Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
MÓDULO 1
SEMA
NA 1
MÓDU
LO 1
Derecho concursal
0
SEMANA 1
MÓDULO 1
Unidad 5: El síndico
2
SEMANA 1
MÓDULO 1
Esta unidad es extensa, si vemos por artículos tienen que ver desde
el art. 1 hasta el art. 68. Se ve todo el desarrollo del concurso
preventivo. Veremos que estos procesos es escrito y en esos
procesos intervienen distintos actores. Para entender esta unidad
veremos una línea de tiempo, donde e proceso empieza con el
deudor con el art. 11 y hasta la etapa final que nos encontramos
desde el art. 68/70, con las distintas situaciones que se pueden dar.
En este proceso, ver los diferentes actores, verán al deudor con el
art. 11, al juez con el art. 14, al deudor interviniendo para
cumplimentar con el art. 28 y 29 de la ley, aparecerá el síndico,
cumpliendo con una de sus tareas que es la presentación de un
informe con el art. 35, van a ver los acreedores como ingresan al
proceso a los fines del art. 32 a los fines de verificación de crédito, y
le sigue el juez con la resolución de la sentencia del art. 36. Si
vamos del art. 1, hasta el 68/70, que los podemos agrupar para
detectar como son en forma precisa las distintas etapas por la que
atraviesa este proceso. El cuadro lo facilitaremos a través de otro
formato a través de las clases que iremos grabando y comunicados
en la plataforma virtual ante cualquier duda. Se trata del concurso
preventivo, de este proceso que si vamos al proceso, a la
naturaleza jurídica, podemos decir, que el proceso productivo trata
de un acuerdo del deudor con sus acreedores para llevar a un
acuerdo a través de una propuesta, través de las autorizadas de la
ley, art. 45, pretende obtener la conformidad de los acreedores para
salir del estado de cesación de pagos evitar la quiebra, esa es la
naturaleza preventiva que tiene el concurso preventivo. Concluye
con los efectos homologados que también están previstos en la ley,
es decir, el estudio va a pasar por otra herramienta que le vamos a
facilitar para hacer el seguimiento de esos pasos. Es atractivo para
el abogado para el asesoramiento de la experiencia que tenga que
de lo que percibe es nada menos evitar la quiebra de la empresa.
Es interesante desde el punto de vista del abogado y del contador, y
es apasionante como lo dicta el procesalista de la talla del Dr.
Augusto Morello, su estudio los va a atrapar, porque es una materia,
una ley con características especiales, de ley de fondo y de forma,
sabemos que las leyes de fondo son las que dicta el Congreso,
4
SEMANA 1
MÓDULO 1
5
SEMANA 1
MÓDULO 1
SEMA
NA 1
MÓDU
LO 1
Derecho concursal
0
SEMANA 1
MÓDULO 1
Esta unidad es extensa, si vemos por artículos tienen que ver desde
el art. 1 hasta el art. 68. Se ve todo el desarrollo del concurso
preventivo. Veremos que estos procesos es escrito y en esos
procesos intervienen distintos actores. Para entender esta unidad
veremos una línea de tiempo, donde e proceso empieza con el
deudor con el art. 11 y hasta la etapa final que nos encontramos
desde el art. 68/70, con las distintas situaciones que se pueden dar.
En este proceso, ver los diferentes actores, verán al deudor con el
art. 11, al juez con el art. 14, al deudor interviniendo para
cumplimentar con el art. 28 y 29 de la ley, aparecerá el síndico,
cumpliendo con una de sus tareas que es la presentación de un
informe con el art. 35, van a ver los acreedores como ingresan al
proceso a los fines del art. 32 a los fines de verificación de crédito, y
le sigue el juez con la resolución de la sentencia del art. 36. Si
vamos del art. 1, hasta el 68/70, que los podemos agrupar para
detectar como son en forma precisa las distintas etapas por la que
atraviesa este proceso. El cuadro lo facilitaremos a través de otro
formato a través de las clases que iremos grabando y comunicados
en la plataforma virtual ante cualquier duda. Se trata del concurso
preventivo, de este proceso que si vamos al proceso, a la
naturaleza jurídica, podemos decir, que el proceso productivo trata
de un acuerdo del deudor con sus acreedores para llevar a un
acuerdo a través de una propuesta, través de las autorizadas de la
ley, art. 45, pretende obtener la conformidad de los acreedores para
salir del estado de cesación de pagos evitar la quiebra, esa es la
naturaleza preventiva que tiene el concurso preventivo. Concluye
con los efectos homologados que también están previstos en la ley,
es decir, el estudio va a pasar por otra herramienta que le vamos a
facilitar para hacer el seguimiento de esos pasos. Es atractivo para
el abogado para el asesoramiento de la experiencia que tenga que
de lo que percibe es nada menos evitar la quiebra de la empresa.
Es interesante desde el punto de vista del abogado y del contador, y
es apasionante como lo dicta el procesalista de la talla del Dr.
Augusto Morello, su estudio los va a atrapar, porque es una materia,
una ley con características especiales, de ley de fondo y de forma,
1
SEMANA 1
MÓDULO 1
sabemos que las leyes de fondo son las que dicta el Congreso,
como es esta materia, pero ésta tiene la particularidad que también
tiene el carácter procesal, de forma, siendo que esa es una materia
reservada a las provincias por disposición de la Constitución
Nacional, y su estudio nos alcanza una herramienta de trabajo al
futuro profesional, por lo que confío que les va a gustar transitar por
los artículos de la ley 24.522.
2
SEMANA 6
MÓDULO 6
SEMA
NA 6
MÓDU
LO 6
Derecho concursal
Verificación de
créditos
0
SEMANA 6
MÓDULO 6
La ley 24.522 y modif. regula (Titulo I, Capítulo III, Sección III) una etapa en el
proceso concursal, llamado “proceso de verificación” -que puede ser
tempestivo o tardío- y tiene por finalidad el reconocimiento de la legitimidad de
las acreencias, así como su graduación. Al decir de otra fuente doctrinaria, "la
verificación de créditos aparece como un sistema legalmente establecido en los
procesos concursales para la comprobación de los créditos y su incorporación
al pasivo concursal". Es la vía por la cual los pretensos acreedores se insinúan
en el pasivo concursal.
VERIFICACIÓN TEMPESTIVA.
Se encuentra regulada en el art 32. Es la que se lleva a cabo dentro del plazo
establecido por el juez en la resolución de apertura del concurso preventivo.
1
SEMANA 6
MÓDULO 6
VERIFICACION TARDIA
PRIVILEGIOS
2
SEMANA 6
MÓDULO 6
El informe general es una pieza fundamental dentro del proceso concursal, una
radiografía de la situación económica y financiera del deudor. Se plasma en él
información que hace al patrimonio del concursado y a su actividad económica.
Resulta fundamental para que los acreedores cuenten con los elementos
necesarios para tomar decisiones tanto en el concurso preventivo como en la
quiebra. Asimismo será de gran trascendencia, aunque no vinculante para el
juez en las resoluciones que deba dictar.
3
SEMANA 6
MÓDULO 6
4
SEMANA 7
MÓDULO 7
SEMA
NA 7
MÓDU
LO 7
1777
Derecho concursal
LA QUIEBRA
0
SEMANA 7
MÓDULO 7
Ahora bien, esos procesos no siempre resultan ideales en su andar, dado que
se pueden presentar ciertas circunstancias que los hagan fracasar, entonces
ese concurso preventivo se convertirá en liquidativo (quiebra).
Directa: Cuando es por pedido directo del deudor (quiebra directa voluntaria) o
a pedido del acreedor (quiebra directa necesaria). (art 77 in 2 y 3 )
QUIEBRA INDIRECTA
1
SEMANA 7
MÓDULO 7
Casos
Ello, nos lleva a concluir que las situaciones previstas por el art. 77 inc.
1º L.C.Q., en principio, no son taxativas para la declaración de la quiebra
indirecta.
Debemos partir de la premisa que para que para que proceda un pedido
de quiebra, debe ser acreditado la existencia del presupuesto objetivo exigido
por el art. 1 LCQ, esto es estado de cesación de pagos. Como asimismo el
deudor peticionante de su propia quiebra deberá ser sujeto concursable (art 2
LCQ)
Debe cumplir los requisitos formales del art. 11. Sin perjuicio de ello, y
frente a la omisión de estos requisitos, el juez podrá declarar la quiebra.
2
SEMANA 7
MÓDULO 7
Ante todo cabe resaltar que en este tipo de quiebra, pedida por
acreedor, el art. 84, señala enfáticamente que “no existe juicio de
antequiebra”. Es decir, no está previsto un proceso amplio y extenso en el cual
se discute si el deudor está en cesación de pagos o la legitimidad del crédito
invocado, contando ambas partes con posibilidades probatorias similares a las
de un juicio de conocimiento. De todas maneras, cabe señalar que nuestro
ordenamiento concursal admite algunas posibilidad previas a la declaración de
quiebra tratando de resguardar de alguna manera, sobre todo el derecho de
defensa (art. 18, CN).
3
SEMANA 7
MÓDULO 7
DESISTIMIENTO
4
SEMANA 7
MÓDULO 7
5
Scanned by CamScanner
Scanned by CamScanner
Scanned by CamScanner
Scanned by CamScanner
Scanned by CamScanner
Scanned by CamScanner
Scanned by CamScanner
Scanned by CamScanner
Scanned by CamScanner
Scanned by CamScanner
Scanned by CamScanner
Scanned by CamScanner
[Escriba texto]
Junyent Bas – Molina Sandoval: Ley de Concursos y Quiebras Comentada – Tomo II
Tomo II
Ed. Abeledo-Perrot
2009
[Escriba texto]
Junyent Bas – Molina Sandoval: Ley de Concursos y Quiebras Comentada – Tomo II
Así, por un lado, declara sobre la concurrencia de los presupuestos de la quiebra, ya sea ésta
pedida por acreedor o deudor. A su vez, por otro lado, constituye el estado de quiebra de derecho
que emplaza al deudor en el estado de fallido y abre el procedimiento universal.
La doctrina polemiza sobre el alcance del denominado status de fallido en orden a la
modificación que se opera en el patrimonio del deudor y en las relaciones que los acreedores tienen
con él, o sea, sobre la situación jurídica que implica el estado de quiebra.
Las opiniones han divido a los juristas italianos y a nuestros estudiosos en el derecho
argentino.
La cuestión se centra en determinar si la declaración de quiebra modifica el estado personal
de la persona declarada “fallida” , emplazándola en una situación jurídica determinada similar al
estado de familia, o civil, etcétera.
En esta línea, se han esbozado dos posiciones: i) una corriente de pensamiento entiende que
los efectos personales y patrimoniales de la declaración de la quiebra son de tal magnitud que puede
hablarse de un “status de fallido” ; ii) otra línea de opinión afirma que el estado de la persona nace
con ella misma como lo es el estado familiar o civil y que no puede utilizarse para todo tipo de
situación jurídica.
En este sentido, Pajardi se pronuncia a favor de la configuración de ese status en función de
los efectos personales y patrimoniales que caracterizan la situación del fallido que no sólo ha
quedado desapoderado de sus bienes, sino también se encuentra inhibido de ejercer el comercio. Por
el contrario, Satta entiende que la situación del fallido no constituye un estado personal pues la idea
de status implica una posición originaria de la persona que nace con ella y no las relaciones
jurídicas que se establecen con posterioridad, aun cuando se establezca un complejo de derechos y
deberes.
Entre nosotros, Cámara expresa que el término es una simple comodidad verbal, pues en
realidad se configura una situación jurídica, como lo es también el estado de socio, y no un
verdadero estado de la persona que implica un emplazamiento característico de la persona, como es
el status familiar, civil, etcétera.
La mayoría de la doctrina nacional no profundiza el tema y se limita a reconocer el carácter
constitutivo de la sentencia de quiebra en orden a los efectos que, de la declaración, se derivan para
el deudor fallido que queda desapoderado de sus bienes e inhibido de ejercer el comercio.
En rigor, lo que se pretende señalar es que la situación de fallido no es más una situación
personal, como lo era en el nacimiento de la quiebra, sino de neto corte patrimonial en orden a las
relaciones creditorias entre el deudor y los acreedores.
De todas formas, no puede negarse que la situación de fallido tiene también consecuencias
y efectos personales similares al del emplazamiento jurídico de un estado. De allí que Maffía
destaque que la función constitutiva de la sentencia de quiebra radica en la creación de la situación
de quiebra (esto es el paso de un estado de hecho a uno de derecho).
Más allá de las diversas opiniones sobre el alcance de la sentencia de quiebra, nadie duda de
su doble función declarativa y constitutiva.
La sentencia constituye el título al cual se vinculan todas las fases del proceso falimentario
y da nacimiento a una “comunidad especial entre los acreedores” a los fines de la realización de la
acción ejecutoria que fundamenta la liquidación universal.
La declaración de quiebra importa, por un lado, la convocación a todos los acreedores a que
concurran a hacer valer sus derechos y, por el otro lado, importa una serie de efectos: personales
(arts. 102, 103, 104, 105, 234, 235), patrimoniales, como el desapoderamiento (arts. 107 y 108),
sobre los actos perjudiciales a los acreedores, generales sobre las relaciones jurídicas preexistentes,
y sobre las relaciones jurídicas en particular.
[Escriba texto]
Junyent Bas – Molina Sandoval: Ley de Concursos y Quiebras Comentada – Tomo II
De este modo, la garantía patrimonial del deudor pasa a un estado de ejecución mediante las
fases de indisponibilidad patrimonial y posterior liquidación.
Cabe consignar dos situaciones: los recaudos del art. 86 que rigen en caso de quiebra propia
no impiden su declaración, ni la continuación del proceso y el deudor se encuentra alcanzado por la
manda del art. 102 que le impone el deber de colaboración.
Respecto de la documentación y contabilidad este inciso debe relacionarse con el art. 180
en cuanto faculta al síndico a incautar dichos elementos en orden a las facultades de administración
que le son confiadas como consecuencia del desapoderamiento.
v) El inc. 5 del art. 88 prohíbe hacer pagos al fallido los que serán ineficaces, norma que es
reiterada en el art. 109, 2° párr., por lo que la doctrina entiende que es un dispositivo redundante.
En este punto debe aclararse que se trata de ineficacia de pleno derecho (art. 118), cuya
declaración no requiere de petición, ni trámite alguno.
La manda legal alcanza a todo tipo de obligaciones y no sólo a las de dar sumas de dinero.
La prohibición rige a partir del dictado de la sentencia de quiebra en atención a su efecto
inmediato (art. 106).
vi) El inc. 6 ordena interceptar la correspondencia y entregarla al síndico en una norma que
debe correlacionarse con el art. 114, que establece que la entrega debe hacerse en presencia del juez
y separándose las misivas de tipo personal que pertenecen al deudor.
vii) El inc. 7 establece la obligación de constituir domicilio procesal tanto para el deudor
como para los administradores de la sociedad concursada.
La norma es una reiteración de la obligación que se impone en los códigos de rito para todo
sujeto que comparece ante autoridad judicial, por lo que se trata de un domicilio especial a los
efectos del proceso falimentario.
Este precepto se correlaciona con el art. 273, inc. 5, en cuanto establece el sistema de
notificación ficta o tácita, como principio procesal general en materia concursal, salvo el caso de
citaciones que deben realizarse por cédula.
viii) La LCQ ordena realizar las comunicaciones necesarias para asegurar el deber de
residencia impuesto en el art. 103.
Este deber de residencia, en el lugar del juicio universal, rige para el deudor y los
administradores hasta la presentación del informe general y constituye una derivación de la
obligación de colaborar con los órganos de la quiebra, tanto del deudor como de los
administradores.
Por ende, cabe librar los correspondientes oficios a los organismos encargados de velar por
el tránsito y control fronterizo de las personas, tales como la Polícia Federal y provincial,
Gendarmería Nacional, Prefectura Naval y Policía Aeronáutica, etcétera.
ix) El inc. 9 dispone que la sentencia de quiebra debe contener la orden de realizar los
bienes del deudor y la designación de aquel que realizará la enajenación.
Este precepto incorporado por la originaria ley 24522 pretende “acelerar” los trámites
liquidatorios.
Ahora bien, el dispositivo es meramente declarativo pues la sentencia de quiebra es
ejecutoria por su propia naturaleza, pero la liquidación sólo comienza cuando dicha resolución se
encuentre firme y, por ende, no se encuentre en trámite un pedido de conversión en concurso
preventivo, o un recurso de reposición (art. 94).
Es decir, la liquidación recién comienza en la oportunidad establecida en el art. 203, LCQ.
x) Por su parte, el inc. 10 contiene una disposición burocrática al establecer la designación
de un funcionario que realice el inventario en un plazo de treinta días.
La manda legal es sobreabundante y la práctica tribunalicia hacía innecesario su agregado
en la sentencia. En efecto, el desapoderamiento del deudor y la legitimación del síndico (arts. 107 y
109), en orden a la administración del patrimonio cesante, pone bajo la inmediata responsabilidad
[Escriba texto]
Junyent Bas – Molina Sandoval: Ley de Concursos y Quiebras Comentada – Tomo II
demás casos de quiebra indirecta, el juez puede abrir un nuevo período informativo o seguir el
principio general de la verificación incidental, en atención al carácter facultativo del art. 202.
Culmina el art. 88 expresando que la sentencia de quiebra debe consignar la fecha de
presentación del informe individual y general, justamente como consecuencia de la nueva situación
patrimonial creada a la luz del nuevo período informativo.
Así, en caso de quiebra directa voluntaria (art. 86), el deudor queda notificado en forma
automática por ministerio de la ley (arts. 26 y 273, inc. 5, LCQ), aun cuando por la naturaleza
formal de la sentencia podría sostenerse la necesidad de la notificación por cédula, de conformidad
con los códigos de rito (art. 278 del estatuto legal).
Por su parte, en caso de quiebra directa necesaria, el deudor queda notificado en forma
tácita por el acto de clausura o incautación de sus bienes o por cualquier otro supuesto asimilable
del cual pueda inferirse que ha quedado notificado (art. 94, in fine, LCQ). En su defecto, queda
notificado a partir de la última publicación de edictos (art. 94, 2º párr.).
Así se ha dicho que el fallido se encuentra notificado desde la toma de posesión por el
síndico, como, así también, desde la publicación de edictos.
En relación con el acreedor peticionante de la quiebra el criterio de notificación dependerá
de la norma de rito aplicable (art. 278, LCQ), pues por la naturaleza de la sentencia como acto
procesal no siempre se establece la notificación del art. 133, CPCCN.
Sección IV - Conversión
II. Legitimados
La defectuosa técnica legislativa empleada por la ley concursal para delimitar quiénes están
legitimados para solicitar este remedio preventivo ha generado múltiples inconvenientes
interpretativos. En efecto, el art. 90, 1° párr., LCQ, señala que “El deudor que se encuentre en las
condiciones del artículo 5” puede solicitar la conversión. Luego, en el 2º párr. de ese mismo
artículo, dispone una ampliación de la legitimación: “Este derecho corresponde también a los socios
cuya quiebra se decrete conforme al artículo 160 “. Finalmente, en el último párrafo del art. 90, LC,
bajo el acápite “deudor excluido” , señala que “No puede solicitar la conversión el deudor cuya
quiebra se hubiere decretado por incumplimiento de un acuerdo preventivo o estando en trámite un
concurso preventivo, o quien se encuentre en el período de inhibición establecido en el artículo 59
“.
Prima facie, podemos vislumbrar del texto normativo antes sistematizado que sólo el
“propio deudor” puede solicitar la conversión, no pudiendo hacerlo los terceros. Este deudor,
además de ser fallido declarado, debe hallarse en las condiciones del art. 5, LCQ (y por remisión,
del art. 2, LCQ).
En caso de no estar legitimado para solicitar el concurso preventivo, no puede acceder
tampoco a la conversión de la quiebra en concurso preventivo. Por ello, están excluidos: i) las
compañías aseguradoras (art. 51, segunda parte, ley 20091); ii) las administradoras de fondo de
[Escriba texto]
Junyent Bas – Molina Sandoval: Ley de Concursos y Quiebras Comentada – Tomo II
jubilación y pensión (arts. 71 y 72, ley 24241); iii) las entidades financieras (art. 50, LEF); iv) los
bienes fideicomitidos que constituyen un patrimonio separado del patrimonio del fiduciario y del
fiduciante (arts. 14 /16, 23, ley 24441); v) las sociedades accidentales o en participación (art. 361,
LSC); vi) las agrupaciones de colaboración y las uniones transitorias de empresas (arts. 367 y 377,
LSC).
Debido a la imprecisión del art. 90, 2º párr., LCQ, que sólo incluye a los supuestos de
extensión de quiebra automática de los socios con responsabilidad ilimitada (art. 160, LCQ) y no
hace referencia a la situación prevista en el art. 161, LCQ, cabe señalar que la doctrina no es
coincidente, ya que algunos permiten la conversión de los fallidos declarados por extensión de
quiebra en los casos del art. 161, LCQ, y otros niegan tal posibilidad, por entender que la norma, al
incluir expresamente una determinada hipótesis, ha dejado de lado, ha “excluido implícitamente”
las otras hipótesis.
Por nuestra parte, interpretamos que los fallidos por extensión no automática (art. 161,
LCQ) no están legitimados para acceder al remedio preventivo de la conversión, por las siguientes
razones: i) exclusión legal implícita, ya que “no es racional suponer que „derecho vigente‟ es sólo el
derecho escrito sin admitir también normas implícitas vigentes” ; ii) la ley ha distinguido
expresamente entre ambos supuestos de extensión falencial, incluyendo sólo el de la quiebra
automática (art. 160, LCQ); iii) la conversión falencial es ley especial respecto de la posibilidad de
los fallidos por extensión para concursarse preventivamente; por ello si la ley admite la extensión de
quiebra aun cuando se encuentra en trámite el concurso preventivo (art. 164, LCQ), importa una
imposibilidad lógica de concursarlos luego de que haya sido declarada la extensión.
Finalmente, el último párrafo del art. 90, LCQ, discrimina otra clase de excluidos:
i) el deudor cuya quiebra hubiese sido declarada por incumplimiento del acuerdo preventivo
(art. 63, LCQ);
ii) aquel deudor que se encuentre en el período de inhibición prescripto en el art. 59, LCQ;
iii) el fallido cuya falencia se hubiese ordenado estando en trámite un concurso preventivo.
En relación con este supuesto, pensamos que abarca desde que un proceso concursal está en
trámite -desde la apertura prevista en el art. 14, LCQ, hasta su conclusión (art. 59, LCQ)-. Prima
facie, comprende las hipótesis del art. 77, inc. 1, LCQ. La enumeración del art. 77, inc. 1, LCQ, es
incompleta, pues sólo abarca los supuestos de: i) no obtención de las conformidades (art. 46, LCQ);
ii) no obtención de las conformidades de los acreedores privilegiados, si el deudor hubiese
manifestado que condicionaba la propuesta a la aprobación de las propuestas formuladas a dichos
acreedores (art. 47, LCQ); iii) en el supuesto del salvataje, si no hubiere ningún inscripto interesado
en la adquisición de la empresa en marcha, en el plazo de cinco días desde la apertura del registro a
tal efecto (art. 48, inc. 2, LCQ); iv) en la hipótesis del salvataje, cuando no se obtuviera acuerdo
preventivo o el acuerdo no fuese judicialmente homologado (art. 48, inc. 8, LCQ); v) cuando el juez
estime procedente la impugnación del acuerdo (art. 51, LCQ); vi) supuesto de nulidad del acuerdo
preventivo (art. 61, LCQ).
223 y 224, ley 19551), la doctrina había admitido de manera unánime la legitimación de estos
quebrados; iv) la fuente legal: el modelo extraído del Bankruptcy Code estadounidense.
I. Recurso de reposición
El pedido de conversión de la quiebra en concurso preventivo, que es un verdadero
concursamiento, debe cumplimentar todos los recaudos formales. Este pedido es incompatible con
el recurso de reposición (art. 94, LCQ).
O sea que una vez declarada la falencia, tiene dos opciones que se excluyen entre sí: i) la
vía recursiva en contra de la sentencia de quiebra a los fines de probar la inexistencia del
presupuesto objetivo (art. 94, LCQ); ii) la conversión, en la que no se niega el presupuesto objetivo
y se pretende transformar el procedimiento liquidativo en uno de tipo preventivo.
Mas no sólo es una opción, sino que la ley concursal le ha dado preeminencia al trámite de
la conversión, pues señala que ante la interposición de ambos “recursos” en sentido amplio (recurso
de reposición -art. 94, LCQ- y pedido de conversión -art. 90, LCQ-), contra la misma sentencia de
quiebra, prevalece el procedimiento conversivo “teniendo, incluso implícitamente, al recurso de
reposición por desistido” . El desistimiento no requiere declaración judicial. De ese modo, se evitan
dilaciones procesales por superposición de remedios legales.
¿Es factible que el fallido pueda interponer el recurso de reposición en contra de la
sentencia de quiebra, y de manera subsidiaria, el pedido de conversión? Bajo el régimen anterior
esta posibilidad estaba expresa (art. 223, ley 19551).
Aun con el silencio legal de la ley 24522 pensamos que no existe óbice para que el deudor
plantee la conversión de la quiebra y, en subsidio, para el caso de rechazo (firme) del pedido
conversivo, el recurso de reposición. La ley no lo prohíbe y la axiología normológica tampoco, pues
el sentido de la prohibición es sólo evitar soluciones contradictorias.
[Escriba texto]
Junyent Bas – Molina Sandoval: Ley de Concursos y Quiebras Comentada – Tomo II
II. Incompetencia
No obstante estar la competencia del juez, que declaró la quiebra, sometida a
cuestionamiento, según surge del 2º párr. del art. 91, LCQ, el pedido de conversión no impide la
continuación del planteo de incompetencia formulado en los arts. 100 y 101, LCQ.
La razón de ser de esta norma radica justamente en el art. 101, 2º párr., LCQ, que valida las
actuaciones cumplidas ante el juez incompetente. La ley ha querido evitar cualquier equívoco
interpretativo de la “cuestión de competencia” disponiendo la no suspensión del trámite.
I. Requisitos formales
Además de los recaudos típicos del instituto de la conversión (declaración de quiebra,
pedido incoado en el plazo de diez días y que no se trate de un deudor especialmente excluido por el
art. 90, LCQ), deben cumplirse los requisitos formales de toda petición de concurso preventivo (art.
11, LCQ). El deudor puede solicitar un plazo adicional de diez días (art. 11, in fine, LCQ), solicitud
que en la práctica es corriente debido al escaso plazo para la preparación de la demanda de
conversión. La jurisprudencia es dominante a la hora de admitir que los requisitos puedan cumplirse
en la alzada. Esta petición se hará (atento al principio de unicidad) en el mismo expediente de la
quiebra declarada.
No será necesario acreditar el presupuesto objetivo (arts. 1, 78, 79, LCQ), ya que se
presume acreditado con la declaración de la quiebra del deudor peticionante de la conversión. Si se
tratare de la quiebra pedida por el propio deudor (art. 77, inc. 3, LCQ) y en su presentación hubiere
cumplimentado alguno de los recaudos del art. 11, LCQ (art. 86, 1º párr., LCQ), no será menester
que los acredite nuevamente, bastando una remisión a la presentación falencial.
Asimismo, se deberá acreditar, en el plazo legal, que se ha cumplido con la ratificación de
los arts. 6, 7 y 8, LCQ, como así también con el depósito para los gastos de correspondencia (art.
14, inc. 8, LCQ).
I. Sentencia de conversión
Luego de presentada la solicitud de conversión (o vencido el plazo establecido en el art. 11,
in fine, LCQ), el juez debe pronunciarse dentro de los cinco días (hábiles judiciales -art. 273, inc. 2,
LCQ) (art. 13, 1º párr., LCQ).
La sentencia de conversión debe tener el siguiente contenido: i) dejar sin efecto la sentencia
de quiebra; ii) dictar sentencia de concurso preventivo. Al margen de si estas dos decisiones deben
estructurarse formalmente en dos resoluciones o en una sola, lo cierto es que por lógica primero
(aunque sea en la misma sentencia) se debe dejar sin efecto la quiebra y luego proceder a la apertura
del concurso preventivo.
El contenido de la resolución que admite la conversión (y declara el concurso preventivo) es
similar al del art. 14, LCQ, aunque se deberán adaptar -y coordinar- con los efectos que la sentencia
de quiebra ya produjo (arts. 88 y ss., LCQ).
Así, esta sentencia debe contener: i) declaración de la apertura del nuevo procedimiento
(art. 14, inc. 1, LCQ); ii) ratificación de la sindicatura que hubiera sido designada en la quiebra (art.
14, inc. 2, LCQ); iii) fijar fechas del período informativo (art. 14, incs. 3 y 9, LCQ) y de la
audiencia informativa (arts. 14, inc. 10, y 45, 5º párr., LCQ); iv) la publicación de un nuevo edicto
(en el que se deberá dejar constancia que se trata de la conversión de la falencia -art. 14, inc. 4,
LCQ-); v) la restitución al ex fallido de los libros y documentación contable en caso de que
hubieran sido entregados (art. 88, inc. 4, LCQ), previa presentación de esos libros a los fines que el
secretario coloque nota datada a continuación del último asiento (art. 14, inc. 5, LCQ); si la
documentación no hubiese sido entregada al síndico, se deberá fijar un plazo no superior a tres días
a los fines previstos en el art. 14, inc. 5, LCQ; vi) anotaciones registrales (Registro Público de
Comercio, Registro de Juicios Concursales o Universales, inhibición general, etc. -art. 14, incs. 6 y
7, LCQ-); asimismo deberá modificarse el régimen de inhibición ya ordenado en la quiebra (art. 88,
inc. 2, LCQ); vii) intimación a los fines de solventar los gastos de correspondencia (art. 14, inc. 8,
LCQ); viii) constitución de un comité provisorio de acreedores (arts. 14, inc. 11, y 260, LCQ).
Se deberán tomar también todas las medidas a los fines de levantar los efectos de la quiebra,
tales como oficiar a las oficinas postales para que no intercepten la correspondencia del ahora
concursado (art. 88, inc. 6, LCQ), a las entidades migratorias, policiales y administrativas que
otorgan documentación para salir del país (art. 103, LCQ) a los fines de informar que el fallido (o
los administradores de la sociedad fallida) han transformado su quiebra en concurso preventivo,
etcétera.
II. Efectos
Los efectos serán los típicos del concurso preventivo. El ex fallido recobrará la
administración de su patrimonio bajo la vigilancia del síndico (art. 15, LCQ), el régimen de
administración y disposición seguirá los cauces del art. 16, LCQ, y recobrará la legitimación
procesal (art. 110, LCQ).
La fecha de corte de muchos de los efectos concursales será la de la presentación del pedido
de conversión y no los de la quiebra dejada sin efecto. Así, desde esa fecha se suspenden los
intereses (art. 19, 1º párr., LCQ), las deudas pueden convertirse también a esta fecha (art. 19, 2º
párr., LCQ), rige el régimen de notificaciones concursales (art. 26, LCQ), los acreedores deben ser
anteriores al pedido conversivo, pudiendo incorporarse los nuevos acreedores nacidos con
posterioridad a la sentencia de quiebra pero anteriores a la fecha de presentación de la conversión
(art. 32, LCQ), etc. Si se hubiesen realizado bienes, el producido de los mismos deberá ser
entregado al deudor.
Incorrectamente dice la norma que sólo puede rechazarse por incumplimiento de los
recaudos formales (art. 11, LCQ), ya que existen otras causales de rechazo que el juez también
puede valorar: no ser un sujeto susceptible de concurso preventivo (arts. 2 y 5, LCQ) o de
[Escriba texto]
Junyent Bas – Molina Sandoval: Ley de Concursos y Quiebras Comentada – Tomo II
conversión (art. 90, LCQ); encontrarse dentro del período de inhibición (art. 59, LCQ); que la
petición de conversión haya sido incoada fuera de término (art. 90, LCQ). La caual de rechazo
fundada en la incompetencia resulta dudosa, sobre todo teniendo en cuenta el principio de
eventualidad que rige en la demanda conversiva.
La resolución que rechaza la conversión es apelable en los términos del art. 13, LCQ,
debiendo aplicarse todo ese régimen jurídico. Cabe aclarar que si luego de tramitada la apelación el
rechazo de la conversión resulta confirmado, la sentencia de quiebra vuelve a tener vigencia,
respetando los efectos que tenía dicha resolución falencial. Resulta obvio que existirán muchas
etapas procesales que no podrán cumplirse tal cual fueron diagramadas en la sentencia del art. 88,
LCQ, razón por la cual el juez al rechazar el concurso preventivo ratificará la vigencia de la
quiebra, pero deberá fijar nuevos plazos (de verificación -arts. 200 y 32, LCQ-, de informes
individuales -arts. 200 y 35, LCQ-, de sentencia verificatoria -art. 36, LCQ-, de informe general -
arts. 39 y 200, LCQ-, etc.).
Sección V - Recursos
Por ende, Rouillon se suma a la crítica y considera correcta la terminología del derecho
italiano en el sentido de llamar al recurso en análisis “oposición a la sentencia de quiebra” ,
aclarando que ésa es la terminología del derecho italiano que elabora un recurso similar a nuestra
reposición pero con ese nombre. Heredia entiende que el denominado recurso de reposición que
reglan los arts. 94 a 95 es una verdadera “oposición a la sentencia de quiebra” , constitutivo de una
oposición en el sentido técnico que tiene cauce en un procedimiento que se instaura mediante
demanda de parte.
La vía del incidente por la que se sustancia el pedido de revocación de la sentencia de
quiebra habilita una cognitio plena referida a los motivos que fundaron el resolutorio cuestionado, o
sea que la discusión y prueba se realiza sobre la existencia de los presupuestos sustanciales para la
formación del concurso.
Cabe concluir entonces que el recurso de reposición constituye un verdadero incidente de
oposición o revocación de la sentencia de quiebra y configura un verdadero procedimiento de
conocimiento.
El texto legal puntualiza que se entiende por conocimiento del fallido el acto de clausura o
de incautación de sus bienes o, en su caso, hasta el quinto día posterior a la última publicación de
edictos en el diario oficial que corresponda a la jurisdicción del juzgado.
Como explica la doctrina en forma mayoritaria, el enunciado de la ley tiene carácter
meramente ejemplificativo y no excluye otros supuestos asimilables de los cuales pueda deducirse
que el fallido resultara anoticiado de la sentencia de quiebra.
El recurso que regla la ley tiene dos variantes o formas de deducción: ya sea con trámite o
sin trámite, que no constituyen dos medios de impugnación diferentes.
Rouillon entiende que las vías se excluyen mutuamente y, por ende, no pueden interponerse
conjunta ni subsidiariamente, sino que corresponde al impugnante definir cuál es la vía legal por la
que ha optado. Por el contrario, Cámara interpreta que el levantamiento de la quiebra puede
promoverse en igual tiempo que el recurso de reposición y en forma conjunta subsidiariamente.
Pedidos en trámite. Debe depositar también los importes suficientes para atender a los
restantes créditos invocados en pedidos de quiebra en trámite a la fecha de la declaración, con
sus accesorios, salvo que respecto de ellos se demuestre prima facie, a criterio del juez, la
ilegitimidad del reclamo y sin perjuicio de los derechos del acreedor cuyo crédito no fue
impedimento para revocar la quiebra.
Depósito de gastos. La resolución se supedita en su ejecución al depósito por el deudor,
dentro de los cinco (5) días, de la suma que se fije para responder a los gastos causídicos.
Apelación. La resolución que deniegue la revocación inmediata es apelable únicamente
por el deudor al solo efecto devolutivo y se debe resolver por la alzada sin sustanciación.
propia quiebra declarada por extensión de la social, la realización con fondos propios del depósito
previsto en el art. 96, no sería idónea para desacreditar el estado de insolvencia de la sociedad.
2. Plazo
En relación con el plazo, pese al silencio del texto legal, no cabe ninguna duda que cabe
remitir al término de cinco días de conocida la sentencia de quiebra que estatuye el art. 94, párr. 2º.
El plazo es perentorio e improrrogable y se computa por días hábiles.
II. Efectos
De lo dicho se sigue que mientras tramita el recurso se aplican los siguientes efectos:
i) Rigen los efectos derivados de los arts. 102 a 176, lo que importa que también deben
ejecutarse las medidas regladas en los arts. 177 y siguientes, en orden a la incautación y demás
medidas que operativicen el desapoderamiento.
ii) Resultan de aplicación las reglas de la continuación de la explotación de la empresa (arts.
189 y ss., LCQ).
iii) Se sustancia el proceso de verificación de créditos (arts. 126, 200 y ss., LCQ).
La única excepción a la regla de la continuidad del proceso es la relativa a la disposición de
los bienes del deudor, o sea, la prohibición de ingresar a la etapa de efectiva liquidación, de
conformidad con el art. 97, in fine y la norma concuerda con el art. 203, LCQ.
Es decir, la liquidación patrimonial está subordinada a la firmeza de la sentencia de quiebra,
salvo las llamadas ventas urgentes, de conformidad con el art. 184 del estatuto falimentario.
I. El cese de la quiebra
El enunciado normativo ordena que la revocación de la sentencia de quiebra hace cesar los
efectos del concurso, cuestión que ha dividido a la doctrina sobre si se trata de una forma de
conclusión de la quiebra.
Así, Rouillon al comentar el presente artículo señala que se está frente a un modo de
conclusión de la quiebra no previsto en el Capítulo VII del Título III. En igual sentido se pronuncia
Conil Paz quien interpreta que la revocación es un modo extintivo de quiebra.
Por el contrario, Heredia destaca las diferencias existen entre ambos institutos. Así, pone de
relieve que la revocación opera cuando se comprueba la falta de los presupuestos requeridos para la
apertura del proceso, lo que implica que debe entenderse que la quiebra nunca existió y, por ende,
tiene eficacia ex tunc. A su vez, el autor citado recuerda que la clausura tiene como premisa
necesaria la concurrencia de tales presupuestos y, por ende, tiene eficacia desde la fecha de la
correspondiente resolución, o sea, ex nunc.
La afirmación precedente no impide que los actos legalmente cumplidos por el síndico y la
resolución de los contratos en curso de ejecución, sean oponibles al deudor por expreso mandato del
art. 98.
[Escriba texto]
Junyent Bas – Molina Sandoval: Ley de Concursos y Quiebras Comentada – Tomo II
En tercer lugar, quien pretenda el resarcimiento deberá acreditar el daño en la extensión del
art. 1078, CCiv., la relación de causalidad entre la sentencia de quiebra y los daños sufridos y que el
peticionante actuó con dolo o culpa grave.
En este aspecto, cabe advertir que el factor subjetivo del dolo no es otro que el descripto en
el art. 1072, CCiv. y en este aspecto la ley no trae modificación alguna.
Sin embargo, con relación a la culpa, como factor de atribución, el art. 99 se aparta del
concepto de culpa del Código Civil calificándola como grave.
En esta línea, Cámara afirma que el legislador ha agravado las condiciones de
responsabilidad en atención a la verosimilitud del derecho del acreedor que obtuvo la sentencia de
quiebra.
Heredia disiente con este criterio y señala que el recurso a la culpa grave apunta a establecer
un sistema limitado de responsabilidad en orden a que el acreedor al incoar la pretensión falencial
sabía que no sólo tutelaba su propio interés, sino también el de los restantes acreedores, por lo que
esta última circunstancia admite una menor responsabilidad del peticionario de la quiebra.
En síntesis, el art. 99 requiere como factor de atribución la acreditación del dolo o de la
culpa grave por parte del peticionante, tal como se señaló supra.
Por su parte, la pretensión resarcitoria es competencia del juez concursal y tramita de
acuerdo con las leyes de rito locales, o sea, por juicio de conocimiento con amplitud probatoria
sobre la existencia del daño, su extensión, y el mentado factor de atribución subjetivo.
La acción prescribe, atento a la naturaleza extracontractual de la responsabilidad, en el
plazo de dos años que determina el art. 4037, CCiv. Este término se computa desde que quedó firme
la resolución que revocó la sentencia de quiebra, o sea, una vez firme y ejecutoriada la reposición
de la sentencia de quiebra.
I. Recurso de incompetencia
Los arts. 100 y 101 de la ley 24522 regulan el denominado recurso de incompetencia, que
en rigor no constituye stricto sensu un recurso contra la sentencia.
Adviértase que la circunstancia de que los citados artículos se encuentren dentro de la
sección que la ley llama recursos no incide en la evidente situación jurídica de que el planteo de la
incompetencia no importa impugnación de la sentencia de quiebra, sino que tiene por objeto que el
juez decline la jurisdicción que ha asumido.
En este sentido, corresponde aclarar que la competencia concursal establecida en el art. 3 es
de orden público y, por ende, puede ser analizada por el juez de oficio.
A su vez, también puede efectuarse el planteo en la oportunidad del art. 84, o sea, cuando el
deudor contesta la petición falencial.
De todo lo dicho se sigue que, en definitiva, los arts. 100 y 101 reglan un incidente con
efectos similares a la excepción dilatoria de incompetencia prevista por las distintas leyes
procesales locales.
[Escriba texto]
Junyent Bas – Molina Sandoval: Ley de Concursos y Quiebras Comentada – Tomo II
En efecto, cuando es admitido, el incidente de incompetencia previsto por los arts. 100 y
101 impide el avance del proceso colectivo concursal, del mismo modo que lo impide la admisión
de una excepción de incompetencia opuesta en un proceso incoado en ejercicio de una acción
individual. En ambos casos, lo que se pone en juego es la preservación de uno de los presupuestos
de validez del proceso, como es la competencia del juez.
II. Legitimación
El art. 100 establece que pueden interponer el planteo de incompetencia el deudor y
cualquier acreedor, salvo el que solicitó la quiebra. Rouillon aclara que la expresión “cualquier
acreedor” debe entenderse en el sentido de cualquier persona que invoque dicha calidad y la
justifique prima facie, ya que, acreedor en sentido estricto no hay hasta que se resuelva la
verificación de créditos.
La cuestión debe suscitarse por el trámite incidental (arts. 280 y ss., LCQ).
Al reglar quienes intervienen en el incidente de incompetencia la norma remite a los
indicados en el art. 95 y, en su caso, al acreedor que planteó la incompetencia. De lo dicho se sigue
que intervendrán en la cuestión de competencia el fallido, el acreedor peticionante de la quiebra y,
en su caso, el acreedor que ha planteado la incompetencia, como así también, el síndico designado
como consecuencia de la declaración falencial.
Heredia aclara que el síndico no interviene como parte propiamente dicho, pese a que el art.
95 le asigna esa condición procesal, sino que su actuación viene dada en su carácter de órgano del
concurso.
El plazo de interposición del recurso es el indicado en el art. 94, o sea, dentro de los cinco
días de conocida la sentencia de quiebra para el deudor y el acreedor peticionante, pero,
indudablemente, para los demás acreedores el término correrá hasta el quinto día posterior a la
última publicación de edictos en el diario oficial que corresponda a la jurisdicción del juzgado,
salvo que se demostrara un conocimiento anterior de la sentencia de quiebra.
Por último, el art. 101 señala que la admisión de la incompetencia por el juez que declaró la
quiebra no acarrea la revocación del fallo, ni la nulidad de lo actuado en dicha jurisdicción, sino
que, simplemente, cabe ordenar el pase del expediente al juzgado que corresponda.
[Escriba texto]
Junyent Bas – Molina Sandoval: Ley de Concursos y Quiebras Comentada – Tomo II
SEMANA 8
MÓDULO 8
SEMA
NA 8
MÓDU
LO 8
Derecho concursal
SENTENCIA DE
QUIEBRA
II PARTE
0
SEMANA 8
MÓDULO 8
A partir del art. 102 LCQ se regulan los efectos personales que
dispara la sentencia de quiebra contra el fallido persona física o
ideal, y en este último caso, algunos de esos efectos recaen sobre
las personas que integran el órgano administrador de la sociedad;
nunca sobre la persona de los socios.
1
SEMANA 8
MÓDULO 8
2
SEMANA 9
MÓDULO 9
SEMA
NA 9
MÓDU
LO 9
Derecho concursal
Efecto de la quiebra
sobre las relaciones
jurídicas
preexistentes
0
SEMANA 9
MÓDULO 9
1
SEMANA 9
MÓDULO 9
Una vez cumplidos los requisitos que hagan procedente la declaración del
quiebra, sea directa o indirecta, el juez procederá a dictar la “sentencia de
quiebra”.
4) Intimación al deudor para que cumpla los requisitos a los que se refiere el
Artículo 86 si no lo hubiera efectuado hasta entonces y para que entregue al
síndico dentro de las VEINTICUATRO (24) horas los libros de comercio y
demás documentación relacionada con la contabilidad;
2
SEMANA 9
MÓDULO 9
CONVERSION
Una vez dictada la sentencia de quiebra, una de las posibilidades que tiene el
deudor es pedir la transformación de esa quiebra en concurso preventivo
(art. 90 y ss LCQ)
Así, Fassi - Gebhardt, “Concursos y Quiebras”, Buenos Aires, 1996, pág. 250,
nos dice que: “La institución regulada en los artículos 90 a 93 (que constituye
una importante novedad aportada por la Ley 24.522, inspirada en la
incontestable valoración negativa de la quiebra) permite que sin cuestionar la
concurrencia de los factores que llevaron a la declaración de falencia, ésta se
deje sin efecto y, a cambio, el deudor pueda tramitar su concurso preventivo”.
3
SEMANA 9
MÓDULO 9
Recurso de Reposición.
Otra de las alternativas procesales que tiene el fallido para atacar la sentencia
de quiebra es el recurso de reposición.
Como dijéramos, es una verdadera sentencia que produce efectos erga omes a
partir del momento en que se dicta. Ella puede ser objeto de recurso,
máxime que se dicta en contradictorio, sin juicio de ante quiebra.
Este es el recurso de reposición, previsto por el art 94 LCQ. , acto de
impugnación mediante el cual el deudor solicita al mismo órgano judicial
que dictó la sentencia de quiebra, a instancias de un acreedor, que la
rescinda o revoque, desestimando la pretensión del reclamante.
Este recurso es un medio impugnativo de la sentencia de quiebra, importando
un sistema recursivo propio, que constituye un verdadero incidente, resuelto
por el mismo juez que dispuso la quiebra.
4
SEMANA 9
MÓDULO 9
5
SEMANA 9
MÓDULO 9
Puede reclamarse los daños y perjuicios por el pedido con dolo o culpa grave
(art. 99 LCQ)
6
SEMANA
MÓDULO XI
SEMA
NA
MÓDU
LO XI
Derecho concursal
0
SEMANA
MÓDULO XI
1
SEMANA
MÓDULO XI
CASOS DE CONCLUSIÓN:
AVENIMIENTO
PAGO TOTAL
CARTAS DE PAGO
2
SEMANA
MÓDULO XI
3
SEMANA 1
MÓDULO xi
SEMA
NA
MÓDU
LO XI
Derecho concursal
0
SEMANA 1
MÓDULO xi
INTRODUCCION.
1
SEMANA 1
MÓDULO xi
2
SEMANA
MÓDULO x
SEMA
NA
MÓDU
LO x
Derecho concursal
0
SEMANA
MÓDULO x
UNIDAD X:
1
SEMANA
MÓDULO x