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Nombre del estudiante:
Nayely Guadalupe Sánchez González

“Actividad: Ensayo 3”

Fecha de entrega:
01 de Septiembre del 2023

Campus:
UVM Hermosillo Sonora

Carrera:
Licenciatura en Medicina
7mo Semestre

Materia:
Medicina Interna

Nombre del Profesor:


Dr. Ibarra Silva Rodrigo
Índice:
Introducción…………………………………………………………………………………. 3
Diarrea Aguda ……………..………………...…………………..…………………………. 4
Deshidratación ….…………….………………………………………...…………………. 5
Disentería ……………………………….………………………………...…..….………… 6
Parasitosis Intestinal …………………………………………….………………..…..…..7
Rotavirus… ……..……..……………………...……………………………………………. 8
Intoxicación Alimentaria ………………………………………..………………………...9
Diarrea Crónica………………………………………………………..…………………… 10
Conclusión……………………………………………………………..…………………… 11
Introducción:
La diarrea por si misma representa un factor de riesgo para la salud ya que
su severidad y/o cronicidad por un largo periodo de tiempo está asociada a
la aparición de otros signos y síntomas que tal vez en un adulto pueden
controlarse con mayor consideración de tiempo estipulado, sin embargo
para un menor, como los neonatos, lactantes menores o mayores, e incluso
cualquier otro paciente pediátrico (con mayor énfasis en los infantes) las
consecuencias asociadas a las diarreas pueden desencadenar la muerte. Y
aunque en la actualidad la tasa de mortalidad por enfermedades diarreicas,
al igual que otras enfermedades infecciosas, afortunadamente ha
disminuido gracias a acciones y políticas de salud pública efectivas, como
lo es la promoción del plan-esquema de vacunación infantil, educación de la
técnica correcta del lavado de manos, desinfección de alimentos, entre otras
más, pero la primera y más importante sobre todo es y seguirá siendo la
prevención y erradicación de enfermedades gracias a la vacunación infantil;
a pesar de este gran invento médico-científico, aún se logran asociar casos
muy esporádicos, pero lamentablemente siguen existiendo diarreas
infecciosas que provocan la muerte de población infantil, sobre todo ellos ya
que son más propensos a sufrir en menor tiempo los signos y síntomas
clínicos asociados, como por ejemplo: la deshidratación, el cual es el primer
factor de preocupación y desencadenante de otros problemas que
condicionan a que la situación de una diarrea simple se convierta en mortal
para el paciente.
Diarrea Aguda
La diarrea se define como el movimiento incrementado del intestino y un
desequilibrio en la absorción de agua, por lo que también aumenta el
volumen o frecuencia de las evacuaciones (mínimo o más de 3
evacuaciones en 24 horas). Si hablamos de la etiología acerca de las
diarreas infecciosas, los agentes más comunes son los virus, como:
rotavirus (en el 70-80% de los casos) adenovirus y norovirus, antes que las
bacterias (por ejemplo como: E. Coli, Campylobacter jejuni, V. Cholerae,
etc.), ya que recordemos que la microbiota colonizadora del tracto intestinal
hace simbiosis y evita la colonización de otras bacterias patógenas, sin
embargo los virus son partículas que evitan mecanismos celulares
inmunitarios para invadir y por ello adquieren mayor penetrancia.
El diagnóstico adecuado para identificar las diarreas se realiza a través de
una exhausta y adecuada historia clínica, acompañada de datos clínicos
característicos, pues, aunque las GPC nos recomiendan que un niño con
diarrea aguda usualmente no requiere de investigación microbiológica de
las heces, ya que la mayoría de los agentes que las producen son agentes
virales, como bien se mencionó anteriormente, por ello su resolución resulta
más viable y factible a través del sistema inmune.
Es muy importante también diferenciar la etiología de la diarrea y las
características del cuadro clínico, saber sí esta es viral o de un origen
bacteriano, ya que dependiendo de su origen el tratamiento es distinto e
importante para no recetar antibióticos a todas las diarreas.
Deshidratación
El grado de deshidratación (OMS) se mide en una escala de tres:
1. Deshidratación incipiente: sin signos ni síntomas.
2. Deshidratación moderada: Sed; Comportamiento inquieto o irritable;
Reducción de la elasticidad de la piel; u Ojos hundidos.
3. Deshidratación grave: o Los síntomas se agravan; hay shock, con
pérdida parcial del conocimiento, falta de diuresis, extremidades frías y
húmedas, pulso rápido y débil, tensión arterial baja o no detectable, y
palidez.
La deshidratación aguda se clasifica en función de la pérdida de agua (o
disminución del peso) y de los niveles séricos de sodio. Según los niveles
séricos de sodio clasificaremos la Deshidratación Aguda en:
a) Hipotónica: Sodio menor de 130 mEq, hay pérdida de electrolitos mayor
que la de agua.
b) Isotónica: Sodio entre 130-150 mEq/L, la pérdida de agua y electrolitos
es estable y mantienen un equilibrio osmótico.
c) Hipertónica:
PLANES DE REHIDRATACIÓN:
Plan A: Trata sobre la prevención de la
deshidratación, siguiendo 3 reglas básicas
(ABC): A. Alimentación continúa; B. Bebidas
abundantes ; y C. Consulta oportuna.
Disentería
Esta patología se define como una infección que se caracteriza por
presentar dolor abdominal, diarrea (sanguinolenta), náuseas, vómito y
fiebre, usualmente los agentes etiológicos responsables de ocasionar dicho
problema intestinal son 2 microorganismos unicelulares, una bacteria
llamada Shigella y protozoos como las Amebas. Hablando respectivamente
de la Shigella, podemos mencionar que es una enterobacteria gramnegativa
no encapsulada e inmóvil. La transmisión y contagio con esta bacteria es
mediante la vía fecal-oral, aquí el tubo digestivo es el mayor reservorio para
Shigella. Normalmente la infección perdura durante 1-4 días y los síntomas
que se presentan son: fiebre transitoria, malestar general, pérdida de peso,
dolor abdominal o cólico intenso, vómito, tenesmo y una diarrea acuosa. Por
su parte, la infección por el parásito llamado Entamoeba Histolytica tiene
una clínica similar que orienta al diagnóstico como: diarrea
mucosanguinolenta, flatulencias, y dolor abdominal tipo cólico. Para
diferenciar correctamente si la diarrea es de etiología bacteriana o
parasitaria forzosamente debemos realizar algún tipo de estudio de
laboratorio que nos permita identificar algunas de las características de
dichos agentes, pues, aunque se asocian a la misma enfermedad,
evidentemente dependiendo del patógeno causal el tratamiento será el
indicado y único para cada agente, pues por ejemplo si la infección la esta
generando la Shigella no podemos recetarle al paciente algún tratamiento
antiparasitario, sino más bien un fármaco antimicrobiano, el de elección para
este caso es ciprofloxacino, seguido de otros como pivmecilinam,
ceftriaxona o azitromicina en caso de existir una resistencia al de 1era
elección. Mientras tanto, el tratamiento de la “amebiasis” consistirá en
antiparasitarios como el metronidazol y tinidazol para eliminar las formas
adultas de dicho parásito, pues para erradicar los quistes de amebas se
recetan otros medicamentos como la paramomicina y el yodoquinol.
Entonces, para concluir, debemos enfatizar que en este caso es muy
importante diferenciar entre una shigelosis y amebiasis intestinal, para ello
existen distintos métodos de diagnóstico como la PCR, prueba de Elisa y
colonoscopia, sin embargo, los métodos principales y gold estándar son un
frotis mucofecal y búsqueda de ameba en fresco, dichos métodos nos
ayudarán para buscar una solución y tratamiento adecuado para nuestro
paciente.
Parasitosis Intestinal
Existen distintos parásitos responsables y asociados a las parasitosis
intestinales que provocan cuadros diarreicos, desde parásitos
microscópicos y unicelulares como la Giardia Lamblia (la cual provoca la
Giardiasis), hasta parasitosis más complicadas y originadas por organismos
con predominio de su tamaño, por ejemplo los helmintos o gusanos
nemátodos.
Con respecto a la Giardiasis, debemos decir que es un protozoo flagelado,
el cual tiene una preferencia de reproducirse y alojarse en la 2da porción del
duodeno, aquí se produce un factor extrínseco de la hemoglobina y además
es una zona anatómica que permite la salida de la bilis y otros jugos
pancreáticos que son necesarias para deshacer e ingerir mejor nuestros
alimentos (ámpula de váter también es propensa a taparse , lo que provoca
que la bilis no se excrete correcta o totalmente, por ende los alimentos
comienzan a evacuarse casi por completo o trozos visibles, es decir que una
característica es que los padres sugieran que el bebé o infante a hecho del
baño alimentos visibles (zanahoria en trocitos por ejemplo).
Por otro lado, y aunque en un tema anterior ya se abordó un poco acerca de
la “Entamoeba H.”, cabe recordar que, para diagnosticar una amebiasis
mediante diagnóstico de laboratorio con la ameba en fresco, la toma de
muestra de moco fecal no debe superar los 30 min. iniciales
preferentemente, ya que los agentes pueden morir o contaminarse la
muestra y evidenciar resultados alterados. Además, cuando un infante tiene
amebiasis alguna clínica como el pujo y tenesmo son altamente sugestivo
de dicha infección, y área afectada por la infección amebiana es la porción
de colon descendente y recto.
Mientras tanto, las parasitosis por microorganismos más grandes como las
“enterobiasis” (gusanos intestinales), se asocian a clínica extra asociada.
Recordemos que el ciclo de las tenias enterobius vermicularis, es vivir en el
SGI, pero produce y deposita huevos, la hembra viaja por el intestino hasta
llegar al ano y alojar sus huevecillos, lo hace en la noche. Por ello la clínica
de un niño infectado es que tiene prurito anal (comezón en la colita, refiere
la madre) con predominio nocturno y por dicha consecuencia el niño se
desvela, despierta o no descansa correctamente y también presentará
ojeras.
Rotavirus
La gastroenteritis viral es una inflamación o hinchazón del estómago y los
intestinos a raíz de un virus. La infección puede llevar a que se presente
diarrea y vómitos. Algunas veces, se denomina "gripe estomacal" por la
etiología asociada a un virus. Y como se mencionó anteriormente, existen
razones fisiológicas-biológicas que explican algunas de las razones por la
que son más frecuentes las gastroenteritis virales, debemos enfatizar que a
pesar del mecanismo de vacunación y prevención, la cual sin duda a
ayudado enormemente a disminuir la morbi-mortalidad infantil por diarreas,
la gastroenteritis viral, en especial por rotavirus sigue siendo la primera
causa y responsable de dichos problemas alrededor del mundo. El principal
modo de transmisión es por vía Fecal-oral, generalmente a través del
contacto directo entre las personas. Sin embargo, el virus es estable en el
medio ambiente, por lo que la transmisión también puede ocurrir a través de
la ingestión de agua, alimentos y/o fómites contaminados. Los síntomas son
los mismos asociados a una diarrea viral, estos aparecen aproximadamente
2 días después de que la persona se expone al virus, y los vómitos y la
diarrea líquida pueden durar entre 3 y 8 días, aunque otro signo clínico
característico de la diarrea viral es un aspecto líquido “agua de arroz”. De
acuerdo con el tratamiento, aunque sabemos que no debemos recetar
antibiótico, ni tampoco existe otro medicamento antiviral, el plan de
tratamiento que debemos dar es más o menos es siguiente: paracetamol,
para la aparición de fiebre; antidiarreico si dicho problema es de un gasto
algo, como, por ejemplo: Hidrasec; probióticos y reposición de líquidos a
través de suero oral (en caso de que el manejo sea ambulatorio) desde
media taza a 1 completa por cada evacuación diarreica.
Intoxicación Alimentaria
No sólo los agentes biológicos como los virus y las bacterias tienen la
capacidad de ocasionar problemas gastrointestinales, sino que los propios
alimentos, su conservación, condiciones de preservación, preparación,
método de cocción, etc., incluso la presencia de toxinas puede provocar las
conocidas o nombradas “intoxicaciones alimentarias”. Pues básicamente la
manera en la que cocinamos, preparamos y sometemos los alimentos a
cambios bruscos de temperatura, es un foco de riesgo clave para permitir la
proliferación de nuevas bacterias u otros microorganismos, además que
puedan preservar toxinas sin la necesidad de tener la presencia de algún
patógeno como tal. A diferencia de los problemas gastrointestinales como
las diarreas asociadas a virus o bacterias la intoxicación alimentaria
presenta síntomas que aparecen súbitamente aproximadamente cuando la
persona ha estado en contacto o con algún factor de riesgo, mientras que
las diarreas habituales (virales o bacterianas) pueden comenzar con
malestar general e ir escalando progresivamente, ya que interviene y
responde el sistema inmune directamente contra la presencia de los
patógenos. Los síntomas de una intoxicación alimentaria, como los vómitos
y la diarrea líquida pueden durar entre 3 y 8 días.
La clave para solucionar y tratar dicho problema es reponer o reemplazar la
pérdida de líquidos a través de la hidratación con el método que ya
conocemos y aplicable
Plan A: 2 onzas para menores de 2 años, media taza de 2 a 5 años y 1 taza
para infantes mayores de 5 años.
Plan B: Vía Oral o Sondaje- 50-100 ml/Kg/dosis cada 30 minutos (durante 8
horas)
Plan C: Suero o solución IV desde 25 ml/Kg/dosis cada 30 minutos (máximo
3 dosis)
Administra también: Antimimético (como el difeniclol, ondanset, etc.),
antitérmico (como el paracetamol, 10-15 ), antiespasmódico (butilhioscina)
e incluso un gastroprotector como el omeprazol.
Diarrea Crónica
Acerca de los problemas gastrointestinales, en particular las diarreas
agudas que están asociadas a consecuencias de mayor gravedad y en
menor tiempo, también existen las diarreas que se prolongan en el período
de su historia natural de la enfermedad, estas son las diarreas crónicas, y
aunque son menos frecuentes que este tipo de desórdenes
gastrointestinales representen con menor frecuencia un riesgo inmediato de
mortalidad, en realidad su cronicidad y tratamiento inadecuado (es decir un
mal manejo o plan de hidratación insuficiente desencadena también
consecuencias graves que pueden ocasionar incluso hasta la muerte del
infante). Para fines prácticos, una diarrea crónica se define como un
aumento gradual en el número y el volumen de las heces a más de 15
g/kg/día, combinado con un aumento en la fluidez, que se prolonga durante
más de 14 días (más de 2 semanas). Y aunque una diarrea aguda se puede
complicar, convertir y/o progresar a una diarrea crónica por varias causas,
ejemplo: malnutrición calórico-proteica, tratamiento antibiótico erróneo,
deficiencias de micronutrientes (vitamina A y zinc), no recibir lactancia
materna, infección intestinal (Escherichia coli, Shigella, o bacterias
superresistentes), infección de VIH, alergias alimentarias, entre las más
comunes; sin embargo, las causas más habituales o frecuentes del origen
de las diarreas crónica son problemas hereditarios, congénitos, síndrome de
malabsorción, y otras enfermedad genéticas digestivas: enfermedad
celíaca, enfermedad inflamatoria intestinal, fibrosis quística, etc..
Conclusión
La diarrea como tal es una manifestación de una patología adyacente,
usualmente por infecciones gastrointestinales de agentes patógenos que
logran evadir las barreras principales o primarias del sistema inmune y
organismo; con mayor frecuencia la mortalidad de estas aumenta en países
en los que abunda la desigualdad económica, pobreza, falta de acceso a la
educación y escasez de otros recursos humanos básicos necesarios, como
la accesibilidad a agua potable, y otros servicios, falta de una buena
alimentación, necesidad de acceso a la salud, etc. Sin embargo, es muy
importante hacer énfasis que la vacunación es un método que ha logrado
disminuir los casos de mortalidad y recurrencia de nuevos casos por
diarreas infecciosas, las cuales provocaban deshidrataciones severas y este
era el desencadenante principal de las muertes precoces o muertes súbitas
del lactante debido a diarreas por procesos infecciosos.

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