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Época: Décima Época

Registro: 2010041
Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación
Libro 22, Septiembre de 2015, Tomo III
Materia(s): Penal
Tesis: II.2o.P. J/8 (10a.)
Página: 1828

PRUEBA TESTIMONIAL EN EL PROCEDIMIENTO PENAL. LAS IMPUTACIONES DE


CARGO PREVALECEN SOBRE LAS DE DESCARGO -CON INDEPENDENCIA DEL
NÚMERO DE PERSONAS QUE LAS EMITAN Y DE QUE CONTRADIGAN LA
IMPUTACIÓN HACIA EL INCULPADO-, SI ÉSTAS NO JUSTIFICAN LA POSIBLE
ANIMADVERSIÓN O MOTIVO POR EL CUAL LOS TESTIGOS DE CARGO HABRÍAN
DE SEÑALAR A UNA PERSONA DISTINTA DEL VERDADERO CULPABLE O AUTOR
DEL HECHO IMPUTADO, SOBRE TODO SI LA VERSIÓN DE LAS VÍCTIMAS SE
CORROBORA CON EL RESTO DE LAS PRUEBAS.

La cantidad de testigos, por sí, no determina la mayor veracidad de sus testimonios, en función
del elevado número de personas que declaren, pues el hecho de que se presenten a declarar
varios testigos que afirman un hecho de forma idéntica no implica, necesariamente, que los
eventos hayan acontecido de la manera en que lo refieren, sobre todo cuando confrontando esas
versiones con las imputaciones de cargo y otros indicios, no logran desvirtuar a estas últimas,
pues es válido comprender que la aparición posterior de una versión contraria a la de los
declarantes de cargo (que incluso fueron víctimas), lleva implícita también la afirmación de los
deponentes, en el sentido de que las víctimas que imputan el hecho mienten o no dicen la verdad
y, ello, a su vez, implicaría admitir la pretensión dañada de perjudicar deliberadamente al
inculpado; por tanto, quien pretende controvertir en esas condiciones a las imputaciones de
cargo, deberá no sólo limitarse a sostener una versión opuesta (con las citadas derivaciones
implícitas), sino justificar, además, la posible animadversión o motivo por el cual los testigos de
cargo habrían de señalar a una persona distinta del verdadero culpable o autor del hecho
imputado; no obstante, si sólo se allegan testimonios de descargo (independientemente de su
número) que se limitan a contradecir la imputación, pero sin aportar, además, dato alguno del
porqué los imputadores pudieran mentir o tener razones para inculpar equivocada o
indebidamente al enjuiciado, es claro que de la ponderación y confronta de ambos tipos de
narrativa, deben prevalecer aquellos que provienen de las víctimas, sobre todo cuando la versión
de éstas se corrobora con el resto de las pruebas, tales como periciales, documentales, huellas
materiales, vestigios o, en general, todo aquello que siendo legalmente incorporado a los autos
converja en prueba indiciaria o circunstancial que así lo establezca.

SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA PENAL DEL SEGUNDO CIRCUITO.

Amparo directo 205/2010. 20 de enero de 2011. Unanimidad de votos. Ponente: José Nieves
Luna Castro. Secretario: Silvestre P. Jardón Orihuela.

Amparo directo 6/2012. 26 de abril de 2012. Unanimidad de votos. Ponente: José Nieves Luna
Castro. Secretario: Silvestre P. Jardón Orihuela.

Amparo directo 112/2014. 30 de octubre de 2014. Unanimidad de votos. Ponente: José Nieves
Luna Castro. Secretario: Carlos Ruiz Alejandre.

Amparo directo 160/2014. 30 de octubre de 2014. Unanimidad de votos. Ponente: José Nieves
Luna Castro. Secretario: Carlos Ruiz Alejandre.

Amparo directo 134/2014. 27 de noviembre de 2014. Unanimidad de votos. Ponente: José


Nieves Luna Castro. Secretario: Carlos Ruiz Alejandre.

Esta tesis se publicó el viernes 25 de septiembre de 2015 a las 10:30 horas en el Semanario
Judicial de la Federación y, por ende, se considera de aplicación obligatoria a partir del lunes 28
de septiembre de 2015, para los efectos previstos en el punto séptimo del Acuerdo General
Plenario 19/2013.
Época: Décima Época
Registro: 2005716
Instancia: Primera Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación
Libro 3, Febrero de 2014, Tomo I
Materia(s): Constitucional
Tesis: 1a./J. 11/2014 (10a.)
Página: 396

DERECHO AL DEBIDO PROCESO. SU CONTENIDO.

Dentro de las garantías del debido proceso existe un "núcleo duro", que debe observarse
inexcusablemente en todo procedimiento jurisdiccional, y otro de garantías que son aplicables
en los procesos que impliquen un ejercicio de la potestad punitiva del Estado. Así, en cuanto al
"núcleo duro", las garantías del debido proceso que aplican a cualquier procedimiento de
naturaleza jurisdiccional son las que esta Suprema Corte de Justicia de la Nación ha identificado
como formalidades esenciales del procedimiento, cuyo conjunto integra la "garantía de
audiencia", las cuales permiten que los gobernados ejerzan sus defensas antes de que las
autoridades modifiquen su esfera jurídica definitivamente. Al respecto, el Tribunal en Pleno de
esta Suprema Corte de Justicia de la Nación, en la jurisprudencia P./J. 47/95, publicada en el
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo II, diciembre de 1995,
página 133, de rubro: "FORMALIDADES ESENCIALES DEL PROCEDIMIENTO. SON LAS
QUE GARANTIZAN UNA ADECUADA Y OPORTUNA DEFENSA PREVIA AL ACTO
PRIVATIVO.", sostuvo que las formalidades esenciales del procedimiento son: (i) la
notificación del inicio del procedimiento; (ii) la oportunidad de ofrecer y desahogar las pruebas
en que se finque la defensa; (iii) la oportunidad de alegar; y, (iv) una resolución que dirima las
cuestiones debatidas y cuya impugnación ha sido considerada por esta Primera Sala como parte
de esta formalidad. Ahora bien, el otro núcleo es identificado comúnmente con el elenco de
garantías mínimo que debe tener toda persona cuya esfera jurídica pretenda modificarse
mediante la actividad punitiva del Estado, como ocurre, por ejemplo, con el derecho penal,
migratorio, fiscal o administrativo, en donde se exigirá que se hagan compatibles las garantías
con la materia específica del asunto. Por tanto, dentro de esta categoría de garantías del debido
proceso, se identifican dos especies: la primera, que corresponde a todas las personas
independientemente de su condición, nacionalidad, género, edad, etcétera, dentro de las que
están, por ejemplo, el derecho a contar con un abogado, a no declarar contra sí mismo o a
conocer la causa del procedimiento sancionatorio; y la segunda, que es la combinación del
elenco mínimo de garantías con el derecho de igualdad ante la ley, y que protege a aquellas
personas que pueden encontrarse en una situación de desventaja frente al ordenamiento jurídico,
por pertenecer a algún grupo vulnerable, por ejemplo, el derecho a la notificación y asistencia
consular, el derecho a contar con un traductor o intérprete, el derecho de las niñas y los niños a
que su detención sea notificada a quienes ejerzan su patria potestad y tutela, entre otras de igual
naturaleza.

Amparo en revisión 352/2012. 10 de octubre de 2012. Cinco votos de los Ministros Arturo
Zaldívar Lelo de Larrea, José Ramón Cossío Díaz, Guillermo I. Ortiz Mayagoitia, Olga Sánchez
Cordero de García Villegas y Jorge Mario Pardo Rebolledo. Ponente: Arturo Zaldívar Lelo de
Larrea. Secretario: Mario Gerardo Avante Juárez.

Amparo directo en revisión 3758/2012. Maple Commercial Finance Corp. 29 de mayo de 2013.
Cinco votos de los Ministros Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, José Ramón Cossío Díaz, Alfredo
Gutiérrez Ortiz Mena, Olga Sánchez Cordero de García Villegas y Jorge Mario Pardo
Rebolledo. Ponente: Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena. Secretario: David García Sarubbi.

Amparo en revisión 121/2013. 12 de junio de 2013. Cinco votos de los Ministros Arturo
Zaldívar Lelo de Larrea, José Ramón Cossío Díaz, Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, Olga Sánchez
Cordero de García Villegas y Jorge Mario Pardo Rebolledo. Ponente: Alfredo Gutiérrez Ortiz
Mena. Secretaria: Cecilia Armengol Alonso.
Amparo en revisión 150/2013. 10 de julio de 2013. Cinco votos de los Ministros Arturo
Zaldívar Lelo de Larrea, José Ramón Cossío Díaz, Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, Olga Sánchez
Cordero de García Villegas y Jorge Mario Pardo Rebolledo. Ponente: Jorge Mario Pardo
Rebolledo. Secretaria: Mercedes Verónica Sánchez Miguez.

Amparo directo en revisión 1009/2013. 16 de octubre de 2013. Cinco votos de los Ministros
Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, José Ramón Cossío Díaz, Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, Olga
Sánchez Cordero de García Villegas y Jorge Mario Pardo Rebolledo, quien reservó su derecho a
formular voto concurrente. Ponente: José Ramón Cossío Díaz. Secretario: Julio Veredín Sena
Velázquez.

Tesis de jurisprudencia 11/2014 (10a.). Aprobada por la Primera Sala de este Alto Tribunal, en
sesión de fecha siete de febrero de dos mil catorce.

Esta tesis se publicó el viernes 28 de febrero de 2014 a las 11:02 horas en el Semanario Judicial
de la Federación y, por ende, se considera de aplicación obligatoria a partir del lunes 3 de marzo
de 2014, para los efectos previstos en el punto séptimo del Acuerdo General Plenario 19/2013.
Época: Décima Época
Registro: 160509
Instancia: Primera Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Libro III, Diciembre de 2011, Tomo 3
Materia(s): Constitucional
Tesis: 1a./J. 139/2011 (9a.)
Página: 2057

PRUEBA ILÍCITA. EL DERECHO A UN DEBIDO PROCESO COMPRENDE EL


DERECHO A NO SER JUZGADO A PARTIR DE PRUEBAS OBTENIDAS AL MARGEN
DE LAS EXIGENCIAS CONSTITUCIONALES Y LEGALES.

Exigir la nulidad de la prueba ilícita es una garantía que le asiste al inculpado durante todo el
proceso y cuya protección puede hacer valer frente a los tribunales alegando como fundamento:
(i) el artículo 14 constitucional, al establecer como condición de validez de una sentencia penal,
el respeto a las formalidades esenciales del procedimiento, (ii) el derecho de que los jueces se
conduzcan con imparcialidad, en términos del artículo 17 constitucional y (iii) el derecho a una
defensa adecuada que asiste a todo inculpado de acuerdo con el artículo 20, fracción IX de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. En este sentido, si se pretende el
respeto al derecho de ser juzgado por tribunales imparciales y el derecho a una defensa
adecuada, es claro que una prueba cuya obtención ha sido irregular (ya sea por contravenir el
orden constitucional o el legal), no puede sino ser considerada inválida. De otra forma, es claro
que el inculpado estaría en condición de desventaja para hacer valer su defensa. Por ello, la
regla de exclusión de la prueba ilícita se encuentra implícitamente prevista en nuestro orden
constitucional. Asimismo, el artículo 206 del Código Federal de Procedimientos Penales
establece, a contrario sensu, que ninguna prueba que vaya contra el derecho debe ser admitida.
Esto deriva de la posición preferente de los derechos fundamentales en el ordenamiento y de su
afirmada condición de inviolables.

Amparo directo 9/2008. 12 de agosto de 2009. Mayoría de cuatro votos. Disidente: Sergio A.
Valls Hernández. Ponente: José Ramón Cossío Díaz. Secretario: Miguel Enrique Sánchez Frías.

Amparo directo 16/2008. 12 de agosto de 2009. Mayoría de cuatro votos. Disidente: Sergio A.
Valls Hernández. Ponente: José Ramón Cossío Díaz. Secretario: Miguel Enrique Sánchez Frías.

Amparo directo 10/2008. 12 de agosto de 2009. Mayoría de cuatro votos. Disidente: Sergio A.
Valls Hernández. Ponente: José de Jesús Gudiño Pelayo. Secretaria: Carmina Cortés Rodríguez.

Amparo directo 8/2008. 12 de agosto de 2009. Mayoría de cuatro votos. Disidente: Sergio A.
Valls Hernández. Ponente: Olga Sánchez Cordero de García Villegas. Secretaria: Rosalía
Argumosa López.

Amparo directo 33/2008. 4 de noviembre de 2009. Mayoría de cuatro votos. Disidente: Sergio
A. Valls Hernández. Ponente: José Ramón Cossío Díaz. Secretario: Miguel Enrique Sánchez
Frías.

Tesis de jurisprudencia 139/2011. Aprobada por la Primera Sala de este Alto Tribunal, en sesión
privada de cuatro de noviembre de dos mil once.
Época: Décima Época
Registro: 160500
Instancia: Primera Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Libro III, Diciembre de 2011, Tomo 3
Materia(s): Constitucional, Penal
Tesis: 1a./J. 140/2011 (9a.)
Página: 2058

PRUEBAS EN EL PROCEDIMIENTO PENAL. SUPUESTOS EN QUE DEBE


NULIFICARSE SU EFICACIA.

La eficacia de las pruebas en el procedimiento penal debe nulificarse en los casos en que la
norma transgredida establezca: (i) garantías procesales, (ii) la forma en que se practica la
diligencia, o bien, (iii) derechos sustantivos en favor de la persona. Por su parte, las pruebas
derivadas (aunque lícitas en sí mismas) deben anularse cuando aquellas de las que son fruto
resultan inconstitucionales. Así, los medios de prueba que deriven de la vulneración de derechos
fundamentales no deben tener eficacia probatoria, pues de lo contrario se trastocaría la garantía
de presunción de inocencia, la cual implica que nadie puede ser condenado si no se comprueba
plenamente el delito que se le imputa y la responsabilidad penal en su comisión, circunstancia
que necesariamente implica que las pruebas con las cuales se acreditan tales extremos, deben
haber sido obtenidas lícitamente.

Amparo directo 9/2008. 12 de agosto de 2009. Mayoría de cuatro votos. Disidente: Sergio A.
Valls Hernández. Ponente: José Ramón Cossío Díaz. Secretario: Miguel Enrique Sánchez Frías.

Amparo directo 16/2008. 12 de agosto de 2009. Mayoría de cuatro votos. Disidente: Sergio A.
Valls Hernández. Ponente: José Ramón Cossío Díaz. Secretario: Miguel Enrique Sánchez Frías.

Amparo directo 10/2008. 12 de agosto de 2009. Mayoría de cuatro votos. Disidente: Sergio A.
Valls Hernández. Ponente: José de Jesús Gudiño Pelayo. Secretaria: Carmina Cortés Rodríguez.

Amparo directo 8/2008. 12 de agosto de 2009. Mayoría de cuatro votos. Disidente: Sergio A.
Valls Hernández. Ponente: Olga Sánchez Cordero de García Villegas. Secretaria: Rosalía
Argumosa López.

Amparo directo 33/2008. 4 de noviembre de 2009. Mayoría de cuatro votos. Disidente: Sergio
A. Valls Hernández. Ponente: José Ramón Cossío Díaz. Secretario: Miguel Enrique Sánchez
Frías.

Tesis de jurisprudencia 140/2011. Aprobada por la Primera Sala de este Alto Tribunal, en sesión
privada de cuatro de noviembre de dos mil once.
Época: Novena Época
Registro: 164544
Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo XXXI, Mayo de 2010
Materia(s): Penal
Tesis: III.2o.P. J/25
Página: 1843

PRUEBAS EN EL PROCEDIMIENTO PENAL. PROCEDE REPONERLO SI ALGUNA DE


LAS OFRECIDAS Y ADMITIDAS NO ES DESAHOGADA.

El hecho de que el Juez de la causa no advierta la falta de desahogo de alguna prueba ofrecida y
admitida viola lo dispuesto en la fracción V del artículo 20, apartado A, de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos, en su texto anterior a la reforma publicada en el
Diario Oficial de la Federación el 18 de junio de 2008 y, en consecuencia, lo procedente es
reponer el procedimiento para el efecto de que el Juez señale nueva fecha y hora para su
desahogo con el fin de agotar los medios necesarios y no dejar al quejoso en estado de
indefensión.

SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA PENAL DEL TERCER CIRCUITO.

Amparo directo 230/2002. 28 de enero de 2003. Unanimidad de votos. Ponente: Hugo Ricardo
Ramos Carreón. Secretaria: María del Carmen Cabral Ibarra.

Amparo directo 285/2007. 28 de septiembre de 2007. Unanimidad de votos. Ponente: Silvia


Irina Yayoe Shibya Soto. Secretario: Omar Humberto Romero Romero.

Amparo directo 334/2008. 6 de noviembre de 2008. Unanimidad de votos. Ponente: Silvia Irina
Yayoe Shibya Soto. Secretaria: Michell Covarrubias Martínez.

Amparo directo 227/2009. 22 de octubre de 2009. Unanimidad de votos. Ponente: José Alfredo
Gutiérrez Barba. Secretaria: Elsa Beatriz Navarro López.

Amparo directo 228/2009. 22 de octubre de 2009. Unanimidad de votos. Ponente: José Alfredo
Gutiérrez Barba. Secretaria: Elsa Beatriz Navarro López.
Época: Novena Época
Registro: 172945
Instancia: Primera Sala
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo XXV, Marzo de 2007
Materia(s): Penal
Tesis: 1a./J. 1/2007
Página: 202

PRUEBA TESTIMONIAL EN EL PROCEDIMIENTO PENAL. LA FALTA DE PROBIDAD


POR PARTE DE LOS TESTIGOS EN PROPORCIONAR SUS GENERALES, EN SÍ MISMA,
NO ES SUFICIENTE PARA RESTAR VALOR PROBATORIO A SU TESTIMONIO.

De la interpretación sistemática y armónica de los artículos 285, 286 y 290 del Código Federal
de Procedimientos Penales se advierte que la prueba testimonial no es una prueba tasada, sino
circunstancial o indiciaria, porque la codificación en estudio no le otorga valor probatorio pleno,
sino que se deduce la posibilidad de la libre valoración por parte del juzgador, con la limitante
de que éste funde y motive debidamente su resolución y las conclusiones a que arribe al valorar
dicha probanza. Ahora bien, en términos del artículo 289 de la codificación procesal penal en
cita, los requisitos formales que deben tomarse en cuenta al momento de valorar la prueba
testimonial, entre otros son los siguientes: a) que por su edad, capacidad e instrucción, tenga el
criterio necesario para declarar en relación a los hechos que narra; b) que por su honradez e
independencia de su posición y antecedentes personales, se llegue al convencimiento de que no
tiene motivos para declarar en favor o en contra del inculpado; c) que el hecho de que se trate
sea susceptible de conocerse por medio de los sentidos, y que el testigo lo conozca por sí mismo
y no por inducciones ni referencias de otro; d) que la declaración sea clara y precisa, sin dudas
ni reticencias, respecto de la sustancia del hecho y sus circunstancias esenciales; e) que el
testigo no haya sido obligado por fuerza o miedo, ni impulsado por engaño, error o soborno,
siendo que el apremio judicial no se reputará como fuerza. Además de observar los requisitos
formales recién indicados, se estima también imprescindible que el juzgador aprecie el
contenido de la declaración vertida por el testigo, lo que implica que al momento de decidir
sobre el mérito convictivo que merece un ateste, en uso de su arbitrio judicial y libertad para
realizar la valoración de las pruebas, el juzgador deberá tener en cuenta todas las demás
circunstancias, objetivas y subjetivas que, mediante un proceso lógico y un correcto raciocinio,
conduzcan a determinar la mendacidad o veracidad del testigo. Por tanto, se estima que el libre
albedrío otorgado al juzgador para apreciar en conciencia el material probatorio, no puede tener
como consecuencia absoluta el efecto de negar valor probatorio alguno a las declaraciones de
aquellos que hayan conducido con falta de probidad al proporcionar sus generales, porque al ser
la prueba testimonial una probanza no tasada por nuestra legislación, el juzgador debe
considerar otros elementos probatorios y al relacionarlos con lo manifestado por el testigo,
llegar a determinar si los hechos que éste narra, se encuentran corroborados con otros elementos
de prueba, que permitan al órgano jurisdiccional formarse la convicción respecto de la
veracidad de la declaración del ateste. Además, de la lectura de la fracción II del artículo 289
del Código Federal de Procedimientos Penales, se advierte que el aspecto primordial que
privilegió el juzgador al apreciar la declaración de un testigo, es precisamente la imparcialidad
del mismo, tomando en cuenta tanto la probidad, como la independencia y antecedentes
personales del ateste, sin embargo, como ya se dijo, la probidad del testigo representa sólo uno
de diversos elementos que debe tomar en cuenta el juzgador, para otorgarle o no valor
probatorio al testimonio de un ateste, por lo que no se ajustaría al sistema procesal mexicano
respecto de la libre apreciación de la prueba, si por falta de probidad al proporcionar sus
generales, se dejaran sin valor probatorio las declaraciones de los testigos.

Contradicción de tesis 99/2006-PS. Entre las sustentadas por los Tribunales Colegiados
Segundo y Tercero en Materias Penal y Administrativa del Quinto Circuito. 25 de octubre de
2006. Unanimidad de cuatro votos. Ausente: José de Jesús Gudiño Pelayo. Ponente: Sergio A.
Valls Hernández. Secretario: Joaquín Cisneros Sánchez.

Tesis de jurisprudencia 1/2007. Aprobada por la Primera Sala de este Alto Tribunal, en sesión
de fecha diez de enero de dos mil siete.
Época: Novena Época
Registro: 174830
Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo XXIII, Junio de 2006
Materia(s): Penal
Tesis: XX.2o. J/16
Página: 1078

TESTIGO ÚNICO. REQUISITOS QUE DEBE REUNIR PARA FUNDAR UNA SENTENCIA
CONDENATORIA.

Por regla general, en el procedimiento penal una sentencia condenatoria no puede sustentarse en
el dicho de un solo testigo. Sin embargo, para que el testimonio de la única persona que
presenció los hechos ilícitos soporte una sentencia condenatoria, es menester que el mismo
ofrezca garantía de conocimiento y veracidad tal que sea capaz de convencer con su dicho, bien
sea por la evidente razón de haber conocido los hechos o por determinadas circunstancias
personales que lo conviertan en un testigo insospechable de parcialidad. Por lo que el juzgador,
a efecto de determinar si la manifestación del testigo único reúne tales características deberá
atender a la forma en que se desarrollaron los hechos, a las circunstancias de su realización, a
las particularidades que revista tanto el testigo como su declaración y, además, a que lo
testificado por éste se encuentre adminiculado con el resto de las pruebas indirectas que
determinen fehacientemente la responsabilidad penal que se le atribuye al sentenciado. De
donde se sigue que si de autos se advierte que por la hora y forma de comisión del hecho
delictivo, éste se realizó en presencia de un solo testigo; que no se advierte que trate de
perjudicar al quejoso; y, además, que su manifestación se encuentre adminiculada con el resto
de las pruebas existentes en el sumario, por tanto, es evidente que el testimonio de éste adquiere
valor preponderante y, por ende, es suficiente para fincar responsabilidad penal al quejoso en la
comisión del delito que se le reprocha.

SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO DEL VIGÉSIMO CIRCUITO.

Amparo directo 71/2003. 21 de mayo de 2003. Unanimidad de votos. Ponente: Carlos Arteaga
Álvarez. Secretario: Juan Manuel Morán Rodríguez.

Amparo directo 777/2003. 21 de abril de 2004. Unanimidad de votos. Ponente: Raúl


Mazariegos Aguirre, secretario de tribunal autorizado por la Comisión de Carrera Judicial del
Consejo de la Judicatura Federal para desempeñar las funciones de Magistrado. Secretario:
Salomón Zenteno Urbina.

Amparo directo 179/2004. 5 de noviembre de 2004. Unanimidad de votos. Ponente: Juan


Manuel Morán Rodríguez, secretario de tribunal autorizado por la Comisión de Carrera Judicial
del Consejo de la Judicatura Federal para desempeñar las funciones de Magistrado. Secretario:
Antonio Artemio Maldonado Cruz.

Amparo en revisión 632/2004. 29 de septiembre de 2005. Unanimidad de votos. Ponente: Alma


Rosa Díaz Mora. Secretario: José Francisco Chávez García.

Amparo directo 265/2005. 23 de febrero de 2006. Unanimidad de votos. Ponente: Gilberto Díaz
Ortiz. Secretario: Salomón Zenteno Urbina.

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