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Magíster en Derecho
ANÁLISIS COMPARADO.
22 de junio de 2023
ÍNDICE
Introducción………………………………………………………………………………2
Conceptualización doctrinaria…………………………………………………………
Normativa aplicable……………………………………………………………………
Brecha legislativa……………………………………………………………………….
Conclusiones……………………………………………………………………………
1
INTRODUCCIÓN
2
CONCEPTUALIZACIÓN DOCTRINARIA
1. Investigación biomédica
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la resolución de problemas médicos cotidianos (mediante productos o
metodologías para la práctica médica cotidiana).
Investigación epidemiológica: consiste en la descripción o análisis de
fenómenos en poblaciones determinadas (comunidades, clínicas,
hospitales). Se centra en un grupo de personas con una enfermedad para
responder a preguntas acerca de las causas y factores de riesgo, los
síntomas presentes y su progreso, rasgos o condiciones ambientales y/o
genéticos que podrían ser compartidos por una población que padece la
misma enfermedad.
En tanto la investigación biomédica en general tiene el objetivo de obtener
conocimientos para solucionar problemas de salud de las personas y la población,
la investigación clínica en particular, es la que requerirá de intervenciones y activa
participación de la población objetivo (pacientes) por lo que es de sumo interés
fomentar la mayor familiarización y entendimiento de lo que este tipo de
investigación implica.
Neuroderechos
Neurotecnologías
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Se entiende por neurotecnología cualquier tecnología que registre información
procedente de la actividad cerebral o interfiera con ella. Combinada con la
inteligencia artificial, tiene el potencial de alterar la sociedad de manera
fundamental, según afirman los científicos al frente de la iniciativa. El trabajo de la
organización se centra, por tanto, en desarrollar un código deontológico para los
científicos implicados en neurotecnología y en el reconocimiento internacional de
los cinco neuroderechos: Identidad personal, libre albedrío, privacidad mental,
acceso equitativo y protección contra los sesgos.
Una de las preguntas esenciales de fines del siglo XX era cuál sería el futuro de
los derechos humanos, considerando que el desarrollo progresivo es una de sus
características. La respuesta es clara: el desarrollo científico y tecnológico y sus
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amenazas a la humanidad requiere que el mundo de los derechos humanos
enfrente decididamente estos riesgos y desarrolle nuevos derechos humanos
acordes a esta nueva realidad.
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nunca, la ciencia y sus aplicaciones son indispensables para el desarrollo. Todos
los niveles de gobierno y el sector privado deberían brindar mayor apoyo para
construir una capacidad científica y tecnológica adecuada y equitativamente
distribuida a través de programas apropiados de educación e investigación como
una base indispensable para el desarrollo económico, social, cultural y ambiental
sólido. Esto es particularmente urgente para los países en desarrollo".
Sin embargo, ninguno de los textos hace una revisión sobre la incidencia aplicada
que puede tener la ciencia sobre la integridad física y síquica del ser humano y
cómo ella podría afectar el derecho a la vida y a la integridad física o síquica. Un
proyecto interesante son las Directrices Éticas sobre una Inteligencia Artificial
Confiable del Grupo de Expertos de
Alto Nivel Sobre Inteligencia Artificial de la Comisión Europea (2018)6. Y sin duda
estos contenidos deben ser uno de los insumos para crear los estatutos de
protección necesarios en nuestro país.
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En Chile, tuvimos la oportunidad de conocer a grandes científicos, posicionando
temas de vanguardia en charlas magistrales en el contexto del Congreso del
Futuro. Uno de ellos es el Doctor Rafael Yuste, quien junto a Sara Goering han
liderado, a través del Morningside Group, las propuestas más consensuadas y
avanzar sobre cómo debemos enfrentarnos a los riesgos aparejados al estudio del
cerebro humano, y han puesto el acento en la necesidad de desarrollar la ciencia
en un marco regulatorio que reconozca cinco nuevos derechos humanos:
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constitucional, sustrayéndola del plano de la filosofía moral. En efecto, a la idea
positivista Kelseniana – motivada por las atrocidades de la guerra- se incorporó la
necesidad de elevar la dignidad humana como un valor consagrado en la
Constitución, que sirviera de método interpretativo de toda la estructura de
derechos fundamentales en el sistema alemán. De esta manera, la positivización
de la dignidad humana en la Constitución llevará consigo el establecimiento de
una norma en su sentido jurídico, conforme a la cual debe ser interpretada el
propio sentido de toda Constitución, lo que implica la posibilidad de exigir o
reclamar del Estado prestaciones positivas o abstenciones para no atentar contra
ella.7
Por consiguiente, este giro dogmático permitió pasar de una mera referencia
axiológica a su consagración con contenido normativo. Así las cosas, desde el
punto de vista constitucional la dignidad humana como valor juega una triple
función, a saber: a) constituye la base estructural de todo el sistema de garantías y
derechos fundamentales, b) constituye un elemento de significación a todas las
normas, en cuya virtud todas las disposiciones serán interpretadas a la luz de la
“dignidad”, y c) juega un rol clave a la hora de limitar libertades o delimitar
derechos, ya que en la intensidad de la actividad limitadora/delimitadora que
despliegue el legislador deberá tenerse como norte la dignidad8
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elementos definitorios de la dignidad humana en su sentido jurídico, como son la
“unicidad del individuo”, la autodeterminación, la racionalidad y la libertad. A mayor
abundamiento, la jurisprudencia constitucional, a través de la STC 389-03, la ha
definido como “la cualidad del ser humano que lo hace acreedor siempre de un
trato de respeto, porque ella es la fuente de los derechos esenciales y de las
garantías destinadas a obtener que sean resguardadas” (STC 389-03 C° 17).
Asimismo, el TC ha ubicado a la dignidad como uno de los principios
estructurantes de las bases de la institucionalidad chilena, tal como lo señala la
STC 1287-08 al indicar que constituye el “principio matriz del sistema institucional
vigente del cual se infiere, con claridad inequívoca, que todo ser humano, sin
distinción ni exclusión, está dotado de esa cualidad, fuente de los derechos
fundamentales que asegura en su artículo 19” (STC 1287-08 C°16).
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artículo 5 de la Convención Americana” (Corte IDH J. vs Perú, 2013, c° 363). En
este fallo la Corte establece una estrecha relación entre la dignidad y el derecho a
la integridad física y psíquica, entendiendo la integridad del ser humano como una
manifestación concreta de la dignidad. Este punto será clave para explicar la
ubicación del derecho a la neuroprotección dentro del artículo 19 N° 1 de nuestro
catálogo de garantías constitucionales.
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La referida evolución permite evidenciar la necesidad de replantear el ámbito ius
fundamental de ciertas garantías fundamentales en aras de dar respuestas
satisfactorias frente a las nuevas amenazas que el avance científico y tecnológico
envuelve. Así, avances como la big data, la IA, la IoT, y la interfaz cerebro
computadora, necesariamente obligan a preguntarse por las reales capacidades
de protección de algunas garantías fundamentales tal y como las conocemos hoy,
como el derecho a la protección de datos, la privacidad, la igualdad, entre otras.
Así las cosas, Byung- Chul Han se ha referido a la amenaza que encarna la Big
Data.
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nuevas técnicas, en especial en lo tocante a la protección del “cerebro humano”,
concepto que no se agota sólo en una dimensión física, sino que más bien se
expande hacia su dimensión de potencialidad mental que envuelve los misterios
de la existencia humana y es por esa razón que debe tener la máxima protección
ius fundamental.
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transgresiones arbitrarias, y que, por otra, demanda de acciones positivas por
parte del Estado enderezadas a brindar dicha protección. Con ello se pone en
relieve lo que Gustavo Zagrabelsky ha llamado como la “función instauradora” del
derecho, pues conforme al humanismo laico se asume que en el mundo no existe
un orden preestablecido, sino que el hombre da ese orden, conforme a actos que
manifiesten esa voluntad, lo cual implica estar siempre en tensión o “polémica” con
el orden existente. Es por ello que
Las referidas prerrogativas guardan una estrecha relación con parámetros éticos
que derivan de un correcto uso de las neurotecnologías, definidos por Morningside
Group en Nature, y que han sido agrupados en cuatro elementos éticos, que
constituyen en contenido del derecho que se consagra. Estos son:
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b. El derecho a la identidad personal y la autodeterminación (agency): En
efecto, la neurotecnología abre la posibilidad para anular o alterar la identidad de
las personas. Así como puede curar enfermedades antes incurables como el
Alzheimer odemencias, entre otras, representa un riesgo para la identidad de las
personas, toda vez que podría constituir una herramienta para inhibir la conciencia
y la determinación del “yo” o el “self” de una persona. Es decir, a través de la
neurotecnología es posible disminuir la conciencia o generar intersticios
amnésicos, entre otros efectos no deseados.
Este haz de elementos descritos que configuran el contenido esencial del derecho
a la neuroprotección no se agota en sí mismo, pues, conforme avance la
neurotecnología, es posible que se abran nuevas prerrogativas orientadas a
enriquecer el derecho fundamental. Se trata, por tanto, de un derecho de textura
abierta, cuyo desarrollo y delimitación corresponde al legislador, quien será el que
a través de la ley respectiva desarrolle la garantía fundamental en sus aspectos
operativos, sin afectar en esta tarea de delimitación el contenido esencial.
“ Que, debe señalarse que es principio general y básico del derecho constitucional
chileno la “reserva legal” en la regulación del ejercicio de los derechos
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fundamentales; esto es, toca al legislador, y sólo a él, disponer normas al
respecto, sin más excepción que la referente al derecho de reunión en lugares de
uso público, regido su ejercicio por disposiciones generales de policía (artículo 19,
Nº 13, de la Constitución), pero tanto aquellas regulaciones como ésta no pueden
jamás afectar el contenido esencial de tales derechos.”
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investigación se vincula prácticamente con todos los derechos y garantías
constitucionales basados en el respeto fundamental a la dignidad humana. Está
relacionada con el respeto a la vida y a la integridad física y psíquica de la
persona; la protección de la vida del que está por nacer; la igual protección de la
ley en el ejercicio de los derechos de las personas; el respeto y protección de la
vida privada y pública y de la honra de las personas y de su familia; el derecho a la
libertad personal y a la seguridad individual; el derecho a la protección de la salud;
el derecho de propiedad sobre toda clase de bienes corporales e incorporales, y el
derecho del autor sobre sus creaciones intelectuales.
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información bioética (incluyendo material online) para apoyar a los investigadores;
elaborar flujogramas de seguimiento de las normas bioéticas para los proyectos
FONDECYT que lo requieran, y asesorar a los Comités de FONDECYT que
soliciten apoyo en aspectos bioéticos.
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Investigación médica y neuroderechos
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Las normas vigentes en nuestro país en materia de investigación biomédica en
seres humanos presentan deficiencias, algunas de las cuales se refieren a que:
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las consultas profesionales.
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duda surge cuando se trata de madres menores de edad respecto de autorizar a
sus hijos para la investigación biomédica.
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• Otro vacío se refiere a las organizaciones que coordinan la investigación (CRO),
empresas que intermedian con los patrocinadores extranjeros, no siempre
domiciliados en Chile, y que contratan localmente a los investigadores. El
problema es que la relación patrocinador-investigador está mediada por un tercero
y estas organizaciones podrían no contar con patrimonio suficiente para responder
por eventuales daños a los sujetos de la investigación.
• No están regulados los estudios con fines promocionales o los que se realizan
sobre la base de una prestación de servicios.
NORMATIVA APLICABLE
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internacional, conformada por las normas de derecho internacional, derecho
europeo y legislación española, utilizada como parámetro con la segunda clase de
leyes a estudiar, que sería la legislación chilena.
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respeto de sus derechos y libertades fundamentales, concretamente su derecho a
la vida privada, con respecto al tratamiento automatizado de los datos de carácter
personal correspondientes a dicha persona. En este Convenio, en su artículo 6, se
les otorga categoría particular a aquellos datos de carácter personal relativos a la
salud, por lo que no podrán tratare automáticamente, a menos que el derecho
interno prevea garantías apropiadas. Luego, en el año 1995 se crea la Directiva
46/95 del Parlamento Europeo y del Consejo de Europa relativa a la protección de
las personas físicas en lo que respecta al tratamiento de datos personales y a la
libre circulación de estos datos. Esta Directiva después fue sustituida por el
Reglamento General de Protección de Datos de la Unión Europea de 2016, como
observaremos más adelante.
Así las cosas, el avance tecnológico de las últimas décadas del siglo XX, el
crecimiento exponencial de la economía, la globalización y el desarrollo científico,
produjo que desde la UNESCO se elaborara la Declaración Universal sobre el
Genoma Humano y los Derechos Humanos en 1997, documento que es conocido
por oponerse contra la clonación humana y el abuso del genoma humano contra la
dignidad humana, en su artículo 7 señala que se deberá proteger “…la
confidencialidad de los datos genéticos asociados con una persona identificable,
conservados o tratados con fines de investigación o cualquier otra finalidad”.
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Ahora bien, centrándonos de lleno en el contexto netamente europeo, tras
el Convenio N°108 y la Carta de Derechos Fundamentales de la Unión Europea
del año 2000, que, dicho sea de paso en su artículo 8 expresamente protege los
datos de carácter personal, y más la normativa internacional recién comentada, el
Estado español comenzó a confeccionar una legislación que se adecuara a los
parámetros europeos e internacionales, con miras a definir y delimitar la
investigación biomédica, y regular el tratamiento de los datos personales con
miras a proteger la vida privada de las personas. La primera de ellas fue la Ley
Orgánica 15/1999, de 13 de diciembre, de Protección de Datos de Carácter
Personal que, si bien se hace cargo de regular la protección de los datos
personales, no hay una especificidad en la regulación de la información
proveniente de investigaciones biomédicas, salvo lo dispuesto en el artículo 7
sobre datos especialmente protegidos, en los cuales es menciona a aquellos
relativos a la salud.
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intimidad y el respeto a la voluntad del sujeto en materia de información, así como
la confidencialidad de los datos genéticos de carácter personal”. En resumen, esta
ley recoge una relación precisa que pone límites del principio de libertad de la
investigación en la defensa de la dignidad e identidad del ser humano y en la
protección de su salud, y se regulan de manera específica el consentimiento
informado y el derecho a la información, la protección de datos personales y el
deber de confidencialidad, entre otros.
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derechos que provienen del derecho internacional. Esta Carta de Derechos
Digitales expresa, respecto a los derechos digitales en el empleo de las
neurotecnologías, en su artículo 26 que “las condiciones, límites y garantías de
implantación y empleo en las personas de las neurotecnologías podrán ser
reguladas por la ley con la finalidad de: a) Garantizar el control de cada persona
sobre su propia identidad; b) Garantizar la autodeterminación individual, soberanía
y libertad en la toma de decisiones; c) Asegurar la confidencialidad y seguridad de
los datos obtenidos o relativos a sus procesos cerebrales y el pleno dominio y
disposición sobre los mismos; d) Regular el uso de interfaces persona-máquina
susceptibles de afectar a la integridad física o psíquica; e) Asegurar que las
decisiones y procesos basados en neurotecnologías no sean condicionadas por el
suministro de datos, programas o informaciones incompletos, no deseados,
desconocidos o sesgados”. Continúa el artículo señalando que “para garantizar la
dignidad de la persona, la igualdad y la no discriminación, y de acuerdo en su
caso con los tratados y convenios internacionales, la ley podrá regular aquellos
supuestos y condiciones de empleo de las neurotecnologías que, más allá de su
aplicación terapéutica, pretendan el aumento cognitivo o la estimulación o
potenciación de las capacidades de las personas”.
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Derechos Humanos, elaborado en 2023, que señala diez principios que los
abordan, llamando la atención a los Estados Partes, al sector privado, la academia
y al mundo científico, con el fin de instarlos que participen en el proceso de
adopción de medidas concretas que permitan que estas innovaciones contribuyan
al bienestar de las personas y comunidades.
Nos compete precisar, en relación con los datos personales que deriven de
una investigación biomédica, que esta ley define en el artículo 2 letra G, como
datos sensibles de un individuo aquellos que se refieren a las “características
físicas o morales de las personas (…) los estados de salud físico o psíquicos”,
quedando comprendidos en dicha definición.
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ratificados por Chile y que se encuentren vigentes”. Por lo tanto, aquí el
consentimiento previo e informado cobra preponderancia por obvias razones, ya
que sólo se podrá investigar y determinar la identidad genética de un ser humano
si cuenta con su autorización expresa y clara.
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De esta manera, en el año 2018 se publica en Chile la ley 21.096 que
consagra el derecho a protección de los datos personales en la Carta
Fundamental, quedando la nueva redacción del artículo 19 N°4 de la siguiente
forma: “El respeto y protección a la vida privada y a la honra de la persona y su
familia, y asimismo, la protección de sus datos personales. El tratamiento y
protección de estos datos se efectuará en la forma y condiciones que determine la
ley”.
BRECHA LEGISLATIVA
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que provengan de investigaciones biomédicas y de la neurociencia, donde se ha
ido avanzando, pero de manera mesurada y prudente.
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propósito de establecer que el tratamiento de los dato personales de las personas
naturales se realice con el consentimiento del titular de datos o en los casos que
autorice la ley, reforzando la idea de que los datos personales deben estar bajo la
esfera de control de su titular, favoreciendo su protección frente a toda intromisión
de terceros2. Varios de los artículos propuestos en el borrador tienen clara
inspiración en la legislación extranjera, como es el caso del principio de finalidad
que señala “Los datos solo serán tratados con fines determinados, explícitos y
legítimos, y no serán tratados ulteriormente de manera incompatible con dichos
fines; el tratamiento posterior de los datos personales con fines de archivo en
interés público, fines de investigación científica e histórica o fines estadísticos no
se considerará incompatible con los fines iniciales”, redacción que es bastante
similar al del artículo 21 de la Carta de Derechos Digitales de España. Insistimos
en este punto, porque es relevante en cuanto tanto reconocimiento del principio de
finalidad del tratamiento de datos personales, pues solo pueden ser tratados en el
marco de la finalidad para los cuales fueron aportados, cuestión que tanto en
Europa (España y Reglamento General de Protección de Datos de la Unión
Europea) y el proyecto de reforma de la ley 19.628, señala que los datos
personales pueden ser legítimamente utilizados en el marco de la finalidad lícita y
declarada en el registro de banco de datos correspondiente, licitud que emanará
cuando la ley lo autorice o cuando media autorización del titular de datos,
mediante el consentimiento informado.
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sino también en personas sanas, en áreas que van desde la defensa, el
entrenamiento y la potenciación de sus capacidades cognitivas e intelectuales, a
los que apuntan empresas y gobiernos. En este sentido, los avances han
mostrado desafíos éticos y regulatorios, donde se cuestiona la frontera que
representa el cerebro en cuanto a la intimidad e integridad humana, cómo se
debería regular el uso de la información cerebral para fines comerciales y la
manera en que se debería regular el acceso a tecnologías que permitan la
aumentación intelectual de las personas. 3 Es por estas razones que la
neurotecnología se erige como la ciencia desde donde se crearan nuevos
derechos humanos, ante el debate ético y de seguridad que ha abierto, y por lo
mismo, el Estado de Chile se ha empeñado por elaborar una ley que regule,
proteja y limite el uso de las neurotecnologías.
3
Boletín N°13.828-19
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REFLEXIONES FINALES
Somos partidarios que es preciso tener una ley que regule normativice la
neuroprotección, además de la consagración constitucional que ya cuenta, pues
así el marco legal es mucho mas robusto y estará preparado para los nuevos
avances, ya sean científicos, tecnológicos, legales o reivindicaciones sobre
nuevos derechos.
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también son muy pocos los países que hayan regulado a nivel legal la
neuroprotección, como lo es España con su Carta de Derechos Digitales, aun
cuando sabemos que dicho instrumento no es de carácter obligatorio, pero si da
los cimientos e indicios del camino que deben recorrer los españoles para la
elaboración de una ley.
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IV.- Bibliografía
Referencias bibliográficas
Prensa consultada
40
[https://www.elmostrador.cl/noticias/opinion/2014/11/14/la-teleton-esconde-
la-responsabilidad-del-estado/]
Gina Basso, “Más allá de la Teletón: La deuda del Estado en políticas de
integración laboral para jóvenes con discapacidad”, CIPER, 29 de
noviembre de 2012. [https://www.ciperchile.cl/2012/11/29/mas-alla-de-la-
teleton-la-deuda-del-estado-en-politicas-de-integracion-laboral-para-
jovenes-con-discapacidad/]
Rodrigo Fuentes, “Teletón: el debate sobre el show televisivo”, Radio
Uchile, 7 de octubre de 2018. [https://radio.uchile.cl/2018/10/07/teleton-el-
debate-sobre-el-show-televisivo/]
Valeria Riveros, “Senadis: la barrera institucional de la inclusión en Chile”,
El Mostrador, 20 de septiembre de 2014.
[https://www.elmostrador.cl/noticias/opinion/2014/09/20/senadis-la-barrera-
institucional-de-la-inclusion-en-chile/]
Fuentes normativas
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