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El Derecho Ambiental nace con vocación preventiva y reparadora, como una herramienta
encaminada a contribuir a alcanzar una vida mejor, una mejor calidad de vida dentro de las
complejas estructuras sociales. Se ha caracterizado incluso como un derecho de tercera
generación, puesto que ha nacido mucho después que los derechos civiles, políticos,
económicos, sociales y culturales.
Hay quienes afirman que el Derecho Ambiental es consecuencia de la necesidad que tiene el
hombre de proteger su entorno por el mero afán de supervivencia. Otro de los aspectos clave
que trata de controlar la legislación en materia de medio ambiente es el adecuado uso de los
recursos.
Recursos no renovables: se dispone de una cantidad limitada, por lo que son susceptibles de
ser agotados.
Existe un tercer grupo a caballo entre los dos anteriores que estaría formado por aquellos
recursos que, teniendo la capacidad de reproducirse, son consumidos por el hombre a un
ritmo mayor que su tasa de regeneración, por lo que, a pesar de su capacidad regenerativa,
acaban por agotarse.
A la vista de este problema, y dado que solo una parte de los recursos de la naturaleza son de
carácter renovable, es fácil concluir que se requiere de una base jurídica o normativa que
establezca un control sobre la explotación de los mismos a fin de evitar una situación que sería
irreversible.
Marco conceptual
Según la Real Academia de la Lengua Española (RAE), se define medio ambiente como: “El
conjunto de circunstancias exteriores a un ser vivo”.
Por otra parte, es fácil apreciar que las palabras medio y ambiente son sinónimas, es decir, se
trata de una reiteración. Este hecho ha sido tratado por diversos autores y recogido en la
jurisprudencia del Tribunal Constitucional español.
De esta forma, la Sentencia 64/82, de 4 de noviembre de 1982, afirma que: “En el caso del
medio ambiente, que gramaticalmente comienza con una redundancia y que, en el lenguaje
forense, ha de calificarse como un concepto jurídico indeterminado con un talante
pluridimensional y, por tanto, interdisciplinar (…).”
Es un concepto ligado al ser humano, ya que la protección del medio ambiente tiene por
finalidad la protección del hombre y su supervivencia como especie.
Preventivo. El carácter preventivo hace referencia a que, si bien el Derecho Ambiental dispone
de un sistema que sanciona a todo aquel que incumpla las normas en última instancia, sus
objetivos son fundamentalmente preventivos. El dispositivo sancionador no merma, por tanto,
el carácter preventivo de la regulación ambiental. Se enfoca la represión a posteriori como una
técnica para disuadir la producción de los supuestos que darán lugar a una sanción.
Carácter de sustrato físico impreciso y base técnica. El carácter de sustrato físico impreciso
hace referencia al ámbito espacial en el que tienen lugar los problemas ambientales. Desde el
punto de vista del jurista, el marco en el que se desarrollan los procesos que son objeto de
control por parte del Derecho Ambiental es, en ocasiones, impreciso. Así, el ámbito espacial
donde tienen lugar los procesos de emisión, inmisión, vertido y transporte no se encuentra,
muchas veces, suficientemente definido (desde el punto de vista legal). Por esto, el Derecho
Ambiental tiene también una importante base técnica, ya que incluye descripciones
rigurosamente técnicas que pueden determinar, por ejemplo, la cantidad de vertido, el caudal,
la altura de una chimenea, las características que debe tener un motor, etc.
Colectivo y con distribución equitativa del costo. La distribución equitativa de los costes
ambientales tiene que ver con uno de las principales características del Derecho Ambiental,
que no es otra que intentar conseguir que aquellos que utilizan y degradan los recursos con
fines lucrativos sean los que carguen con los gastos asociados a evitar la contaminación,
reparar y/o indemnizar los daños ambientales causados (quien contamina paga).
Transfronterizo. Los problemas ambientales, en muchos casos, pueden rebasar las fronteras
de regiones, Estados y continentes. En el sistema natural, los diferentes elementos, fenómenos
y procesos no admiten límites administrativos. En este sentido, es evidente que existen
recursos cuya conservación no puede alcanzarse de otra forma que no sea una acción
internacional consensuada, debidamente articulada y referenciada, en la cual cada Estado
asuma su parte de responsabilidad en la actuación común.
Legislación internacional.
Legislación comunitaria.
Legislación estatal.
Legislación autonómica.
Legislación municipal.
Complejo. Todo ello provoca que la legislación medioambiental presente una complejidad
elevada, lo cual se muestra como un inconveniente a la hora de aplicar de un modo exhaustivo
la ley. Además, en determinadas ocasiones, la legislación ambiental es de carácter general y es
muy específica en otras, lo que añade complejidad a su aplicación.
La protección del medio ambiente ya no se entiende como un lujo o un capricho, sino que se
ha convertido en una de las claves para asegurar el desarrollo futuro y la permanencia de la
sociedad. Se trata de proteger un bien común ligado indisolublemente a la supervivencia y al
desarrollo de la humanidad a medio y largo plazo. Además, se constituye como una demanda
social por sus vínculos en cuanto a derechos individuales, como la salud y la calidad de vida. De
esta forma, el elemento medioambiental se ha convertido en un denominador común en
políticas de temas que, a primera vista, podrían parecer ajenos a la protección ambiental.
Tutela sanitaria. La relación entre la protección de la salud y la protección del medio ambiente
es evidente. Ya en el siglo XIX existían evidencias científicas de las repercusiones que para la
salud pública tenía el surgimiento de grandes aglomeraciones industriales carentes de
saneamiento y aprovisionamiento de agua potable. Esto desembocó en epidemias que
pusieron en peligro no solo a la clase trabajadora con menos recursos y más expuesta, sino
también a los miembros de las burguesías urbanas que habían impulsado el proceso
industrializador.
Política industrial. El Derecho Ambiental pretende controlar, entre otras actividades, aquellas
de carácter industrial. Estas intervenciones se basan en los principios de prevención y de quien
contamina paga.
Reenvío a la legislación administrativa. Los dogmas y principios empleados para juzgar por la
vía penal un daño al medio ambiente se encuentran, en la mayoría de los casos, incluidos en la
legislación administrativa. Esto no puede ser, en principio, de otro modo puesto que si no
habría que introducir en el Código Penal centenares de páginas. Sin embargo, esto trasciende a
la necesidad del juez penal, de preparación para tener una mínima base científica de
conocimientos.
Inseguridad en cuanto a la cadena causal. No es fácil acreditar la autoría, sobre todo si existen
varios focos. Esto podría ocurrir en una zona industrial donde confluyen varias instalaciones en
un mismo territorio, una bahía por la que transitan barcos habitualmente o un río al que
vierten varias empresas.