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Europarlamentario Miguel Urbán:

“Una presidenta que declara la guerra


a su pueblo merece terminar en el
basurero de la historia…”

Ricardo Gadea Acosta

Madrileño, de 43 años de edad, forma parte del Parlamento Europeo desde 2015.
Pertenece al Grupo de la Izquierda Europea ( The Left). Coordinador de la Izquierda
Europea en la Comisión de Desarrollo y la Subcomisión de Derechos Humanos.
Miguel llegó a Lima el 18 de junio último, en representación de la Sub – Comisión de
Derechos Humanos del Parlamento Europeo, con el propósito de conocer in situ los
graves casos de violaciones de Derechos Humanos cometidos por el gobierno de Dina
Boluarte.
Licenciado de Historia. Comenzó sus actividades políticas como activista estudiantil en
el movimiento alter globalizador, contra la guerra, por una vivienda digna y en las
históricas jornadas del 15M. Militó inicialmente en Espacio Alternativo. Líder de
Anticapitalistas en España. Uno de los fundadores e impulsores de Podemos. Fue de
sus principales dirigentes hasta 2020.
Escritor y polemista político, ha publicado, entre otros: El viejo fascismo y la nueva
derecha radical (2014); Disparen a los refugiados. La construcción de la Europa
fortaleza (2016); La emergencia de Vox. Apuntes para combatir a la extrema derecha
española (2019).

1. ¿Cómo se ve al gobierno de Dina Boluarte en Europa? ¿El


Parlamento Europeo ha adoptado alguna resolución respecto a las
violaciones de DDHH en Perú?
Es un placer responderte a las preguntas de MARKA. Creo importante precisar
la diferencia entre Europa y la Unión Europea, no son lo mismo. En Europa lo
primero ha sido desmontar la imagen que llegó sobre la destitución y
encarcelamiento de Pedro Castillo. Las noticias siempre hablaron de un golpe
de estado al estilo fujimorista por parte de Castillo, lo que generó mucha
confusión entre la izquierda y dificultó, en algunos sectores hasta ahora, tomar
una actitud más beligerante ante el gobierno de Boluarte.
Por supuesto que las instituciones de la Unión Europea han cerrado filas con el
nuevo régimen. Les interesa salvaguardar las relaciones comerciales y los
intereses económicos, principalmente de las multinacionales europeas. Han

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apoyado en todo momento a Boluarte, con más o menos entusiasmo, le han
dado una necesaria cobertura internacional.
Una muestra de ello fue cuando Boluarte empezó a reprimir violentamente, a
fines de diciembre e inicios de este año. Planteamos una pregunta
parlamentaria a la Comisión sobre la activación de la cláusula de Derechos
Humanos en el acuerdo comercial con Perú, según la cual, en caso de
incumplimiento, se podría suspender temporalmente el tratado. Pues bien, la
respuesta fue que se valoraría proporcionalmente el grado de violación de
derechos para analizar si era necesario tomar medidas proporcionales en el
plano comercial.
En otras palabras, para la Comisión Europea violar los Derechos
Humanos un poquito (decenas de muertos), no es tan grave si las
relaciones comerciales dependen de ello. El Vicepresidente de la Comisión
Europea y Alto Representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de
Seguridad, Josep Borrell, siempre ha hablado indirectamente de un intento de
golpe por parte de Castillo, para acto seguido, reconocer a Dina Boluarte como
legítima presidenta. También ha aprovechado para “ condenar la violencia” del
pueblo peruano en sus movilizaciones, sin mencionar la represión policial al
referirse a las masacres.
Ésta es la Europa del capital, la que prioriza políticas económicas neo-
coloniales y extractivistas que hipotecan el Sur Global para mantener
el nivel de vida en el norte. La Europa para la que decenas de muertos,
heridos y represaliados no son suficientes, porque los acuerdos
comerciales están por encima de las violaciones de Derechos
Humanos.
2) ¿Qué iniciativas de solidaridad con el pueblo peruano ha adoptado
la izquierda en el seno del Parlamento Europeo?
Desde la izquierda en el Parlamento Europeo hemos impulsado diferentes
iniciativas parlamentarias de solidaridad, con preguntas parlamentarias, cartas a
las autoridades europeas como forma de presión, actos de denuncia de la
situación, así como una delegación de nuestro grupo estuvo presente en Lima
en febrero. Estas actividades han generado una airada respuesta diplomática
del gobierno de Boluarte, demostrando que han tenido un cierto impacto.
Porque también existe la Europa de los pueblos y la solidaridad, la Europa de
los de abajo, que alza su voz y, en nuestro caso, junto a los colectivos de
peruanos y peruanas organizados tanto en el Estado español como en Bélgica.
Junto a ellos nos hemos manifestado en repudio y rechazo a Boluarte y todo lo
que representa, para denunciar la hipocresía de la Europa del capital y sus
instituciones.
En eso seguimos trabajando para dar a conocer la situación, solidarizarnos,
apoyar y acompañar a los pueblos del Perú en su propia emancipación. Una
victoria de estas movilizaciones y de la presión política es que el gobierno
español tuvo que prohibir la venta de material antidisturbios para las fuerzas
policiales peruanas.

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3. ¿Cuál ha sido el propósito de tu viaje al Perú? ¿Qué actividades
has realizado?
He visitado Perú como parte del compromiso político con la comunidad peruana
en Madrid, para conocer y denunciar sobre el terreno la represión del régimen
de Boluarte contra su pueblo. También he querido cumplir con la demanda de
los representantes de la izquierda peruana que han visitado Europa en los
últimos meses.
Hemos estado en Lima, Arequipa y Juliaca de la mano de los movimientos
sociales, sindicatos, partidos de izquierdas y organizaciones populares con las
que compartimos este mismo objetivo de denuncia y búsqueda de justicia y
reparación. Hemos hablado con todos sobre el autoritarismo gubernamental
que enfrentan, los retos y el futuro deseado, la represión que han sufrido y su
historia de lucha.
En Lima hemos ido a Ventanilla, con las asociaciones de pescadores, siendo
testigos del ecocidio responsabilidad de la multinacional española Repsol y
cómo sus crímenes se mantienen impunes ante su inmenso poder económico y
el servilismo del gobierno de Boluarte. Nuestro propósito es intentar que el
Parlamento Europeo no se olvide que una empresa europea es responsable de
uno de los mayores desastres medioambientales del Perú, no sólo ha destruido
el ecosistema marino circundante, sino que ha afectado la vida de cientos de
familias de pescadores artesanales.
Somos conscientes de que las movilizaciones que comenzaron el 7 de diciembre
último son consecuencia de una larga historia de exclusión racista y de un
sistema profundamente desigual. La élite limeña nunca reconoció el triunfo de
Pedro Castillo en las últimas elecciones y la derecha nunca le perdonó, ni a él ni
a los sectores populares, haber planteado la necesidad de abandonar el
neoliberalismo e incluso un proceso constituyente. Los sectores populares
enfrentan una nueva ofensiva del poder económico y político peruano contra
los de abajo, una suerte de restitución y blindaje del status quo que beneficia a
los de arriba.
En mi visita, en cada lugar he visto y conocido a gente aguerrida y luchadora,
con la dignidad por bandera. En esta lucha se encuentran las reservas
democráticas y las semillas de cambio en Perú. Y es en este proceso donde se
conformará una dirección y un programa político no solo para derrotar al
régimen de Boluarte sino para transformar definitivamente el país.
4. ¿Qué impresión te llevas de tu encuentro con las familias de las
víctimas en Juliaca?
No se puede entender cómo tantas familias han perdido a sus hijos, padres o
hermanos y que haya centenares de personas mutiladas y heridas a balazos,
solo por ejercer un derecho tan básico para cualquier democracia como es la
legítima protesta. Sin garantías para ejercer el derecho a la protesta, no hay
democracia en ningún país. En Perú hay una crisis de democracia que salta a la
vista.

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Ante esta situación y tal como lo exigen las familias, lo primero es el acceso a la
justicia y acabar con la impunidad. Sin justicia y reparación tampoco hay
democracia. La matanza de Juliaca no solamente la ejecutaron quiénes
dispararon contra los manifestantes, también quiénes dieron las órdenes, ellos
son los responsables políticos e intelectuales de los asesinatos. Esto es básico
para cualquier democracia y para construir futuro. De hecho, muchos de los
asesinatos se produjeron al margen del espacio de la protesta, en mercados y
calles aledañas, la represión fue totalmente indiscriminada.
Hace poco Dina Boluarte ha dicho que si hay nuevas movilizaciones habrá más
muertos, lo cual es una amenaza en toda regla. Una presidenta que amenaza
con la represión y la muerte a su propio pueblo solo expone su debilidad y su
ilegitimidad. Lo digo claro, una presidenta que le declara la guerra a su
pueblo solo merece terminar en el basurero de la historia, que es
donde esperamos que la lleven los pueblos del Perú.
Ante las amenazas de Boluarte y viendo lo que ha sido capaz de hacer hasta
ahora con total impunidad, estaremos atentos desde el Parlamento Europeo, en
concreto, desde el grupo de la izquierda, de cara a las próximas movilizaciones
convocadas para este mes de julio. Levantaremos la voz, pediremos medidas
concretas desde Europa, sabiendo que solo las clases populares peruanas
pueden y deben decidir sobre su presente y su futuro. Nuestra intención es
acompañarlas solidariamente en su lucha, lo más peligroso para los poderosos
es que las victorias populares suelen ser contagiosas.
5. ¿Qué piensas del papel que cumple la izquierda peruana en esta
crisis?
Mi percepción sobre la izquierda popular de los movimientos sociales,
sindicatos, organizaciones de base, es de mucho potencial. Tenemos una
rebelión popular liderada por los quechuas y aymaras del Perú en desafío
directo al poder racista y oligárquico en Lima, más el movimiento estudiantil, la
clase trabajadora de ciudades costeñas, los grandes sindicatos, organizaciones
de base indígena-campesina, feministas y otras, todas con un horizonte
compartido de ruptura con el neoliberalismo y en clave defensiva ante esta
deriva autoritaria de la extrema derecha peruana. Todo este tejido diverso,
dinámico y en rebelión, aún está madurando sus formas de articulación a nivel
país y su capacidad estratégica para impulsar cambios. He visto, con
muchísimas esperanzas, que ha empezado a dar pasos importantes en esa
dirección.
Por otra parte, el devenir de los acontecimientos ha puesto a la izquierda
institucional frente a un espejo y ha puesto a prueba su olfato popular, por
llamarlo de alguna manera. En esta rebelión han sido los sectores populares
organizados los que han dado el salto de reivindicaciones socioeconómicas a
reivindicaciones políticas en un proceso de politización importante, sin necesitar
ni mediar partido político alguno. De hecho, la consigna “ que se vayan todos”
es representativa de ese sentir popular.
La izquierda institucional tiene que preguntarse si está siendo una herramienta
útil a este proceso, a este estallido que viene desde abajo, donde cada día son

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más los sectores que se suman a las demandas democráticas, la convocatoria
de elecciones anticipadas, la salida de Boluarte, la recuperación del estado de
derecho.
Mi percepción es que las protestas han incidido en una toma de conciencia
popular y una demanda en clave constituyente. La indignación ante las
continuas masacres del régimen de Boluarte contra el pueblo ha sido y sigue
siendo un gran catalizador de la rebelión popular en todo el país.
6. En Perú observamos con mucha preocupación el fortalecimiento
de la derecha y la extrema derecha en Europa. ¿Qué está pasando?
¿Hacia dónde va Europa?
Hay una ola reaccionaria y conservadora que recorre Europa e incluso el
mundo. No cabe entender la expansión de esta ola reaccionaria global sin una
crisis de la gobernanza neoliberal, especialmente a partir del 2008, expresada
en importantes “polarizaciones” y terremotos electorales que han quebrado los
campos políticos tradicionales y desde cuyas grietas se han construido los
éxitos electorales de la extrema derecha. A esto se suma el profundo proceso
de desafección al sistema de representación, que ha generado un caldo de
cultivo para el voto antiestablishment en su sentido más conservador y
reaccionario.
No debemos circunscribir el éxito de la extrema derecha al campo electoral.
Debemos reconocer que ha generado un discurso vertebrador y unificador
capaz de marcar la agenda y permear los discursos y políticas de los grandes
partidos, tanto conservadores como socioliberales. Si bien hay diferencias entre
las distintas corrientes de extrema derecha institucional, desde
Reagrupamiento Nacional en Francia, Amanecer Dorado en Grecia,
Jobbik en Hungría o el propio Vox en España, en Europa la ultraderecha del
siglo XXI mantiene en su cosmología y acervo común aspectos que la hacen
socialmente atractiva. Su crecimiento en este campo está favorecido por la
política reformista sin reformas de gran calado, la institucionalización de la
izquierda y la desmovilización de focos de resistencia y organización popular.
Aquí, Chile sería un magnífico ejemplo de un reformismo sin reformas
Las experiencias locales de los nuevos progresismos han vendido la idea del
mal menor frente a un bloque reaccionario. No han sido capaces de cambiar las
condiciones sociales de fondo que explican el ascenso de la extrema derecha.
Por ejemplo, en España, el contexto de pacificación social defendido desde
sectores progresistas no parece ser el mejor para una re movilización desde la
izquierda, por lo que la capacidad para desbordar en el previsible cambio de
ciclo, será complicada. Esto es un riesgo porque nos encontramos ante un
contexto de pérdidas y ataques continuos en materia de derechos y libertades.
Frente a los discursos y análisis que identifican el ascenso de estas fuerzas
como una anomalía, deberíamos concluir precisamente lo contrario: se trata
más bien de una derivación lógica del momento de crisis sistémica en el que
nos encontramos con la emergencia de un neoliberalismo cada vez más
autoritario. Las bases del ascenso autoritario no se sostienen en el vacío, se

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fundamentan en las políticas económicas y sociales de corte neoliberal
implementadas en las últimas décadas.
Un análisis adecuado del ascenso de las derechas en Europa nos permite
también una mejor comprensión de nuestras tareas políticas. Es necesaria
una izquierda con un proyecto político autónomo en defensa de los
derechos sociales fundamentales que la extrema derecha amenaza.

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