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Partiendo del contexto educativo en el que nos encontramos con el fin de fortalecer las

bases teóricas y conocimientos se genera la necesidad de conocer diferentes posturas teóricas que

han marcado la historia de cómo se enseña y se hace pedagogía, desde el área psicológica y

psicoeducativa podemos decir que se cuenta con una amplia gama de autores que han guiado el

quehacer de los educadores, psicólogos, psicólogos educativos y demás profesionales que se

desempeñan dentro de los procesos de enseñanza-aprendizaje.

En esta relatoría les presentaremos a Julián De Zubiría Samper; economista, educador y

Columnista. Hablaremos un poco de lo que ha sido su vida profesional enfatizando en lo que ha

sido su obra y su aporte a la pedagogía desde su modelo pedagógico propuesto; se ahondará en su

postura teórica y en las bases de esta misma, teniendo en cuenta que es uno de los autores

representativos de la actualidad, que ha basado su trabajo partiendo de otros representativos que

le anteceden.

Comencemos esta presentación por mencionar que Julián de Zubiría nació en Bogotá-

Colombia el 23 de julio de 1956 e inició su vida profesional como educador en un colegio

público en el sur de su ciudad de origen, posteriormente en el año 1988 funda junto a su hermano

Miguel de Zubiría quien es psicólogo el instituto Alberto Merani en esta ciudad; es aquí donde

comienza sus aportes a la pedagogía con su propuesta que inicialmente fue conocida como

pedagogía conceptual y posteriormente pasó a ser llamada pedagogía dialogante.

La llamada pedagogía dialogante propone al estudiante como el centro del proceso de

aprendizaje, y esto no es lo mismo que decir que el estudiante recibe información que viene de

otras personas o desde afuera; lo que esta postura indica es que al ser el centro del aprendizaje es

este mismo quien lo construye a partir del dialogo pedagógico y es allí donde entra el rol del

docente como facilitador de estos espacios. Se propone desde este modelo que el aprendizaje se
da fuera del aula teniendo en cuenta el contexto del individuo, y desde los espacios de diálogos

que se propician en el aula es que este conocimiento se estructura y se le da forma.

Zubiría, S (citado en Fundación Proamigos, 2005) menciona que “todo acto educativo

requiere de 6 componentes: Los propósitos, Las enseñanzas, La evaluación, La secuencia, Las

didácticas, Los recursos complementarios”. Para que el aprendizaje ocurra de manera óptima es

necesario que se cumpla este orden de forma estricta, partiendo de que los propósitos se

estructuran de acuerdo a las necesidades y características del estudiante, de esta forma los demás

procesos serán adecuados a estas mismas.

Si revisamos un poco más atrás, se puede identificar que este modelo pedagógico parte de

teóricos importantes tales como Vygotsky quien habla de un aprendizaje social, que se da en el

contexto del individuo a partir de las experiencias en relación con su entorno, también Ausubel

con su postulado del aprendizaje significativo propone que el estudiante tiene un rol activo en su

proceso de aprendizaje. De esta forma, De Zubiría en su postulado indica que el aprendizaje y

construcción del conocimiento lo realiza el estudiante, dentro de un contexto histórico, social y

cultural; es decir, no lo reduce a la escuela.

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