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TRABAJO DE SEGURIDAD SOCIAL

(derechos adquiridos y meras expectativas)

FUNDACION UNIVERSITARIA DEL AREA ANDINA


FACULTAD DE DERECHO
VALLEDUPAR
SEPTIEMBRE- 2019
DERECHOS ADQUIRIDOS Y MERAS EXPECTATIVAS

Derechos adquiridos y meras expectativas, cabe resaltar que algunos analistas


consideran que hablar de derechos adquiridos es redundante, porque si no se han
adquirido no son derechos.
De todas maneras, se ha entendido que son DERECHOS ADQUIRIDOS aquellos
que han ingresado al patrimonio de las personas, por haber cumplido éstas los
requisitos y condiciones señalados por la ley para su adquisición, antes de que
entrara en vigencia una nueva disposición legal que modificó la regulación de esos
derechos.
De manera técnica, la Corte Constitucional ha señalado que: “configuran derechos
adquiridos las situaciones jurídicas individuales que han quedado definidas y
consolidadas bajo el imperio de una ley y que, en tal virtud se entienden
incorporadas válida y definitivamente o pertenecen al patrimonio de una persona”,
es decir, que para que se configure un derecho adquirido es necesario que antes
de que opere el tránsito legislativo se reúnan todas las condiciones necesarias
para adquirirlo.
De ese modo, una persona que ha cumplido la edad y reunido el número de
semanas que exige la ley para acceder a la pensión de vejez, ha configurado en
su favor el derecho a disfrutar de ese beneficio, y por tanto se halla ante un
derecho adquirido, del cual no puede ser despojado, aunque cambie la legislación
que regula la pensión de vejez, porque el mismo goza de la debida protección del
Estado por disponerlo así la Constitución Nacional.
En Sentencia C-147 de 1997 reiteró que para que se consolide un derecho es
necesario que antes de que opere el tránsito legislativo se reúnan todas las
condiciones necesarias para adquirirlo. En tal oportunidad sostuvo que "configuran
derechos adquiridos las situaciones jurídicas individuales que han quedado
definidas y consolidadas bajo el imperio de una ley y que, en tal virtud, se
entienden incorporadas válida y definitivamente o pertenecen al patrimonio de una
persona." Aclarando posteriormente que "la Constitución prohíbe el
desconocimiento o modificación de las situaciones jurídicas consolidadas bajo la
vigencia de una ley, con ocasión de la expedición de nuevas regulaciones
legales."

Meras Expectativas: que son, al decir de la Corte Constitucional,


“aquellas esperanzas o probabilidades que tiene una persona de adquirir en el
futuro un derecho, si no se produce un cambio relevante en el ordenamiento
jurídico”
La jurisprudencia ha precisado que una de las principales diferencias entre los
derechos adquiridos y las meras expectativas consiste en que “…mientras los
derechos adquiridos gozan de la garantía de inmutabilidad que se deriva de su
protección expresa en la Constitución, salvo casos excepcionales (art. 58), las
meras expectativas, en cambio, pueden ser objeto de modificación por el
legislador, pues carecen de dicha protección constitucional.
O sea, que mientras los derechos adquiridos no pueden ser desconocidos o
modificados, las meras expectativas sí pueden ser afectadas por el legislador,
habida cuenta de que éstas no gozan de la misma protección de que son objeto
los derechos adquiridos.
Por ejemplo, una persona que se encuentra cotizando para pensión en el Régimen
de Prima Media (Colpensiones) pero que no ha cumplido aún la edad ni ha
acumulado las semanas requeridas para acceder a la pensión, tiene apenas una
mera expectativa de pensionarse con los requisitos actuales si no cambia la
legislación sobre pensiones, porque si cambia la regulación y se establecen
condiciones más gravosas, esa persona deberá cumplir las exigencias que
estipule la nueva ley. Pero el hecho de que frente a las meras expectativas no
opere la prohibición de regresividad, no quiere decir que estén privadas de toda
protección, por cuanto cualquier cambio de regulación normativa.
“no solo debe consultar los principios de razonabilidad y proporcionalidad, sino
que, además, en función del principio de confianza legítima, se debe proteger la
creencia cierta del administrado de que la regulación que lo ampara en un
derecho se seguirá manteniendo vigente en el ordenamiento jurídico”.
Y ha sido a partir de esa consideración que la Corte ha advertido que: “Cuánto
más cerca está una persona de acceder al goce efectivo de un derecho, mayor es
la legitimidad de su expectativa en este sentido”.

Y ese señalamiento de la Corte nos pone en contacto con el tercer concepto:


Expectativas legítimas: las cuales constituyen una categoría intermedia entre los
derechos adquiridos y las meras expectativas.
Pues bien, la noción de expectativas legítimas nos remite a aquellas situaciones
en las que el individuo se encuentra próximo a configurar su derecho a la pensión
y se produce un cambio de legislación que hace más gravosa la adquisición del
derecho a aquella, lo cual da lugar a que se haga necesaria la aplicación del
principio de no regresividad, para evitar de ese modo la vulneración del derecho
de manera desproporcionada e irrazonable, circunstancia que le abre camino a los
llamados regímenes de transición.
En conclusión, hablamos de derechos adquiridos en aquellos casos en que la
persona ha cumplido todas las condiciones y exigencias que señalan las normas
legales para la adquisición del derecho a la pensión. Hablamos de expectativas
legítimas, cuando el individuo no ha cumplido aún los requisitos necesarios para la
obtención del derecho, pero se halla muy próximo de lograrlo, y se produce un
cambio de legislación que hace más dispendiosa la obtención del derecho. En ese
caso lo razonable y justo es que se respeten esas expectativas legítimas y las
personas que se encuentren en tales circunstancias conserven el derecho a
pensionarse con fundamento en las normas que venían regulando ese derecho, o
sea que se establezca un régimen de transición. Y finalmente, hablamos de meras
expectativas para referirnos a las aspiraciones pensionales de quienes no han
cumplido las condiciones y exigencias requeridas para configurar el derecho a la
pensión ni están próximas a lograrlo.
Para finalizar es preciso reiterar una vez más que tratándose de derechos
adquiridos, al legislador le está prohibido desconocerlos o modificarlos; en
cuanto a las expectativas legítimas, el legislador deberá mantener las
condiciones que venían regulando el derecho, para aquellas personas que al
momento del cambio de legislación estaban ad portas de consolidar sus
aspiraciones, es decir, de adquirir el derecho; y en cuanto a las meras
expectativas, el legislador goza de libertad para modificar las condiciones que
gobernaban el derecho, dicho en términos técnicos: el legislador puede hacer uso
libremente de su facultad de configuración legal.

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