavlov, quien realizo diversos experimentos primero
con animales y luego con seres humanos. El condicionamiento es una de las formas en que
se aprende distintas conductas mediante la asociación entre los estímulos innatos con otros
estímulos del ambiente. También tiene relevancia el condicionamiento de segundo orden o
de orden superior, donde un estímulo neutro puede producir una respuesta condicionada sin
ser emparejado con el estímulo incondicionado, siempre y cuando este haya sido emparejado
con un estímulo condicionado Becoña (2002).

El emparejamiento de un estímulo neutro con uno incondicionado no siempre asegura que se


adquiera de forma automática una respuesta condicionada. Klein (1994), citado por Becoña
(2002) refiere que cinco factores determinan si se ha adquirido una respuesta condicionada:

1. Estímulo Condicionado y el Estímulo Incondicionado deben estar en contigüidad, es


decir, el estímulo condicionado debe preceder al estímulo incondicionado durante un
breve período de tiempo.

2. La magnitud de la respuesta condicionada está determinada por la intensidad de uno


o ambos estímulos.

3. La naturaleza del estímulo condicionado afecta a la magnitud de la respuesta


condicionada adquirida tras el emparejamiento de ambos estímulos (condicionado e
incondicionado)

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4. El estímulo condicionado debe preceder sin excepción a la aparición del estímulo


incondicionado.

5. El estímulo condicionado debe proporcionar una información más fiable sobre la


aparición del estímulo incondicionado que otros estímulos del ambiente.

También puede producirse algo llamado “principio de la extinción” producido cuando el


estímulo condicionado no es seguido por el estímulo incondicionado, esto disminuye la
fuerza de la respuesta condicionada, de forma que al seguirse produciendo el estímulo
condicionado sin el estímulo incondicionado, la respuesta condicionada dejará de producirse.

Klein (1994), citado por Becoña (2002, p. 95) afirma que “puede reaparecer la respuesta
condicionada tras la extinción, denominándose a este proceso de recuperación espontánea, lo
cual es un grave problema en aquellas personas que han consumido previamente drogas y las
han abandonado”.

Un ejemplo de esto aplicado al campo de las adicciones según Graña (1994), citado por
Becoña, (2002, p. 95):

Aquellos individuos que habían sido adictos a los opiáceos, a veces mostraban señales
de un síndrome de abstinencia, meses más tarde de haberse administrado la última
dosis, como lagrimeo, bostezos y rinorrea. Esto le llevó a plantear un proceso de
condicionamiento, que él llamó con el nombre de síndrome de abstinencia
condicionada. Esto implicaba que los episodios de abstinencia (respuesta
incondicionada) se habrían apareado con estímulos ambientales (estímulos
condicionados). Esto implica que la presencia de estos estímulos o el hecho de pensar
en ellos pueden provocar una respuesta condicionada de abstinencia

Así mismo, diversos estudios demuestran que distintos estímulos ambientales influyen en el
desarrollo de la tolerancia a las drogas, esta se denomina tolerancia conductual, distinta a la
disposicional y a la farmacodinámica. Esta “no sólo depende de la experiencia directa con la
droga sino también de la experiencia con las señales ambientales que están presentes en el
momento de la autoadministración de la sustancia”, Siegel (1981), citado por Becoña (2002,
p. 96).

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Este tipo de condicionamiento puede ocurrir incluso en comportamientos tan


complejos como las reacciones emocionales y la avidez de droga. La publicidad de
los productos de alcohol y tabaco generalmente tratan de asociar sus productos con
imágenes que crean una respuesta emocional positiva. Esto forma una asociación en
el cerebro entre el producto y la respuesta emocional evocada por la publicidad. A un
individuo con dependencia de sustancias le basta con ver accesorios para drogas (por
ejemplo jeringas u objetos para fumar) o exponerse a entornos en los que previamente
se utilizaron drogas, para inducir avidez de drogas y recaídas en el uso de sustancias
mediante procesos de condicionamiento clásico (OMS, 2005, p. 45).

Por ello no sorprende la cantidad de personas que consumen abusivamente de las sustancias
psicoactivas desde su adolescencia, debido al constante bombardeo por parte de los medios
audiovisuales que estimulan y promueven el consumo de sustancias.

En los pacientes adictos, un estímulo puede desencadenar el impulso de consumo sin


que el paciente sea consciente del agente causal. La falta de consciencia va siempre
ligada a una disminución del control sobre la situación y ello facilita la recaída en el
consumo (Cotominas, Roncero y Casas, 2009, p. 7).

Otro fenómeno es el de la respuesta condicionada similar, esto se ha notado cuando a sujetos


que se administraban heroína y se presentaban los mismos efectos cuando se les administraba
en su lugar solución salina. Este fenómeno ha sido muy estudiado dentro del efecto placebo,
por lo que se asume que es producto de la exposición a las drogas en circunstancias parecidas.

Por otro lado, las denominadas respuestas condicionadas, aquellas que se dan ante la ausencia
futura de un estímulo, es decir, que intenta llenar un vacío futuro “median en la tolerancia
condicionada, influyen en la querencia o deseo y en el síndrome de abstinencia” (Graña y
Carrobles (1994), citado por Becoña (2002, p.96).

Estos conceptos son los que explican por qué un consumidor sigue consumiendo, así como
un conjunto de factores ambientales e internos que interaccionan, determinan y explican por
qué hay individuos que dejan el consumo y otros que no.

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Condicionamiento operante o instrumental


En gran medida la conducta está regulada por sus consecuencias, por los efectos que tiene
en el medio, a esto se refiere el condicionamiento operante, es decir, “cualquier clase de
conducta que opera sobre, o afecta, al ambiente” (Becoña, 2002, p. 97), esta puede afectarlo
de dos maneras, ya sea añadiendo estímulos que no estaban o retirando estímulos que ya
existían en este. La diferencia entre el condicionamiento operante y el clásico radica en que
en este último el organismo no posee control sobre cuando se presenta el estímulo, mientras
que en el condicionamiento operante la conducta del organismo es la que produce el estímulo
(OMS, 2005).

La adición de estímulos se da mediante el reforzamiento positivo que es la “presentación de


una consecuencia agradable que da como resultado un aumento de la respuesta (conducta)”
(Ibídem) y el reforzamiento negativo que consiste en “la retirada de una consecuencia
desagradable que da como resultado el aumento de la respuesta (conducta)” (Ibídem)

Por otro lado, el retiro de estímulos se da a través del castigo positivo que consiste en “la
presentación de una consecuencia desagradable que da como resultado una disminución de
la respuesta (conducta)” (Ibídem) y el castigo negativo que es “la eliminación (retirada) de
una consecuencia agradable que da como resultado una disminución de la respuesta
(conducta)” (Ibídem). Siendo este mismo principio aplicable para explicar la conducta del
consumo de sustancias psicoactivas.

Plantea que la posibilidad de ocurrencia de una conducta está determinada por sus
consecuencias. Cualquier elemento que incremente la probabilidad de una conducta operante
se denomina reforzador. Las drogas representan un potente reforzador, “un evento estimular
que precede y establece la ocasión para la emisión de una respuesta que va seguida de
reforzamiento se denomina estímulo discriminativo” (Ibídem).

Diversos estudios muestran que sustancias como los opiáceos y la morfina cumplen la
función de un reforzador positivo, así mismo, funcionan como un reforzador negativo, por
los efectos displacenteras que se experimentan con la ausencia de la sustancia, por lo que el
consumidor debe administrarla de manera repetitiva para evitar los efectos adversos, que
generan así el síndrome de dependencia.

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Desde el condicionamiento operante se han derivado un gran número de técnicas de


cambio de conducta, tanto en lo que atañe a los principios básicos (reforzamiento y
castigo) como a otro amplio conjunto derivado de las mismas, como son ejemplos la
extinción, el moldeamiento, el encadenamiento, el desvanecimiento, el control de
estímulos, los contratos de contingencias, etc (Becoña, 2002, p.101).

Como consecuencia “el condicionamiento instrumental es importante en el uso y la


dependencia de sustancias, puesto que la persona tiene una respuesta operante cuando elige
adquirir y usar sustancias psicoactivas para experimentar sus efectos” (OMS, 2005, p. 46-
47). Puesto que si una persona prueba por primera vez o en un par de ocasiones una sustancia
psicoactiva y se produce en el organismo un estímulo placentero, esto reforzará la repetición
de volver a ingerirla.

Es por ello que constituye uno de los pilares fundamentales para las técnicas de modificación
de conducta y psicoterapia ya sea en el área de la psicología clínica en general o en programas
preventivos o de rehabilitación, por lo cual se reafirma su utilidad teórica y práctica.

Teoría del aprendizaje social


Esta es considerada una teoría integrativa y denominada como una de las más utilizadas en
el campo de las drogodependencias, puesto que abarca los principios del aprendizaje, la
persona y su cognición junto a elementos del ambiente en los que se desarrolla la conducta.

Para explicar el comportamiento adictivo desde la perspectiva de esta teoría es importante


señalar los elementos básicos de esta.

Según la propuesta de Bandura, la teoría cognitivo-social considera que las personas


actúan sobre el ambiente y a la vez son influidas por la forma en que lo entienden. Son
proactivas e independientes. Los procesos cognitivos y la reflexión sobre uno mismo son
cruciales para la conducta humana. Las personas no son organismos reactivos o
condicionados por el ambiente; hacen planes y predicen las consecuencias de sus
acciones. En una palabra, son agentes. (Sollod, Wilson y Monte, 2009, pp. 335)

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Aprendizaje por imitación

La teoría establece que el aprendizaje humano no solo se limita al reforzamiento y asociación.


El ser humano también aprende en gran medida a través de la observación, a través del
comportamiento de las personas y las consecuencias de tal comportamiento, de igual forma
se aprende a través de la exposición al pensamiento de otras personas tales como los medios
de comunicación que transmiten determinadas ideas. Bandura desarrolló el concepto de
aprendizaje por imitación planteado por Miller y Dollard en 1941.

En el modelamiento, el aprendiz debe: 1) prestar atención al modelo, 2) recordar lo que


vio y extraer los elementos esenciales, 3) reproducir de manera simbólica lo que aprendió
y 4) estar motivado para realizar la actividad (…) El aprendizaje por observación facilita
la adquisición de respuestas nuevas, lo cual permite al aprendiz ampliar su repertorio
conductual. El aprendizaje por observación puede conducir a la facilitación de las
respuestas, por lo que la presencia de un modelo que desempeña una acción particular
induce al observador a emitir una respuesta similar en imitación directa (Sollod et al.,
2009, p. 337).

Reforzamiento Vicario

Bandura plantea que la manifestación de una conducta aprendida mediante observación


puede depender en gran medida de las consecuencias que tenga la acción del modelo
observado y no de la experiencia directa propia, Según Morris y Maisto (2005) “nuestra
disposición a realizar actos que aprendimos por observación depende en parte de lo que le
sucede a la gente que observamos” (p. 177).

A diferencia del reforzamiento del conductismo radical, el reforzador proporciona un


incentivo para actuar y no solo es una recompensa o castigo para una acción pasada. Sin
embargo, Bandura no descarta la importancia del reforzamiento directo como un poderoso
determinante del aprendizaje, si no que su planteamiento ampliaría la visión tradicional del
reforzamiento para incluir el reforzamiento vicario (Sollod et al. 2009).

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El esquema del sí mismo y el Ambiente: determinismo recíproco

En este modelo Bandura plantea que el esquema de sí mismo son procesos interdependientes
del ambiente social y físico de la persona bastante complejos, a lo que denominó como
determinismo recíproco tríadico.

Los tres elementos que interactúan son: (P) la conciencia y el pensamiento de la persona, (C)
la conducta actual de la persona y (A) el ambiente que la rodea. En esta tríada, cada uno de
esos tres factores pueden influir y a su vez ser influidos por los otros dos. Este proceso puede
continuar conforme la conducta de la persona influye en su ambiente, el ambiente influye a
su vez en la conducta, y la conciencia y el pensamiento de la persona acerca de esas
interdependencias influye en la conducta, en el ambiente y en el cambio de expectativas
(Sollod et al. 2009, p. 338).

A su vez, existen tres clases de procesos autorregulatorios en este esquema, el primero


implica la autobservación de la calidad conductual en donde se aplican estándares evaluativos
a la conducta propia, luego los juicios de excelencia (la conducta en relación al
comportamiento de otros) y finalmente los procesos de reacción al sí mismo (como
mecanismos de autorrecompensa o autocastigo).

El sentido de Autoeficacia

Bandura (1997), citado por Sollod et al (2009), propuso que el sentido de autoeficacia o de
competencia personal está presente en diversos fenómenos conductuales, incluyendo la
eficacia de la psicoterapia, la exactitud del autoconcepto, la persistencia ante los obstáculos
y la depresión. Esta tiene cuatro fuentes, la ejecución de logros como las acciones de una
persona que conllevan al éxito o al fracaso servirán como instrucción para la planificación
de futuras acciones, el aprendizaje vicario que es el reforzamiento en base a consecuencias
de determinados comportamientos pero que no son experiencias directas, la persuasión
verbal que puede entenderse como la influencia de la opinión de un tercero sobre el
desempeño propio y el estado fisiológico como el grado de ansiedad que un individuo
experimenta y que puede influenciar su desempeño.

El sentido de autoeficacia, elevó el estatus teórico al papel de un mediador casi universal de


los fenómenos de la personalidad (Ibídem). Planteó que la creencia que una persona puede

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tener sobre la eficacia de sus habilidades y el control de estas puede influenciar en gran
medida determinados fenómenos psicológicos, desde las interacciones familiares hasta
fenómenos psicopatológicos. Por la integración de elementos que esta teoría presenta se
considera de gran utilidad teórica y práctica en el campo de las adicciones y
drogodependencia.

Schippers (1991), citado por Becoña (2002) refiere que la conducta adictiva es mediada por
cogniciones que a su vez están compuestas por expectativas sobre los efectos de consumo.
Estas cogniciones se acumulan a través de la interacción social y de las experiencias de los
efectos farmacológicos directos e indirectos de la conducta de consumo. El determinante
principal son los significados funcionales unidos a la conducta, cada administración de la
sustancia exacerba la formación del hábito por el incremento del estrés y por limitar las
opciones de conducta alternativa. La recuperación depende de la capacidad para desarrollar
habilidades de afrontamiento alternativas.

Aunque esta teoría puede aplicarse al consumo de cualquier sustancia psicoactiva, ha tenido
más utilidad en el uso y abuso del alcohol, en este caso, se asume que toda conducta de beber,
desde el consumo ocasional hasta el abusivo, se basan en los principios de aprendizaje,
cognición y tratamiento, Bandura (1969) citado por en Becoña, (2002).

Desde un punto de vista del aprendizaje social, los alcohólicos son personas que han
adquirido a través del reforzamiento diferencial y del modelado, el consumo de
alcohol como la respuesta dominante y ampliamente generalizada a la estimulación
aversiva. La atención terapéutica debería por tanto dirigirse más provechosamente a
reducir el nivel de la estimulación aversiva experimentada por los individuos y a
eliminar el alcohol como respuesta al estrés directamente o, referiblemente,
estableciendo formas alternativas de hacer frente a las situaciones. Una vez
establecidos otros medios más eficaces y recompensantes de hacer frente a las
demandas ambientales, los individuos necesitarán menos la autoanestesia contra las
experiencias de la vida diaria, Bandura (1969) citado por Becoña (2002, p. 181).

Es así como se muestra que el aprendizaje social influye en gran medida en las contingencias
de reforzamiento asociadas al consumo de alcohol. La premisa principal de esta teoría es que
el uso responsable del alcohol depende de la autorregulación cognitiva, dentro de las

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influencias directas para el inicio del consumo de alcohol están la influencia de la familia y
los iguales, la influencia de los modelos (medios de comunicación) y el desarrollo de
experiencias relacionadas con el alcohol. “El sujeto bebe en un momento concreto en función
de su pasada historia de aprendizaje social. Para la teoría del aprendizaje social son, sin
embargo, los factores cognitivos los que modulan todas las interacciones persona-ambiente”
(Becoña, 2002, p.183)

Al ser una teoría integrativa, da una explicación bastante clara de los factores que llevan a un
individuo a consumir sustancias, a la vez que deja en claro la influencia de las
particularidades de cada persona, es por ello, que es uno de los modelos más utilizados en la
elaboración de programas de prevención de consumo y drogodependencias.

Las teorías de aprendizaje representan un elemento de relevancia al momento de explicar el


consumo de sustancias y la dependencia a ellas. Así mismo, estas teorías son tomadas en
cuenta al momento de realizar planes de intervención. El condicionamiento clásico y operante
da un vistazo al consumidor como alguien que responde a determinados estímulos
(sustancias) que mediante refuerzos generan la dependencia al consumo. En cuanto al
aprendizaje social, este complementa al sujeto con otros factores como la familia, la sociedad,
medios publicitarios, etc.

Estas teorías junto con el modelo biológico demuestran que el fenómeno del consumo y la
drogodependencia es algo complejo, es por ello que puede abordarse desde diversos aspectos
de la vida del sujeto, por lo tanto, los efectos de este fenómeno recaen sobre todas las esferas
de vida de quien consume sustancias.

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de Managua y estudiantes de Psicología de la UNAN-Managua durante el período febrero-mayo, 2019.

2.3 Hipótesis
1. La principal sustancia psicoactiva que consumen los usuarios de centros de
rehabilitación en adicciones de Managua es el alcohol.
2. El nivel de riesgo por consumo de sustancias que predomina en los usuarios de
centros de rehabilitación en adicciones de Managua es el moderado.
3. Las puntuaciones de las escalas del perfil de personalidad de los usuarios de centros
de rehabilitación en adicciones de Managua no se ubican dentro de la media.
4. Las puntuaciones de las escalas del perfil de personalidad de estudiantes de psicología
de la UNAN-Managua se encuentran dentro de la media.
5. Hay diferencia entre el perfil de personalidad de usuarios de centros de rehabilitación
y el de estudiantes de psicología.

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de Managua y estudiantes de Psicología de la UNAN-Managua durante el período febrero-mayo, 2019.

CAPÍTULO III
3.1 Marco Metodológico
En este capítulo se describe la metodología, las técnicas que se utilizaron para la recolección
y procesamiento de datos, con el fin de diseñar los perfiles de personalidad de los usuarios
de centros de rehabilitación y estudiantes de psicología, así como los perfiles basados en
sustancias y la comparación de los perfiles en base a los grupos.

3.1.1 Tipo de estudio


Enfoque:

Esta investigación es de carácter Cuantitativo ya que recopiló y analizó variables que pueden
ser medidas y cuantificadas estadísticamente a través de instrumentos estandarizados y de
esta forma dar respuesta a las hipótesis de investigación que permitirán llegar a las
conclusiones pertinentes (Hernández, Fernández y Baptista, 2014).

Diseño:

El diseño de este estudio es no experimental puesto que no fue requerida la manipulación


de las variables de estudio y únicamente se recopilaron los datos en su ambiente natural
(Ibídem).

Corte temporal:

Esta investigación es de corte transversal, por lo que la recopilación de los datos se dio en
un solo momento y en el periodo establecido de febrero a mayo del 2019.

Alcance:

El alcance de este estudio es descriptivo-comparativo puesto que brindó información


detallada respecto al tema, describió sus variables con precisión y se hizo comparación entre
los dos grupos, usuarios de centros de rehabilitación y estudiantes de psicología. El alcance
descriptivo se fundamenta en el mayor detalle en las características, procesos, perfiles y otros
fenómenos que se sometan a análisis (Ibídem).

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Perfil de personalidad y consumo de sustancias psicoactivas en usuarios de Centros de Rehabilitación en Adicciones
de Managua y estudiantes de Psicología de la UNAN-Managua durante el período febrero-mayo, 2019.

3.1.2 Unidad de Análisis


El primer grupo denominado grupo A, consta de personas que se encuentran en centros de
rehabilitación por abuso de consumo de una o más sustancias en el departamento de Managua
y el segundo grupo denominado grupo B, está conformado por estudiantes de la carrera de
psicología de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua del Recinto Universitario
Rubén Darío.

Población

La población estuvo compuesta por dos grupos, el primero constó de 56 usuarios de centros
de rehabilitación del departamento de Managua: CEA, CARA, CENICSOL; y el segundo
consta de 500 de psicología de la UNAN-Managua.

Muestreo y muestra

El muestreo fue no probabilístico en base a criterios de inclusión y exclusión. Además se


previó el número necesario para la aplicación de los instrumentos. Esto se determinó al
conocer el total de la población y la mínima requerida para cumplir con las características de
la investigación.

La muestra estuvo compuesta por el total de 41 usuarios de los centros CEA, CARA y
CENICSOL de Managua, y 41 estudiantes de la carrera de Psicología de la UNAN-Managua.

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Perfil de personalidad y consumo de sustancias psicoactivas en usuarios de Centros de Rehabilitación en Adicciones
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De acuerdo a las características sociodemográficas de los participantes de este estudio; el


grupo A, se encuentra distribuido en: 15 usuarios de Centro de Especialidades en Adicciones
CEA (12 hombres y 3 mujeres), 9 de Centro de Ayuda y Rehabilitación del Alcohólico y
Adicto a otras drogas CARA (sólo hombres) y 17 de Centro Nicaragüense de Solidaridad
CENICSOL (16 hombres y 1 mujer), con escolaridad mayormente universitaria y de
procedencia capitalina. En referencia al grupo B, los estudiantes de psicología de la
Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua, Managua (UNAN-Managua) se distribuyen
en 14 hombres y 27 mujeres, de procedencia diversa, con predominio del departamento de
Managua. Y por último ambos grupos oscilan un rango de edad de los 19 hasta los 57 años.

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Managua durante el período febrero-mayo, 2019.

Tabla No. 1

Criterios de Inclusión y exclusión

Criterios de inclusión Criterios de exclusión

Usuarios de 1. Ser usuario de centros de rehabilitación en adicciones 1. No ser usuario de centros de rehabilitación en
centros de (CEA, CARA, CENICSOL). adicciones (CEA, CARA, CENICSOL).
rehabilitación 2. Usuarios iguales o mayores a 19 años de edad. 2. Usuarios menores a 19 años edad.
de Managua. 3. Estar en condiciones y tener la disposición de 3. No estar en condiciones y no tener la disposición de
participar en la investigación. participar en la investigación.

1. Estudiantes con muy bajo o nulo consumo de 1. Estudiantes con mediano o alto consumo de sustancias
Estudiantes de sustancias psicoactivas de la carrera de psicología de la psicoactivas de la carrera de psicología de la UNAN-
psicología de la UNAN-Managua. Managua.
UNAN- 2. Estudiantes iguales o mayores a 19 años edad. 2. Estudiantes menores a 19 años edad.
Managua. 3. Estudiantes matriculados en la carrera de psicología de 3. Estudiantes no matriculados en la carrera de psicología
la UNAN-Managua. de la UNAN-Managua.
4. Tener disposición a participar en la investigación. 4. No tener disposición a participar en la investigación.
5. Obtener un puntaje igual o menor a 3 en cada una de 5. Obtener un puntaje superior a 3 en cada una de las
las sustancias en ASSIST3 (con excepción en la sustancia sustancias en ASSIST3 (con excepción en la sustancia
alcohol, donde el puntaje debe ser igual o inferior a 10) alcohol, donde el puntaje es superior a 10)

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Tabla No. 2
Operacionalización de Variables
Nivel de
Variables Definición Conceptual Sub Variables Indicadores Categoría Instrumento
Medición
Tabaco
Alcohol
Cannabis No consume
No sustancias
Cocaína psicoactivas
Anfetaminas u otro
tipo de estimulantes
Inhalantes Nominal
"Sustancia que, cuando se Tranquilizantes o Prueba de detección de
ingiere, afecta a los procesos pastillas para dormir consumo de alcohol,
Sustancias Consume
mentales, p. ej., a la (Sedantes) tabaco y otras
Psicoactivas Si sustancias
cognición o a la afectividad" sustancias III (Assist3
(WHO, 1994, p. 58). Alucinógenos psicoactivas OMS).
Opiáceos
Otros
Nivel de riesgo
0-3 Puntos
bajo
Nivel de Riesgo de
4-26 Nivel de riesgo
sustancias Ordinal
Puntos medio
psicoactivas
Nivel de riesgo
27 a más
alto

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Nivel de
Variables Definición Conceptual Sub Variables Indicadores Categoría Instrumento
Medición

Tabaco
Bebidas
Alcohólicas

Cannabis

Sustancia psicoactiva con capacidad Cocaína


para producir más efectos negativos
Sustancia más Prueba de
en la vida del consumidor en áreas Estimulantes
consumida y con detección de
Sustancia diversas de su vida, familiar, mayor nivel de consumo de
de 0-39 Nominal
laboral, legal, etc., tales que lo Inhalantes riesgo para los alcohol, tabaco y
impacto
impulsan a buscar ayuda o usuarios en otras sustancias III
tratamiento a su adicción (Pérez y rehabilitación (Assist3 OMS).
Sedantes
Salinas, 2018).

Alucinógenos

Opiáceos

Otros

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Nivel de
Variables Definición Conceptual Sub Variables Indicadores Categoría Instrumento
Medición

1. Hipocondría

2. Depresión

3. Histeria
4. Desviación
psicopática

6. Paranoia
“Patrón global de rasgos
comportamentales, temperamentales, 7. Psicastenia Inventario
emocionales, mentales y de carácter, que Multifásico de
Características dan lugar a la manera única y 8.Esquizofrenia Puntuación
Intervalo Personalidad de
de Personalidad T
relativamente consistente de sentir, 9. Hipomanía Minnesota 2
pensar y comportarse” (Consuegra, 2010. (MMPI-2)
0. Introversión
p. 214).
social

Escala L
Mentira

Escala F
Incoherencia

Escala K
Corrección

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Sub Nivel de
Variables Definición Conceptual Indicadores Categoría Instrumento
Variables Medición

Usuarios de centros de rehabilitación


en Managua: Grupo A:
A
Personas identificadas en CEA, Usuarios
CARA Y CENICSOL.
Prueba de detección de
consumo de alcohol, tabaco y
Grupos Nominal
otras sustancias III (Assist3
Estudiantes de psicología UNAN- OMS).
Managua:
Personas que estudian psicología y Grupo B:
B
matriculadas en la Universidad Estudiantes
Nacional Autónoma de Nicaragua,
Managua. RURD.

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3.1.3 Instrumentos
Inventario Multifásico de Personalidad de Minnesotta 2 (MMPI 2)

El nombre original de este instrumento es MMPI®-2. Minnesota Multiphasic Personality


Inventory®-2. Cuyos autores son James N. Butcher, John R. Graham, Yossef S. Ben-Porath,
AukeTellegen, W. Grant Dahlstrom y Beverly Kaemmer. Su procedencia proviene de la
University of Minnesota Press en el 2001.

Se adaptó al español por Alejandro Ávila-Espada y Fernando Jiménez-Gómez entre 1999,


2002 y 2019. Su aplicación está indicada para uso individual o colectivo para jóvenes o
mayores y su duración se aproxima entre 60 y 90 minutos.

Este test estandarizado permite evaluar la personalidad del sujeto, describir características
psicopatológicas globales y específicas de cada persona, así como alteraciones
psicosomáticas.

Este instrumento facilitará la creación de un perfil psicológico completo en base a las escalas
de validación (Escala L mentira, Escala F coherencia y Escala K corrección), 10 escalas
clínicas (hipocondría, depresión, histeria, desviación psicópata, paranoia, psicastenia,
esquizofrenia, hipomanía, introversión social, masculinidad-feminidad) y 15 escalas
complementarias (ansiedad, miedos, obsesividad, depresión, preocupación por la salud,
pensamiento extravagante, hostilidad, cinismo, conductas antisociales, comportamiento tipo
A, baja autoestima, malestar social, problemas familiares, interferencia laboral, indicadores
negativos de trastornos (hospitalización).

Prueba de detección de consumo de alcohol, tabaco y otras sustancias (ASSIST3)

Este es un cuestionario con un tiempo de aplicación aproximado de 5 a 10 minutos. La


estructura del cuestionario es neutral y universal, de modo que puede ser comprendida y
realizada en diversos contextos.

La prueba determina grupos de sustancias como el tabaco, las bebidas alcohólicas, cannabis,
cocaína, anfetaminas, inhalantes, tranquilizantes o sedantes, alucinógenos, opiáceos y otras
drogas., además del consumo de sustancias vía inyección. De igual forma, identifica el
consumo realizado a lo largo de la vida y principalmente en los últimos tres meses.

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Este instrumento es una entrevista estructurada de 8 preguntas con respuestas específicas y


cerradas. Esta entrevista funciona como la conversación guiada y directiva entre el que aplica
ASSIST3 y la persona a la que se busca detectar su nivel de consumo (bajo, medio y alto), la
necesidad de intervención (baja, media, alta) y la sustancia de impacto, representada por la
sustancia que puntee más en un determinado usuario.

La prueba está prevista a ser administrada a aquellas personas con sospecha de consumo,
dependencia o algún otro trastorno relacionado a sustancias psicoactivas en atención primaria
en hospitales, centros de rehabilitación, clínicas privadas o como screening en algunos
sectores productivos de psicólogos.

Para la calificación de la prueba, se procede a sumar el puntaje de las 6 preguntas


correspondientes a las 10 sustancias, a excepción de la sustancia tabaco, que solo cuenta con
5. Las preguntas 1 y 8 del instrumento no poseen calificación directa, su interpretación está
dada por el conocimiento de consumo o no consumo de la sustancia (pregunta 1) o de
administración de alguna droga por vía inyección (pregunta 8).

Por último, según las sustancias que se consumen, se agrupan los puntajes en 3 rangos: bajo,
con puntuaciones de 0 a 3; medio, con puntuaciones de 4 a 26 y alto con puntuaciones de 27
a más; con excepción del Alcohol con rango bajo (0-10), medio (11-26) y alto (27 a más).
Posterior a ello, según los resultados se describe la necesidad de intervención y se deriva a la
instancia correspondiente en el caso de los rangos altos (atención secundaria u hospitalaria).

3.1.4 Procedimiento de recolección y análisis de datos


Recolección de datos

Para la recolección de datos de esta investigación se aplicaron dos instrumentos


estandarizados: La prueba de detección de consumo de alcohol, tabaco y otras sustancias
(ASSIST3) y el Inventario Multifásico de Personalidad de Minnesota (MMPI 2).

• La prueba de detección de consumo de alcohol, tabaco y otras sustancias (ASSIST3).

Se aplicaron un total de 82 entrevistas divididas en 41usuarios de centros de rehabilitación y


41estudiantes de psicología de la UNAN-Managua.

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Para la aplicación de este test se requirió impresa la hoja del cuestionario donde el
entrevistador rellenó las respuestas que brindó el entrevistado.

• Inventario Multifásico de Personalidad de Minnesota (MMPI2)

Se aplicaron un total de 82 pruebas divididas en 41 usuarios de centros de rehabilitación y


41 estudiantes de psicología de la UNAN-Managua.

Para este test se utilizó el cuadernillo de aplicación y la hoja de respuestas, las cuales se
entregaron a los sujetos, donde ellos mismos leyeron las preguntas y rellenaron los cuadros
de respuesta. Tuvieron a su disposición una silla y mesa de apoyo a razón de que la aplicación
de dicho test fue de aproximadamente de 1 hora a hora y media

Procesamiento y análisis de datos

Para el análisis de los datos recabados se utilizó el programa SPSS (Paquete Estadístico para
las Ciencias Sociales), desarrollado en la Universidad de Chicago, el cual es uno de los más
difundidos y actualmente es propiedad de IBM®.

En primera acción, se codificaron los puntajes recolectados de los instrumentos ASSIST3 y


MMPI 2 según las normativas de los manuales, y se obtuvo la información relacionada a: los
niveles de riesgo, la sustancia de impacto, las escalas de validez y las escalas clínicas del
MMPI2. Donde se tuvo como guía a la operacionalización de variables, para efectuar el
análisis con el programa estadístico SPSS.

Para el análisis se utilizó estadística descriptiva enfatizada en tres elementos: 1) las tablas de
frecuencias, para identificar niveles de riesgo y sustancias de impacto en el Grupo A, 2) la
media estadística, para la identificación de promedios en los puntajes T en escalas de validez
y escalas clínicas en los perfiles del Grupo A y B, y 3) comparación de medias de muestras
independientes por medio de la Prueba t de student, para reconocer las diferencias
estadísticamente significativas entre los dos grupos.

3.1.5 Consideraciones éticas.


La presente investigación se rigió bajo los principios éticos de los psicólogos y código de
conducta de la American Psychological Association (APA), enmiendas 2010. Por lo tanto:

67
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• En primera instancia se solicitó la autorización de los Centros de Rehabilitación en


Adicciones de Managua y del departamento de psicología de la Universidad Nacional
Autónoma de Nicaragua (UNAN-Managua), donde se brindó información precisa del
proceso investigativo que se llevó a cabo. Una vez aprobada la solicitud se proporcionó el
protocolo para su revisión por el encargado del centro antes de proceder con la aplicación
de instrumentos.
• Se redactó un consentimiento informado en donde se explica el propósito de la
investigación, la duración estimada y los procedimientos de esta, la implicación de su
participación, su derecho a rehusarse una vez haya iniciado el proceso y las consecuencias
previsibles de retirarse de este. De igual forma se garantizó la confidencialidad de su
participación, así mismo, que la información proporcionada será utilizada solo para los
fines de esta investigación.
• Se evitó ofrecer incentivos financieros o de cualquier tipo para la participación de esta
investigación cuando estos sean de forma coercitiva.
• No se presentaron consignas o medidas engañosas, las orientaciones fueron claras y
precisas.
• Tanto a los centros como a los participantes de esta investigación se les dará la oportunidad
de conocer los resultados y conclusiones de esta.
• Los datos y resultados presentados en esta investigación son fidedignos, en base a los
instrumentos utilizados.
• Una vez revelados los datos y resultados de esta investigación no se negará el acceso a
ella para su verificación por otros profesionales de la psicología, siempre garantizando la
confidencialidad de los sujetos de estudio.

68
Perfil de personalidad y consumo de sustancias psicoactivas en usuarios de Centros de Rehabilitación en Adicciones
de Managua y estudiantes de Psicología de la UNAN-Managua durante el período febrero-mayo, 2019.

CAPÍTULO IV:
4.1 Análisis y Discusión de Resultados.
En el siguiente capítulo se presentará el análisis y discusión de los resultados obtenidos de la
aplicación de los instrumentos utilizados en la investigación.

Se abordará el análisis a través de la distribución de frecuencias, media estadística,


comparación gráfica y estadística (de la cual solo se presentarán los datos significativos)
procesadas por medio de SPSS.

Por último, se desarrollará la discusión de tales resultados, integrando las teorías que pueden
ofrecer explicación a estos.

4.1.1 Análisis de resultados


A continuación, los resultados a exponer responden al objetivo de identificar las sustancias
de impacto y el nivel de riesgo a reacciones adversas por consumo del grupo A.

Figura No.1

Sustancia de impacto en el grupo A.

Sustancias de impacto

19.50%
34.10%

19.50%

22%

Tabaco Alcohol Cannabis Cocaína

La figura 1 presenta las sustancias de impacto del grupo A, cabe mencionar que esto no
implica que solo consuman tal sustancia, sino que es aquella que presenta mayor nivel de
riesgo y necesidad de intervención. Se destaca que un 34.1% consumieron sustancias
derivadas del Tabaco, específicamente cigarrillos. También se establece que el 22% del

69
Perfil de personalidad y consumo de sustancias psicoactivas en usuarios de Centros de Rehabilitación en Adicciones
de Managua y estudiantes de Psicología de la UNAN-Managua durante el período febrero-mayo, 2019.

grupo A consumieron alcohol o bebidas alcohólicas; finalmente se muestra al cannabis y


cocaína, ambos con un 19.5% de consumo.

Por los resultados obtenidos, se rechaza la hipótesis 1, designando al tabaco como la principal
sustancia psicoactiva de impacto.

A continuación, en base a estas sustancias de impacto, se muestran los niveles de riesgo


clasificados en bajo, moderado y alto, que representan cada una de las sustancias hacia el
grupo A

Figura No.2

Niveles de Riesgo en el grupo A.

Niveles de Riesgo
100%
90%
80% 73%
70%
60% 51%
%

50% 39% 41%


37% 34%
40% 29%
30% 24% 24%
17% 20%
20%
10%
Tabaco Alcohol Cannabis Cocaína
Sustancias

Nivel Bajo Nivel Moderado Nivel Alto

Respecto a la figura 2 en el primer grupo de sustancias “Tabaco” el 73% de los usuarios del
grupo A, que consumieron esta sustancia se encontraron en un nivel de riesgo moderado, lo
que significó que el actual consumo de esta sustancia representa un riesgo moderado para la
salud y puede ocasionar otros tipos de problemas.

De acuerdo a la interpretación del manual para uso en atención primaria, respecto al nivel
moderado de consumo en cualquier sustancia evaluada por el ASSIST3, de forma prolongada
puede provocar problemas en la salud y de otro tipo, como la probabilidad de dependencia a
esta sustancia. El riesgo es mayor en usuarios con un historial de problemas por abuso de
sustancias (OMS, 2011).

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Perfil de personalidad y consumo de sustancias psicoactivas en usuarios de Centros de Rehabilitación en Adicciones
de Managua y estudiantes de Psicología de la UNAN-Managua durante el período febrero-mayo, 2019.

La continuación del consumo de tabaco puede ocasionar distintos tipos de enfermedades para
los consumidores activos y los consumidores pasivos, entre ellas pulmonares (bronquitis,
pulmonía), afecciones cardíacas entre otras (NIDA, 2018).

En el segundo grupo de sustancias conformado por las bebidas alcohólicas, el 51% de los
consumidores de alcohol tuvieron un nivel de riesgo moderado, mientras que el 24% tuvieron
un nivel alto. De igual forma que con la sustancia anterior, esta presentó un riesgo moderado
para la salud y puede ocasionar otros problemas en los contextos sociales, personales,
familiares, legales y económicos.

Entre los peligros que esta sustancia pueden generar al organismo están: enfermedades del
cerebro, afectaciones en el hígado, corazón y muchos tipos de cáncer (NIDA, 2017).

A razón de la tercera sustancia de impacto, el 37% de los consumidores de cannabis tuvieron


un nivel de riesgo bajo. Esto indicó que los usuarios tienen un riesgo bajo de desarrollar
problemas o trastornos por sustancias relacionadas al cannabis, esto pese a que la sustancia
se consume ocasionalmente; dado los actuales hábitos de consumo el riesgo a desarrollar
problemas futuros es bajo (OMS, 2011).

Entre las consecuencias que esta sustancia produce se incluyen diversas afectaciones senso-
perceptivas como alteraciones de los sentidos y del tiempo, alteraciones afectivas y
afectaciones directas en el cerebro como el desarrollo del aprendizaje; aunado a esto se le ha
asociado con varios tipos de cáncer (NIDA, 2017).

En cuarta sustancia de impacto, el 41% de los consumidores de cocaína (crack) tuvieron un


nivel de riesgo moderado y en riesgo bajo el 39%. Esto indicó que los usuarios tienen un
riesgo moderado de desarrollar problemas o trastornos relacionados a la cocaína.

Por sus múltiples efectos, la cocaína puede producir a largo plazo problemas intestinales,
enfermedades degenerativas como el Parkinson, perdida de sentidos como el olfato, entre
otras, dependiente de su forma de administración (inhalada, ingerida, fumada o vía
intravenosa) (NIDA, 2010).

A razón de los resultados obtenidos, se aceptó la hipótesis 2, teniendo claro que el nivel de
riesgo del grupo A es moderado.

71
Perfil de personalidad y consumo de sustancias psicoactivas en usuarios de Centros de Rehabilitación en Adicciones
de Managua y estudiantes de Psicología de la UNAN-Managua durante el período febrero-mayo, 2019.

Respecto al segundo objetivo de la investigación, la descripción del perfil de personalidad


presente en el Grupo A presentó los siguientes resultados:

Figura No.3

Perfil de personalidad de usuarios de centros de rehabilitación en adicciones.

Perfil de personalidad de usuarios de centros de rehabilitación (CEA, CARA, CENICSOL).


Total de casos: 41.
70
65
60
Puntuación T

55
50
45
40
35
30
Desvia
Introve
Escala Escala Escala Hipoco Depresi ción Paranoi Psicast Esquiz Hipom
Histeria rsión
L F K ndría ón psicopá a enia ofrenia anía
Social
tica
Usuarios 54 61 46 58 54 52 64 59 56 62 63 52
Escalas de validez y escalas clínicas

La figura 3 presenta las puntuaciones T de las escalas de validez y escalas clínicas en el grupo
A. La interpretación por cada escala analizada se expone a continuación, destacando las
características de personalidad por escala.

Dentro de las escalas de validez, la escala L Mentira (T=54), reflejó que estas personas son
seguras de sí mismas y son capaces de aceptar algunas de sus propias fallas. Existe un
adecuado funcionamiento de los usuarios, pero poseen problemáticas en áreas específicas
como el trabajo, sexo, salud u otro aspecto particular (F Incoherencia, T=61). Y por último
la escala K Corrección (T=46) indicó que tienden a solicitar apoyo para la solución de sus
problemas emocionales, ya que sus defensas son bajas y esto podría deberse a un pensamiento
muy autocrítico o confuso sobre sí mismos.

La preocupación de los usuarios sobre algún malestar de salud o físico, fue muy pequeña o
casi nula en este grupo y puede deberse a que reflejaron ser más abiertos y realistas sobre su
condición (Hipocondría, T=58).

72
Perfil de personalidad y consumo de sustancias psicoactivas en usuarios de Centros de Rehabilitación en Adicciones
de Managua y estudiantes de Psicología de la UNAN-Managua durante el período febrero-mayo, 2019.

Además suelen estar conformes consigo mismos y son realistas con su entorno (Depresión
T= 54). Y de acuerdo a la escala Histeria (T=54) indicó que son personas realistas y es
probable que conserven un adecuado equilibrio emocional.

En cuanto a Desviación psicopática (T=64), los usuarios se vieron reflejados como personas
inmaduras y narcisistas las cuales pueden llegar a tener problemas con la ley, es muy probable
que mantengan un consumo de drogas no autorizadas. Ellos pueden experimentar problemas
con las personas que le rodean debido a que si bien muestran ser interesantes y simpáticos, a
lo largo solo es una forma de manipular a las personas y también se les complica el poder
establecer una relación cálida y profunda con las demás personas.

Estas personas tienden a disgustarse con facilidad y poseen poca confianza para expresarse,
carecen de control emocional y a la vez se les dificulta hablar de ello con otras personas,
puesto que tienden a ser esquivos y distantes (Paranoia, T=59).

De acuerdo a la escala Psicastenia (T=56), reflejó que son personas que confían en sí
mismas, que pueden organizarse y mostrarse sinceras y tranquilas.

Suelen tener una rutina poco convencional, reflejan un estilo libre esquizoide, por lo que se
mantienen distantes y se sienten diferentes de los demás. Su juicio puede estar deficiente y
poseer sentimientos de inadecuación. En ocasiones podrían perderse dentro de sus fantasías
y enfocarse en sus ensueños (Esquizofrenia, T=62).

Los usuarios suelen ser muy activos y energéticos, teniendo un amplio rango de intereses.
Pero esa energía lleva a verterse de forma inadecuada, llegando a ser impulsivos, correr
grandes riesgos y con altas posibilidades de desarrollar abusos de sustancia, principalmente
con las bebidas alcohólicas (Hipomanía, T=63).

Por último Introversión Social (T=52) mostró que mantienen alta energía, y sus actitudes
permanecen equilibradas entre la conducta introvertida y extrovertida.

De acuerdo a la descripción del perfil de personalidad del grupo A, se aceptó la hipótesis 3


de este estudio, debido a las puntuaciones de las escalas que no se encuentran en la media.

En referencia al tercer objetivo, sobre la determinación de perfiles de personalidad de acuerdo


a las sustancias de impacto de la investigación: Tabaco, Bebidas alcohólicas, Cannabis y

73
Perfil de personalidad y consumo de sustancias psicoactivas en usuarios de Centros de Rehabilitación en Adicciones
de Managua y estudiantes de Psicología de la UNAN-Managua durante el período febrero-mayo, 2019.

Cocaína. Se presentaron los siguientes resultados en el gráfico 3 y las características de


personalidad según cada escala.

Figura No.4

Perfiles de personalidad por sustancias de impacto


(Estimulantes)
70
65
60
55
50
45
40
35
30
Desviació
Hipocond n Psicasteni Esquizofr Hipomaní Introversi
Escala L Escala F Escala K Depresión Histeria Paranoia
ría psicopátic a enia a ón Social
a
Tabaco 61 56 51 54 50 50 62 51 49 53 57 50
Cocaina 47 63 43 57 53 53 66 62 59 65 70 51

Tabaco Cocaina

En estos resultados se hizo énfasis en las escalas con puntuaciones por encima de la media
para cada uno de los perfiles por sustancias de impacto, empezando por el perfil de Tabaco
donde sus consumidores reflejaron una actitud defensiva, posiblemente debido a un
pensamiento moralista o rígido (L Mentira, T=61).

Se vieron reflejados como personas inmaduras y narcisistas las cuales pueden llegar a tener
problemas con la ley, es muy posible que mantengan un consumo de drogas no autorizadas.
Ellos pueden experimentar problemas con las personas que le rodean debido a que si bien
muestran un ser interesantes y simpáticos, a lo largo solo es una forma de manipular a las
personas y también se les complica el poder establecer una relación cálida y profunda con las
demás personas (Desviación psicopática, T=62).

Mientras que la escala Paranoia (T=51) describió que estas personas tienden a resentirse con
facilidad y poseen poca confianza para expresarse, carecen de control emocional y a la vez
se les dificulta hablar sobre ello con otras personas.

74
Perfil de personalidad y consumo de sustancias psicoactivas en usuarios de Centros de Rehabilitación en Adicciones
de Managua y estudiantes de Psicología de la UNAN-Managua durante el período febrero-mayo, 2019.

En el perfil Cocaína la escala L Mentira (T=47) describió a sus consumidores como


personas que aceptan abiertamente sus fallas sociales pero en ocasiones podrían exagerarlas
por ser demasiado autocríticos y ese mismo elemento puede llevarles a tener dificultades para
adaptase a las normas sociales. Presentan problemáticas en áreas específicas como el trabajo,
sexo, salud u otro aspecto particular (F Incoherencia, T=63). Estas personas tienden a
solicitar apoyo para la solución de sus problemas emocionales, ya que sus defensas son bajas
y esto podría deberse a un pensamiento muy autocrítico o confuso sobre sí mismos (K
Corrección, T=43)

Se ven reflejados como personas inmaduras y narcisistas las cuales pueden llegar a tener
problemas con la ley, es muy posible que mantengan un consumo de drogas no autorizadas.
Ellos pueden experimentar problemas con las personas que le rodean debido a que si bien
muestran un ser interesantes y simpáticos, a lo largo solo es una forma de manipular a las
personas y también se les complica el poder establecer una relación cálida y profunda con las
demás personas (Desviación psicopática, T=66).

Paranoia (T=62) indicó que existe una predisposición paranoide, lo que implica que son
hipersensibles, mostrándose muy cautelosos, defensivos y desconfiados en las relaciones
interpersonales. Pueden optar por culpar a los demás o a su propio contexto sobre situaciones
desfavorables que experimenten por lo que suelen ser hostiles y resentidos, rechazando a los
demás e incluso a ellos mismos. Pueden manifestar condiciones de depresión, tristeza o
ansiedad.

Suelen tener un estilo de vida poco convencional, reflejan un estilo libre esquizoide, por lo
que se mantienen distantes y se sienten diferentes de los demás. Su juicio puede estar
deficiente y poseer sentimientos de inadecuación. En ocasiones podrían perderse dentro de
sus fantasías y enfocarse en sus ensueños (Esquizofrenia, T=65).

La escala Hipomanía (T=70) señaló que se les dificulta el control de los impulsos
posiblemente por el exceso de energía. Suelen tener baja tolerancia a la frustración,
presentando ciertos episodios de irritabilidad, hostilidad y estallidos agresivos.

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Perfil de personalidad y consumo de sustancias psicoactivas en usuarios de Centros de Rehabilitación en Adicciones
de Managua y estudiantes de Psicología de la UNAN-Managua durante el período febrero-mayo, 2019.

Gráfico No. 5

Perfiles de personalidad por sustancias de impacto.


(Depresoras - Perturbadoras)
70
65
60
55
50
45
40
35
30
Desviació
Hipocond Depresió n Psicasteni Esquizofr Hipomaní Introversi
Escala L Escala F Escala K Histeria Paranoia
ría n psicopátic a enia a ón Social
a
Alcohol 47 60 40 54 57 48 62 63 58 65 63 57
Cannabis 60 67 50 65 55 56 65 65 59 67 69 54

Alcohol Cannabis

En el perfil de personas que consumen Alcohol, se caracterizó por ser personas que aceptan
abiertamente sus fallas sociales pero en ocasiones podrían exagerarlas por ser demasiado
autocríticos y ese mismo elemento puede llevarles a tener dificultades para adaptase a las
normas sociales (L Mentira, T=47). Ellos poseen problemáticas en áreas específicas como
el trabajo, sexo, salud u otro aspecto particular (F Incoherencia, T=60). La escala K
Corrección (T=43) indicó que tienden a solicitar apoyo para la solución de sus problemas
emocionales, ya que sus defensas son bajas y esto podría deberse a un pensamiento muy
autocrítico o confuso sobre sí mismos.

Desviación psicopática (T=62) les reflejó como personas inmaduras y narcisistas las cuales
pueden llegar a tener problemas con la ley es muy posible que mantengan un consumo de
drogas no autorizadas. Ellos pueden experimentar problemas con las personas que le rodean
debido a que si bien muestran ser interesantes y simpáticos, probablemente solo es una forma
de manipular a las personas y también se les complica el poder establecer una relación cálida
y profunda con las demás personas.

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Perfil de personalidad y consumo de sustancias psicoactivas en usuarios de Centros de Rehabilitación en Adicciones
de Managua y estudiantes de Psicología de la UNAN-Managua durante el período febrero-mayo, 2019.

Existió una predisposición paranoide, lo que implica que son hipersensibles, mostrándose
muy cautelosos, defensivos y desconfiados en las relaciones interpersonales. Pueden optar
por culpar a los demás o a su propio contexto sobre situaciones desfavorables que
experimenten por lo que suelen ser hostiles y resentidos, rechazando a los demás e incluso a
ellos mismos. Pueden manifestar condiciones de depresión, tristeza o ansiedad (Paranoia,
T=63).

Este grupo de personas suele tener un estilo de vida poco convencional, reflejan un estilo
libre esquizoide, por lo que se mantienen distantes y se sienten diferentes de los demás. Su
juicio puede estar deficiente y poseer sentimientos de inadecuación. En ocasiones podrían
perderse dentro de sus fantasías y enfocarse en sus ensueños (Esquizofrenia, T=65).

Las características de la escala Hipomanía (T=63) les reflejó como muy activos y
energéticos, teniendo un amplio rango de intereses. Pero esa energía lleva a verterse de forma
inadecuada, llegando a ser impulsivos, correr grandes riesgo y con altas posibilidades de
desarrollar abusos de sustancia, principalmente con la bebida.

En el perfil de consumidores de Cannabis, reflejaron una actitud defensiva, posiblemente


debido a un pensamiento moralista o rígido (L Mentira, T=60). A su vez F Incoherencia
(T=67) mostró un amplio rango de complicaciones psicológicas relacionadas a la
inestabilidad emocional, estados psicóticos o neuróticos. Se muestran insatisfechos e
impredecibles, pero se están abiertos a discutir sus problemáticas.

Los usuarios tuvieron muchas preocupaciones somáticas, exageran sus síntomas físicos y
suelen estar insatisfechos. Se muestran infelices, hostiles y no responden bien a los procesos
terapéuticos, optando por la atención médica (Hipocondría, T=65).

Desviación psicopática (T=65) indicó que son personas inmaduras y narcisistas las cuales
pueden llegar a tener problemas con la ley es muy posible que mantengan un consumo de
drogas no autorizadas. Ellos pueden experimentar problemas con las personas que le rodean
debido a que si bien muestran un ser interesantes y simpáticos, a lo largo solo es una forma
de manipular a las personas y también se les complica el poder establecer una relación cálida
y profunda con las demás personas.

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Perfil de personalidad y consumo de sustancias psicoactivas en usuarios de Centros de Rehabilitación en Adicciones
de Managua y estudiantes de Psicología de la UNAN-Managua durante el período febrero-mayo, 2019.

Existe una predisposición paranoide, lo que implica que son hipersensibles, mostrándose
muy cautelosos, defensivos y desconfiados en las relaciones interpersonales. Pueden optar
por culpar a los demás o a su propio contexto sobre situaciones desfavorables que
experimenten por lo que suelen ser hostiles y resentidos, rechazando a los demás e incluso a
ellos mismos. Pueden manifestar condiciones de depresión, tristeza o ansiedad (Paranoia,
T=65).

Suelen tener un estilo de vida poco convencional, reflejan un estilo libre esquizoide, por lo
que se mantienen distantes y se sienten diferentes de los demás. Su juicio puede estar
deficiente y poseer sentimientos de inadecuación. En ocasiones podrían perderse dentro de
sus fantasías y enfocarse en sus ensueños (Esquizofrenia, T=67). En Hipomanía (T=69)
indicaron ser muy activos y energéticos, teniendo un amplio rango de intereses. Pero esa
energía lleva a verterse de forma inadecuada, llegando a ser impulsivos, correr grandes riesgo
y con altas posibilidades de desarrollar abusos de sustancia, principalmente con las bebidas
alcohólicas.

El cuarto objetivo es la descripción del perfil de personalidad de los estudiantes de psicología


de la UNAN-Managua. Se presentaron los resultados en el gráfico 4 y las características de
personalidad según cada escala.

Gráfico No.6

Perfil de personalidad de estudiantes de psicología UNAN-Managua.


Total de casos: 41.
70
65
60
Puntaje T

55
50
45
40
35
30 Desviaci
Introvers
Hipocon Depresió ón Psicasten Esquizof Hipoman
Escala L Escala F Escala K Histeria Paranoia ión
dría n psicopáti ia renia ía
Social
ca
Estudiantes 53 54 47 54 52 50 55 50 53 54 57 55

Escalas de validez y Escalas Clínicas

78
Perfil de personalidad y consumo de sustancias psicoactivas en usuarios de Centros de Rehabilitación en Adicciones
de Managua y estudiantes de Psicología de la UNAN-Managua durante el período febrero-mayo, 2019.

Respecto al perfil del grupo B la escala L Mentira (T=53) señaló que se muestran conformes
con su propia imagen. Son accesibles y poseen un buen funcionamiento de capacidades (F
Incoherencia, T=54). Estas personas tendieron a solicitar apoyo para la solución de sus
problemas emocionales, ya que sus defensas son bajas y esto podría deberse a un pensamiento
muy autocrítico o confuso sobre sí mismos (K Corrección, T=47).

La preocupación sobre algún malestar de salud o físico, fue muy pequeña o casi nula en este
grupo y puede deberse a que reflejaron ser más abiertos y realistas sobre su condición
(Hipocondría, T=54).

Respecto a la escala Depresión (T=52) solían estar conformes consigo mismos y son
realistas con su entorno. Son realistas y es probable que mantengan un adecuado equilibrio
emocional Histeria (T=50) Usualmente son responsables y personas de confianza. Son
sinceras y tenaces (Desviación psicopática, T=55).

Estas personas tendieron a resentirse con facilidad y poseen poca confianza para expresarse,
carecen de control emocional (Paranoia, T=50). Psicastenia (T= 53), estas personas confían
en sí mismas, pueden organizarse y mostrarse sinceras y tranquilas. Presentan un buen
equilibrio, usualmente están relajados y se adaptan a las adversidades del contexto
(Esquizofrenia, T=54).

Suelen ser sociables, amistosos y equilibrados con ellos y su entorno (Hipomanía, T=57).
Mantienen alta energía, y sus actitudes permanecen equilibradas entre la conducta
introvertida y extrovertida (Introversión Social, T=53).

Por los resultados obtenidos, se acepta la hipótesis 4, en la cual los estudiantes presentan
puntuaciones acordes a la media establecida por el MMPI-2.

Como último objetivo, el cual consiste en la comparación de los perfiles del grupo A y grupo
B se analizó de acuerdo a dos criterios, el criterio gráfico (interpretativo) y el criterio
estadístico. A continuación se presenta la gráfica de comparación:

79
Perfil de personalidad y consumo de sustancias psicoactivas en usuarios de Centros de Rehabilitación en Adicciones
de Managua y estudiantes de Psicología de la UNAN-Managua durante el período febrero-mayo, 2019.

Gráfico No.7.

Comparación de Perfiles de Personalidad, Usuarios en Centros de Rehabilitación y Estudiantes de


Psicología de la UNAN-Managua.
Cantidad de casos: 41 Usuarios, 41 Estudiantes.

70
65
60
Puntaje T

55
50
45
40
35
30
Desviaci
Hipocond Depresió ón Psicasten Esquizofr Hipoman Introversi
Escala L Escala F Escala K Histeria Paranoia
ría n psicopáti ia enia ía ón Social
ca
Grupo A 54 61 46 58 54 52 64 59 56 62 63 52
Grupo B 53 54 47 54 52 50 55 50 53 54 57 55
Escalas de validez y Escalas Clínicas

Grupo A Grupo B

El gráfico 5, presenta los dos perfiles comparados en cuanto a puntuación T, tanto de los
grupos A y B, a los cuales se les aplicó MMPI2.

De acuerdo a las escalas de validez, únicamente la escala F presentó diferencia (7 puntos, 61-
54). A razón de las escalas clínicas: Desviación psicopática, 9 puntos (64-55); Paranoia, 9
puntos (59-50); Esquizofrenia, 8 puntos (62-54); Hipomanía, 10 puntos (63-57). Como se
puede observar, se han presentado las diferencias significativas en cinco escalas: Escala F,
Desviación psicopática, Paranoia, Esquizofrenia e Hipomanía. Aunque ya se ha descrito en
páginas anteriores a ambos perfiles de personalidad, se procede a señalar algunas diferencias
marcadas en los manuales de interpretación utilizados en esta investigación.

Se presenta en la Tabla 3 la descripción por medio de la comparación de medias de muestras


independientes (Prueba t de Student). Cabe destacar que está diseñada a partir las similitudes
y las diferencias de dos grupos (A y B) donde se identificó que los valores no resultaron a la
suerte o el azar, sino que son consistentes y se exponen válidas y confiables (International
Business Machines Corporation, s.f.).

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Perfil de personalidad y consumo de sustancias psicoactivas en usuarios de Centros de Rehabilitación en Adicciones de Managua y estudiantes de Psicología de la UNAN-
Managua durante el período febrero-mayo, 2019.

Tabla No. 3

Comparación de muestras independientes, Prueba t (Perfiles de personalidad de usuarios y estudiantes).

95% de intervalo de
Sig. Diferencia de Diferencia de confianza de la diferencia
T gl
(bilateral) medias error estándar
Inferior Superior

Se asumen
2.532 80 .013 7.220 2.851 1.546 12.893
Escala de validez varianzas iguales
F
No se asumen
2.532 74.397 .013 7.220 2.851 1.539 12.900
varianzas iguales

Se asumen
Escala de 3.760 80 .000 8.732 2.322 4.111 13.353
varianzas iguales
Desviación
psicopática No se asumen
3.760 76.184 .000 8.732 2.322 4.107 13.356
varianzas iguales

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Perfil de personalidad y consumo de sustancias psicoactivas en usuarios de Centros de Rehabilitación en Adicciones de Managua y estudiantes de Psicología de la UNAN-
Managua durante el período febrero-mayo, 2019.

95% de intervalo de
Sig. Diferencia de Diferencia de confianza de la diferencia
T gl
(bilateral) medias error estándar

Inferior Superior

Se asumen
3.603 80 .001 9.098 2.525 4.073 14.122
Escala de varianzas iguales
Paranoia No se asumen
3.603 73.714 .001 9.098 2.525 4.066 14.129
varianzas iguales
Se asumen
2.677 80 .009 8.195 3.062 2.102 14.288
Escala de varianzas iguales

Esquizofrenia No se asumen
2.677 77.548 .009 8.195 3.062 2.099 14.291
varianzas iguales

Se asumen
2.273 80 .026 6.415 2.822 .799 12.030
Escala de varianzas iguales

Hipomanía No se asumen
2.273 75.145 .026 6.415 2.822 .794 12.036
varianzas iguales

Escalas en las cuales se obtuvieron diferencias estadísticamente significativas a razón de los resultados en MMPI2 aplicado a usuarios
de centros de rehabilitación de Managua y estudiantes de psicología de la UNAN-Managua.

82
Perfil de personalidad y consumo de sustancias psicoactivas en usuarios de Centros de Rehabilitación en Adicciones
de Managua y estudiantes de Psicología de la UNAN-Managua durante el período febrero-mayo, 2019.

De acuerdo a los resultados obtenidos por la comparación de muestras independientes


(prueba t de student) se presentó:

• La escala de validez F, T=2.532, gl=80 y α=.013, existió diferencia entre las medias
del grupo A y el grupo B de manera significativa por ser menor a .05. Esta diferencia
indicó en los estudiantes un buen funcionamiento en general a nivel psicológico,
además es abierto a la discusión de sus problemas; mientras que los usuarios
presentan problemas en un área en específico, que puede ser de trabajo, de salud, en
el área sexual, etc.
• Escala de Desviación psicopática, T=3.760, gl=80 y α=.000, existió diferencia entre
las medias del grupo A y el grupo B de manera significativa por ser menor a .05. Esto
significó que las dos muestras se pueden diferenciar por el componente de sinceridad;
por un lado los usuarios son propensos al consumo de drogas ilegales, posibles
problemas con la autoridad y responsabilidad, parte de ello es la tendencia a mostrarse
como personas interesantes con el fin de obtener algún beneficio. Por otro lado, los
estudiantes son sinceros, respetuosos y responsables.
• Escala de Paranoia, T=3.603, gl=80 y α=.001, existió diferencia entre las medias del
grupo A y el grupo B de manera significativa por ser menor a .05. Indicó que los
usuarios por lo general son irritables, reservados, cautelosos y evasivos con las
relaciones personales, características que los estudiantes comparten pero en menos
grado.
• Escala de Esquizofrenia, T=2.667, gl=80 y α=.009, existe diferencia entre las medias
del grupo A y el grupo B de manera significativa por ser menor a .05. Los estudiantes
puntuaron como adaptados y con buen equilibrio; en contraste los usuarios denotan
posibles problemas en la esfera de pensamiento con manifestaciones de fantasías y
marcados problemas afectivos.
• Escala de Hipomanía, T=2.273, gl=80 y α=.026, existe diferencia entre las medias
del grupo A y el grupo B de manera significativa por ser menor a .05. Esto hace
referencia una vez más al consumo de sustancias como resultado de las puntuaciones
de los usuarios y características de impulsividad y problemas conductuales en

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Perfil de personalidad y consumo de sustancias psicoactivas en usuarios de Centros de Rehabilitación en Adicciones
de Managua y estudiantes de Psicología de la UNAN-Managua durante el período febrero-mayo, 2019.

divergencia de los estudiantes que presentan relaciones sociales adaptativas, realistas


y equilibradas.

Para finalizar, se aceptó la hipótesis 5 de esta investigación, en la cual se afirma que hay
diferencias entre un perfil del grupo A (usuarios) y grupo B (estudiantes).

4.1.2 Discusión de resultados


En el siguiente acápite se procede a discutir los resultados, vinculados a las teorías que se
tomaron en cuenta en el marco teórico, de forma que se dé respuesta a los objetivos
específicos planteados en esta investigación. Se presentarán en el mismo orden, por lo tanto,
se discutirá en primera instancia sobre las sustancias de impacto, posteriormente los perfiles
(grupo A, por sustancia y grupo B) y finalmente la comparación de ambos perfiles (grupo A
y B).

En los resultados de sustancias de impacto se perfilan el tabaco y las bebidas alcohólicas


como las sustancias que ocupan los primeros dos lugares. Esto coincide con los resultados de
algunas investigaciones presentadas en el acápite de antecedentes, en las cuales los mayores
porcentajes de consumo son de alcohol y tabaco por ser ambas sustancias legales (Pérez y
Salinas, 2018 y Saiz, et al., 2016).

Cabe mencionar que tanto en el contexto nacional como internacional, el consumo de alcohol
y tabaco es bastante elevado (PONAL, 2013), los altos porcentajes podrían estar
principalmente ligados al hecho de que son legales, lo que permite tener fácil acceso a ellas
y en mayor medida el alcohol es acompañado de grandes campañas publicitarias. Pese a que
la adquisición de ambas sustancias es permitida a partir de la mayoría de edad, en muchos
casos se inicia desde la adolescencia e incluso la niñez.

Desde la perspectiva de aprendizaje social, la publicidad de estos productos sobre todo el


alcohol asocia el consumo con una respuesta emocional positiva, esto provoca altas
expectativas sobre los efectos del mismo por lo que las personas se enfocan más en los
resultados placenteros de la sustancia que en las acciones a realizar para llegar a ello.

A su vez, su consumo es reforzado por la interacción social con la familia y/o amigos, quienes
comparten hábitos de ingesta, como celebraciones especiales, salida de las rutinas o presión

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Perfil de personalidad y consumo de sustancias psicoactivas en usuarios de Centros de Rehabilitación en Adicciones
de Managua y estudiantes de Psicología de la UNAN-Managua durante el período febrero-mayo, 2019.

social; que luego son adquiridos como propios por el individuo a través experiencias directas
e indirectas, las cuales incitan al consumo posteriormente.

Desde la perspectiva conductual, el alcohol y el tabaco actúan como reforzadores positivos


cuando al consumirles producen sensaciones placenteras y actúan como reforzamiento
negativo cuando se produce alivio a un estado displacentero (síndrome de abstinencia). Estos
reforzadores juegan un papel muy importante en la conducta de quienes consumen sustancias,
puesto que están sometidos a un control conductual bidireccional, es decir, los efectos
placenteros del consumo de la sustancia y los efectos negativos de la ausencia de esta.

El grupo A al presentar en su mayoría un nivel de riesgo moderado tanto en alcohol como en


tabaco, tienen mayor probabilidad de generar el ciclo de necesidad hacia la sustancia. Entre
mayor sea la frecuencia de consumo, mayor es la probabilidad de generar tolerancia y a la
vez dependencia a la sustancia.

Por otro lado, la marihuana y la cocaína son las terceras sustancias de impacto según los
resultados. Cabe mencionar que el Cannabis es una droga ilegal en el contexto nicaragüense,
tanto su comercialización como su consumo; por lo que el acceso a esta sustancia puede ser
un poco más difícil en comparación con el tabaco y el alcohol, pero más sencilla en
comparación a otras sustancias ilícitas dado el porcentaje de consumo.

En el caso de la cocaína, el grupo A se refirieron específicamente al consumo de Crack como


derivado de esta, que de igual forma es una sustancia ilícita.

Para explicar el consumo de estas sustancias puede abordarse desde la teoría del modelo
biológico, dados los efectos que estas tienen sobre el organismo. Estas sustancias actúan
sobre zonas específicas del cerebro, como el caso de la vía dopaminérgica mesolímbica, que
es la encargada de producir y enviar dopamina a diversos grupos de células nerviosas en
partes delanteras del encéfalo.

Los efectos de la dopamina se pueden producir de forma distinta en dependencia del tipo de
sustancia. Sustancias como la cocaína bloquean la recaptación de la dopamina en las
terminales nerviosas, como resultado, esta se aloja en la sinapsis y es de esta forma que los
efectos de la sustancia aumentan considerablemente. Por ejemplo, la elevación de los

85
Perfil de personalidad y consumo de sustancias psicoactivas en usuarios de Centros de Rehabilitación en Adicciones
de Managua y estudiantes de Psicología de la UNAN-Managua durante el período febrero-mayo, 2019.

estímulos electroquímicos o físicos placenteros, que promueven la continuidad del consumo


(OMS, 2005).

El consumo repetido de estas sustancias provocan la llamada neuro-adaptación, cuando la


sustancia comienza a consumirse frecuentemente los efectos aumentan. Por otro lado, la
contra-adaptación debilita los efectos, provocando así tolerancia a la sustancia, por lo que se
debe aumentar las dosis de esta y así aumentar los efectos, formando de esta manera el ciclo
de consumo.

Los tipos consumo del grupo A en cuanto a la sustancia de impacto pueden variar de un
consumo abusivo (lo que genera consecuencias negativas en una o más esferas de su vida) a
una dependencia por consumo y que a la vez refleja un desacato las normas sociales. Cabe
mencionar, que las personas del grupo A con niveles de riegos moderados en cualquiera de
las sustancias de impacto tienen mayor probabilidad a desarrollar trastornos por consumo de
sustancias, entre mayor sea el tiempo y frecuencia de consumo, incrementa el nivel de riesgo
y por lo tanto la posibilidad de presentar algunos de estos trastornos.

Por otra parte las características anteriormente mencionadas en los resultados del perfil del
grupo A, evidencian una estrecha relación con los criterios de trastornos por consumo de
sustancias. Por ejemplo, el consumo prolongado de las sustancias, que a su vez les insta a
aumentar las dosis previstas, se relaciona estrechamente con la característica de personalidad
del grupo A que indica una alta predisposición a desarrollar abuso de las drogas o la
dependencia misma a su consumo.

A su vez, también se toma en cuenta el rasgo de personalidad referente a la tendencia a


desarrollar problemas en áreas específicas, tales como la familia, la salud o el trabajo, el cual
comparte similitud con uno de los criterios básicos del trastorno por consumo. Este criterio
se refiere a que el individuo se descompensa y eventualmente abandona sus actividades
ocupacionales, recreacionales y sus lazos familiares, solo con el fin de enfocarse en satisfacer
la necesidad del consumo.

Continuando con lo anterior, las personas del grupo A se reflejan a sí mismos como personas
distantes, que evitan profundizar lazos con otros a no ser que les presente un beneficio y
suelen ser desconfiados (presentado en las escalas Desviación psicopática y Paranoia). Dicha

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Perfil de personalidad y consumo de sustancias psicoactivas en usuarios de Centros de Rehabilitación en Adicciones
de Managua y estudiantes de Psicología de la UNAN-Managua durante el período febrero-mayo, 2019.

característica puede relacionarse con la facilidad que los individuos llegan a sobreponer su
necesidad de consumo por encima de su familia o personas importantes de su grupo social.
Elemento considerado por la APA (2014) como parte de criterios de relevancia en referencia
al deterioro social, puesto que el reiterado consumo no solo impide que las personas sigan
desarrollándose en su medio laboral o académico, sino también que repercuten en la esfera
interpersonal, volviéndoles personas que no tomaran en cuenta la importancia o la seguridad
de los demás cercanos a ellos, incluso aquellos que algunas vez tuvieron algún valor
sentimental, si estos se interponen con su necesidad del uso de sustancias.

Otro aspecto a tomar en cuenta en las características de las escalas clínicas del perfil de
personalidad del grupo A, es la posible presencia de alguna comorbilidad o patología dual.
Esto a razón de que también pueden observarse elementos que indiquen la presencia de otros
tipos de trastornos.

La escala desviación psicopática, con puntuaciones más altas que la media en combinación
con otras escalas como hipomanía, revelaron un grupo de características asociadas
estrechamente con el trastorno de la personalidad antisocial. Dentro de los diversos criterios
que describe el trastorno, se resaltan el incumplimiento de las normas sociales, mentiras o
estafas para provecho o placer personal, impulsividad, irritabilidad, incapacidad para
mantener un comportamiento laboral coherente y al menos tener como mínimo 18 años de
edad (APA, 2014).

Estas características se comparten en gran medida con las características encontradas en el


grupo A, partiendo desde el elemento de la edad hasta la alta predisposición a
comportamientos que entren en conflictos con las leyes establecidas con la sociedad y la
tendencia a irritarse o actuar energéticamente sin considerar las consecuencias de sus actos.

Este dato respalda la idea preconcebida en muchos contextos respecto al hecho de que las
personas que usualmente tienen una dependencia a un tipo de sustancia son o pueden
convertirse fácilmente en individuos que alteran el orden, realizan delitos como robos y
llegan al punto de cometer homicidios o agresiones con heridas de gravedad cuando ya se
han desconectado en su totalidad del sistema de las normas sociales y las leyes que dirigen
su sociedad.

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Perfil de personalidad y consumo de sustancias psicoactivas en usuarios de Centros de Rehabilitación en Adicciones
de Managua y estudiantes de Psicología de la UNAN-Managua durante el período febrero-mayo, 2019.

Sin embargo, la APA (2014) enfatiza que para el seguro diagnóstico, cuando existe la
presencia de un trastorno por consumo de sustancias es imprescindible que el trastorno de
personalidad antisocial también indique precedentes de haber iniciado desde la infancia, y en
caso de que ambos inicien en la misma edad, se les deberá diagnosticar por igual, aunque los
actos antisociales sean una consecuencia del trastorno por consumo de sustancias.

Dicho esto, con la presencia del posible trastorno por consumo de sustancias y la
predisposición al desarrollo de un trastorno de personalidad antisocial, permite considerar la
posibilidad de una patología dual, tomando en cuenta las características del grupo A y que
ya se encuentran atravesando un proceso de rehabilitación por dependencia de sustancias.

Por otra parte, se debe destacar que las personas del grupo A presentan rasgos de ser personas
desconfiadas, con tendencia a evitar las relaciones sociales y sus puntuaciones son elevadas
en la escala 8 esquizofrenia; sin embargo sus características no alcanzan a cumplir criterios
de un trastorno de personalidad esquizoide u otro de esa índole.

Es importante recalcar que el perfil por sí mismo no podría determinar o asegurar el


desarrollo de un trastorno por consumo de sustancias en caso de encontrar un perfil similar o
idéntico en un individuo fuera de este estudio, pero cuando se ha iniciado el consumo,
aumentan significativamente las posibilidades de desarrollar dicho trastorno; esto en relación
a los elementos del entorno en que el individuo se vea expuesto. Por ello, las descripciones
de estos perfiles ofrecen una aproximación criterial, por las interpretaciones de estos
instrumentos.

Con lo antes mencionado es aceptable considerar que estas características de personalidad


pueden tomarse como factores de riesgo para que un individuo pueda desarrollar la
dependencia a sustancias y que sus posibilidades pueden aumentar según el particular
contexto social. Por otra parte, tampoco puede evitarse razonar la posibilidad de que el
consumo de determinadas sustancias puedan exacerbar ciertos rasgos de personalidad
encontrados en el grupo A.

Ambos aspectos mencionados anteriormente, pueden ser abordados a través de los resultados
de los perfiles por sustancias de impacto, los cuales permiten observar las diferencias a raíz
del tipo de consumo en el individuo y los rasgos de personalidad sobresalientes en los

88
Perfil de personalidad y consumo de sustancias psicoactivas en usuarios de Centros de Rehabilitación en Adicciones
de Managua y estudiantes de Psicología de la UNAN-Managua durante el período febrero-mayo, 2019.

mismos. Los cuatro perfiles por sustancias comparten como rasgo principal la tendencia a
conductas no acordes con las normas sociales y la tendencia a desarrollar una dependencia
de consumo, lo cual mantiene sentido con su contexto actual de permanecer dentro de un
centro de rehabilitación, debido al abuso de su consumo y que a la vez este les ha ocasionado
serios inconvenientes en su desenvolvimiento dentro de la convivencia con el resto de la
sociedad.

Respecto a sus diferencias, en el caso de los consumidores de tabaco, se refleja que es el


perfil con menos rasgos alterados, y es por esas mismas características, que se presume
mantienen el consumo de esta sustancia como principal. Esto debido a que el tabaco es un
estimulante menor y sus efectos se visualizan en el estado de ánimo, la reducción del estrés,
mejora el rendimiento y aumenta la atención del individuo (OMS, 2005).

Sus efectos a corto y a largo plazo no inciden o repercuten en conductas que interfieran con
las normas sociales directamente como otras sustancias, por lo que es una sustancia que, a la
vista de su consumidor, si bien está claro de las repercusiones para sí mismo, como generarle
enfermedades severas o mortales, no será algo que realmente le genere inconvenientes para
con su entorno y así podría continuar su uso mientras se lo permita o reconozca como un
problema.

Por otra parte, al hablar de alcohol, se conoce que este tiende disminuir las funciones
cognitivas, perceptivas y motoras, de tal modo que a estas personas se les dificulta poder
pensar o racionalizar de forma coherente o incluso les lleva a tener dificultades con la
memoria llegando a la amnesia (APA, 2014). Dicho esto respecto a los consumidores de
alcohol, sus rasgos les describen como personas que no asumen sus propias responsabilidades
en su contexto, inseguras y emocionalmente inestables, es por ello que se presume eligen esta
sustancia como medio de escape o desahogo para mitigar las características anteriormente
mencionadas. Lo anterior comprende un ciclo, en el cual, el encuentro con la realidad del
usuario, después de los efectos, promueve continuar el consumo.

Respecto al perfil por consumo de cannabis, uno de los primeros rasgos a destacar es que
estos puntuaron el nivel más alto entre los cuatro en la tendencia a tener muchas
preocupaciones sobre afectaciones médicas o dolencias. Lo que podría coincidir con su

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de Managua y estudiantes de Psicología de la UNAN-Managua durante el período febrero-mayo, 2019.

preferencia a dicha sustancia, la cual es sujeta a muchos debates a nivel mundial por ser
considerada una panacea para diversas dolencias y afectaciones crónicas.

Sin embargo esto no podría ser todo respecto a la relación de personalidad y consumo de
sustancias psicoactivas, porque si bien hasta ahora se han referido a los rasgos de
personalidad como precursores de ciertos hábitos del consumo, también puede suceder que
algunos de los resultados de los perfiles del grupo este directamente ligado a la constante
exposición a ciertas sustancias como el cannabis o la cocaína, que con el tiempo son capaces
de incidir en la atenuación de ciertas características de la personalidad.

Por ejemplo, los perfiles de cannabis y cocaína comparten haber obtenido una marcada
elevación en las características de la manía. Lo cual se refiere a la elevada energía,
irritabilidad o agresividad y que podrían ser rasgos que han sido estimulados o exacerbados
por los efectos de ambas sustancias en el sistema nervioso y su incidencia en la conducta
manifiesta.

Al abordar estos perfiles desde su clasificación depresora, estimulante y perturbadora se


visualiza una similitud entre las características de personalidad entre cocaína (estimulante) y
cannabis (perturbadora) como personas que se irritan con bastante facilidad, impulsivos y
son enérgicos. Es importante tomar en cuenta que en los resultados de cada una de las escalas
se encuentra una notable similitud entre la sustancia cocaína (estimulante) y alcohol
(depresora), en la descripción de los rangos con excepción de la escala Hipomanía. Por
último, entre las cuatro sustancias, el perfil con diferencia evidente entre todos es el tabaco
(estimulante), debido a que es el perfil más cercano a las puntuaciones promedio de las
escalas clínicas.

En referencia al perfil de personalidad del grupo B, dadas sus particularidades


sociodemográficas, el resultado es esperable, puesto que sus características siempre
reflejaron puntajes dentro de la media establecida por el MMPI2. Esto va acorde con su
profesión, que requiere un adecuado nivel de adaptabilidad, por ende es congruente con el
contexto al que pertenecen y son capaces de desempeñarse apropiadamente. Con esto no se
niega la posibilidad de que en un futuro, esta población no desarrolle una posible dependencia
a un tipo de consumo de sustancia específica o características de personalidad desadaptativas.

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En los resultados de comparación gráfica y estadística entre el perfil de personalidad del


grupo A y el grupo B, es notoria la diferencia en las escalas F (incoherencia), Desviación
psicopática, Paranoia, Esquizofrenia e Hipomanía.

La caracterización del grupo A en cuanto a su capacidad de adaptarse se explica por sus


problemas en las relaciones personales y la autoridad, así como las razones por las cuales les
agrada estar solos y preferir el consumo de sustancias. Por ello, sus motivaciones son
distintas, su forma de pensar se enfoca en conseguir algún beneficio por sus acciones,
generalmente impulsivas. Además son influenciados inherentemente por los efectos de su
consumo a nivel biológico y que por cultura la sociedad entiende cuán posible es el peligro
que pueden representar para ellos (Butcher, 2001).

Las diferencias expresadas en estos perfiles se presentan debido a múltiples causas. Primero,
probablemente las personas del grupo A se han desarrollado en ambientes que promueven
hábitos de consumo por encima de otras actividades o acciones más saludables, mientras que
el grupo B ha estado expuestos a elementos que se esfuerzan en orientarles profesionalmente
a pesar de la presencia de propagandas o estímulos de consumo. Los distintos ambientes en
relación a pensamientos y conductas son interdependientes, lo que influye de diversas
maneras y con distintos objetivos; a ellos es probable que les motive a consumir o dejar de
consumir, a los estudiantes les motivan otros propósitos que no recaigan en acciones dañinas
para sí mismos o la sociedad.

Segundo, estas diferencias podrían ser el resultado de distintos modelos o mensajes por
cualquier medio (publicidad, familia, trabajo, etc.) en el pasado, lo que provocó que las
personas del grupo A aprendieran observando a consumir por primera vez y prolongar el
consumo hasta el punto de convertirse en consumidores abusivos y que provocara el
relacionamiento empobrecido. Y en contraste, los estudiantes quizás no estuvieron expuestos
a esos modelos o que por sentido de autoeficacia, si lo hanestado pero no siguen ese patrón
de conducta y por lo tanto no presentan esas características de personalidad.

Tercero, la diferencia de los perfiles del grupo A y B probablemente significa que los
primeros manifestaron conductas aprendidas sobre el consumo debido a las consecuencias,
como el reforzamiento vicario. De igual forma, los efectos placenteros de las sustancias

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Perfil de personalidad y consumo de sustancias psicoactivas en usuarios de Centros de Rehabilitación en Adicciones
de Managua y estudiantes de Psicología de la UNAN-Managua durante el período febrero-mayo, 2019.

depresoras, perturbadoras o estimulantes son más importantes que el consumo y en


divergencia, los estudiantes han notado los efectos negativos más que positivos.

Y por último, como aspecto general, las diferencias de personalidad se podrían relacionar
con el propio consumo de drogas, por los mecanismos de acción y sus efectos, pero también
por los cambios continuos del ambiente con las que ambos grupos interactúan. Los dos
grupos (A y B) inmersos en un ambiente, actúan en función del mismo, tanto en consumo
como en características de personalidad.

Por lo antes mencionado, se entiende que las diferencias son coherentes con las teorías de
personalidad analítico-factoriales, porque la teoría busca generalizar los resultados por medio
de datos de elementos de vida cotidiana como estos dos grupos y su desarrollo. Cabe
mencionar, que se entiende que los grupos son distintos en características de personalidad
pero ahora es posible determinar cuáles son esos aspectos.

Para terminar, estos resultados están vinculados con otros hallazgos de las investigaciones
que la anteceden, sea por correlaciones, comparación de muestras independientes, ANOVA
u otros dispositivos de análisis estadístico; en su mayoría presentan significación estadística
para afirmar que si hay diferencia de personalidad entre un grupo y otro (Saiz, 2016;
González, 2015 y Gantiva, 2011).

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CAPÍTULO V
5.1 Conclusiones
A continuación se presentan las conclusiones de esta investigación de acuerdo a los
resultados más relevantes:

1. La principal sustancia de impacto en el Grupo A es el tabaco, con un nivel riesgo


moderado, seguido por alcohol con riesgo moderado, cannabis con riesgo bajo y cocaína con
riesgo moderado.

2. El perfil de personalidad del Grupo A describe dificultades en el control de sus emociones,


conflictos en la formación lazos de afectivos, tendencia a no seguir las normas sociales y a
desarrollar dependencia a sustancias no autorizadas.

3. Los perfiles por sustancias de impacto del Grupo A determina que en el perfil tabaco son
más confiados en sí mismos, en el perfil alcohol son excesivamente desconfiados con los
demás, en el perfil cannabis se presenta predisposición paranoide y susceptibilidad a las
somatizaciones, y en el perfil cocaína (crack) suelen detonar en episodios agresivos.

4. El perfil de personalidad del Grupo B describe personas responsables, sociables y con


buena capacidad de adaptación.

5. Se presenta diferencia significativa en la comparación estadística entre ambos perfiles,


donde el Grupo A obtuvieron puntajes más altos frente al Grupo B que se ubicaron en la
media.

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5.2 Recomendaciones
A los Centros de Rehabilitación:

• Tomar en cuenta las características de personalidad sobresalientes del Grupo A, como los
conflictos con la autoridad y dificultades en el establecimiento de relaciones de cualquier
índole, para emprender tratamientos concretos que puedan ayudarles a adaptarse al contexto.
• Tomar en cuenta las características de personalidad de los perfiles por sustancia de impacto
del Grupo A. Los pertenecientes al perfil por tabaco, requieren mejoramiento de las
relaciones interpersonales, comunicación asertiva y el manejo de las emociones. En el caso
del perfil por alcohol el proceso puede dirigirse hacia el trabajo de la autoestima, motivación,
entrenamiento de habilidades sociales y afrontamiento. Respecto a los del perfil por cannabis
y perfil por cocaína necesitan terapias dirigidas al manejo de la ansiedad, control de impulsos
y también habilidades de afrontamiento.
• A los miembros del equipo de los centros, como así también a los familiares y amigos del
Grupo A, se les insta a permanecer perseverantes, comprensivos y firmes en el apoyo
constante, afectivo e incondicional que requieren los usuarios de estos distintos centros
participantes.
A los participantes:
• A los usuarios de CARA, CEA y CENICSOL se les recomienda continuar con su
compromiso terapéutico y mantener comunicación efectiva con sus responsables.
• A los estudiantes de psicología de la UNAN-Managua se les recomienda continuar
promoviendo estilos de vida saludables, tanto física como mentalmente para la potenciación
de todas sus capacidades.
A las futuras investigaciones:
• Efectuar el análisis de las demás escalas que ofrece el MMPI-2 (complementarias y de
contenido) y ampliar el número de participantes de los dos grupos de muestra (Grupo A y
Grupo B) con el objetivo de enriquecer los resultados y ofrecer una mirada íntegra de los
grupos de muestra en esta investigación.
• Realizar estudios de alcance correlacional, para ampliar los resultados y poder explorar más
información sobre este fenómeno.

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