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Galatas 5.22
Galatas 5.22
A las obras, en
plural, de la carne, sigue ahora el, en singular, frnto del Espíritu.
No se trata del resultado del esfuerzo personal del creyente, sino
de la obra del Espíritu Santo. Son los efec tos íntimos del
Espíritu, que lleva a cabo en el creyente el proyecto divino, de
producir fruto agradable a Dios. Se trata delj,·uto, en singular y
no de los frutos, por tanto, el Espíritu produce como fruto todas
las perfecciones que se detallan por el apóstol. Quiere decir que
el creyente que vive en el Espíritu expresa en su vida todas las
virtudes del fruto y no solo algunas de ellas.
11:i cr, t<;. Sigue ahora el fruto manifestado en fe. En este caso
es mas bien .fidelidad, es dec ir, la manifestación de la fe en la
esfera de la santificación. Esto se confirma por las veces que
aparece la fe entre los dones del Espíritu (1 Co. 1:9), no como
el ejercicio de la fe que justifica, sino corno la medida de fe
necesa ria para actuar conforme a lo que Di os demanda. Una de las
características de Dios es su fide lid a d (Lm. 3:22-23; Sal. 36:5;
89:1, 2, 5, 24, 33; 92: 1-2). Dios debe ser reconocido por su
fidelidad: ··conoce, pues. que Jehová tu Dios es Dios, Dios .fiel,
que guarda
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el pacto y la misericordia a los que le aman y guardan sus
mandamientos, has/a mil generaciones" (Dt. 7:9). A pesar de
cualquier circunstancia, la fidelidad de Dios es inalterable (2
Ti. 2:13). Porque Dios es fiel es digno de confianza, ya que
hace honor siempre a todas sus promesas y cumple su palabra
(He. 10:23). Del mismo modo sus hijos deben ser distinguidos
porque los hombres pueden confiar en ellos. Un título de
Cristo es el de testigo fiel y verdadero (Ap. 1:5), de modo que
cada uno de los suyos, en quienes Su vida se hace vida, deben
ser como Él, hasta alcanzar la expresión de la máxima
fidelidad que es dar la vida (Ap. 2:13). Una entrega de esta
dimensión solo es posible por la acción del Espíritu que
reproduce la fidelidad de Jesús en la vida del creyente. La
fidelidad es un principio de vida cristiana, no sólo en relación
con Dios, sino con sus semejantes en todos sus actos (Col.
3:9). Todas las esferas de la vida cristiana han de
corresponderse con la fidelidad, propia del nacido de nuevo;
en los negocios , matr imonio, amistades, relaciones laborales,
etc.